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Estrategias referenciales. Cómo mejorar la comprensión del


"hilo conductor" en la lectura de textos expositivos

Article · January 2002


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Manuel Montanero
Universidad de Extremadura
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Montanero, M. (2002). Estrategias referenciales. Cómo mejorar la comprensión del “hilo conductor” en la
lectura de textos expositivos. Tarbiya: Revista de Investigación e Innovación Educativa, 30, 31-46.

Estrategias referenciales. Cómo


mejorar la comprensión del “hilo
conductor” en la lectura de textos
expositivos
Manuel Montanero Fernández

El papel de las inferencias


referenciales en la
comprensión del texto

Actualmente, las principales teorías que Las incoherencias del


explican los procesos de comprensión lec-
tora coinciden en distinguir tres tipos de texto o nuestra escasez
representaciones cognitivas, progresiva- de conocimientos
mente más complejas, que los sujetos previos sobre su
construyen durante la lectura: la superfi-
contenido no tienen
cial, la representación de la base del texto
y la situacional. En sentido estricto, el nivel porqué constituir un
superficial se correspondería con la repre- obstáculo insalvable
sentación mental del significado léxico y la
para la comprensión,
sintaxis del texto (Tapiero y Otero, 1999).
La comprensión de la base del texto supone, si el sujeto aprovecha
en cambio, una representación proposicio- diversas claves
nal, más o menos jerarquizada que podía o señalizaciones
desglosarse a su vez en dos fases. Un pri-
y desarrolla ciertas
mer proceso de integración semántica ocu-
rre casi en tiempo real, coincidiendo apro- operaciones para
ximadamente con los límites de la frase (De representar y estructurar
Vega y cols., 1990). A esta microestructura
las ideas de manera que
es necesario asignarle posteriormente un
significado de carácter global; lo que requie- puedan realizarse
re ya una toma de decisiones aplazada al inferencias efectivas.

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final de la lectura del texto o de sus unida- operaciones para representar y estructurar
des temáticas. La integración y jerarquiza- las ideas de manera que puedan realizarse
ción de macroproposiciones constituye la inferencias efectivas. En el nivel de com-
macroestructura del contenido, que surge prensión superficial estas inferencias están
de la microestructura a partir de diversas dirigidas al procesamiento léxico y subléxi-
operaciones estratégicas o “macrorreglas” de co, por lo que se desarrollan de un modo
supresión, generalización e integración casi automático. Los conocimientos que el
de proposiciones (Van Dijk y Kintsch, 1983; sujeto necesita se reducen prácticamente
Kintsch, 1988). Por último, el enriqueci- a la forma ortográfica de las letras o pala-
miento de dichas representaciones a partir bras y a las reglas de asociación fonema-
del acerbo experiencial del lector, llevaría grafema, que permiten la activación de las
aparejada una nueva dimensión pragmáti- vías visual y fonética en el acceso al signi-
ca y situacional. Este último nivel se va ficado de las palabras (Sánchez y Martínez,
conformando en paralelo, al vincularse 1998). La actuación estratégica del lector
tanto a la micro como a la macroestructu- comienza propiamente en la fase de cone-
ra, los conocimientos previos, las inferen- xión proposicional que da lugar a la micro-
cias episódicas e incluso las vivencias que el estructura de la base del texto. En este pro-
lector activa para interpretar la nueva ceso nuestra memoria de trabajo debe
información (Ferstl y Kintsch, 1999). mantener activa una selección de las pro-
posiciones procesadas en ciclos previos
El proceso de construcción de estos niveles para establecer el “hilo conductor” entre las
representacionales es esencialmente inte- mismas (Sánchez, 1998). Dicha conexión
ractivo, parcialmente inmediato y en parte referencial debe inferirse en tres instancias
estratégico (León, 1996). Cada nivel se va progresivamente más complejas.
conformando a partir de datos limitados
e incompletos, de modo que nuestros meca- • En primer lugar, el sujeto debe inferir
nismos inferenciales no esperan a tener una primera conexión sintáctica entre
toda la información para construir el signi- las diferentes cláusulas de las oraciones.
ficado de cada palabra u oración, sino que Los esquemas proposicionales y sintác-
más bien anticipamos hipotéticamente ese ticos del lector estipulan qué argumen-
significado en cuanto podemos (Just y Car- tos puede admitir el predicado de cada
penter, 1987). Las incoherencias del texto proposición y permiten, por otro lado,
o nuestra escasez de conocimientos previos decidir la estructura sintáctica más
sobre su contenido no tienen porqué cons- plausible. Desde un enfoque modular,
tituir un obstáculo insalvable para la com- se han investigado dos principios de
prensión, si el sujeto aprovecha diversas decisión sintáctica: el de unión mínima,
claves o señalizaciones y desarrolla ciertas por el cual tendemos a interpretar los

