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LA AUTONOMIA PERSONAL

Y LOS DERECHOS DE LOS


PACIENTES A VIVIR CON
DIGNIDAD
Por María Angélica Gelli

SUMARIO: 1. El derecho constitucional a la autonomía personal y


los derechos de los enfermos. 2. La ley de derechos del paciente. 3.
Las modificaciones a la ley de derechos del paciente. 4. Los dilemas
morales y la responsabilidad ética de los profesionales y las institu-
ciones médicas.

1. El derecho constitucional a la autonomía El ideario del sistema político de la República


personal y los derechos de los enfermos Argentina, en su más amplia acepción, está allí
plasmado en las seguridades de la privacidad y de
Desde 1853, en la Constitución Nacional se esta-
la intimidad, en tanto las acciones de las personas
bleció una norma de la que puede —de ella sola—
no ofendan de ningún modo al orden y a la moral
derivarse todo un sistema de libertades y de control
pública, ni perjudiquen a un tercero. Esas acciones
del poder. Me refiero al Art. 19 de la Ley Suprema y sus
privadas —lo son, precisamente, porque no dañan a
principios de privacidad y legalidad. La disposición
otros ni afectan el orden y la moral pública— “están
permaneció en la Constitución y atravesó incólume
reservadas a Dios y exentas de las autoridad de los
las tragedias institucionales del país, las luchas ideo-
magistrados”. Dicho en otros términos, la norma
lógicas y los enconos políticos, (1) expandiéndose
constituye un límite infranqueable al obrar del Es-
aún en épocas aciagas. (2)
tado ya sea que actúe por medio de cualquiera de
sus autoridades o funcionarios o de particulares que
obren por delegación, incluso por sí mismos. Ni la ley,
ni la administración, ni los magistrados judiciales, ni
(1) En 1860 se cambió el término “Confederación” por quienes actúan por mandato de éstos pueden afectar
“Nación”. En la reforma constitucional de 1949 la disposi-
la privacidad y la intimidad de las personas. Así, el se-
ción textual pasó a ser el Art. 30, al que se le agregó la frase
del anterior y actual Art. 17: “Ningún servicio personal es gundo párrafo del Art. 19 de la Constitución Nacional
exigible, sino en virtud de ley o sentencia fundada en ley”. —el principio de legalidad— en tanto dispone que
El núcleo de la disposición constitucional permaneció, más ningún habitante de la Nación será obligado a hacer
allá de la amplitud o restricción con la que se la aplicó. lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no
(2) Por ejemplo, para armonizar del derecho a la vida y el prohíbe, implica que no basta con sancionar leyes
derecho a la salud en “Saguir y Dib, Claudia s/autorización”, respetando el debido proceso adjetivo para mandar
Fallos 302: 1284 (1980) (1980) (LA LEY, 1981-A, 401). o prohibir, obligando a las personas a través de dis-
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posiciones con legitimidad de origen. Las normas rehusar medios extraordinarios disponibles por los
deben, además, respetar la privacidad. adelantos técnicos, con el fin de no afectar el respeto
debido a dignidad de la persona humana. De tomar,
El principio de libertad y autonomía de las perso-
además, “decisiones relativas a su salud”. (5)
nas, tal como se garantiza en la norma constitucional
referida, ha suscitado problemas de interpretación El denominado derecho a morir con dignidad
respecto del alcance de “acción privada”, “moral no se confunde ni asimila a la eutanasia, entendida
pública” y “daño a tercero” y acerca de las limi- ésta como toda acción destinada, de modo directo,
taciones razonables y ponderadas que el Estado a procurar la muerte de otro, por piedad y con ayu-
puede imponer al ejercicio de aquella autonomía. da de terceros. Aquel derecho implica, en cambio,
Esas cuestiones problemáticas y las soluciones a los reservar para el enfermo —o para sus familiares o
conflictos específicos posibilitaron que la doctrina, representantes, si carece de conciencia— la decisión
y sobre todo la jurisprudencia, crearan y consolida- acerca del tratamiento a seguir, o de no continuar
ran reglas de respeto por las opciones personales ninguno o de ingerir medicinas para atemperar el
en una sociedad democrática y plural. En palabras dolor, aunque, colateralmente, ello lleve a debilitar o
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación debía extinguir la vida personal. Es, entonces, un derecho a
considerarse y aceptarse en las normas jurídicas y, vivir —y vivir los últimos instantes de la existencia—
en su caso, en las decisiones judiciales, la libertad de con dignidad. Tal como lo sostuvo la Suprema Corte
elegir el propio plan de vida frente a las autoridades de los Estados Unidos la diferencia entre una u otra
y a pesar de las preferencias y reacciones de terceros. situación se sostiene en los principios jurídicos fun-
Ello, claro está, con los límites establecidos en el damentales de la intención y de la causalidad. (6)
Art. 19 de la Constitución Nacional.
