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LA MICROPOLfTICA DE LAS ORGANIZACIONES ESCOLARES

M' TERESA GONZÁLEZ GONZÁLEZ <`)

INTRODUCC16N pezado a hacerlo, se han encontrado con


un mundo complejo, un mundo de incerti-
Este artículo versa sobre algunas cues- dumbre, de imprevisibilidad, un mundo de
tiones relacionadas con la micropolítica es- personas que piensa, valora, interpreta la
colar, es decir, con las dinámicas políticas realidad y acontecimientos en los que es-
que se desarrollan dentro de las organiza- tán inmersas, que se relacionan unos con
cíones escolares. Para cualquier persona otros, que van configurando día a día esa
que trabaje en un centro educativo, posi- organización; un mundo, a fin de cuentas,
blemente el tema no le resulte extraño; to- en el que coexisten planteamientos diver-
dos están implicados de una u otra sos, o se imponen determinados discursos,
manera, con su acción o su pasividad en o se lucha por mantener una determinada
las dinámicas políticas de la organización. dinámica organizativa. Se han encontrado,
Es común en sus conversaciones y relatos en definitiva, con que las cosas en^tas es-
oírles hablar de «bandos», de «camarillas», cuelas no son lineales, no son siempre tan
de «conflictos», de «presiones», «tensio- racionales como se presupone, no son me-
nes» , «posturas distintas», etc. cánicas ni asépticas, y, desde luego, no son
una balsa de aceite.
Aunque en la realidad diaria de los En el contexto tan complejo y diverso
centros escolares las dinámicas micropolíti- que en la actualidad presenta el carnpo de
cas constituyen una dimensión familiar, no las teorías de la organización escolar, una
alejada de la cotidianeidad de la organiza- de las lecturas que se ha hecho de esa
ción, sin embargo, el estudio y análisis teó- complejidad interna a los centros escolares
rico del tema no se lia caracterizado, es la lectura micropolítica, caracterizada
precisamente, por su notoriedací. Los teóri- por prestar atención a las dinámicas políti-
cos de la organización escolar, tan empe- cas que ocurren dentro de la organización.
ñados como han estado durante tantos Evidentemente, resulta difícil, cuando
años en tratarnos de «convencer» de que no imposible, aislar las co ^as y cqnsiderar
las escuelas son organizaciones racionates, que lo «político» que ocurfe en la organi-
en las que las cosas pueden funcionar con zación puede entenderse por sí sólo; des-
certidumbre, con racionalidad y con cierta de luego, lo que ocurre dentro está
estabilidad, se han olvidado durante mu- mediatizado por lo que ocurre fuera, por
cho tiempo de mirar qué es lo que pasa las dinámicas políticas externas a la propia
dentro de las escuelas . Y cuando han e^n- organización, como ha señalado Ball

(') Universidad de Murcia.

Revtrta de Educación, núm. 316 (1998), pp. 115-239 215


(1987) lo que ocurre dentro de las escuelas de interés, control...) comparten una ima-
no se puede comprender del todo sin te- gen o visión de escuela como entidad po-
ner en cuenta el ambiente en que funcio- lítica, más que como una organización
na, o como nos recuerda Corbett (1991) la racional.
interrelación política cotidiana entre di- Los análisis micropolíticos de la escue-
rectivos, profesores y alumnos, simplemente la son relativamente recientes, pues no se
no es independiente de valores, creencias remontan más allá de finales de los años
externas e intentos de imponerlas sobre las 70 (Blase, 1991; Anderson y Blase, 1995).
escuelas (p.73). Ambos discursos son nece- Sin embargo, aunque el término «micropo-
sarios para la comprensión de la organiza- lítico» puede resultar novedoso, sus «ante-
ción, si bien aquí me centraré únicamente cedentes» más inmediatos los podemos
en el nivel micropolítico. encontrar, por un lado, en el ámbito de la
El texto que sigue está estructurado en Gestión y Administración Pública, en el
cuatro apartados. En el primero, se señala que ya hacia finales de los 60 se desarrolla
que los análisis micropolíticos de las es- una concepción de la organización como
cuelas son relativamente recientes, subya- realidad política (Anderson y Blase, 1995;
ciendo a los mismos una perspectiva de la Everhart, 1991) cuestionando así los mode-
organización como entidad política, de la los apolíticos tradicionales sobre el funcio-
cual señalaré alguna de sus características; namiento organizativo; por otro, en el
en el segundo apartado comentaré la vi- propio ámbito de la Organización Escolar
sión que tienen de lo que es la micropolí- en el que, con la aparición de perspectivas
tica algunos autores que han tratado de epistemológicas no positivistas se empieza
delimitar conceptualmente este ámbito de a cuestionar la capacidad de los modelos
estudio; el tercer apartado está dedicado a racionales para dar cuenta de y contribuir
clarificar algunos de los elementos básicos a la comprensión de la organización esco-
que entran en juego en la micropolítica; fi- lar en toda su complejidad (Ball, 1987,
nalmente haré alguna inención a la investi- González, 1990, 1994). También en torno a
gación e implicaciones de la lectura los arlos 70 , en el ámbito del cambio edu-
núcropolítica de los centros escolares . En cativo se empieza a llamar la atención so-
conjunto, la pretensión de este trabajo no bre la complejidad y de los procesos de
es sino la de clarificar un ámbito de estu- puesta en práctica de reformas o proyectos
dio e investigación de la realidad organiza- de innovación, destacando, entre otras co-
tiva que, en nuestro país está todavía poco sas, cámo la naturaleza política y las diná-
desarrollado, aunque algunos autores vie- micas de micropolítica generadas en los
nen mostrando su interés por el mismo ( centros escolares contribuyen a dicha com-
5antos Guerra, 1992, 1994, 1997; San Fa- plejidad (House, 1981; Boyd, 1991; Gonzá-
bián, 1996; Domínguez, 1993; Jares, 1996, lez y Escudero, 1987). Todo ello ha ido
etc J contribuyendo a configurar una concep-
ción de la organización como entidad polí-
tica, concepción de la que los autores
LA ORGANIZACIÓN ESCOLAR micropolíticos toman muchos de sus refe-
COMO ORGANIZACIf3N POLÍTICA rentes y conceptos, al tiempo que contri-
buyen a perfilarlos.
En términos generales, puede decirse La concepción de la organización
que las perspectivas micropolíticas, que como realidad política ha ido destacando
como veremos, focalizan su atención en una serie de rasgos que entran en clara co-
los procesos políticos dentro de la organi- lisión con aquellos que en su momento se
zación (conflictos, negociaciones, luchas defendieron desde concepciones de la or-

