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Universidad de Chile

Facultad de Ciencias Sociales


Departamento de Antropología

Campamentos del Gran Santiago:


Efectos de la Segregación Residencial en el desarrollo
del Capital Social

Memoria para optar al Título de Antropóloga Social

Leila Alhelí Juzam Pucheu


Profesor Guía: Claudio Cerda

01/07/2010
A mis padres y a Miguel

2
Agradecimientos
Agradezco a los pobladores de “Quebrada de Macul” y “El Guerrillero”;
particularmente y de manera especial a Janina y Jana. Al Centro de
Investigación Social de Un Techo para Chile, instancia donde se forjó esta
memoria. A Sarella por su disposición y colaboración, y a todos quienes de una
u otra forma fueron un soporte y apoyo durante este proceso.

3
Índice
I. PRESENTACIÓN ............................................................................................. 6
II. ANTECEDENTES ............................................................................................ 7
1. Breve aproximación a la pobreza en Chile durante las últimas dos décadas 7
2. Precariedad habitacional y campamentos .................................................... 8
3. La importancia de localización de la vivienda y la segregación residencial 13
4. Los cambios en los patrones de la segregación residencial en Santiago. .. 15
5. El papel del Capital Social y la movilización de recursos ........................... 16
III. PROBLEMATIZACIÓN................................................................................... 19
IV. HIPÓTESIS DE TRABAJO Y OBJETIVOS DE INVESTIGACIÓN ................ 23
1. Objetivo General ......................................................................................... 23
2. Objetivos Específicos ................................................................................. 23
V. MARCO CONCEPTUAL ................................................................................ 24
1. El campamento como estrategia de inclusión social y lugar antropológico 24
2. ¿Qué entendemos por Segregación Residencial? ..................................... 28
a. La Segregación Residencial en la ciudad de Santiago ............................... 30
b. Cambios en los patrones tradicionales de Segregación Residencial ....... 31
3. Aproximaciones al concepto de Capital Social ........................................... 33
a. Empoderamiento y Asociatividad .................................................................... 37
b. Los Precursores del Capital Social ................................................................. 38
c. Definiendo al Capital Social entre sus distintas expresiones ..................... 39
d. La participación como expresión del capital social ...................................... 41
e. El Capital Social en contextos de Segregación Residencial ...................... 42
VI. MARCO METODOLÓGICO ........................................................................... 47
1. Tipo y perspectiva de investigación ............................................................ 47
a. Tipo de investigación......................................................................................... 47
b. Perspectiva de investigación ........................................................................... 47
2. Técnicas de recolección y registro de información ..................................... 48
3. Unidad de estudio, universo y muestra....................................................... 50
a. Selección de la unidad de estudio .................................................................. 50
b. Universo de estudio y muestra ........................................................................ 53

4
4. Plan de Análisis .......................................................................................... 55
a. Categorías de Análisis ...................................................................................... 55
VII. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN....................................................... 59
1. Descripción del contexto socio-espacial de los campamentos ................... 59
a. Quebrada de Macul, La Florida ....................................................................... 59
b. El Guerrillero, Huechuraba ............................................................................... 64
2. Presentación de los discursos .................................................................... 69
a. Quebrada de Macul ........................................................................................... 69
b. El Guerrillero ....................................................................................................... 83
VIII. ANÁLISIS ....................................................................................................... 95
1. Identificación de los distintos tipos de capital social a partir de sus
dimensiones....................................................................................................... 95
a. Presencia de los precursores del capital social en los campamentos ...... 95
b. Preeminencia de los distintos tipos de lazos sociales ................................. 98
c. Los distintos tipos de participación ............................................................... 100
d. Las distintas expresiones de capital social presentes en los
campamentos ........................................................................................................... 101
2. La dimensión simbólica de la segregación residencial ............................. 106
IX. CONCLUSIONES ........................................................................................ 110
X. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................ 116
XI. ANEXO......................................................................................................... 122
1. Mapas ....................................................................................................... 122
2. Informantes............................................................................................... 129
3. Pautas de entrevistas ............................................................................... 130
4. Micro modelo ............................................................................................ 136

5
I. PRESENTACIÓN

El presente documento es el producto de una investigación realizada en el


marco institucional de Un Techo para Chile1. El estudio se llevó a cabo con el fin
de investigar la incidencia de la segregación residencial en el desarrollo del capital
social en lugares urbanos particulares como son los campamentos. El problema
se aborda desde la premisa, por un lado, que existen distintos tipos de capital
social, y por otro, que el entorno físico y social de un grupo afecta al desarrollo de
éste. Se plantea, entonces, que en distintos escenarios nos podríamos encontrar
con diferentes tipos de este activo.
Formalmente el manuscrito se organiza en once capítulos, siendo el
primero de ellos el continente de estas líneas. En el segundo se entregan
antecedentes de la investigación para luego plantear la problematización que nos
posibilita la presentación tanto de la hipótesis de trabajo y los objetivos de
investigación. En el capítulo quinto se presenta la configuración de un marco
conceptual que articula la investigación a partir de una revisión bibliográfica que se
centra en nuestros conceptos principales: la problemática de los campamentos, la
segregación residencial y el capital social.
Por otro lado, el sexto capítulo se constituye a partir de la elaboración del
marco metodológico que contempla la selección de la muestra, así como la
selección de la unidad de estudio, el tipo de investigación y las técnicas a emplear.
Dentro de este capítulo también se aborda el plan de análisis donde se especifica
las dimensiones que surgieron a partir de la operacionalización de los conceptos
que guían la investigación. Luego, en el séptimo y octavo capítulos se presentan
los resultados y análisis, respectivamente, contrastando ambos campamentos. Por
último, abordamos ciertas consideraciones que surgieron desde las conclusiones
de la investigación para finalmente presentar la bibliografía y el anexo que
contiene mapas y elementos claves para la compresión del diseño y desarrollo de
la investigación.

1
De ahora en adelante UTPCH.

6
II. ANTECEDENTES

Este capítulo tiene como finalidad hacer una contextualización de la


problemática a investigar otorgando información concerniente a la situación de
precariedad en la cual se encuentran los campamentos en nuestra ciudad y
revisar brevemente las implicancias del capital social en contextos de pobreza y
segregación residencial.

1. Breve aproximación a la pobreza en Chile durante las últimas dos décadas

En América Latina, como en nuestro país, durante la década del `70 y `80
se inició un proceso de modernización basado en la implementación de un nuevo
paradigma de desarrollo. El llamado modelo neoliberal que promovió la retirada
del Estado así como la privatización de bienes y servicios, y que no obstante las
positivas cifras de crecimiento macroeconómico, potenció el empobrecimiento de
los sectores populares, presentando actualmente importantes niveles de pobreza.
Durante la década de los 90 la pobreza en la Región fluctuó entre el 48.3% en
1990 y el 43,9% en 1999. Mientras que la indigencia entre un 22,5 y un 18,7% en
el mismo período (CEPAL, 2008).
Con la adopción de este modelo de desarrollo económico la pobreza se ha
seguido reproduciendo; hay nuevos pobres, los “pobres de la modernidad”
(Bengoa, 1995). Éstas son personas que no siempre estuvieron en los índices de
pobreza, o extrema pobreza, sino que cayeron o volvieron a ella.
Según la CEPAL (2008), durante la década del 2000, la mayoría de los
países de América Latina han presentado una baja en los niveles de pobreza e
indigencia, alcanzando el 34,1% y el 12,6% de la población respectivamente.
Durante el año 2008 la incidencia de la pobreza habría continuado
disminuyendo, sin embargo, la extrema pobreza y la indigencia habrían crecido
levemente. Esto, debido a los efectos de la crisis financiera internacional, que se
refleja en el aumento de la pobreza extrema. (CEPAL, 2008).

7
Se constata que la pobreza en los últimos años ha disminuido. Sin
embargo, el desarrollo es desigual, quienes han salido de ella son vulnerables a
volver fácilmente, y la probabilidad de que esto ocurra ahora es mucho mayor que
décadas atrás (Sabatini y Brain, 2008). El crecimiento económico se concentra en
determinadas áreas, transformándose en desigual en tanto que hay sectores que
no se benefician con este crecimiento, sino que por el contrario, esto los orienta
hacia una reproducción de su condición (Bengoa, 1995). Podemos observar esta
situación a partir de las cifras entregadas por la CEPAL (2007), en donde durante
los años 2003 y 2007 se presentó el mayor crecimiento del PIB en la región desde
los años setenta, pero a pesar de esto, el porcentaje de pobreza y extrema
pobreza en ese período fue de un 49,9% de la población total.
A partir de la encuesta CASEN del año 2006, podemos señalar que nuestro
país presentó para esa fecha un 13,7% de personas en situación de pobreza,
mientras que de esos un 3,2% corresponde a indigentes. En la Región
Metropolitana en particular, se detectó una baja desde el 2003 de un 13,1% a un
10,6% de la población en situación de pobreza, de los cuales un 2,4% se presenta
como indigente. La baja que se produjo en el porcentaje de pobreza en la región
es inferior a la que se produjo en años anteriores, específicamente entre el año
1990 y 1996 donde la disminución fue de un 18,3%, en cambio entre los años
1996 y 2006 la reducción de la pobreza fue tan solo de un 4,1%. Vemos que la
población en situación de pobreza que ha logrado salir de ella presenta altas
probabilidades de volver a caer en este grupo, debido a que se encuentran en un
estado de alta vulnerabilidad2.

2. Precariedad habitacional y campamentos

Quienes se encuentran en situación de pobreza y extrema pobreza, y que


hasta el 2006 alcanzan el 10,6% de la población total de la Región Metropolitana,

2
La CEPAL entiende la vulnerabilidad como la exposición a riesgos sumado a la incapacidad para
enfrentarlos y adaptarse activamente a sus efectos. Ver más en: CEPAL-ECLAC, 2002
Vulnerabilidad Sociodemográfica: viejos y nuevos riesgos para comunidades, hogares y personas.
Brasilia, Brasil, ONU, LC/R.2086, 22 abril. http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/4/11674/LCW3-
Vulnerabilidad.pdf

8
son los que no se pueden insertar en las cifras exitosas y quienes con dificultad
habitan en los espacios de la ciudad que llamamos “campamentos”.
Tradicionalmente los asentamientos irregulares han sido el receptáculo de los
grupos más desposeídos; es en los campamentos donde está concentrada la
extrema pobreza del país (Mardones, 2006). Podemos entonces observar, que
una dimensión de la pobreza tanto en América Latina como en Chile es la
precariedad habitacional.
Tener acceso a una vivienda, a un techo, es una necesidad básica del
hombre. Como señala Arriagada (2003): “desde el punto de vista de las personas,
el acceso a una vivienda adecuada constituye un derecho y una necesidad básica
que sería satisfecha con el acceso de las familias a unidades físicas de
alojamiento con determinada calidad de atributos de materialidad, dotación de
servicios, disponibilidad de espacio e inserción en el entorno” (2003: 9). Se
considera por un lado un derecho así como una garantía social que debería ser
cumplida. Por otra parte la Declaración Universal de los Derechos Humanos
señala que, incorporado a los derechos a la salud y bienestar tanto individual
como familiar, cada hombre tiene derecho a una vivienda.
La vivienda tiene un valor más allá de su materialidad. Como señala Schütz
(1996), es el lugar donde el individuo y la familia se desenvuelven y viven de
manera íntima, como también es a partir de este espacio que la familia se
distingue simbólicamente como comunidad. Desde este sitio se interactúa en la
vecindad y en el barrio; espacios que la vivienda conforma y que constituye la
familia, como señala el autor.
Tanto en Latinoamérica, como en nuestro país, hay problemas
considerables de déficit habitacional. Esto lo podemos ver en la vigencia de los
campamentos (en menor medida en comparación con el resto de la región), tomas
de terreno, favelas, villas miseria y barriadas, como se les llama en diversos
países de este continente (Schütz, 1996), y que se entienden como expresiones
desesperadas por tener acceso a una vivienda, a un techo y a la ciudad.
En Chile el Ministerio de Vivienda y Urbanismo entiende el déficit
habitacional, a partir de la CELADE (MINVU, 2004), como el conjunto de las

9
carencias o necesidades habitacionales insatisfechas de una población respecto
de un estándar de calidad de vida3. Se puede distinguir dos tipos de requerimiento
habitacional: un déficit habitacional cuantitativo relacionado con el allegamiento y
que se asocia a la necesidad de expansión del número de viviendas (cantidad del
parque/stock) y por otro lado se considera un déficit cualitativo relacionado a la
demanda de reposición por carencias en materialidad y saneamiento, es decir que
se requiere un mejoramiento de las viviendas (Arriagada, 2003).
Un estudio realizado en base a la metodología para medir el déficit
habitacional desarrollada por la CEPAL arrojó datos para América Latina y el
Caribe en donde podemos ver que hacia 1995 la cifra del déficit cuantitativo se
ubicó entre 23,1 y 27,9 millones de unidades, mientras que para el déficit
cualitativo la estimación regional se acercó a los 25,6 millones de unidades
(Arriagada, 2003).
Por otro lado, en Chile la encuesta CASEN, hasta el año 2000 entregó
estimaciones de los requerimientos habitacionales basándose también en la
definición de los dos tipos de déficit habitacional, arrojando la cifra de un déficit
habitacional cuantitativo de 743.450 viviendas para el año 2000 en nuestro
país(Arriagada, 2003). Por otro lado, se señala en este mismo documento que el
déficit cualitativo podría llegar a duplicar el cuantitativo.
Una investigación del centro de estudios Libertad y Desarrollo el año 2008
arrojó datos acerca de la evolución del déficit habitacional en nuestro país desde
el año 1992. Según se plantea, durante la década de los noventa el déficit
habitacional cualitativo en Chile se redujo en un 14,5%. Sin embargo esta
tendencia a partir del año 2000 se comenzó a revertir, llegando al año 2006 a un
41% (100.000 hogares) más de viviendas deficitarias que en el año 1992. En
relación al déficit cuantitativo, se estima que éste ha ido disminuyendo los últimos
años, sin embargo hasta el año 2006 se vio un aumento en ciertos aspectos. Así,
vemos que mientras en 1992 se tenía un déficit cuantitativo de 998.422, en el año
2006 el déficit alcanzó a 1.004.926 viviendas.

3
Estándar de calidad de vida definido conforme a la satisfacción de necesidades básicas y al
acceso a oportunidades de la población en el contexto de un mundo competitivo, crecientemente
interconectado y urbanizado (MINVU, 2004).

10
Por último, un estudio del MINVU (2004) acerca del déficit habitacional en
Chile, que se basa en los datos del Censo de Población y Vivienda del 2002,
señala que el total de requerimientos de construcción de nuevas viviendas es de
543.542, de las cuales 242.971 deberían construirse en la Región Metropolitana lo
que sobrepasa por sobremanera a la VIII Región que la sigue con un
requerimiento de 56.150 viviendas. Por otro lado, cuando se habla de las
viviendas irrecuperables se señala que éstas alcanzan el 3,99% del total de
viviendas del país conformando un total de 155.631 viviendas. Dentro de esta
categoría (viviendas irrecuperables) encontramos ranchos, chozas, rucas,
viviendas móviles y en su mayoría mediaguas, las que alcanzan, según el estudio,
a ser 129.045 viviendas, de las cuales 49.784 se encuentran en la Región
Metropolitana. Otro dato rescatable es que el 72,03% de las viviendas
irrecuperables del país se encuentran en el área urbana, lo que explicita que el
problema de los asentamientos precarios es predominantemente urbano.
Siguiendo este último dato, presentamos una breve reseña de cómo se ha
gestado el asentamiento de los grupos pobres en la ciudad, siempre marcado por
un déficit habitacional tanto cualitativo como cuantitativo.
Hacia comienzos del siglo XX las clases bajas y pauperizadas se ubicaron
en tugurios, conventillos y cuartos redondos ocupando formas legales de
habitación como el inquilinato o arrendamiento. Sin embargo la ocupación de
espacios baldíos es una de las formas más antiguas de habitación del suelo en la
periferia urbana en nuestra ciudad; las clases populares ocupaban las riveras del
río Mapocho y el Zanjón de la Aguada para instalarse en rancherías y
posteriormente poblaciones callampas que comenzaron a albergar a quienes
provenían desplazados de los conventillos del centro, ya abarrotados, y migrantes
del campo, que no vieron más remedio que la autoconstrucción. (De Ramón,
2006).
Ya en la década del 50 se habían instituido las tomas de terrenos apoyadas
por partidos políticos, que fueron creciendo en los años siguientes de manera
gradual. En 1957 se lleva a cabo la que se considera como primera toma de
terrenos en Santiago, y que daría origen a la población La Victoria (Gross, 2006).

11
En esos momentos la toma aparecía como una forma de reconocimiento de
ciudadanía, de hacerse notar y poner el problema habitacional en la palestra
(Espinoza, 2006).
En el año 1970 surge el concepto de “campamento”, a partir del intento del
MIR4 por crear pequeñas comunidades revolucionarias con organización propia y
que tienen su origen en el campamento Nueva La Habana, ubicado en La Florida
(De Ramón, 2006); actualmente se conoce como la población Nuevo Amanecer.
En el proceso iniciado a finales de los ’60, según lo que plantea De Ramón
(2006), se destaca el hecho de que estas tomas tendieron a terminar con la
segregación urbana debido a que las invasiones se hacían en distintos lugares de
la ciudad, no solo en la periferia, como ocurrió en un principio con las poblaciones
callampas.
El Censo de 1970 constató que el 16,3% de la población de la ciudad de
Santiago vivía en campamentos. Estos reductos se presentaban como altamente
organizados y con una fuerte capacidad de presión y negociación con las
autoridades. Ese mismo año los “comités sin casa” -compuestos por quienes
vivían en tugurios, callampas o de allegados- acordaron pasar de la lucha
reivindicativa a la lucha política (De Ramón, 2006). Sin embargo, con la llegada de
la dictadura militar en 1973 este movimiento social5 se vio mermado y sufre una
represión severa. Grandes tomas y campamentos son erradicados a la periferia de
la ciudad.
Como vemos, el campamento en Chile es una constante; subsisten desde
hace varias décadas, teniendo incluso ejemplos de asentamientos precarios que
permanecen actualmente, originados antes de los ‘60 (CIS, 2007) 6. Sin embargo,
actualmente, la realidad de los campamentos dista mucho de las décadas
pasadas, toda vez que las soluciones habitacionales han sido masivas desde los
‘80 (Rodríguez y Sugranyes, 2005). Los campamentos ya no son fruto de
movimientos sociales y reivindicativos de pobladores, como los que se observaron

4
Movimiento de Izquierda Revolucionaria.
5
No hay consenso en cuanto a si éste llegó a ser un movimiento político o más bien un movimiento
poblacional que se encuentra en un contexto sociopolítico propicio.
6
Estos datos son extraídos del Catastro Nacional de Campamentos realizados por el CIS (Centro
de Investigación Social de Un Techo para Chile).

12
en décadas pasadas. Han disminuido la cantidad y tamaño de manera
considerable y se presentan ahora más bien como una estrategia -más individual
que colectiva-, y una vía de tránsito para llegar a la vivienda definitiva.
Hay campamentos que tienen más de 50 años de antigüedad, sin embargo,
el promedio de permanencia de las familias en campamentos es de 8,6 años. Esto
nos demuestra que hay una constante entrada y salida de hogares; los
campamentos por tanto, presentan una realidad continua pero dinámica
(Mardones, 2007). Es decir, la gente literalmente entra y sale de los campamentos
por períodos, sobre todo la población que se encuentra en calidad de allegados a
los campamentos, que en el caso de la Región Metropolitana ascendía a 1123
familias hasta hace tres años atrás (CIS, 2007)7.
Hasta el año 2007 se pudo constatar, según el Catastro realizado por el
CIS, la existencia de 533 campamentos en nuestro país, de los cuales la mayor
cantidad – 122 - se ubicaron en la Región Metropolitana concentrando a 5599
familias, en lo que significa un 22,9% del total. Lo que más llama la atención es
que desde comienzos de la década de los ‘90 se ha planteado una regular y
progresiva baja en los índices de pobreza, pero sin embargo, desde el año 1991
hasta el 2007 se presentó el surgimiento de 300 campamentos (CIS, 2007).

3. La importancia de localización de la vivienda y la segregación residencial

El hecho de que más de la mitad de los campamentos existentes en el país


hayan surgido en un período en que se constató una baja en los índices de
pobreza nos lleva a señalar que gran cantidad de la población en situación de
vulnerabilidad, no necesariamente en condición de pobreza8, ha optado por
instalarse en un campamento como estrategia para acceder a la vivienda
definitiva, y en la localización de preferencia (Brain, Prieto, Sabatini y Celhay,
2009). A pesar de la política de construcción de vivienda social a gran escala

7
La tasa de allegamiento en los campamentos de nuestro país llega a un 14,4% (CIS, 2007)
8
Según la encuesta CASEN 2006, el 51% de la población que vive en campamentos no está en
situación de pobreza. Queda claro que estas personas no se encuentran en condiciones de
pobreza extrema pero deja abierta la interrogante sobre la metodología utilizada para la medición
de la pobreza.

13
adoptada por los gobiernos de la Concertación, su ubicación no aparece como
atractiva, ya que en su mayoría estos conglomerados de vivienda social se ubican
en la periferia pobre de la ciudad en zonas socialmente homogéneas. Las
viviendas sociales actualmente presentan problemas de localización y dificultades
de accesibilidad (Fundación Superación de la Pobreza, 2010; Rodríguez y
Sugranyes, 2005), trayendo externalidades negativas a las familias beneficiarias
como por ejemplo mayores tiempos de viajes, inseguridad, deficitaria
infraestructura pública, etc. Así, a partir de una “Encuesta de preferencia de
localización de vivienda” (Brain, Prieto, Sabatini y Celhay, 2009), por ejemplo, se
pudo constatar que hay una preferencia por vivir en un campamento bien ubicado
antes que en una vivienda social en la periferia.
Podemos señalar que el tema de la pobreza y la precariedad habitacional
se relaciona de forma estrecha con la problemática de la segregación residencial,
puesto que la calidad de vida de los habitantes no sólo depende de su vivienda, si
no que también de su localización. El problema de la vivienda y la demanda por
ella ha ido cambiando. Como nos dicen Sabatini y Brain (2008) la lucha por la
vivienda ha cambiado y se ha tornado en una lucha por la ciudad; es el derecho a
la ciudad y a su uso (valor de uso), del que ya nos hablaba Lefebvre (1978) en la
década de los setenta. Esto nos explica que no basta con una “casa propia”, sino
que tiene que estar inserta en áreas bien equipadas de la ciudad; los habitantes
deben tener acceso a ella y a sus servicios, infraestructuras y oportunidades.
Por tanto, habría una tendencia estructural de los grupos vulnerables por
acercarse a lugares que les brinden mejores oportunidades laborales y sociales.
Este fenómeno se ve plasmado en el caso de la lucha de los pobladores de la
Toma de Peñalolén por permanecer en la comuna. Este es un claro ejemplo de
cómo la disputa es propiciada tanto por la vivienda como por su localización; no
basta con la casa propia, sino que también ésta tiene que estar inserta en la
estructura de oportunidades que entrega el entramado urbano (Sabatini y Brain,
2006), y en la estructura de redes y lazos sociales de apoyo que tiene cada
familia.

14
4. Los cambios en los patrones de la segregación residencial en Santiago.

Al ser la ciudad una “proyección de la sociedad en el terreno” (Lefebvre,


1978: 75), la estratificación social determina, por lo general, el lugar de residencia
y el tipo de vivienda al que se puede aspirar; es por esto que podemos ver una
distribución espacial dentro de la ciudad de acuerdo a los niveles
9
socioeconómicos .
Santiago es una ciudad que nace segregada, estableciendo límites entre la
ciudad propiamente tal, ordenada y planificada, y “lo otro”, el resto que no se
puede incorporar y que ha sido constantemente ubicado en la periferia
(Sepúlveda, 1997). Si bien sabemos que el ordenamiento de la ciudad se ha
llevado a cabo en base a los parámetros mencionados, podemos señalar que
durante la dictadura militar se vivió un proceso de liberalización del mercado de los
suelos, a partir del modelo neoliberal y sus reformas estructurales, que trajo
consigo la implementación de programas de fortalecimiento de los derechos de
propiedad privada y, a su vez, un relativo debilitamiento de la planificación urbana
por parte del Estado (Gross, 2006; Sabatini, 1997).
Así, vemos que se provocó una flexibilidad de la planificación territorial,
cuando se dejó en manos del libre mercado la determinación del precio del suelo
en 1979 (Política Nacional de Desarrollo Urbano). Pues bien, estos hechos
contribuyeron a la compra, por parte de empresas constructoras privadas, de sitios
eriazos a bajo costo y por otro lado a la erradicación de campamentos,
principalmente de la zona oriente, que ocupaban terrenos de gran valor
inmobiliario siendo trasladados a comunas de la periferia (Gross, 2006). Esto
ayudó a potenciar la acumulación de grandes conglomerados de viviendas
sociales pauperizadas en ciertos sectores periféricos, principalmente al
surponiente de la capital, como también la concentración de los grupos más

9
Esto sin embargo no implica que la segregación corra emparejada con la desigualdad, puesto que
tenemos el caso de ciudades muy desiguales poco segregadas como por ejemplo Río de Janeiro o
Sao Paulo en Brasil, frente a otras menos desiguales y muy segregadas, como las ciudades
norteamericanas.

15
privilegiados económicamente en el sector oriente de la ciudad, fomentados por la
inversión de grandes proyectos inmobiliarios en la zona.
Por otro lado, y de forma paradójica, se ha observado que la liberalización
del mercado de los suelos y el desarrollo del sector inmobiliario privado trajo
consigo una proliferación de barrios cerrados en la periferia popular (por ejemplo
Peñalolén, Pudahuel), disminuyendo la distancia física entre grupos
socioeconómicos distintos. Es lo que algunos señalan como la reducción de la
escala de la segregación residencial (Sabatini, Cáceres y Cerda, 2001), en ciertos
sectores.
Vemos entonces que, por un lado, hay áreas de la cuidad donde se está
viviendo un proceso que lleva a una mayor heterogeneidad dentro del espacio
residencial, hay grupos sociales distintos viviendo con una mayor cercanía física;
mientras que, por otro, hay gran parte de la población que se encuentra segregada
o relegada a las afueras de la ciudad, o en enclaves dentro de ella, en donde el
acceso a servicios, a oportunidades laborales y educacionales se ve mermado por
el aislamiento y la exclusión, y en donde el panorama que se observa es la
homogeneidad social. Es en estos escenarios donde se potencian ciertos
problemas sociales; la drogadicción, la delincuencia, etc., que generan un clima de
temor y desconfianza (Sabatini, Cáceres y Cerda, 2001). Estamos en presencia de
una “erosión de la calidad de las relaciones sociales en las ciudades” (Kaztman,
2008; en Sabatini y Brain, 2008: 11), que se basan en la inseguridad.

5. El papel del Capital Social y la movilización de recursos

Si pensamos que existen campamentos en la Región Metropolitana insertos


en contextos de segregación urbana como los que planteamos, estamos frente a
un panorama complejo. “El hábitat urbano es el escenario sobre el cual se gestan
determinados tipo de capital humano y social. Es por ello que la vivienda y las
características de su medio circundante, siempre han estado entre las prioridades
de las personas en situación de pobreza…” (Fundación Superación de la Pobreza,
2010). Tradicionalmente, como decíamos más arriba, los pobladores de

16
campamentos que lucharon por una vivienda propia basaron sus logros en la
organización y canalización de sus demandas, con las que se logró un nivel de
movilización que pudo presionar y negociar en oportunidades con las autoridades
y los aparatos del Estado. Esto, fundamentalmente gracias a las redes de
relaciones sociales, es decir al capital social que se generó en estos espacios, y
que se basa en actitudes de confianza, cooperación y reciprocidad.
Actualmente nos encontramos con un escenario de desconfianzas, que
dificultan la organización en pos de un bien común; las formas tradicionales de
cohesión social10 se han perdido. Como señala la CEPAL (2007b), la falta de
confianza social y de sentido de solidaridad desincentivan la acción colectiva y la
participación ciudadana. Presenciamos un contexto en el cual se expresan claras
dificultades para el desarrollo de la participación comunitaria, social y política.
En relación al papel que juega el capital social particularmente en los
campamentos de nuestro país, Mardones (2007) plantea que estos espacios
urbanos presentarían en su mayoría una participación significativa en
organizaciones comunitarias, lo que podría explicar que estas instancias para un
campamento son muy importantes, debido a que de alguna manera suplen o
amortiguan las condiciones de “vulnerabilidad”. Esto a partir de que las
organizaciones vecinales o barriales se abocan a conseguir beneficios que ayudan
a mejorar la calidad de vida de las familias de los campamentos. Un ejemplo de
esto lo presenta el Catastro Nacional de Campamentos realizado por el CIS, de
UTPCH el año 2007 en donde se destaca el hecho de que mientras más
organizaciones tenga un campamento a más servicios tendrá acceso, -ya sean
servicios básicos como recreacionales-, así como también se demuestra que en
los campamentos donde se encuentra trabajando una entidad organizadora11 en
pos de una solución habitacional el promedio de organizaciones es mucho mayor
que los que no presentan relación con estas instituciones. Según Mardones
(2007), hay una relación directa entre el grado de participación en organizaciones

10
La cohesión social, entendida desde la CEPAL (2007b), se refiere tanto a la eficacia de los
mecanismos instituidos de inclusión social como a los comportamientos y valoraciones de los
sujetos que forman parte de la sociedad, es decir, la plena pertenencia social de los individuos.
11
Como por ejemplo Chile Barrio o UTPCH.

17
o asociaciones y la situación socioeconómica de una familia. Mientras aumenta la
participación disminuye el número de familias en situación de indigencia así como
el número de hogares no pobres aumenta.