En consecuencia, se trata de aplicar el criterio clá-
De todos modos, el reconocimiento de la privaci- sico de distinción entre los actos médicos realizados
dad y la intimidad no implica la neutralidad estatal con el fin de obtener un resultado, de los tratamientos
en materia de fines y medios, relativos al orden, la realizados a pesar del resultado —en ocasiones se-
moral pública y la prohibición de causar daño a ter- cundario o eventual— que pudiera producirse, por
ceros. La moral pública tiene, no puede ser de otra ejemplo en términos de cuidados paliativos sobre el
manera, una dimensión social, reconocida además enfermo, con la finalidad de minimizar los efectos
por los Tratados de Derechos Humanos con jerarquía que produce la dolencia. (7) De esa manera, si un
constitucional en el país, en tanto se disponen la di- paciente rechaza el tratamiento médico que se le
mensión de los deberes convencionales. (3) Por otro
lado, aunque se considerara que el orden y la moral (5) Cfr. Art. 11 de la ley 26.529.
pública se subsumen en el daño a tercero y solo se (6) Cfr. “Vacco, Attorney General of New York, et. al. v.
afectan cuando se origina ese daño, la determinación Quill el al.”, certiorari to the United States court of appeals for
de éste implica emitir juicios de valor. Explicado de the second circuit. Nº 95-1858. Junio 26 de 1997. Puede verse
otra manera, la medida y extensión del perjuicio, su el voto de la mayoría, en traducción, selección y con notas
cuantificación y remedios posibles requieren, en de GULLCO, Hernán en Derechos y garantías. Igualdadante
ocasiones —por no decir siempre— optar por un la ley. Suicidio asistido.Derecho a rechazar tratamiento, J.A.
modelo moral. (4) 10 de diciembre de 1997, Nº 6067. Jurisprudencia Extranjera,
pp. 18/21. Formulé el análisis del fallo en GELLI, María
De lo dispuesto en el Art. 19 de la Constitución Angélica, La prohibición del suicidio asistido. Garantía de
argentina pueden derivarse criterios para resolver la igualdad en una sentencia de la Corte Suprema de los
el problema del resguardo y la defensa de la vida Estados Unidos, LA LEY, 1998-B, 1346.
humana sin afectar, por ello, la autonomía personal, (7) En 2001, llegó a la Corte Suprema argentina un recurso
la zona de reserva de cada habitante del país, lo que extraordinario planteado por el defensor de menores, ante
no siempre resulta sencillo de diferenciar. En el caso la autorización concedida a una mujer embarazada para
de los pacientes, de esa norma emerge el derecho inducir el parto en un embarazo que casi llegada a los
a rechazar o interrumpir una terapia específica o a ocho meses. La criatura concebida no había desarrollado
el cerebro, por lo que los médicos sostenían que no tenía
ninguna posibilidad de vivir. La madre alegaba los intensos
(3) Por ejemplo, la Declaración Americana de Derechos sufrimientos psíquicos que la situación le producía. El voto
y Deberes del Hombre (Preámbulo, Art. XXIX y ss) Ello más de la mayoría de la Corte Suprema autorizó la medida,
allá de que de todo derecho emergen obligaciones estatales señalando que ella no constituía un aborto pues el tiempo
y, también deberes directos o indirectos de las personas. de gestación le hubiera permitido vivir al niño, si no hubiera
(4) Examiné esta cuestión de modo más amplio en GE- padecido la enfermedad que le aquejaba. El niño murió a las
LLI, María Angélica, Constitución de la Nación Argentina. pocas horas de nacer, no a causa del nacimiento adelantado,
Comentada y concordada, La Ley, cuarta edición ampliada sino como consecuencia de la enfermedad que sufría. Cfr.