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ganización como estructuras racionales y los esfuerzos por lograr las metas o«fin en
estables (González, 1987a, 1987b). perspectiva» estaban inevitablemente limi-
Una visión política de la organización tados por una serie de compromisos gene-
va a subrayar que ésta es un área de luchas rados por la necesidad de mantener el
y conflictos, en la que conviven una am- sistema interno, por intereses de clase y
plia variedad de individuos y grupos de in- sistemas de creencias de los miembros de
terés que están inmersos en dinámicas la organización o, también, por determina-
conflictivas, de negociación, de luchas, dos intereses surgidos en el curso de la ac-
pactos, etc. Bacharach <1988) lo expresa ción. En esta misma línea, Cyert y March
con claridad cuando señala: (1963), entienden que las metas organizati-
Las organizaciones deberían ser vútas vas se establecen en un proceso de nego-
como sútemas políticos, internamente y en ciación que ocurre entre los miembros de
sr^s relaciones externas; los miembros de las las coaliciones dominantes, a lo largo del
organizaciones deberían ser concebidos cual cada coalición, cuyos intereses han de
como actores políticos, con sz^s propias ne- ser tenidos en cuenta, ayuda a definir las
cesidades, objetivos y estrategias para lo- metas de la organización, y cada acuerdo
grar esos objetivos. En las organizaciones negociado servirá de guía para la organiza-
szergen coaliciones de actores que identifi- ción y de base para legitimar determinados
can objettvos corraunes e idean estrategias cursos de acción. Igualmente, Pfeffer y Sa-
para lograrlos, y sz^s acciones están corastre- lancik ( 1978) advierten que los objetivos
ñidas por !as estructzsras, tecnologías e de la organización, dada la existencia de
ideologías... diversos grupos de interés en la misma, no
La concepción de la organixación es- son totalmente comunes y consistentes, se
colar como una organización política con- van modificando para acomodarse a nue-
lleva, como veremos a continuación, un vos intereses, se desechan otros para evitar
determinado discurso en torno a las metas, algunos intereses, se realizan acciones ale-
las estructuras, los conflictos, los procesos jadas de los propósitos declarados cuando
de toma de decisión en los centros escola- es necesario.
res, bastante distinto del que se mantiene Las metas de la organización, en defi-
desde aquellas concepciones más raciona- nitiva, desde una perspectiva política, están
les y burocráticas. abiertas a negociación, no son un elemento
Asumir que las organizaciones son estable, claro y asumido por todos que
áreas de luchas políticas supone, entre orienta instrumentalmente el funcionamien-
otras cosas, entender que las escuelas no to de la organización. En el ámbito de las or-
son organizaciones estrictamente raciona- ganizaciones escolares se desarrollan luchas
les, en las que la acción está linealmente más o menos continuas acerca de qué fines
configurada y orientada a metas claramen- se pretenden lograr y con qué medios se van
te establecidas de antemano. Las metas, en a alcanzar; de modo que con frecuencia se
una visión política no se dan por sentado y funciona con objetivos múltiples, y a veces
su establecimiento es considerado como contradictorios, y no siempre declarados
un proceso político en el que predomina la (McPeherson, et al., 1)86).
inestabilidad, el conflicto. En el campo de CJna visión política también subrayará
la Teoría de la Organización, ya a finales que la estructura formal de la organiza-
de los años y0, Selznick ( cit. en Scott, ción, sus reglas, regulaciones y procedi-
1981) pondría de manifiesto cómo, en su mientos, no es tanto un instrurnento
investigación sobre la ZVA, las met^ts origi- racional para organizar la actividad y lograr
nales de esa organización fueron alteradas, su metas, sino el reflejo y producto de una
redirigidas o,incluso, desvirtuadas, y cómo lucha por el rontrol político.

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La estructura organizativa, señala Mor- etc. son un reflejo ideológico y conllevan
gan (1986, pp. 163-4), se utiliza con fre- intereses relacionados con el poder, la au-
cuencia como un instrumento político. Los tonomía-dependencia, la diferenciación
planes de diferenciación e integración or- como modo de legitimar posiciones de au-
ganizativa, los diseños de centralización y toridad, etc. Por otra parte, en el propio
descentralización, y las tensiones que ptre- centro escolar, la estructura definitiva o
den surgir al diseñar la organización con- arreglos estructurales no son siempre el re-
llevan, con frecuencia, agendas ocultas sultado de un proceso racional en el que
relacionadas con el poder, la autonomía o se busca el mejor diseño para el logro de
la interdependencia de individuos y depar- las metas, sino el resultado de un proceso
tamentos. mediatizado por intereses, conflictos y lu-
Una lectura política de las organizacio- chas por el control y la influencia en la or-
nes y, particularmente de las estructuras ganización; eso es así porque los
organizativas ha llevado a algún teórico de diferentes grupos dentro de la organiza-
la organización <Pfeffer, 1978, ) a cuestio- ción, tienen preferencias conflictivas, pero
nar las teorías estructurales de contingen- también están interesados en evitar situa-
cia y a ofrecer una concepción política del ciones de conflicto, de modo que tratan de
diseño organizativo. En este sentido seña- ponerse de acuerdo en córno distribuir el
la: Si tomamos seriamente la conceptuali- poder y los recursos; tales divisiones que-
zación de las organizaciones como darían reflejadas en el diseño de la organi-
coaliciones, entonces una cuestión crYtica zación. La estructura formal de la
no es tanto cuáles son las consecuencias de organización, como también lian apuntado
varias dásposiciones estrtcctrcrales, sino Bacharach y Lawer (1980), es el resultado
quién gana y qrcién pierde a partir de tales de continuas acciones políticas entre indi-
consecuencias. La estructura, en este caso, viduos y grupos.
no es tanto el resultado de un proceso de De todos modos, no sólo el proceso
gestión en el que se seleccionan diseños que de diseñar o montar la estructura de una
aseg:rren mejores beneficios. La estructura, organización está plagado de aspectos po-
mas báen , es, en sí misma, el resultado de líticos. También, como ha señalado Morgan
nn proce^o mediatizado por ántereses con- (1986) la rigidez e inercia de las estructuras y
flictivas, de modo que las decisiones emer- la resistencia a cambiarlas, desvela un conte-
gen en función de los criterios que la nido político, ya que las personas, con fre-
organizacáón bresque satásfacer Las estrrec- cuencia, tratan de perpetuar las estructuras
turas organizativas pueden ser vistas como existentes a fin de proteger el poder que
el resultado de t^na lucha por el control,y la puedan derivar de ellas.
influencia que ocurre dentro de la organi- Por otra parte, una lectura política de
zacáón (p. 36). la organización conlleva cuestionarse la vi-
Desde tal planteamiento Pfeffer en- sión racional del poder en la organización.
tiende que la cuestión no es tanto cómo di- Si en las visiones más racionales se equipa-
señar organizaciones para maximizar su ra poder y autoridad, y se entiende que el
eficacia, sino qué preferencias e intereses mecanismo de poder que actúa en la or-
van a ser satisfechos por la organización. ganización es el de la autoridad formal,
Este autor señala cómo en lo que respecta ligada a la estructura fonnal cíe la organiza-
al sistema escolar cuando se establece una ción, en una visión política se subrayarí
estructura para los centros, las propuestas que en la organización se desarrollan múl-
relativas a la distribución de tareas, rela- tiples formas de poder, de las cuales la au-
eión entre órganos, mayor o menor des- toridad es sólo una de ellas. Se apuntará,
centralización, mayor o menor autonomía, además, que las diversas formas de poder