18
III. PROBLEMATIZACIÓN

En la ciudad de Santiago sabemos que existen asentamientos urbanos


irregulares -a los que llamamos campamentos-, en donde habitan de manera
precaria familias en situación de pobreza y vulnerabilidad. Entendemos que estos
campamentos existentes en el Gran Santiago se presentan como espacios
urbanos particulares, segregados y excluidos del resto de la ciudad. Esta situación
evidencia una dramática realidad de miles de familias que se ven excluidas de
oportunidades que les impiden una integración social, económica y política.
A partir de los antecedentes presentados podemos constatar que existen
sectores en nuestra ciudad en donde encontramos campamentos o asentamientos
precarios insertos en contextos altamente segregados en términos residenciales.
Cuando hablamos de segregación urbana estamos frente a un concepto que se
estructura en base a dos dimensiones; una dimensión objetiva de la segregación
residencial, que nos habla de concentración y homogeneidad social, y una
dimensión subjetiva (Sabatini, Cáceres y Cerda, 2001), o simbólica como le llama
Saraví (2008), que es la percepción que se tiene del entorno y de las personas
que lo habitan en base a la segregación objetiva. Esta construcción social de
sentidos (Saraví, 2008), posibilita la estigmatización (Wacquant, 2001) y la
asociación de distintos espacios con sentimientos de discriminación y
marginalidad.
La condición de segregación residencial se manifiesta y asocia a
fenómenos de exclusión, de falta de empleo, servicios urbanos de calidad y de
dificultad de acceso a éstos (Sabatini, 2002). Esta situación que experimenta un
porcentaje importante de nuestra población, estaría promoviendo la desintegración
social en la ciudad y una subcultura de la desesperanza (Sabatini, Cáceres y
Cerda, 2001). Según estos autores, si anteriormente la segregación o la
aglomeración significó un promotor de la organización, de la capacidad de gestión
y negociación frente al Estado para tener acceso a mejores posibilidades de
inserción social y económica en la ciudad, actualmente, la segregación se asocia

19
con el aumento y el incremento de los problemas urbanos como son la deserción
escolar, la inactividad juvenil y el embarazo adolescente.
De esta manera, la homogeneidad social en un área en particular y los
sentimientos de discriminación presentarían un carácter de malignidad creciente
relacionada así también a conductas ilícitas, como son la delincuencia y la
drogadicción. Esto promueve la inseguridad por lo que se genera desconfianza en
la comunidad. Así también, los problemas de la inestabilidad laboral que se
presentan en contextos de segregación potencian el aislamiento y una baja
participación –o una participación pasiva-; hay una sensación de resignación que
promueve la desconfianza en los posibles logros de la cooperación, así como en
las instituciones sociales y políticas. Esto trae como consecuencia bajos grados de
cohesión social y una anomia (CEPAL, 2007b).
Por otro lado, la estigmatización que presentan ciertos sectores de la
población (barrios, comunas, etc.) también impide el encuentro entre alteridades,
que, como veremos más adelante, pueden ser un influjo importante en términos de
relaciones verticales que provean de beneficios a la población -tanto en términos
individuales como comunitarios. En este sentido, el tiempo para los otros del que
nos habla Giannini (1995), el tiempo que se establece en la calle, en el lugar del
encuentro, se ve reducido a un tiempo para “algunos otros”, puesto que los pobres
están excluidos y segregados por una parte de la población, por tanto éstos no
pueden experimentarse con otros no pobres.
La dimensión subjetiva o simbólica de la segregación condiciona el
encuentro con el otro; la población se repliega a sus hogares, dejando de lado la
posibilidad de ocupar el espacio público, entendido desde los planteamientos de
Setha Low (2005), como cualquier espacio abierto en el cual se reúne un número
de personas. “En el ámbito de la vida cotidiana, el estigma refuerza la
segmentación, la desconfianza generalizada, el temor social y la pérdida de
espacios públicos” (Segovia, 2005)
En este sentido nos encontramos con una desarticulación del barrio -que
podríamos hallar en un espacio común como es el campamento. Este proceso iría
en desmedro del encuentro, lo que corroería las actitudes de confianza, las redes

20
de apoyo, cooperación y reciprocidad -que, a partir de una relación circular, se
presentan tanto como los precursores del capital social como también una
expresión de éste. Es así, como al no haber encuentro ni interacción en el espacio
público, el capital social comunitario se ve disminuido (Katzman, 2001), por tanto,
el acceso a la organización y así a soluciones en conjunto se ve mermado. Las
cifras demuestran que la falta de capital social es un grave problema dentro de los
grupos vulnerables, puesto que los asentamientos precarios en los que hay
presencia de organizaciones, tienen acceso a más servicios que los que presentan
menos o no presentan (CIS, 2007).
Por otro lado, se establece que estas redes de relaciones sociales que se
instauran dentro de una comunidad, o unidad espacial comunitaria como podría
ser el campamento, son el único seguro social para situaciones de necesidad y
emergencia que podría tener una familia (Schütz, 2003, citando a Oscar Lewis y
su libro Los Hijos de Sánchez); así, éstas serían el activo más efectivo dentro de
un contexto de pobreza.
Este estudio busca investigar cuál es la importancia de la influencia del
espacio y el entorno en las relaciones que establecen las personas, sus
oportunidades y accesos a beneficios, así como también a la capacidad de
organización y movilización de recursos. Esto, particularmente centrado en la
realidad del campamento, que ha estado en gran medida ausente de los estudios
que abordan la problemática de los cambios en los patrones de segregación
urbana.
De esta manera, se partirá desde el supuesto de que efectivamente la
segregación residencial, es decir, que el entorno físico y social, y la percepción
que se tiene de éste y de quienes lo habitan, influyen en el desarrollo del capital
social de ciertos grupos e individuos. Arriagada y Rodríguez (2004) hacen
referencia a este tema cuando señalan que: “los efectos de la segregación en
debilitar los activos de los hogares pobres – entre estos el capital social-
constituyen una línea de análisis importante en los últimos tiempos para la región”
(Arriagada y Rodríguez, 2004: 18). De esta manera, pensando en los efectos que
diversos autores atañen a la segregación residencial, se plantea la posibilidad de

21
que ésta tuviera consecuencias distintas en cuanto a capital social, en
campamentos que se encuentran en zonas más homogéneas que otros ubicados
en sectores más heterogéneos, socioeconómicamente hablando.
Sin embargo, es necesario destacar cuál es el escenario donde nos
situaremos. Éste es el campamento, en donde se encuentran familias en situación
de precariedad absoluta. En este espacio, la necesidad de organización social y
desarrollo de capital social nacen de un contexto objetivo como es la adaptación al
medio externo (a la ciudad) e interno (al campamento) y por otro lado la
necesidad de cooperación para un fin común (la casa propia). Es por esto que
resulta interesante estudiar qué ocurre en estos espacios urbanos particulares en
donde la necesidad de organización podría superar las barreras de la distancia
física y los sentimientos de marginalidad.

Teniendo en cuenta la discusión anterior, la pregunta de investigación


rectora del presente trabajo sería: ¿En qué medida la segregación residencial
puede afectar o influir en el capital social de los habitantes de campamentos?

22
IV. HIPÓTESIS DE TRABAJO Y OBJETIVOS DE INVESTIGACIÓN

La hipótesis del trabajo de investigación parte de la base de que el entorno


físico y social afecta en el desarrollo del capital social de una comunidad; por lo
tanto, los distintos niveles de segregación residencial pueden incidir en el
desarrollo del capital social. Un campamento altamente segregado podría
presentar distintos tipos de capital social frente a otro menos segregado.

1. Objetivo General

Analizar comparativamente el capital social de dos campamentos con


distintos niveles de segregación residencial objetiva (alto y bajo, respectivamente)
e identificar en qué medida sus diferencias pueden relacionarse con los distintos
grados de segregación (objetiva y simbólica) que presentan.

2. Objetivos Específicos

a. Indagar en el desarrollo de prácticas relacionadas a las redes de relaciones


sociales, a partir de la identificación de recursos asociativos (relaciones de
confianza, reciprocidad y cooperación)
b. Describir los distintos tipos de lazos sociales que se establecen dentro de
los campamentos.
c. Definir los tipos de participación que presentan los campamentos.
d. Identificar y caracterizar los tipos de capital social presentes en cada
campamento.
e. Describir cómo se expresa la dimensión subjetiva de la segregación
residencial en los distintos contextos de segregación objetiva.

23
V. MARCO CONCEPTUAL

El presente capítulo pretende hacer una revisión conceptual desde la cual


se aborda la investigación, teniendo en cuenta que los campamentos, la
segregación residencial y el capital social son el eje estructurante de la
problemática a estudiar.

1. El campamento como estrategia de inclusión social y lugar antropológico

El déficit habitacional (principalmente el aspecto de allegamiento y


hacinamiento), el empobrecimiento, la migración, el acceso a recursos, servicios y
oportunidades son factores que incidieron e inciden en la conformación de las
alguna vez llamadas, hacia la mitad del siglo XX, poblaciones callampas,
actualmente campamentos.
Según lo que entendemos, a partir de UTPCH, un campamento es un
asentamiento de 8 o más familias que no cuentan con acceso a uno de los
servicios básicos (alcantarillado, agua potable y energía eléctrica), y en una
situación de irregularidad legal en la tenencia del terreno (CIS, 2007).
El surgimiento de campamentos en nuestra ciudad es una estrategia muy
antigua y que responde principalmente a la búsqueda de oportunidades y servicios
que ofrece la ciudad12, como señala Sabatini (2004), pensando en que ésta fuera
una “geografía de oportunidades” (Rosenbaum, 1995). Las zonas a habitar son
elegidas a partir de su localización; a partir de las posibilidades laborales o de
ingresos que contengan, del acceso a los servicios de salud, la educación, el
transporte público y la cultura (Sabatini y Brain, 2006); y en donde el valor del
suelo sea muy bajo.
Así, desde estos autores podemos entender al campamento como una
demanda, una lucha por la ciudad, que tiene un fin que va más allá de la vivienda

12
La infraestructura técnica (agua potable, desagüe, recolección de basura, electricidad, transporte
público) que ofrece la ciudad y sus barrios céntricos, es completa, como señala Schütz (1996), así
como su infraestructura social (instituciones educacionales, instituciones públicas, servicios de
salud, etc.)

24
definitiva: la inclusión social. Por esto “la ubicación del barrio en que viven en la
ciudad es el instrumento más valioso en su sobrevivencia” (Schütz, 1996: 92).
En esta reivindicación, la búsqueda por el acceso a la ciudad se ve ilustrada
en dos fenómenos particulares; por un lado, podemos observar esto en los
patrones de asentamiento que exhiben los campamentos del país13, y por otro, se
expresa en quienes habitan como allegados en casas de familiares, en quienes
arriendan u optan por comprar casas usadas, teniendo la posibilidad de elegir su
lugar de residencia (Sabatini y Brain, 2006).
Una gran cantidad de quienes habitan los asentamientos precarios son
personas que provienen de la periferia de la ciudad. Así lo plantea Schütz (1996) a
partir de un estudio sobre la procedencia de los habitantes de “ciudades perdidas”
de Ciudad de México -como le llaman a los asentamientos irregulares en ese país-
, en donde un 68% viene de la periferia mientras un 17% del centro de la ciudad.
Como dice el autor, estos datos varían dependiendo de la ciudad. Sin embargo, se
puede constatar que en general quienes habitan estos espacios urbanos ya
vivieron en la misma ciudad bajo otras condiciones de vida; ya sea que
empobrecieron o que el ubicarse en la periferia les impedía el acceso a la
geografía de oportunidades que otorga la ciudad. Se postula que el campamento,
entonces, es una estrategia de inclusión, que opera a partir de mecanismos que le
permitan insertarse dentro del entramado urbano.
Podemos caracterizar a los campamentos como espacios en donde habitan
familias en condiciones precarias, viviendo en mediaguas y en algunas
oportunidades sin acceso a los servicios básicos, como se señalaba. De esta
manera, también éstos son lugares donde se concentran problemas sociales
urbanos como la precariedad laboral o el desempleo, bajo nivel educacional,
deserción escolar y en donde se reproducen problemas sociales como la
drogadicción y la delincuencia (CIS, 2007). Por otro lado, los pobladores viven
permanentemente en una continua inseguridad al ocupar terrenos de manera
ilegal, existiendo siempre el riesgo de ser desalojados.

13
Un 73,3% de los campamentos del país, a partir de los datos del Catastro Nacional de
Campamentos realizado por el Centro de Investigación Social de Un Techo para Chile el año 2007,
se ubican al interior o cercanos a las ciudades más grandes y pobladas del país. (CIS, 2007)

25
Como ya señalábamos, en la Región Metropolitana se encuentran 122
campamentos, albergando a 5599 familias14. Si nos referimos a los servicios
básicos, el alcantarillado es el que presenta mayor ausencia en los asentamientos
precarios, sólo con un 0,8%; la energía eléctrica se presenta en un 59,8% y el
agua potable en 41% de los campamentos (CIS, 2007).
Si observamos que dentro de los campamentos de nuestro país, el 50% de
ellos presentan sus hogares con 3 o 4 integrantes, mientras que el 34% de los
hogares tienen 5 o más (CIS, 2007), podemos afirmar que estamos en presencia
de una gran concentración de personas viviendo en condiciones precarias. Por
otra parte la tasa de desempleo en los campamentos llega al 23%, cifra mayor a la
del resto del país; además, los ingresos promedio de quienes se encuentran
empleados en los campamentos son inferiores al sueldo mínimo, y la tasa de
informalidad laboral es de un 69,4%. Vemos entonces, que la población de los
campamentos del país se encuentra entre los deciles más pobres (CIS, 2007).
La educación se presenta así mismo como un factor deficitario de los
asentamientos precarios, dado que hay una baja escolaridad y deserción escolar.
Un 30% de quienes están en edad de asistir a un establecimiento educacional no
lo hacen por motivos laborales, con el fin de aportar ingresos al hogar, o debido al
embarazo adolescente. Esta cifra de deserción también es mayor que el
porcentaje nacional (CIS, 2007).
Ahora bien, como señalábamos anteriormente, hay campamentos en
nuestro país que tienen una antigüedad de más de cincuenta años, en donde han
nacido y se han formado varias generaciones. Si hablamos del campamento a
modo de una forma de habitar y ocupar el espacio podríamos decir que se
presentan como lugares particulares de la ciudad, lugares antropológicos (Augé,
2004).
Este autor nos habla del lugar antropológico como una construcción
concreta y simbólica del espacio que tiene tres rasgos característicos: es
identificatorio, relacional e histórico. Es identificatorio por que siempre contiene -

14
Más de un quinto de los campamentos de nuestro país se sitúan en la Región Metropolitana.
(CIS, 2007)

26
sea el barrio, el campamento- una serie de prescripciones, posibilidades y
prohibiciones cuyo contenido es a la vez espacial y social que definen “lo propio”:
“nacer es nacer en un lugar, tener destinado un sitio de residencia. En ese sentido
el lugar de nacimiento es constitutivo de la identidad individual” (Augé, 2004: 59).
Por otro lado, también es relacional ya que en un mismo lugar pueden
coexistir elementos distintos y singulares que generan un sentido compartido; y
por último es histórico pues una vez conjugado, la identidad y la relación se define
por una estabilidad mínima y porque las relaciones que se inscriben en él se
inscriben también en la duración.
Los campamentos, como lugares particulares dentro de la ciudad, surgen a
partir de un proceso de organización y coordinación entre un grupo de personas
que elige y establece su lugar de residencia. Se constituyen como refugios para
quienes los habitan, por tanto se presentan como lugares dotados de sentido para
éstos, en donde se expresan sentimientos compartidos y prácticas comunes.
Por otro lado, en la actualidad, y según el Catastro Nacional de
Campamentos realizado el 2007 por el CIS, los campamentos que se expresan
en grandes bolsones de pobreza, extensos y populosos prácticamente ya no
existen; éstos alcanzan sólo al 10,3% del total. Sin embargo, hay una alta
concentración de campamentos medianos (48,2%) y microcampamentos (41,5%).
Estos últimos no exceden las 20 familias, y distan de la imagen tradicional del
campamento; se presentan más diseminados y ocultos, por lo tanto en ocasiones
se dificulta la identificación e intervención.
Con los procesos de intervención y erradicación que se han estado llevando
a cabo, a partir de la mediación estatal como de entidades privadas (como
UTPCH), los macrocampamentos han ido disminuyendo, lo que también se ha
observado en campamentos medianos; sin embargo, el porcentaje de
microcampamentos aumentó desde el catastro realizado el año 2005 al 2007 de
un 36% a un 41,5%. Vemos de esta manera, que los microcampamentos se están
convirtiendo en una realidad creciente; podríamos estar presentes ante una nueva
forma de precariedad habitacional en nuestro país (Ariztía y Tironi, 2002).

27
2. ¿Qué entendemos por Segregación Residencial?

La falta de oportunidades a nivel escolar, de salud y laboral, son un reflejo


de la exclusión y la segregación residencial que le impide a los estratos más
pobres una inserción a la ciudad y sus servicios.
Conceptualmente, podemos señalar que la segregación residencial
socioeconómica, a partir de Rodríguez (2001), es la falta de heterogeneidad social
de un territorio. Sabatini, Cáceres y Cerda (2001) presentan tres dimensiones de
la segregación social del espacio urbano – segregación residencial. La primera
dimensión es la tendencia de ciertos grupos sociales a concentrarse en ciertas
áreas de la ciudad generando barrios; la segunda dimensión es la conformación
de áreas con un alto grado de homogeneidad social y por último la tercera
dimensión nos habla de la percepción subjetiva que la gente tiene de la
segregación objetiva (las dos primeras dimensiones).
Basándose en la segunda de estas dimensiones, los autores plantean que
en términos generales la segregación residencial se entiende como “el grado de
proximidad espacial o de aglomeración territorial de las familias pertenecientes a
un mismo grupo social, sea que éste se defina en términos étnicos, etáreos, de
preferencias religiosas o socioeconómicas” (Sabatini, Cáceres y Cerda, 2001).
Por otro lado, Gonzalo Saraví (2008) también nos habla de una dimensión
objetiva de la segregación, que daría cuenta de la concentración y homogeneidad
social, y de una dimensión simbólica que “hace referencia entonces a un proceso
de construcción social por medio del cual se construyen, atribuyen y aceptan
intersubjetivamente ciertos sentidos al y sobre el espacio” (Saraví, 2008: 98). De
igual forma, esta construcción social está condicionada por la dimensión objetiva.
Sin embargo, este autor presenta a la segregación urbana como el resultado de
una relación compleja entre estas dos dimensiones; una relación recíproca y de
retro alimentación que produciría un “producto” nuevo, sui-géneris que no debe
coincidir necesariamente con una ni otra.

28
Esta percepción o construcción social, de la que nos hablan los autores
(Cáceres, Cerda y Sabatini, 2001; Saraví, 2008), por un lado, se relacionan con la
identidad y el prestigio asignado a barrios o zonas de la ciudad, es decir, el
surgimiento de estigmas territoriales (Wacquant, 2001); o de otro modo, el
encasillamiento de barrios malos o peligrosos, y barrios prestigiosos y exclusivos.
Por otro lado, esta dimensión subjetiva de la segregación se relaciona con la
percepción que la gente tiene de formar parte de un grupo social que presenta una
manera peculiar de ocupar el espacio y cómo lo habita. En muchos casos esta
percepción se traduce en sentimiento de marginalidad y discriminación.
De tal forma, estas percepciones se tornan claves para que la segregación
“objetiva” promueva fenómenos de desintegración social, afectando a la
sociabilidad urbana (Saraví, 2008), es decir, a la posibilidad de interacción entre
grupos sociales diferente. Por otro lado también se verían afectadas las instancias
de interacción e integración dentro de un mismo grupo que ocupa un espacio
común. Esta dimensión por tanto, permite que se construyan imaginarios del otro
“repugnante y nocivo” (Auyero, 2001), así como también se produce una
construcción del nosotros como marginales (marginados) y excluidos.
Particularmente dentro del contexto de los campamentos, es importante y
relevante el papel de la segregación residencial subjetiva. El hecho de vivir en un
contexto en que hay ausencia de servicios urbanos básicos, en donde la
ocupación del suelo es ilegal, las viviendas son precarias y de autoconstrucción, y
además no se ajustan a las normas de uso de suelo y edificación; en donde, en
su mayoría, se llevan a cabo actividades económicas informales -e ilegales en
oportunidades-, es un factor que propicia la percepción negativa del espacio
habitado. De esta forma, la percepción del entorno social y espacial promovería
una identidad negativa (Sabatini, 2004), y el surgimiento de un “poderoso estigma
asociado a la residencia en los espacios restringidos y segregados” (Wacquant,
2001: 129). Además, este estigma, del cual nos habla Wacquant (2001),
promovería la desorganización social a partir de esa construcción del nosotros,
estimulando prácticas de diferenciación y distanciamientos sociales internos, en el
contexto de un grupo social que habita un mismo espacio.

29
Pues bien, en la presente investigación y con el fin de la operacionalización
del concepto, se considera apropiado acuñar una definición de segregación
residencial que contenga las dos dimensiones ya nombradas: una objetiva que se
puede observar a partir del grado de proximidad o de aglomeración espacial de
individuos pertenecientes a un mismo grupo social -que en este caso se define
según criterios socioeconómicos-, y por otro lado una simbólica, que contiene la
percepción subjetiva del espacio urbano segregado. Entonces, desde los
planteamientos de Saraví (2008), la segregación urbana sería la conjugación de
estas dos dimensiones, el resultado de la interacción entre ellas.
Por lo tanto, se estima de gran importancia tener en cuenta estas dos
dimensiones, puesto que en gran medida los estudios que nos hablan de
segregación han optado por centrarse en los aspectos “objetivos”, dejando de lado
la construcción social y la percepción del espacio, suponiendo que estos dos
planos se condicen; siendo el segundo un reflejo del primero. Sin embargo, al ser
la segregación la síntesis de la interacción entre estas dos dimensiones, puede
presentarse de modos distintos en contextos diferentes. No en todo escenario con
indicadores objetivos de segregación, ésta (la segregación urbana) se va a
presentar de la misma manera, sino que variará a partir de las “percepciones,
temores, estigmas, etc., con que se le da sentido al espacio urbano y a la
presencia de los ‘otros’.” (Saraví, 2008: 96).

a. La Segregación Residencial en la ciudad de Santiago

El tema de la segregación residencial se puede relacionar directamente con


la vida urbana; se podría decir que es propio de ésta (Arriagada y Rodríguez,
2003). Es así, que en la ciudad podemos observar una segregación residencial
socioeconómica, que actúa como mecanismo de reproducción de las
desigualdades sociales y económicas, restringiendo la interacción y el contacto en
las grandes ciudades. Como señalan Arriagada y Rodríguez (2004): “la
segregación se perfila como un mecanismo particularmente importante en la

30
reproducción de las desigualdades socioeconómicas, el aislamiento de los pobres,
y la inseguridad ciudadana” (Arriagada y Rodríguez, 2004: 19).
En el caso de la ciudad de Santiago, ésta se vio influenciada por las
propuestas y trabajo desarrollado por el intendente Benjamín Vicuña Mackenna en
1872 -período en el cual se llevó a cabo el primer plan de transformación de
Santiago-, y por el urbanista vienés Karl Brunner hacia 1929 (Cáceres, Cerda y
Sabatini, 2001). Podemos ver, que en el siglo XX las elites y el Estado tomaron
como modelo de ciudad las pertenecientes al mundo desarrollado, como es el
caso de Paris y algunas ciudades estadounidenses. Los grupos privilegiados y
quienes sustentaban el poder fueron instaurando un modelo de desarrollo de las
ciudades que se basaba en la exclusión de los grupos que tienen lugar dentro de
la estructura social del capitalismo desarrollado (Cáceres, Cerda y Sabatini, 2001).
Esta práctica se instauró en pos de la construcción de una identidad social
de “ciudad de país desarrollado” que ha sido robustecida a través de la
segregación social del espacio urbano. De esta manera, Vicuña Mackenna
buscaba marcar una clara diferencia entre la cultura capital de Chile, la ciudad
ilustrada, opulenta y los arrabales (De Ramón, 2007).

b. Cambios en los patrones tradicionales de Segregación Residencial

Si bien sabemos que el ordenamiento de la ciudad se ha llevado a cabo en


base a los parámetros mencionados anteriormente, la conformación de la ciudad
de Santiago como una ciudad segregada a gran escala remite su origen
principalmente en las políticas de ajuste que se llevaron a cabo durante la década
del `70 y `80 y que realizaron una serie de reformas estructurales. De esta
manera, las economías nacionales se liberalizaron radicalmente introduciendo
medidas en materia de apertura externa, privatización, flexibilización salarial,
desregulación, etc. (De Mattos, 2002).
En materias de suelo, los principios de liberalización y desregulación fueron
formalmente incorporados en Chile en 1979. A partir del modelo neoliberal
instaurado por la dictadura militar en manos de Arnold Harberger, economista de

31
Chicago asesor del gobierno, se echó a andar una nueva Política Nacional de
Desarrollo Urbano, que establecía los conceptos básicos para la formulación de la
política nacional de desarrollo urbano.
Para esta política el suelo urbano no era un recurso escaso y su uso queda
definido por su mayor rentabilidad. De esta manera, se consideraba que la tierra
es un recurso que se transa de forma libre. El Ministerio de Vivienda y Urbanismo
en 1981 sostenía, como lo plantea Daher (1991), que se eliminarían restricciones
de modo de permitir el crecimiento natural de las áreas urbanas siguiendo las
tendencias del mercado.
Así, podemos ver que el Estado fomentaría la creación de un mercado
abierto de vivienda dejando la responsabilidad de la producción en manos del
sector privado, principal encargado de materializar iniciativas de desarrollo urbano.
De esta manera, como señalábamos, se consideraba el suelo como un bien no
escaso y sujeto a las variaciones de la oferta y la demanda (De Mattos, 1999).
Estas medidas trajeron dos grandes consecuencias que promovieron un
cambio en los patrones tradicionales de la segregación residencial en nuestro
país. Por un lado la liberalización del uso, subdivisión y transacciones de suelo
abrió camino a la proliferación de barrios cerrados en la periferia popular de la
ciudad (p.e.: Peñalolén y Pudahuel). Por otro se produjo un masivo traslado de
pobres hacia la periferia a partir de la erradicación de campamentos. De esta
forma, el Estado erradicó una gran cantidad de asentamientos irregulares,
principalmente de la zona oriente, que ocupaban terrenos de gran valor
inmobiliario, siendo trasladados a comunas de la periferia (Sabatini, 1997).
El Estado organizó y ejecutó el mayor proceso de éxodo masivo y de
migraciones intraurbanas convirtiéndose de esta forma, en el principal agente de
expansión metropolitana mediante sus políticas de vivienda social en extensión,
descentralizando y privatizando servicios públicos urbanos (Daher, 1991). En el
período 1991-2000 la superficie de la ciudad de Santiago creció de manera
acelerada, alcanzando en total 62.177 hectáreas (Moris, 2003). Para Hidalgo
(2004), estas políticas llevaron a una concentración sin registros anteriores de

32
estratos socioeconómicos bajos en áreas que no se encontraban con el
equipamiento básico para su mantención.
Otra de las medidas que se tomaron durante este período fue la creación de
municipios socialmente homogéneos, generando 34 municipios de los 17 que ya
existían en la Región. Esta decisión según Hidalgo (2004), institucionalizó la
segregación social de la ciudad, contribuyendo decididamente a ella. De esta
manera hubo un incremento en la distancia entre comunas ricas y pobres.
A partir de estas reformas, Santiago se ha dibujado como una ciudad con
altos niveles de segregación a gran escala dada la alta concentración de ricos y
pobres en un mismo espacio. Ahora, a pequeña escala, la ciudad es menos
segregada que hace 20 años atrás pues podemos ver una proliferación
(condominios cerrados mediante) de barrios socialmente mixtos en áreas
antiguamente populares, como por ejemplo Peñalolén y Pudahuel.

3. Aproximaciones al concepto de Capital Social

Según la CEPAL (Robinson, Siles y Schmid, 2003), el capital social se


comprende como el conjunto de relaciones sociales basadas en la confianza y
comportamientos de cooperación y reciprocidad. Se trata, pues, de un recurso de
las personas, los grupos y las colectividades en sus relaciones sociales, con
énfasis, a diferencia de otras acepciones del término, en las redes de asociatividad
de las personas y los grupos. En palabras de John Durston, el capital social es “el
contenido de ciertas relaciones sociales –que combinan actitudes de confianza
con conductas de reciprocidad y cooperación-, que proporciona mayores
beneficios a aquellos que lo poseen en comparación con lo que podría lograrse sin
este activo” (Durston, 2003: 147).
A partir de una revisión de la conceptualización del capital social que realiza
Durston (2003) nos acercaremos a distintas miradas del capital social.
Por un lado, se encuentran quienes ponen énfasis en el plano ideacional
de la cultura, situando al capital social desde las normas y valores de una
comunidad. Desde esta perspectiva se instalan por ejemplo, las propuestas de

33
Fukuyama (2003; en Robinson, Siles y Schmid, 2003), quién plantea que el capital
social es un conjunto de normas o valores compartidos que promueven la
cooperación social (normas que se basan en la confianza, cooperación y
reciprocidad).
Es una manera utilitaria de mirar la cultura. Desempeña un papel funcional
en cada sociedad, puesto que promueve y es el medio por el cual individuos y
grupos se comunican y cooperan en diversidad de actividades. De esta manera, y
entendiendo el capital social como las normas y valores que promueven la
cooperación, podemos decir entonces, y siguiendo a Fukuyama, que éste se
originaría, en general, en “fenómenos como la religión, la experiencia histórica
compartida y otras tradiciones culturales muy arraigadas que sólo pueden
configurarse con gran dificultad” (Fukuyama, 2003: 42). De esta forma, las normas
incidirían determinantemente en las conductas.
Por otro lado existiría otra visión -que es la que adopta Durston (2003)- en
donde la sociedad se presenta como un sistema complejo, en el que la causalidad
no sería unidireccional, por lo tanto no se ve a la cultura como una entidad rígida,
sino que en constante redefinición. Por lo tanto, las acciones sociales y las ideas
culturales interactúan y se retroalimentan; no es que una determine a la otra
(Durston y Duhart, 2003); existe una cambiante retroalimentación entre lo cultural
y lo estructural (Durston, 2003).
Siguiendo con la revisión que realiza Duston (2003) de las definiciones de
capital social debemos señalar que mientras, por un lado, está la noción del capital
social como atributo de individuos, expresado en las redes de reciprocidad a la
que tienen acceso, por otro, están los planteamientos que postulan que el capital
social es atributo de estructuras sociales, es decir que existen formas colectivas
de capital social; por ejemplo comunidades, clases y sociedades enteras podrían
poseer este activo, dejando fuera la visualización de un capital individual. En este
sentido, el capital social, al igual que los otros tipos de capital no está distribuido
homogéneamente en la sociedad; por tanto, hay quienes tienen acceso a más
capital social que otros.