y actualizada, 4ª reimpresión, Buenos Aires, junio de 2011, consid. 11 del voto de la mayoría en “T., S. c. Gobierno de la
t. I, Análisis del Art. 19 C.N., puntos 1 y 2. Ciudad de Buenos Aires”, C.S. T. 421. XXXVI (2001).
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aconseja o rehúsa continuarlo, muere a resultas de persona no nacida. Es decir, del inicio de la vida y
la enfermedad que padece, del curso natural que ésta su resguardo. (8)
sigue. En cambio, si ese mismo paciente ingiere una
Ya antes de esa reforma, la Corte Suprema en dife-
droga letal suministrada por su médico, muere como
rentes etapas de su integración, consideró y protegió
consecuencia de esta última acción.
los derechos de los ya nacidos a la preservación de la
Sin embargo, lo que constituye un principio de vida y dispuso la responsabilidad de las instituciones
distinción razonable, comprensible al expresarse médicas al respecto. En ese sentido hizo mérito de
con palabras, en algunas circunstancias resulta la vida como primer derecho natural, preexistente
difícil de aplicar porque la línea divisoria entre una a toda legislación positiva aunque reconocido en la
u otra medida es delgada y no siempre se presenta Constitución y las leyes. (9) La Corte mantuvo ese
nítida o resulta claro que no se produce un daño a criterio sobre la preexistencia a toda normativa legal,
tercero. Por ejemplo, ante personas inconscientes y de los derechos esenciales a la vida y a la dignidad
por ello imposibilitadas de decidir por sí. Aunque de las personas, responsabilizando a una institución
parece existir una diferencia entre dejar morir en paz médica que rehusó el ingreso de un enfermo quien
—permitiendo que el curso de la enfermedad surta no había presentado su carné de afiliado al momento
sus efectos, por un lado— y hacer que el paciente de solicitar la admisión. (10)
muera —interfiriendo artificialmente en su vida con
El derecho a la vida y el derecho a vivir con dig-
una acción destinada a matar— por el otro existen
nidad implican obligaciones estatales específicas
situaciones en las cuales los límites se hacen más
derivadas de la Constitución Nacional y de los Tra-
difusos. Tal el caso del mantenimiento o no de la
tados de Derechos Humanos con jerarquía consti-
hidratación o alimentación a enfermos terminales.
tucional. La primera de esas obligaciones, referida a
Más aún si se trata de enfermos incurables pero no
la atribución de reglamentar aquellos derechos por
en el estadio terminal de su padecimiento.
parte del Poder Legislativo federal. Tal fue el caso
Debe tenerse en cuenta que los derechos im- de la ley 26.529 (Adla, LXX-A, 6) y a la reforma a esta
plícitos del Art. 33 introducido en la Constitución normativa aprobada por el Congreso de la Nación
Nacional en la reforma de 1860 se sostuvieron, según en 2012 a fin de establecer mayores precisiones y
la Comisión Examinadora de esas enmiendas, en seguridades sobre los derechos de los pacientes y
los derechos debidos a la persona humana y que las de las personas en general acerca de las decisiones
leyes sólo reconocen. Para que no quedasen dudas relativas a su salud.
