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Incorporación de la Evaluación de Riesgo Ecológico en el Sistema de

Evaluación de Impacto Ambiental para ecosistemas acuáticos en Chile

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 Incorporación de la Evaluación de Riesgo Ecológico en el SEIA para ecosistemas acuáticos en Chile

Incorporación de la Evaluación de Riesgo

Ecológico en el Sistema de Evaluación de
Impacto Ambiental para ecosistemas
acuáticos en Chile
Matías Medina (1), Francisco Encina-Montoya (2)
(1) Departamento de Ecología y Center for Advanced Studies in Ecology and Biodiversity (CASEB).
Facultad de Ciencias Biológicas. Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile.
(2) Laboratorio de Ecotoxicología y Monitoreo Ambiental. Escuela de Ciencias Ambientales. Universidad Católica de Temuco, Chile.

L
a sociedad industrial moderna depende de manera
creciente del uso de nuevas sustancias químicas
para la producción de bienes y servicios. Sin em-
bargo, para evitar posibles efectos adversos y poder
mantener así la condición natural del ambiente acuático,
su uso y descarga deben ser administrados y controlados
mediante la evaluación de sus posibles efectos.
En Chile, los efectos y las decisiones que se deben tomar
respecto a algunos proyectos, se encuentran reguladas
por la Ley 19.300 sobre Bases Generales del Medio
Ambiente y el Reglamento del Sistema de Evaluación
de Impacto Ambiental (SEIA). Estos establecen las
actividades que solamente podrán ejecutar se o
modificarse previa evaluación de su impacto ambiental
a través del SEIA. De esta manera, el titular de todo
proyecto o actividad que deba someterse a dicho Sistema
deberá presentar una Declaración de Impacto Ambiental
(DIA) o elaborar un Estudio de Impacto Ambiental (EIA)
según corresponda. En su Artículo 3º, dicho Reglamento
establece 20 tipos de proyectos o actividades (letras
a-s) susceptibles de causar impacto ambiental y que por
tanto, deben someterse al SEIA. Todos estos proyectos
o actividades deben presentar una DIA con los
antecedentes que demuestren que el proyecto o
actividad no genera o presenta alguno de los efectos,
características o circunstancias contemplados en el
Artículo 11º de la Ley y en los artículos del Título II del
Reglamento. De lo contrario, el titular deberá presentar
un EIA, el cual reconoce que el proyecto genera o
presenta alguno de los efectos, características o
circunstancias contemplados en estos artículos, de tal
manera que su magnitud e impor tancia deben ser
evaluados y sus impactos mitigados.
En relación con los recursos naturales renovables, el
Reglamento establece que se deberá presentar un EIA
si el proyecto o actividad genera o presenta efectos
adversos significativos sobre su cantidad y calidad
(Artículo 6º). Sin embargo, a objeto de evaluar si estos
efectos adversos sobre la naturaleza son o no
significativos, y por tanto si requieren o no un EIA, el
Reglamento considera una serie de características del
proyecto o actividad que no son siempre aplicables, que
no indican el nivel de peligrosidad, o que no poseen
relevancia ecológica local. En primer lugar (letra a,
Artículo 6º), el Reglamento señala que, a objeto de
evaluar efectos adversos significativos, se considerará las
normas secundarias de calidad ambiental y de emisión
vigentes o, ante la falta de dichas normas, las vigentes en
diferentes Estados, dando prioridad a aquel que posea
similitud con los componentes ambientales nacionales
y/o locales (Artículo 7º). Estas normas, que para el caso
de emisiones en aguas superficiales y subterráneas del
territorio nacional han sido promulgadas por los decretos
supremos D.S. 90/2001 y D.S. 46/2002 respectivamente,
solo establecen los límites máximos y mínimos de la
concentración o permanencia de sustancias, elementos,

