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Los Adolescentes: el Alcohol y Otras Drogas

No. 3 (Revisado 7/04)

Los adolescentes pueden estar comprometidos en varias formas con el alcohol y las drogas legales
o ilegales. Es común el experimentar con el alcohol y las drogas durante las adolescencia.
Desgraciadamente, con frecuencia los adolescentes no ven la relación entre sus acciones en el
presente y las consecuencias del mañana. Ellos tienen la tendencia a sentirse indestructibles e
inmunes hacia los problemas que otros experimentan. El uso del alcohol o del tabaco a una
temprana edad aumenta el riesgo del uso de otras drogas más tarde. Algunos adolescentes
experimentan un poco y dejan de usarlas o continúan usándolas ocasionalmente sin tener
problemas significativos. Otros desarrollarán una dependencia, usarán luego drogas más
peligrosas y se causarán daños significativos a ellos mismos y posiblemente a otros.

La adolescencia es el tiempo de probar cosas nuevas. Los adolescentes usan el alcohol y las otras
drogas por varias razones, incluyendo la curiosidad, para sientirse bien, para reducir el estrés, para
sentirse personas adultas o para pertenecer a un grupo. Es difícil el poder determinar cuáles de los
adolescentes van a experimentar y parar ahí, y cuáles van a desarrollar problemas serios. Los
adolescentes que corren el riesgo de desarrollar problemas serios con el alcohol y las drogas
incluyen aquellos:

 con un historial familiar de abuso de substancias

 que están deprimidos

 que sienten poco amor propio o autoestima

 que sienten que no pertenecen y que están fuera de la corriente

Los adolescentes abusan de una variedad de drogas, tanto legales como ilegales. Las drogas
legales disponibles incluyen las bebidas alcohólicas, las medicinas por receta médica, los
inhalantes (vapores de las pegas, aerosoles y solventes) y medicinas de venta libre para la tos, la
gripe, el insomnio y para adelgazar. Las drogas ilegales de mayor uso común son la marijuana
(pot), los estimulantes (cocaína, "crack" y "speed"), LSD, PCP, los derivados del opio, la heroína y
las drogas diseñadas (éxtasis). El uso de las drogas ilegales está en aumento, especialmente entre
los jóvenes o adolescentes. Primero el uso de la marijuana ocurre en la escuela intermedia (middle
school) y el uso del alcohol puede comenzar antes de los 12 años. El uso de la marijuana y el
alcohol en la escuela superior (high school) se ha convertido en algo común.

El uso de las drogas y el alcohol está asociado con una variedad de consecuencias negativas, que
incluyen el aumento en el riesgo del uso serio de drogas más tarde en la vida, el fracaso escolar, el
mal juicio que puede exponer a los adolescentes al riesgo de accidentes, violencia, relaciones
sexuales no planificadas y arriesgadas y el suicidio.

Las señales principales del uso de alcohol y del abuso de drogas por los adolescentes pueden
incluir:

 Físicas: fatiga, problemas al dormir, quejas continuas acerca de su salud, ojos enrojecidos
y sin brillo y una tos persistente.

 Emocionales: cambios en la personalidad, cambios rápidos de humor, irritabilidad,


comportamiento irresponsable, poco amor propio o autoestima, carencia de juicio,
depresión, retraimiento y una falta general de interés.

 De Familia: el comenzar argumentos, desobedecer las reglas, el retraerse o dejar de


comunicarse con la familia.

 En la Escuela: interés decreciente, actitud negativa, calificaciones bajas, ausencias


frecuentes, faltas al deber y problemas de disciplina.

 Problemas Sociales: amigos o pares envueltos con drogas y alcohol, problemas con la ley y
el cambio dramático en el vestir y apariencia.

Algunas de estas señales de aviso pueden también ser señales indicativas de otros problemas
emocionales. Cuando los padres se preocupan deben de tomar el primer paso y consultar con el
médico de familia del adolescente. Si se sospecha el uso/abuso de drogas o alcohol, entonces al
adolescente se le debe de hacer una evaluación comprensiva llevada a cabo por un siquiatra de
niños y adolescentes o por otro profesional de la salud mental capacitado.

Los padres pueden ayudar a su hijo proveyéndole la educación a temprana edad acerca de las
drogas y el alcohol, estableciendo comunicación, siendo ejemplo modelo positivo y reconociendo
y tratando desde el comienzo los problemas que surjan.

Vea también:

See also: Your Child (1998 Harper Collins) / Your


Adolescent (1999 Harper Collins)

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Cómo Conseguir un Siquiatra de Niños y Adolescentes

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¿En qué consiste el tratamiento para la drogadicción?