34
Finalmente, Durston (2003) nos entrega una definición operativa
conductista del capital social, privilegiando la atención en las relaciones sociales
más que en las normas -pero atendiendo a la relación que existe entre el capital
social con otras formas de capital. Es así como siguiendo a Coleman y Bourdieu,
Durston (2003) ve al capital social como un recurso de las personas, los grupos y
las colectividades.
Como se señalaba en un comienzo, este autor posiciona el capital social en
las relaciones sociales que se caracterizan por presentar actitudes de confianza y
comportamientos de reciprocidad y cooperación. De esta manera, se aleja, por
tanto, de definiciones de tipo ideacional, que se centran en el determinismo de las
normas, creencias y valores de una comunidad.
Vemos entonces que el autor hace una distinción entre el plano abstracto
del capital cultural y el plano conductual del capital social, pero que se encuentran
en constante interacción; ninguno determina al otro. Sin embargo, las conductas
sociales reciben no una determinación inmutable e implacable, pero sí importantes
refuerzos desde el plano abstracto y simbólico (Durston, 2003; Durston y Duhart,
2003)
Tomando en cuenta esto último, el capital cultural sería condicionante (no
determinante) para que surjan distintas formas de capital social -el autor nos habla
de seis formas distintas de capital social que serán descritas más adelante. Por lo
tanto, se considera importante ahondar en el plano abstracto que contiene al
capital cultural. Es en éste donde residen la cosmovisión (religión compartida,
identidad compartida, visiones compartidas acerca de comportamientos
esperables, una memoria compartida) y las normas y valores (reglas de
parentesco, rituales y ceremonias, principios de reciprocidad, normas de conducta
correcta, y premios y castigos culturalmente definidos).
De esta manera, las normas y valores compartidos contribuirían en el
surgimiento de ciertos tipos de capital social a partir de cómo se establezcan las
actitudes de confianza y los comportamientos de reciprocidad y cooperación -que
son considerados por un lado como las relaciones sociales donde radicaría este
activo, y por otro como los precursores que posibilitan su expresión.

35
En este mismo sentido, cuando hablamos de colectividades podemos
presentar al capital social como un promovedor de la confianza, de redes de
apoyo y solidaridad vecinales, y como la base para la organización. Por lo tanto, el
capital social en contextos grupales emerge cuando hay vida comunitaria, de tal
forma que es difícil separar los condicionantes o requisitos del capital social
respecto de los resultados, puesto que ambos tienen una perspectiva circular y
cíclica por lo que no es posible comprender a unos sin examinar los otros. De esta
manera, cómo señala Claudia Serrano (2002), los resultados y los condicionantes
del capital social se refieren a los tres elementos insustituibles del tipo de
intercambio social al que llamamos capital social: confianza, reciprocidad y
cooperación.
Teniendo como escenario de la investigación el campamento – como
entidad comunitaria donde radica la pobreza y la precariedad; donde se han
generado normas, valores y prácticas que conforman el patrimonio local-, es tal
vez atinado hacer alusión al concepto de cultura de la pobreza del que nos habla
Oscar Lewis (1969). El autor nos presenta a la cultura de la pobreza -o la
subcultura como señala que sería el término más exacto-, como un esquema de
vida que traspasa fronteras territoriales, tiene una “estructura y lógica propias,
como un modo de vida que se transmite de generación en generación sobre bases
familiares.” (Lewis, 1969: 45). Es tanto una adaptación como una reacción de los
pobres frente a su posición marginal en una sociedad capitalista estratificada en
clases y de alto nivel de individuación. Son adaptaciones comunes a problemas
comunes, dice Lewis (1969); en distintas regiones, la cultura de la pobreza
presenta semejanzas, por ejemplo, en la estructura familiar, en las relaciones
personales, en la orientación temporal, y en los sistemas de valores y actitudes.
Quienes habitan un mismo barrio pobre construyen un cierto sentido de
comunidad, sin embargo, la desconfianza, la impotencia15 y el aislamiento explican
el bajo nivel de organización que presentan estos grupos que se adaptan a sus
circunstancias desde la cultura de la pobreza.

15
Así también, Wacquant (2001) nos habla de la desmoralización y sensaciones de abatimiento y
fatalidad que obstruyen la visión de futuro de los habitantes del cinturón negro de Chicago, que los
lleva a una “desorganización” social.

36
a. Empoderamiento y Asociatividad

Por su parte, desde un enfoque de redes, Raúl Atria (2003) presenta dos
dimensiones desde las que nos podemos acercar al tema del capital social. La
primera, entiende al “capital social como una capacidad específica de movilización
de determinados recursos por parte de un grupo”, y la segunda dimensión hace
referencia a “la disponibilidad de redes de relaciones sociales” (Atria, 2003: 582).
El tema de las redes está ligado a la asociatividad y el carácter de horizontalidad o
verticalidad de éstas.
Podemos decir entonces que el capital social de un grupo o comunidad es
“la capacidad efectiva de movilizar productivamente y en beneficio del conjunto,
los recursos asociativos que radican en las distintas redes sociales a las que
tienen acceso los miembros” (Atria, 2003: 583). Entendemos por recursos
asociativos que permiten dimensionar el capital social de un grupo, las relaciones
de confianza, la reciprocidad y la cooperación.
Este autor nos plantea distintas variantes de capital social que surge a partir
del cruce de las dimensiones que ya señalamos. Nos encontramos en presencia
de un capital social restringido cuando la capacidad de movilización es hacia
dentro del grupo –el liderazgo es en el grupo-, y mientras haya un predominio de
redes sociales internas –las relaciones serían hacia dentro del grupo-. Por otro
lado, el capital social en desarrollo ocurre en tanto haya una capacidad de
movilización hacia fuera del grupo –el liderazgo se presenta para el grupo-, y un
predominio de redes sociales internas. Así también, estamos en presencia de
capital social en desarrollo en tanto la capacidad de movilización es hacia dentro
del grupo y en tanto haya un predominio de redes sociales externas –las
relaciones serían hacia fuera del grupo-. Por último, y considerando estas
dimensiones, el capital social ampliado se presenta cuando la capacidad de
movilización es hacia fuera y mientras haya un predominio de redes sociales
externas, es decir que haya relaciones hacia fuera del grupo.

37
A partir de estos tipos de capital social, el autor nos planeta que las
diferencias en cuanto al activo que dispone un grupo, hacen que sus miembros
tengan distintos accesos a la información, a los servicios, recursos materiales y
bienes culturales que se presentan en la sociedad (Atria, 2003). Como
señalábamos, en la sociedad hay una distribución desigual del capital social. Por
lo tanto, la disponibilidad del capital social en los grupos mas pobres, a partir de lo
que plantea Atria (2003), es variable según si se considera la capacidad de
movilización (de recursos) de estos grupos, es decir, el grado de empoderamiento
que presentan, o las redes y recursos asociativos a las que tienen acceso.

b. Los Precursores del Capital Social

Los así llamados precursores del capital social, recursos asociativos, como
señala Atria (2003), o los contenidos de las relaciones e instituciones sociales de
capital social -que se ven reiterados en todos los autores que se refieren a esta
problemática-, los entendemos de la siguiente manera:
Siguiendo a Durston (2003) la confianza es una actitud basada en las
expectativas de comportamiento de otra persona que participa en una relación, así
como en el afecto que existe entre ambas. La confianza tiene una base cultural en
el principio de reciprocidad y una base emocional que se instala desde el afecto.
La confianza parte de las relaciones entre dos partes y la experiencia de esas
relaciones.
La reciprocidad sería la base de las relaciones institucionales formales e
informales a nivel de comunidad, como señala Marcel Mauss en su Ensayo sobre
el Don. Esto se daría, particularmente, en los sistemas de intercambio basados en
objetos (sistemas no mercantiles de intercambio) (Durston, 2002), en donde se
queda en deuda y hay una obligación culturalmente sancionada a retribuir.
Por último, la cooperación es “la acción complementaria orientada al logro de
los objetivos compartidos de un emprendimiento común” (Durston, 2003: 158).
Surge en conjunto con la confianza y las relaciones de reciprocidad, como
resultado de las interacciones entre estrategias individuales.

38
c. Definiendo al Capital Social entre sus distintas expresiones

Finalmente es a partir de los planteamientos de Durston (2003; 2001; 1999)


y Woolcock (1998) que guiaremos esta investigación en relación al concepto y la
operacionalización que nos entregan del capital social.
Tal como señalábamos anteriormente, Durston nos habla de un capital
social que se puede identificar a partir de las conductas. Este plano conductual,
como nos dice el autor, está condicionado por la dimensión abstracta y simbólica,
donde el autor sitúa al capital cultural (Durston, 2003; Durston y Duhart, 2003). Por
este tipo de capital el autor, como ya mencionamos, entiende que es “el sistema
simbólico de visiones del mundo y del ser humano y las normas y valores que
complementan los comportamientos socialmente valorados.” (Durston, 2003: 156).
Dentro de este mismo marco hay otros autores (Grootaert, Van Bastelaer, 2001)
que nos hablan del capital social cognitivo, como concepto más subjetivo,
refiriéndose a normas, valores, confianza, actitudes y creencias compartidas; y a
un capital social estructural que se referiría a organizaciones (formales e
informales), y a redes organizacionales y asociativas.
Para continuar con los planteamientos de Durston (2003), el capital social
se encuentra en el plano conductual y presentaría distintas formas. Es así como
nos encontramos con capital social individual, grupal y comunitario, además del
capital social de puente o bridging y de escalera (linking), que establece a partir de
la tipología realizada por Woolcock (1998) y que desarrollaremos a continuación.
Woolcock (2001) hace referencia al tipo de relaciones en cuanto a la
proximidad de los involucrados, el tipo de lazo: horizontal o vertical, que pueden
ser fuertes o débiles (Espinoza, 1993). Mientras que Durston identifica los distintos
tipos de capital social desde el tipo de relación que tienen los involucrados o más
bien desde la complejidad de la red de relaciones.
Pues bien, primero vemos que este último hace referencia a dos tipos de
capital social, el individual y el colectivo (Durston, 2001). Presentando diversas
características, nos plantea dos dimensiones de este activo. Sin embargo,

39
posteriormente el autor profundiza en los tipos de capital social basados en el tipo
de relación, o tipo de lazo que une a los involucrados. De esta manera, presenta al
capital social individual como una forma de relación diádica y egocentrada. La
relación diádica es generalmente informal y se da entre dos partes, con
características de confianza y reciprocidad. Este recurso reside en las relaciones
entre personas, y no en la persona misma. El tipo de relación sería directa entre
una persona y otra.
Por otro lado, nos habla del capital social grupal, como una extensión de las
relaciones egocentradas. Las relaciones que se basan en altos grados de
confianza se cruzan entre sí y se logra funcionar como equipo.
El capital social comunitario se presenta cuando el capital social llega a ser
plenamente colectivo, puesto que como dice el autor, la membresía a la
comunidad es un derecho de todos sus integrantes. “El capital social comunitario
consta de las estructuras que conforman la institucionalidad de cooperación
comunitaria. Reside no sólo en el conjunto de las redes de relaciones
interpersonales diádicas, sino también en el sistema sociocultural propio de cada
comunidad, en sus estructuras normadoras, gestionarias y sancionadoras”
(Durston, 2003: 160). Estas son las tres variedades de capital social que Durston
identifica y que se basan en la complejidad de la red, es decir, que mientras menor
sea el número de personas involucradas en una red menor será su complejidad.
Así también, y como señalábamos, Woolcock (1998) hace referencia a
diversas formas de capital social en relación a la proximidad de los vínculos
sociales. Por un lado, este autor nos habla del capital social bonding o al que se le
conoce como aglutinador o de unión, y se refiere a conexiones con personas
similares, miembros de una misma familia, grupos de amigos, relaciones vecinales
o dentro de una comunidad. Son relaciones de tipo horizontal, dentro de redes
donde se encuentran individuos de similar condición.
Por otro lado está el capital social bridging o de puente. Esta variante hace
referencia a una extensión del capital social que se hace a partir de vínculos que
acercan de manera horizontal y simétrica a personas e instituciones distantes.
Estas relaciones se dan entre personas u organizaciones con características

40
similares que se encuentran en lugares geográficos distintos, y que generalmente
constituyen alianzas.
Por último, se presenta la existencia del capital social linking, vinculante o
de escalera. Este tipo de capital social implica conexiones asimétricas con
personas relacionadas al poder, ya sea que tengan una posición política o
económicamente influyente. Esto hace referencia a lazos verticales, y a relaciones
con instituciones formales. Esto se plantea como una posibilidad de movilizar
recursos, ideas e información más allá de la comunidad, a través de interacciones
con personas en posición de poder. Como señala Durston, este tipo de capital
social se basa en una reciprocidad con control asimétrico.
Es importante señalar que estos tres últimos tipos de capital social que se
expusieron pueden tener presencia en las tres dimensiones primeras propuestas
por Durston. Es decir que, tanto el capital social de unión o bonding, el capital
social de puente o bridging y el capital social de escalera o linking pueden
presentarse tanto a nivel individual, grupal o comunitario.
Pues bien, considerando a los autores anteriormente expuestos, el capital
social lo entendemos como un activo que le permite a un individuo o grupo social
generar la capacidad de movilizar recursos y promover el desarrollo, a partir del
tipo e intensidad de sus relaciones sociales. En base a esto, a la complejidad de
los lazos donde circula el capital social y al tipo e intensidad de las relaciones, es
debido señalar que se comprende que existen distintos tipos de capital social,
como se acaba de describir.

d. La participación como expresión del capital social

Pues bien, Woolcock y Narayan (s/f) hacen referencia a investigaciones


guiadas a la medición del capital social, que se han centrado en instituciones
locales poniendo atención en la densidad de las asociaciones y el grado de
participación activa que hay en ellas. La participación es un aspecto importante
que está ligado a la asociatividad, pues permite detectar la proximidad de las
relaciones que se establecen entre las distintas redes.

41
La CEPAL (2007b) define la participación como toda acción colectiva de
individuos orientada a satisfacer determinados objetivos. Por su parte, Serrano,
Alarcón y Tassara (2006) entregan una definición de participación que se
considera como más atingente en relación a la investigación; ésta se refiere a la
acción voluntaria y no remunerada de personas que se vinculan a actividades,
grupos u organizaciones, ya sean formales o informales, con el fin de conseguir un
objetivo común.
En cuanto a los distintos tipos de participación, la CEPAL (2007b) identifica
la participación formal, asociada principalmente a la participación electoral; luego
la participación espontánea, que se presenta habitualmente en situaciones de
emergencia (inundaciones, incendios y sismos), cuando las personas se organizan
voluntariamente para realizar acciones colectivas de carácter solidario; y por
último la participación organizada que sería la tendencia a asociarse para realizar
acciones de beneficio colectivo del propio grupo o de la comunidad en general.
Así mismo, se considera necesario establecer la existencia de distintos
grados o niveles de participación. Por un lado habría una noción de la
participación ligada al número de personas que congregarían distintas actividades
u organizaciones; ésta puede ser alta o baja participación. Existen también otros
dos tipos de participación que se pueden cruzar con los recién mencionados; por
un lado existiría una participación activa cuando los miembros de alguna
organización o institución adquieren cierta responsabilidad llevando a cabo su rol
de manera constante y regular, o cuando se toma parte habitualmente en
actividades, ya sean familiares o comunitarias. La participación pasiva se daría
cuando la persona o comunidad no lleven a cabo su rol de manera constante. Su
participación sería esporádica o basada únicamente en la membresía en cierta
institución, y sin mayor involucramiento.

e. El Capital Social en contextos de Segregación Residencial

La preponderancia que se le atañe al desarrollo del capital social se


comprende a partir de la identificación de los beneficios que éste generaría en las

42
personas y en la comunidad. Es así como el capital social se plantea como un
concepto relevante y fundamental en tanto que es importante reconocer las
potencialidades y las capacidades de las personas de poder incidir e intervenir en
su condición de pobreza y exclusión; “el capital social de los pobres se constituiría,
por definición, en un activo intangible para sus proyectos personales de vida, sus
emprendimientos grupales y sus esfuerzos organizados por lograr bienes públicos
para la comunidad” (Durston, 2003: 124), en tanto que este activo se relacione de
manera sinérgica y complementaria con otros recursos –particularmente
materiales. Reconociendo las condiciones estructurales de la desigualdad, plantea
Serrano (2002), es necesario incorporar la potencialidad y capacidad de las
personas en intervenir sobre sus condiciones de existencia y definir (defender) los
espacios de acción para modificarla.
Por un lado, tenemos que el capital social contribuye a mejorar el
posicionamiento y el acceso a los recursos que tienen quienes son parte de estas
relaciones sociales. Por otro lado, el capital social genera una especie de base
social y cultural de los intercambios económicos y simbólicos. Esto facilitaría por
ejemplo en contextos de pobreza que las personas emprendieran proyectos en
común, a partir de una base de normas compartidas y expectativas cumplidas de
parte de los otros.
Así también, hay autores que plantean que el capital social favorece las
virtudes cívicas, estimulando el interés por los asuntos públicos (Serrano, 2002;
Fukuyama, 2001), la confianza hacia las instituciones políticas y la democracia;
esto traería una mayor participación y cooperación, así como efectos positivos en
términos económicos y culturales. Así también se postula que el capital social da
cuenta, en buena medida, de un acervo de los agentes sociales que contribuyen a
una sociedad más cohesionada (CEPAL, 2007b).
Habiendo mencionado el papel beneficioso que juega el capital social en los
grupos pobres de la población es menester referirnos a las complejidades que se
observan sobre las oportunidades de acumulación de este activo que tienen estos
grupos. Según Katzman (2006), hay dos procesos que están directamente

43
relacionados a la segregación urbana y social, que reducen las probabilidades de
que los estratos pobres acumulen capital social.
Por un lado, en el contexto de pobreza, la segregación promovería
conductas anómicas, disminuyendo el sentimiento de comunidad y promoviendo el
aislamiento (Wacquant, 2001; Arriagada y Rodríguez, 2004). Por lo tanto, la
dimensión subjetiva de la segregación posibilita que en estos escenarios se
generen, percepciones de inseguridad, desconfianza y estigmatización. Esto
dificulta la generación de instituciones y redes locales que sirvan de soporte para
el desarrollo del capital social (Katzman, 2006).
Wacquant (2001), por su parte pone acento en los efectos que produce la
estigmatización territorial en el entorno local; esta situación estimularía prácticas
de diferenciación y distanciamiento social que contribuyen a reducir la confianza
interpersonal y la solidaridad local. De esta forma, la percepción que se tiene
desde fuera, la percepción negativa del otro, contribuye a generar el
distanciamiento – a partir de los intentos por desmarcarse de esa construcción-
que llevan a una “atomización social, ‘desorganización’ comunitaria y anomia
cultural” (Wacquant, 2001: 144).16
Por otro lado, la segregación urbana también remite al aislamiento de los
grupos pobres respecto a otros estratos de la sociedad. Más allá del espacio
comunitario, la segregación residencial estaría jugando un papel que iría en
detrimento del contacto entre distintos grupos sociales dentro de un mismo
espacio; el espacio público. Como señalan diversos autores (Katzman, 1999,
2001; Arriagada y Rodríguez, 2003, 2004; Sabatini, Cáceres y Cerda, 2001) los
efectos de la segregación residencial debilitan los activos de los hogares pobres,
entre los que se encuentra el capital social. De esta manera, la segregación
residencial, o la segmentación urbana, que Katzman describe en los ámbitos de lo
laboral, lo educativo, lo residencial y en el uso de servicios públicos, restringiría las
redes de las personas en situación de pobreza solamente a personas de igual

16
Las características que genera la segregación residencial en el desarrollo del capital social se
asocian a la problemática del capital social en momentos de crisis, del que nos habla Serrano
(2002). En estas situaciones, puede que aparezcan actitudes de competencia, rivalidad y conflicto,
por lo que se dificulta el desarrollo del capital social. El reconocimiento o la pertenencia no son
suficientes y aparece la competencia, la desesperanza y la indolencia.

44
condición, dificultando de esta forma la existencia de vínculos y relaciones entre
distintas clases.
Katzman (1999) a partir de una investigación sobre los activos de niños y
jóvenes de Uruguay relacionados al espacio urbano donde residen, afirma que la
estructura social de los barrios tiene efectos sobre el comportamiento de las
personas que residen en ellos. En el caso de quienes se encuentran en situación
de pobreza, las características de un barrio segregado influirían de manera
negativa directamente en el desarrollo del capital social; “la separación física
reduce el capital social de los pobres, pero no los defiende de la penetración de
las propuestas de consumo” (Katzman, 1999: 267).
Al sostener que existen distintos tipos de capital social debemos especificar
y aproximarnos a qué tipo de capital social es el que disminuiría en contextos de
segregación residencial. Pensando en un escenario tal, el contacto entre distintos
grupos sociales en el espacio público se hace cada vez más improbable. Es de
esta manera que las redes de relaciones sociales de los pobres se ve disminuida.
Se dificulta el vínculo con redes verticales de escalera por ejemplo, o tal vez de
puente, que permitirían ampliar el horizonte de oportunidades y el alcanzar metas
más altas (Katzman, 1999). Esto lo vemos expresado como plantea el autor, en
las consecuencias que trae la distancia física en dos aspectos importantes del
capital social de personas en condiciones vulnerables. Por un lado, cuando no
existe el vínculo con personas que tienen un portafolio de activos más rico, se
pierde la oportunidad de tener un nexo para el acceso a contactos y recursos de
información de calidad como por ejemplo puestos de trabajo o de obtención de
servicios. Y por otro lado, se pierde la posibilidad de que niños y jóvenes accedan
a ejemplos de personas (modelos de rol) que alcanzaron metas de bienestar que
la sociedad propone. Es decir, de esta manera se dejaría abierta la puerta a la
capacidad de aprovechar las estructuras de oportunidades – definidas en términos
de probabilidades de acceso a bienes, servicios o a actividades que inciden sobre
el bienestar de los hogares- para alcanzar metas.
En relación a este segundo punto (aislamiento de los grupos pobres
respecto a otros estratos de la sociedad), hay posturas que plantean, sin embargo,

45
que el hecho de situarse en un contexto socialmente heterogéneo no conduce
necesariamente al establecimiento de relaciones relevantes entre grupos sociales
distintos. Más allá del encuentro casual en el espacio público, que puede ocurrir,
Saraví (2008) le otorga mayor importancia a la calidad y densidad de los
encuentros y relaciones, es por esto, que señala que el nivel de aislamiento
espacial no necesariamente se condice con el nivel de aislamiento social.
En estos escenarios la interacción e integración entre distintos grupos es
compleja. Más allá de una posible integración social en términos funcionales
(Sabatini y Salcedo, 2007) que se podría generar a partir de relaciones
contractuales, es improbable que se desarrollen relaciones más cercanas e
identificatorias. Sin embargo, a esta integración funcional -que traería consigo la
conformación de relaciones verticales que fortalecen el portafolio de activos de los
menos privilegiados-, se podría agregar una integración simbólica (Sabatini y
Salcedo, 2007) entendida como el grado de involucramiento de la persona con el
entorno donde habita, en tanto que al existir personas de un estrato social más
acomodado la percepción del barrio se torna positiva (no está presente el estigma
del barrio homogéneo y pobre).

46
VI. MARCO METODOLÓGICO

1. Tipo y perspectiva de investigación

a. Tipo de investigación

Teniendo en cuenta los objetivos planteados para la investigación, se


propone que el estudio tenga, por un lado, un carácter de exploratorio, en tanto
que este tipo de estudios se caracterizan por partir de un conocimiento “vago” del
objeto de estudio, así como también de la existencia precaria de material
bibliográfico sobre el mismo lo que lleva a penetrar en el tema tratando de extraer
sus dimensiones y variables relevantes (Hernández, Fernández y Babtista, 1991).
Por otro lado, se plantea un estudio descriptivo, puesto que se postula que hay
aspectos de la investigación que cuentan con registros y bibliografía adecuada, lo
que permite comenzar con una base de antecedentes considerables. De esta
forma, se pretende describir de manera profunda el fenómeno a partir de los
objetivos expuestos inicialmente.

b. Perspectiva de investigación

La investigación se desarrolla desde un enfoque cualitativo. Esto, debido a


que se intenta comprender tanto los discursos de los actores sociales como sus
prácticas. En ese sentido no se confirió prioridad al número de muestras referidas
al objeto de investigación, sino que el interés estuvo puesto en las cualidades y
pertinencia de los sujetos en relación a los objetivos planteados. De este modo, lo
que se pretendió investigar fueron las propiedades y características de las
variables, y no sus magnitudes numéricas.
Así también, este tipo de investigación considera la observación del
escenario y los individuos desde una perspectiva holística, en tanto que el interés
esta dado por el análisis de los hechos en su contexto global, no aislados,
atendiendo a los diversos factores que puedan estar influenciando al hecho en si;
tener consideración sobre los efectos que se puede ocasionar sobre las personas
con quiénes se trabaja; y el dar énfasis a la validez existente entre el dato y lo que
efectivamente dicen o hacen los agentes sociales (Tylor y Bodgan, 1992). Con
este enfoque lo que se pretende es ir más allá de lo planteado por los sujetos. Es
decir, se ha intentado vislumbrar desde los discursos, las acciones y conductas de
los miembros de la comunidad. De esta manera, se plantea la necesidad de
adentrarnos al problema considerando el capital social desde las prácticas más
que desde el plano ideacional, como se señaló en el capítulo anterior, donde
algunos autores sitúan a este activo. Esto es, pues en ocasiones no hay
coherencia entre los valores y normas –que podrían condicionar el surgimiento del
capital social (o de ciertos tipos de capital social)- que pregonan los sujetos y su
accionar – no siempre se condicen lo que se dice que se hace y lo que se hace
realmente.
Por otro lado, se realizó un trabajo cuantitativo en el proceso de la selección
de la unidad de estudio; además, se ha trabajado sobre datos cuantitativos
obtenidos a partir de otras fuentes, pues ello ha proporcionado información
relevante para la investigación.

2. Técnicas de recolección y registro de información

Para la evaluación del capital social en cada comunidad se comenzó por


generar una descripción, primero, del contexto socio-espacial en el que se sitúa y,
por otro lado, de la estructura social de ésta. Al realizar una investigación respecto
al capital social que se presenta en campamentos es necesario conocer las
particularidades de cada comunidad donde éste fue evaluado. De esta forma, una
investigación cualitativa nos puede acercar a nuevas hipótesis, adentrándonos en
el problema y profundizando en las distintas formas y facetas del capital social, en
su dinamismo y complejidad.
El acercamiento al lugar de estudio con el fin de familiarizarse con las
particularidades de la realidad local permitió construir una caracterización de la
comunidad y sus relaciones con el entorno.

48
Las técnicas que se utilizaron fueron el rapport, la observación pasiva y las
entrevistas semi-estructuradas, que serán descritas a continuación:

a. Como primer paso, el rapport es un proceso social de contacto inicial –la


construcción de una relación- en la cual se establecen vínculos con personas a
quienes se desea observar o a través de ellas obtener información relevante para
la investigación. Mediante este acto intencional se pretendió descubrir, crear y
seleccionar relaciones con las personas del campamento para obtener la
información que se requirió inicialmente.
b. Por otro lado, la observación pasiva es una técnica basada en la observación
visual, caracterizada porque el investigador no se integra a la vida del grupo que
observa y porque actúa en forma claramente neutra, sin que se precise conocer al
sujeto observado. Entre las ventajas de esta técnica esta la posibilidad de la
observación de comportamientos y de acontecimientos en vivo y el compendio de
material de análisis espontáneo. Así mismo, esta técnica permitió llevar a cabo
una descripción física del entorno, en tanto es una de las variables que puede ser
preponderante en el comportamiento de los habitantes de los campamentos.
c. Por último, se utilizó las entrevistas Semi-estructuradas como forma de
recabar información a partir de los discursos de los informantes. La entrevista es
una técnica que se basa en la conversación vis a vis que se utiliza para obtener
información verbal, en forma de enunciados o discursos, de uno o varios sujetos,
a partir de cuestionarios o guión. En el caso de la variante semi-estructurada,
existe un guión que recoge todos los temas que se deben tratar en el desarrollo de
una entrevista, dejando espacio para la libre expresión de los sujetos
entrevistados, por lo que es una herramienta flexible. En el caso de esta
investigación, la entrevista semi-estructurada es una herramienta fundamental
para conocer el comportamiento y las valoraciones de los habitantes de los
campamentos, puesto que no se pretendió acceder a una observación
participante. Así también, esta técnica se complementa con la observación pasiva
en lo que respecta tanto a las conductas y comportamientos en cuanto al
establecimiento de relaciones sociales.