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elementos de la frase en función de la de ciertas palabra con función deíctica
estructura sintáctica más simple que se (pronombres personales, de relativo,
genera; y el de cierre tardío, que propi- sustantivos anafóricos). Generalmente
cia que los elementos nuevos se unan toda señalización lingüística sirve de
inmediatamente a la frase, respetando indicio para la realización de una infe-
las reglas gramaticales. Por ejemplo, en rencia: en este caso la selección de un
una oración de relativo con dos antece- antecedente y la asignación de signifi-
dentes potenciales tenderíamos a elegir cado a la propia anáfora. El proceso de
el que aparece en último lugar (con búsqueda de los posibles antecedentes
objeto de evitar la sobrecarga de memo- y el establecimiento de una correferen-
ria que se produciría si permanecieran cia entre ambos se ve facilitado pues
aislados). Sólo posteriormente el proce- por los índices informativos que pro-
sador semántico realizaría su propio porciona la señalización (como el géne-
análisis de la frase según indicios ro del sustantivo anafórico). Sin embar-
semánticos y pragmáticos. Cuando exis- go, también está condicionado por
te disonancia entre los resultados de otros factores como el grado de activa-
ambos, parece primar no obstante la ción del antecedente en la memoria
decisión semántica que censura la cone- operativa. Dicha activación depende a
xión sintáctica establecida. Ello explica- su vez de características textuales
ría el conocido efecto de “vía muerta” (como la distancia entre el antecedente
(“garden path”), según el cual, cada vez y la anáfora o la naturaleza gramatical
que ocurre esta disonancia, se reinicia de la misma) que determinan el nivel de
un nuevo análisis sintáctico de la frase, cohesión del texto. Cuando se incre-
hasta que el resultado de ambos proce- menta la separación, como consecuen-
samientos sea congruente (véase Vega y cia de la interposición de un mayor
cols., 1990; Carreiras, 1992). número de elementos lingüísticos entre
• Como habíamos comentado, el sujeto ambos, decrece la accesibilidad del
debe integrar posteriormente las nue- antecedente, lo cual a su vez hace
vas proposiciones y las activadas en la necesario iniciar una búsqueda retroac-
memoria operativa en cada ciclo de tiva en la memoria de otras proposicio-
procesamiento. Para ello es necesario nes que ya no están activas, así como
producir inferencias referenciales más realizar inferencias, basadas en los
complejas, anafóricas o causales, ayu- conocimientos previos del lector, con el
dándose de ciertas señalizaciones lin- consiguiente consumo de recursos
güísticas. cognitivos. González y cols. (1998) han
El desarrollo de una inferencia anafórica estudiado la comprensión de las rela-
suele comenzar por el reconocimiento ciones anafóricas en niños de segundo

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y tercer ciclo de Primaria confirmando lingüístico para realizar estas inferen-
la influencia de la distancia entre el cias, de manera que la decisión requie-
antecedente y la anáfora (con mayor re una búsqueda hacia atrás en la
probabilidad de comprensión si dicha representación del texto o activar
anáfora es un pronombre relativo, otros conocimientos semánticos y
antes que si es personal o demostrati- situacionales. Si el antecedente no
vo, en este orden). Por otro lado, los aparece explícitamente y las frases
resultados demuestran que la capaci- intermedias con la anáfora o el conse-
dad para establecer esas referencias cuente no aluden claramente a aquél,
directas depende en gran medida de la el lector debe realizar una inferencia
edad y la madurez lectora del sujeto; de causal más compleja a partir de sus
modo que casi un 80% de los alumnos conocimientos previos, o bien a partir
de tercer ciclo de Primaria son capaces de del modelo mental que construye
realizar espontáneamente este tipo dinámicamente.
de correferencias directas. • Por último, todo este proceso referen-
Por su parte, las inferencias causales cial puede interpretarse globalmente
se establecen también, en un primer como una búsqueda de la progresión
momento a nivel local, sin necesidad temática, donde “el tema sirve para
de que el lector construya una repre- señalizar con qué fragmento de la
sentación global del texto. Se trata de información ya establecida debería
operaciones mentales por las cuales la proposición actual ser conectada en la
conectamos varias proposiciones que memoria a corto plazo” (Van Dijk
se acomodan directamente a un y Kintsch, 1983). Un cuarto tipo de
esquema temporal causa-efecto o inferencias, las llamadas “conectivas”,
medio-fin, asignando casos y roles en “inferencias puente” o “inferencias
dichos esquemas (agente, paciente, hacia atrás”, son aquellas que permi-
instrumento, benefactor…). De acuer- ten conectar una parte temática que
do con la denominada “estrategia de se viene tratando y otra que es comen-
selección del estado actual” (Fletcher tario de la misma, es decir, lo nuevo
y Bloom, 1988), se ha comprobado que que se predica del tema (y que a su vez
los antecedentes causales inmediatos puede convertirse en tema en el enun-
permanecen en la memoria operativa ciado siguiente). Al igual que en las
del lector hasta que éste encuentra anteriores podemos encontrar ciertas
una consecuencia que se acomoda expresiones (“en este sentido”, “en este
a su esquema previo. Por supuesto que marco”) que a menudo funcionan
en ocasiones no es suficiente con unos como señalizaciones específicas de
conocimientos previos de carácter este tipo de inferencias.

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Problemas de comprensión estados mediante el diálogo. (6) El empera-
del “hilo conductor” dor convocó dietas (asambleas de repre-
sentantes de los estados alemanes), (7) en
La comprensión del “hilo conductor” de la Worms, para conseguir que Lutero abjurase
base del texto constituye pues un proceso de sus ideas, (8) y luego en Spira, en la que
más complejo de lo que a primera vista se prohibió a los luteranos la propagación
pudiera parecer. La actividad inferencial de sus ideas. (9) En Spira los reformistas
que acabamos de describir resulta impres- protestaron de las decisiones de la Dieta, y
cindible para que el sujeto consiga cons- de ahí proviene la denominación de protes-
truir, posteriormente, representaciones tantes. (Historia de Occidente, Vicens-
más globales que posibiliten una auténtica vives).
comprensión, especialmente cuando se
trata de textos expositivos que presentan La mayoría de los alumnos de Secundaria no
una mayor densidad informativa. Gran par- tienen ningún problema para establecer una
te de los problemas de comprensión de relación referencial directa entre los “facto-
textos académicos están de hecho relacio- res económicos y políticos” y “la extensión
nadas con la dificultad de algunos alumnos del luteranismo” a través del pronombre
para desarrollar inferencias referenciales “ello” (que ejerce de señalización anafórica
de un modo estratégico. Veamos un ejem- superficial, con una función deíctica). Sin
plo en la lectura del siguiente fragmento embargo, es probable que encuentren más
de un texto de Historia de 3º de E.S.O. difícil inferir que la oración número 3 se
refiere al factor económico y la 4 al político.
(1) A principios del siglo XV, las doctrinas El sustantivo “riqueza” permite deducir la
luteranas se extendieron con bastante primera conclusión; aunque no se trata de
rapidez por toda Alemania, especialmente una señalización explícita sino de una pala-
por los estados del norte. (2) A ello contri- bra que activa un significado relacionado
buyeron factores económicos y políticos. con “lo económico” (anáfora profunda).
(3) Puesto que la Iglesia debía renunciar a Algo semejante ocurre con el sustantivo
toda riqueza, sus bienes, principalmente las anafórico “emperador”, aunque en este caso
tierras, fueron secularizados y pasaron a la ausencia de otros posibles antecedentes,
manos de los nobles, que se hicieron lutera- así como la coincidencia en género y núme-
nos. (4) Para otros nobles el luteranismo sig- ro con el único posible, facilita enormemen-
nificó la posibilidad de enfrentarse al empe- te la inferencia (aunque se desconozca que
rador Carlos V, defensor del catolicismo. Carlos V no sólo era Rey de España sino
(5) Ante esta situación, Carlos V y sus con- también emperador de Alemania). En otras
sejeros católicos pretendieron en un princi- ocasiones las señalizaciones provienen de
pio contener el progreso de la herejía en sus signos de puntuación como los paréntesis,

