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INTEGRACION AYLLU
1.-Introduccion.
2.-Ubicación.
7.-Waka Pintada.
11.-Acllawasi.
16.- Bibliografía
INTRODUCCION
Las consultas también habrían sido de tipo astronómico, se sabe que los
Hamautas utilizaron este conocimiento para organizar las siembras, predecir
sequias o lluvias, la presencia de observatorios solares y de constelaciones en los
tiempos de los Inkas en Pachacamak lo avalarían, no es entonces Pachacamak
una Waka donde había un “oráculo” que subjetivaba y “engañaba”, esa es sólo
una versión, seguir investigando es la tarea para comprender cuál era la función
de los Hamautas Ychma y la relación con los maderos tallados, serian acaso
representaciones de civilizadores o antepasados venerados? el aporte decisivo de
una persona en un entorno comunitario favorecería a toda la sociedad y esta se
convertiría en benefactora, muy respetada y querida por los Ayllus,
representadas posiblemente en estas tallas y sus enseñanzas y conocimientos
compartidos, perennizadas en forma simbólica en los maderos, esta versión es
más objetiva y real que la que dejaron los cronistas invasores dogmatizados.
La Waka Pachacamak fue también un gran cementerio donde los abuelos se
enterraban con sus diferentes costumbres y rituales, no como decían las crónicas
que habrían venido a enterrarse de muchas regiones, sino más bien de la zona
costeña central mayoritariamente, lo que sí se pudo verificar es que los entierros
pertenecen a varios periodos, fue Max Uhle quien haciendo un comparativo con
el tipo de remodelación craneana hallada, determinó que estas presentaban en la
gran mayoría de casos, el estilo particular de la costa, siendo la excepción el
entierro de la Warmis Inkas en una terraza de la Waka del Sol, los hallados en la
explanada de la Waka Pintada, y los fardos Wari, en número reducido, también
la Waka fue un lugar donde se realizaron ofrendas de vidas humanas, un lugar de
peregrinaje y recepción de grandes comitivas, un lugar de almacenamiento en los
tambos y un lugar donde celebrar las ritualidades como hasta el día de hoy se
realizan.
Referente a las islas, se asume que estuvieron unidas a tierra firme, se conocen
relatos que en tiempos de marea baja podía verse construcciones antiguas, según
Uhle relató que a una de las islas se podía llegar con mulas y que estas traían el
guano, así mismo se ha encontrado documentos referenciando una aldea de
pescadores llamada Quilcay que se hundió en el mar.
Existían hasta hace algún tiempo lomas de neblinas (oasis de neblina como los
denominaba F. Engel) como la de San Juan de Miraflores, Cuidad de Dios, Villa
María del Triunfo, Nueva Esperanza, Quebrada de la Virgen de Lurdes, Cerro
Zorritos, Cerro Lúcumo, Quebrada Verde, Quebrada Golondrinas, Mal Paso,
Pampa de Manzanos, Rinconada de Puruhuay, Jotocisa, Cerro Pucara, algunas se
preservan hasta hoy pero son severamente amenazadas por traficantes de
terrenos, invasores y empresas mineras.
En el actual distrito de Villa María del Triunfo, ubicada a la margen derecha del
Rio Lurín se ubicaba la Tablada de Lurín, donde se hallaron evidencias de
ocupación temprana desde los 8,000 años Antes del Presente, se utilizaron los
recursos de las lomas, lagunas y el mar, se hallaron evidencias de viviendas bajo
el nivel del suelo de hasta 1.80 m. las cuales fueron utilizadas posteriormente
como enterratorios, se hallaron herramientas de piedra como puntas de proyectil
para cazar venados y camélidos, las evidencias arqueológicas señalan una
alimentación de productos de lomas y de productos marinos para esas tempranas
ocupaciones, un hallazgo importante son los instrumentos musicales de hueso.
Hacia los 4,800 años Antes del Presente y los 2,200 años Antes del Presente se
construyen las Wakas en forma de U, las que fueron decoradas con frisos, entre
los principales están Mina Perdida ubicada a la margen izquierda del Rio Lurín,
centro ceremonial y de peregrinación construido en piedra unida con barro, se
utilizó en el sector izquierdo Shicras y adobes en la parte central.
Cardal y Manchay, habrían sido ocupado hacia los 2,200 años Antes del Presente
y hacia los 1,800 años Antes del Presente se hallaron evidencias de ocupaciones
en las lomas, los investigadores hallaron en los cementerios de la época cerámica
escultórica de los estilos Tablada de Lurín, Villa el Salvador y el Panel con
botellas escultóricas con representaciones de aves y felinos, así mismo se
hallaron artefactos confeccionados con cobre.
Panquilma ubicada a la margen izquierda del Rio Lurín, posee Wakas con
Rampa, frisos y hornacinas similares a Huaycan y el Molle.
En las márgenes del Rio Lurín, los abuelos construyeron el Capac Ñam, que fue
utilizado como principal medio de integración e intercambio de productos de los
diversos pisos ecológicos cuyo recorrido va desde el mar en la Waka
Pachacamak hasta Jauja y de ahí al Cusco, este camino también conduce al Apu
Pariacaca.
La Waka Pachacamak ha sido una de las más visitadas y estudiadas, fueron los
cronistas invasores H. Pizarro, M. Estete que dejaron las primeras descripciones
del sitio, luego el cronista Pedro Cieza de León y el padre Jerónimo Julián, en el
siglo siguiente el padre Bernabé Cobo y Antonio de la Calancha, Waman Poma,
Uhle manifiesta que “Sobre las descripciones que realizaron y las funciones que
habría tenido la Waka hay que tomar estas con reserva”.
“¿Qué ha sido del calendario de los antiguos? Muros y caminos que han guiado la vista de
generaciones hacia el lejano horizonte para observar los fenómenos celestes. Todavía podemos hacer
las mismas observaciones que se han hecho en la antigüedad y verificar cómo la puesta del Sol al
alcanzar su extremo sur, está marcada con señales grandes e inequívocas en las construcciones
antiguas... el Sol se oculta exactamente al fin de un camino o muro antiguo o entre dos pilares o
monolitos. En estos días de Navidad, que para los antiguos han sido ocasión para grandes
celebraciones, vale la pena recordar los pasos de los astrónomos de Pachacamac y hacer una
observación que fue hecha allí cada año probablemente en cientos de generaciones. Las otras
direcciones de muros, que apuntan en casi la misma dirección probablemente han marcado los puntos
de salida y bajada de la Luna, que cada 18 años y dos tercios alcanzan un extremo de distancia desde
los puntos este y oeste… “
Entre 1958 a 1960 el Dr. Jiménez Borja limpió el frente Este de la Waka del Sol,
en 1964 el Arqueólogo Alberto Bueno realiza trabajos en la Waka de los
Adobitos, en 1965 se inaugura el museo de sitio por iniciativa de José M.
Arguedas, museo que luego en los últimos años fue reemplazado por una
construcción moderna.
En los años 1966 y 1967 se hicieron trabajos en la esquina Norte de la Waka del
Sol, entre los años 1967 y 1968 se llevaron a cabo trabajos en la Waka de Tauri
Chumpi.
Los terremotos de los años 1970 y 1974 afectaron Calles y Wakas que habían
sido excavadas, lo que originó que los trabajos se prolonguen hasta la década de
los 80s.
El circuito de visitas, que actualmente está en uso, se diseñó entre los años 1975
y 1978, entre los años 1981 y 1982 el Dr. Jiménez Borja realizó la limpieza,
excavación y restauración de la Waka con Rampa N°2, en 1983 se realizaron
trabajos en la Waka con Rampa N°3 y trabajos de prospección y limpieza en la
Waka Pintada.
Entre los años 1986 y 1990 la fundación Augusto Wiese financió el proyecto en
la Waka Antigua de Pachacamak, en los últimos años han realizado
investigaciones el Arquitecto Alfio Pinasco, los Arqueólogos Franco y Paredes,
Giancarlo Marcone, Peter Eeckhout, Regulo Franco y Ponciano paredes,
Krzysztof Makowski, Ángeles Rommel y Denise Pozzi-Escot quien es la actual
Directora del Museo de Sitio.
Madero Tallado, hallado en un relleno - Alberto Giesecke – 1938
Fragmento de la Carta de Hernando Pizarro a los oidores de la
audiencia de Santo Domingo (1533).
