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I. INTRODUCCIÓN
*
Doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, Diplomado como Especialista en
Derecho Constitucional y Ciencia Política por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales de
España, Consultor en Derecho Constitucional.
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Una revisión a la Constitución austriaca de 1920, en la que por vez primera se instituyo
la figura del Tribunal Constitucional, refleja que la concepción originaria que inspiró el
control abstracto y concentrado de la constitucionalidad tuvo como objeto central las
normas estatales. En efecto, además de los "recursos de queja" (art. 144º), las
"cuestiones de competencia" (art. 138º), la inconstitucionalidad de los tratados
internacionales (art. 140º) y otras materias de menor importancia (juicio contra altos
funcionarios del Estado, materia contenciosa electoral, etc.), el Tribunal Constitucional
austriaco conoce de la inconstitucionalidad de las leyes federales o de un país (art.
140º), así como de la "ilegalidad de los Decretos" federales o de un país (art. 139º). La
correspondiente Ley del Tribunal Constitucional no varió esta concepción. Como se
aprecia, para el constituyente austriaco de 1920, son las normas expedidas por el Estado
(federal o Länder), ya sea de jerarquía legal o infralegal, el objeto de control
jurisdiccional de la constitucionalidad. Hans Kelsen, a quien se debió la incorporación
de este Tribunal en la citada constitución, al comentar esta institución no se plantea
ningún interrogante al respecto.1
1
Sin embargo, en su trabajo originario sobre la jurisdicción constitucional, alude a las normas emanadas
por actos de personas de derecho privado y a las convenciones colectivas (sic), como ámbitos cuyo
conocimiento sería recomendable reservar a la judicatura ordinaria. V. Kelsen, Hans "Wesen und
Entwicklung der Staatsgerichtsbarkeit" en Wesen und Entwicklung der Staatsgerichtsbarkeit,
(Verhandlungen der Tagung der Deutschen Staatsrechtslehrer zu Wien am 23. und 24. April 1928),
Veröffentlichungen der Vereinigung der Deutschen Staatsrechtslehrer, Heft 5, Berlin und Leipzig, 1929,
pp. 60 y sgte.
2
Durante la sesión de profesores alemanes de derecho público llevado a cabo en 1928, donde Kelsen
expuso el citado trabajo fundacional sobre la jurisdicción constitucional, cabe resaltar el hecho que el
objeto de la reunión era “la esencia y desarrollo de la jurisdicción de derecho público”. El propio título
del objeto de la reunión refleja el aserto sostenido. Lo confirma también la otra exposición dedicada al
mismo tema y que fuera sustentada por Heinrich Triepel. En ella tampoco se dio atención al tema que
proponemos. Lo mismo sucedió en el conversatorio que se llevo a cabo después de las citadas
exposiciones –de Kelsen y Triepel- con las intervenciones, entre otros, de Smend, Heller. V. “Wesen und
Entwicklung der Staatsgerichtsbarkeit” en Wesen und Entwicklung der Staatsgerichtsbarkeit, cit., pp. 88
y ss. El trabajo de Triepel se halla en las págs. 2-29, de la obra citada.
3
“die Rechtmäßigkeit der Staatsfunktionen zu sichern” Cfr. Kelsen, Hans “Wesen und Entwicklung der
Staatsgerichtsbarkeit” en Wesen und Entwicklung der Staatsgerichtsbarkeit, cit., p. 30.
4
Kelsen, Hans Östereichisches Staatsrecht. Ein Grundriss entwicklungsgeschichtlich dargestellt, Scientia
Verlag, Tübingen, 1923, 256 págs.
3
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Con la idea del Tribunal Constitucional, el propósito particular, desde una perspectiva
política fue el de controlar al poder legislativo. La desconfianza ante la posibilidad de
que aquél vaciara de contenido a la Constitución, a través de sus leyes o, sencillamente,
que expidiera normas que fueran contrarias o que desconociesen aquélla y, en particular,
desde una perspectiva jurídico-política, ante el peligro que la minoría parlamentaria se
viese desprotegida ante la mayoría (Kelsen), son razones que motivaron la idea de la
jurisdicción constitucional y, en particular, la de un Tribunal Constitucional.