49
3. Unidad de estudio, universo y muestra

a. Selección de la unidad de estudio

La unidad de estudio comprende los dos campamentos en los que se


desarrolló el trabajo en terreno en la investigación. Estos son “Quebrada de Macul”
de La Florida, y “El Guerrillero” de Huechuraba.
La selección de los campamentos se realizó a partir de los datos del Censo
2002 sobre el nivel socioeconómico de los hogares, proporcionados por el
Proyecto PBCT Anillos de Investigación en Ciencias Sociales "Barrios en crisis y
barrios exitosos producidos por la política de vivienda social". 17
Previamente, se realizó una medición de los distritos ghetto de las comunas
del Área Metropolitana del Gran Santiago, a partir de los datos sobre el nivel
educacional del jefe de hogar entregados por el Censo del 200218. De esta
manera, se utilizó el índice de Massey, calculando el número y porcentaje de
distritos ghetto por comuna. Si el distrito presentaba un porcentaje igual o mayor a
41% de baja escolaridad (personas con enseñanza básica incompleta) se
consideró como distrito ghetto. Posteriormente se seleccionaron las comunas que
tuvieran un mayor porcentaje de distritos ghetto, las que presentarían una
segregación residencial alta.
Las comunas que resultaron con mayor porcentaje de distritos ghetto fueron
La Pintana, Huechuraba y Lo Espejo; sin embargo a partir de la disponibilidad de
trabajo en campamentos se sustituyó La Pintana por Puente Alto. Las comunas
que aparecían con menor porcentaje de distritos ghettos que se seleccionaron
fueron en una primera instancia Las Condes, Macul y Lo Barnechea. Sin embargo,
debido a las razones recién expuestas debieron sustituirse Las Condes y Macul
por La Florida y San Miguel, a las que también se sumó Peñalolén.

17
Investigación desarrollada por el Instituto de Estudios Urbanos y el Instituto de Sociología de la
Universidad Católica de Chile.
18
La encuesta Casen 2006 muestra cómo se diferencian los quintiles en términos de educación.
Los primeros tres quintiles no superan el promedio nacional de años de escolaridad. (Fundación
Superación de la Pobreza, 2010)

50
Una vez seleccionadas las comunas se trabajó con los datos otorgados por
el proyecto ya mencionado. Así, se hizo una comparación entre el porcentaje de
los grupos socioeconómicos presentes en la manzana que ocupa el campamento,
como en el distrito censal donde éste se encuentra.
El parámetro que se utilizó, como señalábamos fue el del distrito censal, a
pesar de que según el Índice de Desarrollo Humano del PNUD del año 2000, el
espacio comunal representa uno de los lugares de contacto más efectivos entre la
población y el aparato público para el desarrollo humano. Sin embargo, se decidió
utilizar esta unidad geográfica puesto que por un lado se consideró que utilizar la
comuna como área de medición de la segregación sería una medida muy amplia
(Sabatini, 2004), que no permitiría apreciar el nivel de segregación de los
campamentos, y por otro lado se plantea el distrito censal como adecuado para
poder observar el “efecto vecindario”, que se generaría en este espacio (Arriagada
y Rodríguez, 2003). Directamente relacionado a esto es lo que plantea Katzman
(1999) al afirmar que las características de los barrios y vecindarios “definen
estructuras de oportunidades en el entorno social inmediato de los hogares, que
inciden en la probabilidad que niños y jóvenes acumulen activos” (1999: 263).
A partir de estos datos, los campamentos que presentaban mayor grado de
homogeneidad en relación a su entorno fueron “Vista Hermosa” de Lo Espejo y “El
Guerrillero” de Huechuraba. Los campamentos que se encontraban en áreas
significativamente más heterogéneas fueron el “Juan Pablo II” de Lo Barnechea y
“Quebrada de Macul” de La Florida. La selección final se realizó a partir de los
porcentajes de grupos socioeconómicos, por un lado y por la posibilidad de
inserción dentro del campamento, por otro.
Por una parte, como se observa en el cuadro I, el campamento “Vista
Hermosa” presenta un porcentaje de pobreza de 84,9% (grupos E y D) mientras
que el distrito censal presenta un 70,9%. El porcentaje de hogares ubicados en el
grupo ABC1 en ambos espacios, el campamento y el distrito, no alcanzan al 1%.
“El Guerrillero”, por su parte, presenta un 80,8% de pobreza, mientras que el
distrito censal un 77%, presentándose como más parecidos. De esta manera, el
campamento seleccionado fue “El Guerrillero” de Huechuraba.

51
Cuadro I. NSE distritos censales y campamentos en áreas homogéneas

Lo Espejo
E D C3 C2 ABC1 total
hogares
Vista 31,90% 52,90% 13,80% 1,40% 565
hermosa Total = 84,90% Total = 15,20% 0%
18,50% 52,40% 21,70% 6,80% 5823
Distrito
Total = 70,90% Total = 28,50% 0,70%
Huechuraba
E D C3 C2 ABC1 total
hogares
El 23,40% 57,40% 17% 2,10% 47
Guerrillero Total = 80,80% Total = 19,10% 0%
Distrito 22,20% 54,70% 17,80% 3,90% 2390
Total = 77% Total = 21,70% 1,30%
(Fuente: elaboración propia a partir de los datos otorgados por el Proyecto PBCT
Anillos de Investigación en Ciencias Sociales "Barrios en crisis y barrios exitosos
producidos por la política de vivienda social")

Por otro lado, como se observa en el cuadro II, el campamento “Juan Pablo
II” ubicado en Lo Barnechea presenta un 79,5% de pobreza, mientras el distrito
censal donde se encuentra tiene solo un 39,2%. Así también, vemos que hay una
diferencia importante en el porcentaje de hogares que se encuentran en el grupo
ABC1; mientras que en el campamento no tiene presencia este grupo, el distrito
presenta un 25% del total de sus hogares.
Por último, “Quebrada de Macul”, en La Florida presenta un 93,3% de
pobreza, dentro de un distrito censal que alcanza un 56,8%. La diferencia entre
hogares ABC1 entre el distrito y el campamento es de un 9,8%; sin embargo, la
diferencia más significativa se aprecia en los grupos medios (C2 y C3) en donde
“Quebrada de Macul” contiene un 7% y el distrito un 33,2%. A partir de los datos,
se consideró apropiado trabajar en el campamento de Lo Barnechea, sin embargo,
debido a las dificultades de acceso que éste presentaba, se decidió trabajar en el
campamento “Quebrada de Macul” de La Florida.

52
Cuadro II. NSE distritos censales y campamentos en áreas heterogéneas

Lo Barnechea
E D C3 C2 ABC1 total
hogares
Juan Pablo 18,60% 60,90% 15,50% 5% 220
II Total = 79,50% Total = 21% 0%
7,90% 31,30% 14,90% 20,20% 4365
Distrito
Total = 39,20% Total = 35,10% 25,60%
La Florida
E D C3 C2 ABC1 total
hogares
Quebrada 60% 33,30% 6,60% 0% 30
de Macul Total = 93,30% Total = 7% 0%
14,90% 41,90% 18,30% 14,90% 3327
Distrito
Total = 56,80% Total = 33,20% 9,80%
(Fuente: elaboración propia a partir de los datos otorgados por el Proyecto PBCT
Anillos de Investigación en Ciencias Sociales "Barrios en crisis y barrios exitosos
producidos por la política de vivienda social")

De esta manera, se realizó la medición de la concentración de un grupo en


un lugar; en este caso, la evaluación se basó en el nivel socioeconómico, con el fin
de identificar la segregación residencial socioeconómica.
Dentro del Anexo podemos ver un mapa donde se observa los grupos
socioeconómicos que predominan por manzanas (Mapa1). La homogeneidad y la
heterogeneidad que presentan las áreas donde se encuentran los campamentos
con los que se trabajó quedan plasmadas al hacer un acercamiento a los Mapas 2
y 3.

b. Universo de estudio y muestra

i. Universo de estudio

El universo de estudio comprende todos los residentes jefes de hogar tanto


hombres como mujeres que habiten desde hace más de un año en los
campamentos Quebrada de Macul, ubicado en la comuna de La Florida, y El
Guerrillero en la comuna de Huechuraba.

53
ii. Selección de la Muestra:

La definición de la muestra se llevó a cabo a partir de los campamentos


seleccionados, y tomando en cuenta los criterios para la selección de informantes.
De esta manera, la clasificación se realizó a partir de la conformación de un perfil
ideal de los sujetos potencialmente observables. Así, la muestra la componen
hombres y mujeres jefes de hogar residentes de los campamentos desde hace
más de un año. Se determinó entrevistar una menor cantidad de dirigentes
sociales pues se entiende que su discurso podría estar tendenciado, ya sea
políticamente en tanto una postura ideológica, como respecto a su rol y gestión
dentro del campamento. Por otro lado, la distinción entre informantes hombres y
mujeres se debe a que dentro del contexto de los campamentos las mujeres son
quienes tienen mayor participación social y política, puesto que en general poseen
mayor tiempo para estas labores, ya que muchas veces es sólo el hombres quien
trabaja en el hogar. De esta manera, el discurso de los jefes de hogar varones
podría habernos entregado información que presentara distintas aristas sobre la
participación y organización comunal; desde una perspectiva más pasiva. Así, la
muestra se definió en 16 entrevistados, 8 de cada campamento (2 dirigentes
sociales y 6 jefes de hogar, hombres y mujeres). Sin embargo en el caso de El
Guerrillero sólo se encontró una persona que ejerce el rol de dirigente, la
presidenta del campamento. Por lo tanto, los pobladores entrevistados en este
caso fueron 7.

Número de sujetos entrevistados según unidades de estudio


Campamento Entrevistas Muestra de Muestra de Total
Dirigentes Jefes de Informantes
Hogar
(hombres y
mujeres)
La Quebrada 8 2 6 8
El Guerrillero 8 1 7 8
Total = 16

54
4. Plan de Análisis

En este apartado se pretende dar cuenta de los parámetros que se


utilizaron para la realización del análisis de la información recabada en las
entrevistas19. La interpretación de la información consiste básicamente en la
realización de un análisis de discurso de las entrevistas y datos verbales
entregados por los pobladores de los campamentos, teniendo en cuenta el
contexto a la hora de la descripción y explicación de los textos. Lo anterior basado
en que dentro de todos los niveles del discurso podemos encontrar las huellas del
contexto en las que las características sociales de los participantes juegan un rol
fundamental, tales como género, clase, etnicidad, edad, origen, etc. (Van Dijk,
1998).
Para esto se crearon dimensiones, de las cuales se extrajeron categorías,
variables e indicadores en un proceso sinérgico entre el diseño de la herramienta
de análisis y el trabajo en terreno. La proyección de esto se puede observar en el
micro modelo (que se encuentran en el anexo), desde el que se estructura el
análisis.

a. Categorías de Análisis

A la hora de abordar la evaluación del capital social, y la incidencia que


podría tener la segregación residencial en este activo, tanto a nivel individual como
comunitario, se establecieron las categorías de análisis presentadas a
continuación. Con esto se pretende indagar en el desarrollo de prácticas
relacionadas a las redes de relaciones sociales, a partir de la identificación de
recursos asociativos (relaciones de confianza, reciprocidad y cooperación),
describir organizaciones e instituciones comunitarias formales, identificar los tipos
de lazos sociales con los que cuentan los individuos y la comunidad, tanto dentro
como fuera de los campamentos -con el fin de identificar la densidad de las

19
La pauta de entrevista se encuentra en el anexo.

55
asociaciones-, describir los tipos de participación que éstos presentan y abordar la
dimensión simbólica de la segregación residencial en los escenarios mencionados.
Los tres primeros puntos corresponden a las categorías que conforman la
dimensión del Capital Social, y que con su descripción posibilitan crear un marco
general de las características que presenta este activo en los distintos
campamentos. El último punto aborda la dimensión subjetiva de la segregación
urbana, (o la sub-dimensión a partir de la categorización realizada para el análisis)
que debe ser evaluada a partir de las percepciones de los individuos, y que
posibilitará establecer la relación entre ambas dimensiones de la segregación, y
así definir el resultado sui generis de esta interacción, de la que nos habla Saraví
(2008).

i. Precursores del capital social

Este ítem busca identificar la presencia de los precursores socioculturales


del capital social: actitudes de confianza y comportamientos de reciprocidad y
cooperación. Para esto, se ahondó en el grado de confianza que presentan los
entrevistados con el resto de la comunidad (vecinos, familiares, directiva), así
como con las organizaciones e instituciones con las que se relacione, o que
tengan presencia dentro del campamento, y sus líderes. Por otro lado, se
abordaron aspectos de la vida cotidiana dentro del campamento, como también
situaciones de excepción, donde podrían manifestarse los comportamientos de
reciprocidad y cooperación entre los miembros de la comunidad como también
entre éstos y las organizaciones locales y externas.

ii. Asociatividad

Esta dimensión abarca los tipos de redes de relaciones sociales (redes


diádicas, grupales, comunitarias y externas) que se expresan dentro del
campamento y que nos permiten avizorar los tipos de capital social que poseen los
pobladores y que se encuentran presentes, por otro lado, en los campamentos

56
como comunidad. Para esto se apeló a que los entrevistados pudieran reconstruir
los tipos de lazos sociales con los que cuenta a partir de su experiencia. Estos
lazos sociales se identificaron a nivel individual como comunitario con el fin de
establecer la cantidad de redes asociadas al individuo así como a la comunidad.
Por otro lado, dentro de este ítem cabe la identificación y caracterización de
organizaciones e instituciones tanto dentro como fuera de la comunidad local, ya
sean formales o informales, y las relaciones entre éstas.

iii. Participación

Esta categoría contempla la participación social y comunitaria. Esto permite


dar cuenta de la relación que se establece con las distintas redes a las que se
tiene acceso o con las cuales se sostiene contacto. Por un lado se intentó recabar
información sobre los grados de participación (activa, pasiva) en el entorno
familiar, de amistad y vecinal. Por otro lado se buscó identificar la participación
dentro de la comunidad local en organizaciones políticas (directiva, comité de
vivienda), religiosas, laborales y actividades comunitarias de cooperación. Así
también se pretendió identificar participación en instituciones externas a la
comunidad (participación en organizaciones e instituciones comunales, ONGs,
fundaciones). Por último la percepción de los grados de compromiso que tiene la
comunidad en cuanto a la participación comunitaria y motivación también es una
variable importante dentro de este ítem.

iv. Segregación subjetiva

Dentro de la investigación se pretende establecer cuál es el papel de la


segregación residencial y su influencia en el desarrollo y acumulación de activos
como el capital social. Se estableció, como se puede ver en el capítulo de
Metodología, que los dos campamentos a investigar están situados en dos
escenarios con características, en términos de segregación espacial objetiva20,

20
Existencia de áreas de la ciudad o barrios socialmente homogéneos.

57
distintas. Una de las dimensiones de la segregación residencial es la percepción
subjetiva que tienen las personas de su situación de segregación objetiva y que no
se puede establecer a priori. Es la percepción que se tiene de formar parte de un
grupo social que presenta una forma peculiar de ocupar el espacio; en muchos
casos esta percepción se traduce en sentimiento de marginalidad. Así también
esta percepción se relaciona con la identidad y el prestigio asignado a barrios o
zonas de la ciudad, al estigma que tienen ciertos barrios catalogados con un sin
número de epítetos. Estas percepciones se tornan claves para que la segregación
“objetiva” promueva fenómenos de desintegración social y estigmatización, en
donde los precursores socioculturales del capital social no tienen cabida.
Para abordar este tema se buscó por un lado, ahondar en la percepción que
tienen los pobladores de su entorno barrial, a partir de los aspectos positivos y
negativos del barrio, y la relación con quienes viven adyacentes al campamento.
Por otro lado se estableció la relación que se tiene con el resto de la comuna en
general y la ciudad.

58
VII. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

En el presente capítulo se realiza una breve descripción de las


características del contexto socio territorial de los campamentos, a partir de la
indagación en fuentes bibliográficas como también desde datos recabados de
primera fuente. Aquí se describirá por tanto, el hábitat de estos espacios urbanos
como su estructura social. Por otro lado, se presentan los resultados de los
discursos de los entrevistados estructurados a partir de las dimensiones de
análisis que se crearon.

1. Descripción del contexto socio-espacial de los campamentos

a. Quebrada de Macul, La Florida

El campamento Quebrada de Macul está situado en la comuna de La


Florida, tradicionalmente rural y de carácter popular. En su constitución histórica
ha experimentado diversos procesos de cambios que la distinguen como una
comuna heterogénea en términos urbanos y sociales. Hacia comienzos del siglo
XX estaba dividida en fundos que posteriormente se parcelaron –carácter que aún
permanece en el sector oriente de la comuna. Posteriormente, hacia la década del
60 fue escenario de grandes tomas de terrenos como Villa O’higgins, Nueva la
Habana y Los Copihues, que en la actualidad persisten y se consolidaron como
poblaciones de vivienda social, evidenciando el carácter popular de vastos
sectores de la comuna (De Ramón, 2007). Desde mediados de los ‘80 la comuna
pasó a experimentar una explosión demográfica a partir de la liberalización del
mercado del suelo urbano –lo que afectó los planes reguladores- que promovió la
inversión de las inmobiliarias en el sector, ofreciendo la comuna como un lugar
ideal para la “clase media”. Ya en los ‘90 se construyeron, hacia el sector de la
precordillera –lo que se conoce como Lo Cañas-, grandes cantidades de
condominios cerrados que albergan a población de los estratos socioeconómicos
medios y altos.

59
Quebrada de Macul se ubica específicamente tres cuadras al Sur de Av.
Departamental y a una al poniente de Av. Tobalaba, ubicándose dentro de la Villa
La Higuera, particularmente en terrenos donde existían casas pertenecientes a la
villa que fueron destruidas por el aluvión que afectó a este sector el año 1993.
Dentro de la villa, hacia el límite Norte de ésta, se encuentra en Av. Departamental
el Colegio Latinoamericano -cuyo “publico objetivo” son los niños y jóvenes
provenientes de los condominios que se encuentran en el sector21. Estos barrios
cerrados se encuentran al otro lado de la avenida, en terrenos que ya pertenecen
a la comuna de Peñalolén.
Hacia el límite Sur, colindando con el campamento nos encontramos con el
Zanjón de la Aguada y por el otro lado un parque perteneciente a la Población
Santa Teresa, construida para los damnificados del aluvión en un sector
antiguamente rural – Lo Cañas-, pero que aún se encuentra rodeado de parcelas y
grandes casas en condominios. Cruzando el Canal las Perdices y la Av. Tobalaba
se encuentra la población Nuevo Amanecer, antiguamente Nueva La Habana, que
nace a partir de una gran toma conducida por el MIR22 el año 1970 (ver Mapa 4 en
el anexo).
El sector23 donde está ubicado Quebrada de Macul se muestra como más
heterogéneo en términos socioeconómicos que en el caso del campamento
ubicado en La Pincoya. Por un lado debemos señalar que el campamento
Quebrada de Macul presenta altos índices de pobreza pues los estratos D y E
tienen una representación del 93,3% del total de familias del campamento. Pero,
por otro, el entorno del campamento presenta un porcentaje de pobreza mucho
menor al que vemos en el caso de El Guerrillero; así, el distrito censal donde se
ubica Quebrada de Macul presenta un 56,8% de pobreza24. Sabemos que hay una

21
Según los antecedentes que presenta el Ministerio de Educación a partir de los datos entregados
por el SIMCE, los alumnos de este establecimiento pertenecen al grupo socioeconómico Alto.
http://www.simce.cl/index.php?id=228&iRBD=25366&iVRBD=9&iNivel=0&iAnio
22
Movimiento de Izquierda Revolucionaria.
23
El distrito censal donde se encuentra el campamento. Ver el capítulo de Metodología, selección
de unidad de estudio.
24
Los datos se obtienen a partir del Censo 2002 sobre el nivel socioeconómico de los hogares, y
fueron proporcionados por el Proyecto PBCT Anillos de Investigación en Ciencias Sociales "Barrios
en crisis y barrios exitosos producidos por la política de vivienda social". Ver el capítulo de
Metodología, selección de unidad de estudio.

60
preponderancia de familias en situación de pobreza; sin embargo hay un tercio de
la población (33,2% hogares que se ubican entre C3 y C2) que se encuentra en
los estratos medios y casi un 10% (9,8% ABC1) en el estrato alto; esto nos
demuestra que estamos en presencia de un escenario más diverso y heterogéneo.
Por otro lado, y en relación a los servicios, el campamento está habilitado
con agua potable y luz. Además de estos servicios básicos el campamento cuenta
con una sede comunitaria y una biblioteca25, tiene acceso a una cancha de fútbol y
a una iglesia que se encuentra apostada a un costado del conjunto de viviendas.
En relación al aspecto laboral, la mayoría de los jefes de hogar trabaja en el
rubro de la construcción, mientras que otros trabajan en la recolección y comercio
de cachureos y cartones en la feria; labor en la que participan algunas mujeres
también. Por otra parte la población, al igual que en El Guerrillero, y en la mayoría
de los campamentos del país, es principalmente joven, siendo la edad promedio
de los jefes de hogar los 31 años. El nivel educacional es bajo, la mayoría de los
jefes de hogar no terminaron sus estudios escolares. En relación a la
conformación familiar, el promedio de integrantes de las familias es 4 personas,
coincidiendo también con el caso del campamento de Huechuraba y con el
promedio nacional26.
En el campamento habitan 42 familias en viviendas de autoconstrucción y
algunas mediaguas, que se encuentran en la manzana ubicada específicamente
entre los pasajes Las Moráceas, El Zanjón de la Aguada, la Quebrada y Los
Nogales (ver Mapa 5), de la ya mencionada Villa La Higuera.
Fue luego de ocurrido el aluvión que se estableció en el lugar un
campamento que fue erradicado cerca de 10 años después, dejando paso a las
familias que habitan en este momento en el lugar - al igual que en el caso de El
Guerrillero, este campamento alberga a muchos de los familiares de quienes
fueron erradicados. Cuando se instalaron las nuevas familias en el lugar, UTPCH
comenzó su trabajo en Quebrada de Macul, el año 2006, instando a los
pobladores a formar una directiva27.

25
Ambas construidas por UTPCH
26
Datos recabados a partir de los informantes.
27
Siguiendo los pasos de la “Hoja de ruta” que establece UTPCH al trabajar con un campamento.

61
Desde ese año, entonces, el campamento está dirigido por una directiva
compuesta por una presidenta, un vicepresidente y un tesorero. Así también,
trabajan en conjunto con la directiva una directora TET (Techo para Educación y
Trabajo) a cargo de la biblioteca que se encuentra en el campamento y una
monitora del área de salud. Esta institución, como se señalaba, se conformó a
partir de la intervención de UTPCH en el campamento y cuenta con una base de
estatutos que rigen la vida cotidiana en el campamento desde el año 2008.
Luego de que se constituyera la directiva se formó un comité de vivienda en
el cual participan además los campamentos “La Esperanza”, “La Araucaria” y
“Central Hidroeléctrica” y los comités de allegados “Camilo Henríquez” y “Un
nuevo día vendrá”, de la comuna de la Florida. Este comité de vivienda trabajó en
conjunto con UTPCH (que funciona como EGIS28 del comité) en la conformación
del proyecto de vivienda “Unión, Fuerza y Paz”. Este proyecto de vivienda se
encuentra en la etapa final de la construcción del nuevo barrio y se sitúa en la
misma comuna, en el sector de Avenida La Florida con Diego Portales.
El comité del proyecto se compone de seis dirigentes -uno de cada
campamento y uno de cada comité de allegados- y un equipo de trabajo de
UTPCH. De las 42 familias de Quebrada de Macul, sin embargo solo 32 participan
en el proyecto. Esto se debe en algunos casos porque hay familias que han sido
desligadas del proyecto ya que no han cumplido con los requisitos, han retirado el
dinero ahorrado o porque no quieren salir del sector ya que tienen a miembros de
su familia viviendo en la villa.
El funcionamiento de la directiva interna del campamento es principalmente
centrado en el proyecto de vivienda. La regularidad de reunión de la directiva es
semana por medio y se da en torno a una mesa de trabajo en la que participan
también representantes de UTPCH. Las otras instancias de participación de la
comunidad en relación al proyecto son las asambleas que se realizan
mensualmente y en conjunto con otros miembros del comité de vivienda,

28
Entidad de Gestión Inmobiliaria Social, que tiene como función el asesoramiento a las familias
para la solicitud de un subsidio habitacional.

62
pertenecientes a los otros campamentos y comités de allegados. Esta es una
instancia de decisión donde se expresa el voto de la población a mano alzada.
Si hablamos en particular del campamento, quien tiene el peso mayor es la
presidenta, más allá de la directiva. Su papel es fuerte e incidente dentro del
campamento; su figura destaca tanto así que, en general, los pobladores no tienen
muy claro los roles de la organización ni quiénes participan o cuál es la función de
las comisiones que se establecen, pero sin embargo está claro quién es la
presidenta y qué es lo que ha hecho. Su dirigencia ha sido clave en el desarrollo
del proceso; además de ser la presidenta de Quebrada de Macul es la presidenta
del comité de vivienda y pertenece a la “Corporación de dirigentes También somos
Chilenos”. Se presenta muy empoderada a partir de la concreción y cumplimiento
de las metas planteadas.
Como señalábamos anteriormente, las familias del campamento se
caracterizan por ser muy jóvenes. La gente en su mayoría llegó a vivir al
campamento debido a que anteriormente se encontraban habitando de allegados
en casas de familiares. Varios miembros del campamento no vivían anteriormente
en la comuna, y llegaron a este lugar a partir de datos de familiares y amigos.
Vemos entonces que al igual que El Guerrillero, el campamento está conformado
por grupos familiares; cada quién tiene algún familiar viviendo ahí, ya sea directo o
relacionado a la pareja. Además de la conformación a partir de relaciones
familiares del campamento se observan dos grupos familiares grandes que
contienen al menos ocho viviendas cada uno. Sin embargo el peso de estas
familias a la hora de tomar decisiones en el campamento no es relevante, no
funcionan como bloque ni como grupo dominante y tampoco hay conflictos entre
ellas.
Quebrada de Macul actualmente no permite el ingreso de nuevos
habitantes al campamento; sin embargo quienes han llegado después de la
fundación del campamento a ocupar un lugar ya sea en un sitio o casa
desocupada o como allegados a la vivienda de algún familiar, son tratados por la
comunidad con normalidad, es decir, con la indiferencia de quienes viven en su

63
“metro cuadrado”; esto, mientras no sean personas conflictivas que causen
problemas que perturben la vida cotidiana.
Por último debemos decir que al igual que en El Guerrillero, en Quebrada
de Macul existe la colecta que se efectúa cuando hay alguien de la comunidad que
tiene problemas. En estas oportunidades también se recurre a la presidenta con el
fin de que gestione y coordine la cooperación.

b. El Guerrillero, Huechuraba

El campamento El Guerrillero se encuentra en la comuna de Huechuraba


dentro de la mítica población la Pincoya. Históricamente Huechuraba se comenzó
a formar a fines de los años 40 como un barrio popular alejado del centro de la
ciudad. A fines de los 60 se vio un masivo poblamiento a partir de las operaciones
sitio y las tomas de terreno. Durante los 80 y 90 se llevó a cabo la construcción de
nuevas poblaciones, villas de carácter popular (Garcés, 1998). Por otro lado entre
los años 1990 y 1997 se experimenta en la comuna un crecimiento en el área de
servicios e industria como son los loteos El Rosal y la Ciudad Empresarial29.
No obstante, el carácter popular de la comuna se ha transformado
progresivamente durante los últimos años; podemos decir que Huechuraba es
considerada actualmente una de las comunas que ha experimentado un cambio
en los patrones tradicionales de la segregación urbana. Esto se ve reflejado en los
conjuntos de condominios cerrados que se encuentran en el sector de Pedro
Fontova y que comienzan con la construcción de viviendas en la ensenada El
Carmen30.
La población la Pincoya, donde se ubica el campamento, es fruto de una
toma realizada en el lugar y fundada el año 1969. Esta población se presenta
como una de las más peligrosas de Santiago31 - principalmente debido al tráfico y
consumo de drogas y a la violencia- y en ella tienen presencia dos campamentos

29
Datos de la Municipalidad de Huechuraba, www.huechuraba.cl
30
Ídem.
31
Según Informe de Carabineros del año 2002, disponible en Libertad y Desarrollo (2004)

64
además del ya mencionado; estos son los campamentos “Esperanza y Fe” y
“Jorge Inostroza”.
La accesibilidad a este sector de la comuna se da a partir del vía principal,
la Av. Recoleta que va desde el centro de Santiago hasta el final de la Pincoya.
Esta avenida intersecta con la autopista Vespucio Norte, que conecta a la comuna
con el polo nororiente de la capital, y donde se encuentra la estación terminal
Vespucio Norte de la línea 2 del Metro de Santiago. Dentro de esta avenida, que
funciona como eje estructurante, se encuentra la municipalidad de Huechuraba,
así como también una comisaría, cuartel de bomberos, diversos centros de salud y
centros educacionales (ver Mapa 6).
La Pincoya es una población tradicionalmente pobre. Los datos a cerca de
las características socioeconómicas del distrito censal en el que está ubicado el
campamento nos muestran que los estratos D y E presentan un 77% de del total
de hogares. Por su parte el campamento presenta un 80,8% de pobreza32. Esto
nos da pie para señalar que el área donde se sitúa el campamento es
socioeconómicamente homogénea.
Además de los altos índices de pobreza del campamento se presenta una
alta informalidad en los trabajos que realizan los jefes de hogar, relacionados
principalmente al área de la construcción (39,3%) y al comercio (33,1%)33. La
mayoría de las mujeres son dueñas de casa que o trabajan algunos días haciendo
pololos de vez en cuando. Por otra parte la población es principalmente joven, el
46,28% son niños y jóvenes, siendo la edad promedio de los jefes de hogar los 37
años – la edad promedio de los jefes de hogar de campamentos a nivel nacional
son 38 años (CIS, 2007). El nivel educacional es bajo, la mayoría de los jefes de
hogar, el 71,4%, no terminaron sus estudios escolares. En relación a la
conformación familiar, el promedio de integrantes de las familias es 4 personas,
coincidiendo también con el promedio nacional donde el 50% de los hogares