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 Matías Medina, Francisco Encina-Montoya / REVISTA AMBIENTE Y DESARROLLO de CIPMA
energía o combinación de ellos, basándose
principalmente en los niveles adoptados por normas
extranjeras. Por lo tanto, estas normas no consideran la
relación causal entre las concentraciones ambientales y
los efectos a largo plazo sobre los ecosistemas locales
amenazados, los cuales podrían presentar una
composición específica y una estructura comunitaria
particular. Diferencias en estas características generan
distintas sensibilidades a la presencia de estas sustancias
o elementos contaminantes, así como variaciones en la
capacidad de recuperación de un ecosistema, por lo que
una generalización de la respuesta no resultaría adecuada.
En segundo lugar, el Reglamento señala una serie de
características de los proyectos o actividades en cuestión
que, de cumplirse, obligan al titular del proyecto a
presentar un EIA (letras b-p, Artículo 6º). A diferencia
de las normas, estas características son subjetivas e
imprecisas y, por tanto, no permiten determinar con
exactitud la necesidad de realizar un EIA. Así, por ejemplo,
se señalan como características a considerar : la
peligrosidad, cantidad y concentración de los efluentes
líquidos y de las emisiones a la atmósfera; su relación
con la calidad ambiental de los recursos naturales
renovables; la diversidad biológica presente en el área
de influencia del proyecto y su capacidad de regeneración.
Se desprende del Reglamento que estas características
se basan en la apreciación de expertos, la que variará
Resumen
Con el objeto de evaluar si la descarga de sustancias tóxicas en
ecosistemas acuáticos genera efectos negativos, la legislación
ambiental chilena no considera, necesariamente, la relación causal
entre las concentraciones ambientales de estas sustancias y su
efecto a largo plazo en los ecosistemas amenazados. En este
contexto, el presente trabajo propone la incorporación de las etapas,
pasos, metodología y terminología de la Evaluación de Riesgo
Ecológico, en la legislación ambiental chilena. Esta metodología
incluye la aplicación de un cuociente de riesgo y utiliza técnicas
ecotoxicológicas para determinar la concentración ambiental de
sustancias tóxicas y el nivel que podría generar efectos adversos en
ecosistema acuáticos. Con la incorporación de la Evaluación de
Riesgo Ecológico en la legislación ambiental chilena se espera que
los posibles efectos ecológicos de una actividad puedan ser
considerados mediante la obtención de información objetiva
específica para cada caso.
Abstract
In order to assess if the release of toxic substances to aquatic
ecosystems generates negative effects, the Chilean environmental
legislation do not necessarily consider the causal relation between
the environmental concentration of these substance and their long-
term effects on threatened ecosystems. The present work proposes
the incorporation of the stages, steps, methodology and terminology
of the Ecological Risk Assessment in the Chilean environmental
legislation. This methodology includes the application of a risk quotient
and the use of ecotoxicological techniques to determinate the
environmental concentration of toxic substances, and the level that
could generates detrimental effects on aquatic ecosystems. With the
incorporation of the Ecological Risk Assessment in the Chilean
environmental legislation it is expected that the possible ecological
effects of an activity would be considered through the attainment of
more objective information specific to each case.
20
además dependiendo de la experiencia, formación y
conocimiento personal.
Por lo tanto, para proteger los ecosistemas acuáticos en
Chile a través del SEIA, será necesario considerar, por
un lado, normas secundarias que establecen rangos
máximos y mínimos de la contaminación que no
consideran necesariamente la ecología del lugar y por
consiguiente, no reflejan realmente los posibles efectos
ambientales; y por otro, las características del proyecto
o actividad que, al ser subjetivas, dejan a criterio del titu-
lar del proyecto, de la opinión pública y de los evaluadores
ambientales, el nivel de efectos que generará en los
recursos naturales renovables.
Parte de este problema ha sido resuelto en países con
mayor experiencia en temas ambientales, donde los
posibles efectos son definidos basándose en la
probabilidad de que este daño llegue a expresarse dentro
de valores de seguridad aceptables, metodología
denominada Administración de Riesgo Ambiental (ARA)1.
Este concepto ha emergido en los últimos años en los
países de la Comunidad Europea y Estados Unidos como
parte impor tante de los programas de protección
ambiental, siendo utilizado por las distintas organizaciones
y servicios con competencia ambiental2,3,4.
Si bien en la legislación ambiental chilena y
particularmente en las normas secundarias, se hace
referencia a la probabilidad de daño ambiental a través
de la palabra “riesgo”, la manera en que este es
considerado o cuantificado no ha sido aún regulada,
estimándose solo de forma subjetiva. El presente trabajo
describe los componentes involucrados en la ARA y, en
base a ellos, propone su incorporación en la
determinación objetiva de posibles efectos en
ecosistemas acuáticos. Con la incorporación de estos
componentes, de su terminología y de su metodología,
el SEIA podrá considerar la relevancia ecológica de los
posibles efectos atribuidos a un proyecto mediante la
obtención de información objetiva y confiable específica
para cada caso.
EVALUACIÓN DE RIESGO AMBIENTAL Y
ECOLÓGICO
En general el proceso de la Administración de Riesgo
Ambiental se divide en una etapa de Evaluación del
Riesgo, que entrega información científica sobre la
probabilidad que ocurra un daño en las especies
VOL. XIX / Nºs 3 y 4 / 2003
 Incorporación de la Evaluación de Riesgo Ecológico en el SEIA para ecosistemas acuáticos en Chile