Resulta claro que el contexto histórico dentro del cual se origina e inserta esta
institución es el Estado como único productor de normas. Desde luego, la posibilidad
del control de normas diferentes del Estado presupone que existan normas cuyo origen
no sea aquél. Esto sólo adviene con la aparición del Estado social de derecho y la
ruptura del mencionado monopolio legislativo.
El monopolio legislativo estatal responde a específicas premisas históricas sobre las que
se erigió el Estado liberal de Derecho. La superación de la organización política
premoderna, caracterizada por la presencia de normas que regulaban los estamentos
(artesanos, corporaciones, etc.), había consistido justamente en la monopolización de la
producción legislativa en un único centro político constituido por el Estado moderno. A
la premisa histórica antes reseñada, se añadía otra de naturaleza jurídica. No había más
derecho que aquél que provenía del Estado y, concretamente, del depositario de la
voluntad general: el poder legislativo. Su producto: la "ley". Hay en este punto, como ha
señalado Bobbio, dos procesos paralelos. La unificación de todos los ordenamientos
pre-estatales o antiestatales en el Estado central y la centralización de las fuentes del
derecho en una única fuente por antonomasia: la ley.7
De hecho, las contribuciones más representativas sobre las fuentes del derecho de
aquélla época no prestaron atención al tema. Alf Ross desarrolla el tema con exclusiva
referencia a las fuentes estatales.8 Lo mismo puede decirse respecto a la obra de Geny.9
Consideración especial merecen las obras de Kelsen, quien si bien no admite otro
ordenamiento que el estatal, reconduce la existencia -lo que equivale a decir tanto como
5
Kelsen, Hans "Wer soll der Hüter der Verfassung sein?" en Die Justiz, Heft. 11-12, Band VI, 1930-
1931, pp. 576 y ss.
6
"Judicial Review of Legislation. A comparative study of the Austrian and the American Constitution" en
Journal of Politics, 1942, pp. 183 y ss.
7
Bobbio, Norberto “Teoría e ideología en la doctrina de Santi Romano” en: Contribución a la Teoría del
Derecho, Madrid, Trad. de Alfonso Ruiz Miguel, Edit. Debate, 1990, 161.
8
Vid. su obra Theorie der Rechtsquellen. Ein Beitrag zur Theorie des positiven Rechts auf Grundlage
dogmenhistorischer Untersuchungen, Deuticke Verlag, Leipzig, 1929, 458 págs.
9
Vid. Méthode d´interprétation et sources en droit privé positif. Essai critique, 2ªed., rev. et mise au
cour, Librairie Générale de Droit et de Jurisprudence, 1954, 2 Vols.
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En suma, la teoría de las fuentes del derecho imperante o más representativa de ese
momento, no otorgó atención a la existencia de las normas no estatales. O, en todo caso,
su tratamiento resulta secundario y del todo subordinado al de las fuentes estatales. Esta
omisión del tratamiento de las normas privadas ha sido advertida, por Ferdinand
Kirchhof, en los siguientes términos:
“La ciencia jurídica concentra su interés en la producción del derecho sobre las normas
de origen estatal. Las reglas jurídicas de particulares (Privater) son, más bien, ignoradas
o consideradas como asunto de poca importancia. Se ocupa sobre todo de la
participación de los particulares en la producción estatal del derecho, raras veces, de la
formación de normas, exclusivamente, por particulares” (traducción nuestra)10
Como se verá luego, el estudio de las fuentes no estatales, no sólo se impone a efectos
de un cabal conocimiento del ordenamiento jurídico en su integridad. Por el contrario,
es la propia configuración de la organización política contemporánea como Estado
constitucional democrático, la que impone, en cuanto corolario, su adecuado tratamiento
dogmático y, más exactamente, su tratamiento como un asunto propio del derecho
constitucional.
