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Motivación y ética profesional

Todos requerimos un motivo para efectuar las actividades, algunos necesitan que alguna
persona los haga sentir bien, otros se impulsan por si solos, lo que sí es verídico es la necesidad
continua de motivación. Para lo anterior debemos ponernos una meta para lograr obtener los
resultados esperados, además de ser constantes, buscar la automotivación y tener la confianza
requerida de que estamos dando nuestro mayor esfuerzo

Junto con la motivación, no podemos dejar de lado la ética en las actividades efectuadas, ya que
será nuestra guía para estar seguros de que la labor se está haciendo correctamente. La ética es
subjetiva, porque lo que es bueno para mí, puede que no lo sea para otra persona, pero lo que
sí es una obligación es la de cuestionarnos si lo que vamos a realizar será perjudicial para otra
persona o para nosotros mismos.

La falta de ética provoca solamente momentos incómodos que pueden repercutir en nuestras
carreras profesionales, como lo son despidos sin responsabilidad patronal, demandas por acosos
sexuales, publicaciones ante el colegio profesional asociado, el cual conlleva a no ejercer de
forma satisfactoria nuestra área laboral. Cómo dice un conocido refrán, todo cae por su propio
peso, nuestras acciones pueden salir a la luz en algún momento.

La motivación se logra teniendo confianza y alta autoestima en nosotros mismos, combinado


con un proceso estructurado de cómo lograremos el objetivo y un seguimiento continuo del
progreso, pero cada una de las actividades deben aplicarse con ética, a nivel personal como
laboral, porque será la guía para estar seguros de que estamos haciendo todo correctamente y
que no vamos a violar ninguna ley.

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