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los cuales indican una relación de definición necesitan también conocimientos semánti-
entre la proposición “asambleas de repre- cos y pragmáticos en torno al contenido del
sentantes de los estados alemanes” y el tér- texto. Excepto las inferencias léxicas y sin-
mino “dietas”. tácticas más superficiales, estas últimas ope-
raciones cognitivas requieren algo más que
Obsérvese, sin embargo, que no todas las un ejercicio de automatización. Implican una
inferencias referenciales cuentan con “actitud” de lectura activa, una auténtica
señalizaciones explícitas, ni tan siquiera necesidad de buscar constantemente en la
semánticas. Para descubrir que la idea 4 se representación del contenido leído anterior-
refiere al factor político es necesario en mente y en sus conocimientos previos una
principio acudir al conocimiento sobre conexión con cada conjunto de proposicio-
ciertos convencionalismo de la redacción nes nuevas. Se trata, en suma, de un proce-
expositiva, como la expectativa de que si el so estratégico de inferencia y verificación de
autor ha mencionado unas causas “econó- hipótesis que depende entre otros factores
micas” y otras “políticas” (y las económicas del género del texto y del objetivo que nos
ya han sido expuestas en primer lugar), lo hallamos planteado (entretenernos, apren-
más probable es que la próxima idea desa- der, estudiar para un examen...).
rrolle la causa “política”. El verbo “enfren-
tarse” tiene, en realidad, tan sólo una rela- Sabemos que este proceso estratégico no
ción connotativa con el concepto de resulta fácil a muchos alumnos de la E.S.O.,
política. En todo caso, nos es menos útil que fracasan ya en el establecimiento bási-
que nuestros conocimientos previos sobre co de esta primera conexión entre ideas.
la situación política de la Alemania de la Desde la simple inducción del sentido de
época para verificar dicha hipótesis. una palabra poco común, como “seculari-
La expresión “ante esta situación” facilita zación”, pasando por la conexión sucesiva
finalmente una inferencia conectiva entre entre las ideas que se van leyendo, hasta la
el primer y el segundo párrafo. subdivisión en subtemas del mismo texto,
el proceso se va haciendo más complejo
En el análisis que acabamos de hacer encon- progresivamente con el objetivo de dar la
tramos, en definitiva, dos tipos de conoci- mayor cohesión posible al contenido. De no
mientos previos que facilitan particularmen- hacerlo así, el lector no puede construir un
te la realización de inferencias referenciales significado global de la base del texto.
durante la lectura de un texto expositivo. Por Como veremos a continuación, los alumnos
un lado, los lectores necesitan tener un con problemas pueden sin embargo bene-
mínimo de conocimientos lingüísticos sobre ficiarse del aprendizaje de estrategias espe-
ciertas señalizaciones, significados léxicos y cíficas para comprender el “hilo conductor”
convenciones textuales. Por otro lado, se del texto.