Tabla 1. Etapas y pasos en la Administración de Riesgo Ambiental (ARA).

Etapas Pasos Objetivo Resultado

Evaluación del Riesgo
Administración del Riesgo
1. Identificación del peligro
2. Evaluación del efecto
3. Evaluación de la exposición
4. Caracterización del riesgo
5. Clasificación del riesgo
6. Análisis de riesgo-beneficio
7. Reducción de riesgo
8. Monitoreo
Formular el problema.
Determinar la concentración
sin efecto ecológico (CSE).
Determinar la concentración
ambiental esperada (CAE).
Integrar los tres pasos
anteriores y calcular el riesgo
implicado.
Determinar si el riesgo
calculado es significativo.
Analizar las posibilidades de
regulación, sus costos y
sus beneficios.
Aplicar las medidas para la
reducción del riesgo.
Establecer protocolos y
programas para el
cumplimiento de legislación
relacionada.
Se identifican las características de la
sustancia y sus potenciales efectos; los
componentes de ecosistema expuesto
y lo que se debe proteger.
Se conoce la relación entre el nivel de
exposición y la naturaleza, severidad y
duración de los efectos del
contaminante.
Se obtiene un modelo del destino del
contaminante y su grado de contacto
con el sistema ecológico afectado.
Se conoce la probabilidad que los
efectos ocurran por la presencia actual
o futura del contaminante.
Se valorizan los efectos implicados en
la emisión del contaminante.
Se generan normas y leyes
relacionadas con e control y reducción
del riesgo.
Se controla la emisión del
contaminante y se reduce el riesgo de
impacto ambiental.
El control y la reducción del riesgo
son mantenidos en el tiempo.

expuestas, y en una Administración del Riesgo, en que
se elaboran y aplican las políticas o normas de regulación
para el control del posible efecto (Tabla 1). Esta última
etapa suma a la evaluación científica del riesgo las
consideraciones legales, políticas, económicas y de
ingeniería pertinentes, e incluye la implementación de
medidas para el monitoreo y la remediación. Según Van
Leeuwen y Hermens1, el proceso de ARA también puede
ser dividido en ocho pasos, de los cuales los primeros
cuatro corresponden a la evaluación de riesgo y los
últimos a la administración de éste (Tabla 1).
La consideración “ambiental” de la ARA incluye la
evaluación del riesgo implicado en posibles efectos
adversos en humanos y vida silvestre; sin embargo,
cuando esta se refiere solo al componente biológico no
humano, el estudio se denomina Evaluación de Riesgo
Ecológico (ERE)5. La evaluación de riesgo ecológico ha
sido definida como el proceso de caracterización y
estimación de la probabilidad que hayan ocurrido, estén
ocurriendo o vayan a ocurrir efectos adversos en
sistemas ecológicos debido a actividades humanas 3,6.
Aunque los efectos ecológicos son evaluados utilizando
la misma metodología utilizada para predecir efectos en
humanos, la diversidad taxonómica, la variabilidad de
respuestas toxicológicas, la escala espacial y temporal,
así como la complejidad de la exposición son importantes
diferencias entre la evaluación de riesgo ambiental y la
evaluación de riesgo ecológico1.
ECOTOXICOLOGÍA
En la práctica, la evaluación de riesgo ecológico (ver
Recuadro 1) se desarrolla en el marco de la
ecotoxicología. Ésta se define como el estudio
multidisciplinario de los efectos de un agente
contaminante sobre los organismos vivos, sus poblaciones
y sus comunidades9,10. La ecotoxicología desarrolla todos
los pasos implicados en la evaluación del riesgo ecológico
(Tabla 1) y utiliza métodos toxicológicos, químicos y
ecológicos, para describir la interacción entre agentes
contaminantes y or ganismos, entre agentes
contaminantes y ecosistemas, y entre organismos y
ecosistemas, respectivamente (Fig. 3). La ecotoxicología
también utiliza modelos matemáticos para describir estas
interacciones.
Muchos autores consideran los estudios de laboratorio
(ver Recuadro 2) poco reales e insuficientes para simular

VOL. XIX / Nºs 3 y 4 / 2003 21

 Matías Medina, Francisco Encina-Montoya / REVISTA AMBIENTE Y DESARROLLO de CIPMA

Recuadro 1.