El tratamiento para la drogadicción tiene como finalidad ayudar al adicto a dejar la búsqueda y el
consumo compulsivos de la droga. El tratamiento puede darse en una variedad de entornos, de
muchas formas distintas y por diferentes periodos de tiempo. Puesto que la drogadicción suele ser
un trastorno crónico caracterizado por recaídas ocasionales, por lo general no basta con un solo
ciclo de tratamiento a corto plazo. Para muchas personas, el tratamiento es un proceso a largo
plazo que implica varias intervenciones y supervisión constante.
Existen varios enfoques con base científica para tratar la drogadicción. El tratamiento para la
drogadicción puede incluir terapia de la conducta (como terapia individual o de grupo, terapia
cognitiva o manejo de contingencias), medicamentos o una combinación de ellos. El tipo
específico de tratamiento o la combinación de tratamientos varía según las necesidades
individuales del paciente y, con frecuencia, según el tipo o los tipos de drogas que use. La
gravedad de la adicción y los intentos anteriores para dejar de consumir drogas también pueden
influir en el enfoque del tratamiento. Finalmente, los adictos suelen sufrir de otros problemas de
salud (incluyendo otros trastornos mentales), ocupacionales, legales, familiares y sociales, los
cuales deben tratarse de forma concurrente.

Los mejores programas de tratamiento ofrecen una combinación de terapias y otros servicios para
satisfacer las necesidades individuales de cada paciente. Las necesidades específicas pueden
relacionarse con aspectos como la edad, raza, cultura, orientación sexual, sexo, embarazo,
consumo de otras drogas, problemas de salud concurrentes (p. ej., depresión, VIH), crianza de
hijos, vivienda y trabajo, además de antecedentes de abuso físico y sexual.

El tratamiento para la drogadicción puede incluir terapia de la conducta, medicamentos o una


combinación de ellos.

Hay medicamentos, como la metadona, la buprenorfina y la naltrexona, que se usan para tratar a
personas adictas a las sustancias opioides, mientras que para los adictos al tabaco existen
preparados de nicotina (parches, chicles, pastillas y vaporizador nasal) además de los
medicamentos vareniclina y bupropión. El disulfiram, el acamprosato y la naltrexona son
medicamentos usados para tratar la dependencia al alcohol, la cual se presenta comúnmente
junto con otras drogadicciones. De hecho, la mayoría de las personas con adicción severa son
consumidores de diversas drogas y requieren tratamiento para todas las sustancias que abusan.
Incluso se ha comprobado que las personas que tienen problemas con el alcoholismo y el
tabaquismo pueden recibir tratamiento simultáneamente para ambos problemas.

Los medicamentos psicoactivos, como los antidepresivos, los ansiolíticos, los estabilizadores del
estado de ánimo o los antipsicóticos pueden ser críticos para el éxito del tratamiento cuando los
pacientes tienen trastornos mentales simultáneos, tales como depresión, trastorno de ansiedad
(incluyendo el trastorno de estrés postraumático), trastorno bipolar o esquizofrenia.

Las terapias de la conducta pueden ayudar a motivar a los toxicómanos a participar en el


tratamiento para las drogas, ofrecen estrategias para afrontar el deseo de consumirlas, enseñan
maneras de evitar las drogas y prevenir las recaídas, y ayudan en el manejo de las recaídas en caso
de que éstas ocurran. Las terapias de la conducta también pueden ayudar a mejorar las destrezas
de comunicación, las relaciones interpersonales y la crianza de hijos, así como la dinámica familiar.

Muchos programas de tratamiento emplean terapias tanto individuales como de grupo. La terapia
de grupo puede brindar refuerzo social y ayudar a fomentar la abstinencia y un estilo de vida sin
drogas. Algunos de los tratamientos conductuales más establecidos, como el manejo de
contingencias y la terapia cognitiva conductual también se están adaptando para uso con grupos a
fin de mejorar la eficacia y el ahorro de costos. Sin embargo, sobre todo en adolescentes, puede
haber un peligro de efectos iatrogénicos o involuntarios del tratamiento en grupo; es por ello que
los terapeutas capacitados deben estar al tanto de tales efectos y monitorearlos.
El tratamiento del abuso y la adicción a las drogas se efectúa en distintos entornos usando una
variedad de enfoques farmacológicos y conductuales.

Puesto que trabajan en distintos aspectos de la adicción, las combinaciones de terapias de la


conducta y medicamentos (cuando los hay) por lo general parecen ser más eficaces que cualquier
enfoque usado por sí solo.

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