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PORTFOLIO
Actividad didáctica sobre los temas 3, 4 y 5
Especialidad de Latín
2
1. INTRODUCCIÓN 3
2.PARTE TEÓRICA 4
2.A. La investigación educativa: el modelo cuantitativo 4
2.A.1. Características y finalidad de la ciencia 4
2.A.2. La ciencia y el método científico 4
2.A.3. Tipos de paradigmas 5
2.A.4. Paradigma del Método Científico (Dewey) 6
2.A.5. La investigación cuantitativa: proceso y fases 7
2.A. 6. El informe de la investigación: modelos y elementos de contenido 8
2.B. El modelo cualitativo y la investigación-acción 10
2.B.1. Características de la investigación cualitativa 11
2.B.2. El proceso y las fases de la investigación cualitativa 11
2.B.3. Métodos cualitativos y proceso en la investigación educativa 11
2.B.4. Modelos y enfoques de la Investigación-acción 12
2.C. Evaluación e investigación evaluativa 14
2.C.1. Evaluación e investigación evaluativa. 14
2.C.2. Técnicas e instrumentos de evaluación 14
2.C.3. Técnicas e instrumentos para la recogida de información 15
2.C.4. Criterios, modelos y metodologías de evaluación 16
2.C.5. La evaluación del Programa Educativo: proceso 17
2.C.6.Estándares para la investigación evaluativa 18
2.D. La innovación educativa 20
2.D.1. Características de la innovación educativa 20
2.D.2. Implementación de una actividad innovadora 21
2.D.3. Criterios de una iniciativa innovadora 22
2.D.4. Propuesta de innovación 23
3. PARTE PRÁCTICA 25
3.A. Propuesta de investigación cuantitativa 25
3.A.1. Planteamiento del problema 25
3.A.2. Desarrollo de la investigación 25
3.B. Propuesta de investigación-acción 26
3.B.1. Propuesta inicial de partida 26
3.B.2. Desarrollo de la investigación-acción 26
3.C. Propuesta de evaluación de un programa educativo 28
3.C.1. Propuesta de Evaluación de la Programación Didáctica de Latín de 4.º de ESO 28
3.C.2. Propuestas de mejora de la Programación analizada 30
4. CONCLUSIONES 31
5. BIBLIOGRAFÍA 32
APÉNDICE
Programación Didáctica de Latín de 4.º de ESO 34
3
1. INTRODUCCIÓN
Hemos articulado esta actividad en dos grandes bloques (una Parte teórica y una
Parte práctica), precedidos por la presente Introducción y un Índice, y seguidos por unas
Conclusiones y una Bibliografía.
2. PARTE TEÓRICA
Desde los siglos XVII y XVIII, con el auge de las corrientes racionalistas y empi-
ristas, se ha venido identificado el método de la ciencia con el método empírico-
deductivo; a ello contribuyeron grandemente el Novum organon (1620) de Francis Ba-
con y el Discours de la méthode (1637) de René Descartes. Siguiendo a Godfrey-Smith
5
(2003, p. 236), podemos afirmar que las diferentes versiones del método empírico-
deductivo contemplan, por lo general, los cuatro pasos siguientes:
(1) observar con atención un fenómeno;
(2) formular una hipótesis explicativa acerca del mismo;
(3) formular, a partir de la hipótesis, predicciones que puedan comprobarse empírica-
mente;
(4) comprobar la veracidad de tales predicciones.
1
Patton, M. Q. (1978). Utilization-Focused Evaluation. Beverly Hills: Sage (citado por Pérez Juste, 2014a, p.
2).
2
Gage, N. L. (1963). Paradigms for Research on Teaching. En N. L. Gage, Handbook of Research on Teaching.
Chicago: Rand McNally (citado por Pérez Juste 2014a, p. 12 ).
6
sino pautas de investigación cuya aplicación lleva al desarrollo del marco teórico en el
que se sustentan.
Tradicionalmente se postula la existencia de dos grandes paradigmas, el para-
digma cuantitativo (que tiene su origen en las ciencias naturales) y el paradigma cuali-
tativo (que fue desarrollado en el ámbito de la antropología social y de la sociología,
principalmente por obra de la Escuela de Chicago). Para una mayor particularización
de los atributos de ambos modelos (en su aplicación a las ciencias humanas) podemos
proponer una adaptación del cuadro que ofrece Pérez Juste (2014a, p. 14):
PARADIGMA CUALITATIVO PARADIGMA CUANTITATIVO
• Aboga por el empleo de los métodos cua- • Aboga por el empleo de los métodos
litativos. cuantitativos.
