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DEPARTAMENTO DE SILVICULTURA
Santiago, Chile
2008
UNIVERSIDAD DE CHILE
FACULTAD DE CIENCIAS FORESTALES
ESCUELA DE CIENCIAS FORESTALES
DEPARTAMENTO DE SILVICULTURA
Quisiera agradecer a todas las personas que de una u otra forma me ayudaron en la
realización de este trabajo que por fin llega a buen término.
También debo nombrar a Mauri y Elena a quienes hice pasar frió en Pantanillos, y
Maui que ayudo con sus conocimientos técnicos.
1. INTRODUCCIÓN .........................................................................................................1
2. OBJETIVOS...................................................................................................................3
2.1. Objetivo General ...................................................................................................3
2.2. Objetivos Específicos.............................................................................................3
2
4.2.4. Estimación de la erosión utilizando el método de clavos .........................18
4.2.5. Muestras de suelo ........................................................................................19
4.2.6. Estimación de la erosión utilizando RUSLE.............................................20
4.2.6.1 Determinación del factor R .......................................................................20
4.2.6.2 Determinación del factor K .......................................................................21
4.2.6.3 Determinación del factor LS .....................................................................21
4.2.6.4 Determinación del factor C .......................................................................21
4.2.6.5 Determinación del factor P........................................................................23
4.2.7. Obtención de la información ......................................................................23
4.2.8. Selección y cálculo de las intensidades ......................................................24
8. BIBLIOGRAFÍA..........................................................................................................37
APENDICE I .......................................................................................................................42
APÉNDICE IV.....................................................................................................................49
ANEXO I ..............................................................................................................................50
3
ÍNDICE DE CUADROS
El presente estudio tuvo como finalidad cuantificar la erosión hídrica superficial mediante
el método experimental de “parcelas de erosión con clavos” y mediante aplicación del
modelo RUSLE, en tres situaciones de post-cosecha: Tratamiento con aplicación de quemas
(T1); Tratamiento con aplicación de fajas de residuos contra la pendiente (T2) y
Tratamiento de residuos esparcidos sin orden (T3), en el Centro Experimental Forestal Dr.
Justo Pastor León (Predio “Pantanillos”), ubicado en la Comuna de Constitución, VII
Región.
Al final de cuatro meses de mediciones, con una precipitación total para el período de 912,5
mm, los resultados señalan que la erosión neta para el período fue de 46,8 ton/ha en el
tratamiento con aplicación de quemas (T1), 19,4 ton/ha para el tratamiento con aplicación
de fajas de residuos contra la pendiente (T2) y -9,1 ton/ha en T3, cuyo tratamiento es de
residuos esparcidos sin orden, lo cual implicó más depósito de material que socavación del
suelo.
La aplicación de RUSLE permitió determinar cuáles son los factores de este modelo que se
pueden adecuar y cuáles deben ser modificados para otorgarle mayor validez en el campo
forestal. Para la estimación del factor de erosividad de la lluvia; se obtuvo un R con valor
113,45 (MJ*mm/ha/h/período). El valor de la erosión presentada por T1 alcanzó las 0,691
ton/ha/período, mientras que T2 obtuvo 0,0093 ton/ha/período y para T3 0,00053
ton/ha/período.
ABSTRACT
The aim of this research is to measure the surface erosion by water, by the experimental
method of the erosion pins and by application of RUSLE in three post- mausting situations
at Centro Experimental Forestal Dr. Justo Pastor León (Property “Pantanillos”), located at
county of Constitución, VII Region.
The erosion pins method took into account the installation of three plots for each treatment,
sizing 13x13 cm, where 144 erosion pins were located and measured after each erosive
rainfall. The plots were located in a slope range of 1 to 3%.
After 4 months, with a total precipitation of 912.5 mm, the results indicated that the net
erosion for the period was: 46.8ton/ha in the treatment with burned applications (T1); 19.4
ton/ha in the treatment with residue row piles placed against the slope (T2); -9.1 ton/ha in
T3 residues.
The statistic comparison between treatments did not show significant differences for the
average results of net erosion, soil movement, mean erosion and mean sedimentation.
The RUSLE application allowed determining which factors of this model could be adapted
and which should be modified for better results in the forest field. To estimate the rainfall
erosivity factor, we obtained an R valued in 113.45 (MJ*mm/ha/h/período). The erosion
amounts were: T1, 0.691 ton/ha/período; T2, 0.0093 ton/ha/período; T3, 0.00053
ton/ha/período.
1. INTRODUCCIÓN
Las cifras expuestas señalan la importancia del sector forestal en la economía chilena y por
ello la importancia de realizar estudios conducentes a mantener y recuperar el recurso s uelo
para seguir mejorando la producción, evitar el éxodo rural y resaltar la relevancia ecológica
de este recurso natural no renovable.
En cuanto al manejo de bosques, existe evidencia de que bajo ciertas técnicas de manejo
intensivo, ocurre daño al suelo y una degradación ambiental. El problema es que la siempre
creciente demanda de productos forestales puede solventarse solo a través del manejo
forestal intensivo (Pritchett, 1991).
En Chile el desencadenamiento de los procesos erosivos se vio favorecido por los sistemas
de explotación agrícola que destruyeron la vegetación protectora al despejar los terrenos
inclinados del bosque que los cubría, por la subdivisión de la propiedad que obligó a
trabajar las tierras en forma continuada, por el sistema de laboreo que seguía una dirección
perpendicular a las curvas de nivel y por el talaje excesivo y la falta de rotación en los
cultivos (Memoria Chilena, 2004). La erosión de suelos y la escorrentía tienen como
consecuencia la deposición de partículas de suelo en lugares indeseados, con múltiples
consecuencias negativas, resultando en gastos significativos para el Estado y la sociedad
(Derpsch, 2004).
1
Este estudio pretende generar mayor información respecto a las consecuencias del manejo
de residuos sobre el proceso de erosión, para lo cual se contrasta el uso de dos métodos de
estimación de la erosión hídrica en suelos forestales, un método predictivo y otro
experimental o de medición de campo. El primero se refiere a la Ecuación Universal de
Pérdidas de Suelo Revisada (RUSLE) y el segundo a las parcelas con clavos de erosión. De
especial interés es en esta investigación verificar el uso de RUSLE como una manera
práctica y conveniente de estimar las pérdidas de suelo por erosión.