“A este pueblo me llegó licencia del Gobernador para que fuese a una mezquita de
que teníamos noticia, que estaba cien leguas de la costa de la mar, en un pueblo que
se dice Pachacama. Tardamos en llegar a ella veintidós días: los quince días fuimos
por la sierra e los otros por la costa de la mar”
“Llegados a los llanos, que es en la costa, es otra manera de gente, más bruta, no tan
bien tratados, más de mucha gente. Asimismo tienen casas de mujeres e todo lo
demás, como los pueblos de la sierra, nunca nos quisieron decir de la mezquita, que
tenían en sí ordenado que todos los que nos lo dijesen habían de morir; pero, como
teníamos noticia que era en la costa, seguimos el camino real, hasta ir a dar en ella.
El camino va muy ancho, tapiado de una banda e de otra. A trechos, casas de
aposento hechas en él, que quedaron de cuando el Cuzco pasó por aquella tierra.
Hay poblaciones muy grandes. Las casas de los indios, de cañizos; las de los
caciques, de tapia, e ramada por cobertura, porque en aquella tierra no llueve”
“Desde el pueblo de San Miguel hasta aquella mezquita había ciento setenta o ciento
ochenta leguas, por la costa, de la tierra muy poblada. Toda esta tierra atraviesa el
camino tapiado. En toda ella, ni en doscientas leguas que se tiene noticias en las
costas adelante, no llueve. Viven de riego, porque es tanto lo que llueve en la sierra,
que salen de ella muchos ríos, que en toda la tierra no hay tres leguas que no haya
río. Desde el mar a la sierra hay, en partes, diez leguas; a partes, doce. E toda costa
va así. No hace frío. Toda esta tierra de los llanos, e mucha más adelante, no tributa
al Cuzco, sino a la mezquita. El obispo de ella estaba con el Gobernador en
Caxamalca; habíale mandado otro bohío de oro, como el que Atabaliba mandó. A
este propósito, el Gobernador me envió ir a dar prisa, para que se llevase. Llegado a
la mezquita e aposentados, pregunté por el oro e negáronmelo, que no lo había.
Hizóse alguna diligencia e no se pudo hallar”
“Para entrar al primer patio de la mezquita han de ayunar veinte días; para subir al
patio de arriba han de haber ayunado un año. En este patio de arriaba suele estar el
obispo. Cuando suben algunos mensajeros de caciques, que han ya ayunado su año,
a pedir al dios que les dé maíz e buenos temporales hallan el obispo, cubierta la
cabeza e asentado. Hay otros indios que llaman pajes del dios. Así como estos
mensajeros de los caciques dicen al obispo si embajada, entran aquellos pajes del
diablo dentro a una camarilla, donde dicen que hablan con él e que el diablo les dice
de qué está enojado de los caciques e los sacrificios que se han de hacer e lo
presentes que quiere que le traigan. Yo creo que no hablan con el diablo, sino que
aquellos servidores suyos engañan a los caciques, por servirse de ellos; porque yo
hice diligencia por saberlo, e un paje viejo, de los más privados de su dios, que me
dijo un cacique que había dicho que le dijo el diablo que no hubiese miedo de los
caballos, que espantaban e no hacían mal, hícele atormentar y estuvo rebelde en su
mala secta, que nunca de él se pudo saber nada más de que realmente le tienen por
dios. Esta mezquita es tan temida de todos los indios, que piensan que si alguno de
aquellos servidores del diablo le pidiese cuanto tuviese e no lo diese, había de morir
luego. Y, según parece, los indios no adoran a este diablo por devoción, sino por
temor, que a mí me decían los caciques que hasta entonces habían servido aquella
mezquita porque le habían miedo, que ya no había miedo sino a nosotros, que a
nosotros querían servir. La cueva donde estaba el ídolo era muy oscura, que no se
podía entrar a ella sin candela, e de dentro muy sucia. Hice a todos los caciques de la
comarca, que me vinieron a ver, entrar dentro, para que perdiesen el miedo. E a falta
de predicador les hice mi sermón, diciendo el engaño en que vivían”
Referente a esta crónica se conoce dos versiones, la primera que fue parte del
relato de F. de Jeres con el título de: "La relación del viaje que hizo el señor capitán
Hernando Pizarro por mandado del señor Gobernador, su hermano, desde el pueblo
de Caxamalca a Pachacamac y de allí a Jauja" 1534, posteriormente en el año de
1807 aparece otra versión en el archivo general de las indias en España “El
descubrimiento y conquista del Perú” y fue publicada en Quito en 1916 y 1918.
Algunos investigadores han planteado que la crónica del archivo general de las
indias no pertenecería a M. Estete si no a otro soldado que participó en el saqueo
a la Waka Pachakamak, haciendo algunas comparaciones de los hechos relatados
por ambas crónicas:
“El capitán se fue a aposentar con su gente a unos aposentos grandes que están
a una parte del pueblo y luego dijo al capitán que iba por mandato del señor
gobernador por el oro de aquella mezquita , que el cacique había mandado al
señor gobernador y que luego lo juntasen y se lo diecen o lo llevacen donde el
gobernador estaba y juntándose todo los principales del pueblo y los pajes del
ídolo dijeron que lo darían y anduvieron disimulando y dilatando , en conclusión
que trajeron muy poco y que no había más”
“el ídolo estaba en una buena casa bien pintada , en una sala oscura, hidionda y muy
cerrada, tenían un ídolo hecho de palo muy sucio y aquel dicen es su dios, el que les
cría y sostiene y cría los mantenimientos, a los pies tenia ofrecidas una joyas de oro,
tienenle en tanta veneración que solo sus pajes y criados que dicen el señala, esos le
sirven y otro no osan entrar, ni tiene otro digno de tocar con las manos en las
paredes de la casa, averiguase que el diablo se reviste en aquel ídolo y habla con
aquellos sus aliados y les dice cosas diabólicas que manifestasen por toda la tierra ,
a este le tiene por dios y le hacen muchos sacrificios , vienen en peregrinación a este
ídolo de 300 leguas con oro plata y ropas y los que llegan van al portero y piden su
don y el entra y habla con el ídolo y el dice que se le otorga ,antes que ninguno de
estos sus ministros entre a servirle dicen que han de ayunar muchos días y no se ha
de allegar a mujer”
“y así contra su voluntad y de ruin gana nos llevaron, pasando muchas puertas hasta
llegar a la cumbre de la mezquita, la cual era cercada de tres o cuatro puertas ciegas
a manera de caracol y así se subía a ella, en lo alto estaba un patio pequeño, delante
de la bóveda o cueva del ídolo, hecho de ramada, con unos postes de hojas de oro y
plata y en el techo puestas ciertas tejeduras a manera de esteras para defensa del
sol, porque así son todas las casas de aquella tierra y como jamás llueve no usan
otro cobijo, pasando el patio estaba una puerta cerrada y ahí los guardas
acostumbrados, la cual ninguno de los osó abrir, esta puerta era muy tejida de
diversas cosas, de caracoles y turquesas y cristales y otras cosas, final mente que
ella se abrió y según la puerta era curioso, y así tuvimos por cierto que había de serlo
por lo de dentro, la cual fue muy al revés y bien pareció ser aposento del diablo,
abriendo la puerta y queriendo entrar por ella apenas cabía un hombre y había mucha
oscuridad, visto trajeron candela y así entraron en ella, era una cueva pequeña, tosca
sin ninguna labor y en medio de ella estaba hincado un madero en la tierra con figura
de hombre hecha en la cabeza de él, mal tallada y mal formada y al pie y a la
redonda del muchas cosillas de oro y plata ofrendas de mucho tiempo y soterradas
en aquella tierra, visto la suciedad y burlería del ídolo nos salimos afuera a preguntar
por qué hacían caso de una cosa, los cuales espantados de nuestra osadía decían
que aquel era pachacamac, el cual los sanaba de sus enfermedades”
“El capitán mando a deshacer la bóveda donde estaba el ídolo y quebrarle delante
de todos y les dio a entender muchas cosas de nuestra fe católica”
Destrucción del madero tallado según La crónica hallada en 1807:
“Viendo la suciedad y burlería del ídolo nos salimos afuera a preguntar por qué hacían
caso de una cosa tan sucia y torpe como allí estaba , los cuales muy espantados de
nuestra osadía volvían por la honra de su dios y decían que aquel era pachacamac el cual
les sanaba de sus enfermedades y a lo que allí se entendió , el demonio parecía en
aquella cueva a aquellos sacerdotes y hablo con ellos y ellos entraban con las peticiones