32
Los datos se obtienen a partir del Censo 2002 sobre el nivel socioeconómico de los hogares, y
fueron proporcionados por el Proyecto PBCT Anillos de Investigación en Ciencias Sociales "Barrios
en crisis y barrios exitosos producidos por la política de vivienda social". Ver el capítulo de
Metodología, selección de unidad de estudio.
33
Los porcentajes fueron recabados a partir de un informe realizado por el Área de Habilitación
social de UTPCH

65
cuentan con 3 o 4 integrantes (CIS, 2007). Así vemos también que hay sitios que
contienen varias mediaguas, es decir que en algunos casos hay tres familias
viviendo en un mismo sitio.
El Guerrillero se formó el año 2004, cuando las familias que conformaban
un campamento anterior (Poema 20), construido a principios de los 90 en el lugar,
fueron erradicadas y trasladadas a la Villa Nuevo Amanecer; un conjunto de
viviendas sociales dentro de la misma población. En el lugar quedaron algunos
sitios con casas que fueron cedidas por los antiguos habitantes a sus familiares,
hijos, hermanos, etc. y otros que se tomaron los sitios que quedaron y
construyeron sus casas. Actualmente el campamento está conformado por 24
familias que viven en casas de construcción precaria que cuentan con agua y luz.
Estas viviendas se encuentran al final de seis pasajes (El Pincoy, Anillos, Poema
20, El Guerrillero, Canción de Gesta y Piedras de Chile; ver Mapa 7) y colindan
con un cerro, conformando una especie de “cordón”. Por cada pasaje hay entre
dos y cuatro viviendas.
De esta manera, el campamento no se presenta con una estructura
tradicional tipo damero, pues más que una cuadrícula el campamento presenta
una organización sectorizada por pasaje, las casas están dispersas y no hay un
espacio común que sea parte del campamento, por tanto el contacto que tienen
los vecinos de distintos pasajes es fuera del campamento. Por la ladera del cerro
no hay comunicación entre las casas debido a que se están edificando las
viviendas de otro proyecto, lo que llevó a la constructora a cerrar el sector.
Anteriormente el campamento antiguo ocupaba todo el cerro por lo que existían
vías de comunicación entre las viviendas.
El origen de los pobladores del campamento es en su mayoría de la misma
población la Pincoya, ya sea que residían en casas de la población o en los
mismos sitios que ocupan ahora pero que en su momento pertenecieron al
campamento que fue erradicado. Por otra parte, y directamente relacionado a
esto, podemos precisar que el campamento se constituye principalmente a partir
de relaciones familiares. En general todos tienen familiares viviendo en el
campamento, más allá de su familia nuclear, y es a partir de estas relaciones que

66
se instalaron en el lugar. Como se señalaba más arriba, en muchos casos los
actuales habitantes residían en los sitios con sus padres o fueron a ocupar el lugar
que tenían sus hermanos, tíos, etc.
De las 24 familias del campamento, 20 forman parte de un proyecto de
vivienda, “Nuestra Casa, Nuestro Sueño”, que junto a otras 26 familias de los otros
dos campamentos de la población y a 92 familias allegadas conforman un comité
de vivienda. El campamento en particular no cuenta con una directiva, sin
embargo sí existe una presidenta quién a su vez es la presidenta del comité de
vivienda, fundado el año 2004 y que en un comienzo tomó el nombre del
campamento, El Guerrillero.
En el momento en que la población que vivía anteriormente en el
campamento se traslada a la Villa Nuevo Amanecer se establece quién presidiría
el nuevo campamento. Es así como la señora Rosa es elegida como presidenta y
permanece hasta hoy en el cargo. El comité de vivienda se establece al mismo
tiempo, por lo que el rol que tiene la presidenta está directamente ligado a éste. Su
función es en pos de esta entidad, por lo que no tiene como fin organizar y
conducir el campamento en particular, sino más bien trabajar para conseguir la
vivienda definitiva.
A comienzos del año 2006 el campamento comienza su relación con la
fundación UTPCH que funciona actualmente como EGIS del proyecto de vivienda,
y se establece una alianza de trabajo entre esta institución y el municipio34. Es
desde este momento que se suman al comité 26 familias de los campamentos
Esperanza y Fe y Jorge Inostroza así como las 92 familias allegadas, pasando a
llamarse “Nuestro Casa, Nuestra Sueño”. Este trabajo conjunto permitió que se
agilizara la búsqueda de terrenos y el financiamiento; la municipalidad de
Huechuraba entregó 80 millones de pesos a la EGIS además de la donación de
los terrenos.

34
Esta relación no ha estado exenta de conflictos, puesto que desde los datos proporcionados por
el Área de Habilitación Social de UTPCH, podemos constatar que el municipio se ha presentado
en oportunidades como una fuente de conflictos que favorecen el surgimiento de dificultades a la
hora de tomar decisiones.

67
Actualmente el proyecto se encuentra en su última fase de construcción y
se ubica en la misma población la Pincoya, en la “Cancha del Hoyo”, Los Cerezos
444, Huechuraba (Mapa 6).
La figura de la presidenta es fuerte, de autoridad, y por ella pasan todas las
decisiones. Como ya mencionábamos, a diferencia de Quebrada de Macul, en El
Guerrillero no existe directiva interna, por lo que el trabajo de la presidenta se
centra en el proyecto de vivienda. No se acostumbra a tener reuniones, ni mesas
de trabajo en conjunto con UTPCH, como campamento en particular, por lo que
las problemáticas que surjan desde la comunidad serán tratadas generalmente de
manera individual con la presidenta. Solo de manera excepcional se realizan
reuniones –pero éstas son siempre relacionadas al proyecto.
Dentro del campamento también está presente la institución de la colecta;
que se pone en práctica cuando surge algún problema imprevisto, ya sea
enfermedades, fallecimientos, incendios etc., que afecten a algún miembro de la
comunidad – ya sea del campamento como del comité de vivienda. Es la
presidenta quién toma la decisión de hacer una colecta; de esta forma, se
organizan para pasar por los pasajes, casa por casa. Podemos ver entonces que,
en este caso, la colecta involucra no sólo a quienes habitan en el campamento
sino que se hace partícipes también a quienes viven en las casas de la población.
El campamento cuenta con una sede comunitaria, una mediagua instalada
por UTPCH pero que sin embargo, por lo que se señalaba recién, no es utilizada
frecuentemente. Las reuniones del comité de vivienda se llevan a cabo una vez
cada dos semanas y tienen lugar generalmente en la casa de la señora Rosa,
donde se reúnen las representantes de cada campamento, del comité de
allegados y de UTPCH. Las asambleas que congregan a todos los miembros del
comité se realizan una vez al mes y necesitan de la búsqueda previa de un lugar
adecuado para efectuarse, puesto que se reúne un número importante de
personas (138 familias forman parte del proyecto).
La llegada de personas al campamento está prohibida por la presidenta,
pues es ella quien se encarga de proscribir o, en situaciones extremas, expulsar a
los recién llegados. En general la comunidad no toma parte en esto, es más bien

68
la presidenta quien se hace cargo de prohibir o aceptar la entrada de nuevos
habitantes. Con quienes sí se mantiene distancia es con quienes roban dentro de
la misma comunidad. Este tema se ha tornado relevante y una preocupación a la
hora de trasladarse al barrio.

2. Presentación de los discursos

A partir de las entrevistas realizadas en los campamentos Quebrada de


Macul y El Guerrillero se han recabado los discursos de sus pobladores y
dirigentes que quedan plasmados en el texto a continuación.

a. Quebrada de Macul

i. Precursores del capital social

Si nos referimos a las actitudes de confianza que establecen los pobladores


del campamento, estas se dan con más fuerza principalmente entre familiares y
amigos, ya sea que se encuentren dentro como fuera del campamento. Entre
vecinos también existen actitudes de confianza en tanto haya una cercanía o un
conocimiento mutuo. La confianza hacia los miembros del grupo se da en mayor
medida cuando se habla en su conjunto, cuando se refieren a la comunidad y no a
cada miembro de manera aislada. En la comunidad en general sí se confía y se
espera el respaldo de ésta en caso de necesitarlo. Esta confianza se basa en la
experiencia, como en el papel que juega la directiva en tanto ente organizador.
“Y aquí de repente han entrado a otras casas y los mismo vecinos se defienden, o averiguan quién
fue… Y yo sé que en caso de cualquier cosa ellos, y si se dan cuenta de lo que está pasando, van
a prestar apoyo.” (Nancy)
Sin embargo, como se señalaba, si hablamos de los vecinos como
individualidades se presentan variadas ocasiones en donde se manifiesta el
discurso de la desconfianza hacia “los otros”:
“…no, aquí nadie, nadie tiene confianza en sus vecinos porque en el mismo ambiente se ve. O sea
aquí no podís salir y dejar el portón sin candado porque se te pueden meter a robar. […]…porque

69
hay gente que, que no sabe vivir tranquila. Ponte, se toman un copete y dejan la cagá en todos
lados.” (Cristina)
“…aquí mucha gente es conflictiva, yo siempre he vivido aquí en mi metro cuadrado y he tratado de
mantenerme como más al margen, pa’ evitarme problemas.” (Juan)
Vemos entonces que existe una contradicción en el discurso referido a los
vecinos; por un lado se le atribuyen características negativas a los vecinos
habitantes del campamento, pero por otro lado a la hora de hablar como conjunto,
como se señalaba anteriormente, y particularmente en relación al tema de la
seguridad dentro del campamento, son factores externos los que aportan el cariz
negativo al lugar; es a los elementos extraños a los que se les atribuye la
conformación de un espacio peligroso, y que por tanto produce desconfianza.
“No es que sea peligroso, pero de repente llega gente que uno no conoce, que llega a compartir
con la misma gente de aquí, entonces eso de repente asusta, da miedo, no es que uno no sé po’,
salga y se vaya a meter a la boca del lobo, no, si aquí la gente no es mala, pero sí es mala la
gente que traen de afuera. Esa gente es mala. Pero no la gente de aquí no, porque todos se
conocen.” (Nancy)
Existe, como señalábamos, la confianza hacia los líderes, tanto de
instituciones internas -como la directiva-, como en los representantes de la
institución que tiene mayor presencia dentro del campamento que es UTPCH.
Existe la certidumbre de que se puede recurrir a estas instituciones como a sus
líderes en caso de necesitar apoyo. Esto también se basa, más allá de
presunciones, en la experiencia; la mayoría ha recurrido en alguna ocasión a ellos.
Particularmente en el caso de la directiva interna del campamento, y cuyo
referente más importante es la presidenta, se confía en sus capacidades más allá
de la relación personal que se tenga con ella. En variadas ocasiones los
informantes dejaron de participar en el proyecto de vivienda aludiendo a conflictos
personales con la directiva, sin embargo la evaluación que se hace hacia esta
institución es positiva.
Por otro lado, también se presenta esta misma situación en relación a
UTPCH, más allá de tener una relación directa con la institución y de participar o
no activamente de las instancias que involucran al campamento con UTPCH, se
plantea una confianza hacia la fundación y hacia los voluntarios que tienen

70
presencia en el lugar. Existe accesibilidad, confianza en el apoyo que se pueda
recibir y confianza en el desempeño de su trabajo.
En relación a las actitudes de cooperación y reciprocidad, como se
señalaba, dentro del espacio del campamento hay instancias de colaboración que
se ven plasmadas a partir de la conformación de redes de apoyo en situaciones
excepcionales e imprevistas. Un ejemplo de esto es la organización espontánea
de la comunidad en situaciones como incendios o robos dentro del campamento
donde se actúa como grupo cohesionado:
“…el año hubo un incendio donde se juntaban plástico justo en la pasada ahí y salimos todos a ver
qué pasaba porque como era puro plástico, podía pescar todo el campamento… en ese sentido
somos unidos.” (Nelson)
“Nos organizamos y les decimos nosotros a ellos po’, nos organizamos con los carabineros y ellos
vienen acá… […]…nos juntamos y vamos a la comisaría, o nos juntamos aquí con el carabinero y
planteamos todo.” (Cristina)
Por otro lado, hay otras circunstancias en las que salen a la luz estas redes
de apoyo, por ejemplo en momentos en que miembros de la población necesitan
el respaldo de la comunidad por otro tipo de imprevistos como son los problemas
de salud y los fallecimientos. En situaciones de este tipo la comunidad reacciona
poniendo en práctica la colecta, que busca recolectar insumos en dinero para
poder aportar al damnificado.
También existen actitudes de reciprocidad entre los pobladores del
campamento por ejemplo en la costumbre de intercambiar alimentos como la
típica tacita de azúcar, de aceite, etc., cosa que se da principalmente entre los
vecinos más cercanos, y entre las mujeres. La cooperación en la realización de
tareas como por ejemplo cuidar a los niños se da principalmente entre familiares y
no con vecinos ni amigos, puesto que para esto se requiere una gran cuota de
confianza.
“…sí confiaría no sé, en prestarles plata o en hacerles un favor, o yo pedirles un favor a alguna
persona sí, puede ser. Pero con mi hija no.” (Jani)
En general cuando se hace mención al intercambio de objetos o funciones
quienes piden el favor son los otros. Se observa que hay una tendencia de los
entrevistados a señalar que no son ellos quienes piden el favor en la interacción,
sino que son los otros quienes lo hacen; a los demás se les presta la ayuda.

71
Intentan situarse, desde el discurso en un estatus superior al resto de la
comunidad, lo que implicaría una reciprocidad asimétrica.
“…yo no lo hago, pero sí veo que se hace, y siempre me piden, pero siempre como que podís
pedirle a los vecinos.” (Miguel)
“Sí, aquí uf, no hay día que no vengan a pedir favores.” (Nancy)
Por otro lado, hay otras instancias de cooperación que van en beneficio de
toda la comunidad. Esto es por ejemplo cuando se realizan actividades con el fin
de recabar fondos para el proyecto de vivienda. En estos casos se realizan fiestas
y bingos principalmente, en donde se pide apoyo a toda la comunidad. Sin
embargo la cooperación se da en general en tanto no haya un esfuerzo
considerable de por medio.
“Si es por cooperación, ya, todos cooperan, cachai, pero un ejemplo, si hay que hacer un bingo, no
todos quieren vender, entonces ahí donde surgen así como ya el que vende recibe un porcentaje,
funciona más a que hagan algo así porque sí.” (Jani)

ii. Asociatividad:

Organizaciones e instituciones

Quebrada de Macul está organizado a partir de una directiva dirigida por


una presidenta, un vicepresidente y un tesorero. Esta organización se rige por un
estatuto y su función es principalmente ser un agente para conseguir la vivienda
definitiva. Después de pasar a constituir la directiva se formó el comité de vivienda
“Unión, Fuerza y Paz” que opera en conjunto con las directivas de los otros
campamentos de la comuna y los comités de allegados.
El trabajo en conjunto con UTPCH se realiza a partir de las mesas de
trabajo, reuniones entre la comunidad, en general representada por los dirigentes,
y las comisiones de salud, de educación, de ahorro y la comisión jurídica. Estas
comisiones se constituyen a partir de los pobladores del campamento y
coordinadores de UTPCH.
Dentro del campamento quien tiene el peso mayor es la presidenta, más
allá de la directiva, su papel es fuerte e incidente dentro del campamento.

72
Por otro lado, no existen organizaciones políticas dentro del campamento;
desde el discurso no se muestra un interés por la participación política formal.
“Es que acá como que la gente no, no pesca eso de política, ni… no le interesa yo creo, es como…
yo creo que la política le interesa más a la gente de clase más alta, porque la gente de más bajos
recursos le da lo mismo porque lo que dicen es que el que salga de presidente o el que haya yo
voy a trabajar igual, ellos no me van a dar nada. Ese es el concepto de la gente, entonces como
que no pesca.” (Don Carmelo)
Más allá de las ideas políticas que puedan tener los individuos en particular,
dentro del campamento no existen organizaciones que se autodefinan
políticamente, en ese sentido se marca una distancia entre lo que significa ser
parte de un grupo social y un grupo que se mueva en base a una lógica partidista.
En cuanto a la religión, dentro de la misma manzana que ocupa el
campamento hay una iglesia evangélica que se ubica en un sector en donde hay
casas pertenecientes a la villa y que es ocupada principalmente por los habitantes
externos al campamento. A pesar de esta cercanía no hay una presencia fuerte de
este tipo de organizaciones, no se observa una influencia de esta institución en el
campamento; el tema religioso no es aglutinante dentro de la comunidad. Cada
quién vive su religión de manera independiente. Solo uno de los entrevistados
asiste de manera regular a una iglesia evangélica que se encuentra incluso fuera
de la villa.

Tipos de redes de relaciones sociales a nivel individual

Relaciones de unión

Los habitantes del campamento presentan una serie de relaciones diádicas


que se caracterizan por ser principalmente entre familiares, vecinos y amigos. En
el caso de las relaciones familiares estas se muestran con gran fuerza dentro del
campamento, es decir que la mayoría tiene al menos a un familiar viviendo en el
lugar, pero además se dan en gran medida fuera de este. Ya sea que los
familiares se encuentren en la villa donde se ubica el campamento o en otros

73
lugares de la ciudad, las relaciones familiares se presentan con un papel
importante en la vida de los entrevistados.
Por otro lado, se expresan relaciones vecinales de cooperación y apoyo
entre quienes habitan en el campamento. Es más difícil encontrar relaciones de
este tipo entre quienes residen en el campamento y los vecinos de la villa, a no ser
que sean familiares. A pesar de que viven unos frente a otros, separados por un
pedazo de asfalto –un pasaje- , las relaciones vecinales entre quienes viven en la
villa y quienes lo hacen en el campamento son escasas.
Dentro del campamento, aunque se manifieste que no hay una relación de
amistad o cercanía, la gente se identifica. No siempre asumen la proximidad de su
relación, pero reconocen que se ubican por lo menos de vista; cada quien conoce
a quienes viven en el campamento, y por tanto les es fácil identificar si llega gente
de afuera. Esto a pesar de que en muchas oportunidades manifiestan que no
tienen relación con sus vecinos:
“Yo no tengo relación con los vecinos. […] Pero no, la gente de aquí no, porque todos se conocen,
algunos saludan, me ven pasar, hola vecina, como está y eso, no hay más saludo” (Nancy)
Si hablamos de las relaciones de amistad se observa que muchos de los
entrevistados plantean que en el campamento no se tiene amigos, y si es que los
hay, son muy pocos; es un amigo, no varios amigos. Los amigos están en otros
lados o no se los tiene. En este sentido también se ve que hay una dificultad para
asumir las relaciones de amistad. No se tiene amigos sino que conocidos:
“…en el campamento tengo conocidos, no amigos… yo vivo mi vida, mi mundo, yo estoy en mi
casa y con nadie más.” (Cristina)
“Es que yo aquí no me meto con nadie, no… soy yo y este pedacito y nadie más […] conocidas sí,
converso con algunas personas, pero amigas así de traerlas pa’ mi casa y que compartan conmigo
no.” (Caroline)
Por otro lado, en el ámbito laboral las relaciones diádicas tienen importancia
en tanto que es la principal fuente de datos de trabajos. En general los “pitutos” se
consiguen entre parientes o amigos, ya sean de afuera o de adentro del
campamento, en el caso de las dueñas de casa particularmente. En el caso de los

74
hombres también es común recurrir a amistades o familiares, pero a la vez se
apela a otras instancias como las bolsas de trabajo de la municipalidad35.
Se observa también entre las relaciones diádicas con familiares, la
presencia de relaciones contractuales. Poseen en conjunto algún negocio que se
transforma en una fuente importante de ingresos familiares.

Relaciones de puente

Las redes de relaciones de puente que están ligadas a los pobladores del
campamento se dan principalmente con los miembros del comité de vivienda,
“Unión, Fuerza y Paz”, del que es parte Quebrada de Macul, y que provienen de
los otros campamentos de la comuna y los dos comités de allegados que ya
hemos mencionado. Particularmente las asambleas, que se efectúan una vez al
mes -donde deben participar todos los socios del comité de vivienda- son las
instancias en que se toma contacto con personas similares, que están
organizadas por un fin en común –acceder a la casa propia- y que se encuentran
ubicadas en otros lugares de la comuna, por tanto tienen una distancia geográfica
con el campamento.
Estas relaciones en general no se encuentran presentes de manera
estrecha en el común de la población del campamento, sino que más bien las
establecen los dirigentes o miembros de la directiva, y quienes participan
activamente en la organización, puesto que son ellos quienes mantienen contacto
directo con el comité del proyecto de vivienda, es decir, con los pobladores de los
otros campamentos.
La presidenta por su parte mantiene relaciones de carácter horizontal con
otras organizaciones más allá del comité de vivienda, como por ejemplo la
Corporación Nacional de Dirigentes de Campamentos y Comités de Vivienda
También somos Chilenos, de la que es parte.
Por otro lado, se observa la presencia, en algunos pobladores, de
relaciones con instituciones religiosas foráneas. Existe una iglesia evangélica

35
Para esto existe la Oficina Municipal de Intermediación Laboral (OMIL)

75
ubicada a un costado del campamento, sin embargo no se aprecia una vinculación
importante con esta. En cambio sí se logra identificar un lazo con iglesias ubicadas
en otros sectores de la comuna, lo que le provee a quienes son parte de esta
relación el acceso a otra red de relaciones vinculadas con la fe.

Relaciones de escalera

En relación a los contactos verticales que establece la población del


campamento con distintas instituciones se puede señalar que por un lado, se
observa que los pobladores tienen o han tenido contacto con instituciones como
UTPCH y la fundación Trabajo en la Calle36, que han desempeñado un trabajo en
el campamento y con la comunidad en su conjunto. Sin embargo se le atribuye un
papel más preponderante a UTPCH ya que se presenta con mayor visibilidad; los
pobladores que no participan de la directiva ni de las actividades comunitarias, o
que incluso no están en el proyecto de vivienda de todas formas manifiestan su
confianza en UTPCH en tanto que se sienten ligados a ellos por el hecho de que
tienen presencia en el lugar; y no tienen problemas en solicitar su ayuda o
asesoramiento.
Banigualdad37 se identifica como otra de las instituciones que está
relacionada a pobladores del campamento, su presencia es menor a la de otras
instituciones ya que son casos aislados quienes mantienen relación con esta
entidad. En su mayoría la participación es en conjunto con personas foráneas al
campamento.
Por otro lado la mayoría de los pobladores mantiene contactos con la
municipalidad. Esta relación es de carácter funcional y utilitario, y no es siempre
percibida de manera positiva; el municipio no es visto como una entidad a la cual
se pueda recurrir en primera instancia en espera de apoyo:

36
Es una fundación sin fines de lucro que se centra en la intervención en microcampamentos con
el fin de prestar apoyo en el proceso de obtención de la vivienda definitiva. Actualmente no se
encuentra trabajando en Quebrada de Macul ya que están en el tramo final del proceso de
erradicación.
37
Fundación sin fines de lucro que ofrece microcréditos a personas en situación de pobreza y
vulnerabilidad.

76
“(en la municipalidad) Es que no toman mucha importancia a gente que es de bajos recursos, no le
toman importancia, en el momento te pueden decir sí, te preguntan y dónde vives, en campamento,
ah, no, tienes que esperar.” (Caroline)
La presidenta del campamento por su parte mantiene contactos de carácter
vertical con instituciones como UTPCH e INFOCAP, los cuales son utilizados tanto
para el beneficio individual como comunitario. Estos contactos, en el ámbito
personal, le han permitido perfeccionarse en sus estudios, acceder a puestos de
trabajo remunerado, así como también tener acceso a un sinnúmero de redes
horizontales como verticales.

Tipos de redes de relaciones sociales a nivel comunitario

Relaciones de unión

La estructura social del campamento se presenta constituida por relaciones


familiares, así como también vecinales. Éstas son de unión pues se caracterizan
por ser redes de relaciones muy próximas y horizontales.
Por otro lado, el campamento está regido, como se señalaba más arriba,
por estatutos que regulan el comportamiento dentro de la comunidad. Esta
normativa instituida en pos del bienestar común, surge a partir de las normas
culturales de confianza y las redes interpersonales de reciprocidad.
Dentro del campamento como señalábamos se encuentra la directiva como
organismo que pone en práctica la normativa inscrita en los estatutos. Esta
institución genera vínculos entre la comunidad; en la práctica genera instancias de
comunicación e integración entre los miembros del campamento, ya sea en la
participación activa dentro de la organización como por el hecho de pertenecer al
comité de vivienda.
Por su parte, existe otra institucionalidad de carácter informal que tiene
presencia dentro del campamento. Estas son las ya mencionadas redes de apoyo
que se observan en el campamento, redes de relaciones que se visibilizan por un
lado, en momentos excepcionales que pueden ser situaciones de emergencia
como por ejemplo incendios o robos. Estas experiencias se relatan como maneras

77
espontáneas de organización en donde la comunidad actúa en conjunto para
superar un imprevisto. Por otro lado, está la colecta, que como ya señalábamos,
también funciona como instancia de interacción entre los vecinos a partir de las
prácticas de cooperación y reciprocidad que se generan entre éstos.
La vinculación entre los pobladores del campamento es a partir de las
relaciones de parentesco, los lazos que generan las redes de apoyo, la directiva y
el proyecto de vivienda. No se observan lazos laborales dentro del campamento
más allá de los que están incrustados en relaciones familiares.
Las relaciones vecinales tienden a tomar forma en ciertas circunstancias –
las prácticas de cooperación que se señalaban recién-, pero en el espacio
cotidiano se tornan distantes. Se observa en el discurso una aversión al contacto
con el “vecino”, cada uno vive en su metro cuadrado, en su mundo y con su
familia.
“…aquí mucha gente es conflictiva, yo siempre he vivido aquí en mi metro cuadrado y he tratado de
mantenerme como más al margen, pa’ evitarme problemas.” (Juan)
“Nunca he tenido problemas con nadie porque no soy así, yo vivo mi vida, mi mundo, yo estoy en
mi casa y con nadie más.” (Cristina)

Relaciones de puente

El campamento en su conjunto y como comunidad pertenece a un comité


de vivienda, “Unión, Fuerza y Paz”. Este comité está constituido por entidades
similares a Quebrada de Macul -que son los otros campamentos y comités de
allegados-, es decir, organismos similares que han establecido una alianza para
trabajar por un mismo fin.
Por otro lado, como decíamos, la presidenta de Quebrada de Macul es
parte de la Corporación Nacional de Dirigentes de Campamentos y Comités de
Vivienda También somos Chilenos, organización que trabaja con el fin de
“fortalecer el tejido social de los campamentos y comités de vivienda para
promover la participación, organización y liderazgo de las comunidades”38. La

38
Extracto de lo que se plantea como la “misión” de la Corporación Nacional de Dirigentes de
Campamentos y Comités de Vivienda También somos Chilenos. http://www.dirigentes.cl

78
participación que tiene la dirigenta con la organización vincula al campamento por
tanto, en esta relación, lo que le permite acceder a los beneficios que esta
conexión puede otorgar.
El campamento también se relaciona a la junta de vecinos de la Villa Nueva
la Higuera, en la cual se encuentra ubicada. Esta relación se basa en el trabajo
conjunto que se lleva a cabo en algunas oportunidades. Sin embargo la
comunidad de la villa no se encuentra cohesionada por lo que el trabajo de la junta
de vecinos es limitado.
Otra organización con la que tiene contacto el campamento es la junta de
vecinos de Villa Santa Teresa, que se ubica al otro lado del Zanjón de la Aguada y
con la cual se tiene una relación de reciprocidad.
Por otro lado, existe una modalidad de trabajo asociada a UTPCH que se
lleva a cabo de manera territorial, esto significa que hay una instancia en que se
realizan actividades entre quienes trabajan en una determinada zona. En este
caso la zona es Macul, Peñalolén y La Florida, donde la presidenta del
campamento es la representante de los dirigentes de estas comunas.

Relaciones de escalera

El campamento, como ya es sabido, está relacionado de una manera muy


estrecha con UTPCH. Esta institución es identificada por los entrevistados como
uno de los factores responsables de la concreción del proyecto de vivienda. Esta
institución permite la conexión con otras redes y organizaciones, como por
ejemplo colegios que prestan ayuda al campamento. Es el caso del colegio San
Ignacio relacionado a UTPCH y que ha realizado actividades como la prevención
de invierno en Quebrada de Macul. Otra institución que se ha vinculado al
campamento a partir de su relación con UTPCH es Colgate, que periódicamente
visita el lugar para prestar servicios a la comunidad de forma gratuita.
Trabajo en la Calle, como ya se mencionaba, estuvo trabajando en el
campamento, pero su impacto fue menor, y ya no tiene presencia en el lugar.