2
2. OBJETIVOS
Evaluar el uso del modelo RUSLE como un estimador de las pérdidas potenciales
de suelo en tres condiciones de manejo forestal post-cosecha.
Determinar las pérdidas de suelo reales en las tres situaciones de manejo forestal
post-cosecha consideradas.
Comparar los efectos de tres situaciones de manejo post-cosecha de residuos en
términos de pérdidas de suelo.
Comparar las pérdidas reales de suelo con las estimadas a través del modelo
RUSLE.
3
3. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
La palabra erosión proviene del latín erodere que significa roer, desprender o desgarrar. La
erosión del suelo se refiere a la eliminación, transporte y pérdida neta del mismo
(Constantinesco, 1976). Constituye la remoción física del suelo por la acción del impacto
de caída de las gotas de lluvia, energía del flujo superficial y subterráneo, hielo, velocidad
del viento y fuerza de la gravedad (FAO, 1997).
El fenómeno erosivo no sólo remueve el alimento de las plantas, sino que se lleva, a la vez,
el cuerpo entero del suelo (Bennett, 1965). La erosión por agua origina a la vez clases de
degradación bien características que son: erosión de manto, erosión de fertilidad, erosión de
encharcamiento, erosión de zanjas, erosión de deslizamientos y erosión de depositación
(Peralta, 1976).
Los procesos de erosión hídrica están estrechamente relacionados con las rutas que sigue el
agua en su paso a través de la cobertura vegetal y su movimiento sobre la superficie del
suelo (Morgan, 1997). Este tipo de erosión es causada por la acción de las gotas de lluvia al
impactar una superficie de terreno no debidamente protegida por vegetación. Esta acción
separa partículas de los agregados del suelo, las que posteriormente son arrastradas por el
escurrimiento superficial de las aguas. La importancia del efecto de las gotas radica en que
son capaces de dispersar partículas a distancias de 150 cm del punto de impacto y
levantarlas a alturas de 60 cm (Peña, 1992).
4
3.2.1. Mecánica de la erosión hídrica
Este proceso es complejo y está influido por la cantidad, intensidad y duración de la lluvia,
naturaleza del flujo superficial, naturaleza del suelo y su pendiente, y el tipo de cubierta
vegetal. No obstante, siempre el material debe primero ser suelto antes de ser transportado,
y este movimiento es el resultado del impacto de la gota de lluvia, de la turbulencia
producida por ellas y el agua de escurrimiento (Peralta, 1976).
Se necesita un enorme gasto de energía para romper los agregados y terrones del suelo y el
proceso puede ser separado claramente en tres etapas:
Los agentes erosivos que entran en actividad en forma conjunta son las gotas de lluvia y el
escurrimiento superficial. La energía cinética que tiene la gota de agua determina la fuerza
del impacto que debe ser absorbida en cada punto del suelo, mientras que el área horizontal
de la gota determina la superficie del suelo que será afectada por el impacto, ya que la
fuerza de las gotas se aplica uniformemente sobre toda la superficie donde cae, causando
una eliminación también pareja de las partículas. Toda la energía cinética de las gotas,
salvo una pequeña parte que se transforma en sonido y calor, se ejerce sobre las partículas
de la superficie del suelo. Es por esto que el sistema principal para prevenir la erosión es
tratar que esta energía se pierda antes que la gota alcance al suelo (Peralta, 1976). El
desprendimiento de una partícula de la masa del suelo se produce cuando las fuerzas
ejercidas por el flujo son superiores a las fuerzas que mantienen la partícula unida al resto
(Morgan, 1997). Es decir cuando se sobrepasa el esfuerzo crítico de corte, o bien la fuerza
por unidad de área requerida para vencer la resistencia de las partículas (o agregados) de l
suelo a ser removidas por el escurrimiento superficial (Mancilla, 2004).
El agua de escurrimiento se mueve en la superficie del suelo como una delgada lámina de
agua, o en forma canalizada (Peralta, 1976). La efectividad del flujo superficial como
agente erosivo depende de su extensión espacial y de su distribución sobre la ladera
(Morgan, 1997).
5
3.2.2. Factores que determinan la erosión hídrica
Topografía: Las características topográficas que ejercen una marcada influencia sobre la
erosión son; el grado de inclinación, longitud y forma de la pendiente, y tamaño y forma de
la cuenca (FAO, 1997). La erosión aumenta con frecuencia cuando la longitud de la
pendiente es mayor (Bennett, 1965). En determinadas condiciones la variación del largo de
la pendiente puede causar mayor efecto sobre las pérdidas de suelo que los cambios en su
grado de inclinación (Mancilla, 1995). En cuanto a la forma de la pendiente, esta también
juega un rol importante, ya que terrenos con gradientes cóncavas o convexas no tienen
similar comportamiento, aunque la pendiente promedio sea la misma (Mancilla, 1995).
Vegetación: El manto vegetal influye sobre la proporción del escurrimiento del agua de
lluvia y del arrastre del suelo más que cualquier otro factor físico por separado (Bennett,
1965). La vegetación actúa como una capa protectora o amortiguadora entre la atmósfera y
el suelo. Los componentes aéreos como hojas y tallos, absorben parte de la energía de las
gotas de lluvia y del agua en movimiento. Cuando el suelo se encuentra cubierto con
plantas o residuos, la masa vegetal absorbe la energía de las gotas que caen. El agua caída
se escurre lentamente hasta la superficie del suelo donde infiltra con rapidez, pues la
cobertura impide el taponamiento de los poros (Derpsch, 2004).
Acción antrópica: Las actividades antropogénicas se manifiestan a través del mal uso de
los recursos naturales. Entre las actividades humanas relacionadas con la erosión se
incluyen la agricultura, pastoreo, minería, silvicultura, recreación, urbanismo y vialidad,
entre otras (FAO, 1997).
6
3.3. Impacto y consecuencias de la erosión y sedimentación
El suelo tiene gran influencia en la composición de los rodales forestales, ya que puede
terminar siendo la discriminante en el límite de rango climático de una especie (Donoso,
1992). La presencia de bosques constituye la mejor protección natural contra la erosión.
Las áreas forestales poseen una alta capacidad de retención del agua por intercepción y
retención superficial en la hojarasca y alta capacidad de infiltración, que en conjunto hacen
disminuir la escorrentía superficial (FAO, 1997). Por lo tanto, bajas tasas de escorrentía y el
papel protector de la capa de residuos sobre la superficie del suelo, implican reducidos
índices de erosión (Morgan, 1997). Además, el bosque otorga reforzamiento mecánico del
perfil del suelo debido al sistema radicular de los árboles (FAO, 1997).