10
Kichhof, Ferdinand Private Rechtsetzung, Duncker & Humblot, Berlin, 1987, p. 21.
11
Romano, Santi "Lo stato moderno e la sua crisi" en: Scritti Minori, Diritto Costituzionale, Vol. I,
Giuffre Editore, Milano, 1950.
12
Romano, Santi L'ordinamento giuridico, 2ª ed., Firenze, 1946; Modugno, Franco “Pluralita degli
ordenamenti” en Enciclopedia del Diritto, Vol. XXXIV, p. 8.
13
Romano, Santi L'ordinamento giuridico, cit.
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es, entre otros aspectos, una de las más importantes contribuciones de Romano. Por esta
razón, la admisión de existencia de ordenamientos jurídicos, al interior y diferentes, al
Estado, depende de la forma de comprender la relación entre derecho y Estado.14 Si se
asume con la teoría estatalista que no hay más derecho que el producido por el Estado,
entonces, no hay lugar a ordenamientos externos ni a normas distintas a las que él
expide. Por el contrario, si se asume que el derecho no solo es producto de aquel, sino
también proviene de las diversas organizaciones (rectius, instituciones) asentadas en
una comunidad política, entonces, la existencia de ordenamientos diversos al Estado así
como de normas no estatales, resultan una realidad evidente.
Desde luego, existen diversas teorías que destacan este mismo aspecto y son designadas
bajo la denominación de teorías institucionistas. Sin embargo, la contribución de
Romano destaca en el nivel de la teoría del derecho y, por ello, es de significativa
importancia para advertir consecuencias dogmático-jurídicas que, en el resto de
aportaciones, no son el punto más importante.
Sin embargo, debe advertirse que la teoría pluralista de los ordenamientos jurídicos no
supone, en absoluto, la ruptura con el Estado en cuanto núcleo de producción de
derecho. Tanto cuando Romano proyectaba los atisbos de lo que posteriormente sería la
teoría de los ordenamientos jurídicos, como también, en la situación contemporánea, el
Estado constituye aún el centro principal de imputación validez de los ordenamientos.
Aunque cierto es también que el Estado deja de ser el centro del fenómeno jurídico.15
Ya en los albores del presente siglo se constata que el Estado no es el único productor
de normas y que, junto a o bajo a él, existían ámbitos donde se produce normas que
regulan determinados ámbitos sociales. Junto al derecho del Estado habría, en
expresiones de Cesarini Sforza, un "derecho de los particulares", entendido como "el
complejo de normas que autoridades no estatales emanan para regular determinadas
relaciones jurídicas entre las personas subordinadas a ella."16 La teoría de las fuentes, a
este respecto, no puede sino constatar la presencia evidente de las NNE en el ámbito del
ordenamiento jurídico. Un problema diferente a este es si su vigencia es o no
compatible con los principios del Estado Constitucional contemporáneo.
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19
Häberle, Peter “Verfassungsinterpretation..., cit., p. 137.
20
Ibid., p. 140.
21
Lucas Verdu, Pablo Curso..., cit., Vol. IV, p. 537.
22
Pizzorusso, Alessandro Lezioni di diritto costituzionale, Il Foro Italiano, Roma, 1981, p. 105. Vid.
tambien sobre el principio pluralista en la doctrina italiana, De Vergottinni, Giusseppe Diritto
Costituzionale, 2001, pp. 78 y ss. 285 y ss.
23
Pizzorusso alude a la “autonomia normativa de los particulares”, Cfr. Pizzorusso, Alessandro Delle
Fonti del Diritto. Commentario del Codice Civile, Art. 1-9, Zanichelli, Bologna, Del Foro Italiano, Roma,
1977, pp. 469 y ss.
24
Kichhof, Ferdinand Private Rechtsetzung, cit., p. 124 y ss.