Determinación del Riesgo Ecológico (ERE)

El riesgo ecológico se determina en
términos de la razón entre la
concentración ambiental esperada
(CAE) y la concentración sin efecto
ecológico (CSE). Este método,
también denominado cuociente de
peligrosidad (CP)7, compara la
concentración ambiental del agente
contaminante con una concentración
cuyo efecto es conocido, a través de
su cuociente (CAE/CSE).
Normalmente el escenario más
desfavorable es aplicado en esta
metodología, por lo tanto, la CAE
será la concentración más alta
medida o estimada en el lugar de
estudio. La CSE por su parte, se
existe riesgo si el valor del cuociente considerando los supuestos hechos
basará en un nivel de efecto
es mayor que 1 (CAE>CSE). Por el en la estimación y en la combinación
producido en la especie más sensible
contrario, si el valor del cuociente es de los parámetros involucrados6. A
o aquella con mayor relevancia
menor que 1 (CAE<CSE) se diferencia del método del cuociente,
ecológica local.
considera que la presencia del agente el método probabilístico combina
Es común que el cuociente de contaminante en el lugar estudiado y estocásticamente la distribución de
peligrosidad incorpore de alguna a las concentraciones esperadas, no posibles CAE con la distribución de
forma un Factor de Incertidumbre representa un riesgo para el los posibles efectos (CSE), generando
(FI), con el que se espera cuantificar ecosistema. distintos valores del cuociente de
en el valor de riesgo la incertidumbre riesgo (CP). Estas distribuciones son
Como el concepto de riesgo debiera determinadas mediante modelos que
involucrada en el proceso de
incluir siempre algún elemento de integran algorítmicamente las
evaluación (Fig.1). Las principales
probabilidad, el cuociente de distintas variables que intervienen en
fuentes de incertidumbre son
peligrosidad es sesgado ya que el nivel de exposición y en el efecto
originadas por el error en las
considera sólo un nivel de efecto y de un agente contaminante (Fig. 2).
mediciones, por errores en la
asume que las condiciones Mediante la aplicación de este
manipulación de la información
ambientales de exposición existirán método, nuevos datos pueden ser
(ignorancia), por la estocasticidad y
en cada ocasión y en cada lugar en constantemente incluidos o
variabilidad natural del sistema, y por
que se presenta el problema. Por ello, revisados, haciendo más confiables
las suposiciones que se deben
el concepto de CP sólo debería los criterios de decisión. La
adoptar frente a la falta de
utilizarse para evaluaciones de riesgo desventaja de su utilización radica en
información en cada una de las
preliminares7. En EREs más la mayor información que debe ser
etapas de la evaluación6,8. Los FI son
elaboradas, el riesgo es incluido en la recopilada y en que no es un
constantes y se aplican según el nivel
evaluación utilizando el método método aplicable a sustancias con un
de incertidumbre que se tenga en la
probabilístico. En este, la alto potencial de concentración en
variable estudiada. Por ejemplo, un
incertidumbre es cuantificada los organismos o bioacumulación7. AD
factor de 10 será aplicado si se
conoce la concentración más alta de
un agente contaminante que no
produce efecto en un grupo de
organismos que incluya al menos tres
niveles tróficos; un factor de 100 será
aplicado si se conoce la relación
concentración-respuesta para una
sola especie; y un factor de 1000 será
aplicado si sólo se conoce las
concentraciones letales. Una vez
aplicados los FI, se considera que