79
El supermercado Líder también tiene presencia en el campamento. Acogido
a la ley de Donaciones, el supermercado entrega mercaderías a las familias del
campamento para festividades como la navidad o las fiestas patrias; también se
recurre a esta institución cuando se realizan actividades como bingos o rifas ya
que les facilita los artículos que serán entregados como premio.
La municipalidad es otra de las instituciones a las cuales está ligado el
campamento. La relación que se mantiene es en rigor directamente ligada al
proyecto de vivienda.
“No hay mucha presencia, claro, de la municipalidad que venga aquí y que diga a ver qué
pasa para el invierno, o no sé, les falta algo, no, de eso nada. Eso sí que estamos ausentes de la
municipalidad. En cambio todos los otros representantes de afuera, de campamentos y todo eso,
hay más contacto.” (Don Carmelo)

iii. Participación

Una de las instancias en que se genera participación e interacción entre la


comunidad es en las situaciones ya descrita más arriba y que se presentan de
manera inesperada, generando una comunión entre los vecinos; participación
espontánea. Está también el otro tipo de actividad comunitaria de cooperación, la
colecta, que se realiza cuando es menester prestar ayuda a un miembro de la
comunidad en particular. En estas ocasiones se observa un alto compromiso de
parte de la comunidad; en general se colabora y ayuda a quien lo necesita, sin
embargo es la presidenta la que debe organizar y dirigir esta tarea. La
responsabilidad cae en ella, y es de quien se espera que surjan las propuestas y
la organización.
“…todavía no están acostumbrados a organizar cosas por sí solos. […] todavía creo que las
familias se acostumbran a que los dirigentes les mantengan todo listo, y ellos solo quieren opinar
cuando hay que decidir algo a beneficio propio.” (Jani)
Por otro lado la participación en la directiva del campamento es escasa, son
tres personas las que la integran y cuentan con el apoyo constante de dos o tres
personas más. Las reuniones que realiza la directiva no son muy concurridas. La
participación está supeditada en general al beneficio que se recibirá, ya sea que

80
se realizará la entrega de mercadería, regalos para los niños, comida, o el
beneficio de acceder a la casa propia.
“Sí, yo tampoco no iba casi nada. Cuando venían a regalar cosas iban todos, pero no, iba poca
gente.” (Caroline)
“…es que en realidad eso es lo único que estamos luchando, por la casa.” (Cristina)
Es por eso que donde sí se da una participación mayor es en el comité de
vivienda que integra el campamento. La actividad en la que deben participar todos
los integrantes de este comité es la asamblea mensual, sin embargo hay un gran
porcentaje de pobladores, más o menos un tercio de estos, que se queda en sus
casas a la hora de reunirse. Por su parte, quienes participan en las asambleas lo
hacen de una manera pasiva; asisten, se sientan, escuchan y luego se van, si es
que no hay que alzar la mano por algo que se deba votar.
Las actividades que realiza la directiva y el comité de vivienda con el fin de
recaudar fondos, como fiestas, bingos y rifas congregan a la mayoría de los
habitantes del campamento, sin embargo a la hora de tomar responsabilidades,
como formar parte de una comisión y cumplir turnos -en la voz de los mismos
vecinos-, son siempre los mismos quienes colaboran.
“…a las reuniones, son muy pocos los que van a reuniones, pero cuando hay cosas así sí, la
mayoría va, pero no todos se comprometen a ayudar, porque tienen que formar comisiones que
ayuden no sé, pa’ vender completos, bebidas, y siempre trabajan los mismo, siempre, siempre la
directiva y dos o tres, y los demás van a… claro, apoyan porque van a consumir, gastan su platita,
pero no es que vayan a trabajar ahí po’, si la platas es para todos tendrían que trabajar todos por
turnos.” (Nancy)

iv. Segregación subjetiva

La percepción que tienen los pobladores de su barrio39, en general es


negativa. Sobre la conformación estructural, se señala que hay una deficiencia en
el aspecto de las áreas verdes. No existen los lugares para la recreación, y si es
que los hay –hay una plaza en la villa-, está siempre ocupada por la delincuencia y
la drogadicción. Estos últimos son lo mayores problemas que percibe la población;

39
Entendido como el espacio más allá del propio campamento, el sector en el que éste se ubica y
que fue descrito en el capítulo anterior.

81
ya no hay tranquilidad, el lugar donde viven es inseguro, se ha vuelto un espacio
peligroso. Hay un desagrado por vivir ahí, la gente quiere salir.
“Aquí dentro del barrio no hay nada, es fome, no como en otros lados que por ejemplo está el
parque entretenido, hay plazas, pero aquí no hay nada po’, la plaza que hay, no hay ni un juego pa’
llevar a los niños, a parte que pasan con los hueones entremedio, aquí no hay nada entretenido,
nada. […]Hay inseguridad, droga, delincuencia, pandillas, etc. uno no sabe, uno puede ir a comprar
y por la espalda te pueden hacer algo” (Caroline)
“Lo que más me gusta de aquí, nada (ríe), no me gusta nada de aquí. No. no me gusta, no da
gusto vivir aquí.” (Miguel)
Por otro lado, a pesar de que hay gente que mantiene relaciones de
parentesco con los vecinos de la villa, se observa que desde el campamento se
percibe una animadversión por parte de quienes viven en las casas. Se percibe
una discriminación de los vecinos; no hay diferenciación entre individualidades en
el campamento, es “El campamento”; si algo malo ocurre es el campamento
completo a quien se le atribuye la responsabilidad. Por lo tanto, este espacio es
objetivado por el resto del barrio como receptáculo de prácticas que infunden
temor, transformando a sus habitantes en “otros” indeseables del lugar.
“Lo único que quieren es que nos vayamos, porque a todos nos meten en un mismo saco, ese es
el problema, entonces la gente de acá, los propietarios ven muy mal el campamento […] y cada
vez que pasa algo el campamento fue, no dicen esa persona fue, sino que el campamento fue,
fuimos todos y no es así.” (Nancy)
También hay una percepción de discriminación por parte de las personas
foráneas al campamento, ya sean de la villa, de la comuna u otras partes de la
cuidad. Hay una estigmatización hacia quienes habitan en campamentos, de la
cual quieren constantemente desmarcarse; pues señalan que se les atribuyen
características de las que no todos son portadores. Esto queda claro en la voz de
Nancy:
“Discriminan, muchas personas discriminan por el hecho de vivir en campamento, dicen “ay, son de
campamento…” entonces nos encuentran picantes. Porque yo lo he sentido, lo he sentido en el
consultorio, lo he sentido en el hospital. […] El hecho de vivir en campamento las otras personas lo
asocian con delincuencia, con droga, con mugre, que la gente que vive en campamento es
cochina. Entonces siempre lo asocian con lo más malo. ” (Nancy)
El estigma más nombrado, que sale a la luz en cada una de las
conversaciones, y que afecta de sobremanera a quienes habitan en

82
campamentos, es el de la suciedad; el vivir en campamentos conlleva
directamente vivir en entre la basura, el barro y el polvo.
“Eh, por lo general como que miran así como chucha, vive en campamento, pero yo les digo al tiro
yo no confundo la pobreza con la limpieza. Porque mi casa les digo, puede ser bien fea por fuera
pero por dentro la tengo limpia […] piensan que todo porque uno vive en campamento van a tener
todos pozo, o que todos lavan a mano, o que son todos cochinos, porque hay gente que vive en
campamento y confunde la limpieza, la pobreza, lo juntan todo y vive en la mierda. Yo no po’, yo
soy pobre, vivo en campamento pero yo soy limpia… yo mantengo con cloro, cera todos los días,
cachai no, no lo confundo” (Caroline)
Esta discriminación y estigmatización que perciben quienes habitan en
Quebrada de Macul los lleva a querer salir del lugar y tener su casa propia, en otro
lugar. Esto se ve reflejado en que muchos mienten acerca de su domicilio para
que no se los vincule con las características atribuidas a los campamentos.
“He llegado a mentir donde vivo, eso lo reconozco. Eh, he llegado a mentir, tontera mía, pero es
porque yo nunca había vivido en un campamento.” (Jani)
En cuanto a la relación con la ciudad, se observa que los beneficios y
servicios que ésta ofrece se encuentran al alcance de los pobladores, no se
sienten aislados ni en desventaja, pero sí se sienten discriminados a la hora de
entablar un contacto con personas e instituciones foráneas.

b. El Guerrillero

i. Precursores del capital social

Dentro del campamento El Guerrillero se observa que las actitudes de


confianza que se generan son entre familiares y amigos, y los vecinos más
cercanos. En cada pasaje donde se encuentran ubicadas las viviendas del
campamento se desarrollan relaciones estrechas que permiten el surgimiento de
actitudes de confianza y cooperación; estas familias tienen más contacto entre sí
por lo tanto generan un vínculo cercano que permite un alto grado de confianza,
por lo que es común que se ayuden y apoyen mutuamente. Con la gente de los
otros pasajes no se tiene la misma confianza –a no ser que se esté ligado por

83
relaciones de parentesco o amistad-, y no tienen claro si ellos también recurren a
las mismas prácticas de intercambio y cooperación.
“…somos las tres, estas tres familias no más, no sé en el otro pasaje cómo será, si será el mismo
sistema, no sé. Pero entre nosotros nos apoyamos.” (Rosario)
“…porque nos cuidamos las unas… o sea nos cuidamos entre todos aquí. Mis vecinos no más po’,
pero yo te hablo de este metro cuadrado, nada más, porque los otros los conozco pero no…”
(Janina)
La figura de la presidenta del campamento genera confianza, se puede
recurrir a ella en casos de necesitar apoyo; a pesar de su personalidad fuerte y
cortante se tiene la seguridad del acceso a ella. La confianza en ella es a partir de
su capacidad de gestión y movilización de recursos. La comunidad se apoya en
ella y se espera que actúe de acuerdo a las circunstancias. La institución de
cooperación por excelencia es la colecta, en la que la mayoría de las personas
participa donando dinero, a veces mercadería o ropa, sin embargo, al igual que en
Quebrada de Macul, se espera que la presidenta tome la decisión de ponerla en
práctica, se confía en que ella llevará a cabo esa tarea. De todas formas existe la
confianza y se espera que la comunidad responda colaborando.
“…de hecho hace poco se quemó una niña arriba del comité de nosotros, hicimos una colecta entre
todos los que somos del comité, y se le reunió ropa, cosas de la casa, mercadería, o sea igual la
gente en ese sentido de que tengai algún problema. Igual nos apoyamos.” (Rosario)
A partir de esta confianza en los vecinos más cercanos también efectúan
prácticas de intercambio y reciprocidad; es común que las vecinas del
campamento de un mismo pasaje compartan alimentos, el cuidado de los niños, el
vigilar la casa, y entre los más cercanos y amigos reuniones familiares y
cumpleaños.
“Con las que contaría más es con mis vecinas, son poquitos pero sé que son gente que tengo…
[…] aquí nos ayudamos entre las tres que somos aquí, si a una le falta algo y la otra tiene… yo
comparto también porque han sido buenas vecinas conmigo.” (Magdalena)
“…aquí en este sector somos así, por ser aquí la Andrea, la Betty, y aquí estoy yo, somos las tres
que somos más… Ponte de repente la Betty me dice no tengo con quien dejar a mi hija, ya, déjala
aquí yo la veo, o la otra, oye necesito un poco de azúcar, ya, igual nos compartimos esas cosas.”
(Rosario)
Entre los pobladores del campamento hay algunos a los que se les
reconoce como ladrones. Esta situación ha traído como consecuencia que el resto

84
de la comunidad haya pretendido bajarlos del proyecto de vivienda por temor a
que en las nuevas casas continúen con sus prácticas. Sin embargo, y a pesar de
esto, no se identifican como un factor de inseguridad ni de desconfianza entre la
comunidad.
Por otro lado, existe confianza en las instituciones relacionadas al
campamento. UTPCH se presenta como una entidad que ha prestado apoyo y que
ha jugado un papel fundamental en el desarrollo y concreción del proyecto de
vivienda. Está también la municipalidad, con la que el campamento tiene una
comunicación directa y fluida a partir, principalmente, de la relación que la
presidenta ha establecido con el municipio y la alcaldesa. Esto se traspasa al resto
de los pobladores que ven a la municipalidad como una institución de la cual se
puede esperar apoyo y cooperación.

ii. Asociatividad

Organizaciones e instituciones

El campamento El Guerrillero, a diferencia de Quebrada de Macul, no


presenta una institución ancla, como una directiva en la que la comunidad
participe, y entorno a la cual se organice. Sí existe una presidenta que se muestra
como un líder empoderado y de carácter autoritario. Al no haber directiva dentro
del campamento tampoco existen las instancias de trabajo en función de este
espacio como unidad territorial y social.
“En el comité se han cumplido las metas, pero de aquí del campamento… es que como de aquí del
campamento casi todos viven su mundo. Entonces cachai, no es como unido, pero igual si
tenemos que hacer algo nos juntamos los que nos juntamos no más, pero de este, metas no, no
nos hemos propuesto aquí.” (Janina)
La organización que sí ejerce un papel importante en la comunidad es el
comité de vivienda, “Nuestra Casa, Nuestro Sueño”, del cual es parte el
campamento y cuya presidenta es también la del campamento, por lo que hay una
cercanía con su líder. El trabajo de la presidenta por lo tanto está directamente

85
ligado al desarrollo del proyecto de vivienda y no centrado en las problemáticas y
demandas internas del campamento.
Por otro lado, dentro del campamento no existen organizaciones ni grupos
políticos formales. Sin embargo, la presidenta muestra una tendencia ideológica
muy marcada, por lo que la participación política se cuela bajo el liderazgo y
capacidad de movilización de la dirigenta. Vemos entonces, el rol del municipio
como posible motor de las acciones llevadas a cabo por la comunidad, toda vez
que existe una relación directa entre ambas entidades.
Grupos religiosos dentro de la comunidad no hay; sí existe presencia de
iglesias evangélicas en las cercanías al campamento, sin embargo no se observa
una influencia de parte de estas instituciones dentro de la comunidad.
“…cada uno vive su mundo.” (Janina)

Tipos de redes de relaciones sociales a nivel individual

Relaciones de unión

Dentro del campamento los habitantes presentan relaciones diádicas


principalmente familiares. Estas relaciones se presentan entre miembros del
campamento como también con quienes viven en la población. La mayoría de los
habitantes del campamento nació en la Pincoya, por lo tanto su entorno está
fundado en base a relaciones de parentesco, de amistad y vecinales. De esta
manera, tanto dentro como fuera del campamento los individuos tienen relaciones
diádicas de unión, cercanas y horizontales.
Estas relaciones se basan en la confianza y por lo general operan a partir
de la cooperación y reciprocidad. Hay relaciones contractuales entre vecinos del
campamento que desarrollan negocios esporádicos como por ejemplo lavar ropa.
También es común que estas relaciones resulten de utilidad a la hora de encontrar
trabajo; los amigos se dan datos entre sí.
Fuera de las relaciones familiares y de amistad, están las relaciones
vecinales que se presentan como más distantes si se trata de personas del

86
campamento que habitan en pasajes más alejados. La relación más cercana es
con los vecinos que viven en el mismo pasaje; se configuran lazos de amistad.
“…yo siempre he dicho, tú te creas lazos afectivos aquí, yo soy la más vieja del comité y las cabras
son mis cabras, son mis chiquillas, tú creai hay lazos afectivos.” (Sra. Rosa)
La relación con el resto de los vecinos del campamento se da en mayor
medida en las asambleas y en actividades relacionadas al proyecto de vivienda,
como los turnos que se establecen para cuidar las casas del nuevo barrio.
La relación con los vecinos de las casas (los propietarios) ubicadas en los
pasajes es cordial, pero no alcanza el nivel de confianza que sí se observa entre
las familias del campamento ubicadas en un mismo pasaje. Es de más distancia;
se conocen, se saludan constantemente pero no entablan relaciones de amistad.
Por otro lado se recurre a ellos cuando se realizan actividades de cooperación
como son las colectas, pero este acercamiento se da a nivel de colectividad y no
de manera individual.
“…aquí son súper callados, aquí nadie se mete con nadie. Cada uno en su mundo.” (José)
El contacto que se tiene con los habitantes de la Pincoya se da a partir de
relaciones de parentesco, vecinales, en algunos casos de amistad, y relaciones
mediadas por instituciones, como por ejemplo el colegio (relaciones entre
apoderados). También, en algunas ocasiones se realizan actividades en conjunto
como por ejemplo las pollas40, que reúnen tanto a personas de la población como
del campamento.

Relaciones de puente

Los habitantes de El Guerrillero mantienen relaciones de puente con los


habitantes de los otros campamentos que pertenecen al comité de vivienda. Se ha
establecido una alianza entre estos campamentos con el fin de trabajar por la
vivienda definitiva y el contacto que tienen los individuos es en las asambleas
mensuales, y en los turnos que se realizan para cuidar las nuevas casas. Todos
los miembros del comité están obligados a realizar esta tarea de ir una noche junto

40
Cada participante entrega cierta cantidad de dinero pactada y una vez al mes se sortea. La
gracia es que a cada participante le toca el premio en algún momento.

87
a un grupo a custodiar la obra en construcción, con el fin de que no entren a robar
materiales. Realizando esta actividad los miembros de los distintos campamentos
tienen oportunidad de conocerse y estrechar lazos entre quienes serán futuros
vecinos.
La presidenta del campamento por su parte es miembro de la Unión
Comunal de Comités de allegados de la comuna de Huechuraba. Esta relación le
permite establecer conexiones con dirigentes de otros lugares de la comuna con
quienes se intercambia experiencias.
Como se señalaba, dentro del campamento no hay un grupo particular de
carácter religioso. Sin embargo hay gente del campamento que tiene relación con
una iglesia evangélica que se encuentra en el pasaje El Guerrillero y a la que
asisten principalmente los días domingo. Esta institución realiza actividades en las
que participan tanto miembros del campamento como de la población.

Relaciones de escalera

Estas redes de relaciones se establecen entre miembros del campamento y


entidades que presentan una jerarquía y un grado de poder mayor, por tanto
estamos hablando de relaciones verticales.
Dentro del campamento la mayoría de los pobladores tiene contactos con
UTPCH, ya sea a partir de los voluntarios -que ha concurrido al lugar a desarrollar
talleres o la construcción de mediaguas- o a partir de la presencia de los
coordinadores encargados de desarrollar el trabajo en torno al proyecto de
vivienda. Desde los pobladores se ve a UTPCH como una institución presente y
que ha contribuido en gran medida a la concreción del proyecto, sin embargo hay
un descontento en relación al papel que juega la institución entorno a las tareas
que desarrollan de manera independiente al proyecto de vivienda, dentro del
campamento. Hay un constante recambio de coordinadores y voluntarios que
trabajan en el campamento haciendo por ejemplo talleres para adultos y niños. Por
otra parte las distintas comisiones: jurídica, de salud, educación, etc. no están
conformadas, por lo que las actividades y las asesorías que debieran prestar no

88
han funcionado de una manera constante. Esto, debemos señalar, puede estar
relacionado a la ausencia de una institución que dirija el campamento (una
directiva), o también al papel que juega el municipio dentro de la comunidad -que
podría estar supliendo el rol de UTPCH.
Al contrario de lo que ocurre en Quebrada de Macul, la población en
general tiene una relación que se califica como positiva con la municipalidad.
Manifiestan que reciben apoyo y tienen la confianza de que en momentos
determinados pueden recurrir a esta institución.
“…es buena la relación porque cuando te ayudan te ayudan bien, a mí me ayudaron súper bien,
cuando mi marido estuvo cesante el año pasado me ayudaron con mercadería, que yo le dije yo
nunca había venido a molestar y me ayudaron, han ayudado.” (Jana)
Por otro lado, la influencia del municipio en el campamento se ve expresada
también en tanto que hay pobladores que se encuentran intervenidos por el
Programa Puente41 -lo que les permite acceder a ciertos beneficios y también
facilidades en cuanto a la ayuda que reciben de la municipalidad.
Por último, la presidenta del campamento en particular tiene una relación
muy cercana con la alcaldesa y el municipio –tomando el papel de un agente
político de base-, lo que le ha traído beneficios personales como la posibilidad de
trabajar en la municipalidad y actualmente junto a la constructora del proyecto de
vivienda.

Tipos de redes de relaciones sociales a nivel comunitario

Relaciones de unión

Al referirnos a las relaciones que se establecen a nivel comunitario


debemos señalar por un lado, que dentro del campamento El Guerrillero no existe
una institución u organización formal que lo estructure. Sin embargo está la figura
de la presidenta que es la que dirige y organiza a la comunidad entorno al fin

41
El Programa Puente se basa en la intervención a las familias más vulnerables, que viven en
condiciones de extrema pobreza y que se presenta como la entrada al sistema de protección social
Chile Solidario, a través del gobierno central.

89
común de la vivienda definitiva. Es este factor el que aglutina a la comunidad y
posibilita la movilización de recursos como bloque. Por otro lado, como ya fue
señalado, el campamento se dispone a partir de grupos disgregados de familias, lo
que las une es el acceso a la vivienda definitiva. Por lo tanto, es a partir del comité
de vivienda que se posibilitan los vínculos entre pobladores, generando
comunidad.
“… acá todos nos ubicamos, por ejemplo en las reuniones del comité de todos los que van a la
Cancha, del proyecto “Nuestra Casa, Nuestro Sueño”, ahí nos conocemos.” (Cristian)
Existen otras instancias aglutinantes de la comunidad, estas son las redes
de apoyo que se generan entre los pobladores del campamento. Por un lado
existen también, al igual que en Quebrada de Macul, las reacciones de apoyo en
momentos inesperados como robos o incendios, sin embargo estas redes operan
en cada uno de los grupos de vecinos por separado.
“…para mí aquí somos como más unidos que la población, somos como más unidos. Lo vivimos
pal terremoto por ejemplo, amanecíamos ahí, un fuego, una tenía cigarros, le convidaba a la otra,
íbamos a buscar agua juntos, de repente pucha, estaba sola, tráeme agüita, me traía, entendís,
como más, nos afiatamos mejor, como que…” (Sra. Rosa)
Por otro lado están las actividades de cooperación generadas por la
colecta. Estas sí que implican la unión general de la comunidad a partir de
actitudes de reciprocidad. E incluso insta a los vecinos de la población a participar.
En general se plantea que la relación entre los vecinos es buena; no hay
conflictos siempre y cuando no interfieran en el metro cuadrado. En este caso no
existe esa aversión que se observa en Quebrada de Macul hacia el vecino del
campamento, todos se conocen por lo menos de vista, y saben donde viven, pero
no existe la confianza que aparece entre los más cercanos.
“…buena, buena. Digamos no metiéndose conmigo todo está bien, no metiéndose con mis hijas
también, pero yo me llevo súper bien aquí con todos.” (Jana)

Relaciones de puente

Como ya hemos mencionado, El Guerrillero es parte del comité de vivienda


“Nuestra Casa, Nuestro Sueño”, conformado además por dos otros campamentos
y un comité de allegados. El comité se ha formado a partir de una alianza entre

90
estos grupos similares que operan en pos del desarrollo satisfactorio del proyecto
de vivienda.
Por otro lado, como señalábamos, la presidenta del campamento forma
parte de la Unión Comunal de Comités de Allegados de la comuna de
Huechuraba, vinculando por tanto al campamento a los beneficios que puedan
surgir a partir de esta red.

Relaciones de escalera

Uno de los lazos más fuertes que presenta el campamento con instituciones
externas es con UTPCH. Esta organización, según los entrevistados, ha
desarrollado un papel fundamental en cuanto al desarrollo y concreción del
proyecto de vivienda. Se postula que gracias a su intervención en el campamento,
como la de la municipalidad, el proyecto no se habría llevado a cabo.
Como se decía, la municipalidad es la otra institución con la cual el
campamento está estrechamente ligado, y presenta una gran influencia dentro de
la comunidad por medio de la gestión de la dirigenta, lo que se traspasa a los
discursos de los pobladores. Además del apoyo que ha brindado al proyecto de
vivienda, se presenta como una entidad que cubre las necesidades inmediatas del
grupo, realizando entregas de ayuda en invierno y para distintas festividades, por
ejemplo.

iii. Participación

Al igual que en el caso del campamento de La Florida, en el Guerrillero las


instancias que congregan en gran medida a la población son las actividades de
cooperación como la colecta. Cuando ocurre alguna emergencia o imprevisto
también se presenta un alto compromiso de parte de los vecinos, sin embargo
esto se ve de manera separada en cada uno de los “enclaves” del campamento.

91
En estas circunstancias también se espera la iniciativa de la presidenta, se
esperan sus instrucciones para actuar, más aún siendo la única figura que
presenta liderazgo entre la comunidad.
“…cuando la presidenta dice ya, aquí hay que ayudar a esta persona porque le fue tan mal, todos
estamos ahí, depende de la situación. “ (Jana)
Por otra parte, la presidenta ha impuesto una manera de trabajar y formas
de cooperación que son asumidas por la comunidad. Para ayudar a financiar el
proyecto de vivienda no se hacen bingos ni fiestas o actividades por el estilo, esto
se hace a través de cuotas que deben pagar los miembros del comité so pena de
sanción. Así también, la participación de la comunidad en actividades como las
asambleas o los turnos para cuidar las casas se realizan a partir de una estrategia
coercitiva, quién no asista ni cumpla sus tareas debe pagar una multa.
“…tienen que saber ir porque ya se puso una meta, las que no iban a reuniones simplemente se
sacaban no más y yo estuve de acuerdo en eso porque sí, cómo no van a ir a reuniones, no
quieren participar en nada y quieren todo gratis, no van a cuidar…” (Jana)
“…es que en el comité todos viven su mundo cachai, entonces la señora Rosa tiene que obligarlos
a que vayan a la cancha a cuidar.” (Janina)
Sin embargo esta participación es de carácter pasivo, la población en
general no está al tanto de lo que ocurre, y muchas veces incluso no saben,
literalmente, qué es una comisión de trabajo. Por lo tanto, vemos que las
asambleas tiene gran concurrencia, sin embargo no hay un involucramiento de
parte de la comunidad en el trabajo; se deja todo en manos de la presidenta del
campamento y la directiva del comité.
“Es que no sé qué es comisiones…” (Janina)
“A las asambleas voy pero no participo en nada, voy a escuchar y voy a lesear más que nada…”
(Janina)
“… pero es que ir a una asamblea no es todo, porque mucha gente que va no opina, escucha, se
sienta, calienta un asiento y nada más, pero por ejemplo participan los mismos…” (Sra. Rosa)
Por otro lado, otro ejemplo de la pasividad de la participación en el proyecto
es que la conformación de comisiones de trabajo es una tarea compleja. Sea cual
sea el término que se le de, la población no quiere tomar responsabilidades ni
comprometerse más allá de entregar el dinero mensualmente.

92
Las actividades recreativas en el campamento tampoco existen, las
celebraciones de la navidad o las fiestas patrias no son instancias que propicien la
interacción e integración entre los vecinos; cada cual celebra en su casa con su
familia puesto que la comunidad no se organiza. Sin embargo sí se asiste a
actividades realizadas por UTPCH, por ejemplo “El 18 chico”.
En relación a la motivación de los pobladores, hay quienes participan y
colaboran en el proceso, pero son los mismos quienes integran los grupos de
trabajo.
“…hay gente y gente, tengo gente jugada total, total, y hay gente que lo único que está esperando
que tú le pasís las llaves y le digai esta es tu casa, o sea no quieren mover un dedo […] Pero
cuesta, y tengo gente que antes de participar en eso prefiere estar echá pa’ atrás mirando tele […]
ni si quiera las incentivai mostrándoles sus casas. Que es una casa que chuta, cualquiera quisiera
tener, tan bonita, tan acogedora, y ni siquiera eso.” (Sra. Rosa)

iv. Segregación subjetiva

La percepción que tienen en general los entrevistados de su entorno barrial


es positiva, la mayoría ha vivido toda su vida en el lugar, por lo que ha establecido
lazos con la población y el territorio. Tienen conciencia de que viven en un entorno
de violencia, delincuencia y drogadicción, sin embargo existe un sentido se
pertenencia con el lugar que los hace negarse a trasladarse a otra parte de la
ciudad o de la comuna. Se postula que tienen raíces ahí, toda una historia.
“mira, de acá qué te puedo decir yo, llevo 28 años viviendo acá, igual aquí todos nos conocemos,
lo que a mí no me gusta de aquí es la delincuencia (voz baja). Eso no me gusta. …mucha
delincuencia, hay mucha droga […] ¿sabís por qué no me cambio? Bueno, yo soy hija adoptiva, me
crié aquí y yo siempre he dicho, quiero morir aquí, eso… No me cambiaría, amo mi población.”
(Jana)
“Yo de partida de mi hermano, mi hermana, mi madre todos están aquí en el Parque del Recuerdo,
en el Cementerio General, y tengo mis hijos casados aquí, entonces está como todo, las raíces de
uno, todo acá. Para el mismo trabajo de mi marido es más fácil vivir aquí que llegar a otro lado.”
(Sra. Rosa)
“…postulamos dentro de la comuna de porque la mayoría de la gente tiene a sus familias acá, a los
hijos, a la familia; han crecido acá y salir es complicado porque hay que empezar todo de nuevo.”
(Carlos)

93
Por otro lado ocurre que la gente no tiene conciencia de su situación de
segregación.
“es que aquí estai cerca del mall, de los supermercados, del centro, entonces no tengo a qué
regodear por esa parte, porque aquí tení igual hartas cosas cerca. Tení la ciudad empresarial, aquí
atrás hay otra, si necesitai buscar trabajo, entonces tení como todo cerca.” (Janina)
La pertenencia al lugar es a la población la Pincoya, y no al campamento ni
a la comuna, es la población la que representa su identidad.
“Es Huechuraba, pero pa’ mí siempre va a ser la Pincoya. Yo vivo en la Pincoya pero yo vivo en un
campamento.” (Jana)
“…nunca he dicho que vivo en campamento, yo vivo en Huechuraba, la Pincoya…” (Janina)
En relación a esto último, reconocen el estigma que genera el vivir en un
campamento por lo que conlleva su imagen: suciedad; pero no el vivir en una
población ghettizada como la Pincoya. Vemos entonces que al igual que en
Quebrada de Macul, el aspecto del cual todos se quieren desmarcar es la relación
que se hace entre campamento y suciedad.
“Llegamos en la mañana, conversamos un rato, nuestro cigarro y empezamos y barremos. Para
que no vean, que no digan que un campamento es cochino. Porque yo siempre he dicho, yo soy
pobre, pero me gusta mi casa que llegue a brillar.” (Jana)
“Y no porque vivamos en campamento tenemos que andar inspirando lástima, a mí me carga eso,
porque por ejemplo aquí entran a mi casa y dicen uy, esta es tu casa, no parece campamento.”
(Sra. Rosa)
Desde la población (La Pincoya) no se percibe la discriminación por vivir en
campamento. La mayoría no se siente discriminado por sus vecinos más
cercanos, sin embargo está siempre el cuidado de la limpieza, que no vayan a
decir que son cochinos. Por otro lado sí hay una sensación de discriminación de
parte de la gente foránea al sector.
“De repente igual uno se siente discriminada por decir campamento, porque yo no vivo en una
casa, vivo en un campamento, no puedo mentir, o también yo pienso que hay discriminación
cuando uno va a sacarse una tarjeta de crédito.” (Magdalena)
“…pero tú sentís la discriminación, yo siempre lo he dicho, tú sientes la discriminación, o sea tú
dices campamento y la gente como que tú decís no sé po’, algo que se va a pegar, una peste,
porque la gente siempre hace un recogimiento, algo así.” (Sra. Rosa)

94
VIII. ANÁLISIS

Los conceptos centrales trabajados en el capítulo anterior a partir de los


objetivos propuestos en la investigación serán los que guiarán el análisis aquí
presente. Es por esto que en principio se comparará los distintos tipos de capital
social presentes en los dos campamentos desde las dimensiones que nos
permiten un acercamiento a la evaluación de este activo, los precursores, los lazos
de asociatividad y la participación. Es primordial tener en cuenta que la mayoría de
los aspectos analizados se encuentran entrelazados e interconectados, por lo que
habrá contenidos que se repetirán en los distintos puntos.