y ofrendas de los que venían en romería , que es cierto, que de todo el señorío de Atibalipa
allí iban, como los moros y los turcos van a la meca, vista la suciedad que allí estaba y la
ceguedad en que todas aquellas gentes juntando a todos los principales del pueblo y
haciéndolos entender , en presencia de todos, se derroco y abrió aquella cueva , la cual
habían muy pocos que habían entrado en ella y así con mucha solemnidad se puso una
cruz grande encima de aquel aposento que por tan suyo tenía el demonio hecho esto nos
aposentamos en el pueblo de abajo , en el cual estuvimos 30 días”
“Séptima proposición: si, después de que los españoles hayan usado toda la diligencia, tanto
en hecho y en palabra, para mostrar que nada saldrá de ellos para interferir con el la paz y el
bienestar de los aborígenes, estos últimos persisten en su hostilidad y hacen todo lo posible
para destruir a los españoles, entonces pueden hacer la guerra los indios, ya no como en la
gente inocente, sino en contra de los enemigos perdidos, y puede hacer valer contra ellos
todos los derechos de la guerra, despojándolos de sus bienes, reduciéndolos al cautiverio,
deponiendo a sus antiguos señores y estableciendo otros nuevos, sin embargo, con
observancia de la proporción en cuanto a la naturaleza de la circunstancias y de los errores
causados a ellos. Esta conclusión es suficiente evidente por el hecho de que, si es lícito
declarar la guerra, en consecuencia legal para perseguir los derechos de la guerra. Y se
confirma por la consideración de que los aborígenes no deberían tener una mejor posición
simplemente porque son incrédulos. Pero todas las cosas enumeradas serían legales contra
los cristianos, cuando una vez una guerra justa ha surgido. Por lo tanto, son legales contra
los aborígenes, también. Además, es una regla universal de la ley de las naciones que sea lo
que sea capturado en la guerra se convierte en propiedad del conquistador, como se
establece en Dig., 49, 15, 28 y 24, y en Decretum, pt. 1, dist. 1 lata. 9, y más expresamente
en Inst., 2, 1, 17, donde se dice que "por la ley de las naciones lo que sea que tomemos del
enemigo se vuelve nuestro al momento, a tal punto que incluso los hombres pueden ser
traídos en esclavitud para nosotros. Además (como dicen los médicos sobre el tema de la
guerra), un príncipe que tiene a mano una guerra justa es ipso jure el juez de sus enemigos y
puede infligir un legal castigo sobre ellos, condenándolos según la escala de su marcha
mala. Todo lo dicho anteriormente recibe confirmación del hecho de que Los embajadores
son por ley de las naciones inviolables y los españoles son los embajadores de los pueblos
cristianos. Por lo tanto, los indios nativos están destinados a darles, al menos, una audiencia
amistosa y no rechazarlos. Esto, entonces, es el primer título que los españoles podrían tener
para apoderarse de las provincias y soberanía de los nativos, siempre que el decomiso sea
sin astucia o fraude y no buscan causas imaginarias de la guerra. Porque si los nativos
permiten Los españoles a traficar pacíficamente entre ellos, los españoles no podían alegar
en este conexión ninguna causa justa para apoderarse de sus bienes más que los bienes de
Cristianos”
Estas líneas reproducen el marco de legalidad con el que los europeos
justificaban las invasiones, sin embargo anotaban claramente ciertos requisitos,
que como es evidente no se cumplieron, la prueba es que desde Cajamarca a
Pachacamak parten sólo 25 españoles atravesando caminos y pueblos donde
fueron recibidos siempre en paz, es sabido que se hicieron acompañar por
algunos representantes de Atawalpa, sin embargo llegaron a la Waka exigiendo
el rescate imponiendo su idea de verdad religiosa, lo cual tampoco estaba
permitido, al menos en teoría, es relevante el hecho que el autor dice que el
decomiso sea “sin astucia o fraude” puesto que hay documentos que afirman que
los hechos de Cajamarca fueron un ardid de Pizarro y el padre Valverde por lo
que algunos consideraban que era “una conquista ilegítima” y un dato importante
que el padre de Vitoria indica que los españoles “no busquen causas imaginarias
para la guerra” con lo cual por lógica esto se hacía para justificar guerras y en
nuestro caso muchos hechos relatados por los cronistas oficiales apuntan a una
invención, interpretación dogmatizada y parcializada acorde con sus intereses,
comparaciones con hechos y costumbre europeas, un ejemplo de esto sería que la
crónica hallada en 1,807 , narra que Atawalpa bebió del cráneo de su hermano
Waskar, una escena similar la encontramos en los Nueve Libros del Historiador
Griego Herodoto :
“Tales son sus leyes y usos de guerra, pero aun hacen más con las cabezas, no de
todos, si no de sus mayores enemigos, toma su cierra el escita y corta por la orejas
y la parte superior del cráneo y la limpia después, si es pobre, contentase cubriéndola
de cuero crudo de buey, pero si es rico, la dora y tanto uno como otro se sirven
después de cráneo como vaso para beber”
Se sabe que esta publicación para los años 1500 se conocía en su versión en latín
en Europa, y de la misma se desprende en muchas de sus páginas las cualidades
del oráculo de Delfos, características comparables a Pachacamak.
“ A cuatro leguas de la ciudad de Los reyes está el valle de pachacamac, este valle
es fructífero y en él estuvo uno de los suntuosos templos que se vieron en estas
partes del cual dicen que los reyes incas hicieron los templos de cuzco y los
ilustraron y acrecentaron con riquezas, ninguno se igualo con el de pachacamac,
Dentro del templo donde estaba el ídolo estaban los sacerdotes que hacían los
sacrificios, con las espaldas al ídolo, con los ojos bajos y con gran temblor y
turbación, según publican algunos indios de los que hoy son vivos, “Por los terrados
de este templo y por lo más bajo estaba enterrada gran suma de oro y plata”
En esta cita el cronista no puede ocultar la importancia que tuvo Pachacamak
incluso comparándolo con las Wakas Inkas, lo denomina templo y es así que
hasta la fecha muchas publicaciones repiten sin preguntarse el significado y la
diferencia entre templo y Waka, convenientemente refiere sacrificios hechos por
los sacerdotes y el pueblo atemorizado por estos, estas líneas justificarían la
posterior evangelización dado la calidad de idolatrías que tenían para los
invasores las ritualidades originarias, confunde sacerdotes con Hamautas (sabios
poseedores de conocimiento producto de estudio y observación del cosmos) y
finaliza con que esta versión la tomó de “indios” que aún están vivos es decir
casi 15 años después de la llegada de H. Pizarro y su cronista, probablemente
evangelizado forzosamente y diciendo lo que obligados tendrían que repetir con
serios problemas de traducción, si es que en realidad hubo ese relato.
Sin embargo manifiesta que los “caciques y señores” obedecían en lo que los
“sacerdotes” mandaban, siendo una actitud incomprensible para él, que los
Runas valoren y sigan las enseñanzas que los Hamautas daban, lo de “gran
temblor y de espaldas” es sólo una versión de parte, inaceptable para nosotros
que nuestras altas culturas se habrían sustentado en el temor, como si lo hizo la
cultura occidental, los Hamautas poseedores del conocimiento serian para
nosotros a quienes se les hacían las consultas y no a los maderos, en las tallas se
preservaría simbólicamente un contenido científico, por lo que al leerlo en
rituales las respuestas beneficiarían a los Ayllus, habla también de romerías, lo
que las investigaciones confirmaron y a lo que nosotros llamaríamos
provisionalmente Peregrinaciones de abuelos que entre ritualidades y consultas a
los Hamautas vivían su espiritualidad originaria.
“Idolos Y uacas de los chinchaysuyos, que tenían los principales del uarco y
pachacamac, Aysavilca, sacrificaban con criaturas de cinco años, y con colores y
algodones, tupa, coca, fruta y chicha. Y los indios Yauyos al ídolo de paricaca
sacrificaban con chica y mollo y uaccri zanco, y comida y conejos”
La crónica que fue terminada para 1615, relata una serie de aspectos de la vida
del Tawantinsuyo, desarrolla una historia que comienza con Adán y Eva,
considera que éramos descendientes de Noé y que en un momento pasado
recibimos la evangelización de San Bartolomé, quien siguiendo las palabras de
Jesús salió al mundo a evangelizarlo.
