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LOS VALORES UNIVERSALES DESDE LA SOCIEDAD Y LA

TUTORIA UNIVERSITARIA.
THE UNIVERSAL VALUES FROM SOCIETY AND UNIVERSITY
TUTORING.
Mtra. Arq. Laura del Carmen Moreno Chimely
Facultad de Arquitectura, diseño y urbanismo
Universidad Autónoma de Tamaulipas
lmoreno@docentes.uat.edu.mx

Resumen: En general, existe una serie de cualidades del ser humano que suelen
considerarse positivas, las cuales se traducen en valores universales como el
respeto, la libertad, la bondad, la justicia, la igualdad, el amor, la responsabilidad,
la honradez, la solidaridad, la verdad, la valentía, la amistad, el honor y la paz
entre otros. Una de las principales funciones de la tutoría es contribuir a mejorar
la situación académica de los estudiantes universitarios, pero al mismo tiempo
deben enfrentarse a una sociedad cambiante donde además de su formación
profesional se requiere una actuación basada en valores. Por esta razón las
experiencias desde la tutoría y la sociedad son dos factores primordiales en la
práctica de los valores universales para los estudiantes de educación superior.

Palabras Clave: Desarrollo Social, Educación Superior, Ética.

Abstract: In general, there is a series of qualities of the human being that are
usually considered positive, which are translated into universal values such as
respect, freedom, kindness, justice, equality, love, responsibility, honesty,
solidarity, truth, courage, friendship, honor and peace among others. One of the
main functions of tutoring is to contribute to improving the academic situation of
university students, but at the same time they must face a changing society where,
in addition to their professional training, action based on values is required. For
this reason, experiences from tutoring and society are two main factors in the
practice of universal values for students of higher education.

Keywords: Social Development, Higher Education, Ethics.


INTRODUCCIÓN.

La sociedad cambiante en la que se vive hoy en día, presenta una serie de


acciones sin precedentes, que muchas veces subordina a los valores universales
del individuo a ciertas tendencias de actitud y comportamiento. Baeza y Sandoval
(2007), por ejemplo, sostienen que diversos autores latinoamericanos y europeos
señalan que actualmente se viven procesos de cambio culturales, y que éstos,
afectan particularmente al mundo de los jóvenes. Otros sostienen la idea de un
cambio de época, fruto del agotamiento de determinados modelos de
racionalidad, por nuevos paradigmas que obligan a repensar las prácticas
sociales y supuestos de comprensión de los seres humanos y del mundo.
El significado de valor es el “grado de utilidad o aptitud de las cosas para
satisfacer las necesidades o proporcionar bienestar o deleite (RAE, 2017). La
educación de valores es una exigencia clave para el siglo XXI dado los
imperativos del mundo contemporáneo. La concepción de valores está dirigida al
desarrollo de la cultura profesional como proceso activo, complejo y contradictorio
en el que intervienen diversos factores socializadores. Es un proceso sistemático,
pluridimensional, intencional e integrado que garantiza la formación y desarrollo
de la personalidad del estudiante universitario.
Por otro lado, la tutoría, es el cargo o función de un tutor, especialmente del
profesor encargado de orientar y aconsejar a los alumnos pertenecientes a un
curso o a los que estudian una asignatura. Por lo general, la tutoría va más allá
de la instrucción formal y abarca todas las experiencias que permiten alcanzar
una educación integral. El tutor no se limita a transmitir los conocimientos
incluidos en un plan de estudios, sino que trabaja para fomentar actitudes y
valores positivos en el estudiante.

Una sociedad inclusiva es aquella que reconoce que todas las personas tienen el
mismo valor, sólo por la condición de ser humano. Es un proceso que asegura
que todos los integrantes de la sociedad participen de forma equitativa en
diferentes ámbitos: educativo, económico, legal, político, cultural, etc. Autores
como Bélgica (2008), comenta que implica reconocer en los grupos sociales
distintos el valor que hay en cada diferencia, el respeto a la diversidad, y el
reconocimiento de un tercero vulnerable, con necesidades específicas que deben
ser saciadas para que pueda estar en condiciones de igualdad y disfrutar de sus
derechos fundamentales.

Es por esto que las experiencias que transmiten un tutor por medio de la tutoría
académica y la sociedad son ambas fundamentales en la transmisión de valores
en los jóvenes universitarios, fortaleciendo la formación que tienen desde el
núcleo familiar en primer momento.

LOS VALORES UNIVERSALES.

En general, existe una serie de cualidades del ser humano que se suelen
considerar positivas. Algunos de los valores universales pueden ser el respeto, la
libertad, la bondad, la justicia, la igualdad, el amor, la responsabilidad, la
honradez, la solidaridad, la verdad, la valentía, la amistad, el honor y la paz.
Muchos de ellos están relacionados entre sí y se les da importancia y valor por
su contribución a mejorar la sociedad y aportar dignidad a la persona. Más allá
del interés propio o de determinadas características que cada persona valoriza,
estos valores universales son comunes en distintas culturas.