25
“Er hat sogar die verfassungsrechtliche Pflicht, die Bildung privat gesetzen Rechts durch positives Tun
zu fördern” Kirchhof, F. ob. cit., p. 125.
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particulares puedan ejercer sus derechos fundamentales y tiene que apoyarlos en esta
actividad (función) libre, no vinculada por el Estado, con los medios generales del
derecho.”26
26
Idem.
27
BVerfG 33, 125 (pp. 156 y sgte.) Se trata del caso “El médico especialista” (Facharzt).
28
Se plantea en este punto el complejo asunto de delimitar el alcance de la reserva de ley frente a la
autonomia estatutaria (Satzungsautonomie) para delimitar, respectivamente, la competencia normativa los
actos legislativos y de las normas producidas sobre la base de dicha autonomia.
29
Con razón sostiene Modugno que: “Dunque, no tutte le formazioni sociali (e i corrispettivi,
ordinamenti) sono reconosciuti e garantiti, ma soltanto quelli che, senza violare i diritti fondamentali
dell'individuo, ne promuovano lo sviluppo della personalità” Modugno, Franco “Pluralità degli
ordinamenti”, en Enciclopedia del Diritto, Giuffrè Editore, Milano, Vol. XXXIV, p. 29.
30
Häberle, Peter “Verfassungsrecht ohne Naturrecht” en Verfassung als öffentlicher Prozess, cit., pp. 93 y
ss. V. también su obra Die Verfassung des Pluralismus. Studien zur Verfassungstheorie der offenen
Gesellschaft, Athenäum Verlag, 1980.
31
Häberle, Peter “Pluralismus der Rechtsquellen in Europa -nach Maastricht. Ein Pluralismus von
Geschriebenem und Ungeschriebenem vieler Stufen und Räume, von Staatlichem und Transstaatlichem”
en Jahrbuch des öffentlichen Rechts der Gegenwart, neue Folge, Band 47, 1999, p. 94.
32
Ossenbühl, Fritz “Gesetz und Recht - Die Rechtsquellen im demokratischen Rechtsstaat”, en Isensee,
Josef und Kirchhof, Paul (Herausgegeber) Handbuch des Staatsrechts der Bundesrepublik Deutschland,
Band III, C.F. Müller Juristischer Verlag, Heidelberg, 1988, p. 295.
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No ha menester abordar los fundamentos constitucionales –los hay varios-35 para dar
por admitida la vigencia de este principio de pluralidad de las fuentes en el Estado
Constitucional, nos limitamos a apelar al que consideramos más relevante debido a su
vinculación al tema del sistema de fuentes. De esta forma se verifica que la constatación
teórica de la pluralidad de ordenamientos jurídicos al interior del Estado expuesta en el
apartado anterior resulta compatible con, y ubicado en, el contexto del Estado
Constitucional.
Desde luego, hablar de normas no estatales o derecho de los particulares debe ser
comprendido en su sentido exacto. No se trata de normas externas o contrarias al
ordenamiento jurídico estatal. Puesto que, “A pesar de que estas fuentes de producción
de derecho también se hallan subordinadas al derecho público, ellas no son estatales,
33
Este aserto es de importancia dado que la relacion entre ordenamientos no es sino una relacion de
validez. En efecto, para Conte: “Relazioni tra ordinamenti giuridici è, pertanto, relazione tra ordinamenti
giuridici qua ordinamenti giuridici, e relazioni tra ordinamenti come tali. E quando questa relazione tra
ordinamenti come tali v'e? Quando la validita dell'uno determini la validita dell'altro. Relazione tra
ordinamenti e relazione tra valdita d'ordinamenti.” (cursiva nuestra) Amadeo G. Conte “Ordinamento
giuridico” en Novissimo Digesto Italiano, Vol. XII, 1965, p. 53.
34
Es ésta la función que la Constitución ha de desenvolver en las sociedades contemporáneas. Vid.
Luhmann, Niklas “Politische Verfassungen im Kontext des Gesellschaftssystem” en DER STAAT, 12.