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La enseñanza de estrategias en capacidades mucho más relevantes
referenciales en el aula como la comprensión. Igualmente, se ha
sobrestimado la enseñanza de técnicas
Aunque la comprensión lectora es una para seleccionar la idea principal como
de las capacidades más relevantes a “panacea” de estas capacidades. Frente
desarrollar en las diferentes áreas de la a esta reiterada opción, es necesario tener
educación obligatoria, los contenidos de en cuenta que muchos alumnos con pro-
aprendizaje relacionados más estrecha- blemas de aprendizaje fracasan antes, en
mente con las estrategias referenciales, se las estrategias necesarias construir repre-
encuentran sobre todo en los procedi- sentaciones más básicas de los contenidos
mientos del bloque sobre los “usos y for- que leen, sin las cuales es muy difícil lle-
mas de la comunicación escrita” del área gar a una comprensión global de los tex-
de Lengua y Literatura en la Educación tos académicos. Por esta razón, la prácti-
Secundaria y, particularmente, los proce- ca de técnicas como el subrayado, el
dimientos relacionados con el análisis de resumen o los esquemas se han mostrado
las unidades lingüísticas básicas y sus particularmente estériles con aquellos
relaciones morfosintácticas. Como conti- alumnos con necesidades educativas
nuación de los objetivos generales de especiales (Montanero, 2000). Un enfoque
Primaria, en Secundaria se pretende que más funcional de la didáctica de la Len-
los alumnos profundicen en el estudio gua requiere vincular los aprendizajes
metalingüístico del idioma a través del gramaticales y morfosintácticos al entre-
análisis morfosintáctico de las unidades namiento de estrategias referenciales
lingüísticas, al tiempo que consolidan la durante la lectura. Podemos distinguir
utilización de estrategias de selección, cuatro objetivos específicos para trabajar
anticipación y reelaboración de los men- en el aula, en este sentido:
sajes durante la lectura de textos exposi-
tivos, de carácter más complejo. Además, se • Enseñar estrategias para comprender el
debe hacer un especial hincapié en el significado de palabras y oraciones por
aprendizaje del vocabulario, la utilización el contexto, así como clarificar expre-
del diccionario, así como del reconoci- siones ambiguas;
miento de señalizaciones y de “procedi- • Enseñar estrategias para inferir cone-
mientos de cohesión textual” (M.E.C., xiones anafóricas entre proposiciones
1992; p. 145). cuando existen varios posibles antece-
dentes;
Tradicionalmente se ha hecho, sin embar- • Enseñar estrategias para anticipar o
go, un excesivo énfasis sobre aprendizajes establecer la progresión temática en
gramaticales que apenas tienen influencia textos extensos.

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Actividades para mejorar supone necesariamente un “enriqueci-
la comprensión de palabras miento de los nobles”. Incluso aunque fra-
y oraciones casemos también aquí, muchos lectores
interrumpen la lectura sólo cuando consi-
Bransford y cols. (1989) recogen algunos deran esta disquisición suficientemente
experimentos que contradicen la intuición relevante para la comprensión global del
de algunos profesores acerca de que los contenido. Sólo entonces vuelven hacia
problemas de comprensión de la mayoría atrás para releer y tratar de nuevo de infe-
los alumnos se solucionarían aumentando rir el significado o, finalmente, consultan
su vocabulario. La pericia en la utilización una fuente externa. Esta última acción dis-
del diccionario tampoco es el rasgo que ruptiva se aplica pues, estratégicamente,
mejor diferencia a los lectores expertos sólo si se ha evaluado la importancia del
y principiantes. De hecho, la mayoría de los significado de esa palabra para la com-
lectores expertos no consultan el dicciona- prensión del contexto y en función del
rio cada vez que no comprenden una pala- objetivo que nos habíamos planteado. Se
bra. Así, por ejemplo, si en el texto anterior trata en definitiva de un proceso esencial-
no tenemos muy claro el significado del mente estratégico, condicionado por los
término “secularización” podemos tratar de conocimientos previos, que los alumnos con
deducirlo puntualmente a partir del conte- edades correspondientes a 1º de la E.S.O.
nido interno de la palabra (por ejemplo, a suelen ser capaces de realizar (Rauensbusch
partir de la etimología latina del lexema y Bereiter, 1991).
“secular”) o de la información semántica
de las proposiciones anteriores. En caso de Más allá de procedimientos tan simples
que estas inferencias no nos dejaran sufi- como la utilización del diccionario, el desa-
cientemente convencidos, lo más probable rrollo de este tipo de estrategias requiere,
es que recurriéramos a una estrategia en definitiva, que los alumnos aprendan
retardadora (Mateos, 1991), aplazando a concebir la lectura como un proceso de
momentáneamente la construcción del formulación y comprobación de hipótesis
significado o, mejor aún, formulando, a a partir de señalizaciones lingüísticas casi
partir de los resultados de la estrategia siempre incompletas. En los últimos 20
anterior, una hipótesis que podamos con- años se han divulgado numerosos progra-
trastar en los siguientes renglones. Así, casi mas de intervención psicopedagógica cen-
inmediatamente después, la frase “pasaron trados, entre otros objetivos, en la interpre-
a manos de los nobles” nos puede ayudar a tación de señalizaciones morfosintácticas
confirmar que “secularizar” consiste en como base de una lectura más “activa”.
convertir algo que era eclesial en laico; Una de las primeras propuestas en este
aunque también podemos dudar de si sentido procede de Dansereau (1979) y su