Este tipo de valores también se pueden trabajar, aprender y desarrollar a través


de distintas formas de educación, al estar los tutorados cursando sus diversas
asignaturas sufren un cambio en relación a la adquisición de conocimiento, pero,
es de gran importancia no dejar de lado el fomento de los valores universales que
serán complemento humanístico para su formación profesional.
Imagen 1. Los valores universales. Fuente: Elaboración propia.

Aunque se puede comentar que indudablemente, estos valores son asimilados


en el núcleo familiar, no debe perderse de vista como tutor, fomentarlos en los
tutorados en cada asistencia a una tutoría, ya que a través de ellos se puede
humanizar y sensibilizarlos con la finalidad de replicarlos como profesionales en
la sociedad. Es nuestra función como tutores, realizar un cambio en los hábitos
para la asimilación de los valores de los jóvenes estudiantes para seguir
fomentando la cultura. Su importancia consiste en que el hombre logre su propia
autodeterminación como persona.
Ahora vislumbramos la educación desde su contexto y desde los diversos entes
que influyen en la formación de los educandos, partiendo de la realidad
vertiginosa que nos exige una educación innovadora y efectiva para alcanzar un
profesional innovador, creativo y efectivo.

Sabemos que la educación en valores y los valores que hay que resaltar en la
educación superior garantizan el futuro en la educación. Esta tarea educativa no
es posible sin la cooperación de las instituciones, en este caso la universidad, por
ello es imprescindible trabajar de la mano, acompañando el proceso de formación
integral desde un proyecto de vida.
LA ETICA Y LA TUTORIA.

Toda profesión requiere de la más rigurosa delimitación de sus normas y valores


éticos que garanticen la mejor actuación, tanto individual como social, a favor
de los objetivos sociales propuestos; el carácter del docente, en su rol de tutor
no es la excepción.
Existen diversas definiciones sobre ética, una de ellas se refiere al conjunto de
normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la
vida y otra menciona que es parte de la filosofía que trata del bien y del
fundamento de sus valores (RAE, 2017).

Imagen 2. La tutoría académica. Fuente: Elaboración Propia.

La vinculación entre tutoría y ética, es tema recurrente al abordar este tópico.


Hablar de ética implica hablar de una posición asumida frente a una realidad que
tiene que ser leída desde la criticidad, una tarea que permea las prácticas
cotidianas y representa la libertad para elegir una opción de vida, para encarar
las circunstancias diarias. El problema de la libertad supone, sobre todo, ser
responsable para con uno mismo y los demás, tener una vida libre, implica estar
comprometido con todo acto que uno realiza. Es así, que hablar de ética y tutoría
conlleva asumir que la labor de tutor es una labor que compromete. La
caracterización de las cualidades éticas, difícilmente se puede expresar en un
recetario de valores sin embargo se supone de gran importancia incluir una serie
de atributos, que se consideran pertinentes y orientadores para los tutores.
El Código Ético del tutor está orientado en razón a la ética profesional de los
docentes, significando con esto que deben plantearse un conjunto de los mejores
criterios, conceptos y actitudes que debe guiar la conducta del docente en razón
de los más elevados fines que puedan atribuirse a su profesión. La tutoría es una
modalidad de la actividad docente, que comprende un conjunto sistematizado de
acciones educativas de carácter académico y personal que brinda el tutor al
estudiante cuando este último esté a su cargo, en momentos de duda o cuando
enfrenta problemas personales.
Los valores éticos contribuyen a mejorar el quehacer del tutor para enriquecer
cualitativamente su actividad diaria. La conciencia de la presencia de valores que
rigen el quehacer al interior de las universidades no puede ser soslayada.

LA SOCIEDAD Y LOS VALORES.

Para lograr la construcción de la sociedad, es importante vincularla con el


programa de tutorías para generar un bienestar común de las personas. En este
sentido, se desarrollan actitudes positivas hacia los valores de colaboración y
solidaridad, impulsando el ejercicio del diálogo y la convivencia entre personas y
grupos sociales (González, 1982). Esto se desarrolla con la participación del
futuro profesionista en su labor de servicio social y prácticas profesionales donde
puede aprender de las experiencias que le transmiten los lugares donde se les
asigna estas actividades, y es aquí donde diferenciara los valores positivos de los
negativos.