1. Identificación de los distintos tipos de capital social a partir de sus


dimensiones

Teniendo presente los precursores del capital social, los tipos de lazos con
los cuales cuentan los pobladores y el campamento como comunidad, y los tipos
de participación que se dan en estos lugares, nos basaremos en los
planteamientos de Durston (2003) para identificar los distintas variantes de capital
social que surgen en los campamentos desde la complejidad de la red de
relaciones. Es decir, se evaluará el capital social de los campamentos tanto a nivel
individual como colectivo, cruzándolos con los distintos tipos de relaciones que
establecen (los individuos y la comunidad), en cuanto a la proximidad de los
involucrados en la relación (Woolcock, 1998).

a. Presencia de los precursores del capital social en los campamentos

Este punto de análisis nos permitirá dar cuenta de la presencia de los


precursores y contenidos de las relaciones e instituciones sociales de capital
social en los distintos campamentos.
Pues bien, en ambos campamentos existen actitudes de confianza
principalmente, y con más fuerza, entre familiares y amigos. Éstas, como señala

95
Durston (2003), se basan en las expectativas de comportamiento de otras
personas y en el afecto que existe. En el caso de Quebrada de Macul las actitudes
de confianza entre los vecinos están estrechamente ligadas a este último punto;
en general se expresa una imagen de desconfianza hacia los vecinos de manera
individual, proclamando sólo relaciones de confianza con familiares y uno que otro
amigo dentro del campamento. Sin embargo, cuando hablamos de las
expectativas que se tienen en relación a la cooperación de la comunidad en su
conjunto, éstas son positivas. A partir de la experiencia existe la confianza en las
respuestas de la comunidad.
Esto lo podemos interpretar como un intento de distanciamiento; es lo que
nos habla Wacquant (2001) de lo que ocurre en el gueto negro de Chicago, en
donde el estigma territorial que presenta el lugar de residencia promueve prácticas
de diferenciación, que en este caso ocurren a partir del discurso; “es como si sólo
pudieran ganar en valor devaluando su barrio y a sus vecinos” (Wacquant, 2001:
143).
Por tanto, podemos señalar que en ambos campamentos existen actitudes
de confianza relacionadas al afecto (que en el caso de El Guerrillero se dan más
allá de las relaciones familiares, también en gran medida con los vecinos del
campamento que ocupan el mismo pasaje, en tanto presentan mayor proximidad
física) y actitudes de confianza con la comunidad principalmente basadas en la
experiencia. De esta forma identificamos la base cultural de la confianza que se da
a partir de los principios de reciprocidad y la base emocional que se instala desde
el afecto (Durston, 2003).
Ambos campamentos presentan actitudes de confianza hacia sus líderes, -
en general tienden a depender de sus decisiones e iniciativas- y hacia a las
organizaciones ligadas a la comunidad, principalmente UTPCH (en El Guerrillero,
además, la municipalidad se presenta particularmente como una institución muy
bien valorada).
Las prácticas de cooperación y reciprocidad se observan en ambos
campamentos, siendo la colecta la institución de apoyo por excelencia. En los dos

96
existe el apoyo comunitario en casos de necesidad; gestionados en ambos lugares
por sus dirigentas.
Sin embargo, en Quebrada de Macul tiene presencia una práctica de
cooperación que se da a partir de la organización espontánea de la comunidad en
situaciones excepcionales e imprevistos donde se actúa como grupo cohesionado
(robos, incendios, etc.)42. En El Guerrillero no son comunes este tipo de
experiencias que involucran a toda la comunidad, pero sí ocurren en cada uno de
los grupos de vecinos por separado. Esto, porque los lazos más fuertes se
generan en los espacios donde existe una proximidad física entre los vecinos -
además de los que existen entre familiares.
Podemos decir entonces que las relaciones estrechas no operan en toda la
comunidad por igual; Espinoza (1993) nos habla de la importancia del “pasaje” en
la articulación de la vida cotidiana en las poblaciones. Es decir, que las prácticas
reproductivas de las relaciones sociales operan mediadas por el territorio, pasando
a ser este espacio la extensión pública de la vivienda y donde se produce la
interacción con los vecinos (ver Mapa 7). Esta sería una forma de integración
social que se produce en una red social de diferentes familias, una “federación
familiar” (entre tres y seis familias que intercambian frecuentemente entre sí), que
se caracteriza por construirse en base a lazos fuertes, y que se desvinculan de
otros grupos con características similares (Espinoza, 1993). Esto podría aplicarse
a la realidad del campamento, particularmente a la de El Guerrillero donde se
observan relaciones de este tipo. Pero, al contrario de lo que plantea Espinoza
(1993), sí existe una interacción y comunicación entre estos distintos grupos de
familias que en momentos determinados, se organizan y participan en conjunto (la
colecta y el comité de vivienda son ejemplos).
Por otro lado, en Quebrada de Macul también es común que se realicen
actividades de cooperación organizadas en pos del beneficio común (bingos y
fiestas), las que no tienen presencia en El Guerrillero, dado que la presidenta ha
rechazado este tipo de iniciativas.

42
Es la participación espontánea de la que habla la CEPAL (2007b) y en la que ahondaremos más
adelante.

97
b. Preeminencia de los distintos tipos de lazos sociales

Pues bien, a continuación se contrastarán brevemente los distintos tipos de


lazos sociales con los que cuentan los campamentos tanto a nivel individual como
a nivel comunitario y del tipo de unión, de puente y escalera.
A nivel individual:
En Quebrada de Macul las relaciones diádicas de unión se expresan
principalmente en relaciones familiares, ya sea dentro como fuera del
campamento. Por otro lado, también se observan relaciones vecinales de
reciprocidad y apoyo pero sólo dentro del campamento (y con los más cercanos);
con los vecinos de alrededor -fuera del campamento- no existen estos lazos. Por
el contrario, en el caso de El Guerrillero las relaciones diádicas vecinales
traspasan las barreras del campamento, puesto que la mayoría de los habitantes
son originarios de La Pincoya –donde se ubica el campamento.
Las relaciones horizontales de puente se dan principalmente a partir de los
comités de vivienda, en ambos casos. Sin embargo, estas relaciones en general
no se encuentran presentes de manera estrecha en el común de la población, sino
que más bien las establecen los dirigentes o miembros de la directiva,
particularmente la presidenta de cada campamento –las que cuentan con una
cantidad de lazos de este tipo considerablemente superior al resto de los
pobladores. Como se observa en el capítulo anterior, la presidenta de Quebrada
de Macul a su vez tiene participación y contacto con una mayor cantidad de redes
horizontales de puente que la dirigenta de El Guerrillero.
Los contactos verticales con entidades formales se presentan directamente
relacionados a UTPCH, esta institución es la que tiene mayor presencia en los dos
campamentos y es además el vínculo que permite el acceso a una gran cantidad
de redes, tanto verticales como horizontales. En el caso de Quebrada de Macul,
es también la presidenta la que se ha beneficiado de manera directa con esta
relación teniendo acceso a estudios, perfeccionamiento y relaciones laborales.

98
La municipalidad es otra entidad ligada a ambos campamentos, sin
embargo, como ya se ha señalado, la relación entre la dirigenta del campamento
de Huechuraba y esta institución es mucho más cercana y estrecha.
A nivel comunitario:
Ambos campamentos están estructurados por lazos familiares, basados en
relaciones horizontales y diádicas de unión. Sin embargo la organización interna
es distinta en los dos lugares. El Guerrillero no presenta una organización formal,
lo que influye en que el único factor aglutinante sea el proyecto de vivienda. Esto
también ocurre en Quebrada de Macul, aunque en este lugar la directiva también
se ocupa de problemas internos del campamento. Los comités de vivienda a los
cuales pertenecen ambos campamentos son un ejemplo de los “grupos de interés”
(Espinoza, 1993), en tanto que los pobladores de cada campamento están unidos
a partir de un problema concreto; sin embargo en el caso de El Guerrillero esto es
mucho más patente, puesto que ni si quiera cuentan con una organización interna.
También están presentes, como se señalaba, en ambos campamentos instancias
de cohesión que surgen a partir del apoyo mutuo en situaciones inesperadas.
Los dos campamentos tienen relaciones horizontales de puente con los
miembros de los otros campamentos de la comuna a partir del comité de vivienda
del que son parte. Sin embargo, estos lazos se dan en mayor medida en
Quebrada de Macul, puesto que tiene relaciones con entidades similares como la
“Corporación Nacional de Dirigentes de Campamentos y Comités de Vivienda
También somos Chilenos”, además de relaciones con distintas juntas de vecinos
de la comuna y otras organizaciones de dirigentes de Macul y Peñalolén. Por su
parte, El Guerrillero sólo está ligado, además del comité de vivienda, a la Unión
Comunal de Comités de Allegados.
Los contactos verticales que tiene la comunidad son principalmente con
UTPCH en ambos casos. Pero particularmente El Guerrillero además mantiene
una relación muy estrecha con la municipalidad, que se traduce en un clientelismo
político. A pesar de los lazos con esta entidad política formal (el municipio), que
podría proveer variados contactos con instituciones externas, es Quebrada de
Macul el que presenta una cantidad de relaciones con instituciones (colegios,

99
Colgate, Líder, etc.) de manera vertical mucho mayor que El Guerrillero. Estos, en
general, son vínculos que han surgido a partir de la relación con UTPCH, y que
han proporcionado a los pobladores beneficios a nivel individual como comunitario.
Podemos pensar que la relación que tiene El Guerrillero con el municipio de
Huechuraba quizás estaría supliendo las necesidades de la comunidad del
campamento, lo que contribuye a que el grupo (desde su dirigenta) no busque
relaciones de puente o de escalera más allá que las que se establecen desde
esta institución. Sin embargo, nos aventuramos a señalar, en base a datos
proporcionados por UTPCH43, que la municipalidad podría estar coartando la
interacción entre la comunidad y otras instituciones formales externas. Por lo
tanto, el campamento que mantiene una relación más autónoma (Quebrada de
Macul), o mejor dicho menos dependiente, respecto al municipio podría estar en
mejores condiciones de aprovechar los contactos con redes externas que provee
UTPCH.
Así mismo, podría pensarse que debido a la estrecha relación con la
municipalidad y al modelo de trabajo a nivel popular, que caracterizan tanto a la
institución como a la alcaldesa de Huechuraba, el campamento estaría ligado a
una red de trabajo comunitario que incluso podría traspasar las barreras
comunales. Sin embargo, mientras se realizó el trabajo no se pudo constatar ni
establecer la existencia de relaciones con otras redes u organizaciones externas.

c. Los distintos tipos de participación

Como veíamos en el capítulo anterior, en los dos campamentos estudiados


la participación en general, entendida como la acción voluntaria y no remunerada
de personas que se vinculan a actividades, grupos u organizaciones, formales o
informales (Serrano, Alarcón y Tassara, 2006) es bastante pasiva. En ambos
casos, reflejando una tendencia transversal en una sociedad de mercado como la
chilena (PNUD, 1998), se observa que debe haber algún incentivo o beneficio
directo y tangible tras la participación para que ésta se lleve a cabo.

43
Informe sobre proyecto de vivienda desarrollado por el Área de Habilitación social de UTPCH.

100
La participación formal, asociada a la participación electoral según la
CEPAL (2007b), pero que en este caso se considera como la participación en las
organizaciones formales asociadas al campamento (directiva y comité de
vivienda), se da en gran medida vinculada al proyecto de vivienda. En este
sentido, se observa que hay una alta participación, por el número de pobladores
que congrega, si hablamos de membresía. Sin embargo no es de carácter activo,
en cuanto a que la gente se involucre y comprometa adquiriendo
responsabilidades. Dentro de este tipo de participación, en El Guerrillero en
particular, ésta también se ve mediada por mecanismos coercitivos instalados por
la dirigenta.
Por otro lado, dentro de los dos campamentos la población presenta altos
grados de participación activa en lo que se ha denominado como participación
espontánea, cuando ocurren acontecimientos inesperados, como los que
señalábamos con anterioridad. En estas circunstancias la población en general
presenta altos grados de compromiso.
La participación organizada, que se lleva a cabo con el fin de realizar
acciones de beneficio colectivo, en Quebrada de Macul se observa a partir de las
actividades de cooperación que se realizan a fin de recaudar fondos para el
proyecto de vivienda. En estos casos la participación es alta en tanto que la gente
está dispuesta a colaborar a partir de cuotas o la asistencia, sin embargo no existe
el compromiso a la hora de tomar responsabilidades. En el caso del campamento
de Huechuraba estas actividades no se realizan, pero sí existe la colecta (al igual
que en Quebrada de Macul) como una forma de participación organizada. Sin
embargo, también podemos catalogarla como pasiva, puesto que a pesar de que
la mayoría de la población colabora, se deja toda la responsabilidad en manos de
los dirigentes y sus colaboradores.

d. Las distintas expresiones de capital social presentes en los


campamentos

101
El capital social individual de unión, se presenta con gran fuerza en ambos
campamentos. Las relaciones diádicas de unión en ambos lados están
directamente relacionadas con el parentesco; es a estas relaciones cercanas y
horizontales basadas en las experiencias de confianza, a las que se recurre en
primera instancia cuando se necesita apoyo (y son la principal fuente de datos
laborales). En relación a los lazos vecinales la diferencia entre los dos
campamentos es que en El Guerrillero éstas traspasan las barreras del territorio
del campamento y se involucran con el entorno cercano, es decir, con los vecinos
de La Pincoya. Por otro lado, en Quebrada de Macul está presente de manera
patente el discurso de la aversión hacia el contacto con los vecinos. Sin embargo
existen actitudes de confianza entre “los más cercanos”.
En relación al capital social individual de puente podemos señalar que los
pobladores de ambos campamentos en general no tienen acceso de manera
significativa a este activo. Como se ha observado, las relaciones que se
establecen a nivel individual a partir de los comités de vivienda no son fuertes, la
participación en esta organización es pasiva, por lo que no hay un involucramiento
mayor. Quienes sí tienen acceso a este activo en gran medida son las dirigentas,
siendo la representante de Quebrada de Macul quien presenta una mayor
diversidad de lazos.
El capital social individual de escalera está directamente relacionado con
los lazos que existen entre los pobladores y UTPCH y la municipalidad, y que se
basan en la confianza y las expectativas de reciprocidad y cooperación, en donde
el grado de control es mayor por parte de estas instituciones ya que se presentan
como un actor con alto poder (Durston, 2003), estableciendo una relación
clientelar. Estos lazos además les permiten el acceso a una gran cantidad de
redes, tanto verticales como horizontales, transformándose así en un activo de
gran importancia para los miembros de ambos campamentos.
En particular las dirigentas de Quebrada de Macul y la de El Guerrillero se
benefician en mayor medida de la relación que establecen con UTPCH y la
municipalidad respectivamente, puesto que mantienen con los representantes
altos grados de confianza.

102
Identificación de los tipos de capital social a Nivel Individual
Quebrada de Macul EL Guerrillero
Capital social de unión Relaciones diádicas de unión directamente
relacionadas con el parentesco

-Discurso de aversión - Lazos vecinales


hacia el contacto con traspasan barreras del
vecinos campamento
Capital social de puente Los pobladores en general no tienen acceso de
manera significativa a este activo (participación
pasiva)
- Dirigenta posee mayor - Dirigenta posee mayor
diversidad de lazos diversidad de lazos, pero
en menor medida que la
de QdM
Capital social de Principal beneficiaria la dirigenta
escalera
-Lazos con UTPCH y -Lazos con UTPCH y
derivados de esta principalmente con la
institución municipalidad
(clientelismo político)

Si hablamos de capital social comunitario de unión podemos decir que


ambos campamentos se estructuran a partir de las relaciones de parentesco. Sin
embargo, hay una diferencia muy grande en el grado de complejidad que
establecen ambas comunidades. Quebrada de Macul se presenta muy
organizado, a partir de una directiva que pone en práctica la normativa, y donde
las tareas están divididas entre comisiones. El Guerrillero por su parte, sólo está
dirigido por una presidenta de carácter autoritario que establece, guía y ordena, de
manera arbitraria en ocasiones, las estructuras normadoras, gestionarias y
sancionadoras de la comunidad (Durston, 2003). Esto podría estar relacionado al
carácter fragmentado del campamento, en donde no existe un espacio común de
interacción. Por lo tanto, como plantea Espinoza (1993) este campamento podría
estar estructurado a partir de grupos de familias que se articulan en cada pasaje.
Al no haber directiva dentro del campamento tampoco existen las instancias de
trabajo en función de este espacio como unidad territorial y social.
En ambos lugares el componente aglutinador es principalmente la casa
propia, lo que coincide con los planteamientos que afirman que el campamento es

103
una estrategia para llegar a la vivienda definitiva (Brain, Prieto, Sabatini y Celhay,
2009). Es en instancias relacionadas a este proyecto donde se generan vínculos
entre la comunidad, así como también en las prácticas de apoyo mutuo en
situaciones inesperadas. Sin embargo, las características de la participación en
ambos campamentos son, por un lado, alta en tanto que congregan a la
comunidad en las instancias atingentes, pero es también de carácter pasivo,
puesto que el compromiso con las actividades de cooperación es bastante bajo.
Por otro lado, la relación entre los vecinos en los dos escenarios es fluida
en tanto no se invada el metro cuadrado. Es decir, que ambos campamentos
funcionan a partir de la interacción (a través de lazos débiles) entre grupos
conformados por lazos fuertes (Espinoza, 1993).
El capital social comunitario de puente le ha traído grandes beneficios a
ambos campamentos a partir de las alianzas que han establecido con otras
comunidades en pos de los proyectos de vivienda. Sin embargo, este tipo de
capital se da en mayor medida en Quebrada de Macul, ya que mantiene lazos con
un sinnúmero de entidades similares incluso con presencia a nivel nacional. Por el
contrario, El Guerrillero mantiene sólo relación con una entidad a nivel comunal, lo
que reduce la posibilidad de interacción con otras redes.
Por último, el capital social comunitario de escalera es uno de los recursos
más importantes que cada uno de los asentamientos irregulares contiene. Sin la
relación con UTPCH es probable que éstos aún no iniciaran su proceso de salida
del campamento. Los lazos que han establecido con esta institución y con la
municipalidad, en el caso de El Guerrillero, han sido la fuente de organización y
participación.
Particularmente Quebrada de Macul presenta una diversidad mayor de
relaciones con instituciones formales que han surgido desde el contacto con
UTPCH. En este sentido, debemos señalar que esta institución es un factor
determinante que hay que considerar a la hora de evaluar la capacidad de
movilizar recursos en los campamentos (profundizaremos en el tema en el
siguiente capítulo).

104
Identificación de los tipos de capital social a Nivel Comunitario
Quebrada de Macul EL Guerrillero
Capital social de unión - Estructurado a partir de relaciones de parentesco.

- Componente aglutinador es principalmente la


vivienda definitiva

- Muy organizado Sin directiva. Presidenta


(directiva, comisiones) muy autoritaria.
--> No existen las
instancias de trabajo en
función de este espacio
como unidad territorial y
social
Capital social de puente Conformación de alianzas con otras comunidades ha
traído grandes beneficios
- Relación con entidades - Relación con entidades
a nivel nacional a nivel comunal
Capital social de - Uno de los recursos más importantes.
escalera - Relación con UTPCH fuente de organización y
participación.
- Diversidad de relación - Beneficios a partir de la
con instituciones formales relación estrecha con la
a partir de UTPCH municipalidad
--> traba para establecer
relaciones con entidades
externas

A partir de lo dicho anteriormente, y desde los planteamientos de Atria


(2003) , podemos señalar que los campamentos presentan distintos tipos de
capital social a partir de lazos con diferentes redes sociales y las características de
su liderazgo. Pues bien, contemplando el capital social a nivel colectivo
(comunitario) podemos señalar que Quebrada de Macul presenta un capital social
ampliado, en tanto que la capacidad de movilización de los recursos es hacia fuera
de la comunidad y hay un predominio de redes sociales externas, es decir
horizontales de puente y verticales. Por su parte, El Guerrillero presenta un capital
social en desarrollo, puesto que, por un lado, la capacidad de movilización es
hacia fuera del grupo (hay un liderazgo para el grupo y hacia fuera) y por otro lado
hay un predominio de redes sociales internas, es decir que las relaciones

105
horizontales de puente y verticales son reducidas en relación a lo que se observa
en el otro campamento.
Por otro lado, es importante destacar el gran contraste que hay entre ambos
campamentos en relación al capital social comunitario de unión que poseen. El
Guerrillero hace uso de este activo de manera considerablemente menor que
Quebrada de Macul, en tanto que el primero no se encuentra estructurado a partir
de una institución organizadora y se constituye desde las relaciones entre grupos
familiares que se conforman espacialmente (en los pasajes) y que confluyen y
participan en conjunto en determinadas ocasiones (comité de vivienda, la colecta).

2. La dimensión simbólica de la segregación residencial

En este apartado se pretenderá analizar cómo es la construcción social


que han hecho los pobladores de los campamentos sobre el espacio que habitan y
su entorno, y por otro lado cuál es la percepción que tienen sobre la visión de “los
otros” (agentes externos al campamento) acerca de su lugar de residencia.
Al comparar los campamentos nos encontramos con dos escenarios muy
distintos. Por un lado tenemos Quebrada de Macul, un campamento que se
encuentra en un sector objetivamente poco segregado44 pero que presenta una
construcción social de un nosotros muy marginado. La percepción que tienen los
pobladores del entorno en el cual se encuentra el asentamiento irregular es
bastante negativa; se le atañen un conjunto de características –inseguridad,
drogadicción, delincuencia, violencia, falta de lugares de esparcimiento- que les
provoca un desagrado por el lugar. Así también se sienten discriminados por los
vecinos del sector; con quienes viven en los condominios, a cinco cuadras, no
tienen absolutamente ninguna relación; las posibilidades de encuentro en el
espacio público son reducidas, además de estar separados por la Av.
Departamental, una reja los divide e impide el paso hacia los barrios cerrados. Por
otro lado, sienten una discriminación por parte de quienes viven en la villa donde
se ubica Quebrada de Macul. Los pobladores señalan que el campamento es

44
Tomando como parámetro el distrito censal. Ver más en el Marco metodológico.

106
encasillado como un lugar peligroso e indeseable, sin hacer distinciones entre
individualidades.
Estas características que adjudican al lugar, además de la estigmatización
(generada por los vecinos del entorno cercano; la villa), llevan a un
distanciamiento y diferenciación entre los vecinos del campamento a partir del
discurso; se expresa una inseguridad y desconfianza hacia el resto de los
individuos, pero sin embargo, los mecanismos de cooperación y reciprocidad
funcionan, y se confía en que la comunidad los reproduzca. Como se mencionó
más arriba, y siguiendo a Wacquant (2001), esto lo podríamos entender como una
forma de desmarcarse desvalorizando al barrio y a los vecinos.
El Guerrillero por su parte, objetivamente segregado, se presenta desde sus
habitantes como un lugar de tránsito inserto en una entidad mayor que es La
Pincoya. Se tiene conciencia de las características negativas de la población,
como la drogadicción y la delincuencia. Sin embargo, existe un sentido de
pertenencia con el lugar45, una historia y lazos familiares -“raíces”- que les
permiten dar una valoración positiva a su entorno. Esto es lo que podríamos llamar
lugar antropológico (Augé, 2004), puesto que presenta las tres características que
el autor les atribuye; es identificatorio, la mayoría de quienes habitan actualmente
en el campamento nació en La Pincoya; es relacional pues se genera un sentido
compartido; e histórico porque las relaciones que se inscriben en el lugar se
inscriben también en el tiempo.
Es este escenario el que posiblemente no les permite a los pobladores
tener conciencia de su condición objetiva de segregación; o, de otro modo, aún
asumiendo el carácter de marginación en que se desenvuelven, la historicidad del
barrio y sus relaciones es el sostén comunitario que los integra a la sociedad. De
esta manera, a Quebrada de Macul se le dificulta esta integración e identificación
con el espacio urbano que ocupan, percibiendo una discriminación desde su
entorno cercano socialmente heterogéneo que abarca desde vivienda sociales
hasta condominios cerrados.

45
Sentido de pertenencia entendido como un componente subjetivo compuesto por percepciones,
valoraciones y disposiciones de quienes integran la sociedad, que se puede dar a escala micro
(CEPAL, 2007b).

107
Sin embargo, en ambos campamentos sí se aprecia discursivamente una
discriminación desde la sociedad hacia este espacio residencial históricamente
híper degradado. Más allá de dónde se sitúe, es el hecho de vivir en un
campamento lo que trae aparejado un estigma; estigma que se relaciona a
problemas sociales como la drogadicción y la delincuencia, y también
directamente a la suciedad –aspecto considerablemente significativo pues aparece
en cada una de las entrevistas-, del cual se pretenden desligar constantemente.
Esto produce una sensación de discriminación que los lleva en innumerables
ocasiones a mentir sobre el lugar en el que habitan.
De tal manera, vemos que al contrario de lo que plantean Sabatini, Cáceres
y Cerda (2001) la percepción subjetiva de la segregación no es un fiel reflejo de la
segregación objetiva. En el primer caso expuesto nos encontramos con un
escenario más bien heterogéneo, en términos socioeconómicos, lo que podría
traer como consecuencia una integración funcional e incluso simbólica (Sabatini,
Salcedo, 2007) entre los distintos actores que ocupan un espacio común, sin
embargo, nos encontramos con un asilamiento social que no se condice con el
aislamiento espacial (Saraví, 2008). Así, el campamento Quebrada de Macul se
presenta como un espacio altamente estigmatizado y discriminado sobre todo por
su entorno próximo.
Por otro lado, El Guerrillero es un campamento muy segregado. Sin
embargo, la percepción subjetiva de esta condición no se ve expresada en sus
discursos de manera negativa, tal vez por el sentido de pertenencia que se tiene
con el lugar. De tal manera, se privilegia los lazos familiares, históricos e
identitarios por sobre el acceso a servicios y oportunidades.