Band, 1973, pp. 1-22; 165-182.
35
V.gr. atribución de autoconformación como corolario del derecho de asociación, el principio de
libertad, el principio pluralista (aquí empleado), etc. Vid. Kichhof, Ferdinand Private Rechtsetzung, cit.,
pp. 507 y ss., e, incluso, el argumento de la delegación legislativa a los particulares. Cfr. Brunner, Ursula
Rechtsestzung durch Private. Private Organizationen als Verordnungsgeber, Zürcher Studien zum
öffentlichen Recht, Schulthess Polygraphischer Verlag, Zürich, 1982, pp. 98 y ss.
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Los reglamentos de propiedad horizontal. Tienen por objeto, entre otros aspectos, la
regulación de derechos y obligaciones de los propietarios, la determinación de los
bienes comunes y los de propiedad exclusiva, los servicios comunes, el régimen de la
junta de propietarios, reglamentos sobre propaganda y, eventualmente, sobre el régimen
de sanciones y el procedimiento correspondiente. A menudo, los reglamentos de
propiedad horizontal están regulados por normas del Estado, sin embargo éste remite
también a la junta de propietarios la regulación de determinados asuntos así como de
aquellos no previstos. Incluso, efectúa una remisión total a la junta de propietarios que
ha regular según cierto modelo, quedando en todo caso como competencia suya dicha
regulación.
36
Kichhof, F. ob.cit., p. 125.
37
Al efecto, con ciertos matices, tomamos la referencia de las siguientes obras: Kichhof, Ferdinand
Private Rechtsetzung, cit., pp. 181-485; Brunner, Ursula Rechtsestzung durch Private. Private
Organizationen als Verordnungsgeber, pp. 8-97; Pizzorusso, Alessandro Delle Fonti del Diritto, cit., pp.
469-486; Cesarini Sforza, Widar Il diritto dei privatti, Giuffrè Editore, Milano, 1963, passim.
38
Vid. Kichhof, Ferdinand Private Rechtsetzung, cit., pp. 235 y ss.
39
Vid. Dromi, Roberto Derecho Administrativo, 9º ed., Ciudad Argentina, Madrid, 2001, pp. 601 y ss.
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Ciertamente, los casos de NNE enumerados son solo enunciativos y no pretenden agotar
los supuestos que se dan. En todo caso, el factor que ha de determinar cuando se está
ante una NNE dependerá de que ésta no sea imputable al Estado bajo ninguna forma.
Este asunto resulta extremadamente complicado dado que el derecho administrativo de
los tiempos recientes ha incorporado una variedad de formas complejas en cuanto a la
naturaleza jurídica de su personalidad, así como del régimen jurídico que le resulta
aplicable, en especial, en lo que concierne a los efectos de los actos jurídicos que
realiza. La resultante de ese proceso es que no todo acto normativo de la administración
estará sujeto al régimen aplicable a los actos administrativos debido a que ello
dependerá del régimen jurídico al que están sometidos sus actos jurídicos.
Los estatutos. Constituyen normas expedidas –en este caso- por personas jurídicas de
derecho privado con el objeto de regular la finalidad, principios de la organización, así
como los derechos y deberes de sus miembros y, finalmente, los órganos de las personas
jurídicas, incluyendo sus respectivas competencias y atribuciones. Figurativamente
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Normas reglamentarias. Las personas jurídicas de derecho privado suelen expedir bajo
diversas denominaciones –resolución, acuerdo, reglamento- normas regulatorias de
aspectos específicos –procedimientos disciplinarios, regularización de situaciones
inherentes a la membresía, etc.- propios del interés de sus miembros o de la persona
jurídica. Por lo general, estas normas son competencia propia de los órganos
deliberatorios de las personas jurídicas, aunque también lo hacen órganos ejecutivos
(dirección, presidencia, junta de administración, etc.) según lo disponga el estatuto o la
propia ley y están subordinadas al estatuto.