22 VOL. XIX / Nºs 3 y 4 / 2003

 Incorporación de la Evaluación de Riesgo Ecológico en el SEIA para ecosistemas acuáticos en Chile
interacciones interespecíficas y la constante
influencia del medio ambiente 13,17. Esta
situación genera la necesidad de desarrollar
estudios de campo, donde las conclusiones
sobre los posibles efectos ecológicos son
generadas basándose en la observación
directa de parámetros estructurales y
funcionales de la comunidad18. Para ello se
puede utilizar una metodología que consiste
en el análisis de especies bioindicadoras o
indicadores ecológicos, cuya presencia o
ausencia en el ecosistema amenazado puede
ser correlacionada con un patrón de
contaminación 13,19 o con cambios en la
estructura, función y composición del ecosistema20.
La unión entre las pr uebas de toxicidad antes
mencionadas y el monitoreo en terreno, se logra
mediante el desarrollo de los denominados Estudios
Simulados de Campo (ESC) 13. Estos consisten en
experimentos multiespecíficos en que los organismos y
los demás componentes abióticos de un ecosistema
determinado son mantenidos y expuestos a la sustancia
que se desea evaluar en un sistema cerrado. Este tipo
de experimentos permite determinar la dilución,
transporte y destino del agente contaminante en el
ambiente, así como sus efectos directos e indirectos en
el ecosistema21.
La presencia de un contaminante en el ambiente y sus
efectos ecológicos también pueden ser determinados
mediante el uso de biomarcadores o marcadores
biológicos22,23. Estos corresponden a la medición de
respuestas moleculares, bioquímicas y fisiológicas que
produce la presencia de un agente contaminante en un
organismo determinado. El material biológico utilizado
como biomarcador incluye ácidos nucleicos y proteínas
(enzimas), organelos, células, tejidos y órganos. Estos
análisis pueden desarrollarse en el laboratorio,
exponiendo una especie para la cual las reacciones a
medir están ya establecidas; o pueden efectuarse en
terreno, mediante la mantención de estos organismos
en el cuerpo de agua que se desea evaluar24.
Debido al tiempo que requieren los métodos
ecotoxicológicos mencionados anteriormente y al costo
de estos, en la actualidad sólo es posible encontrar datos
relacionados con el riesgo ecológico de una fracción de
las sustancias que son liberadas al ambiente. Esta situación
ha hecho necesaria la implementación de un método
estimativo que relacione las propiedades químicas de
VOL. XIX / Nºs 3 y 4 / 2003
las sustancias con su posible destino en el ambiente y su
posible generación de efectos ecológicos adversos. Esta
metodología ha sido denominada Relaciones
Cuantitativas de Estructura-Actividad (RCEA) y su análisis
representa la primera etapa en la evaluación de riesgo
ecológico1,25. La metodología combina las características
químicas de la sustancia (estructura) con su posible
toxicidad biológica (actividad), generando un modelo que
permite estimar su futuro en el ambiente y su posible
efecto en los organismos expuestos.
INCORPORACIÓN DE LA ERE EN EL SEIA
Considerando que los objetivos y metodologías aplicadas
en la ERE coinciden con los del SEIA y el hecho que
éste es aplicado en países con mayor experiencia en
temas ambientales, el recomendar su incorporación a
este sistema significaría un aporte a la evaluación del
impacto ambiental asociado a la ejecución o modificación
de las actividades descritas en la Ley 19.300. En este
sentido, el desarrollo de ERE permitiría proporcionar
antecedentes fundados y objetivos para la predicción,
identificación e interpretación del impacto ambiental
relacionado con el desarrollo de estas actividades.
En el caso de ecosistemas acuáticos, la incorporación de
la ERE en el SEIA debiera incluir en primer lugar, la difusión
de esta metodología y la coordinación entre las
autoridades reguladoras, los servicios públicos con
competencia ambiental, el sector privado y los centros
de estudios científicos relacionados con el tema. Una
vez que la propuesta es dada a conocer, las metodologías
implicadas en el desarrollo de EREs deberían ser
incorporadas tanto en la elaboración de normas de
calidad ambiental y de emisión (secundarias) como en
el reglamento del SEIA. Lo anterior incluye la elaboración
23
 Matías Medina, Francisco Encina-Montoya / REVISTA AMBIENTE Y DESARROLLO de CIPMA
Recuadro 2.
Estimación de CAE y CSE
El estudio de la CAE considera la identificación del
agente contaminante, la caracterización de sus vías de
ingreso, el análisis de su biodisponibilidad (disponibilidad