• Fenomenologismo y verstehen. • Positivismo lógico.
• Observación naturalista y sin control. • Medición penetrante y controlada.
• Subjetivo. • Objetivo.
• Próximo a los datos; perspectiva “desde • Al margen de los datos: perspectiva “des-
dentro”. de fuera”.
• Descriptivo e inductivo. • Inferencial e hipotético-deductivo.
• Orientado al proceso. • Orientado al resultado.
• Válido: datos “reales”, “ricos” y “profun- • Fiable: datos “sólidos” y repetibles.
dos”. • Generalizable: estudios de casos múlti-
• No generalizable: estudios de casos aisla- ples.
dos
• Holista. • Particularista.
• Asume una realidad dinámica. • Asume una realidad estable.
Dentro del campo de las Ciencias Humanas (y, particularmente, en el de las Ciencias de
la Educación), algunos autores proponen un tercer paradigma, el paradigma crítico.
Este se diferencia de los dos anteriores por su finalidad, ya que propugna que lo im-
portante de la construcción del conocimiento es que tal adquisición haga posible la
transformación de la sociedad, haciéndola más justa, así como la liberación y la eman-
cipación del ser humano.
3
Dewey, J. (1933). How We Think. A Statement of the Relation of Reflective Thinking to the Educative Process.
Boston: D.C Health and Company (seguimos la reedición de Boydston, 2008; la descripción de las cinco
fases del método se halla en la p. 200).
7
den secuencial, sino que se caracterizan por producir una serie de interacciones mu-
tuas. Pérez Juste (2014d) propone la división de este proceso en cuatro fases:
(1) PROPUESTA INICIAL DE PARTIDA. Es la fase preparatoria de la investigación. En
ella se establecerán:
(a) El marco teórico del trabajo. Tras la selección de una cuestión relevante (cuya
importancia ha de fundamentarse), el investigador procederá a la consulta y la re-
visión de las fuentes documentales que sustenten tal idea;
(b) El diseño de investigación. Se ha de precisar el objeto del análisis y el escenario
social de la investigación; habrá de seleccionarse un método adecuado para el estu-
dio, y también se individuarán métodos subsidiarios que permitan la triangulación
metodológica. Si esta no es suficiente para validar los resultados, podrá recurrirse a
otras triangulaciones (en el tiempo, en el espacio, en los datos, en los investigado-
res, etc.).
(2) TRABAJO DE CAMPO. Es la fase operativa de la investigación. Tiene como compo-
nentes básicos:
(a) El acceso al campo de estudio (en nuestro caso, la escuela), con el objeto de re-
coger la información y los datos;
(b) La selección de técnicas e instrumentos que sean apropiados para la recogida de
los datos pertinentes;
(c) El proceso de recogida de información y datos, que depende de los instrumentos
y técnicas empleados.
(3) ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS CUALITATIVOS. Es la fase más exten-
sa y compleja del modelo cuantitativo, y tiene un carácter flexible y abierto. Partiendo
de la organización de los datos obtenidos en la fase anterior, el investigador debe pro-
ceder:
(a) a la organización y análisis de los datos;
(b) a su interpretación, que puede ser aproximativa (basada en la descripción) o
bien significativa (basada en la probabilidad estadística).
(4) ELABORACIÓN DEL INFORME DE INVESTIGACIÓN. La investigación cualitativa ha
de culminar presentando los resultados de la misma en un documento dirigido al
público interesado, que ha de seguir la estructura reflejada en la tabla presente en la
sección 2.A.6 de este Portfolio.
más difundidos entre los pedagogos, los psicopedagogos y los educadores sociales son
los siguientes:
–La etnografía.
–El estudio de casos.
–La investigación-acción.
–La etnometodología.
–La fenomenología.
Todos ellos comparten unas características básicas:
–sus objetivos trascienden la descripción de hechos para llegar a la interpretación
de fenómenos.
–su lenguaje, más que aritmético y estadístico, es conceptual y metafórico.
–el modo de recogida de información es flexible, huyendo de una rígida estructura-
ción.
–siguen un procedimiento inductivo (de lo particular a lo general).
–su finalidad última es captar el contenido de las experiencias particulares.
En cuanto al proceso investigativo que siguen estos modelos, cabe decir que
éste no está caracterizado por una rígida secuenciación de sus fases, sino que éstas se
influyen mutuamente. Siguiendo a Erikson (citado en Pérez Juste, 2014d, p. 141) pue-
den señalarse las siguientes fases en las investigaciones educativas de corte cualitati-
vo:
(1) Introducción y reseña, en donde se encuadra la investigación en el ámbito de la
enseñanza.