Bajo ese marco, los relatos de idolatría y de “sacrificios” que contiene la crónica
tiene sentido, las investigaciones arqueológicas si han hallado contextos de
rituales de ofrendas de vidas humanas, de niños en Apus nevados de altura, en
Pachacamak se hallaron entierros rituales fundacionales de Wakas pero de
tiempos anteriores a los Inkas, existe un entierro ritual de niños hallados que
conforman un circulo con la cabeza apuntando al centro, que a la fecha no
poseemos detalles de los resultados de los análisis efectuados, no sabemos la
causa de muerte, si esta fue natural, por alguna enfermedad o ritual y otros
contextos pero sin análisis publicados .
“Es de saber, que como en otra parte hemos dicho y en adelante diremos, y como lo
escriben los historiadores, los Incas reyes del Perú, con la lumbre natural que dios les
dio, alcanzaron que había un creador de todas la cosas. Al cual llamaron
pachacamac, que quiere decir el hacedor y sustentador del universo. Esta doctrina
salió primero de los incas y se derramó por todos sus reinos, antes y después de ser
conquistados, decían que era invisible y no se dejaba ver y por eso no le hicieron
templos ni sacrificios como al Sol, más de adorarle interiormente con grandísima
veneración, según las demostraciones exteriores que con la cabeza, los brazos, ojos
y cuerpo hacían cuando le nombraban. Esta doctrina habiéndose derramado por
fama, la admitieron todas aquellas naciones, unas después de conquistadas y otras
antes, los que más en particular la admitieron antes que los incas los sujetaran
fueron los antecesores de este rey Cuismanco hicieron el templo de pachacamac y
dieron el mismo nombre al valle donde lo fundaron, que en aquellos tiempo fue uno
de los más principales que hubo en toda aquella costa, en el templo pusieron los
yuncas sus ídolos , que eran figuras de peces, entre las cuales tenían también la
figura de una zorra”
Referente a Garcilaso de la vega, se sabe que partió del cusco a los 20 años de su
edad, escribiendo el libro 40 años después, es preciso indicar que para la época el
padre mestizo y jesuita Blas Valera lo señaló como Plagiario de un manuscrito
que había realizado, analizando los primeros párrafos donde Garcilaso habla de
que los Inkas tenían la Idea de “un creador de todas las cosas” concuerda con la
posición que adoptaran los jesuitas de mostrar a los Inkas factibles a ser re
evangelizados y fundar así un estado “Neo Inca Cristiano”, lo cual nunca
ocurrió.
Desde nuestro punto de vista es viable que en el recorrido hacia el sur pasaran
por las Wakas que se ubicaban en lo que hoy es la plaza de armas, también
existen referencia que pasaron por Armatambo, confundiéndola con la Waka
Pachacamak, es posible que lo escrito por H. Pizarro y M. Estete, haya sido
convenientemente redactado realzando sobre todo la condición de “Idolatras”
que sería muy útil para sus fines políticos, recordemos que la crónica atribuida a
M. Estete menciona del “Ídolo de pachacamac” que: “estaba hincado un madero
en la tierra con figura de hombre hecha en la cabeza de él, mal tallada y mal
formada”
“El gran señor Cuismanco estaba apercibido de guerra, porque, como lo hubiese
visto en su vecindad, temiendo que los incas habían de ir sobre sus tierras, se había
percibido para las defender. Y así, rodeado de sus capitanes y soldados oyó los
mensajeros del inca y respondió diciendo que no tenían sus vasallos necesidad de
otro señor, que para ellos y sus tierras bastaba él solo, y que las leyes y costumbres
que guardaban eran las que sus antepasados les habían dejado, que se hallaban
bien con ellas, que no tenían necesidad de otras leyes y que no querían repudiar a
sus dioses, que eran muy principales porque entre otros adoraban a pachacamac,
que, según habían oído decir, era el hacedor y sustentador del universo, que si era
verdad, de fuerza había de ser mayor dios que el sol, y que le tenían hecho templo
donde le ofrecían todo lo mejor que tenían, hasta sacrificarle hombre, mujeres y niños
por más le honrar y que era tanta la veneración que le tenían, que no osaban mirarle ,
y si los sacerdotes y el rey entraban a su templo a le adorar, las espaldas al ídolo y
también al salir , para quitar la ocasión de alzar los ojos a él, y que también adoraban
al Rímac, y que también adoraban a Mamacocha, que era la mar, porque los
mantenía con su pescado, que les bastaba los dioses que tenían, que no quieran
otros, y al Sol menos, porque no había menester más calor del que su tierra les daba
que suplicaban al Inca o le requerían que les dejase libres, pues no tenían necesidad
de su imperio”
“Los cronistas, como españoles de su época, reflejaban en sus escritos sus propios
criterios, y expresaban su sentido judaico-cristiano de la vida”
El desierto se extiende hacia el norte hasta el valle del Rimac y tierra adentro hasta
las montañas que se elevan, desnudas y áridas en lontananza. Contrastan con el
verde y fértil vallecito de Lurín en el sur y las azules aguas del pacifico en el oeste,
con sus pintorescas islas rocosas, contra las cuales se estrellan las olas en incesante
estrépito, sobre las cuales revolotean siempre una nube de aves marinas.
Los primeros frailes españoles creyeron descubrir que Pachacamac era el “dios
desconocido el que la gente adoraba aquí”. Pródiga fueron las ofrendas de los indios
en esta Waka, de los metales preciosos los españoles se llevaron entre sus despojos
769 Kg. de oro y 16 mil onzas de plata.
El señor Pinelo afirma que un piloto de pizarro pidió como su parte del botín los
clavos y las tachuelas que habían sostenido las placas de plata que llevaban el
nombre de la waka, cosa que pizarro concedió como si fuera una bagatela Después
de que pizarro se apoderó de la persona de Atahualpa, no satisfecho con el inmenso
rescate que este le ofrecía, envió a su hermano desde Cajamarca a fin de que se
apoderara de los tesoros que se decía que existían en Pachacamac. Hernando
pizarro llevó consigo un tal miguel de estete, quien redacto un informe sobre la
expedición, al que Oviedo tuvo acceso citándolo ad verbum. La expedición parece
haber seguido el gran camino de las montañas desde Quito al Cusco, hasta que llegó
a un pueblo llamado Pachacoto, donde dejó el camino principal para tomar el de las
llanuras, lo siguieron durante tres días hasta llegar a un lugar llamado parpunga, que
dominaba el mar, aquí tomaron “un camino muy ancho” que pasaba por todos los
pueblos del costa y al cuarto día llegaron a Pachacamac.
Hernando convocó a los jefes y les informó que había venido por el oro que debían
enviar para el rescate de Atahualpa, dijeron que ya se había enviado, con todo
después trajeron un poco y declararon que eso era todo lo que quedaba allí.
Hernando aparento creerles pero dijo que “quería ir al templo y al ídolo que se hallaba
en él”. Este “ídolo” dice estete, estaba en una buena casa bien pintada y terminada,
en un cuarto rigurosamente cerrado, a sus pies había algunas ofrendas consistentes
en ornamentos de oro”. “Este pueblo de Pachacamac”, continua estete, “es algo
grande, y muy cerca de sus partes, junto al templo, hay una casa en una colina, bien
construida, con cinco cercas o paredes que los indios dicen que es la del Sol.
También hay en el pueblo muchas otra casa grandes, debe ser un lugar muy antiguo
porque hay muchos edificios derrumbados.
Estuvo rodeado por una muralla, aunque ahora la mayor parte de esta está caída,
tiene grandes portones de entrada y también calles, su jefe principal se llama
Taurichumbi y hay otros muchos jefes.
Las casas están construidas con cañas y juncos, y lo que otrora fue un importante
lugar, encontramos ahora, tan solo incontables tumbas, un vasto y antiguo
cementerio entre las construcciones que se desmoronan, que con todo dan autentico
testimonio de la grandeza del lugar.
Más o menos desde la mitad para arriba de esta colina comienza una serie de cuatro
amplias terrazas construidas alrededor del cono natural, terrazas que forman una
pirámide semi lunar, los muros de cada terraza son casi perpendiculares y están
revestidos de adobes grandes y uniformes, no hay duda de que en alguna época
estuvieron pintados de rojo, porque todavía se puede ver muchas manchas de pintura
roja. Se llega a la superficie que se encuentra en la parte superior mediante un
pasadizo tortuoso que atraviesa los derruidos muros de la terraza, las estructuras
rectangulares han sido dañadas por las excavaciones.