La tasa de erosión post-cosecha tiene relación directa con la cobertura de residuos que
queda en el piso del bosque, luego de realizar las faenas de tala y extracción del recurso
maderero (Silva, 2002). El manejo de los residuos vegetales es una herramienta muy
poderosa para el control de la erosión del suelo. El manejo depende de los objetivos; los
residuos se pueden dejar en la superficie del suelo, pueden incorporarse al perfil, pueden
quemarse o retirarse de los campos (FAO, 1997).
7
3.5.1. Efectos de los desechos post-cosecha
La presencia de residuos en la superficie protege al suelo de las lluvias más intensas del
invierno, mientras puede establecerse un cultivo o plantación. Además, los residuos in-situ
protegen los agregados superficiales, contribuyendo a mantener una estructura más abierta
o porosa, favoreciendo el proceso de infiltración (Peña, 1992). La utilidad que se les da a
estos residuos de la cosecha es depositarlos sobre el suelo, de modo que, a medida que se
vayan descomponiendo, los nutrientes pasen a ser parcialmente incorporados al suelo y éste
quede además con una capa protectora contra la erosión superficial (Silva, 2002).
Existe entre los agricultores la creencia de que las cenizas, producto de la quema de
rastrojos, son un fertilizante, cuya cantidad y calidad justifica su incineración (Crovetto
2003). Sin embargo, la realidad es que el aporte es escaso y, por el contrario, los suelos van
perdiendo en forma sistemática su escasa materia orgánica y por ende su fertilidad en el
largo plazo, provocando una mayor dependencia del uso de fertilizantes químicos.
En el ámbito forestal las quemas se emplean con la finalidad de preparar el sitio para ser
replantado y, secundariamente, y en especial en el caso de Pino radiata, para facilitar la
incorporación de la materia orgánica al suelo. Sin embargo, existen evidencias de que los
suelos sujetos a quemas son muy susceptibles a los agentes erosivos (Francke, 1991). Por
su parte, Julio (1998) destaca la pérdida de fertilidad de los suelos y a los procesos erosivos
como daño de tipo indirecto provocado por efecto del fuego, y las señala como pérdidas de
carácter intangibles, difíciles de identificar y evaluar incluso en el mediano plazo.
8
3.6. Erosión hídrica en Chile
La magnitud del proceso erosivo en Chile fue estimada en un estudio realizado el año 1979
por el Instituto de Investigación de Recursos Naturales (IREN). Este señaló que la
superficie total erosionada abarcaba 34.7490.753 ha en el territorio continental del país, lo
que representa el 45,7% de la superficie nacional. Este estudio excluyó algunas áreas como
los ecosistemas montañosos, desiertos y archipiélagos y los suelos regados del país.
Fuentealba y Sepúlveda (1991), señalan que de 34,7 millones de hectáreas estudiadas por
IREN-CORFO, 75% de ellas presentan altos niveles de erosión, lo que permite concluir que
en el mejor de los casos, un tercio de la superficie estudiada presenta problemas de erosión
calificada de grave y muy grave, sin considerar los niveles de erosión moderada y leve.
Para Soto (1999), citado por Santibáñez y Royo (2002), en la actualidad la erosión presenta
características de extrema gravedad y afecta a una superficie de 47.300.000 ha, lo que
equivale al 60% del territorio nacional, concentrándose mayormente en las zonas áridas y
semiáridas entre las regiones I y VIII y en las zonas subhúmedas y secas de las regiones XI
y XII. Para la región del Maule, cuya área estudiada fue de 1.538,0 ha, el porcentaje de
superficie erosionada, según las distintas categorías corresponde a: 26,7% erosión grave;
22,0% erosión moderada y 1,2% erosión leve (Santibáñez et al., 2006).
Los resultados sobre superficies erosionadas que se han señalado, indican que en Chile se
hace urgente la necesidad de enfocarse a la conservación de suelos. En este contexto, el
concepto de conservación de suelos forestales debe entenderse como el mantenimiento, en
el largo plazo, de la productividad del suelo sometido a una condición de uso a través de las
actividades de manejo forestal. Esto es obtener en una determinada superficie de terreno la
máxima producción sostenible y, al mismo tiempo, mantener las pérdidas de suelo por
debajo del umbral con que la velocidad natural de formación del suelo, compensa las
pérdidas por erosión (Morgan, 1997; Gayoso y Alarcón, 2000).
Morgan (1997), define la pérdida tolerable de suelo como la tasa máxima de erosión
permisible para que la fertilidad del suelo pueda mantenerse durante 20 ó 25 años. En este
caso, una pérdida media anual de suelo de 11 ton/ha se considera generalmente aceptable
aunque, en condiciones particularmente sensibles, como ocurre en los casos de suelos
superficiales o altamente erosionables, se recomiendan valores tan bajos como 2 ton/ha.
9
3.7. Estimación y me dición de la erosión hídrica
Este es un sistema sencillo y de bajo costo que permite establecer una muestra de un gran
número de puntos y obtener una estimación válida (Hudson, 1997). Consiste en introducir
en el suelo una varilla medidora de manera que en su parte superior se puedan “leer” los
cambios en el nivel de la superficie del suelo (Figura 1). Las varillas pueden ser de madera,
hierro o cualquier otro material que no se deteriore, que sea fácil de obtener y de bajo costo.
La varilla debe tener una extensión que se pueda introducir en el suelo para obtener un dato
concreto: 300 mm es una longitud corriente, puede ser menor si se trata de un suelo poco
profundo o mayor si se trata de un suelo suelto. Es preferible que tenga un diámetro de unos
5 mm o menos, ya que un espesor mayor puede interferir con la corriente de superficie y
provocar su desgaste (Hudson, 1997).