(2) Raíces intelectuales y supuestos de la investigación interpretativa, en donde se
da cuenta de los puntos de partida y de las propuestas de trabajo.
(3) Recopilación de datos, en donde se seleccionan o elaboran los instrumentos de
recogida de datos.
(4) Análisis de los datos obtenidos y redacción del informe de investigación.
(1) Modelo de Kurt Levin (creador del concepto de investigación-acción). Contempla la si-
guiente secuencia: planificación, actuación, observación, reflexión. Este modelo fue des-
arrollado por Gibbs, quien hizo particular hincapié en la finalidad de mejora.
(2) Modelo de Stenhouse. Se centra en la figura del profesor-investigador y busca conjugar en
él la investigación y la innovación didáctica.
(3) Modelo de Kemmis. Propone un continuo retorno en espiral entre dos fases: la primera,
caracterizada por la interacción entre el eje de acción-reflexión y el eje de planificación-
observación; la segunda, caracterizada por la revisión y el replanteamiento del plan de in-
vestigación-acción. Este modelo fue desarrollado posteriormente por Elliot, Ebbutt y
McKernan.
(4) Modelo de Whitehead. Tacha de poco realistas las propuestas anteriores, desarrollando un
modelo más sencillo centrado en el desarrollo de un plan de acción, su actuación operativa
y la observación de los resultados (para proponer ulteriores planes de actuación).
4
Schuman, E. (1967). Evaluative Research: Principles and Practice in Public Service and Social Action Programs.
Nueva York: Russell Sage Foundation (citado por Pérez Juste, 2005, p. 64).
5
Scriven, M. (1967). The Methodology of Evaluation. En Perspectives on Curriculum Evaluation (AERA Mono-
graph Series on Curriculum Evaluation, nº 1). Chicago: Rand McNally (citado por Pérez Juste, 2005, p. 11).
15
(1) Técnicas de observación. Se aplican a datos que se presentan de forma más o me-
nos espontánea. Con todo, la observación, además de sustentarse en un marco teó-
rico, debe de responder a un plan (es decir, debe de ser intencional y tender aun fin
concreto) y realizarse de manera sistemática. Los instrumentos propios de esta
técnica son las listas y las escalas, en las que, respectivamente, se deja constancia
de la aparición de las variables y del grado con el que éstas se manifiestan. Una
forma más abierta de instrumento es el guión de observación.
(2) Técnicas de análisis. Se aplican a documentos tales como actas, expedientes, regis-
tros, filmaciones, para extraer la información pertinente (por ejemplo, si se dan de-
terminados hechos, y con qué frecuencia e intensidad). También pueden emplearse
las técnicas de análisis para obtener una información inespecífica (a fin de deter-
minar fenómenos complejos) que difícilmente podría evaluarse mediante una pre-
gunta directa.
16
(3) Técnicas de encuestas. Son las más utilizadas, ya que permiten recoger con facili-
dad gran cantidad de información de numerosos sujetos a la vez. Los instrumentos
propios de esta técnica son el cuestionario (en donde se formulan cuestiones de
respuesta fija, abierta o mixta) y los inventarios (que presentan una serie de enun-
ciados ante los que los encuestados pueden pronunciarse a favor o en contra, mos-
trarse dudosos o no responder).
(5) Técnicas de prueba. Son particularmente aptas para evaluar la eficacia de un pro-
grama educativo, en la medida que verifican que sus destinatarios hayan adquirido,
modificado o mantenido determinados conocimientos, habilidades, actitudes y es-
trategias que se encuentran entre los objetivos del programa. Los instrumentos
más empleados en esta técnica son las pruebas objetivas y los tests tipificados.
Entendemos por criterios las pautas que, aplicadas a la información obtenida median-
te diferentes técnicas e instrumentos, permiten transformar aquélla en evaluación.
Dado que un programa educativo es un plan de acción encaminado a la consecución
de ciertas metas encaminadas a colmar carencias, demandas, necesidades y expectati-
vas, pueden establecerse dos clases de criterios de evaluación:
Siguiendo el modelo complejo que propone Pérez Juste (2005) podemos distin-
guir cuatro fases en el proceso de evaluación de un programa educativo:
PRIMER MOMENTO. Evaluación del programa.
Finalidad: Establecer la calidad técnica la viabilidad y la evaluabilidad del programa; pues-
ta en marcha el programa en condiciones óptimas.
