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SAN AGUSTIN
Desde el firme asidero de la fe cristiana, san Agustín
rechaza horrorizado los supuestos y las conclusiones
a las que conducían el intelectualismo ético
imperante hasta entonces; por un lado, ahondando
en el abismo que separa el conocimiento de la
acción, y que había pasado inadvertido durante
siglos; por el otro, subrayando la infinita
dependencia de la criatura con respecto de su
Creador. Y en este proceso de ruptura con el
paradigma de la antigüedad, incide en tres
conceptos fundamentales para la comprensión de
su pensamiento: voluntad, amor y gracia.

¿cuál era la causa del mal moral (el comportamiento malvado)?

Para responder a estos interrogantes, san


Agustín abandona los territorios de la
filosofía platónica, ya inservible, y vuelve su
mirada a las Escrituras; más en concreto, es
en las cartas del apóstol Pablo donde halla
la fuente de inspiración con la que
enfrentarse a estas preguntas.
Platón postulaba que la elevación espiritual
se alcanzaba por medio de la sabiduría. Y la
vida bienaventurada.
Pero para san Agustín, semejante planteamiento es de una arrogancia inadmisible. Afirmar
algo así implicaría, por un lado, eliminar de un plumazo todo rol salvífico de Dios,
reduciéndolo a una mera causa originaria de la Creación.
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equivaldría a afirmar que el hombre, a través de sus acciones, puede coartar la libre
decisión de Dios y condicionar su juicio. Blasfemia. Frente a ello, san Agustín recuerda la
absoluta dependencia del hombre con relación a Dios, única fuente de cuanto hay de
verdad y realidad en la creación, principio y causa de todo. Si el hombre, en su
insignificancia, consigue orientar su voluntad hacia la Verdad (la fe cristiana), solo es
posible por estar bendecido por la gracia, el don que Dios concede de forma inescrutable.
Nosotros no escogemos a Dios, Dios nos escoge a nosotros y a través de nosotros.
Carta a los Romanos 3:23-27
“ya que todos han pecado y están privados de la gloria
de Dios–, 24 (los cuales son) justificados gratuitamente
por su gracia, mediante la redención que es por Cristo
Jesús1670. a quien Dios puso como instrumento de
propiciación, por medio de la fe en su sangre, para que
aparezca la justicia suya –por haberse disimulado los
anteriores pecados 26 en (el tiempo de) la paciencia de
Dios– para manifestar su justicia en el tiempo actual, a
fin de que sea Él mismo justo y justificador del que
tiene fe en Jesús1671. 27 ¿Dónde, pues, el gloriarse?
Excluido está. ¿Por cuál Ley? ¿la de las obras? No, sino
por la Ley de la fe”1672.
Ya que afirmamos que el hombre es justificado por la fe,
independientemente de la obras de la Ley».26
a vida recta. Si esta era el resultado de la orientación del amor hacia Dios {caritas), la
voluntad enferma es aquella que dirige su amor hacia todo lo que es distinto e inferior a
Dios, la cupiditas que apetece las cosas temporales de este mundo. «Inquiriéndome por la
esencia de la maldad, descubrí que no es una sustancia, sino la perversión de la voluntad,
que se alejade la sustancia suprema, que eres Tú, Dios, para dirigirse a las cosas más
bajas»

a vida recta. Si esta


era el resultado de la
orientación del amor
hacia Dios

la voluntad enferma
es aquella que dirige
su amor hacia todo
lo que es distinto e
inferior a Dios
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Esas cadenas con que nos ata el hábito son un tema


recurrente en el pensamiento de san Agustín, y en
especial en las Confesiones, donde la resistencia que
impone la costumbre (sobre todo carnal) aparece
reiteradamente como el factor que dificultó el camino
hacia la conversión: «Era, este peso, mi costumbre con la
carne»28, «Mi enemigo controlaba mi voluntad”,

LA SEMILLA DE LA DISCORDIA

filosofía platónica conducía a aceptar la


autosuficiencia del hombre

Fueron las enseñanzas del apóstol Pablo las que acudieron


entonces en ayuda de san Agustín, mostrando que la
salvación del hombre y el acceso a la Verdad solo eran
posibles por mediación de la gracia de Dios.
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FIGURA DEL APOSTOL PABLO