Estos muros originalmente estuvieron estucados y pintados, las paredes a pesar de
todos los agentes destructivos que se han empleado para arruinarlas, todavía
conservan huellas de la figuras de árboles y hombres. La parte más interesante de
este lugar es una especie de explanada , situada en el punto en que se tiene la vista
más bella hacia el mar, aquí, aunque en estado excesivamente ruinoso, puede
distinguirse pilastras y trazas de edificios que alguna vez adornaron el lugar. La única
construcción entre las ruinas que tiene estilo incaico es la llamada Mamacona, está
situada aproximadamente a 2.5 Km. De El Castillo que acabamos de describir, y se
levanta en tierras bajas, cerca de un pequeño lago”
“Las versiones acerca de Pachacama tienen, sin embargo, otro tipo de problemas.
Las más iniciales lo incluyen con otras divinidades de la región, ello ocurre en la
temprana relación del licenciado Pedro de la Gasea, Presidente de la Audiencia de
Lima, escrita hacia 1553, y que parece tener puntos de contacto con la
contemporánea de Francisco López de Gomara (1552), sin duda leída por Agustín de
Zarate (1555), uno de los más divulgados cronistas de la época. Mucho más amplia
es la tardía versión del célebre agustino Antonio de la Calancha (1638), Gomara y
Zarate mencionaron otra divinidad costeña, Con, hijo del sol y de la luna y destruido
por Pachacama. Calancha no lo incluyó en su texto, que comprendia otros
informantes, quizás entre aquellos primeros extirpadores de la "idolatría" colonial
andina, los cuales realizaron sus campañas desde inicios del siglo XVII. Calancha fue
un erudito, lo atestigua su Crónica moralizada del Orden de Nuestro Padre San
Agustín, puede apreciarse cómo el cronista considera diferentes temáticas. Destaca
la presencia de diversos momentos en el proceso de la creación del hombre y de las
plantas; llega a sugerir una genealogía sagrada donde el Sol "amado creador de
todas las cosas" es confundido en el texto con uno de sus hijos, Pachacama, quien
crea una pareja de la cual sobrevive una mujer. Pachacama tuvo otro hermano,
asimismo hijo del sol; éste era Vichama, cuya madre fue la sobreviviente de la pareja
primordial creada por Pachacama. Calancha no sólo fue un autor tardío que reunía
versiones en forma quizás antojadiza, sino también era culto lector de autores
clásicos del mundo grecolatino: Silio Itálico, Lucano, Ovidio (introductor para
Calancha de la temática de Medea despedazando a su hermano Gialco, "sembrando
sus huesos por los campos", figuran así en la versión del cronista agustino. Podría
asociarse, además, una reminiscencia temática del mito de Osiris, donde Set
descuartiza su cuerpo e Isis entierra sus restos, si bien este tipo de asociaciones
debe confirmarse con un más cuidadoso análisis de las lecturas de Calancha y de
sus informes directos e indirectos. De hecho, la temática del descuartizamiento
divino, que Calancha presenta, y la consiguiente reconstitución de un cuerpo
sagrado, aparece en mitologías actuales en los Andes (Inkarrí), aunque ya no
vinculada al origen de los alimentos.”
“No sería descabellado relacionarla asimismo con las esculturas líticas de Cerro
Sechín, que presenta personajes desmembrados, pues la presencia de esta temática
en la información andina a la decapitación de Catequil, mencionada por los religiosos
agustinos que escribieron sobre Huamachuco a mediados del siglo XVI. La presencia
de esta temática pudo llevar bien a Calancha a establecer la relación con los relatos
de autores clásicos mediterráneos, Pachacama aparece registrado desde épocas
tempranas en los testimonios de los primeros cronistas; la relación del licenciado
Hernando de Santillán (escrita en 1533) indica una versión, por él recogida
aparentemente en la zona donde se encuentra su conocido templo, al sur de Lima,
donde se menciona las relaciones entre Pachacama y el Inka, individualizado éste en
Tupa Inka Yupanqui, a quien las crónicas sindican como el sucesor de Pachacuti”
". . .y allí /en lo alto del santuario de Pachacama, edificado según indica Santillán por el
propio Tupa Inka YupanquiJ le dijo la guaca al inga que su nombre era Pachahc Camahc,
que quiere decir el que da ser a la tierra; y así se mudó el nombre del dicho valle de Irma y le
quedó Pachacama. Díjole también la guaca que tenía cuatro hijos, y que al uno le hiciese
casa en el valle de Mala, ques ocho leguas de Pachacama, y al otro en Chincha, ques viente
y cinco, y al otro en Adaguaylas, junto al Cuzco, y que al otro cuarto hijo le quería dar al dicho
Topa Inga para que le guardase y le diese respuesta de lo que le preguntase. Y así hizo /el
Inka/ las dichas casas; y de aquellas guacas fueron multiplicando muchas más, porque el
demonio, que por ellas les hablaba, les hacía creer que procedían de las dichas guacas, y a
todos tenían por sus dioses. A unos adoraban como a hombres y a otros como a mujeres, y
aplicaban sus devociones á cada uno para un género de necesidad: a unas iban para que
hiciesen llover, á otras para que las sementeras que crezcan y granen, á otras para que las
mujeres se empreñen; y así para las demás cosas. Lo cual fue en tanta multiplicación, que ya
casi para cada cosa tiene su guaca, y por ellas los tiene el demonio tan embaucados, ques la
mayor dificultad que hay en aquella tierra para imprimir en los naturales nuestra santa fe. . ."
piso, colores asociados a los de los tapices de la época Wari, en una de las caras
de la banqueta del recinto identificaron un pigmento azul violáceo claro, no
encontrado en otro lugar de la Waka.
Al final de esta fase los Arqueólogos identificaron que en la Waka hubo un gran
incendio ritual, se construyó, sobre las bases de periodos anteriores una nueva
Waka, planteado la posibilidad que se utilizaron los adobitos de las tres fachadas
que fueron desmanteladas para la edificación de la nueva Waka que perduró
hasta la llegada de los Inkas.
Reconstrucción propuesta por R. Franco y P. Paredes
Se halló en uno de los ángulos de la Waka Antigua una escalinata de piedra que
comunicaba con el frente de la Waka Pintada, los investigadores postulan un
funcionamiento paralelo entre ambas Wakas, siendo la Waka Antigua un centro
de peregrinaje y de ofrendas donde se han hallado textiles e Illas Inka, esto tiene
un gran significado para nosotros porque demuestra que lo Abuelos Inkas al
llegar a Pachacamak hicieron ofrendas a la memoria de los ancestros Ychmas en
una Waka que ya tenía por lo menos 1000 años de antigüedad, esto contradice
con pruebas lo expresado en la crónicas cuando dicen que los Inkas eran “tiranos
invasores”, más bien habla de una sociedad que respetaba la memoria de los
ancestros de los pueblos con los cuales hacia las alianzas.
Se halló en un pequeño depósito de barro sobre el piso del recinto dos ruedas de
malaquita, tres mazorcas de maíz talladas en piedra, el pico de un cormorán y
una almeja fosilizada, esparcido sobre esta ofrenda se halló abalorios de
turquesas, todo cubierto por una tela y sobre esta tierra.
En el denominado “Recinto de los Cantaros” se halló más de cien piezas de
cerámica donde predominan botellas escultóricas, Antropomorfas, Zoomorfas,
Fitomorfas y especies marianas, donde se puede identificar escenas de libación,
representaciones frontales, maíz, calabaza, pepino, ají, aves, felinos, nutrias
marinas, pulpos, erizos, caracol, todo bajo una capa de tierra con restos de
vegetales que las cubrían en su totalidad.
Un fenómeno del niño habría motivado, según los investigadores, estas ofrendas,
se identificó así mismo otra ofrenda de 12 cantaros distribuidos en toda el área
del recinto, correspondiendo a vasijas grandes y medianas, estas ofrendas se
habrían dejado luego que la Waka fue enterrada ritualmente.
En la zona que corresponde a la parte baja del frente este de la Waka se hallaron
varias fosas que contenían cuerpos en posición de cubito ventral, estos estaban
acompañados por perros y cerámicas, se halló también cuerpos de bebes
enfardelados con telas llanas de algodón, algunas veces atados con soguillas de
totora a un petate de cañas, se hallaron en parejas y solos.