40
Flume, Werner “Die Verfassung der körperschaftlichen juristischen Person des Privatrechts und die
Problematik der Vereinsautonomie, Vereinsgewalt und Vereinsstrafe”, en su obra Allgemeiner Teil des
Bürgerlichen Rechts, Erster Band, Zweiter Teil, Springer-Verlag, Berlin, Heidelberg, New York, Tokyo,
1983, pp. 323 y ss.
41
Vid. Krüger, Herbert “Subkonstitutionelle Verfassungen” en Die öffentliche Verwaltung, 1976, pp. 613
y ss.
42
La variedad de organizaciones que como personas jurídicas se adjudican un estatuto y, en general, otras
disposiciones para auto-organizarse, es reflejo, en realidad, de lo que Häberle denomina como la
“dimensión corporativa” de ciertos derechos fundamentales o “status corporativus” de la libertad
fundamental. Tal es el caso de la libertad de religión, expresión, asociación, trabajo, el derecho de
propiedad, que necesariamente se realizan colectivamente. Cfr. Häberle, Peter “Verbände als Gegenstand
demokratischer Verfassungslehre”, en Zeitschrift für das gesamte Handelsrecht und Wirtschaftsrecht,
145. Band, 1981, pp. 481 y ss.
43
Cfr. Dromi, Roberto Derecho Administrativo, cit., pp. 601 y ss.
44
Galperin, Hans “Die autonome Rechtsetzung im Arbeitsrecht”, en Nipperdey, H.C. (Herausgegeber)
Festschrift für Erich Molitor zum 75. Geburtstag, C.H. Beck’sche Verlagsbuchhandlung, München,
Berlin, 1962, pp. 145 y ss.
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El eventual conflicto entre alguna NNE con la Constitución supone, en cuanto premisa,
partir de la consideración del principio del autentico valor normativo de la Constitución
(Die normative Kraft der Verfassung)45 y, en particular, del principio de primacía de la
Constitución. Si los derechos fundamentales, valores y principios constitucionales
declarados por la Constitución han de vincular erga omnes, ello parte del
reconocimiento de su cualidad de norma “jurídico política”. Vale decir, de un ámbito
básico del ordenamiento jurídico que declara el orden objetivo de valores de una
comunidad determinada46 con carácter obligatorio a sus destinatarios. Este carácter
obligatorio o vinculante significa, en términos jurídicos, que las normas y actos están
condicionados, en cuanto a su validez, por la Constitución.47
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Este tipo de vicio donde se ha producido un exceso o traspase del ámbito normativo que
es propio a las NNE puede ocasionar su invalidez por ilegalidad o de
inconstitucionalidad. Presenta un problema de inconstitucionalidad en el siguiente caso.
Ello resulta del principio constitucional de reserva de ley. Las materias reservadas a ley
por mandato de la propia Constitución respecto a las cuales se produjera la intromisión
por alguna NNE (ya sea regulando contra o extra legem) dará lugar a un vicio de
invalidez de incompetencia que resulta inconstitucional. Esto puede producirse con
NNE que resulten contrarias a cualquier ley que regule materia a ella reservada por la
propia Constitución. Aun cuando esto es extensible a NNE que sean contrarias a
cualquier ley que regule materia reservada, circunscribamos, por su relevancia, nuestro
análisis a las NNE que fueran contrarias a leyes que regulen derechos fundamentales. Si
las NNE incurrieran en una regulación que incidiera en materia de derechos
fundamentales, contra legem o extra legem, antes que un vicio material de invalidez por
ilegalidad, se trataría de un vicio competencial de invalidez por inconstitucionalidad:
haber regulado una materia reservada a la ley. De este modo, aquí, carece de relevancia
14
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50
Kelsen lo expone en términos exactos y categóricos: “Un conflicto entre dos normas se da cuando lo
que una establece como debido, es incompatible con lo que otra establece como debido y, por ello, el
cumplimiento o aplicación de una, implica, necesaria o posiblemente, la infracción de la otra” (traducción
nuestra) “Ein Konflikt zwischen zwei Normen liegt vor, wenn das, was die eine als gesollt setzt, mit dem,
was die andere als gesollt setzt, unvereinbar ist, und daher die Befolgung oder Anwendung der einen
Norm notwendiger-oder mögligerweise, die Verletzung der andere involviert.” Kelsen, Hans Allgemeine
Theorie der Normen, Manzsche Verlags-und Universitätsbuchhandlung, Wien, 1979, p. 99.