DE TARSO
Será con la llegada de Pablo de Tarso8 cuando el
cristianismo abandone las fórmulas exclusivistas para
judíos y se expanda por el resto de territorios adoptando
elementos helenísticos tradicionales. Pablo nos dejará
Las Cartas9 como testimonio directo del cristianismo
primitivo y de la clara reforma que llevó a cabo.
Además, encontraremos otros textos bíblicos que nos
hablan de esas comunidades, los Hechos de los
Apóstoles. Estos textos, escritos por Lucas en el año
90 d.C., idealizarán a las primigenias comunidades
cristianas que el autor no conoció y debido a esto
ofrecen contradicciones con Las Cartas de Pablo, las
cuales debemos considerar como los textos del
cristianismo primitivo más antiguos y pertenecientes
verdaderamente al periodo
Una vez se toma el camino de universalizar el
cristianismo, encontraremos la figura del obispo, los
sucesores de los apóstoles10, que gobernarán el
cristianismo11. En el siglo II se establecerá una Iglesia
mas unificada12 y ya en Nicea veremos cómo se
formula la primera ortodoxia. Para finalizar, debemos
destacar la capacidad de adaptación que tendrá el
cristianismo primitivo para poder dogmatizar en todos
los rincones conocidos y también el respaldo y el
poder que adquiere la Iglesia desde que
Constantino es emperador. Dentro del contexto es
oportuno mostrar el camino del cristianismo antes
de ser protegido por el poder imperial como religión del
Estado. Si bien no son excesivamente conocidos cuando
nacen como grupo religioso, en menos de un siglo
saltarán a la palestra y en ocasiones serán percibidos
como un peligro para la estabilidad imperial. Estos
movimientos políticos contra el cristianismo14 serán
germen para la formulación.
posterior de algunas corrientes cristianas como el
donatismo, que excomulgarán a individuos rendidos
ante la represión15.
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CONSTASTINO

n primera instancia debemos acudir a uno de los momentos


más importantes para el cristianismo, la batalla del Puente
Milvio en el año 312 d.C., pero antes vamos a establecer
cómo la inestable situación política nos lleva a dicha batalla.
Cuatro años antes de la batalla, el Imperio contaba con cuatro
Augustos31, un sublevado en África y con Majencio, que
ostentaba el cargo de César. Tras el fallecimiento de Galerio
(Augusto), los Augustos decidieron derrocar a Majencio.
Constantino sería el elegido para comandar la campaña que
se decidiría en la batalla del Puente Milvio antes nombrada.
Lo importante para el cristianismo acontecerá en la noche
previa, ya que Constantino soñó con la cruz y con un
mensaje, el cual decía que si se convertía al cristianismo,
conseguiría la victoria32. A la mañana siguiente todos los
escudos fueron decorados con un crismón33 y ondeaban
banderas con la misma simbología. Si bien esta es la
explicación34 que religiosamente ha trascendido a través de
los autores cristianos, conocemos que Constantino, muy San Agustín en la lucha
hábilmente, adoptó esta fe porque necesitaba de los
cismática: SDonatismo
cristianos para ganar la batalla. Una vez es investido como
primus Augustus se firmará un pacto denominado “Edicto
de Milán” donde se reconocía la libertad de culto. El
cristianismo comenzó a hacerse fuerte de la mano el No ahondaremos en la estructura y
emperador. El Concilio de Nicea será ejemplo de ello debido a luchas políticas violentas entre el
que el emperador tomará decisiones religiosas, aunque donatismo e iglesia católica. Sino mas
siempre hubo dudas de su cristianismo debido a que en bien en la ideológica y filosófica del
ocasiones apoyó a movimientos arrianistas. Los hijos de
obispo de Hipona.
Constantino, Constante y Constancio35, se dividieron el
imperio. Constancio gobernará sobre Oriente y defenderá el
arrianismo. Constante hará lo propio en Occidente pero
apoyará a la ortodoxia. Fue un fracaso el intento de unidad
religiosa pero coincidieron en la prohibición de ritos y
sacrificios paganos. Tras la descendencia de Constantino,
ascenderá al trono imperial Juliano denominado
comúnmente “el Apóstata”36. Este emperador, pagano
por convencimiento, intenta acabar con el cristianismo pero
no de forma violenta. Juliano retirará privilegios a los altos
cargos eclesiásticos y además creará una ley que otorgará
libertad de culto. Esta medida conllevó que los grupos
heréticos eran libres de profesar la fe que quisieran y por
tanto vemos como la situación era susceptible de generaanr
la autodestrucción de la Iglesia. Además, favorecerá al
paganismo con gran cantidad de restablecimientos de
cultos y ritos. Una vez fallecido Juliano, Joviano alcanzará
el poder y restablecerá el cristianismo como culto oficial
del imperio volviendo a otorgar todos los privilegios.
Además eliminó definitivamente el paganismo.
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Debido a la fuerza y al numero de


adeptos a este movimiento cismático al
Norte de Africa , la postura de San
Agustin ante la fractura de la unidad de
la iglesia salió a la defensa con escritos
y unos de los puntos que pregonaba el
donatismo fue la pureza vista como un
conjunto de valores mas orientado hacia
una forma “levítica judaica” y sumado a
este hecho también aquellos traidores
que participaron en la persecución de
cristianos y en la quema de libros y
escritos sagrados llamados a este tipo de personas los Lapsis, este fue un punto de
inflexión para aquellos obispos que aceptaban a los traidores de regreso a la iglesia,
sumado a las diferencia teológicas abismales entre ambas instituciones.
San Agustín frente esta amaneza , emplea el andamiaje platonico y centra sus escritos
entre la validez objetiva del sacramento y la imperfección de quien
lo administra. entre la validez objetiva del sacramento y la imperfección de
quien lo administra. No están los donatistas (ni por extensión nadie en este
mundo) capacitados ni facultados para diferenciar entre unos y otros, pues la
separación entre justos y pecadores es algo que solo a Dios corresponde hacer
en el Juicio Final, cuando separe «el grano de la paja». En definitiva, la validez y
la veracidad del mensaje de Cristo y de los sacramentos no dependen del
instrumento material forzosamente imperfecto que los transmite o administra,
sino que poseen una validez objetiva fundamentada en las Sagradas Escrituras y
en la catolicidad de la Iglesia, cuerpo místico de Cristo