para los distintos organismos) y la intensidad,
temporalidad y dimensión espacial de la exposición. La
medición y/o estimación de la CAE se realiza mediante
recopilación de información, mediante programas de
monitoreo o aplicando modelos de dispersión11.
La estimación de la CSE, en tanto, se desarrolla
principalmente mediante pruebas toxicológicas
realizadas en laboratorio. Estas determinan la
peligrosidad de una sustancia basándose en la relación
causal entre concentraciones ambientales del agente
contaminante y sus efectos poblacionales. Estas pruebas
pueden analizar respuestas agudas, crónicas, subcrónicas
y de pulso, dependiendo del régimen de exposición.
Las pruebas agudas determinan la relación
concentración-mortalidad entre el agente contaminante
y el organismo, en un período no superior a 96 horas10,12.
Las pruebas de toxicidad crónica evalúan los efectos
de la exposición prolongada de una población a
concentraciones subletales del agente contaminante. En
este tipo de estudios, los organismos son expuestos
durante todo su ciclo de vida, determinándose efectos
en diferentes parámetros poblacionales y funcionales.
Cuando el ciclo de vida de los organismos utilizados es
largo, las pruebas de toxicidad crónicas pueden ser
reemplazadas por las denominadas pruebas
subcrónicas13. En estas se evalúan los mismos parámetros,
pero en períodos cortos y utilizando estadios de
desarrollo específicos14,15.
A pesar de que los métodos agudos, crónicos y
subcrónicos cuantifican la toxicidad, el escenario de
exposición utilizado en este tipo de pruebas es
insatisfactorio cuando las sustancias evaluadas son poco
solubles, como los pesticidas y otros compuestos
orgánicos. Lo anterior se debe a la naturaleza hidrofóbica
de estos compuestos, que evita su disolución en la co-
lumna de agua y genera su rápida adsorción a las matri-
ces sólidas presentes o en contacto con ella, como
contenedores, material en suspensión, etc. En estos casos,
el efecto detectado por estas pruebas sería el resultado
de la interacción entre la sustancia y el organismo
analizado en tiempos significativamente menores que
el determinado utilizando estas técnicas (menos de 96
horas), lo que subestimaría el valor del riesgo ecológico.
En estas situaciones las pruebas de pulso, que miden la
respuesta obtenida luego de una sola exposición de
corta duración, representan un aporte a la correcta
determinación del riesgo ecológico16.
24
de protocolos y mecanismos generales que permitan la
incorporación de los pasos descritos en la tabla 1. En
este sentido y dependiendo del tipo de actividad o
proyecto que se presenta, el SEIA debiera obligar, dentro
de sus etapas o mecanismos, el desarrollo de las
metodologías aquí descritas. Lo anterior debiera ser
exigido con un nivel de complejidad variable
dependiendo del tamaño del proyecto y de la
importancia del ecosistema, características que debieran
ser estudiadas y objetivamente definidas en el
Reglamento del SEIA.
Si bien el desarrollo obligado de cualquiera de las
metodologías antes descritas para el desarrollo de ERE
significa un mayor tiempo de estudio, sus resultados
deberán ser entregados acompañando la respectiva DIA
o EIA del proyecto; por lo tanto, su aplicación no debiera
interferir en los plazos que han sido establecidos por la
Ley 19.300 para su evaluación posterior. Sin embargo,
su incorporación obligada significará un mayor costo de
preparación y un período, previo a la presentación, más
largo. Con respecto a esto, se espera que la coordinación
entre las autoridades reguladoras, el sector privado y
los grupos científicos relacionados con el tema, genere
un conocimiento general del tema y una constante
elaboración de protocolos y mecanismos que permitan
la incorporación de los pasos aquí descritos de manera
cada vez más rápida y eficiente.
Un avance en esta dirección ha quedado establecido en
el D.S. 90/2001, el que para casos específicos exige realizar
bioensayos de toxicidad en la etapa de re-muestreo,
siguiendo lo establecido en el anexo B de la Norma
Chilena 2313/5 Of 96.También es importante mencionar
la promulgación de la Norma Chilena 2083/99 que es la
primera en establecer la utilidad de realizar pruebas de
toxicidad aguda para determinar la inhibición de
movilidad de organismos considerados estándar por
diferentes organizaciones internacionales. Faltaría en
Chile, sin embargo, la estandarización de un mayor
número de pruebas de toxicidad que den cuenta de la