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programa M.U.R.D.E.R. Las primeras siglas de vocabulario en el contexto del aula; al
del término (“Mood” y “Understand”) se igual que las actividades sobre sinónimos,
refieren a actividades en la que los sujetos antónimos y clasificación de palabras, ana-
aprenden a marcar los elementos del texto logías verbales y metáforas del Proyecto de
que no comprenden (palabras, frases o desarrollo de la inteligencia de la Universi-
párrafos), a descomponer dichos elemen- dad de Harvard (véase Megía, 1992).
tos en partes (por ejemplo, sufijo-prefijo
en una palabra o sujeto-predicado en una Por otro lado, algunas de estas activida-
frase para encontrar su significado) y a des no sólo son útiles para potenciar el
contrastar su significado en otras partes procesamiento lexical, sino también
del texto. para la comprensión cláusulas y oracio-
nes complejas. En este siguiente nivel, las
Más recientemente Mateos (1991, 1995), mayores dificultades suelen aparecer en
basándose en algunos trabajos anteriores la comprensión de las oraciones subordi-
(véase Baker, 1984; Paris y cols., 1984; nadas de relativo, las adverbiales y las
Palinscar y Brown, 1984; Bereiter, y Bird, pasivas gramaticales (Perera y Rondal,
1985), diseñó una intervención con dos 1997). Los recursos didácticos más habi-
componentes básicos. Por un lado, se ense- tuales para facilitar la comprensión de
ña a los sujetos a identificar diversos crite- estas estructuras sintácticas se basan en
rios léxicos, sintácticos y semánticos, que actividades de interpretación de oracio-
permiten evaluar los posibles problemas de nes con apoyos gráficos que faciliten la
comprensión en el nivel de representación evaluación y la ayuda por parte del profe-
superficial y de la base del texto. Por otro sor, por ejemplo emparejando oraciones
lado, se entrenan diferentes estrategias de y dibujos que representan sus posibles
autorregulación de tipo puntual (como la significados (Cuetos, 1996). Otro tipo de
elaboración de paráfrasis); retardadoras actividades se centran en ejercitar la
(decisiones de irrelevancia, suspensión del manipulación de los constituyentes de las
juicio y formulación de hipótesis a partir de frases u oraciones: coloreándolos o com-
indicios espaciales, temporales, funciona- pletándolos; separando frases unidas;
les, descriptivos, de clarificación o equiva- ordenando palabras de una oración o eli-
lencia…); o disruptivas (releer, consultar minando las que sobran; detectando
una fuente externa…). En esta línea pode- incoherencias internas en oraciones
mos situar también los trabajos de Gilabert o párrafos confeccionados para tal fin…
y Vidal-Abarca (1995) que han estudiado (véase Megía, 1992 o Cassany, 1997). De
específicamente las posibilidades de incor- todas formas, el objetivo debe ser incardi-
porar diversas técnicas para mejorar la nar estos procesos de comprensión en
comprensión de palabras y la ampliación textos más amplios. Un tercer tipo de