108
La dimensión simbólica de la segregación residencial

Quebrada de Macul El Guerrillero


objetivamente poco segregado objetivamente segregado
- Construcción social de un nosotros - Lugar de tránsito inserto en una
muy marginado entidad mayor --> La Pincoya
- Sentimiento de discriminación por - Sentido de pertenencia con el lugar
parte de los vecinos del sector (historia y raíces)
- Distanciamiento y diferenciación entre Æ valoración positiva de su
los vecinos del campamento a partir del entorno
discurso (forma de desmarcarse Æ lugar antropológico
desvalorizando al barrio y a los vecinos)
Discriminación desde la sociedad hacia el campamento, como espacio residencial
históricamente híper degradado
Î estigma asociado a la drogadicción, delincuencia y suciedad

109
IX. CONCLUSIONES

En las páginas precedentes se ha intentado establecer la relación existente


entre el contexto socioespacial de una comunidad y las prácticas sociales que en
éstas se desarrollan, particularmente las que se derivan de las actitudes de
confianza y los comportamientos de cooperación y reciprocidad.
A partir de lo expuesto, podemos señalar que los campamentos que se
encuentran en escenarios distintos -en relación a la segregación espacial-
presentan diferencias en cuanto a capital social. Para el caso estudiado, y
considerando la dimensión espacial de la segregación, podríamos decir que sí hay
una relación entre segregación objetiva y desarrollo del capital social. El
campamento que se encuentra en un entorno más heterogéneo presenta un
capital social ampliado, en tanto que posee un liderazgo hacia fuera del grupo y un
predominio de redes sociales externas, frente al campamento que se encuentra
altamente segregado y que presenta un capital social en desarrollo, pues tiene
también un liderazgo hacia fuera del grupo, pero con preponderancia de redes
sociales internas (Atria, 2003).
Estos planteamientos estarían confirmando la hipótesis de que el espacio y
el entorno influirían en cómo se manifiesta este activo. Sin embargo, no es posible
atribuir directamente esta situación al área de la ciudad donde se ubican los
campamentos. El capital social ampliado que presenta Quebrada de Macul se
diferencia principalmente del que contiene El Guerrillero a partir de los lazos que
posee este lugar con otros organismos y que tienen carácter horizontal de puente
y vertical (redes sociales externas). Lo que hay que destacar en este punto, es
que estas relaciones no se han establecido desde el entorno heterogéneo en el
que se sitúa el campamento, sino que han sido derivadas directamente de la
relación que se mantiene con UTPCH.
En este sentido, podemos discutir con quienes plantean que un barrio más
heterogéneo socialmente va a promover la interacción o encuentro entre
miembros de distintos grupos sociales, lo que otorgaría la posibilidad de
establecer vínculos que provean de oportunidades y modelos de rol (Katzman,

110
2006), e incluso una integración funcional (Sabatini, Salcedo, 2007). Sin embargo,
en este escenario el encuentro con el otro no ocurre, sino que, por el contrario, el
entorno ha construido un otro del que hay que distanciarse socio-espacialmente.
De esta manera, cuando observamos qué ocurre con la dimensión subjetiva
de la segregación, estamos en presencia de una discordancia en tanto que las dos
dimensiones (objetiva y subjetiva) no se condicen; la una no es el reflejo de la otra,
pudiendo confirmar lo que ya ha planteado Saraví (2008). Así, el campamento
poco segregado espacialmente, y que posee un capital social ampliado, genera
discursos y percepciones asociadas a sentimientos de marginación y
estigmatización. Mientras que, por el contrario, el campamento más segregado en
términos objetivos no se auto-concibe como segregado sino que integrado a su
entorno, sobre todo por el sostén histórico e identitario del barrio que lo alberga.
Considerando las diferencias establecidas entre los dos campamentos, nos
surgen algunas interrogantes a partir de lo que ocurre particularmente en
Quebrada de Macul: ¿Qué es lo que sucede, entonces, con los planteamientos
que señalan que la segregación simbólica promovería conductas anómicas,
disminuyendo el sentimiento de comunidad y promoviendo el aislamiento? ¿Esto
posibilitaría que, en dichos escenarios, se generaran percepciones de inseguridad
frente al otro que dificultan la generación de instituciones y redes locales que
sirven de soporte para el desarrollo del capital social? ¿Cómo explicar que, aún
habiendo discursos sobre desconfianza e inseguridad, dentro de la comunidad
perviven prácticas de cooperación y organización?
Al respecto, en tanto primer punto, establecemos que el campamento se
presenta como un espacio particular de la ciudad, siendo estrategia y trayecto
hacia la vivienda definitiva. De ahí, deviene la necesidad de fundar colectivamente
prácticas cooperativas en pos de tal fin, las cuales, en definitiva, permiten abstraer
a los pobladores de los contextos internos que pudieran ir en detrimento de la
organización comunitaria. No obstante, y como segundo punto, debemos también
destacar la presencia de agentes externos (p.e.: UTPCH) que intervienen en la
dinámica organizacional, pues fomentan y auspician la participación comunitaria al
tiempo que proveen de vínculos con otras entidades.

111
Por tal razón, el sentido de comunidad aparentemente ausente en estos
contextos de segregación subjetiva -tal como ha sido discutido por algunos
autores (Wacquant, 2001; Arriagada y Rodríguez, 2004; Sabatini, Cáceres y
Cerda, 2001)- no implica necesariamente la carencia de instancias colaborativas al
interior del grupo; más aún, si consideramos la excepcionalidad biográfica que
remite el habitar un campamento que, se espera, es la instancia previa a la
consecución de la vivienda definitiva.
Habiendo dilucidado esta primera interrogante hay aspectos que se
mantienen pendientes. Con el fin de intentar esclarecer la manera de poder
entender las diferencias en cuanto a las formas de capital social que predominan
en ambos campamentos, nos preguntamos lo siguiente: ¿Cuáles serían los
factores que podrían estar influyendo en el desarrollo de este activo?, ¿Por qué El
Guerrillero presenta un capital social comunitario de unión considerablemente más
débil que Quebrada de Macul?, ¿Por qué mantiene una menor cantidad de
relaciones con redes externas?
Sabemos que, por un lado, ambos campamentos han sido intervenidos por
UTPCH, por lo que cuentan con el respaldo de esta institución en tanto fuente y
proveedor de vínculos externos, así como promotor de la organización interna. Por
otro lado, ambos se encuentran en el proceso de construcción del nuevo barrio,
por lo tanto, la principal motivación para la movilización se encuentra presente por
igual en los dos campamentos.
De esta manera, se vislumbran tres vías de explicación de esta situación.
Primero, planteamos la posibilidad de que la relación que tiene la municipalidad de
Huechuraba con el campamento podría estar mediando en el desarrollo de un
capital social ampliado, en tanto que estaría interfiriendo en la concreción y
establecimiento de lazos tanto horizontales como verticales con otras instituciones
y entidades externas. Por lo tanto esta relación se presenta con un carácter
clientelar de dependencia desde la comunidad hacia el municipio. Por su parte, la
relación que se establece con UTPCH (particularmente en Quebrada de Macul)
también podría ser catalogada de clientelar, representando una reciprocidad
asimétrica, y caracterizada por cierta dependencia, sin embargo, esta institución

112
permite ampliar la red de relaciones con las que se comunica el campamento,
actuando como mediador y puente entre distintas instituciones.
Por otro lado, se sostiene que la participación pasiva de la población y las
características del líder -las líderes en este caso- de los distintos campamentos,
podrían ser factores preponderantes a la hora de la organización de la comunidad
y de establecer relaciones de reciprocidad y cooperación con otras entidades
externas. La participación pasiva presente en ambos lados se expresa de manera
patente en la responsabilidad que se le otorga a las dirigentas. Esto posibilita que
la organización y las relaciones que establezca la comunidad estén mediadas, en
último término, por las capacidades individuales de los líderes y dirigentes de la
comunidad.
En tercer lugar, la estructura espacial del campamento podría influir en la
manera en que la comunidad se constituye en virtud de las mayores posibilidades
de encuentro e interacción de los miembros de la comunidad. Particularmente, el
caso de El Guerrillero, al contrario de Quebrada de Macul, nos muestra un espacio
compuesto por grupos de familias que se constituyen en un lugar particular –el
pasaje-, y que interactúan entre sí en determinadas ocasiones. La conformación
espacial disgregada y fragmentada, en ese sentido, podría explicar el hecho de
que no exista una institución formal que lo organice dadas las escasas
posibilidades físicas de encuentro en el lugar.
Pues bien, concluimos que las diferencias, en cuanto a capital social de dos
comunidades distintas, pueden ser el reflejo de la conjugación de múltiples
variables. Vemos, por un lado, que la segregación residencial, en este caso, no ha
contribuido a socavar el desarrollo del capital social. Más bien, estas disimilitudes
podrían relacionarse a factores como el carácter del liderazgo, la intervención de
instituciones como UTPCH o la municipalidad, y la estructura que poseen los
campamentos, más que a las características del entorno y las consecuencias que
estas concitan (por ejemplo, sentimientos de marginalidad, o interacción e
integración con miembros de otros grupos sociales).
Respecto a lo anterior, se vuelve paradójico que en sectores considerados
por algunos autores (Sabatini y Salcedo, 2007; Sabatini, Cáceres y Cerda, 2001;

113
Sabatini y Brain, 2006; Katzman, 1999, 2001, 2006) como favorables para el
desarrollo de la integración social urbana sean aquellas áreas donde,
discursivamente, se percibe mayor estigmatización. Con ello, rescatamos dos
puntos tendientes a presentar consideraciones investigativas y de política pública
que podemos extraer de nuestro estudio.
A partir de los discursos expuestos, y como un campo de futuras
investigaciones, parece interesante analizar la relación entre la discriminación
desde grupos sociales que se encuentran cercanos en la escala socioeconómica.
Esto, tomando en cuenta lo observado particularmente en Quebrada de Macul
donde las mayores discriminaciones eran percibidas desde los habitantes
populares que colindaban el campamento más que de los condominios cerrados.
Respecto a eso, nos atrevemos a plantear una hipótesis para explicar estas
prácticas. Podríamos entenderlas desde el origen que, algunas décadas atrás,
formaron ese sector de La Florida con tomas de terrenos históricas como Nueva
La Habana y Los Copihues. A ello se le suma el origen externo de las familias que
conforman Quebrada de Macul. Así, consideramos que el distanciamiento de la
vivienda popular formalizada, respecto al campamento, se debe al establecimiento
de micro-diferencias sociales que buscan obviar una historia pasada cargada por
los estigmas que conlleva habitar en un asentamiento precario e irregular. De
modo que el campamento que se instala en el lugar como una entidad foránea
genera el distanciamiento, cuestión que, por el contrario, no se observa en El
Guerrillero, por la sencilla razón de que existe un origen e identidad y memoria,
compartida entre la población y las viviendas irregulares.
A partir de esto, desde los modelos de rol planteados por Katzman (1999),
en donde en un barrio heterogéneo se puede acceder a ejemplos positivos a
seguir, podemos entender que el campamento se observa como un reducto
negativo que es observado desde la estigmatización, lo que generaliza prácticas
(delincuencia, tráfico, etc.) hacia todo el conjunto de personas que allí reside.
Ahora bien, estas valoraciones se mantienen aún cuando los habitantes de los
campamentos formalizan la vivienda, tal como ha ocurrido con las “casas chubi”

114
provenientes de la ex Toma de Peñalolén, sobre los cuales han surgido discursos
discriminatorios desde diversos barrios de la comuna (Pérez y Roca, 2009).
Por otro lado, y ya entrando en el ámbito de las políticas públicas, se
plantea la necesidad de constituir sectores socialmente heterogéneos, puesto que,
las posibilidades de acceso a beneficios y oportunidades que el entramado urbano
otorga, en sectores con una diversidad socioeconómica patente, es mayor. Esta
idea es planteada ya por Lefebvre (1978) en relación al derecho a la ciudad, así
como posteriormente Rosenbaum (1995) y Sabatini y Brain (2008) nos hablan de
la geografía de oportunidades que el entramado urbano debe proveer. Por lo
tanto, se hace un llamado a reevaluar las políticas de radicación y erradicación
que se han llevado a cabo en sectores socialmente homogéneos. Sin embargo,
desde la segregación urbana, que ha sido estudiada tradicionalmente desde una
lógica netamente espacial –la segregación objetiva-, no se puede dar cuenta de un
aspecto que se considera relevante en cuanto a la convivencia entre diferentes
grupos sociales en un espacio; el encuentro entre los distintos actores. Pero más
allá del encuentro casual en el espacio público, la atención debe situarse en la
calidad de las relaciones sociales (Saraví, 2008). De esta manera, la preocupación
por el problema de la segregación urbana a la hora de establecer un conjunto
habitacional debe estar puesta tanto en las variables espaciales que conforman el
territorio como en la dimensión simbólica y subjetiva que contienen el lugar, más
aún, si los habitantes provienen de “campamentos”, puesto que como se señaló, el
estigma permanece.

115
X. BIBLIOGRAFÍA

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Theoretical synthesis and policy framework. Theory of Society 27.

121
XI. ANEXO

1. Mapas
e. Grupos socioeconómicos que predominan por manzanas

Mapa 1
Fuente: Proyecto PBCT Anillos de Investigación en Ciencias Sociales "Barrios en crisis y barrios
exitosos producidos por la política de vivienda social", Instituto de Estudios Urbanos y
Territoriales, Universidad Católica

122
f. Quebrada de Macul; campamento en área heterogénea

Mapa 2: Quebrada de Macul


Fuente: Proyecto PBCT Anillos de Investigación en Ciencias Sociales "Barrios en crisis y barrios
exitosos producidos por la política de vivienda social", Instituto de Estudios Urbanos y
Territoriales, Universidad Católica

123
g. El Guerrillero; campamento en área homogénea

Mapa 3: El Guerrillero
Fuente: Proyecto PBCT Anillos de Investigación en Ciencias Sociales "Barrios en crisis y barrios
exitosos producidos por la política de vivienda social", Instituto de Estudios Urbanos y
Territoriales, Universidad Católica

124
d. Quebrada de Macul; contexto socio-espacial

Mapa 4: contexto socio-espacial de Quebrada de Macul


Fuente: Google Earth

125
h. Quebrada de Macul; polígono

Mapa 5: polígono de Quebrada de Macul


Fuente: Google Earth

126
i. El Guerrillero; contexto socio-espacial

Mapa 6: contexto socio-espacial de El Guerrillero


Fuente: Google Earth

127
j. El Guerrillero; polígono

Mapa 7: polígono de Quebrada de Macul


Fuente: Google Earth

128
2. Informantes

a. Quebrada de Macul

i. Dirigentes

N° Nombre Sexo Edad Años en el Fecha


campamento
1 Don Carmelo M 40 6 26/06/2009
2 Jani F 27 4 20/04/2010

ii. Pobladores

N° Nombre Sexo Edad Años en el Fecha


campamento
1 Cristina F 23 4 26/06/2009
2 Juan M 29 5 03/07/2009
3 Nancy F 40 5 20/04/2010
4 Caroline F 23 5 27/04/2010
5 Nelson M 35 3 27/04/2010
6 Miguel M 27 4 27/04/2010

b. El Guerrillero

i. Dirigente

N° Nombre Sexo Edad Años en el Fecha


campamento
1 Sra. Rosa F 51 5 5/05/2010

ii. Pobladores

N° Nombre Sexo Edad Años en el Fecha


campamento
1 José M 33 4 29/04/2010
2 Janina F 24 6 29/04/2010
3 Jana F 28 6 29/04/2010
4 Rosario F 41 1 5/05/2010
5 Carlos M 38 6 5/05/2010
6 Cristian M 31 6 8/05/2010
7 Magdalena F 27 6 8/05/2010

129
3. Pautas de entrevistas

a. Pauta de entrevista dirigentes

Ítem 1. Contextualización:

- ¿Cuál es su nombre?
- ¿Qué edad tiene?
- ¿Cuál es su nivel educacional?
- ¿Cuál es su ocupación?
- ¿Dónde realiza sus actividades?
- ¿Hace cuánto tiempo vive en el campamento?
- ¿Cuáles son las razones por las qué vive en el campamento?
- ¿Dónde y en qué comuna vivía antes?
- ¿Con cuántas personas habita en la vivienda?
- ¿Quiénes son?
- ¿Tiene familiares viviendo dentro del campamento?
- ¿Cuál es su papel en el campamento?
- ¿Hace cuánto tiempo lo ejerce?
- ¿Cuál fue su motivación para ejercerlo?

Ítem 2. Contextualización del campamento:

- ¿Desde cuándo existe este campamento?


- ¿Cuántas familias viven en el campamento?
- ¿A qué se dedica en general la población del campamento?
- Descripción de la estructura social del campamento, a partir de familias y
organizaciones:
o ¿Hay grupos familiares / redes familiares dentro del campamento?
o ¿Cuántas organizaciones/asociaciones existen en el campamento?
(política, religiosa, redes de apoyo)
o ¿Cuál es el ente u organización más visible? (org. o persona)
o ¿Cómo se trata a quienes han llegado después o son allegados?
o Instituciones informales: ¿Existen redes de apoyo (laborales, de
ingresos, educacionales, de salud, de violencia, etc.)?
o ¿Tienen participación en organizaciones fuera del campamento?
o ¿Qué instituciones tienen relación con el campamento? (p. e.
UTPCH)
o ¿Cuáles son las características de las organizaciones y grupos
dentro y fuera del campamento?

ƒ ¿cuál es su función?
ƒ ¿cuándo se formaron?
ƒ ¿con qué regularidad se juntan?
ƒ ¿quiénes son sus líderes?

130
o ¿Cómo evalúa la trayectoria de estas organizaciones? (conflictos,
demandas (si es que las hubo), sus logros)

Ítem 2. Precursores del Capital Social:

- ¿Cómo es la relación con sus vecinos?


- ¿Piensa que sus vecinos son personas de fiar, le encargaría que cuidaran a
sus hijos?
- ¿Confía en el apoyo de sus familiares y/o vecinos en momentos de
necesidad y por qué?
- ¿Se siente seguro dentro del campamento?
- ¿Confía en los líderes de las organizaciones/instituciones con las que tiene
relación el campamento?
- ¿Confía en el funcionamiento adecuado de las organizaciones
comunitarias?
- ¿Confía en el funcionamiento adecuado de las organizaciones comunales
(externas)?
- ¿Piensa que recibiría apoyo en caso necesario por parte de la comunidad?
(p. e. enfermedad, funerales, etc.)
- ¿Recibiría apoyo en caso necesario por parte de instituciones foráneas al
campamento (municipalidad, ONG, fundaciones, Estado)?
- ¿Normalmente acostumbra a pedir o hacer favores a sus familiares y/o
vecinos?, ¿Por qué sí, por qué no?
- ¿Se realizan actividades en común dentro del campamento que vayan a
favor de la comunidad en su conjunto? (p.e. bingos, rifas, etc.)
- ¿Existen situaciones particulares (eventualidades: defunciones,
enfermedades graves) en las que se observa un mayor apoyo y
organización por parte de la comunidad?
- ¿Realiza intercambio de bienes (dinero, herramientas, etc.) o de servicios
(p. e.: cuidado compartido de niños) con miembros de la comunidad?

Ítem 3. Asociatividad y participación:

- Reconstrucción de los tipos de lazos sociales individuales:


o ¿tiene amigos en el campamento?
o ¿tiene familiares dentro del campamento?
o ¿participa en las actividades realizadas por estos?
o ¿tiene lazos laborales dentro del campamento?

- Reconstrucción de los tipos de lazos sociales grupales:


o ¿pertenece a algún grupo o asociación ya sea familiar o de amistad?
o ¿tiene algún tipo de sociedad o compromiso comercial con miembros
de su familia o amigos?

- Reconstrucción de los tipos de lazos sociales comunitarios:

131
o ¿participa en actividades de cooperación y apoyo para vecinos del
campamento?
o ¿es parte de las instancias de cooperación con propósitos comunes
dentro del campamento?
o ¿cómo calificaría el nivel de compromiso de los miembros de la
comunidad por los propósitos comunes?

- Reconstrucción de los tipos de lazos sociales externos:


o ¿participa en las organizaciones de la comuna?
o ¿tiene relación con instituciones u organizaciones municipales, ONG,
instituciones estatales, fundaciones?
o ¿participa en actividades o en conjunto con alguna ONG o
fundación?
o ¿cómo es su participación en estas organizaciones (papel que
desempeña, frecuencia de la asistencia a reuniones)?
o ¿dónde trabaja? (en qué comuna), ¿cuánto se demora en llegar?
o ¿cómo consiguió el trabajo?
o ¿cómo es su relación con el empleador?

Ítem 4. Segregación subjetiva

- Autopercepción del campamento


o Relación con el entorno barrial:

ƒ ¿Existe algún tipo de relación con los vecinos externos al


campamento?
ƒ ¿Cómo es esta relación?
ƒ ¿Qué cosas le desagradan de su barrio?
ƒ ¿Qué cosas le agradan de su barrio?

o Relación con la ciudad:

ƒ ¿Cuáles son las diferencias más importantes entre la ciudad y


el campamento?
ƒ ¿Dónde se siente más cómodo?
ƒ ¿Cómo se siente cuando le preguntan dónde vive?
ƒ ¿Cómo es la reacción de la gente cuando menciona dónde
vive?
ƒ ¿En general cuales son las comunas que visita con mayor
frecuencia?
ƒ ¿Si tuviera la posibilidad de irse a otro sector o parte de la
ciudad lo haría y dónde?

132
b. Pauta de entrevista a pobladores

Ítem 1. Contextualización:

- ¿Cuál es su nombre?
- ¿Qué edad tiene?
- ¿Cuál es su nivel educacional?
- ¿Cuál es su ocupación?
- ¿Dónde realiza sus actividades?
- ¿Hace cuánto tiempo vive en el campamento?
- ¿Cuáles son las razones por las qué vive en el campamento?
- ¿Dónde y en qué comuna vivía antes?
- ¿Con cuántas personas habita en la vivienda?
- ¿Quiénes son?
- ¿Tiene familiares viviendo dentro del campamento?

Ítem 2. Contextualización del campamento:

- ¿Desde cuándo existe este campamento?


- ¿Cuántas familias viven en el campamento?
- ¿A qué se dedica en general la población del campamento?
- Descripción de la estructura social del campamento, a partir de familias y
organizaciones:
o ¿Hay grupos familiares / redes familiares dentro del campamento?
o ¿Cuántas organizaciones/asociaciones existen en el campamento?
(pólitica, religiosa, redes de apoyo)
o ¿Cuál es el ente u organización más visible? (org. o persona)
o ¿Cómo se trata a quienes han llegado después o son allegados?
o Instituciones informales: ¿Existen redes de apoyo (laborales, de
ingresos, educacionales, de salud, de violencia, etc.)?
o ¿Tienen participación en organizaciones fuera del campamento?
o ¿Qué instituciones tienen relación con el campamento? (p. e.
UTPCH)
o ¿Cuáles son las características de las organizaciones y grupos
dentro y fuera del campamento?

ƒ ¿cuál es su función?
ƒ ¿cuándo se formaron?
ƒ ¿con qué regularidad se juntan?
ƒ ¿quiénes son sus líderes?

o ¿Cómo evalúa la trayectoria de estas organizaciones? (conflictos,


demandas (si es que las hubo), sus logros)

133
Ítem 2. Precursores del Capital Social:

- ¿Cómo es la relación con sus vecinos?


- ¿Piensa que sus vecinos son personas de fiar, le encargaría que cuidaran a
sus hijos?
- ¿Confía en el apoyo de sus familiares y/o vecinos en momentos de
necesidad y por qué?
- ¿Se siente seguro dentro del campamento?
- ¿Confía en los líderes de las organizaciones/instituciones con las que tiene
relación el campamento?
- ¿Confía en el funcionamiento adecuado de las organizaciones
comunitarias?
- ¿Confía en el funcionamiento adecuado de las organizaciones comunales
(externas)?
- ¿Piensa que recibiría apoyo en caso necesario por parte de la comunidad?
(p. e. enfermedad, funerales, etc.)
- ¿Recibiría apoyo en caso necesario por parte de instituciones foráneas al
campamento (municipalidad, ONG, fundaciones, Estado)?
- ¿Normalmente acostumbra a pedir o hacer favores a sus familiares y/o
vecinos?, ¿Por qué sí, por qué no?
- ¿Se realizan actividades en común dentro del campamento que vayan a
favor de la comunidad en su conjunto? (p.e. bingos, rifas, etc.)
- ¿Existen situaciones particulares (eventualidades: defunciones,
enfermedades graves) en las que se observa un mayor apoyo y
organización por parte de la comunidad?
- ¿Realiza intercambio de bienes (dinero, herramientas, etc.) o de servicios
(p. e.: cuidado compartido de niños) con miembros de la comunidad?

Ítem 3. Asociatividad y participación:

- Reconstrucción de los tipos de lazos sociales individuales:


o ¿tiene amigos en el campamento?
o ¿tiene familiares dentro del campamento?
o ¿participa en las actividades realizadas por estos?
o ¿tiene lazos laborales dentro del campamento?

- Reconstrucción de los tipos de lazos sociales grupales:


o ¿pertenece a algún grupo o asociación ya sea familiar o de amistad?
o ¿tiene algún tipo de sociedad o compromiso comercial con miembros
de su familia o amigos?

- Reconstrucción de los tipos de lazos sociales comunitarios:


o ¿participa dentro de organizaciones del campamento? (política,
religiosa, de apoyo)
o ¿participa en actividades de cooperación y apoyo para vecinos del
campamento?

134
o ¿es parte de las instancias de cooperación con propósitos comunes
dentro del campamento?
o ¿cómo calificaría el nivel de compromiso de los miembros de la
comunidad por los propósitos comunes?

- Reconstrucción de los tipos de lazos sociales externos:


o ¿participa en las organizaciones comunales?
o ¿tiene relación con instituciones u organizaciones municipales, ONG,
instituciones estatales, fundaciones?
o ¿participa en actividades o en conjunto con alguna ONG o
fundación?
o ¿cómo es su participación en estas organizaciones (papel que
desempeña, frecuencia de la asistencia a reuniones)?
o ¿dónde trabaja? (en qué comuna), ¿cuánto se demora en llegar?
o ¿cómo consiguió el trabajo?
o ¿cómo es su relación con el empleador?

Ítem 4. Segregación subjetiva

- Autopercepción del campamento


o Relación con el entorno barrial:

ƒ ¿Existe algún tipo de relación con los vecinos externos al


campamento?
ƒ ¿Cómo es esta relación?
ƒ ¿Qué cosas le desagradan de su barrio?
ƒ ¿Qué cosas le agradan de su barrio?

o Relación con la ciudad:

ƒ ¿Cuáles son las diferencias más importantes entre la ciudad y


el campamento?
ƒ ¿Dónde se siente más cómodo?
ƒ ¿Cómo se siente cuando le preguntan dónde vive?
ƒ ¿Cómo es la reacción de la gente cuando menciona dónde
vive?
ƒ ¿En general cuales son las comunas que visita con mayor
frecuencia?
ƒ ¿Si tuviera la posibilidad de irse a otro sector o parte de la
ciudad lo haría y dónde?

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4. Micro modelo

Dimensiones Sub- Categorías Variables Indicadores


dimensiones
Segregación Segregación Alta segregación Homogeneidad Cantidad de personas de cierto grupo social por distrito censal.
residencial Objetiva

Baja segregación Heterogeneidad Cantidad de personas de cierto grupo social por distrito censal
Segregación Autopercepción del Relación con el ¿Existe algún tipo de relación con los vecinos externos al campamento?
Subjetiva campamento entorno barrial ¿Cómo es esta relación?
¿Qué cosas le agradan de su barrio?
¿Qué cosas le desagradan de su barrio?
Relación con la ¿Cuáles son las diferencias más importantes entre la ciudad y el campamento?
ciudad ¿Dónde se siente más cómodo?
¿Cómo se siente cuando le preguntan dónde vive?
¿Cómo es la reacción de la gente cuando menciona dónde vive?
¿En general cuales son las comunas que visita con mayor frecuencia?
¿Si tuviera la posibilidad de irse a otro sector o parte de la ciudad lo haría y dónde?
Capital Social Precursores Confianza ¿Dejaría a sus hijos al cuidado de alguno de sus vecinos?
¿Entregaría llaves de su casa a los vecinos?
¿Ha sentido apoyo de sus familiares y/o vecinos en momentos de necesidad?
¿Se siente seguro dentro del campamento?
¿Confía en los dirigentes vecinales?
¿Confía en los líderes de las organizaciones/instituciones de las que tiene conocimiento
o en las que participa?
¿Confía en el funcionamiento adecuado de las organizaciones comunitarias?
¿Confía en el funcionamiento adecuado de las organizaciones comunales?
Cooperación ¿Piensa que recibiría apoyo en caso necesario por parte de la comunidad?
¿Recibiría apoyo en caso necesario por parte de instituciones foráneas al campamento
(municipalidad, ONG, fundaciones, Estado)?
¿Dentro del campamento hay redes de apoyo para quienes tienen problemas laborales,
de ingresos, educacionales, de salud, de violencia?
¿Se recibe ayuda en cuanto a los temas presentados recién de parte de alguna entidad
externa al campamento?
¿Se realizan actividades en común dentro del campamento que vayan a favor de la
comunidad en su conjunto?
Reciprocidad ¿Existen situaciones particulares (eventualidades: defunciones, enfermedades graves)
en las que se observa un mayor apoyo y organización por parte de la comunidad?
¿Realiza intercambio de bienes (dinero, herramientas, etc.) o de servicios (p.e.: cuidado
compartido de niños) con miembros de la comunidad?
¿Normalmente acostumbra a hacer o pedir favores a sus familiares o vecinos?

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Asociatividad Organizaciones/I ¿Podría identificar y enumerar las organizaciones y/o asociaciones que existen en el
nstituciones campamento?
¿Puede describir y caracterizar las organizaciones y grupos dentro del campamento
(cuál es su función, cuándo se formaron, cuántos miembros tienen, con qué regularidad
se juntan, quiénes son sus líderes)?
¿Puede describir y caracterizar las organizaciones y grupos con los que tiene relación
el campamento como comunidad (cuál es su función, cuándo se formaron, cuántos
miembros tienen, con qué regularidad se juntan, quiénes son sus líderes)?
¿Podría identificar con qué organizaciones tiene mayor cercanía?
¿A qué organizaciones le tiene más confianza?
¿Podría identificar redes familiares (grupos familiares) dentro del campamento?
Lazos ¿Tiene amigos en el campamento?
individuales ¿Tiene familiares dentro del campamento?
¿Tiene lazos laborales dentro del campamento?
Lazos grupales ¿Pertenece a algún grupo o asociación ya sea familiar o de amistad?
¿Tiene algún tipo de sociedad o compromiso comercial con miembros de su familia o
amigos?
Lazos ¿Podría identificar y enumerar las organizaciones y/o asociaciones que existen en el
comunitarios campamento?
¿Participa dentro de organizaciones del campamento?
¿Es parte de las instancias de cooperación con propósitos comunes dentro del
campamento?
Lazos externos ¿Participa en las organizaciones comunales?
¿Tiene relación con instituciones u organizaciones municipales, ONG, instituciones
estatales, fundaciones?
¿Dónde desarrolla sus actividades laborales?
¿Cómo consiguió el trabajo?
Participación Familiar/vecinal ¿Participa en actividades de recreación realizadas por sus familiares, amigos o
vecinos?
¿Participa de actividades de cooperación que se realicen dentro del campamento por
parte de la comunidad?
En ¿Es miembro de alguna organización del campamento (política, religiosa, de apoyo)?
organizaciones Si no lo es, ¿participa de algunas de sus actividades?
locales
En ¿Es miembro de alguna organización comunal?
organizaciones Si no lo es, ¿participa de algunas de sus actividades?
externas ¿Participa en actividades o en conjunto con alguna ONG o fundación?
¿Cuál es su papel dentro de estas organizaciones?
Compromiso ¿Cómo es su participación en estas organizaciones (frecuencia de la asistencia a
reuniones)?
¿Cómo calificaría el nivel de compromiso de los miembros de la comunidad por los
propósitos comunes?

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