particularidad de cada sistema ecológico evaluado.
En relación con lo anterior, el proceso de incorporación
debería incluir en forma paralela la generación de una
base de datos por parte de los organismos o servicios
públicos con competencia ambiental, que permita
clasificar los compuestos usados actualmente en el
territorio nacional según su peligrosidad. Esta información
debiera surgir de una exhaustiva revisión bibliográfica
sobre los posibles efectos ambientales relacionados con
VOL. XIX / Nºs 3 y 4 / 2003
 Incorporación de la Evaluación de Riesgo Ecológico en el SEIA para ecosistemas acuáticos en Chile
cada uno de estos compuestos. La base de datos también
debiera ser completada mediante el desarrollo
permanente de nuevas pruebas de toxicidad que utilicen
y establezcan especies estándar para cada ecosistema
acuático nacional. El desarrollo de esta base de datos
permitiría una primera y rápida evaluación del riesgo
ecológico implicado en los proyectos acuáticos que se
someten al SEIA.
Recientemente la Comisión Nacional del Medio
Ambiente (CONAMA) ha hecho público un Instructivo
Presidencial para el establecimiento de las normas
secundarias de calidad ambiental para aguas continentales
superficiales y marinas26. Este instructivo, que se espera
examine, verifique y adecúe la norma de emisión
establecida en el D.S. 90/2001, considera una priorización
de los cuerpos y cursos de agua en distintas clases de
calidad, basándose en los usos prioritarios actuales,
potenciales o futuros, la existencia de comunidades
acuáticas, la calidad existente al iniciarse el proceso de
dictación de la norma de calidad secundaria y el estado
productivo biológico que se desee conservar o recuperar.
Además, dicho proceso de clasificación consideraría la
calidad natural del recurso y criterios sitio-específicos,
tales como la sensibilidad de las especies a las condiciones
del medio natural en que habitan y las características
físicas y químicas particulares del lugar que alteran la
presencia del contaminante y su toxicidad.
Si bien lo establecido en este Instructivo significa un
avance hacia el reconocimiento de las características
par ticulares de cada cuerpo de agua y por tanto
concuerda con lo propuesto en este ar tículo, el
documento también establece rangos máximos y
mínimos para definir el peligro relacionado con la
presencia de contaminantes en un cuerpo de agua. En
este sentido, el Instructivo no responde a la necesidad
de establecer el riesgo ecológico par ticular del
ecosistema amenazado en términos de la razón entre la
concentración ambiental esperada (C AE) y la
concentración sin efecto ecológico (CSE), determinada
a par tir de pruebas toxicológicas específicas (ver
Recuadro 1).
La aplicación de la ERE en el SEIA permitirá predecir y
resaltar los riesgos más importantes de un proyecto y
por lo tanto, permitiría dirigir la atención y los recursos
de los organismos reguladores y la industria a aquellas
actividades potencialmente peligrosas. A quien le
corresponda administrar este riesgo, sumará los
resultados de esta evaluación a consideraciones políticas
VOL. XIX / Nºs 3 y 4 / 2003
y sociales con competencia en el tema, a la relación costo-
beneficio de evitar el riesgo, y a las posibilidades técnicas
de su tratamiento o remediación. De esta administración
debiera surgir la implementación de sistemas de gestión
ambiental que permitan regular las actividades de riesgo,
anticipar sus efectos y evaluar el éxito de las medidas
adoptadas para su mitigación. AD
Agradecimientos
Los autores agradecen a Pamela Zenteno de CONAMA
por su valioso aporte en información y revisión del
manuscrito. Los autores también agradecen a la
Dirección de Investigación y Postgrado de la Universidad
Católica de Temuco y al FONDAP-FONDECYT 1501
0001: CASEB, Programa de Investigación 7, por las
facilidades otorgadas en la elaboración de este trabajo.
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 Incorporación de la Evaluación de Riesgo Ecológico en el SEIA para ecosistemas acuáticos en Chile
¿Qué queda por hacer?
Comentario de Leonel Sierralta
Gerente de Desarrollo de Gestión Ambiental Consultores S.A.
La idea de incorporar la evaluación de impacto
ambiental a nivel de ecosistemas, en lugar de hacerlo
considerando la especie más sensible, no es nueva y se
remonta a comienzos de los años 90. En los países
nórdicos se aplica a la evaluación de impacto ambiental
y en el diseño de programas de monitoreo de aguas
marinas y lacustres. Buenos ejemplos de ello se pueden