10
3.7.2. Modelos empíricos
El modelo USLE fue desarrollado inicialmente como una herramienta para asistir a los
conservacionistas en la planificación del uso agrícola de la s tierras. Sin embargo las
investigaciones realizadas y experiencias colectadas desde los años 70 han provisto de
amplia información adicional y mejor tecnología, aportando a la actualización de la base de
datos, el análisis de la información adicional y de los principios fundamentales que
describen los procesos hidrológicos y de la erosión (FAO, 1997). La necesaria actualización
que requería la incorporación de nuevos procesos, datos y de mejorar algunos puntos de
discusión, llevó a la elaboración de la Ecuación Universal de Pérdidas de Suelo Revisada
(RUSLE), diseñada para predecir la erosión del suelo en pendientes, como guía para la
planificación de la conservación a nivel de predios. Además, puede usarse para estimar la
liberación de sedimentos de cuencas (FAO, 1994). RUSLE no determina si la pérdida de
suelo es excesiva en un sitio, o si los sistemas de control de erosión han fallado. El usuario
de RUSLE toma tales decisiones basado en numerosos criterios de pérdida de suelo y
estimaciones de liberación de sedimento (Dissmeyer y Foster, 1980).
RUSLE es un método que utiliza seis factores para calcular la pérdida de suelo promedio
para un período de tiempo definido: la erosividad de la lluvia y escorrentía, la
susceptibilidad de erosión del suelo, la longitud de la pendiente, la magnitud de la
pendiente, la cubierta y manejo de cultivos y residuos, y las prácticas de conservación
(Renard et al, 1997). Su representación es la siguiente:
A = R * K * L * S *C * P
Donde:
C= Factor de cubierta y manejo. Proporción de pérdida de suelo para una superficie con
cobertura y manejo específico, con respecto a una superficie idéntica en barbecho
continuo (FAO, 1994). Está disgregado de acuerdo a la periodicidad de la lluvia y razón
de pérdida de suelo para ese período (SLR).
En comparación con USLE, los avances presentados por RUSLE incluyen (FAO, 1994):
Un nuevo método para calcular el factor cubierta- manejo (C), utilizando subfactores
que incluyen uso previo de la tierra, cubierta de cultivos, cubierta vegetal del suelo
(incluyendo fragmentos de roca en la superficie), y rugosidad del terreno.
Nuevas formas de estimar los factores de largo y magnitud de la pendiente ( LS) que
consideran porcentajes de erosión en surcos e ínter-surcos.
12
La planificación con consideración de la conservación de los suelos tiene utilidad a escalas
desde prediales hasta regionales o nacionales. La principal ventaja de un modelo de
simulación tal como RUSLE, es poder realizar la estimación de la tasa de erosión que
ocurriría con un determinado uso y manejo del suelo, o variantes tecnológicas de un mismo
uso (diferentes manejos), en el proceso de elaboración de los proyectos de explotación
predial. A escalas menores que la predial, además de la planificación, RUSLE puede servir
para evaluar el uso actual de los suelos y poner de manifiesto las combinaciones uso-suelo-
topografía- lugar geográfico con niveles de erosión excesivos, para actuar sobre ellas
(Clérici y García, 2001).
13
4. MATERIAL Y MÉTODO
4.1. Material
El estudio se realizó en el Campo Experimental Dr. Justo Pastor León (Predio Pantanillos),
perteneciente a la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Chile, localizado
entre las coordenadas geográficas 35º43' y 35º47' de Latitud Sur; y 72º29' y 72º31' de
Longitud Oeste. La ubicación político administrativa corresponde a la Comuna de
Constitución, Provincia de Talca, VII Región del Maule.
14
4.1.2. Características del suelo
4.1.3. Clima
Debido a la menor elevación que alcanzan en esta Región ambas cordilleras, estas no son
suficientes para definir climas claramente diferentes en las zonas que ocupan. Así en la VII
Región se ha identificado un solo tipo climático, que corresponde al templado cálido con
estación seca de 4 a 5 meses (DGAC, 2006).
El régimen hídrico observa una precipitación media anual de 708 mm. Las temperaturas
varían, en promedio, entre una máxima de enero de 24,0 ºC y una mínima de julio de 6,3 ºC
(Santibáñez, 1993). La oscilación térmica diaria es desigual, la diferencia media entre las
máximas y las mínimas es inferior a 11 ºC en Constitución (DGAC, 2006).
En esta región, las precipitaciones son casi exclusivamente de orígen frontal y más
abundantes en invierno. El total de las precipitaciones entre mayo y agosto alcanza al 70%
a 75% del total anual, lo que indica que en estas latitudes las precipitaciones que no son
invernales revisten cierta importancia. Entre octubre y marzo ocurre la estación seca, que se
prolonga de 4 a 6 meses, y en las cuales llueve menos de 40 mm mensuales (DGAC, 2006).
4.1.4. Topografía
15
4.1.5. Vegetación
4.2. Método
Para delimitar las áreas donde se instalaron las parcelas, se utilizaron fotografías aéreas,
huincha de distancia, hipsómetro y brújula. Posteriormente, se verific aron en terreno las
áreas preseleccionadas. Cada parcela tenía 169 m2 (13m x 13m). Las parcelas fueron
georreferenciadas mediante un GPS en sus bordes, para luego ser representadas
cartográficamente a través de Arcview GIS 3.2. Dentro de cada parcela, los clavos o
varillas fueron ubicados a 1 m de distancia entre ellos, tanto en sentido lateral como
longitudinal, con lo cual cada parcela quedó compuesta por un total de 169 clavos de
medición. Sin embargo, del total de clavos de cada parcela se descartaron aquellos de los
bordes, por lo que sólo se consideraron para el análisis posterior los 121 clavos ubicados al
centro de cada parcela. Este procedimiento se realizó con la finalidad de evitar o disminuir
el efecto borde al que podrían verse expuestos los clavos exteriores de cada parcela.
16
Figura 3. Clavo de erosión Figura 4. Clavo de erosión Figura 5. Clavo de erosión en
en el tratamiento 1, (T1). en el tratamiento 2, (T2). el tratamiento 3, (T3).
La toma de datos en las parcelas fue por un período de 4 meses, considerando los meses de
mayor precipitación en la zona (comienzo de junio hasta finales de septiembre del 2006).
Los intervalos de medición estuvieron relacionados con la cantidad de precipitación
considerada como erosiva; 12,7 mm en un lapso de 6 horas. En cada intervalo se obtuvo,
mediante pie de metro, la medida de suelo perdido y/o suelo sedimentado, en milímetros.