15
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principio, derecho, garantía institucional, fin51 o, en todo caso, con cualquier bien
jurídico “constitucionalmente” reconocido. El conflicto se planteara, por lo general,
respecto a normas que contengan algunos de los conceptos antes señalados, mas no
respecto de normas de la denominada parte orgánica de la Constitución dado que los
contenidos normativos de esta (poderes del Estado, órganos constitucionales y de
relevancia constitucional, sus competencias, atribuciones, sistema de fuentes) no tienen
relación, en principio, con las regulaciones propias (típicas o posibles) de las NNE.
51
Nos referimos a las normas constitucionales declaratorias de fines constitucionales del Estado o normas
teleológicas. V. Scheuner, Ulrich “Saatszielbestimmungen”, en Schnur, Roman (Herausgegeber)
Festschrift für Ernst Forsthoff zum 70. Geburtstag, 2. Auflage, C.H. Beck’sche Verlagsbuchhandlung,
München, 1974, pp. 325 y ss., en especial, pp. 335-340.
52
Kelsen, Hans “La garantie jurisdictionnelle de la Constitution (La justicie constitutionnelle)” en Revue
du Droit Public et de la Science Politique en France et à l'Étranger, Vol. N.° 45, 1928, p. 250. V.
también, Wahl, Robert “Der Vorrang der Verfassung” en Der Staat. Zeitschrift für Staatslehre.
Öffentliches Recht und Verfassungsgeschichte, 20. Band, 1981, pp. 485 y ss.
16
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Establecida la premisa anterior, no cabe duda que si se trata de indagar en qué medida la
Constitución proyecta su fuerza normativa sobre este ámbito de NNE ello pasa por
establecer si existen procedimientos o institutos que tengan como objeto el control
jurisdiccional (o judicial) de las NNE en el supuesto de que presentaran una causal de
invalidez debido a su inconstitucionalidad.
Dado que es la primacía de la Constitución la que resulta afectada ante una NNE
inconstitucional y si, además, la jurisdicción constitucional tiene, precisamente, como
función la protección jurídica de dicha condición (norma de normas), habría de
interrogarse si la jurisdicción constitucional se ha proyectado o no a ese ámbito.
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Ante este panorama, podríamos afirmar que aun cuando en el sistema de fuentes de los
Estados contemporáneos, las NNE ocupan un amplio y significativo sector de sus
respectivos ordenamientos jurídicos, la jurisdicción constitucional aun no las habría
incorporado como normas objeto de control constitucional.
Ante esta constatación podría afirmarse que ello se debe a que el conflicto NNE vs.
Constitución, en realidad, no tiene esa dimensión y, por lo tanto, no es contrario al
principio de primacía de la Constitución. En esta perspectiva, podría argumentarse que
tal conflicto plantea, más bien, un problema de “legalidad ordinaria”, más no de
constitucionalidad.
Sin embargo, había que objetar de inmediato que, contrariamente, el conflicto NNE vs.
Constitución es una controversia de naturaleza constitucional porque pone en cuestión
el principio de primacía de dicha norma. No se trata de un problema de “legalidad
ordinaria” debido a que no es la ley (o norma con ese rango) la que resulta contradicha,
sino directamente la Constitución. Al decir que se trata de una controversia de
naturaleza constitucional se quiere significar que el problema planteado (el conflicto
normativo) es de derecho constitucional tal como lo explicamos en el apartado anterior.