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que se ponen en juego en la organización para el desarrollo de dinámicas y relacio-
no son siempre explícitas, sino, con fre- nes micropolíticas. En los últimos años,
cuencia, ocultas. Abordaré más adelante el han sido varios los autores que han tratado
tema. de conceptualizar y acotar qué es eso de la
Otro elemento importante de la con- Micropolítica Escolar; en el apartado que
cepción política de la organización es su sigue aludiré a ello.
visión del conflicto como algo natural, in-
cluso necesario, de la vida organizativa,
más que como aspecto negativo o síntoma
del desmembramiento de la organización ALGUNOS MODELOS MICROPOLÍTICOS
(Pfeffer, 1978, 1982; Gron, 1986). En nues-
tro pafs, Jares (1993, 1995, 1996 ) ha desa-
La perspectiva micropolítica de análi-
rrollado ampliamente este tema.
sis de las organizaciones escolares como
Finalmente, los procesos de toma de
ya he comentado, es relativamente recien-
decisión ocupan un lugar muy importante
te y, en ese sentido, alguno de sus teóri-
en las perspectivas políticas de la organiza-
cos entiende que no está plenamente
ción (Bacharach, 1981, 1988, Morgan,
elaborada conceptualmente hablando (Ba-
1986) ya que desde las mismas se entiende
charach y Mundell, 1993). No obstante, en
que en una situación de decisión los
los últimos años se han hecho algunas
miembros, grupos y coaliciones van a tra-
contribuciones que han tratado de acotarla
tar de afectar políticamente a lo que ocurra
y conceptualizarla. En este apartado co-
en la organización.
mentaré algunas de estas aportaciones
A1 igual que ocurre en relación con
que, si bien tienen muchos elementos en
otros temas que ya hemos considerado an-
común, presentan entre ellas algunas
tes, desde una visión política de la organi-
diferencias.
zación se entiende que los procesos de
Quizá una de las aportaciones iniciales
toma de declsión no siguen un proceso li-
más conocidas sobre la micropolítica esco-
neal-racional, atendiendo a unas fases bien
lar haya sido la realizada por Hoyle
delimitadas (reconocer un problema- ex-
(1986,1988). Desde su perspectiva, la mi-
plorar alternativas- sopesar las alternativas-
cropolítica abarca todas aquellas estrate-
elegir la mejor- ponerla en práctica); son
gias a través de las cuales los individuos y
procesos rnás complejos y problemáticos,
los grupos en contextos organizativos tra-
entre otras cosas porque los intentos de
tan de usar sus recursos de poder e in-
llegar a decisiones racionales pueden estar
fluencia para promover sus intereses .
socavados por barreras y lítnites políticos
La micropolítica de las organizaciones
(Baldridge, 1983)•
escolares constituye, para Hoyle, un aspec-
El proceso de toma de decisión, se
to de la vida organizativa que con frecuen-
considera desde esta perspectiva, como
cia está implícito; en este sentido señala
una fuente importante de poder porque,
que la núcropolítica es un submurtdo or-
en última instancia, el individuo o grupo
ganizativo ^rce todas reconocerrios.y en e! qr^e
que pueda ejercer más influencia en la diná-
todas participantos. I.o reconocerraas cr^ando
mica de toma de decisiones, podrá ínfluir
hablarnosdeKnaafiasorganizatir^as.^, Kagen-
significativamente en los acontecimientos
das ocrsltas^, «haeerpolítica^ ,y Knurclrtiave-
que se desarrollan en la organización.
lismo^. Es rcn lado oscnro de la vida
Si entendemos que las organizaciones organizatir^a ^r+^e proporciorra !a fitcmte de
escolares poseen las características ante- grarr parte del chis»^iorreo orgarrizativa
riormente señalacías, es fácil entender que (1988, p. 256). Esta consideración de la mi-
ellas constituyen contextos muy propicios cropolítica como un componente cotidiano

"l19
y reconocido de la vida escolar , pero que ción, pues, no es clara, si bien Hoyle con-
constituye un submundo que se desarrolla sidera que el dominio político real está en
de modo implícito y en las esferas infom^a- el lado informal y oscuro cle la vida organi-
les de la vida organizativa, le lleva a Hoyle a zativa:
tratar de establecer una distinción entre mi- La teoría adrninistrativa se focaliza en
cropolí^ca y administración- gestión de la las estru.ctr^ras.y los procesos de poder, toma
organización. En principio, este autor con- de decisión, comr.rnicación, etc. pero el es-
sidera que la micropolítica se puede consi- pacio entre las estrrccturas está ocr4pado
derar como un ámbito distinto de los por algo más qrce los individr^os y sus moti-
procesos y dinámicas de gestión. Pero la vos, Fse Kalgo más» consiste en las estrt.rctrs-
diferencia entre micropolítica y administra- ras y procesos micropolíticos. Se
ción no es fácil de establecer, porque am- caracteriza más por coalictones que por de-
bas están relacionadas: una no fnnciona partamentos, por estrategias qrie por reglas
sin la otra y i^na acción particular realiza- promrrlgadas, por la inflrcencia mcrs qrte
da por rcn miembro de la organización po- por el poder, y por el conocimiento más qr^e
dría igr.ralmente ser descráta como un acto por el statas (1988, p.257).
de gestión o r^n acto micropolítico, ^quizá El ámbito de la micropolítica así defi-
dependiendo de si u^no lo aprrtieba o no.r nido por Hoyle, vendría configurado por
(1986, p. 126). En este sentido señala, por cuatro elementos básicos:
ejemplo, que lo que podría permitir distin- - Intereses de diverso tipo, que po-
guir entre rnicropolítica o gestión serían las seen los individuos de la organización, y
estrategias utilizadas y, sobre todo, el que no quedan ref]ejados en las metas or-
modo de utilizarlas en cada caso. Así, ha- ganizativas. Los intereses constituyen el
blaríamos de estrategias de gestión al refe- contenido de la micropolítica
rirnos a estrategias desarrolladas en el - Crr+po de interés ( o«conjunto» de
ámbito de lo formal, mientras que habla- interés, ya que el térmíno «grupo» transmi-
ríamos de estrategias micropolíticas al alu- te una idea de cohesión y perrnanencia
dir a aquellas utilizadas en el plano que no siempre existe) o conjunto de per-
informal e incluso oculto de la vida organi- sonas que comparten un interés común, y
zativa; por ejemplo, dice Hoyle, la negocia- que se pueden combinar en coaliciones
ción es más micropolítica en la ryaedida en - Poder, con sus dos dimensiones
qr.re sea implícita »cás grre e.aplícita, ocurra clave: la autoridad, o poder formal, y la in-
. fi^era nrás qr^e dentro de los procedirrtierrtos y fluencia, o poder informalmente ejercido.
estrrcctrcrasforrrrales, yse base en r°ecrersos in- - Estrategias que utilizan los grupos
formales de infl'rrencia (1986, p.127). para lograr sus fines.
Dadas las dificultades para distinguir Así pues, para Hoyle los componentes
micropolítica y gestión Hoyle ofrece una de la tnicropolítica vendrían dados por las
defínicíón amplia de micropolítica: estrategias que en la organización se des-
La nrtcropolíttca se percibe mejor como pliegan en la persecucicín de intereses, ya
r^n continrra^m, rrno de cr^ryos polos prácti- sean personales o profesionales, los cuales
carnente no se distingne de los procedi- son perseguidos por grupos cie interés, for-
mientos de gestión converzcional, pero de males o inforrnales, que a su vez pueden
los qr.re diverge en nna ser-ie de dimensio- formar coaliciones, utilizancío los recursos
nes- intereses, conjrrnto de intereses, poder, de poder de los que dispongan (autoridad
estrategias, legitimidad- hasta el prento de o intluencia). Volveremos sobre estos con-
qrre constttr^ye rtrr rnr.cndo organizativo ceptos más adelante.
casi separado de manipnlación ilegítima, Otra aportación interesante sobre la
arrto-interesada <1986, p.126). La distin- micropolítica escolar es la realizada por

