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Todos sabemos que es “más fácil echarle la culpa a algún problema externo” para
justificar todo lo que no funciona bien en nuestro ámbito, pero la verdad es que para bien
o para mal tiene que mucho que ver. Como se ha expuesto antes, uno de los principales
contras de que en la práctica no exista la industria como tal en nuestro país es la falta de
una innovación tecnológica constante, sin este factor no podemos decir que en verdad
tenemos una empresa industrializada, ya que el término “industria” abarca mucho más
que métodos eficientes, menos costosos de producción y maquinaria, más bien se trata de
ir siempre a la vanguardia de esto y hacerlo de manera persistente , es ahí donde muchas
veces fallamos, ya que sencillamente la producción a nivel local es una esclava de un
único y casi inmutable sistema fabricación que depende de maquinaria obtenida con los
años y que es actualmente, como si fuera poco, obsoleta.
El otro inconveniente encontrado tiene que ver con el ámbito extranjero y se enfoca en
nuestro rol como país periférico, destinado a ser la fuente de materia prima de los países
centrales, sin embargo, esto se da con mayor fuerza en otros productos que en la
fabricación de ropa, ya que las fibras y mano de obra se obtienen de países como China.
La otra cara de la moneda aparece como el consumismo ya que, si bien no aportamos
mucho con la mano de obra o los insumos para producir ropa, nos hacemos presentes
como un destino más para comercializar, revender y contrabandear productos de moda.
Entonces ¿Esto en donde nos deja como país productor de moda? Pues tenemos una
pequeña realidad productiva situada en los negocios y empresas locales, muchas de las
cuales han tenido éxito gracias a sus sistemas productivos eficientes, no obstante,
volvemos a notar que existe una ausencia total de un diseñador como causa del éxito de
una empresa, volvemos a cuestionarnos ¿por qué se da esto? ¿Por qué aun no figuramos
todavía entre la lista de cosas que hacen de excelencia a una empresa de moda?
Siguiendo por la línea del estudio de la carrera de diseño de modas notamos que en el
momento de ser puestos a prueba frente a un sistema de producción pues simplemente
“no funcionamos como profesionales”. Esta es una de las realidades más duras de
enfrentar como diseñadores y todo esto recae en que, en la práctica, todos los problemas
que las empresas necesitan que un profesional sepa resolver no vienen del diseño, sino de
la producción.
Sin embargo, es esta terrible realidad es donde yace el mayor reto de un diseñador de
modas, si podemos hacer a un lado todas las razones por las que no se puede y buscamos
una ruta diferente, una alternativa nunca antes vista, será donde de verdad entraremos en
el campo de la innovación, el cambio de mentalidad y el orgullo nacional. Decir que es
una guerra perdida es ir más allá del pesimismo y el desdén hacia nuestra carrera, es
perder la batalla contra el facilismo, la comodidad y la falta de esfuerzo.
Entonces podemos decir que la disfuncionalidad del diseño de modas en la industria local
tiene que ver con que aún no hayamos una cabida para que un diseñador de modas
funcione en todo su potencial, significa entonces que debemos prepararnos como
profesionales más allá de las cátedras académicas y entrar en la práctica, a lo que es ver
de verdad y de cerca lo que es la realidad de una empresa, el contemplar, valorar y
enriquecer sus sistemas productivos.
Bibliografía: