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Siendo la pintura una modalidad tan importante y tan utilizada a lo largo de la historia, son múltiples los
métodos y técnicas de ejecución a lo largo del tiempo, así como sus soportes y materias pictóricas. En
realidad lo que denominamos materia pictórica consta de tres elementos fundamentales: El colorante, el
aglutinante y su correspondiente diluyente.
El colorante, lo que llamamos pigmentos, son la base esencial de la pintura de cualquier época porque es la
sustancia con la que se colorea y pinta. Los colorantes pueden ser naturales o químicos. Entre los más
habituales tendríamos entre otros la azurita (carbonato de cobre) o ellapislázuli para el color azul; los óxidos
de hierro o de plomo para el rojo; silicatos y arcillas para el amarillo; el carbonato de calcio o el cinc para el
blanco; hollín de cremaciones diversas para el negro, etc.
El aglutinante, es el elemento con el que debe mezclarse el colorante para que éste se pueda aplicar.
Además cohesiona al colorante y lo protege. Aglutinantes se han utilizado muchos a lo largo de la historia,
pero pueden dividirse en dos grupos según sea su diluyente acuoso ograso. Entre los denominados acuosos
estarían aquellos que deben diluirse en agua, la yema de huevo, las gomas vegetales como la goma arábiga,
la cola animal (obtenida al hervir pieles de animales), la propia cal en la técnica al fresco, etc. Otros son los
aglutinantes grasos, como el aceite de linaza propio de la pintura al óleo; o las ceras cuando se utilizan
técnicas de encáustico, es decir diluyendo los colores en cera derretida al calor.
Los barnices completan la ejecución de la pintura, pues una vez terminada ésta se procede a recubrirla con
un elemento protector que además potencie el brillo de la imagen pintada. Los más utilizados han sido la clara
de huevo, la cera (utilizada por la pintura griega) y sobre todo las resinas naturales que constituyen lo que
solemos denominar propiamente como barnices
Fresco. - El fresco es una técnica propia de la pintura mural. Requiere de un proceso de preparación del muro
previo a la ejecución de la obra. Dicha preparación consiste en humedecer la pared con una lechada de cal,
es decir aplicar sobre el muro una primera capa de agua y arena y cal en proporción de 2:1. Es lo que se
llama revoque; y una segunda más fina, con la proporción de arena y cal de 1:1 (una de cal y otra de arena),
que es el enlucido. El proceso de carbonatación de la cal al secarse el muro, permite la penetración de los
colores en la pared y su conservación muy duradera, si bien tiene la dificultad para el pintor de que la obra al
fresco debe pintarse sin posibilidad de error y con celeridad, de tal modo que apenas es posible retocar, ni
corregir, ni perfilar.
El proceso de dibujo
En el proceso de dibujo de un objeto, y según van surgiendo las ideas, es fundamental ir trasladando
los frutos de nuestra imaginación a formas cada vez más concretas, claras y elaboradas. Para eso,
el dibujo técnico resulta de gran utilidad.
Los primeros dibujos de un objeto se realizan siempre a mano alzada, es decir, sin emplear útiles de
dibujo técnico tales como reglas, escuadras, transportadores, compás, etc.,... A partir de estas
primeras aproximaciones se elaboran uno o varios bocetos. A medida que estos bocetos van
adquiriendo concreción, proporción y dimensiones, se dibujarán los croquis.
Una vez que la idea está definida hasta el más mínimo detalle, es el momento de trasladarla al papel
de manera que pueda ser comprendida, interpretada y, en ocasiones, construida. Utilizamos para
ello los sistemas de representación que nos permiten dibujar los objetos por medio de
proyecciones.