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Ball (1987, 1990), el cual desarrolla inicial- - El mantenimiento del control en la or-
mente su planteamiento sobre micropolíti- ganización.
ca escolar a partir de datos recogidos en - Los conflictos en torno a la definición
escuelas inglesas. (política) de la escuela.
Ball sustenta su planteamiento sobre la En este sentido, en el disc^trso micro-
idea de que los centros escolares son orga- político de Ball, los conceptos clave que se
nizaciones en las que los ámbitos de control manejan son el de control (en sus dos di-
están sujetos a negociación, renegociación o mensiones de dominación y resistencia al
disputas entre los miembros (director-profe- mismo, Ba11,1990), el de ideologías e inte-
sores; jefe de departamentos- miembros del reses de los individuos y grupos y el de
mismo; especialistas en asignaturas- espe- conflictos entre miembros . Así, una teoría
cialistas en tareas tutoriales y de orienta- micropolítica de la organización escolar
ción, etc.), de modo que están abiertos a conlleva dar cuenta de la formación de va-
modificaciones, siendo los límites del con- rios grupos en la escuela, detallar las lu-
trol organizativo diferente en las diferentes chas entre esos grupos y entre ellos y la
escuelas: Los modelos var^iables de control dirección de la escuela, y analizar la defi-
no son el producto de sistemas organizati- nición resultante de la escuela (política
vos abstractos sino qrre srrrgen de los en- escolar).
frentamientos de individnos ygrr^pos en la Ball considera que los centros escola-
organización. res son, al igual que otras organizaciones,
Por otro lado, en las escuelas, las me- áreas cíe lucha que sobreviven divididas
tas son ambiguas y están abiertas a míilti- por conflictos reales o potenciales entre los
ples interpretaciones; los procesos de miembros, que están escasamente coordi-
elaboración de la política de la organiza- nadas y que son muy diversas ideológica-
ción y la toma de decisiones no son proce- tnente. EI conflicto político constituye,
sos tecnológicos, sino cargados de para Ball, un foco de atención básico a la
contenido ideológico y, además, las perso- hora de comprender la naturaleza organi-
nas y grupos en la organización poseen zativa de la escuela.
unos intereses (no sólo ni siempre ideoló- El análisis micropolítico, por tanto, se
gicos, también de carácter más material: los centrará en el contlicto, aunque Ball reco-
profesores están dedicados a promover srrs noce que en las escuelas también existe
intereses creados, personales y de grnpo, posibilidad de consenso: no qrriero caer ert
tanto como o en relación a srrs adhestones la misntrz tr•antpa qrre los teóricos de siste-
ideológtcas), p. 83)• De ese modo, dacia la ntas sociales, de r.^er cortflicto en todos sitios,
diversidad de intereses, icieologías y prefe- dortde ellos ven consenso, Este reconoci-
rencias en el centro escolar, lo más natural miento cíe que también la vida escolar ru-
es que en él se desarrollen contlictos y lu- tinaria puede verse dentro de un orden
chas por et control de la organización. negociado, sin embargo, no le lleva a ana-
Para Ball, la micropolítica constituye li-r_ar las interacciones coopcrativas y con-
una alternativa a los enfoques tradiciona- sensuadas en la organización, aspecto éste
les, que, señala, no han aportado conoci- que Blase (1991) considera como cma de
miento sobre lo que ocurre dentro de las las limitaciones del enfoque cíe Ball; en esa
organizaciones escolares, y acota el con- misma línea, en una revisión que hace
cepto de rnicropolítica en tres esferas de la Burlingame (i988) ciel conocido libro de
actividad organizativa: Ball (1987), afirma: El tra^ajo de I3a11 no es-
- Los trttereses de los miembros de la or- peciJica las características de las escnelas
ganización, que pueden ser cíe diver- conto contexto de negociación y la confibtr-
so tipo. raciórt dc srrbprocesos de negociación qrre