Para el año de 1992 el Dr. Arturo Jiménez Borja manifestó que “Pachacamak no
es un dios sino una Waka, lugar donde lo sagrado se manifiesta de múltiples formas”
“Los diseños estaban repartidos sin simetría ni composición, y las áreas que
sirvieron de fondo eran de tamaño disparejo, en las nueve gradas se observan filas
de peces que se dirigen hacia la izquierda, salvo uno, en la primera fila, mostrado en
posición vertical y la cabeza hacia arriba, observamos que las figuras están indicadas
de modo esquemático , da la impresión que el artista quiso reflejar las diferentes
especies que conoció, pues las diferencias de forma son claras, en algunos lugares
se ha alternado ese motivo con figuras de plantas , al parecer maíz, siempre muy
estilizadas”
“Donde a juzgar por el dibujo hubo por lo menos tres capas de pinturas
superpuestas, sobre la primera hay una serie de plantas, algunas de maíz, no
sabríamos identificar las otras, las de maíz están muy bien figuradas”
Diseño de aves en picada, ubicado en la parte superior de la Waka (C. Muelle 1939)
Referente a las materias primas utilizadas para las pinturas murales en la Waka,
los investigadores han registrado canteras de colores rojos y amarillo, se
identificó el uso del rojo, amarillo, verde, y negro en el frente Norte, rojo y
blanco en el “Altarcito D”.
Siguiendo las observaciones realizadas por Max Uhle, indica que el cementerio
funcionó desde los tiempos Wari hasta el periodo Inka, confirmó que el
cementerio se extendía por debajo del muro de la Waka, luego de las
excavaciones el investigador alemán clasificó en tres capas correspondientes a
tres periodos culturales diferentes.
El periodo más antiguo correspondería a los entierros ubicados cerca a los muros
de la Waka catalogándolos como del estilo Tiawanako y al siguiente, las tumbas
que halló en el piso superpuesto más antiguo fueron hechas antes de la
construcción de las terrazas, considerándolos diferentes al periodo anterior y
unas pocas tumbas ubicadas frente a la Waka, consideradas de fecha posterior a
la construcción de la Waka, hallando así mismo entierros con ajuar funerario de
estilo cusqueño y del estilo que predominaba en la costa.
Los entierros hallados en lo que Uhle denominó “ Tumbas del Antiguo Cementerio
de la Base del Templo y Frente de Este bajo el Nuevo Suelo” indica que fueron
construidas de manera muy sólida, los materiales utilizados fueron la piedra y el
adobe, tenían forma de cámara cónica o cilíndricas, en los techos predominaba
la caña entera o esteras y en algunos casos la piedra, dentro de estas cámara se
colocaban los fardos con una falsa cabeza humana superpuesta elaborada de
madera o pintada sobre un cojín de tela y en algunos casos hechos de arcilla
quemada y teñida, los fardos estaban orientados al Este y a la Waka al mismo
tiempo.
Uhle halló cerca de un muro de piedra, un fardo que estaba envuelto por una tela
de algodón cuyo diseño es de color Castaño amarillento, azul y rojo de una
sustancia cerosa, que presenta características similares al estilo Tiawanako.
La tela se halló fragmentada y en lo más grandes de estos se presenta tres
personajes de frente y dos personajes exteriores están mirando al personaje
central, considerando el investigador que se presentan características similares a
la portada de Tiawanako.
Dibujo de tela pintada, colores descritos por Uhle.: Castaño ligeramente amarillento, azul y rojo.
Debajo de la parte cubierta del denominado por Uhle “ cementerio primitivo” halló
tumbas con abundantes utensilios como canastas de trabajo y cerámica, en uno
de ellas se ha representado a un personaje que porta un cetro, también existen
representaciones del cóndor y gato, otro vaso representa a un personaje tocando
una antara con las dos manos y el rostro tiene el mismo color rojo que se utilizó
para los rostros las “ momias”.
Referente a los textiles hallados en este estrato del cementerio, Uhle indica que
existen pocos ejemplos conservados, considerándolos temporalmente ubicados
entre el estilo Tiawanako y el estilo Lima, propone que los tejidos fueron
utilizados como vestimenta ceremonial, haló que los fardos estaban adornados
con pequeños pedazos de telas algunas de ellas bordadas, también las halló sobre
las cabezas del difunto, siendo representados en los dibujos de estas telas figuras
humanas y de animales, en general las observaciones realizadas a los textiles
analizados por Uhle, muestran representaciones de figuras frontales, que portan
cetros o bastones, figura de pájaro en actitud de correr o volar (representados en
cerámica de forma similar), animal de cola enroscada que es una representación
recurrente en los periodos más antiguos de Pachacamak.
En el terreno que rodea la Waka por tres frentes, Uhle manifestó que los
entierros pertenecen al mismo periodo, la cerámica muestra similitudes en
decoración, técnica y forma, así mismo señaló que de manera particular halló
una tumba cónica de piedra cuyo fardo estaba envuelto con textiles de diseño
Tiawanako, cuya ubicación se explica por una superposición de estratos, según
sus observaciones no halló evidencias de entierros Inkas en este sector.
“vaso de figura humana, con gran ornamento de tocado y los brazos están
trabajados al detalle, las piernas están meramente indicadas en relieve, la figura está
pintada de manera ordinaria”
En esta cerámica está representado un abuelo con una gran corona de plumas
dispuesta en forma de gradas, está sentado tocando una antara con una mano y
con la otra una sonaja que está colgada del cuello.
“Un bastón o árbol con cruces y figuras en su contorno que derrama como lluvia
frutos que parecen encerrar granos, cierto número de figuras humanas de pie,
arrodilladas o corriendo en dirección al árbol, parecen recibir agradecidas, con manos
extendidas los dones derramados sobre ellas” ,
la tela descrita está incompleta en su parte superior, sin embargo se aprecia dos
personajes, uno de ellos se presenta completo y en posición frontal, posee una
máscara o pintura facial de color rojo y tocado de color azul, las manos en
posición de entrega, el personaje ubicado al costado del madero central al
parecer tendría las mismas características.
En la observación que hace Uhle a esta acción señala que al parecer, los
personajes estarían horadando el objeto chato que está bajo la punta del bastón,
indicando que las figuras estarían haciendo “rotar un taladro”.
Es seguro que si Max Uhle hubiera hallado el madero que casi 40 años después
halló Giesecke, entendería que el “taladro” que hacen rotar los personajes serían
los maderos tallados y esta acción de rotar seria para “leer” los mensajes
codificados en él, lo cual es coherente puesto que otra forma seria que los
personajes giren alrededor del madero hincado en las ritualidades, en este caso
nos demuestran que estos maderos se colocaban sobre bases que permitían
rotarlos entre dos personas y así lograr tener una “lectura” completa de la
circunferencia del madero, lo cual estaría probando que los maderos no
permanecían estáticos como “ídolos” como señalaron los Cronistas invasores .
Entre los investigadores existen dos teorías del uso de estas Wakas, la más
antigua es la de ser cada una de ellas una especie de “Embajada” que cada
comunidad tendría en el lugar, ahí llegarían y realizarían sus rituales y
almacenarían los productos de sus chacras, esta teoría, según los resultados de
las investigaciones realizadas por el Dr. Peter Eeckhout, no sería acertada, puesto
que en ella se asumía un uso simultaneo de todas las “Pirámides” y las
excavaciones realizadas estarían determinando que no fue así, por la datación de
los materiales encontrados, la otra teoría, postula que cada una de ellas fue
levantada para un Kuraka, que en promedio durante unos 30 ó 40 años dirija las
actividades administrativas, según nuestro punto de vista originario, y a la
muerte de este se abandonaba el sitio y se construiría otra para el nuevo Kuraka,
esto basado como dijimos en el resultado de sus dataciones de C14 a los
materiales asociados hallados.