san Agustín a la iglesia le está reservado un papel central en la historia, que no es otro
que el de difundir y
extender el mensaje de
Cristo sobre todo el orbe.
Y esa misión salvífica y
universal no es el
resultado del designio de
los hombres, sino que
representa la ejecución
inevitable de un plan
preordinado por Dios.
La Iglesia no ha sido
instituida para encerrarse
en un círculo reducido de
santos y aislarse del mundo, sino para abrazar a la entera humanidad y modificarla,
porque Cristo no vino al mundo a «llamar a los justos sino a los pecadores»s Lucas
5,27-32, Rom 3: 10, 11.
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Con ello se ejecuta un movimiento de institucionalización del cristianismo que


caracterizará a la catolicidad, y que se materializará siglos más tarde en el dogma
extra ecclesiam nulla salus («no hay salvación fuera de la iglesia»)

SAN AGUSTIN CONTRA LOS PELAGIANOS

después de su lucha doctrinal contra el donatismo surge el


pelagianismo , cuyo precursor fue pelagiano monje británico,
sus ideario partía sobre todo un reformador de las
costumbres, que propugnaba un estricto rigorismo moral de
tintes marcadamente ascéticos. Para Pelagio, el Dios
cristiano era un Dios que exigía una obediencia inexcusable
a sus mandatos. Y si esto era así, era porque alcanzar la
perfección moral, la santidad, no solo era posible, sino
obligatorio. En consecuencia, el mensaje pelagiano
replanteaba dos viejas polémicas a las que san Agustín
enfrento con el donatismo. En esencia el pelagianismo
centraba en un poder antropológico y optimista que postula
que el intelectualismo ético lograría la salvación. Para el
obispo de Hipona esto era sin duda una soberbia puesto que
nuestra condición humana de la cara o el cuerpo seremos
vulnerables y débiles estando siempre una lucha contra las concupiscencia ,atado en un
cuerpo de muerte. Esta premisa era evidenciada por pablo en la carta a los Romanos:
“¡Miserable hombre de mí ! ; Quien me librará del cuerpo de esta muerte ? La gracia de
Dios por Jesu-Cristo nuestro Señor. Luego yo mismo con el espíritu sirvo a la Ley de Dios ;
y con la carne a la ley del pecado”. Romanos 7:24,25

A diferencia del pelagianismo, para san Agustín el bautismo y la remisión del pecado
original no constituían un punto de llegada, tras el cual se abría un camino seguro y sin
obstáculos hacia la beatitud; el bautismo era un punto de partida, al que seguía un
tortuoso itinerario en el que la meta no estaba garantizada. Y mucho menos para el
hombre por sí mismo. Afirmar que la criatura, de forma autosuficiente, podía alcanzar la
perfección era una blasfemia.
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Reducir la salvación al esfuerzo humano era tanto


como cuestionar la libre voluntad de Dios y
condicionarla a la justicia de las acciones humanas.

La ciudad de Dios

Con la invasión de barbaros en áreas


de Roma el avance del paganismo se
hizo de características virulentas,
corría sangre y fuego por las
ciudades atacadas. Los
padecimientos sufridos por la
población entro duda si Dios existe
como es posible tanta maldad o
¿cómo permite tanto dolor y
violencia? San Agustín dedicó trece
años de su vida a la composición de
una obra monumental desarrollada
con el único y firme propósito de dar
respuesta a estas cuestiones: La
Ciudad de Dios.
Dos realidades distintas en su naturaleza, pero
que desde el origen de los tiempos habían coexistido sobre la tierra
mezcladas de forma indiscernible, y así lo estarían hasta el momento
en que Dios separara a los integrantes de una y otra en el Juicio Final.
«Por consiguiente, ya desde el inicio del género humano hasta el fin
del mundo marchan dos ciudades: una de los injustos, otra la de los
santos. Ahora están mezcladas en cuanto al cuerpo, pero son distintas en
cuanto a la voluntad de quienes las integran. Sin embargo, en el
día del juicio serán separadas también en cuanto al cuerpo» elementos,
Babilonia es la patria de «los hombres que pretenden vivir según la carne»,
Jerusalén la de «aquellos que pretenden vivir según el espíritu»
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la Ciudad de Dios representaba, así, una nueva y última pieza en el proyecto existencial al
que san Agustín consagró toda su vida: el dar razón de la presencia del mal. En su
aplicación a la historia, esa explicación descansaba sobre dos elementos que a la postre
debían proporcionarnos consuelo y dotar de sentido a la aparente abundancia
desufrimiento: todo acontecimiento era a la vez inevitable y bueno por ser el resultado del
designio divino. Pero, ¿resulta esa una respuesta satisfactoria al interrogante que nos
plantea la presencia del mal?

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