Función: formativa y, en ocasiones, sumativa.
18
Podemos definir los estándares para la investigación evaluativa como los prin-
cipios o normas, generalmente aceptados por la comunidad científica y educativa, que
sirven de orientaciones:
-al investigador-evaluador, para diseñar una evaluación de calidad;
–al usuario de la evaluación, para juzgar la calidad de la misma.
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Criterios Estándares
U1 Evaluator Credibility
U2 Attention to Stakeholders
U3 Negotiated Purposes
Utility U4 Explicit Values
U5 Relevant Information
U6 Meaningful Processes and Products
U7 Timely and Appropriate Communicating and Reporting
U8 Concern for Consequences and Influence
F1 Project Management
Feasibility F2 Practical Procedures
F3 Contextual Viability
F4 Resource Use
E1 Evaluation Documentation
Evaluation accountability E2 Internal Metaevaluation
E3 External Metaevaluation
6
Yarbrough, D. B., Shulha, L. M., Hopson, R. K., & Caruthers, F. A. (2011). The program evaluation stan-
dards: A guide for evaluators and evaluation users (3rd ed.). Thousand Oaks, CA: Sage.
20
Por citar otros modelos (recogidos por Medina Rivilla, 2009) señalaremos el Modelo
Sistémico, el Modelo Intercultural, el Modelo Científico y de Gestión, el Modelo Cultu-
ral Interpretativo o el Modelo de Mejora de la Escuela.
Siguiendo a Barraza Macías (2005) podemos decir que toda iniciativa innovado-
ra ha de estar caracterizada por los siguientes criterios:
(2) Tiene que estar guiada por una gestión democrática que propicie la partici-
pación en la búsqueda de soluciones y la voluntariedad en la asunción del cam-
bio.
(4) Debe desarrollarse desde una cooperación que sea fuente de debate y enri-
quecimiento para todos los que intervienen en el proceso.
(5) Ha de proponer un cambio que pueda integrarse con otros aspectos del pro-
ceso educativo, y debe tener repercusiones en los ámbitos curricular, didáctico
e institucional.
(6) Tiene que proponer un cambio que parta de la base de la organización edu-
cativa, siendo un revulsivo que rompa la rutina en la práctica profesional de los
23
docentes. Son éstos, por otra parte, quienes han de validar la propuesta antes
de que sea institucionalizada.
(8) Por más que el cambio aspire a la integralidad, se habrá de partir de unos
objetivos bien delimitados y realizables, que den mayor posibilidad de éxito de
la propuesta innovadora.
Siguiendo a Medina Rivilla (2009, p. 42-43) cabe recordar que los procesos in-
novadores deben de ser evaluados (preferentemente mediante un modelo integrador
que combine la evaluación de expertos con la autoevaluación y la coevaluación). De
esto se deduce que el cambio propugnado por el proyecto innovador ha de ser mesu-
rable, y que en el diseño del tal proyecto han de incluirse los estándares que permitan
comprobar el grado de consecución de los objetivos propuestos.
alumnos con problemas escolares han mejorado su situación; para determinar el gra-
do de integración de los alumnos con problemas sociales, recurriríamos de nuevo a las
técnicas diagnósticas antes referidas.
3. PARTE PRÁCTICA
Nos proponemos, pues, investigar desde una perspectiva cuantitativa qué clase
de relación estadística se da en 4.º de ESO entre el éxito escolar en Latín y en Lengua
Española. Con la ayuda de la Jefatura de Estudios y del Secretario del centro analiza-
remos las evaluaciones finales de todos los grupos de 4.ª de ESO, desde la implantación
de la LOGSE hasta el curso 2013-2014. De ellas extrapolaremos
(1) las calificaciones de Latín y de Lengua Española de los alumnos que cursen si-
multáneamente ambas materias;
(2) las calificaciones de Lengua Española de los alumnos que no cursen Latín.
Se probará que el Latín contribuye al éxito en Lengua Española:
(1) Si es significativamente mayor el número de alumnos que superan la segunda
materia cursando también la primera;
(2) Si en el grupo de los alumnos que cursan ambas materias el éxito en Lengua Es-
pañola va significativamente aparejado al éxito en Latín.
De ser esto así, habría que diseñar otra investigación (quizás de corte más cualitativo)
que tratase de establecer las razones de esta influencia positiva.