Los Arqueólogos Eeckhout y Farfán indican:
“Las pirámides son palacios ocupados por personajes de estatus alto a quienes
posteriormente sirven de panteón, en Pachacamac cada una de las pirámides
excavadas se construyó y se ocupó durante un periodo bastante corto
correspondiente a la duración de un reinado. Esas pirámides son aparentemente
sucesivas y cada una de ellas se construyó una vez que la pirámide precedente
había sido abandonada”
Ubicación de “Pirámides con rampa” fuente:Peter Eeckhout y Carlos Farfán; levantamiento: Valérie
Decart y Daniel Parent; planimetría: Valérie Decart
Siendo así, en promedio 35 años multiplicado por la cantidad de Wakas con
Rampa, estaríamos hablando de por los menos 600 años de construcciones
sucesivas siguiendo esta teoría, sin considerar que se ha determinado que algunas
fueron remodeladas y siguieron en uso hasta en tres fases consecutivas, así
mismo el investigador postula que los enterramientos hallados en algunas de
estas Wakas corresponderían a los Kurakas que ahí habitaron, sin embargo no se
puede establecer que los cuerpos de los abuelos hallados en el lugar pertenezcan
a los Kurakas de cada “Pirámide” lo que está claro es que es necesario mayores
estudios.
“Hemos excavado un área representativa en cada ambiente del complejo, con el fin
de recolectar indicios que nos ayudarían a definir la índole de la ocupación en el
conjunto de la pirámide. Además, cada vez que fue posible, hemos excavado hasta la
roca madre, para definir el proceso de desarrollo arquitectónico, así como las
características de las ocupaciones pre-pirámide”
Waka 3A y 3B
(Peter Eeckhout y Carlos Farfán; levantamiento: Daniel Parent; diseño infográfico: V. Thieren).
El investigador identificó tres sectores en cada “pirámide” el primero es el patio
delantero o zona pública, en este patio se realizaban actividades cotidianas como
la crianza de cuyes, cocina y tejido, la segunda parte es la plataforma superior,
los espacios en esta área están enlucidos pero no presentan señales de pintura, se
identificaron banquetas, hornacinas y posibles ventanas, la tercera parte está
conformada por recintos y depósitos hundidos, según el investigador los
depósitos de la “Pirámide 3” estaban vacíos, en estos se habrían almacenado los
excedentes de la producción que se ha identificado como local, así mismo se
identificó la existencia de talleres de alfarería.
Las investigaciones realizadas en esta Waka indican que las fases tardías fueron
de presencia Inka, se han identificado que esta “pirámide” fue afectada
severamente por los saqueos con la finalidad de buscar oro, la información
general de esta construcción producida por las evidencias halladas no han
permitido determinar datos para la etapa de cierre con claridad.
Los trabajos realizados en el año 2002, permitieron identificar esta Waka, sin
embargo la rampa no fue hallada, mediante las excavaciones, los investigadores
confirmaron que la rampa fue destruida, esta pirámide fue también severamente
afectada por varios agentes, se identificó ofrendas de oro y de plata dorada.
En general los investigadores han identificado tres tipos de Wakas con Rampa,
siendo la de tipo Waka con Rampa Central, la más recurrente, incluidas las
remodelaciones, se identificó un caso de Wakas con Rampa Lateral, donde se
halló un Mono momificado como parte del relleno constructivo de la primera
terraza, el cual fue depositado como ofrenda, los investigadores postula que esta
“Pirámide” particular fue utilizada para la preparación de los fardos que luego
serían enterrados en los cementerios de la Waka, el tercer tipo es la Waka con
Rampa Pegadas al Costado, de este tipo también se identificó un solo ejemplo
entre todas las construcciones levantadas en Pachacamak.
Esquema virtual Waka del Mono en Pachakamak
(Fuente: Peter Eeckhout y Carlos Farfán; levantamiento: Daniel Parent; diseño infográfico V. Thieren).
El eje de la Waka con Rampa 1, sigue la dirección de la calle Norte Sur, hacia la
constelación de Los Ojos de la Llama, está alineada de tal forma que permitiría
observar estas estrellas desde la cima de la Waka así como desde la plaza de
ingreso del portal Norte, esta alineación seria la señal de inicio de una ritualidad
importante que se llevaba a cabo en la Waka puesto que la cosmovisión
originaria considera al runa y el cosmos integrado y comprueba la denominación
de Científicos Naturales como llamamos a nuestros abuelos.
La Waka del Sol, ubicada en el lugar más elevado del complejo, fue siempre
interpretada como una muestra de supremacía Inka sobre las otras
construcciones, Uhle, repitiendo posiblemente a Cabello de Balboa, escribió:
Esta posición es para nosotros sólo una interpretación que tiene sus fundamentos
en una ideología occidental donde lo que está arriba es superior a lo que está
abajo, es decir una verticalidad dogmatizada del ser, consideramos que la llegada
de los Inkas a la costa fue parte de un acuerdo o alianza con los Ychmas, quienes
vieron como los Cusqueños honraban y respetaban sus costumbres, a sus
ancestros y memoria, recibiendo los beneficios de la corriente civilizadora
preponderante de la época, serian ellos quienes otorgaron el espacio a los Inkas
para erigir conjuntamente ahí la Waka que cumpliría funciones rituales y
astronómicas y con una preferencial vista al mar, a Mamacocha, logrando así el
equilibrio armónico de Hanan – Urin en un nivel macro y nuevamente Hanan -
Urin en un nivel Local (Waka del Sol – Acllawasi en Pachakamak)
“hace tiempo que se ha observado que el templo carece totalmente de los signos
distintivos de la arquitectura Incaica, si acaso ha de considerársele como un edificio
incaico, en su estado ruinoso actual presenta pocos rasgos característicos , pero a
quien esté familiarizado con las ruinas del antiguo convento las diferencias
inmediatamente son saltantes, en el convento los nichos pertenecen a tipos
peculiares de estilo incaico, mientras que aquí los de la tercera terraza del frente
sudoeste, altos y rectangulares, no corresponden a arquitectura de ese periodo hasta
donde sabemos, los nichos cuadrados y llanos representan un tipo más primitivo,
probablemente local y nativo, diferente al del convento, aunque muy corriente en los
edificios de la ciudad antigua, los pequeños nichos trapezoidales podrían haber
comenzado con los incas, pero solo se ven en agregados más recientes y no pueden
ser tenidos en cuenta cuando se juzga el estilo original arquitectónico, en el convento
de la Mamacona el material y la calidad de los ladrillos de adobe, su forma y su
modo de colocación, el enlucido de sus muros con arcilla incolora, todo parece de
orden superior, distinguiéndose este edificio de estilo cuzqueño de todos los demás
de la ciudad, el templo en todos sus rasgos, tiene más en común con la ciudad que
con el convento donde los detalles arquitectónicos de ornamentación eran
enteramente profusos y determinaban todo el efecto de la edificación”
El investigador añade:
Bajo esta observaciones podría ser que, como parte de las alianzas entre dos
comunidades, los Ychmas construyeron una casa “Hamauta Wasi” para sus
Wayqueykunas Cusqueños que llegarían a habitar al lugar, y en la cima los Inkas
construirían los recintos con orientaciones astronómicas, así como las terrazas
solsticiales cuyas informaciones y datos serian parte del intercambio de ciencias
y tecnologías, lo cual sería muy beneficiosos para los costeños y cusqueños, los
Inkas a manera de reciprocidad construirían el Aclla Wasi donde recibirían
educación también los miembros de la comunidad Ychma.
“En los estudios presentados se observa que los ejes que estructuran el espacio de
esos sitios arqueológicos Inca tienden a alinearse con las direcciones de los dos ejes
señalados por el eje solsticial y Pléyades-Antares, y con el eje de los extremos
mayores de Luna Noreste-Suroeste, a los cuales se añade estrellas del Amaru y el
ocaso del cenit solar. El otro eje es el producido por el Mayu (Vía Láctea)
principalmente en dirección Sureste-Noroeste, con las salida de los Ojos de la Llama
y la Cruz del Sur, También se consideran alineaciones del eje solsticial y de la Luna
en el otro sentido Sureste-Noroeste, pero en menos casos, el otro eje empleado es el
equinoccial, como menciona Salazar este eje tendría relación con sitios de registro
astronómico-climático con fines agrícolas-ceremoniales”
Nosotros podemos entender que esta ciencia reflejada en la Pacha es una de las
repuestas de como una sociedad originaria logró avances en diversos campos del
desarrollo humano, esto denota planificación, un pensamiento considerando a los
que vendrán, una integración con el cosmos, estudiándolo, observándolo y
comprendiendo como este influye en los climas y en los Runas, logrando así
tener mejores respuestas ante eventos climáticos adversos lo cual permitiría la
preservación, continuidad y el progreso de la comunidad.