se dijo, entonces, que los derechos declarados son
2. La ley de derechos del paciente
ejemplos para ir de lo conocido a lo desconocido, de
lo expreso a lo tácito. Así, se estaba suponiendo que La ley de Derechos del Paciente, Historia Clínica y
de los fundamentos en que se apoyan los derechos Consentimiento Informado, 26.529, estableció como
implícitos se infería, en lo que aquí interesa, una derechos esenciales en la relación entre pacientes y
apertura amplísima para reconocer nuevos derechos profesionales de la salud, una serie de facultades y
y el respeto del fin que cada persona tiene derecho seguridades de los primeros que derivan, también,
a obtener. en deberes de los segundos.(11) En el Art. 2º de esa
norma se garantizó el derecho a la asistencia, al trato
Dado que los derechos implícitos, por definición,
digno y respetuoso de las convicciones personales
no están explicitados, su determinación en los casos
concretos deja un amplio margen a la discrecionali-
dad de los magistrados para darles alcance cuando (8) Ello a pesar de la sentencia de la Corte Suprema en
se los invoca en una controversia y, eventualmente, el caso “F., A. L. s/medida autosatisfactiva”, C.S. F. 259. XLVI
para controlar las leyes dictadas por el Congreso de (2012), sobre el alcance del aborto no punible. Formulé la
la Nación o por los estados locales que los limitaran crítica a ese fallo en GELLI, María Angélica, Efectos regre-
irrazonablemente. Dado que en la identificación sivos de una sentencia en punto a la protección de la vida
y alcance de los derechos no enumerados puede (El caso del aborto no punible), Jurisprudencia Argentina,
ocurrir que los magistrados judiciales impongan Suplemento, Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación, Abeledo Perrot, Buenos Aires, mayo de 2012.
sus propias convicciones morales resulta adecuado En prensa.
al principio de soberanía popular que sean las leyes
las que reglamenten los derechos implícitos y los que (9) Cfr. consid. 8 del voto de la mayoría en “Saguir y Dib”,
Fallos 302:1284. En la sentencia el Tribunal autorizó un
comprenden la privacidad y la intimidad. transplante de órganos no autorizado por la ley entonces
Acerca del derecho a la vida, la jerarquía consti- vigente.
tucional de varios Tratados de Derechos Humanos (10) Cfr. “Amante, Leonor y otros c. Asociación Mutual
reconocida en la reforma de 1994 aportó, según lo Transporte Automotor”, Fallos 312:1953 (1989).
entiendo, mayor protección al derecho a vivir de la (11) Ley 26.529 (B.O. 20/11/2009)
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y morales; a la intimidad; a la autonomía de la vo- Las enmiendas se refirieron a procedimientos


luntad y confidencialidad de los datos de salud, en específicos que antes no se consignaban y que
concordancia con lo previsto en la ley reglamentaria suscitaban dudas acerca de la viabilidad ética de
del Hábeas Data, 25.326 (Adla, LX-E, 5426); (12) a la rehusarlos o interrumpirlos con consentimiento
reserva de los datos clínicos por parte de las personas médico y un recaudo de seguridad antes las posibles
que intervienen en la elaboración o manipulación directivas anticipadas que pueden dictar “todas las
de esos datos; a aceptar o rechazar terapias o pro- personas capaces mayores de edad”. Por otro lado, las
cedimientos médicos, decisiones revocables y que reformas dispusieron una cláusula específica sobre
los médicos deben acatar; a la información sanitaria exención de la responsabilidad de los profesionales
o a no recibir esa información; a la interconsulta, médicos que intervinieran en las decisiones previstas
obtenido información sanitaria por escrito, a fin de y según los recaudos establecidos en las disposicio-
lograr una segunda opinión acerca del diagnóstico, nes que reformaban la ley 26.529. Pero se mantuvo
pronóstico o tratamiento de la enfermedad; a dictar la responsabilidad que establece el Art. 21 de esta
directivas anticipadas sobre la propia salud, aceptan- última normativa.