La sociedad, aunque no exclusivamente a través de la educación, pero sí también


a través de ella, tiene obligación de transmitir los valores que nos permiten
realizarnos y convivir como personas. Si nos referimos, por ejemplo, el sistema
moral, la educación ha de transmitir el conjunto de valores, normas e ideales,
obligaciones y prohibiciones compartidas. De hecho, lo transmitimos, desde el
punto y hora en que a cada miembro de la sociedad lo consideramos moral o
inmoral según que adapta o no su conducta a ese sistema de valores de la
sociedad en la que vive. La sociedad tiende siempre a ser conservadora en sus
valores. Por necesidad, por pura sobrevivencia. Y eso se reflejará en la
educación. Como dice Fernando Savater, en su Filosofía de la educación, la
educación es siempre conservadora. La enseñanza está obligada a transmitir el
conjunto de contenidos culturales básicos socialmente aceptados.
Uno de los problemas que hoy enfrentamos para la educación en valores es que
lo hacemos en una sociedad que es pluralista. Y el pluralismo, lo queramos o no,
implica cierto relativismo. Ello exige mayor capacidad a los educadores. La
enseñanza ha de ser pluralista porque lo es la misma sociedad. Los valores no
son dogmas inamovibles o formas de ser eternas. El objetivo de una educación
en valores, además de la transmisión de los mismos, ha de ser transmitir la
capacidad de enfrentarse al pluralismo, al cambio, a la reinvención. No es fácil.
Hay que ser para ello muy razonable. Es fácil desorientarse, desplomarse,
culpabilizarse. Hay que saber discernir. Pero, de no ser porque ha habido
"transgresores en conciencia” de lo establecido, todavía estaríamos hoy en la
esclavitud, la pena de muerte, el servicio militar obligatorio, el machismo, la
exclusión de las minorías, por no poner sino algunos ejemplos.

Seguramente, uno de los valores más necesarios y más productivos en una


sociedad pluralista es el diálogo. Desgraciadamente no es un valor en alza. Si la
educación consigue educar para el diálogo (lo que supone razonar, escuchar,
ponerse en el lugar del otro, defender sin interés espurio la propia convicción,
estar dispuesto a aceptar que el otro pueda convencerme e intentar, sin
imposiciones, convencer al otro…) habremos puesto una muy importante base
para la educación en valores.

CONCLUSIONES.

Si la universidad es ejemplo en la construcción de valores, se estará en el camino


de formar un estudiante activo, motivado, interesado por aprender durante toda
la vida. Se necesita entonces de una tutoría estimulante de la discusión, aunque
la sustancia del debate no refleje más que la ignorancia acerca de los aspectos
más elementales de lo que se discute. Solo así se formarán estudiantes
universitarios entrenados en comprender la complejidad, enfrentados con la
dificultad y ejercitados en la abstracción, siempre dotados de un profundo
sentimiento humanista.
El profesor sirve de modelo profesional a reproducir por el alumno, dirige y corrige
su interacción con el objeto y la búsqueda y asimilación de la teoría pertinente,
asume principalmente una tarea paradigmática, sirve de modelo profesional a los
estudiantes y también de orientación y dirección de su aprendizaje,
fundamentalmente de la formación de valores. Reafirmando lo anterior, el tutor es
un actor principal para lo que necesita el estudiante universitario para formar y
desarrollarse integralmente en el fomento de los valores, como lo es la misma
sociedad que lo involucra en diversas situaciones positivas o negativas.
La sociedad aspira a estudiantes integrales que practiquen la honradez, bondad,
modestia, solidaridad, responsabilidad, amistad, fortaleza, respeto, prudencia,
fidelidad, pertenencia, honestidad, tolerancia, ética y justicia. Se mencionan estos
valores sin otorgarle ningún grado de prioridad, considerando que lo importante
es que el estudiante universitario los aplique en las diversas circunstancias en
que se encuentre. La integralidad origina que la vida social de dichos estudiantes
alcance los más altos elogios que una sociedad puede brindar.
La educación de valores en estudiantes universitarios constituye un proceso
integrado que garantiza la formación y desarrollo de la personalidad del futuro
profesional; lo cual se concreta a través de lo curricular, extracurricular,
extensionista e investigativo, la educación en el trabajo y en toda la vida. La
interrelación entre ciencia, docencia y profesión, desempeña un importante papel
en su formación.
Las universidades tienen la responsabilidad de potenciar su función formativa con
un carácter educativo para lograr profesionales integrales y competentes. Ello
constituye un reto para los profesores y trabajadores de las instituciones, los
cuales deben exigir la interdisciplinariedad desde el propio proceso docente
educativo, centrado en los estudiantes; lograr integración coherente de todos los
componentes didácticos, lo cual es muy importante en la dinamización de la
actividad.

Aunque también, se puede comentar que indudablemente, estos valores son


asimilados en el núcleo familiar, no debe perderse de vista como tutor,
fomentarlos en los tutorados en cada asistencia a una tutoría, ya que a través de
ellos se puede humanizar y sensibilizarlos con la finalidad de replicarlos como
profesionales en la sociedad. Es nuestra función como tutores, realizar un cambio
en los hábitos para la asimilación de los valores de los jóvenes estudiantes para
seguir fomentando la cultura. Su importancia consiste en que el hombre logre su
propia autodeterminación como persona.
Ahora vislumbramos la educación desde su contexto y desde los diversos entes
que influyen en la formación de los educandos, partiendo de la realidad
vertiginosa que nos exige una educación innovadora y efectiva para alcanzar un
profesional innovador, creativo y efectivo.
Sabemos que la educación en valores y los valores que hay que resaltar en la
educación superior garantizan el futuro en la educación. Esta tarea educativa no
es posible son la cooperación de las instituciones, en este caso la universidad,
por ello es imprescindible trabajar de la mano, acompañando el proceso de
formación integral desde un proyecto de vida.

BIBLIOGRAFIA

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