Este aspecto debe ser claramente distinguido del juez (en sentido amplio) competente
para dilucidar esta controversia y, por consiguiente, del procedimiento que se ha de
seguir para tal efecto. Como se apreció, la resolución de este conflicto no ha sido
incorporada al ámbito de la jurisdicción constitucional, concretamente, al sector del
control de constitucionalidad de las normas, con la excepción antes señalada. En
resumen, el conflicto NNE vs. Constitución es una controversia de naturaleza
55
Hernández Valle, Rubén "La Jurisdicción Constitucional en Costa Rica" en García Belaunde, Domingo
y Fernández Segado, Francisco La jurisdicción constitucional en Iberoamérica, Dykinson, Madrid, 1997,
p. 509.
56
Lösing, Norbert "La Sala Constitucional de Costa Rica: Ejemplo de una exitosa jurisdicción
constitucional en Latinoamérica" en Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano, 1ª ed.,
Biblioteca Jurídica DIKE, Fundación Konrad Adenauer, Ciedla, Colombia, 1995, p. 249.
57
Idem.
18
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Algunas de las que hemos comprendido como NNE han sido objeto de
pronunciamientos interesantes en la jurisprudencia constitucional comparada. Aun
cuando, no tienen como referencia el mismo tipo de NNE, debe destacarse los términos
en los que han emplazado el problema del conflicto de aquellas con la Constitución y,
en algunos casos (Colombia), la expresa reivindicación de este tipo de controversias
como propios de la competencia de la jurisdicción constitucional.
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Por su parte, el Tribunal Constitucional alemán en la citada sentencia del caso “El
médico especialista” sostuvo que la autonomía estatutaria, aun cuando estaba
garantizada y promovida por la propia Ley Fundamental, encontraba también límites en
los derechos fundamentales y, en particular, en el derecho de asociación.
Añade que el concepto de “legislación”, en cuanto ésta se halla vinculada a los derechos
fundamentales a título de derecho directamente aplicable establecido en el art. 1, párrafo
3 de la Ley Fundamental, no puede considerarse circunscrito a la legislación “estatal”,
sino en el sentido comprensivo de derecho objetivo, de normas jurídicas, disposiciones
jurídicas, dentro del cual se comprende el “derecho objetivo autónomanente
establecido”. Los convenios colectivos son justamente “derecho autónomo”. Por ello, la
mencionada vinculación no se limita a la legislación estatal.
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CONCLUSIONES
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incompatibilidad entre norma privada y Constitución, el juez –el que sea- aplique la
Constitución. El sólo hecho de que el fundamento de la norma privada sea el
principio de autonomía privada y, detrás de éste, el mismo principio constitucional
de libertad no es fundamento constitucionalmente suficiente para excluir la fuerza
regulatoria, la fuerza activa y pasiva de la Constitución, en breve, su fuerza
normativa. Por el contrario, ya emplazado ante la controversia de si la norma
privada es o no contraria a la Constitución, el juez deberá ponderar, operación de la
que, eventualmente, podría concluirse también en sentido negativo.
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BIBLIOGRAFÍA
Cesarini Sforza, Widar Il diritto dei privatti, Giuffrè Editore, Milano, 1963.
24
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Häberle, Peter Die Verfassung des Pluralismus. Studien zur Verfassungstheorie der
offenen Gesellschaft, Athenäum Verlag, 1980.
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Band VI, 1930-1931, pp. 576 y ss.
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the American Constitution” en Journal of Politics, 1942, pp. 183 y ss.
Lösing, Norbert “La Sala Constitucional de Costa Rica: Ejemplo de una exitosa
jurisdicción constitucional en Latinoamérica” en Anuario de Derecho Constitucional
Latinoamericano, 1ª ed., Biblioteca Jurídica DIKE, Fundación Konrad Adenauer,
Ciedla, Colombia, 1995.
25
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Pizzorusso, Alessandro Delle Fonti del Diritto. Commentario del Codice Civile, Art. 1-
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