do o rechazando determinados tratamientos médicos
3.1. La regla general y la regla especifica acerca de
a futuro o cuidados paliativos, excepto las prácticas
los derechos del paciente
eutanásicas; en el caso de niños y adolescentes, el
derecho de éstos a intervenir en las cuestiones rela- La reforma legal mantuvo el principio de la autono-
tivas a su salud y tratamiento, en los términos de la mía personal de los pacientes. El derecho fundamen-
ley 26.061 (Adla, LXV-E, 4635). (13) tal a decidir sobre los tratamientos, intervenciones
quirúrgicas y procedimientos posibles de aplicar
Esta enumeración y las restantes disposiciones de
para beneficio de su salud y dignidad. El derecho a
la ley 26.529 reglamentaban los derechos a la priva-
la información sanitaria adecuada y el derecho a no
cidad —como principio de no interferencia estatal o
recibirla. La intervención de los niños y adolescentes
institucional pública o privada, sobre la autonomía
en las cuestiones relativa a su salud y tratamiento.
de la voluntad— y a la intimidad de los pacientes
El derecho disponer directivas anticipadas sobre la
en el respeto a sus convicciones socioculturales, al
salud con expresa prohibición de la eutanasia. Hasta
pudor y a la reserva de sus datos clínicos. A la vez,
allí la regla general para todas las personas.
aseguraban el derecho a la salud y a los cuidados
paliativos de los enfermos. La ley, tuitiva y respetuosa La reforma introducida establece una regla especí-
de la privacidad planteaba, sin embargo, algunos fica sobre derechos de los pacientes en determinadas
interrogantes acerca del alcance del rechazo de los situaciones.
tratamientos o procedimientos médicos permitidos y
3.2. Los derechos específicos del paciente
dejaba un margen de apreciación o discrecionalidad
a los profesionales de la salud y a los pacientes sobre El nuevo inc. 2) del Art. 2º de la ley 26.529 incluyó
qué medios debían de incluirse en los tratamientos un párrafo disponiendo que los pacientes con:
o procedimientos susceptibles, sobre todo, de ser
- Enfermedades irreversibles;
interrumpidos o no prestados.
- Enfermedades incurables;
La dolorosa situación de una niña en estado ve-
getativo y las peticiones de su familia para que esa - En estadio terminal o que
situación no se mantuviera artificialmente, motiva- - Hayan sufrido lesiones que los coloquen en igual
ron la revisión de la ley 26.529 y la modificación y situación, previa información fehaciente, tienen
ampliación de la normativa que acabo de referir en derecho a rechazar:
términos muy generales.
- Procedimientos quirúrgicos;
3. Las modificaciones a la ley de derechos del
paciente - Reanimación artificial o
La ley 26.529 fue modificada, ampliando el mar- - Al retiro de medidas de soporte vital cuando sean
gen de autonomía de los pacientes y sus familiares extraordinarias o desproporcionadas en relación a la
o representantes, para decidir acerca de los trata- perspectiva de mejoría o produzcan un sufrimiento
mientos y procedimientos médicos posibles que se desmesurado;
autorizaban a rechazar. - Al rechazo de procedimientos de hidratación o
alimentación cuando éstos produzcan como único
efecto la prolongación en el tiempo de ese estadio
(12) Ley 25.326 (B.O. 2/11/2000). terminal irreversible o incurable;
(13) Ley de Protección Integral de los Derechos de las
Niñas, Niños y Adolescentes, 26.061 (B.O. 26/10/2005). - A revocar esas decisiones
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La norma referida tomó partido por el derecho del estado terminal. (15) Según lo entiendo, la determi-
enfermo o lesionado —si se encuentra conciente o nación de qué es y hasta dónde debe administrase un
de sus familiares según el orden establecido en la tratamiento médico en interés y beneficio real del pa-
ley de ablación de órganos, si no lo está— a rechazar ciente, deviene esencial para tomar estas decisiones
tratamientos médicos en casos de que esos procedi- e informar a los enfermos y a sus familias y dejarlos
mientos no aporten mejora alguna, sino el manteni- decidir con la libertad –la escasa libertad de la que
miento de la situación anterior o resultan despropor- se dispone en esas terribles circunstancias. (16) He
cionados, es decir, no apropiados, en relación a los ahí la necesidad de conductas éticas y responsables
beneficios para el enfermo que se esperan obtener. La por parte de los profesionales médicos.