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actividad en este sentido proviene del Actividades para inferir referencias
procedimiento Cloze, que consiste en anafóricas
ofrecer un texto con espacios en blanco
que el lector debe rellenar (generalmente Algunas de las anteriores actividades como
a partir de diversas alternativas). Los suje- la clasificación de los pronombres en fun-
tos deben rechazar aquellas que no enca- ción de sus antecedentes, la utilización de
jan y restaurar las palabras que faltan, en sinónimos, el análisis de las funciones sin-
función de criterios morfosintácticos y tácticas de ciertos adverbios y sobre todo el
pragmáticos (Condemarin y Milicic, 1990). procedimiento cloze, puede diseñarse tam-
La realización de este tipo de tareas se ha bién para facilitar el establecimiento de
mostrado como un claro índice del nivel correferencias entre las diferentes proposi-
de comprensión que se alcanza. De hecho, ciones del texto. En esta cuestión, sin
su validez como técnica de evaluación se embargo, la principal dificultad se presenta
ha visto corroborada por las elevadas corre- cuando no existen anáforas superficiales
laciones obtenidas con pruebas de com- que señalicen el proceso (como ocurría con
prensión ya clásicas, como el test de Lázaro los “factores económicos y políticos” de la
(Artola, 1988). extensión del Luteranismo). En esta situa-
ción el lector debe hacer activar diversos
Finalmente, un tercer problema de com- conocimientos semánticos y pragmáticos
prensión en este nivel está relacionado con objeto de inferir la relación entre dos
con la discriminación e interpretación de proposiciones, lo cual requiere un compor-
expresiones redundantes o con doble tamiento estratégico de mayor complejidad.
sentido (ambiguas, irónicas o metafóri-
cas). En este caso, las actividades que Un recurso extraordinariamente útil para
algunos autores proponen se centran en entrenar estas estrategias consiste en la
enseñar a “leer entre líneas” (Cassany, lectura de textos desordenados. El profesor
1997). Básicamente, se trata de proponer deber seleccionar y fragmentar un texto
a los alumnos fragmentos ambiguos que con objeto de que los alumnos lo reorde-
requieran formular interpretaciones nen, de modo que tenga sentido. Para con-
hipotéticas y discutirlas o justificarlas en seguirlo, los alumnos deben, en primer
grupo. Este tipo de inferencias (y sobre lugar, descubrir señalizaciones deícticas
todo otras relacionadas con la intención (principalmente pronombres), sustantivos
o el enfoque ideológico del autor) operan, y adjetivos anafóricos o expresiones que
no obstante, en niveles más profundos de puedan interpretarse como anáforas pro-
la comprensión que normalmente requie- fundas. Posteriormente deben encontrar el
ren representaciones globales del conte- fragmento antecedente, contrastando siste-
nido del texto. máticamente las hipotéticas correferencias.

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Una estrategia para comprobar que la refe- y en diversos materiales de comprensión
rencia es correcta consiste en parafrasear lectora como el Proyecto de Inteligencia
la idea, o bien sustituir el pronombre o la Harvard (véase de nuevo Megía, 1993).
anáfora por el supuesto antecedente y Hernández y García (1991) encontraron
comprobar si tiene sentido o implica una claras pruebas de su eficacia para mejorar
posible relación causal con la proposición la comprensión de la base del texto, con
anterior. Así por ejemplo, si fragmentára- más claridad incluso que otras actividades
mos el texto del Luteranismo por cada uno centradas en la extracción y estructuración
de los segmentos que aparecen numera- de las ideas principales.
dos, la ayuda del profesor debería centrar-
se en que el alumno detecte e interprete las Actividades para anticipar
señalizaciones que aparecen en cursiva, y comprender la progresión temática
para poder reorganizar el “hilo conductor”
como ya analizamos anteriormente. “A Las referencias conectivas, como ya hemos
principios del siglo XV” es una clave típica comentado, no tienen ya un carácter estric-
del inicio de un texto histórico por lo que tamente local, puesto que requieren la con-
nuestra hipótesis debería considerarla sideración de fragmentos más amplios del
como la primera oración. Ya hemos expli- textos que en ocasiones coinciden con sub-
cado la función referencial de “ello” y de la temas del mismo. Por ello, la mayoría de los
anáfora profunda “bienes”. La interpreta- programas de instrucción que pretenden
ción de esta última en relación al “factor desarrollar este tipo de estrategias no se
económico” ofrece, no obstante, muchas fundamentan tanto en la detección de
dificultades para los alumnos de la E.S.O.; al señalizaciones como en promover estilos
igual que la número 5 (“ante esta situa- de lectura activa, desde una concepción
ción”) que en este ejercicio los sujetos tien- más amplia. Se trata en gran parte de acti-
den a colocar en segundo lugar. En cambio, vidades de solución de problemas, dirigidas
el sustantivo anafórico “emperador” y las básicamente a entrenar a los sujetos para
siguientes señalizaciones resultan más formular objetivos o predicciones en torno
fáciles de interpretar. Trabajar en grupo y a sucesivos segmentos de un texto (a partir
proporcionar el texto recortado en papel del título o el primer párrafo), a confirmar
como si se tratara de un rompecabezas, o reformular su hipótesis inicial y a resumir
facilita además la mediación de los compa- la progresión temática.
ñeros y una mayor implicación en la tarea.
Existe una gran variedad de programas
Este tipo de actividades aparecen de un que incorporan materiales para la instruc-
modo menos sistemático en algunos libros ción de este tipo de estrategias. Uno de
de textos del área de Idioma Extranjero los principales antecedentes es el S.Q.3R.