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son únicos a las mismas. Además, su sobre- - las diferencias o discrepancias entre
énfasis en el poder, el conjlicto y la domina- los miembros de la organización en lo
ción le lleua a no dar cuenta de la legitimi- que respecta a valores, creencias, ne-
dad, la ^ ooperación y el consenso con las cesidades, ideologías, metas.
escuelas (p. 282). - las acciones organizativas, estén moti-
La matización realizada por Blase al vadas de modo consciente o incons-
trabajo de Ball que acabo de comentar, ciente: acciones estratégicas, calculadas,
puede comprenderse mejor si considera- propositivas, o acciones rutinarias, no
mos cómo delimita y perfila Blase (1991) el decisión, no acción, negligencia.
ámbito de la micropolítica escolar y el aná- - los efectos o consecuencias de tales
lisis de las escuelas en términos micropolí- acciones para los demás.
ticos. Trata este autor de hacer una - los tipos de acción política, ya sea
acotación de la micropolítica en términos conflictiva o cooperativa.
amplios y de superar lo que considera son - la influencia mutua entre el ambiente
deficiencias en otros planteamientos. A externo y el dominio político interno
partir de una revisión de la literatura exis- de la organización.
tente en el ámbito de la política organizati- Blase, pues, al igual que Hoyle y Ball,
va general y de la micropolítica en considera que aspectos básicos de la mi-
particular, ofrece una definición arnplia en cropolítica son aquellos relacionados con
la que trata de incluir lo que, desde su el poder y su utilización por parte de los
perspectiva, serían los ámbitos de atención individuos y los grupos para conseguir sus
de esta perspectiva de análisis de los cen- metas en la organización así como los con-
tros escolares: flictos y dinámicas de competición entre
la micropolítica se re^ere a la utiliza- miembros. Igualmente, reconoce, como lo
ción por parte de individt^os ygrtcpos de po- hace Ball (1987, 1990) la incidencia de ele-
derformale informalpara logrars:rs metas mentos externos al centro en la vida micro-
en la organización. En gran parte, !as ac- política del mismo. Sin embargo, para
ctones políticas seprodt^cen debido a las di- Blase otras dinámicas organizativas, como
ferencias percibidas entre individtsos y son la cooperación y el apoyo entre indivi-
grttpos, junto con la naottvación para trsar duos para lograr sus propósitos, son tam-
poder para influir y/o proteger. Aunque ta- bién importantes; es decir, no identifica
les acciones están conscientemente motiva- micropolítica necesariamente con dinámi-
das, cualquter acción, consciente o cas organizativas conflictivas. En este senti-
inconscientemente motivada, p:cede tener do recoge o se inspira en algunos teóricos
nsignificación^ política en ttna situación de la política organizativa en general
dada. Las acciones y procesos con, flictivas y (Burns, 1961; Manghan 1979), que ya reco-
cooperativos son parte del ámbito de la mi- nocían en su momento que lo conflictivo y
cropolítica. Ademírs factores macro y rrai- lo cooperativo son, ambos, aspectos cons-
cropolíticos interactúan frecuentemente. titutivos de la vida organizativa y ligados a
La anterior definición recoge los diver- los procesos políticos en la misma, y que
sos ámbitos en los que se centraría una las políticas organizativas incluyen proce-
lectura micropolítica de las escuelas: sos conflictivos así como procesos de
construcción de consenso.
- las formas de poder, formal e informal;
El prestar mayor atención a las dinámi-
- las metas de los individuos, sean inte- cas cooperativas, no sólo a las conflictivas,
reses, propósitos, preferencias... como ha señalado Boyd (1991) plantea
- las acciones políticas, sean decisiones, problemas conceptuales y metocíológicos
acontecimíentos, actividades. de cierta envergadura para los investigado-

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res: ^Cómo se determina si la cooperación trativos que^ por la realidad concreta de las
ha sido elicitada corno resrrltado de micro- organizaciones escolares.
políticas habilidosas, o cómo se distinga^e Para Bacharach y Mundell, la micropo-
entre cooperación inducida por micropolí- lítica constituye un ámbito escolar donde
tica y cooperación ejercida libremente? se negocian lógicas de acción diferentes,
Los trabajos de Hargreaves (1991,1996), mantenidas por grupos de interés en la or-
por ejemplo, han llamado la atención so- ganización. Su planteamiento gira en tor-
bre la colaboración forzada, una situación no a los conflictos entre grupos que se
en la que el txabajo en equipo de profeso- desarrollan como consecuencia de que
res y su colaboración profesional se produ- cada uno intenta mantener su propia lógi-
ce por presión administrativa externa, para ca de acción. En este sentido no es muy
gestionar y resolver asuntos más o menos distinto de lo propuesto por otros autores,
burocráticos y formales. En estas condicio- si bien mientras Bacharach y Mundell ha-
nes, se trabaja conjuntamente para poner blan de lógicas de acción, otros hablan de
en práctica lo mandado por otros, no por- intereses (Hoyle), metas <Blase) o lrrchas
que se asuma realnlente una concep- sobre el control, propósitos y contentdos
ción de la enseñanza como actividad ideológicos de la polftica y toma de decisión
compartida. escolar (Ball).
En cualquier caso, Blase (19916) en- Bacharach y Mundell justifican su
tiende, al igual que apuntaba Ball, que la aportación dado que otras perspectivas mi-
micropolítica representa un enfoque valio- cropolíticas han prestado una atención in-
so y potente para comprender las dinámi- suficiente a cinco cuestiones o ámbitos,
cas cotidianas de la vida escolar. En este para ellos importantes:
sentido manifiesta: • El contenido de la lucha micropolí-
Creo qne la micropolíttca constitr^ye en tica: Estos autores entienden que, en la or-
la act:calidad reno de los ám6itos de inves- ganización, las dinámicas micropolíticas se
tigación en organización escolar más po- desarrollan en torno a lógicas de acción di-
deroso, excitante y prometedor. La ferentes que, como señalaré más adelante,
perspectiva micropolítica posibilitará estr^.- versan sobre contenidos diversos: ideolo-
dios intensivos de entornos edr^cativos, qrce gías, políticas, metas, medios. Existen mu-
sacarán a la lrr.z mtscho de lo qne está octel- chas lógicas de acción y los individuos y
to y es st^til y qne, sin embargo, es crucial grupos dentro del centro escolar compiten
para comprender las dinámicas cotidianas para imponer la suya a la organización
de la escn,ela fp. vii-viii). cotl^o un tocío. Las políticas organizativas,
La última aportación a la que me refe- en ese sentido son luchas que ocurren en-
riré es la de Bacharach y Mundell <1993), tre personas o grupos de interés para esta-
que pretenden ofrecer un marco propio blecer unidad en torno a una lógica de
para el estudio de las políticas que ocurren acción particular (podemos defi'nir las polí-
dentro de la organización. Atnbos autores ticas o^ganizativas corno la lrccha qrre oc:c-
consideran que la nlicropolítica, en la rlle- rre eu torno a varias posiGles lógicas de
dida en que centra su atención en el poder acción y sus dia^ersas nranifestaciones).
y las políticas que ocurren dentro de la or- • La unidad de análisis micropolítico.
ganización, cubre un ámbito de análisis y Puede ser la organización, el individuo, o
estudio poco tratado con anterioridací por el grupo. Bacharach y Mundell entienden
los estudiosos de las escuelas (centrados que el análisis micropolítico debe centrarse
en aspectos estructurales o psicológicos) y en los grupos de interés que existen en la
por los estudiosos de las políticas educati- organización, y no tanto en personas indi-
vas, más interesados por análisis acíminis- viduales, o en la organización c01110 un

22^
todo. La organización en su conjunto no interés que contienden sobre distintas lógi-
pasa de ser una entidad abstracta, que cas de acción.
toma cuerpo en su construcción social, y
• Las estrategias rtisadas por los acto-
íos individuos, como mietnbros aislados,
res: es decir cuándo y bajo qué circunstan-
resultan una entidad en exceso analítica y
cias los grupos de interés forman
poco verosímil a efectos de lucha micropo-
coaliciones, negocian temas o compiten y
lítica.
entran en conflicto con otros grupos.
• Las dimenstones del poderprcesto en
juego en la actiuidad micropolítica. A1 refe- Podría decirse, pues, que en este caso
rirse a esta faceta hablan de la autoridad, y se entiende que la micropolítica viene con-
la influencia y, en ese sentido, sugieren la figurada por las distintas estrategias que
necesidad de delimitar quién tiene autori- utilizan diversos grupos de interés en la or-
dad, quién influencia y cómo se produce ganización, haciendo uso del poder con el
la interacción entre grupos que utilizan ti- que cuentan, para imponer una determina-
pos diferentes de poder. da lógica de acción en la organízación.
• Los actores micropolíticos relevan- El cuadro que sigue esquematiza este
tes: es oportuno identificar los grupos de planteamiento.