X (ton/ ha) = Y * Da * 10
Donde:
18
Posteriormente se cuantificó la altura media de la lámina (mm) de suelo que efectivamente
se pierde, según Cuitiño (1999):
EN = E - S
Donde:
Donde:
Se tomaron tres muestras de suelo por tratamiento para determinar la textura (arcilla, limo,
arena), el porcentaje de arenas finas, y el porcentaje de materia orgánica. Además, a fin de
explicar las posibles diferencias entre los tratamientos, se determinó la densidad aparente y
el contenido de humedad del suelo superficial mediante una muestra por parcela, en cada
intervalo de medición.
19
4.2.6. Estimación de la erosión utilizando RUSLE
m
R ( E * I 30 ) k
k 1
Donde:
m
( E )( I 30 ) ( er Vr ) I 30
k 1
Donde:
er : energía por milímetro de agua caída, para cada período resultante de dividir la totalidad
de la lluvia caída en intervalos de cierta intensidad, por el período de tiempo
correspondiente al intervalo (MJ/ha/mm).
Donde:
20
4.2.6.2 Determinación del factor K
Donde:
Nota: los valores para determinar el factor K, se presentan en el cuadro 7 (Apéndice I).
LS = (у /22,1)0,6 * (s/9)1,4
Donde:
Nota: los valores para determinar el factor LS, se presentan en el cuadro 8 (Apéndice I).
Donde:
PLU: subfactor de uso previo del terreno, cuyo rango está entre 0 y 1.
CC: subfactor de cubierta del dosel, cuyo rango está entre 0 y 1.
SC: subfactor de cubierta superficial
SR: subfactor de rugosidad
SM: subfactor de humedad del suelo
Donde:
CC = 1 - Fc * exp (-0,1 * H)
Donde:
Donde:
Donde:
Donde:
Pt : pulgadas totales de lluvia desde la más reciente operación que perturbase la superficie
completa
EIt : corresponde al EI total desde la más reciente operación que perturbase la superficie
completa.
Para SM, subfactor de humedad del suelo, no existe ecuación que lo determine. Sólo se
sabe que depende de la capacidad de campo, es decir, cuando el perfil del suelo está cerca
de la capacidad de campo, SM es 1 y cuando el perfil está a punto de secarse, el valor de
SM es 0. Este subfactor está representado en un gráfico.
Si el contorno ha sido hecho con residuos, se debe multiplicar el factor por 0,8.
23
Figura 8. Registro en las bandas pluviográficas.
Figura 7. Pluviógrafo.
Para el cálculo del factor R de este estudio, se consideraron los siguientes criterios:
24
5. PRESENTACIÓN DE RESULTADOS
40
35
30
mm de suelo
25
20
15
10
5
0
Erosión Sedimentación Erosión neta Suelo
movilizado
25
El tratamiento 2 (T2), correspondiente a desechos apilados en fajas a favor de la curva de
nivel, sin quema, presentó una textura franco arcillosa. La altura de erosión media neta del
suelo (EN), fue de 1,81 mm, en tanto que el suelo medio movilizado (SM) alcanzó los
30,49 mm. La lámina de suelo que se perdió tuvo una altura media de 16,15 mm, pero al
mismo tiempo ingresó una lámina de altura media de 14,34 mm. Estas cifras indican que el
proceso dominante fue la erosión (Figura 11).
40
35
30
mm de suelo
25
20
15
10
5
0
Erosión Sedimentación Erosión neta Suelo
movilizado
40
35
30
mm de suelo
25
20
15
10
5
0
-5 Erosión Sedimentación Erosión neta Suelo
movilizado
Figura 12. Cuantificación de suelo para el tratamiento 3, (T3).
26
Utilizando los valores de densidad aparente en seco, determinados para cada tratamiento y
realizando los cálculos respectivos según las formulas presentadas en la sección 4.2.3, los
resultados señalan que la erosión neta media en el Predio Pantanillos alcanzó en el período,
46,8 ton/ha en T1; 19,3 ton/ha en T2 y -9,1 ton/ha en T3. Cabe destacar que los valores de
erosión neta media corresponden a la diferencia entre erosión media y sedimentación
media. Esto permite establecer un balance entre pérdidas y entradas de suelo en un sector
determinado, permitiendo realizar estimaciones más reales de las pérdidas de suelo
producidas en el lugar. También es necesario señalar los montos obtenidos para suelo
movilizado, los cuales corresponden a 297,9 ton/ha; 309 ton/ha y 347,7 ton/ha
respectivamente. Los resultados obtenidos para sedimentación, erosión y suelo movilizado,
son presentados en el Apéndice IIb.
H0 : µ1 = µ2 = µ3 = µ4
H1 : uno o más pares de medias son diferentes.
Se rechaza la hipótesis nula H0 si;
F0 > Fcrit con (r-1) y (n-1)*(r-1) g.l.
Donde:
n: Número de bloques
r: Número de tratamientos
27
Erosión me dia (E):
Total 2.370,31 23
28
Cuadro 4. Análisis de varianza para la erosión neta.
A continuación (Cuadro 6), se presentan los valores determinados para cada factor de
RUSLE y USLE, por tratamiento (mayor detalle en Apéndice I):
29
De los factores en cuestión, los que han otorgado mayor complejidad para su cálculo son C
y P, debido a que al igual que en USLE, el modelo RUSLE no presenta una valoración
claramente establecida para bosques. Eso sí, incluye más opciones que USLE para estos
factores, aunque estas no se asemejan completamente a las tres situa ciones de manejo
forestal post-cosecha consideradas en esta investigación. Para obtener el valor de C, se
analizó cada uno de los cinco subfactores de SLR (proporción de suelo perdido para
condiciones dadas), los cuales se detallan en el apéndice I. No obstante, algunos de los
subfactores no pudieron ser fijados, por lo cual se prefirió trabajar C mediante el método
USLE.
El factor C (USLE), deriva de un método para predecir erosión en suelos forestales. Este
método utiliza 7 subfactores aplicables al suelo no cultivado, que son: suelo desnudo,
cobertura, reconsolidación del suelo, alto contenido orgánico, raíces finas, depresiones de
almacenamiento (se acumula el agua) y escalones (referido a zonas de salto y poza del flujo
hídrico), (Dissmeyer y Foster, 1998). En el apéndice I, se encuentran los cuadros de donde
se obtienen estos valores. En cuanto a R, se detalla su cálculo para cada lluvia en el
apéndice III.
