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“Las heridas que alivian…”

*Por Carlos Rolong De la Cruz.

Uno de los temas más inquietantes e intrigantes desde hace algunos años, según determinan
los datos institucionales de secretarías de salud y escuelas del departamento del Atlántico, es el
llamado Cutting, en español “cortándose”. Esta práctica ha tomado protagonismo en la vida de
muchos niños, niñas y adolescentes, por ende, en sus familias y ambientes escolares.

La mal llamada “moda del cutting”, es una práctica contemporánea de la cual se tienen pocos
datos investigativos, debido en su mayoría, a su flamante aparición hace poco más de 3 años en
casos sueltos en el Atlántico, como también al desconocimiento por parte de docentes y padres de
familia sobre esta tipología sintomática asociada al coping o estrategias de afrontamiento, en el
plano psicológico. Según lo indagado entre quienes lo practican y lo hablan abiertamente, se ha
construido un discurso que apunta a responsabilizar en gran medida a esta sociedad enferma,
inestable y disfuncional, sobre todo al interior de los núcleos familiares.

Dentro del plano de convivencia escolar, también se asocia la practica en cuestión, al bullying, a
la marginación y al ostracismo generado contra los afectados. Esto da pie para preguntarse ¿cómo
se encuentra el NNA ante la presión emocional, física o psicológica ejercida en los recintos
educativos, ya sea por parte de compañeros o de personal docente? Hay que recordar que, en
muchos casos los implicados ven los colegios como lugares de resguardo, donde encuentran
personas que los escuchan y aman; pretendiendo escapar ahí de situaciones de riesgo que se
generan al interior de sus hogares.

Abocando el tema del cutting al núcleo familiar, se entiende que muchos padres, madres y
cuidadores, desconocen en gran medida las carencias afectivas, etapas del desarrollo y
construcción de la personalidad de los afectados; además de esto algunos recurren al maltrato
como posible solución del problema, dejando al descubierto un pensamiento caustico y retraído
sobre las realidades que afrontan sus hijos, incurriendo en gran medida en la vulneración de
derechos y castrando tajantemente habilidades para la vida.

Físicamente el cutting es el resultado de múltiples factores emocionales al interior del


individuo; su manifestación típica a nivel corporal se habitúa en zonas como las muñecas, piernas
o abdomen, donde el autoflagelante hace pequeños cortes en su piel, que le permiten infringirse
dolor, visualizar la sangre que brota de la herida, aunque esta niegue la provocación de suicidio, en
palabras simples… ellos se cortan, pero no buscan la muerte con esto. Se ha dicho entonces que
quienes recurren a esta práctica, buscan aliviar momentáneamente algún tipo de situación que
ronde en su mente como consecuencia de vivencias; estas situaciones van desde algunas muy
complejas como los maltratos físicos y psicológicos, abusos sexuales, bullying, depresión,
discriminación por enfoque diferencial, entre muchas otras, hasta aparentemente unas más leves,
como podría ejemplificar algún tipo de decepción amorosa o alguna imposición de autoridad por
parte de padres o cuidadores y que para el sujeto implicado signifique algo conspicuo.

Actualmente ante la naturalización de esta práctica, se ha observado que existen algunas


modalidades que inducen a un tipo de cutting colectivo, instado por experimentados en la
materia, que de alguna manera reclutan a otros compañeros y los inician a través de la curiosidad;
en otros simplemente dan validez al refrán popular “lo que se asemeja se junta”. Es de esta
manera como los grupos, se trasladan a baños o recintos cerrados en las instituciones educativas,
para llevar a cabo estas autoflagelaciones.

En el marco de la prevención de riesgos asociados a los derechos de los NNA, el cutting es un


comportamiento sintomático que debe ser tratado y seguido de cerca, tanto en los practicantes
como también en sus familias, brindando todo el apoyo disponible. En ese sentido estricto, se
busca formar y empoderar a la población en general con derechos y habilidades para la vida, de
esta manera los mismos beneficiados son reproductores activos de este modelo educativo y a su
vez son denunciantes ante cualquier caso que pueda presentarse en sus entornos.

Actualmente las instituciones educativas tienen programas informativos que abordan estas
situaciones y muchas otras que son descollantes en el ambiente escolar. También el gobierno
colombiano impulsa de la mano del ICBF estrategias comunitarias y de alto impacto social como lo
es AMAS, sus proyectos alternativos que utilizan el arte como herramienta activa y que buscan la
transformación y la creación de ambientes sanos para la comunidad participante y su protección
integral.

*Artista visual y docente de derechos de la estrategia AMAS.

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