ley establece que pese a ese rechazo, el paciente tiene
derecho a recibir cuidados paliativos, a las medidas Acerca del derecho del paciente —o sus familia-
que le proporcionen el máximo de confort posible res— a prestar un consentimiento informado, la
en esa instancia dolorosa de su vida. Pero, además, reforma incluyó dos nuevos incisos en el Art. 5º,
el legislador decidió incluir en el derecho a rehusar referidos a los pacientes que atraviesen alguna de
la aplicación sobre sí, de mecanismos no naturales las situaciones detallada en el inc. e) del Art. 2 que se
de hidratación y alimentación. Al disponerlo de esa indicaron en los párrafos anteriores, antes de recha-
manera, el legislador consideró que estos mecanis- zar los procedimientos médicos extraordinarios allí
mos constituyen formas de soporte vital artificial. La consignados (inc. g), y al derecho de recibir cuidados
cuestión es dudosa porque, por otro lado, prescindir paliativos (inc. h). Respecto al inciso g) se trata de una
de esos procedimientos podría interferir con los ponderación, difícil, inquietante, sobre todo cuando
cuidados paliativos debidos a todo paciente, sobre el consentimiento deben prestarlo los familiares. Esa
todo cuando éste —y es casi la situación general que información debe brindarse con suma rigurosidad
se produce— no puede decidir por sí mismo. para no inducir eventuales rechazos, en especial de
familiares en un grado de parentesco más lejano.
La Suprema Corte de Justicia de la Provincia de
Buenos Aires, antes de ahora, había denegado el Finalmente se mantiene, como no podía ser de
permiso para cesar en la aplicación de sistemas de otro modo, el derecho de revocar las decisiones to-
hidratación y alimentación que recibía una pacien- madas por el paciente o sus familiares de consentir
te en estado vegetativo. (14) La reforma a la ley de o rechazar los tratamientos médicos. Este derecho
Derechos del Paciente ha incluido de modo expreso se ha ampliado con la modificación legal, pues se
la posibilidad de rehusar esos mecanismos cuando suprimió en el Art. 10 la facultad de los profesionales
“el único efecto sea la prolongación en el tiempo del médicos de no acatar la revocación del rechazo de un
estado terminal irreversible e incurable”. procedimiento, si no se mantienen las condiciones
de salud del paciente que aconsejaron el tratamiento
La decisión legislativa ya tomada por el Congreso rehusado en su oportunidad.
plantea dos problemas médicos de implicancias
éticas: a) la determinación del estado terminal 3.3. Las formalidades requeridas y la exención de
irreversible e incurable y, b) establecer si, acaso, la responsabilidad médica
hidratación y la alimentación artificiales son parte Del consentimiento informado acerca de los
del confort y cuidados que se deben a todo enfermo derechos que asisten al paciente —en caso de pa-
—como el abrigo y la limpieza—. En este caso, quizá decer enfermedades irreversibles o enfermedades
resulte obligatorio proporcionar aquéllos, como par- incurables, de encontrarse en estadio terminal o
te de esos cuidados paliativos. Como se ha sostenido, que haya sufrido lesiones que lo coloquen en igual
la alimentación tiene un alto valor simbólico, por
ello resulta tan difícil quitarla a un enfermo, aún en
(15) Cfr. la evolución médica acerca del valor de los mé-
todos de hidratación y alimentación artificiales en personas
(14) Cfr. “S. M d C”, SC Buenos Aires, 5/2/2005. Con aná- en estado vegetativo en HOOFT, Pedro Federico, Bioética
lisis crítico de GHERARDI Carlos R., Permiso para morir en yDerechos Humanos. Temas y casos, Depalma, Buenos
laJusticia Argentina, La Ley Actualidad, Buenos Aires, 20 Aires, 1999, p. 94 y ss. Según lo considera este autor, tales
de diciembre de 2007. El autor cuestiona severamente los pacientes ya no sufren hambre ni sed (pero ¿lo sabemos,
métodos de soporte asistencial empleados sobre enfermos realmente?) y el retiro de los soportes alimentarios no
en estado vegetativo permanente, en olvido de los fines constituyen actos de eutanasia contraria, ésta, a la tradición
de la medicina que debe procurar el bien del enfermo. La médica en la República Argentina.