30
6. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Tal como otras investigaciones en esta área (Cuitiño, 1999; Concha, 2004), la metodología
utilizada para cuantificar la erosión hídrica, considera las pérdidas de suelo que se producen
en la superficie de las parcelas y además las entradas de suelo mediante el transporte de
materiales desde otros sectores por efecto del escurrimiento superficial, el cual sedimenta
en las partes más bajas debido a cambios de velocidad o a cambios en la pendiente. Debido
a esta situación se define erosión neta como la diferencia entre las entradas y salidas de
suelo que ocurren en las parcelas, extrapolado a ton/ha.
Los resultados obtenidos en esta investigación para la erosión neta, corresponden a: 46,8
ton/ha/período; 19,4 ton/ha/período y (-) 9,1 ton/ha/período, para los tratamientos post-
cosecha aplicación de quemas a los residuos, residuos ordenados en fajas y residuos
esparcidos en el lugar sin orden, respectivamente. Los valores reflejaron la situación
esperada, ya que responden a las condiciones de cobertura de residuos, vale decir, el
tratamiento sin cobertura es el que presentó los niveles más altos de erosión neta, el
tratamiento de fajas con cobertura media, tuvo resultados intermedios, mientras que el
tratamiento con desechos dispersos resultó en los montos más reducidos. Estas cifras distan
bastante de las obtenidas por Gajardo (1996) con 2,57 ton/ha de pérdida de suelo en áreas
de 30% de pendiente y aplicación de quemas en un renoval de Roble y las de Endlicher
(1988), citado por Gajardo (1996) con una cantidad de 3,7 ton/ha, aunque utilizando
parcelas tipo USLE. No obstante, los resultados son consistentes, aunque no similares, con
los obtenidos por Concha (2004), el que señala 3,9 ton/ha/período en su parcela testigo (la
cual contiene vegetación inalterada y por ende alta cobertura de residuos); 4,0
ton/ha/período para la situación de daño leve (producto de quemas) y 5,9 ton/ha/período
para la situación de daño severo, donde la totalidad de las parcelas estaban sin vegetación.
Además están dentro del rango de resultados obtenido por Cuitiño (1999), quien señala
pérdidas de 31,2 ton/ha y 26,4 ton/ha de erosión neta, en situaciones de suelo desnudo para
dos predios ubicados en la Séptima Región.
Mancilla (1995), en un estudio realizado en el predio "Los Barros", VII Región, entre otros
aspectos determinó que los niveles de erosión bajo diversas cubiertas arbóreas son mínimos
y más específicamente señala que el suelo bajo bosque natural es el que presenta la mayor
estabilidad, con valores de 0,16 ton/ha/año para plantación de Pino radiata de 13 años, 0,09
ton/ha/año para plantación de pino de 23 años y 0,07 ton/ha/año para un renoval de roble.
Desde este punto de vista los valores de erosión neta obtenidos en este estudio en
Pantanillos, están muy sobre los valores antes mencionados, considerando, claro está, que
en el trabajo de Mancilla (1995) existía también cubierta arbórea.
31
Los resultados permiten deducir que el tratamiento post-cosecha menos adecuado
corresponde a la aplicación de quemas, causando un 142% más erosión neta que los
residuos ordenados en fajas. El caso de la erosión neta negativa en T3 se debe a que hubo
más sedimentación que erosión, lo cual no significa que dicho tratamiento haya sido mejor,
debido a que sufrió 169,2 ton/ha de erosión, cantidad un tanto mayor a la del tratamiento de
fajas (164,2 ton/ha).
Para un análisis más detallado es conveniente revisar los montos por período, ya que el sólo
detalle de los totales no es suficiente para dar una opinión certera acerca de cuál tratamiento
es el que otorga un mayor protección al suelo. En este sentido, al examinar por período se
puede observar claramente que en los meses más lluviosos registrados, es decir, julio
(período 2 y 3, Figura 13) y agosto (período 4, 5 y 6, Figura 13), el tratamiento que
presentó menor erosión media en cada mes fue la aplicación de quemas. En efecto, este
tratamiento alcanzó en julio un valor de 38,34 ton/ha y en agosto 52,61 ton/ha. El
tratamiento de fajas alcanzó valores de 45,70 y 59,56 ton/ha, respectivamente y el
tratamiento de residuos esparcidos sin ordenamiento presentó los mayores montos,
alcanzando 49,75 y 59,45 ton/ha para los meses correspondientes. En este sentido, los
tratamientos T1 y T2 aumentaron sus pérdidas de suelo a pesar de la disminución de las
precipitaciones, de manera ligeramente superior que T3. Esto es, las parcelas totalmente
cubiertas (T3) mostraron un aumento leve de 9,7 ton/ha en agosto con respecto a julio,
mientras que T2 lo hizo en 13,86 ton/ha y T1 en 14,27 ton/ha. Aunque T1 tuvo el mayor
incremento, hay que destacar que en general fue el tratamiento que presentó menor erosión
media por período, debido probablemente a que al momento de la primera medición ya
había pasado un tiempo importante desde la quema y algunas lluvias, habían ya afectado la
zona. Al respecto, existe evidencia de que, inmediatamente después de una quema se
acelera la pérdida de suelos, lo que según Francke (1991), conlleva a la reducción de
productividad del sitio. Esto es corroborado con lo mostrado en la primera medición
efectuada, en la cual los montos de erosión fueron, de manera considerable, mucho más
altos en T1.
50 300
250
40
200
30
150
20
10
10
50
0
0
1 2 3 4 5 6 7 8
PERIODO T1 T2 T3 Pp
Figura 13. Apreciación del efecto de la precipitación sobre los tratamientos estudiados en
relación a la erosión media.
32
Es posible observar que, en relación a los resultados medios acumulados (Apéndice IIb), T2
presentó valores de EN menores que T3. Esta situación no era esperable, debido al alto
nivel de cobertura vegetal que las parcelas correspondientes a T3 sustentaban (parcelas
totalmente cubiertas). Aunque esta diferencia es menor, se debe destacar que el tratamiento
que cuyos valores de sedimentación fue más alto, por lo tanto detuvo más suelo, fue T3 con
un valor -9,06, cuyo signo negativo significa que en la parcela se capturó mucho más suelo
del que se perdió. Por su parte, T1 fue el tratamiento que presentó los más altos valores de
EN, para el promedio de todas sus parcelas, situación que sin duda fue producto de la
escasez de cobertura vegetal, producto de la quema. Los valores de EN presentados por T1,
son señal clara de que este tratamiento es el que detiene menos sedimento y por ende el que
protege menos contra la pérdida de suelo.