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de Robinson (1970), cuyas siglas represen- hacer una lista de palabras que pueden
tan cinco operaciones que intervienen aparecer); y plantearse preguntas posibles
directamente en la comprensión de un tex- sobre dicha información.
to: analizar los títulos, epígrafes o resúme-
nes para formular una primera idea gene- Más recientemente, la valoración de pro-
ral (“Survey”); reformular el análisis gramas comprensivos de instrucción de
anterior, convirtiéndolo en preguntas que estrategias de lectura ha mostrado la utili-
deben ser contestadas con la posterior lec- dad de otros recursos como el plantea-
tura (“Question”); leer y buscar respuestas miento de “organizadores previos”, la dis-
en el texto a las preguntas establecidas en cusión en grupo de objetivos, preguntas
el paso anterior (“Read”); parafrasear, decir sobre el propósito de la lectura y prediccio-
con las propias palabras las ideas que nes (Carriedo y Alonso Tapia, 1994) o la
expresa el texto y comprobar la adecuación formulación de autointerrogaciones y títu-
de la respuesta (“Recite”); y revisar o releer los que ayuden a explicitar la progresión
la información más relevante (“Review”). temática del texto (Sánchez, 1989, 1993,
1998). Por último, otras actividades como
Posteriormente se han desarrollado algu- los “textos desordenados” son aplicables
nas propuestas centradas más específica- también aquí para desarrollar inferencias
mente en la comprensión de la progresión conectivas, especialmente cuando se rom-
temática. Así, por ejemplo, Hansen y Pear- pen los párrafos de textos más o menos
son (1983) mostraron cómo la sencilla extensos.
estrategia de formularse autopreguntas
sobre las experiencias previas en torno al Como se puede apreciar, el marco didácti-
tema del texto y sobre las posibles predic- co para el desarrollo de todas estas estrate-
ciones que se derivan, produce mejoras en gias, especialmente en el área de Lengua y
la capacidad inferencial de niños con difi- Literatura, se basa sobre todo en la lectura
cultades de comprensión. Abarcando tam- compartida de textos inicialmente reescri-
bién la activación de conocimientos pre- tos por el profesor. Modificando los textos
vios, Ogle (1989) diseñó un programa más originales (especialmente en cuanto a la
amplio, el K.W.L. (“Know, Want to Know, inclusión de señalizaciones y anáforas pro-
Learn”) que instruía cuatro estrategias fundas), podemos adecuar las cohesión del
específicas: recuperar e inferir toda la texto al nivel de aprendizaje de los alumnos
información asociada al tema del texto y los objetivos que queramos primar. Pos-
(mediante una especie de “tormenta de teriormente la actividad de lectura se fun-
ideas”); categorizar los elementos más rele- damenta esencialmente en estrategias de
vantes; anticipar la información que el modelado y práctica con ayuda. El profesor
autor reflejará en el texto (o sencillamente debe comenzar explicitando las múltiples

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inferencias referenciales que se suscitan a tipo de actividades. Debemos insistir en
partir de la lectura en voz alta del texto: for- que el entrenamiento de estrategias refe-
mulando objetivos y preguntas, infiriendo el renciales es sólo un paso previo para el
significado de palabras, releyendo o parafra- entrenamiento de otras estrategias
seando expresiones complejas, detectando semánticas, estructurales y elaborativas
señalizaciones, anticipando información, (Montanero, 2000; Montanero y León,
resumiendo el “hilo conductor”… (véase un 2001) necesarias para profundizar en el
ejemplo en Sánchez y cols., 1999). Posterior- proceso de comprensión. Al igual que con
mente deben ser los propios alumnos quie- los anteriores materiales de instrucción,
nes, con su ayuda y la de los compañeros, el objetivo común debe ser, no obstante,
continúen este proceso de “pensamiento en desarrollar la capacidad estratégica del
voz alta”, (Bereiter y Bird, 1985) que se con- lector para planificar y regular el proceso
vierte así también en una interesante alter- de lectura en los diferentes niveles de
nativa de evaluación continua y procesual comprensión, aprovechando las señaliza-
(Pressley y Afflerbach, 1995). ciones que presenta el texto y los propios
conocimientos previos para realizar infe-
Con todo, la mejora de la comprensión no rencias más allá de la información explí-
debe circunscribirse únicamente a este cita.

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