traducción de ese imperativo tecnológico que considera (16) He examinado esta cuestión en GELLI, María An-
violatorio de los derechos del paciente sería, para Gherardi, gélica, Constitución de la Nación Argentina. Comentada y
“porque se puede [hidratar o alimentar mecánicamente], se concordada, La Ley, cuarta edición ampliada y actualizada,
debe [hacerlo aunque ello no tenga efecto positivo alguno 4ª reimpresión, Buenos Aires, junio de 2011, T. I, Análisis
en la cura del enfermo]”. del Art. 33, pp. 492/93.
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situación— de rechazar procedimientos quirúrgicos 3.4. Las directivas anticipadas y sus límites
o de reanimación artificial; de que se le retiren me-
Las directivas anticipadas se incluyeron en la ley
didas de soporte vital cuando sean extraordinarias
de Derechos del Paciente en noviembre de 2009. La
o desproporcionadas en relación a la perspectiva de
norma disponía y dispone:
mejoría o produzcan un sufrimiento desmesurado;
de rechazar procedimientos de hidratación o alimen- “Toda persona capaz mayor de edad puede dispo-
tación cuando éstos produzcan como único efecto la ner directivas anticipadas sobre su salud, pudiendo
prolongación en el tiempo de ese estadio terminal consentir o rechazar determinados tratamientos mé-
irreversible o incurable, deberá dejarse constancia dicos, preventivos o paliativos y decisiones relativas
por escrito en un acta que deberá ser firmada por a su salud. Las directivas deberán ser aceptadas por
todos los intervinientes en el acto. el médico a cargo, salvo las que impliquen desarro-
llar prácticas eutanásicas, las que se tendrá como
Ante las delicadísimas cuestiones que reglamenta, inexistentes”. (18)
la reforma a la ley de Derechos del Paciente, incluyó
una cláusula que exime de responsabilidad en los El sujeto que puede otorgar esas directivas es toda
siguientes términos: persona capaz mayor de edad, por lo tanto sana o
enferma. Las directivas comprenden todo lo relativo
“Ningún profesional interviniente que haya obra- a la salud de las personas, incluye en consecuencia
do de acuerdo a las disposiciones de “la presente todo tipo de tratamientos y da cabida, aunque no se lo
ley, está sujeto a responsabilidad civil, penal, ni mencione expresamente, al derecho a la objeción de
administrativa, “derivadas del cumplimiento de la conciencia ya admitida por los tribunales y la Corte
misma”. (17) Suprema de Justicia de la Nación. (19)
En párrafos anteriores indiqué que no obstante esa A esta norma la ley de reformas le incorporó el
nueva disposición, no se modificó el Art. 21 de la Ley siguiente párrafo:
26.529, redactado de esta maneta: “La declaración de voluntad deberá formalizarse
ante escribano público o juzgado “de primera instan-
“Sin perjuicio de la responsabilidad penal o civil
cia, para lo cual se requerirá de la presencia de dos
que pudiere corresponder, los incumplimientos de
testigos. Dicha “declaración podrá ser revocada en
las obligaciones emergentes de la presente ley por
todo momento por quien la manifestó”. (20)
parte de los “profesionales y responsables de los
establecimientos asistenciales constituirán falta Este nuevo párrafo suscitó reservas por el eventual
grave, siendo pasibles en la jurisdicción nacional encarecimiento del trámite para disponer directivas
de las sanciones previstas en el título VIII de la ley anticipadas. No obstante, los recaudos estrictos para
17.132 —Régimen Legal del Ejercicio de la Medicina, emitir directivas anticipadas o para revocarlas devie-
Odontología y Actividades Auxiliares de las mismas— nen imprescindibles, sobre todo en las personas sanas
y, en las jurisdicciones locales, serán pasibles de las que obren en consecuencia de alguna objeción de
sanciones de similar tenor que se correspondan con conciencia. Los dilemas pueden presentarse cuando
el régimen legal del ejercicio de la medicina que rija el objetor carece de conocimiento, un familiar pone en
en cada una de ellas” (Adla, XXVII-A, 44). duda el mantenimiento de la creencia y solicita —ante
una directiva presentada en la que el paciente rehúsa
La armonización entra ambas disposiciones será de modo expreso eventuales transfusiones de sangre
ardua porque, ya se sabe, en uso del acceso a la o plasma— que se realice la práctica.