El factor R, cuyo valor para esta investigación fue de 113,4 ton/ha/período, se asemeja a los
valores obtenidos en Talca por Farfán (2002), que fluctúan para un período de 12 años entre
52 y 403,9 ton/ha dependiendo de la cantidad de precipitaciones.
33
El subfactor CC; puede ser calculado ya que requiere la superficie cubier ta por el dosel y la
altura de éste, que para el caso del estudio fue de 5, 10 y 100% de cobertura de dosel para
T1, T2 y T3, respectivamente (usándose como cobertura, los desechos).
El subfactor SC; sólo cuenta con los datos del porcentaje de área cubierta por residuos de la
cosecha, que son respectivamente para cada tratamiento: Sp1, Sp2 y Sp3.
Sp1 =0%; corresponde a la superficie sin cobertura por efecto de la quema, dentro de la
parcela, en el tratamiento T1.
Sp2 =50%; corresponde a la superficie cubierta por fajas dentro de la parcela, en el
tratamiento T2.
Sp3 =100%; corresponde a la superficie cubierta por los desechos esparcidos dentro de la
parcela, en el tratamiento T3.
El subfactor SR; ofrece tablas con las operaciones de campo para obtener la información
sobre rugosidad, pero ninguna de estas operaciones se aplica en el campo forestal, ni en
esta investigación. También necesita información de períodos anteriores.
El subfactor SM; está representado en un gráfico creado para el hemisferio norte. En cuanto
a este subfactor, podría recolectarse la información de capacidad de campo y construir un
gráfico para el hemisferio sur, con valores más representativos del suelo forestal, según la
región.
Para el factor P, tampoco hay una aplicación que se pueda usar directamente en bosques.
Sólo se puede emplear en este caso tabulaciones para labranza en contorno, que ser ía
aplicable al tratamiento con fajas y su valor sería 0,6*0,8 (Apéndice I). Para los dos
tratamientos restantes el valor de P sería 1, ya que en dichos casos no se aplicó ninguna
práctica de conservación de las señaladas por USLE o RUSLE.
34
7. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
7.1. Conclusiones
El método de los clavos de erosión demostró ser un método económico, sencillo y fácil de
aplicar, sin embargo, presenta dificultades cuando se emplea en áreas con un nivel
considerable de hojarasca o materia orgánica sin descomponer, como fue e n este caso para
los tratamientos T2 y T3.
El tratamiento afectado por la quema de residuos fue el de mayor erosión neta media con
46,8 ton/ha/período. Adicionalmente, dicho tratamiento fue el que presentó la menor
cantidad de suelo movilizado, con 297,9 ton/ha/período. Esto debido a la menor cantidad de
sedimentación, lo que deriva del hecho de no tener cobertura de residuos, por lo cual no
había mayor oposición al paso de sedimento siendo transportado por el flujo.
El tratamiento con fajas obtuvo los mejores resultados en cuanto a erosión neta media con
un valor de 19,4 ton/ha/período. Además este tratamiento fue el que presentó menor
cantidad de erosión (164,2 ton/ha/período), a pesar de que su cobertura era sólo de un 50%.
A pesar de que el tratamiento con desechos esparcidos (T3) contaba con 100% de
cobertura, su monto en erosión media fue 169,3 ton/ha/período. Pero también fue mayor la
sedimentación media, alcanzando a detener 178,4 ton/ha/período de partículas de suelo en
movimiento. Así, T3 fue el tratamiento que detuvo más suelo en movimiento. Por lo tanto,
T3 sería el tratamiento más adecuado en las aplicaciones post-cosecha y, en caso de que se
quiera usar, como medida de mitigación para reducir la pérdida de suelo y lograr una
estabilidad mayor de este recurso.
Con respecto a la relación entre precipitación y erosión, se observa que en los períodos de
mayor precipitación (períodos 2, 3 y 5, abarcando 82% de la precipitación total
considerada), la erosión fue un 28,6%, 34,8% y 37,6% para T1, T2 y T3, respectivamente,
con respecto al total de cada tratamiento. Esto señala que no es la duración de la lluvia la
dañina, sino su intensidad.
En cuanto a la aplicación de RUSLE, ésta tiene parámetros de muy difícil obtención y sus
tabulaciones no están totalmente adecuadas al ámbito forestal.
35
7.2. Recomendaciones
Se debe implementar tecnología más adecuada o más moderna para cada condición de
estudio, a fin de obtener la información pluviográfica correcta. Esto debido a que el
pluviógrafo puede presentar problemas como manchas en las cintas, falta de verticalidad en
los registros y salidas de los bordes de las cintas.
Si bien es cierto que la biomasa de raíces de especies forestales ha sido poco estudiada,
seguramente por la dificultad y lo costoso de la extracción de los sistemas radicales
completos, sería conveniente realizar este tipo de investigación para poder aplicar sus
resultados en la obtención del factor C.
36
8. BIBLIOGRAFÍA
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41
APÉNDICE I
Factor K
arena
s p MO M % limo % arcilla K
muy fina
T1 4 2 9,53 2.298,16 23,02 12,19 34,73 0,202
Factor LS
y s LS
T1 12 2,5 0,115
T2 12 1,6 0,062
T3 12 1,6 0,062
Subfactores T1 T2 T3
Suelo desnudo 0,392 0,030 0,003
(*); Corresponde a un valor establecido para suelos de bosque por su alto contenido de
materia orgánica y en este caso los tres tratamientos tenían altos valores.
(**); Estos valores podrían ser menores para el caso de fajas y desechos, pero como no
aparecen tabulados se dejan los tres tratamientos con el valor 1,0.
42
Cuadro 10. Efecto del suelo desnudo, raíces finas de árboles y reconsolidación, en suelos
no cultivados.