(Reelaborado a partir de Bacharach y Mundell [19931)•

Con este marco de análisis organizati- zadas acerca del análisis micropolítico de
vo, articulado sobre los cinco ámbitos an- las escuelas, mantienen Bacharach y Mun-
teriormente señalados, Bacharach y dell, no siempre han gozado de precisión
Mundell tratan de contribuir a que el voca- y especificidad a la hora de clarificar y de-
bulario analítico que se utiliza en el análi- limitar el ámbito de análisis de las políticas
sis micropolítico de la escuela empiece a escolares (en unos casos el foco de aten-
tener más consistencia de la que ha venido ción es la organización, en otros los indivi-
teniendo. Este ámbito de estudio es relati- duos, en otros los grupos de interés); ni en
vamente reciente y las aportaciones reali- lo que respecta a precisar y explicitar los

224
supuestos y dimensiones que subyacen a de la escuela es la relativa a su contenido
sus análisis o a definir con precisión los (Hoyle,1986,1988), o lo que es lo mismo,
constructos que utilizan. En ese sentido se- aquello sobre lo que se lucha (Bacharach y
ñalan: Mantenemos q:^e muchos de los stt- Mundell, 1993)•
prcestos y dimensiones qr^e subyacen a Con frecuencia se apunta que el con-
varios análúú políticos de la escuela como tenido de la micropolítica viene dado por
organización están implícitos y son vagos. los «intereses» que se están defendiendo
Ademcís !os constrrictos están mal defini- en la organización. Aunque bajo el térnúno
dos, y las relaciones entre vardables y cons- intereses pueden incluirse varios aspectos
tructos, inespec^cados <p. 424). Ese nivel -Morgan (19$6) por ejemplo los define
de imprecisión conduce, mantienen estos como el compléjjo equtpo de predisposicto-
autores, a análisis politicos que aunque nes qrce abarca ambictones, valores, de-
son ricos y descriptivos, son irnprecisos y seos, expectativas y otras ortentaciones e
no analíticos, dificultándose, de ese modo, inclinaciones, qr^e conducen a una perso-
las comparaciones entre diversos modelos na a actrcar en una direcctón en vez de en
políticos. otra (p. 135)-, lo cierto es que, común-
mente, se admite que las dinámicas micro-
políticas ocurren porque los miembros de
la organización actúan guiados por sus in-
LOS ELEMENTOS Y EL JUEGO DE tereses, los cuales no siempre coinciden
FUER7.AS EN LA MICROPOLÍTICA necesariamente con los de la organización
como tal, ni son similares para todos los
En el apartado anterior he tratado de sujetos que la habitan.
presentar sucintamente algunos de los Esos intereses, que posiblemente no
planteamientos existentes en este momen- estén reflejados en las declaraciones for-
to sobre la micropolítica de las organiza- males de los propósitos organizativos, pue-
ciones escolares. De alguna manera, todos den ser de diverso tipo. Hoyle (19$6,1988),
ellos están haciendo referencia a un deter- por ejemplo, distingue entre intereses per-
minado tipo de dinámicas y situaciones or- sonales, centrados en cuestiones como au-
ganizativas en las que entran en juego tonomía, status, territorio, recompensas,
díversos elementos. EI propósíto de los condiciones de trabajo; profesior:ales, rela-
apartados que siguen es, precisamente, cionados con cornpromisos sobre formas
clarificar cuáles son esos elementos confi- particulares de práctica: curriculum, orga-
guradores de la micropolítica escolar. Des- nízación, modo de agrupanvento de alum-
de mi punto de vista, son cuatro los nos, métodos de enseñanza, etc. o también
aspectos que conviene analizar con cier- políticos, enraizados probablemente en
to detenimiento: los contenidos de la mi- ideologías sociales y políticas de amplio
cropolítica, los sujetos o actores espectro.
impticadas, las estrategias empleadas y, Cabe entender que, si nos atenemos a
finalmente, la fuente de legitimación del esta clasificación, a las dinámicas micropo-
poder micropolltico. líticas que ocurren en la organización pue-
den subyacer intereses abiertamente
ideológicos así como otros más particula-
res, prosaicos y hasta materiales. Y esto es
EL CONT'ENIDO llE LA MICROPOLITICA precisamente lo que apunta Ball (1987,
1990) al subrayar que no sólo las ideola-
Una cuestión importante a dilucidar gías juegan un papel en las dinámicas mi-
cuando hacemos una lectura micropolítica cropolíticas. Las personas no sietnpre, ni

225
todas, se mueven guiadas por cuestiones te, éstos aparecen en los sistemas escolares
ideológicas, sino tatnbién por intereses dotados de mayor grado de respetabilidad;
materiales, y tanto unos como otros están (ej. un profesor puede resistirse a una in-
presentes en los procesos de elaboración novación particular diciendo que no la
de la política escolar y de toma de decisio- considera adecuada para los intereses edu-
nes. En esta línea, Ball (1987,1990) habla cativos de los alumnos, aunque en realidad
de intereses creados, referidos a preocupa- no está sino encubriendo un cierto interés
ciones materiales de los profesores, que personal: eludir la necesidad de adquirir
están relacionadas con condiciones de tra- nuevas destrezas o rutinas, o, incluso, el
bajo : el acceso y control de recursos como miedo a lo desconocido. Podríamos pen-
el tiempo (horarios de clase y períodos li- sar, tal vez, que un profesor plantea su
bres), la disponibilidad de materiales, es- candidatura a la dirección diciendo que su
pacios (determinadas aulas o instalaciones interés es que el centro funcione mejor
del centro), ayudas especiales y subven- como un todo, mantenga una relación más
ciones, etc. Tales intereses pueden jugar intensa con la comunidad escolar, u otros
un papel importante en las micropolíticas intereses similares, aunque en el fondo lo
escolares sobre todo en épocas de escasez que persigue es ocupar un cargo más alto
de recursos. También apunta a intereses en la jerarquía organizativa). Los intereses
ideológicos, que representan cuestiones va- existen interrelacionados unos con otros, y
lorativas, de adhesión a filosofías determi- en la práctica resulta difícil aislarlos, aun-
nadas, y que suelen hacer acto de que estratégicamente pueden presentar-
presencia no sólo en grandes declaracio- se de forma diferenciada e, incluso,
nes sino también en diversos dominios de como apunta Hoyle, maquillada por sus
las prácticas: la práctica y la organización defensores.
preferidas o expuestas en discusiones , de- Los intereses de los que hablan unos
bates; las defensas de modos de enseñar, como contenidos de la micropolítica se
tratar los contenidos, la evaluación, etc.. convierten, para otros (Bacharach y Mun-
Describe, también, intereses personales, dell, 1993)> en lógicas de acción, tal como
concernientes al sentido del yo, de identi- señalé más arriba.
dad que un profesor declara o a la que as- EI concepto «lógica de acción» ad-
pira: clase de profesor que quiere ser una quiere sentido propio en el seno de las or-
persona (especialista en X, educador, coor- ganizaciones escolares, caracterizadas,
dinador, atguien dedicado a la acción tuto- como sabemos, por la incertidumbre y la
rial...). Ese sentido del yo se proyecta en racionalidad litnitada. En los centros esco-
cuestiones relacionadas con cierto tipo de lares no resulta fácil especificar cuáles son
trabajo, grupos particulares de alumnos, las metas y cuáles los medios que se van a
utilización de unos recursos en lugares es- utilizar para lograrlas. Lo habitual es que
pecíficos (laboratorio, instalaciones depor- la selección de metas y medios, y la deter-
tivas...). minación de la lógica cognitiva que los
Aunque desde un punto de vista analí- une se convierta en tema de actividad po-
tico pueden diferenciarse diversos tipos de lítica, cíebate, negociación, conflicto y no
intereses, en la realidad cotidiana de un cada una de las metas y medios aislada-
centro resultan difíciles de discernir como mente, sino la trama subyacente que inte-
entidades separadas. No es infrecuente, rrelaciona a unas y otros. Bacharach y
como advierte Hoyle (1988), que ciertos Mundell (1993) califican esta trama con
intereses que son de un carácter más bien una expresión: lógica de acción, un cons-
político y personal se disfracen de profe- trueto que designa .formas de coberencia
sionales, pues, cultural y profesionalmen- entre objetivos(. J(naetas), ^/rre lrrego se