jurisdicción consagrado en el Art. 18 de la Constitu-
ción Nacional y en los Arts. 8 y 25 de la Convención Al momento en que esto escribo, un tribunal de
Americana de Derechos Humanos, los eventuales segunda instancia consideró un caso similar e hizo
afectados podrán reclamar por el “obrar en desacuer- lugar al respeto de la directiva otorgada en 2008 por
do con las disposiciones de la ley de reforma de los
Derechos del Paciente” o por “incumplir la ley de (18) Art. 11 de la ley 26.529.
Derechos del Paciente”. En consecuencia queda por (19) Cfr. “Bahamondez, Marcelo”, Fallos 316:479 (1993)
delante una difícil armonización interpretativa. Y si (LA LEY, 1993-D, 130) y, en especial, consid. 13 del voto
surge alguna incompatibilidad entre ambas normas en concurrencia de los jueces BARRA y FAYT, acerca del
—Art. 11 bis y Art. 21— quizás enfatizar los términos derecho a no ser transfundido de un Testigo de Jehová.
del primero por ser posterior, claro que sin pretensión Debe señalarse que al momento de emitirse sentencia la
derogatoria porque el legislador cuando examinó la cuestión era abstracta porque el actor ya había abando-
nado la institución sanitaria, circunstancia que los jueces
ley, no lo derogó. señalaron expresamente.
(20) Nuevo párrafo incorporado al Art. 11 de la ley
(17) Cfr. Art. 11 bis, incorporado a la ley 26.529. 26.529.
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un paciente, que habiendo sido herido de bala, per- de las personas. De todos modos se mantienen las
manecía en estado de inconsciencia. El fallo —que exigencias éticas tanto para no inducir el rechazo
suscitó debate en los medios de comunicación— dio como la aceptación de mecanismos extraordinarios
por válida la constancia documental de la directiva, de mantenimiento de la vida. Aunque con razón los
acompañada en copia simple y aplicó al caso, el profesionales de la salud puedan rechazar la expre-
Art. 11 de la ley 26.529 según el texto anterior a la sión “encarnizamiento terapéutico”, porque estaría
reforma, con respaldo, se sostuvo, en el Art. 19 de la fuera de toda ética encarnizarse con los pacientes,
Constitución Nacional. (21) lo cierto es que en ocasiones se persiste en aplicar
procedimientos extraordinarios, dolorosos y sin
Caben algunos interrogantes acerca de cómo se
destino.
otorgó y ante quien la mentada directiva. El fallo de
la segunda instancia no lo esclarece. En cuestiones
tan delicadas en el que está en juego la vida de una Las reformas, a pesar de la más precisa regla-
persona, todo recaudo acerca de su voluntad no mentación que se dispusieron acerca de cuales
viciada y el mantenimiento de ésta, es poco. tratamientos se pueden rechazar, dejan un margen
de interpretación y discrecionalidad médica quizás
4. Los dilemas morales y la responsabilidad ética imposible de evitar. Se ha vuelto a desestimar la
de los profesionales y las instituciones médicas eutanasia, en línea con el juramento hipocrático
La ley 26.529 y su reforma, tiende a respetar, jurí- que todavía nos interpela a su cumplimiento en
dicamente, la autonomía, la intimidad y la dignidad el origen y en el fin de la vida. Distinguir cuándo
un tratamiento constituye una práctica eutaná-
sica requiere un compromiso ético, más allá de
(21) Cfr. “A. N., J. W. s/medidas precautorias”. CN de Apel. las normas o las exenciones de responsabilidad
en lo Civil de la Capital Federal, sala A, mayo de 2012. jurídica.u

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