26
En una primera fase (que se llevará a cabo antes de trabajar los contenidos del
programa relativos a la sociedad y a la religión romana) trataremos de determinar la
magnitud del problema detectado. Para obtener la información deseada recurriremos
a una triangulación metodológica, recurriendo a las siguientes técnicas:
(1) Observación. Mediante el uso de un anecdotario iremos registrando, en el trascur-
so de las clases y de los recreos los episodios de discriminación y acoso. Pediremos
a otros docentes de estos grupos que lleven a cabo las mismas observaciones.
(2) Técnicas de análisis. Se propondrá a los alumnos realizar una elaboración escolar
sobre la Carta 96 de Plinio el Joven, en donde éste trasmite los prejuicios que exis-
tían en su época sobre los cristianos. El alumno deberá de hacer un resumen perso-
nal del texto; de este resumen se tratará de obtener información inespecífica para
conocer las actitudes y los valores del alumno respecto a los grupos minoritarios.
–¿Ha mejorado la convivencia en el grupo tras haber trabajado los valores y las ac-
titudes ciudadanas por medio de los contenidos de la materia?
Partiendo de la definición ofrecida por Pérez Juste (2005, p. 26), podemos decir que
Dado que la Programación Didáctica que he elaborado para la materia de Latín de 4.º
de ESO posee todas las características señaladas por el autor citado, es susceptible de
ser analizada en la presente sección del Portfolio. De cara a su evaluación, habrá que
tener en cuenta que la única Unidad Didáctica que he podido impartir (en el IES «Ber-
naldo de Quirós» de Mieres, Asturias) es la número 7, entre los días 24 de marzo y 24
de abril de 2014.
–En cuanto a la evaluabilidad, podemos decir que ésta sólo es indirecta, afectando
únicamente a la consecución, por parte de los alumnos, de los objetivos que se se-
ñalan en las Unidades Didácticas. Falta toda referencia al proceso de (au-
to)evaluación y revisión del programa.
–En cuanto a la viabilidad y puesta en marcha del programa, sólo podemos referir-
nos a la Unidad Didáctica 7. En relación a sus contenidos, no pudimos abordar el
apartado 12.4 (Principales lexemas de origen griego): hemos de ver en ello un fallo
en la secuenciación y temporización de los contenidos. También el apartado 5.
(Léxico latino más frecuente) ha sido casi un desideratum, dado que la falta de traba-
jo autónomo por parte del alumnado es incompatible con la estrategia de aprendi-
zaje asociada al citado contenido, la memorización. En términos generales de com-
petencias, una carencia importante ha sido la poca presencia de los componentes
de la competencia TIC ligada a la tecnología digital. No hemos podido llevar a cabo
la tarea 6 (Exposición oral y sucinta de los contenidos de una página web, seleccio-
nada por el alumno, que trate sobre algún aspecto del ejército romano), la cual (en-
tre otros objetivos) pretendía favorecer el aprendizaje participativo y motivar por
medio del uso de una metodología variada. Esto se debió, principalmente, a las ca-
rencias del alumnado en lo que respecta a la comprensión lectora y a la competen-
cia digital, que hacían poco viables el ejercicio propuesto. La omisión de la tarea 6,
por otra parte, ha tenido como consecuencia que ésta no haya podido usarse como
instrumento de evaluación.
trumentos que han servido para medir la adquisición de las metas propuestas en la
Unidad 7. Su análisis queda reflejado en la siguiente figura:
No podemos, pues, decir que nuestro programa haya sido efectivo. Para recabar in-
formación sobre el impacto del programa habría que recurrir a la técnica de la encues-
ta y la entrevista, a fin de averiguar si los usuarios y los profesionales del centro lo han
valorado positiva o negativamente.
–Para lograr una mayor eficiencia, sería necesario estudiar con más profundidad las
carencias del grupo, para programar contenidos y diseñar tareas concordes con sus
capacidades y sus necesidades efectivas.
31
4. CONCLUSIONES
Podemos, sin duda, afirmar que tanto los contenidos del Portfolio como el ejer-
cicio en sí mismo nos serán de gran utilidad tanto en la presente asignatura como en
nuestra futura vida profesional.
32
5. BIBLIOGRAFÍA
Boydston, J. A. (2008). The Later Works of John Dewey. Volume 8: 1933. Essays and How We
Think (Revised Edition). Illinois: Southern Illinois University.
Plate, E. (2012). Aportes del pensamiento reflexivo de John Dewey para la educación
en la sociedad de alta complejidad. Reflexión Académica en Diseño y Comunica-
ción, 12 (16), 38-40. Recuperado de http://fido.palermo.edu/ servicios_dyc/
publicacionesdc/archivos/270_libro.pdf.