226
convierten en cr^iter-ios gztie se pz^ieden ntili- en ct^^anto a nivel de comportamiento qzse
zar para evah.rar las decisiones, los pro^e- gnían y dirigen acciones específi'cas), las
dimientos individz^ales y las prácticas cuaies se traducen en metas y mecíios
organizativas (medios). En lrrgar de qrr,e políticos.
cada medio y cada meta ambigua se so^rae- Bacharach y Mundell (1993) ejemplifi-
ta separadamente a negociació^n, medios y can esta doble manifestación de las lógicas
metas están interconectados corajr^intamen- de acción comparando la lógica de la ren-
te por rtina trama o lógica stcbyacerzte (..J dición de cuentas burocrática con la lógica
En esencia, r^na lógica de acción pnede ser de la autonomía profesional. La primera
considerada como la relación implícita, asume que las relaciones medios -fines se
(esto es, no declarada) entre metas y me- puede definir y especificar, es decir, que la
dtos qt^e es asz^mida por los actores en las certidumbre se puede delimitar racional-
organízaciones <p. 427). mente; la segunda, por el contrario, asume
Las «lógicas de acción» suponen una que la incertidumbre es un rasgo inherente
relación, no siempre explícitamente decla- a las escuelas y que no puede eliminarse
rada, entre metas y medios que asumen los definiendo y especificando racionalmente
miembros de la organización. Dicho en las relaciones tnedios-fines.
otros términos, su versíón más visible pue- Ambas lógicas de acción pueden des-
de venir dada por diversas posturas que cribirse, y cíe hecho en su trabajo Bacha-
aparecen cotno plataformas de relaciones rach y Mundell lo hacen, en términos cíe
coherentes entre metas y medios para lo- cuál es la meta ídeológica y cuáies los me-
grarlas. Así, mientras el término «intereses» dios ideológicos que se propone cada una
puede llevar a pensar, aunque no necesa- (excelencia y estandarización en el primer
riamente, en un contenido de lucha micro- caso; equidac! y participación, en el segun-
política puntual y más o menos acotado, la do), y en térrninos de cómo esa ideología
expresión «lógica cíe acción» remite a un se traduce en determinadas metas y me-
entramado de ideas, creencias y plantea- dios políticos <desarrollar en los alumnos
mientos, mantenido con cierta persist- las habilidades para realizar bien las prue-
encia por determinados miembros de la bas académicas estandarízadas, y la st^per-
organización. visión estrecha para asegurar la confomiidad
a los estándares, en el caso de la lógica cíe
Las diversas lógicas de acción que
rendición de cuentas, desarrollar en los
probablemente coexisten en la organiza-
alumnos habilidades amplias, y utilización
ción, implícitamente asumidas por los dife-
conjunta de recursos y enseñanza en equi-
rentes miembros, se sacarán a la luz o se
po de los profcsores, en la lógica de la au-
manifestarán bien como planteamientos
tonomía profesional).
ideológicos amplios, tanto en lo que res-
pecta a las metas como a los medios, bien La lcígica c!e acción asumida implícita-
como planteamientos más concretos y re- mente, por tanto, se manifiesta en creen-
feridos a la puesta en práctica, sobre metas cias que gobiernan la conducta de la
y medios. En términos de los autores que organízacíón, de modo que, sean ideolo-
estoy comentando, las lógicas de acción se gías amplias o politicas específicas, gober-
manifestarán bien como ideologías arnplias narán implícitcunente las ciecisiones sobre
(creencias generales q^re legitirnan accio- metas y medios, ligándolos así indirecta-
nes e intencior:es específlcas), las euales mente, y constituirán el foco de la contien-
conllevan el que se defiendan cic:rtas me- da real o simbólica de la organizacián.
tas ideológicas y se propongan para su lo- 1)csde estc planteamiento, pues, por
gro, ciertos medios ideológicos, o como lo que se está luchando es por una cues-
políticas específicas (creenctas aserr^adas tión o manifestaeión específíca de una ló-