encontrar en los EIAs de plantas de celulosa y aluminio
en Noruega, Suecia e Islandia en los últimos 10 ó 15
años.
La incorporación del análisis de riesgo a nivel de
ecosistema en el desarrollo de normas secundarias, se
realiza desde hace años en los países desarrollados. En
Chile, para la construcción de las normas se asume que
las diferencias ecosistémicas, entre los lugares donde se
ha hecho la investigación básica que sustenta las
concentraciones máximas de los compuestos riesgosos,
con los ecosistemas donde esas normas se aplicarán
(Chile) son irrelevantes. Adicionalmente, en la
construcción de tales normas se establecen márgenes
de seguridad importantes, a fin de cubrir precisamente
esas eventuales diferencias.
La importancia del artículo estriba, por consiguiente, no
tanto en las dos indicaciones ya mencionadas, sino en la
posibilidad de incorporar en Chile el concepto de
Evaluación de Riesgo Ecológico (ERE). Podría ocurrir
que los efectos ecológicos evaluados con la misma
metodología utilizada para predecir efectos en
humanos no sea suficiente para predecir los efectos en
comunidades ecológicas. Como los autores indican,
“….la diversidad taxonómica, la variabilidad de
respuestas toxicológicas, la escala espacial y temporal,
así como la complejidad de la exposición son
importantes diferencias entre la evaluación de riesgo
ambiental y la evaluación de riesgo ecológico”.
La posibilidad de incorporar al SEIA la evaluación de
Riesgo Ecológico requeriría de algunos pasos previos,
como estudios ecosistémicos acabados de las áreas a
impactar por los efluentes tratados. Adicionalmente,
esos estudios debieran ser de mayor envergadura,
tanto en tiempo como en área que aquellos
característicos de las líneas de base. Así mismo, habría
que consolidar en la legislación aplicable un conjunto
de indicadores que permitiera establecer criterios o
niveles de riesgo aceptable para determinados tipos de
descargas. No se debe olvidar que, de acuerdo a la
legislación actual, un efluente que cumple con los
máximos permitidos por los decretos 90 y 46, puede
VOL. XIX / Nºs 3 y 4 / 2003
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descargar a cursos o masas de agua o infiltrarse. En ese
sentido debiera considerarse que se impondría una
obligación adicional a los emisores, a no ser que
hubiera una derogación explícita de los decretos
aludidos.
La alternativa a estos estudios ecosistémicos acabados
la podría representar lo que los autores denominan
Estudios Simulados de Campo, aunque los propios
autores reconocen que estos estudios son demorosos
y solo se han realizado para un número limitado de
sustancias.
¿Qué queda entonces por hacer? Los autores
proponen la incorporación de un método estimativo
“…que relacione las propiedades químicas de las
sustancias con su posible destino en el ambiente y su
posible generación de efectos ecológicos adversos”. La
metodología propuesta es la denominada Relaciones
Cuantitativas de Estructura-Actividad (RCEA) que
combina las características químicas de la sustancia
(estructura) con su posible toxicidad biológica
(actividad). A partir de esta relación se genera un
modelo que permitiría estimar el destino de la
sustancia en el ambiente y su posible efecto en los
organismos expuestos. Para ello se requiere algo más
que los pasos enunciados por los autores. En efecto, la
incorporación de la Evaluación de Riesgo Ecológico al
SEIA requiere, en primer lugar, la inclusión de esta
herramienta en el sistema normativo chileno de
manera formal, lo que implica un cambio no solo en la
óptica normativa, sino también en las regulaciones que
ordenan el proceso normativo, de acuerdo a la Ley de
Bases del Medio Ambiente (Reglamento de Normas).
Adicionalmente, se requiere una coordinación, como
los mismos autores lo mencionan, entre las autoridades
reguladoras, los servicios públicos con competencia
ambiental, el sector privado y los centros de estudios
científicos relacionados con el tema.
La orientación creciente de ciencia básica nacional
hacia temas de relevancia para la gestión ambiental,
como pudiera ser el proceso normativo chileno y la
evaluación de impacto ambiental, es un paso muy
relevante que incorpora a las universidades chilenas a
ese proceso de gestión. Hasta el momento, ese aporte
universitario había estado restringido a la ejecución de
líneas de base y a la consultoría al sector privado. La
propuesta de Medina y Encina-Montoya es auspiciosa y
muy bienvenida.
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