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I. Introducción
Por otro lado, para la teoría subjetiva, el animus del sujeto es trascendente para determinar
su autoría o participación, pues el hecho acaecido debe haberse realizado queriéndolo (animus
auctoris); a diferencia del animus socii, que sustenta la participación cuando el hecho cometido
por el agente es querido como ajeno. Sin embargo, cuando se trata de la responsabilidad en
ámbitos de organización, el criterio subjetivo no es suficiente (Jakobs, 1997, p. 740).
Ahora, dentro de las teorías subjetivas se encuentra la teoría del dolo, que tiene fundamento
en la intensidad de la intencionalidad o voluntad del sujeto. Y, la teoría del interés que tiene
cabida porque el autor evidencia un interés en la concreción del delito (Pérez, 2015, p. 4).
Entonces, como las teorías objetivas y subjetivas no fundamentaron por completo la autoría
y su delimitación con la participación; este vacío dio paso a la postulación de la teoría del
dominio del hecho, que, al final, supone un concepto limitado de la autoría, pues adopta criterios
de las teorías comentadas (Wessels, Beulke y Satzger 2018, p. 360).
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Editor en Derecho Penal Genial.
Welzel, citado por Jakobs, señala que el autor del delito será quien domine el curso del
hecho, esto es, que tenga la capacidad de tener decisión para la concreción del hecho, de lo
contrario, no tendrá la calidad de autor (Jakobs, 1997, p. 740).
Ahora, desde un concepto finalista se aprecian las características del autor y de la autoría.
La característica general del autor es el dominio finalista del hecho; es decir, quien ejecuta el
hecho debe realizarlo sobre la base de su decisión de voluntad; mientras que, las características
específicas de la autoría son dos: 1) las características objetivas-personales del autor, que son
inherentes a su posición; y, 2) las características subjetivas-personales del autor, es decir, las
intenciones, tendencias, ánimo, entre otros (Welzel, 1956, p. 105).
La teoría del dominio del hecho tiene sus bases en la teoría final de la acción y el concepto
personal de lo injusto. Autor es aquel sujeto que ostenta un poder de dirección de los sucesos;
y, por tanto, es quien tiene la posibilidad de reconducir o encausar los mismos al resultado
determinado (Villavicencio, 2006, p. 469).
Ahora bien, la teoría del dominio del hecho fue fundada por Lobe en 19332 e impulsada
por Roxin, y puede materializarse de tres maneras: 1) autor directo: cuando el hecho es
realizado “de propia mano”, esto es, que el mismo autor es quien ejecuta el hecho; 2) autoría
mediata: cuando el dominio se evidencia a través de un poder sobre la voluntad de otro; y, 3)
coautoría: el dominio funcional es ejecutada de forma coordinada. Por otro lado, se ha debatido
acerca de una autoría especial, me refiero al que se origina de los delitos de infracción de deber.
Aquí, la autoría se fundamenta en la infracción de un deber específico institucionalmente
obligado, temática que desarrollaré en un próximo artículo.
(…) para la autoría no es solo decisiva la voluntad directiva sino también la importancia
material de la intervención en el hecho que cada codelincuente asume. En consecuencia, solo
puede ser autor, quien, de acuerdo con el significado de su aportación objetiva, gobierna el
curso del hecho (p. 976).
Por su parte, Roxin (1997, p. 75) señala que “[p]osee el dominio del hecho y es autor quien
en la realización del delito aparece como figura clave o como personaje central por su influencia
determinante o decisiva en el acontecimiento”. Por consiguiente, la teoría del dominio del
hecho tiene su fundamento en la comprensión de la autoría como una actuación del tipo en
sentido material.
La teoría del dominio del hecho, en su formulación más moderna, considera que es autor de
un delito activo doloso el que domina el hecho y entiende que tal dominio se manifiesta en
cuatro formas diferentes: como dominio de la propia acción dolosamente ejecutada, como el
que se ejerce dominando la voluntad de otro que obra coaccionado o sobre la base de un error,
como el ejercido a través de un aparato organizado de poder y como el ejercido funcionalmente
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Ver: HEINRICH, J., y WEIGEND, T. (2014). Tratado de Derecho Penal Parte General. Volumen II. p. 975:
Heinrich y Weigend indican que Lobe es el fundador de la teoría del dominio del hecho; y, el autor
Villavicencio agregó que Welzel formuló esta teoría el año 1939. Ver: VILLAVICENCIO, F. (2006).
Derecho Penal Parte General. p. 466: Villavicencio por su parte, indica que fue Welzel quien formuló la
teoría del dominio del hecho.
mediante una aportación importante al delito ejecutado conjuntamente con otros. Los que
participan sin dominar el hecho sólo son partícipe (p. 6).
Tras la materialización del dominio del hecho, surgieron otras teorías –como bien señala
Roxin (1997)– como, por ejemplo, la teoría de la totalidad que fue planteada por Schmidhauser,
quien diferencia a la autoría de la participación y señala que “no debe ser nunca decisivo un
único momento individual, sino … cada momento individual solo dentro del contexto total o
global”. Cuando se refiere a “cada momento”, ésta debe ser entendida como la presencia en el
lugar del hecho, el interés, la estrategia de realización del hecho, la magnitud de la aportación
y que ésta puede ser determinante en uno u otro caso diferente, dejando la delimitación a criterio
discrecional del juez (Roxin, 1997, p. 78). Por otro lado, para la teoría de la perentoriedad de la
norma, dicha autoría es diferenciada de la participación a través de la infracción normativa, esto
es, según las normas de conducta que infrinjan de manera independiente. Las normas
perentorias están ligadas a la autoría y para la participación éstas son reducidas gradualmente
(Roxin, 1997, p. 79). Por su parte, Jakobs (1997) sostiene que tiene dominio del hecho “todo
interviniente que puede, con arreglo a su voluntad, impedir o hacer que llegue a su término la
realización del resultado total, en tanto que lo sabe” (p. 740).
A manera de conclusión, la teoría del dominio del hecho postula que autor es quien posee el
dominio de la comisión del delito, esto es, aquel quien posea la capacidad de manejo de los sucesos
y de encausarlo al resultado típico.
III. Jurisprudencia
Para los efectos de determinar la responsabilidad penal en grado de complicidad, sea primario
o secundario, en cada caso concreto, deberá analizarse, la conducta del imputado desde la
perspectiva de los criterios de imputación objetiva, teniendo como punto de inicio para el
análisis, la teoría del dominio del hecho.
b) Sentencia del Tribunal Constitucional, emitida el 29 de abril de 2005. Exp. N.º 1805-
2005-HC/TC, fundamento 35:
Así, es autor quien tiene el poder para manipular el resultado del hecho, cuya contribución,
aun siendo distinta, es considerada como un todo, y el resultado total le es atribuible
independientemente de la entidad material de su intervención; y es partícipe aquel cuya
intervención está condicionada al resultado obtenido por el autor o aquel cuyo accionar no
contribuye decididamente a la ejecución del delito, sino que su intervención se limita a
coadyuvar en su ejecución.
IV. Conclusiones
- Las teorías objetivas y subjetivas han servido como criterios primigenios para la
postulación de teoría del dominio del hecho. Esta teoría establece que el autor es quien
posee el dominio de la comisión del delito, esto es, posee la capacidad de manejar y
encausar los sucesos al resultado típico.
- La teoría del dominio del hecho tiene tres manifestaciones: la autoría directa, la autoría
mediata y la coautoría. Además, existe una autoría especial, este versa sobre los delitos
de infracción de deber.
V. Referencias bibliográficas
VI. Jurisprudencia