Porcentaje de suelo desnudo con una capa densa de raíces muy finas en los pri meros 3
Porcentaje
suelo centí metros de suelo.
desnudo
100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0
0 0
1 0,0004 0,0004 0,0005 0,0006 0,0007 0,0008 0,001 0,0012 0,0014 0,0016 0,0018
2 0,0008 0,0008 0,001 0,0012 0,0014 0,0017 0,002 0,0023 0,0027 0,0031 0,0036
5 0,003 0,003 0,003 0,004 0,005 0,006 0,007 0,008 0,009 0,011 0,012
10 0,005 0,005 0,006 0,008 0,009 0,011 0,013 0,015 0,017 0,02 0,023
20 0,011 0,012 0,014 0,017 0,02 0,024 0,028 0,033 0,038 0,044 0,05
30 0,017 0,018 0,02 0,025 0,029 0,036 0,042 0,05 0,059 0,068 0,077
40 0,023 0,024 0,027 0,034 0,042 0,049 0,058 0,068 0,079 0,092 0,104
50 0,03 0,032 0,038 0,045 0,054 0,064 0,074 0,088 0,103 0,118 0,135
60 0,037 0,038 0,043 0,055 0,067 0,079 0,092 0,109 0,127 0,147 0,167
70 0,047 0,049 0,054 0,068 0,083 0,098 0,117 0,138 0,161 0,187 0,212
80 0,055 0,058 0,066 0,081 0,098 0,118 0,141 0,164 0,192 0,221 0,252
85 0,066 0,069 0,078 0,095 0,115 0,138 0,165 0,195 0,228 0,264 0,3
90 0,075 0,08 0,089 0,111 0,133 0,157 0,187 0,222 0,26 0,301 0,342
95 0,086 0,09 0,102 0,125 0,155 0,182 0,217 0,255 0,298 0,345 0,392
100 0,099 0,104 0,117 0,144 0,18 0,207 0,248 0,293 0,342 0,396 0,45
Altura del
Porcentaje de suelo desnudo con cobertura de dosel
dosel
M etros (pies) 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
0,5-(1,5) 1 0,91 0,83 0,74 0,66 0,58 0,49 0,41 0,32 0,24 0,16
1,0-(3,2) 1 0,93 0,86 0,79 0,72 0,65 0,58 0,51 0,44 0,37 0,3
2,0-(6,5) 1 0,95 0,9 0,85 0,8 0,75 0,7 0,65 0,6 0,55 0,5
4,0-(13,0) 1 0,97 0,95 0,92 0,9 0,87 0,84 0,82 0,79 0,76 0,74
6,0-(19,5) 1 0,98 0,97 0,96 0,94 0,93 0,92 0,9 0,89 0,87 0,85
8,0-(26,0) 1 0,99 0,98 0,97 0,96 0,95 0,95 0,94 0,93 0,93 0,92
16,0-(52,0) 1 1 0,99 0,99 0,98 0,98 0,98 0,97 0,97 0,96 0,96
20,0-(65,0) 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
43
Cuadro 12. Efecto de los escalones en la pendiente.
5 1,00 0,99 0,99 0,98 0,97 0,96 0,95 0,94 0,94 0,93 0,92
6 1,00 0,97 0,94 0,92 0,89 0,86 0,84 0,81 0,78 0,76 0,73
7 1,00 0,96 0,92 0,88 0,84 0,8 0,75 0,71 0,67 0,63 0,59
8 1,00 0,95 0,9 0,85 0,8 0,75 0,69 0,64 0,59 0,54 0,49
9 1,00 0,94 0,89 0,83 0,77 0,71 0,65 0,6 0,54 0,48 0,42
10 1,00 0,94 0,87 0,81 0,75 0,68 0,62 0,56 0,49 0,43 0,36
12 1,00 0,93 0,85 0,78 0,71 0,63 0,56 0,49 0,42 0,34 0,27
15 1,00 0,92 0,84 0,75 0,67 0,59 0,51 0,43 0,34 0,26 0,18
20 1,00 0,91 0,82 0,74 0,65 0,56 0,47 0,38 0,29 0,2 0,11
30+ 1,00 0,91 0,81 0,72 0,63 0,53 0,44 0,35 0,25 0,15 0,06
44
APÉNDICE II (a)
(a)
(b)
45
(c)
Donde:
46
APÉNDICE II (b)
E S EN SM E S EN SM
22/06/06 31,84 25,25 6,59 57,09 31,84 25,25 6,59 57,09
14/07/06 14,16 30,43 -16,27 44,60 46,01 55,68 -9,67 101,69
28/07/06 35,58 27,05 8,53 62,63 81,59 82,73 -1,14 164,33
05/08/06 27,16 28,07 -0,91 55,24 108,76 110,81 -2,05 219,57
12/08/06 12,05 9,30 2,74 21,35 120,81 120,12 0,69 240,93
13/08/06 20,23 16,30 3,93 36,53 141,05 136,42 4,63 277,47
04/09/06 14,35 26,45 -12,10 40,80 155,40 162,87 -7,47 318,28
13/09/06 13,92 15,52 -1,59 29,45 169,33 178,40 -9,06 347,73
TO TAL 169,33 178,40 -9,06 347,73
47
APÉNDICE III
Cuadro 15. Parámetros de las precipitaciones erosivas consideradas para este estudio.
48
APÉNDICE IV
EN EN
medi ante el uso de proporci ones registrado
T1 T2 T3 T1 T2 T3
1 36,06 14,26 7,22 43,32 16,04 6,59
2 -10,18 0,43 -11,32 -13,50 0,77 -16,27
3 10,30 12,31 8,67 11,87 12,71 8,53
4 0,23 -4,80 -0,16 2,54 -2,81 -0,91
5 0,72 3,40 2,18 -0,61 2,12 2,75
6 7,82 3,92 4,47 7,71 2,13 3,94
7 -2,87 -3,17 -8,66 -2,79 -5,00 -12,10
8 0,62 -2,37 0,44 -1,74 -6,61 -1,60
Promedio 42,7 23,9 2,83 46,8 19,3 -9,07
49
ANEXO I
Cuadro 17. Contenido de humedad del suelo superficial para cada período.
CH%
PARCELA
T1 T2 T3
FECHA
22/06/2006 29,86 29,59 30,07
14/07/2006 36,31 44,49 35,18
Cuadro 18. Densidad aparente del suelo superficial para cada período.
Da (ton/m3 )
PARCELA
T1 T2 T3
FECHA
22/06/2006 1,12 1,09 0,99
14/07/2006 0,98 0,89 0,99
28/07/2006 0,93 1,05 1,10
05/08/2006 0,95 1,09 1,05
12/08/2006 0,85 0,97 1,05
13/08/2006 0,92 1,03 0,96
04/09/2006 0,87 0,95 0,95
13/09/2006 0,96 0,91 1,01
50