Indica que todas eran mujeres adultas y que sólo una de ellas presenta el cabello
gris, casi blanco, en algunos de los rostros observo “ débiles rastros de bermellón”,
de la misma manera indica que las características uniformes del ajuar que
acompañaban a las Warmis, comparándolos con otros evidencias halladas en
otros cementerios de Pachacamak que provenían de diferentes provincias,
presentaba claras diferencias, las vasijas del cementerio de las Warmis son de
estilo cuzqueño, también describe artículos de uso cotidiano, estaban
acompañadas también por dos perros y loros, textiles a medio terminar,
utensilios de cocina con muestras de uso prolongado, cinturones que a primera
vista le parecieron nuevos y otros que si presentaban señales de uso, canastas de
labor con evidente desgaste, peines con cabellos, vasos y platos de cerámica y
una taza de madera, anoto: “las personas eran enterradas como se iban y estaban”
Así mismo los alimentos que acompañaban a las Warmis eran todos de origen
serrano como el chuño, la tunta, oca, olluco, quinua y bayas de ají, también halló
muchas bolsas, consideradas como parte del vestido, que fueron usadas para
llevar koka, las bolsas eran tejidas de lana y algodón con listados rojos y
amarillos, se hallaron veinte aríbalos, cantaros, vasos, tapas de vasos, vasos con
gollete, las Warmis estaban adornadas con pendientes, collares, brazaletes
hechos de concha y cuadraditos de madera, un sapo labrado en concha blanca,
con un ojo verde y el otro rojo colgado de la cadena, manifiesta que algunos de
los dijes están engastados con piedra azul (lápiz lazuli)
Max Uhle realizó una detallada descripción de la Waka y las condiciones en las
que la halló, identificando su significado histórico por su “distinta arquitectura”
divide la construcción en tres secciones con sus particularidades cada una, con
“nichos” trapezoidales que decoran los muros, señalando que no encontró en
otras Wakas del lugar “nichos” similares, catalogándolo como de estilo Inka.
Uhle, quien denomina “convento” a la Waka mencionó que “en su estado actual
es solo una sombra de su pasada grandeza” identificó la terraza abierta al Sud
Este y Sud Oeste dividida en tres habitaciones pequeñas con “nichos
decorativos”, la parte occidental, indica, era el área principal de la construcción,
compuesta de dos plataformas, identificando habitaciones cuyos muros se
conservaban “en toda su altura” las terrazas están divididas por un pasadizo,
describe los cuartos al pie de la terraza como pequeños y en “estado tan ruinoso
que no es posible imaginar su aspecto general” menciona los nichos que rodean
la terrazas y edificios estaban “enteramente rodeados por nichos”, indica observó
10 de los cuales los numerados por el del 6 al 8 son los “Nichos bien
conservados”. los techos de los “nichos” señala fueron hechos todos de tablas de
madera atadas con sogas, técnica diferente a la utilizada en las construcciones de
las Wakas ubicadas dentro del muro perimétrico, las tablas mencionadas para el
momento de su descripción se encontraban “casi todas arrancadas de los muros y
así el efecto general de los nichos ha sido destruido” proporcionándonos con este
dato una de las posibles causas de la destrucción de la Waka que al haberle
quitado los elementos estructurales que sostenían los techos de la hornacinas esta
con el intemperismo de los siglos y otros factores externos se vieron afectadas
hasta llegar al estado que el investigador la encontró.
“Nichos” del Acllawasi Foto Max Ulhe 1986
Entre los años 1940 y 1944 el Arqueologio Peruano Julio C. Tello fue designado
para dirigrir lasi investigaciones en la Waka Pachakamak, realizó trabajos en la
Plaza de los Peregrinos, Urpi Cocha, Urpi Wachak y en el Acllawasi, desde las
descrpiciones de Uhle no se habian hecho trabajos en en lugar, es asi que se
realizan labores de limpieza encargadas a Albert Giesecke en 1938, quien en una
carta manifiesta sobre el Acllawasi:
“Las obras de limpieza en este Convento dieron como resultado el hallazgo de
nuevos nichos, cuartos, puertas y gradas, muchas de ellas bajo varios metros de
escombros, se ha limpiado lo suficiente para demostrar que quedan bastantes
construcciones por descubrir, sin embargo, es enorme la cantidad de tierra que se ha
movido durante la limpieza de este Convento”
2° Reconstruir totalmente el edificio de las Mamaconas por presentar casi completos sus
principales compartimentos integrantes, y patios con cisternas.
“El Sr. Carlos Alayza se interesó de tal manera en el asunto que no debe de
paralizarse los trabajos en un instante hasta que quede terminado el proyecto de
museo al aire libre, Se ha entusiasmado mucho con lo que ha hecho en los
pabellones de las Mamaconas que dice; que va a botar una mayor cantidad de que
tenía para la reconstrucción de este monumento; que el museo planteado por usted
será un hecho, y que por lo que va viendo, será algo digno de presentarlo en
cualquier parte del mundo”
“El Sr. Carlos Alayza considera indispensable que se restaure los techos de los
pabellones puestos a la vista con sus propios palos de huarango que lo va hacer traer
de Ica”
Sobre la mencionada Junta podemos indicar que fueron creadas en 1931 por el
gobierno peruano con la finalidad de ayudar a poblaciones vulnerables por la
crisis mundial vivida en esos años, asignandoles proyectos como los de la
construccion de los Barrios Obreros en sus primeros seis años de vigencia,
cambiando posteriormente los objetivos a la construcción de vías de
comunicación para lo cual disponian de presupuestos estatales que invertian en
estos proyectos.
Tello en 1945 manifiesta:
“El gobierno del Perú ha auspiciado las investigaciones arqueológicas en
Pachacamac y, en especial, la reconstrucción de uno de sus principales edificios, el
Templo de Killay o de la Luna, destinado a ser la sede del futuro Museo de
Pachacamac”
Sin embargo aclara que es derecho de las personas cultas opinar sobre las
relaciones con el concepto de la verdad histórica, manifestando que:
“la gran versación y capacidad de quien las ha proyectado y las dirige no están en
tela de juicio; pero esa circunstancia no basta, pues nadie está libre de errar, y todo lo
que se refiere al patrimonio histórico del Perú debe ser considerado con la mayor
atención y la más extrema prolijidad”
La Calle Norte Sur está conformada por altos muros de adobe y piedra, la calle
se intersecta con la calle Este Oeste, el ingreso es por el Portal que aún se
conserva en la afueras del perímetro moderno de la Waka, en la vía que conduce
a Villa el Salvador, la calle desde el Portal se dirige hacia la Waka Pintada, la
extensión de la calle se ha estimado en 1,300 m. contados desde el Portal hasta el
primer muro perimétrico, la sección expuesta tiene 332 m de largo y 4.70 y 2 m.
de ancho, la pendiente fue atenuada mediante la colocación de gradas de piedra.
La Calle Este Oeste, tiene una longitud de 2.50 m. de largo, la calle se forma
con los muros altos de las construcciones colindantes, se observó que el piso
compactado se encuentra sobre acumulaciones de material orgánico.
Según Max Uhle la calle Este Oeste no estaba terminada, por cuanto no pudo
definir claramente el extremo Oeste, manifestando que las calles debieron de ser
construidas al mismo tiempo que las Wakas con Rampa.
.
Plano Calles Norte-Sur y Este -Oeste
Calles Norte-Sur y Waka Con rampa 1, en dirección a la Waka Antigua
Estos depósitos se identificaron hace diez años, tenía como acceso un camino
epimural al Este y una calle o pasaje al Oeste, de estos accesos solo quedan
vestigios.
PRODUCTOS PORCENTAJE
MAIZ 98.04
MANI 66.7
AJI 54.9
MADERA 50.98
CARBON 47.06
ZAPALLO LOCHE 41.18
ALGODÓN 37.25
GUAYABA 37.25
LUCUMA 21.5
ZAPALLO MACRE CALABAZA 11.76
FRIJOL 11.76
Sonia Quiroz, María Luisa Patrón, Rommel Ángeles, Isabel Cornejo, Rosa Uceda
“OBRAS MAESTRAS EN LA COLECCIÓN DEL MUSEO DE SITIO DE
PACHACAMAC”
Denise Pozzi-Escot, “PACHACAMAC, CONSERVACIÓN EN ARQUITECTURA DE
TIERRA”
.
Alfio Pinasco, “EL ORDEN DE UN ESPACIO Y TIEMPO ORGANIZADO, EN EL
SANTUARIO DE PACHACAMAC”