227
gica de acción subyacente: Un tema de análisis que recaen sobre sujetos particu-
una política específica (ej. incentivos a la lares, por ejemplo el director, mientras
dirección del centro), una cuestión de ca- otros, tal coino ya advertí, se declaran a
rácter más ideológico (ej. quién controla el favor de una perspectiva rnás amplia,
curriculum), una cuestión relacionada con dado el juego de relaciones que el po-
metas (ej. cambios en la declaración de ob- der, ineludiblemente, comporta en las
jetivos de la escuela) o referida a medios organizaciones.
(ej. mantener a los alumnos con necesida- Aunque puede hablarse de sujetos ais-
des educativas especiales integrados en el lados, lo cierto es que la actividad micropo-
aula). lítica no suele descansar en francotiradores;
En definitiva, las metas, los intereses, dicho de otro modo, los intereses que se
las lógicas de accíón, constituyen la sustan- mueven o están presentes en el centro es-
cia de la micropolítica. Denomínese como colar, o por lo general, no son perseguidos
se denomíne, en todo caso, está claro que por cada individuo aislado, sino más co-
eI contenido de la micropolítica escolar se múnmente en colaboración con otros
sitúa en el nivel más ideacional y también miembros de la organización que, en de-
práctico de la organización, en el ámbito terminados momentos, comparten algún
de lo no palpable. C?tros autores, en ese punto en común. En los centros escolares,
sentido, hablarán de crsltr^ras (o subcultu- en ese sentido, coexisten diversos grupos
ras) que coexísten e interaccionan en la or- de individuos que se unen, de forma per-
ganización, originándose conflictos de manente o esporádica para luchar sobre al-
valor en la interacción cotidiana (Marshall, gún [ema, acontecimiento o decisión
1991; Marshall y Mitchell, 1991; Schemp específica, para promover determinados
1993). valores en la organización, en definitiva,
para luchar por que sus intereses formen
parte de los objetivos de la organización.
LOS SUJETOS DE LA MICROPOLITICl^ De este modo, más que de individuos ais-
QU^NES LUCIIAN lados habría que hablar de grupos de indi-
viduos o, más específicamente, de grupos
Cuando se analiza la organización en de interés y lógicas de acción (Hoyle
términos micropoliticos, una de las cuestio- 1986,1988; Ball 1987; Bacltarach y Lawer
nes más relevantes es la que hace referencia 1980; Bacharach y Mundell, 1993).
a quiénes están implicados en la actividad Diversos planteamientos micropoliti-
micropolítica dentro de la organización. cos como los que ya se han descrito ante-
Aunque en principio se puede responder a riormente, defienden expresamente la
esta cuestión diciendo que los actores mi- necesidad de focalizar el análisis de las di-
cropolíticos son los individuos que en la námicas micropolíticas del centro escolar
organizacíón, poseen unos determinados en los grupos de ínterés. Ball (1987), por
intereses, no siempre reflejados en las me- ejemplo, señala cómo un análisis micropo-
tas organizativas (Bacharach, 1988; Hoyle, lítico implica dar cuenta de la formación
1986,1988), tal respuesta no deja de ser de varios grupos en la escuela, detallar la
problemática. Porque cabe preguntarse si lucha entre ellos y entre esos grupos y la
cuando aludimos a«individuos en la orga- dirección escolar; Bacharach y Mundell
nización» nos referimos a personas aisla- (1993) entienden que el análisis micropolí-
das o a grupos que operan conjuntamente. tico de la organización tendría que tomar
Esta opción individual o más bien grupal como unidad de análisis los grupos de in-
no viene recibiendo un tratamiento homo- terés, más que la organización como un
géneo en la literatura micropolítica. Hay todo o como individuos concretos dentro

228
de la misma; desde su perspectiva, el aná- señalado Marshall (1991}, a veces están
lisis micropolítico habría de examinar las ocultas. Su presencia no tiene por qué pa-
contiendas de distintos grupos de interés sar por una constitución explícita y formal,
sobre lógicas de acción distintas. ni los que puedan existir son conocidos
Conviene advertir, por otra parte, que por todos los miembros de la organización,
los grupos de interés no coinciden necesa- aunque ejerzan influencias en la misma.
riamente con los grupos formalmente esta- Quizás no todos los individuos en la orga-
blecidos (Hoyle, 1986,1988). En la nización estén activa y directamente impli-
organización escolar pueden existir grupos cados en las dinámicas micropoliticas que
de interés independientemente o no de los ocurran en el seno de la rnisma; de modo
agrupamientos formales: unos coincidirán que, por diversos derroteros y razones, la
con grupos formales, y en ese sentido esta- no-acción, la pasividad, la ocultacíón de
rán formados por personas que desempe- conflictos forman también parte de la vida
ñan unas determinadas funciones en la cotidiana de los centros y tienen significa-
organización (Equipo directivo, Consejo dos micropolíticos para el devenir de la or-
escolar, Claustro, etcJ que, a su vez, como ganización, como han documentado
señalan Bacharach y Nlundell (1993) pue- Gronn (1986), Anderson ( 1q90), Jares
den constituirse como grupos de interés <1995, 1996).
por funciones específicas (equipo docente En todo caso, e independientemente
del primer ciclo, profesores de un departa- de que la micropolítica que ocurre en el
mento, comisiones del Consejo escolar centro escolar sea más o rnenos visible, ex-
etc.). Otros pueden transcender los límites plícita o directa, los sujetos Implicados en
formales y formarse para perseguir algún la misma tenderán a formar grupos de in-
interés común, para defenderse e influir terés, más o menos definidos y estables en
sobre un tema más o menos coyuntural. el tiempo, entre otras cosas porque en la
Esto supone entender que la micropolítica medida en que comparten objetivos, inte-
es una realidad móvil, flexible, cambiante, reses, ideas, concepciones comunes, ten-
circunstancialmente vulnerable a la con- -drán más posibilidad de ejercer mayor
fluencia de fuerzas y temas en liza. influencia en la organización como grupo
Los tratadístas analizan algunas varia- que separadamente.
bles o factores que, en este orden de cosas, Una última nota a señalar en relación
pueden ejercer de elementos aglutinadores con el tema que estoy comentando es que
de grupos de interés. Así, por ejemplo, cuando se habla de grupos de interés pue-
Hoyle (1988) habla de la edad, sexo, ideas de tenderse a mantener un cierto sesgo
de la profesión, amistades, actividad sindi- que lleve a pensar que la micropolftica es
cal, etc. Ball (1987) añade fuentes como las algo que se «cuece» sólo entre profesores
de ideologias, cargos, pertenencia a depar- y directivos. No conviene oividar que tam-
tamentos o materias, etc. Tal como ha adver- bién los alumnos y alumnas ( Blase,
tido Hargreaves (1996) no es infrecuente 1991b), los padres y madres y Ia comuni-
que sobre estos caldos de cultivo germi- dad educativa (Corbett,1991) en general
nen, se reproduzcan y consoliden las que están ahí, tratando de una u otra forma de
denomina c:^ltt^ras balcanizadas. influir en la vida organizativa. Quiero decir
La existencia de grupos de interés en con ello que hablar de micropolítica esco-
las organizaciones escolares no siempre se lar no significa ceñirse a profesores y di-
hace patente en conjuntos de sujetos per- rectivos. Es una perspectiva que sirve
fectamente localizables y discernibles. Las igualmente para analizar a toda la comuni-
interacciones micropolíticas no sietnpre dad educadva, porque también los padres y
ocurren de forma transparente. Como ha madres, los alumnos y alumnas, los repre-

229
sentantes de la administración local y otros formar conjuntos o grupos de interés, mo-
miembros de la comunidad tratan de in- vilizando así más influencia que con la ac-
fluir en la vida del centro, de ejercer poder tuación aislada, tampoco los grupos de
para hacer, por tanto, micropolítica. Basta interés desarrollan siempre su actividaci
consultar gran parte de la bibliografía exis- micropolítica independientemente de otros
tente en nuestro país sobre la participación grupos. Hoyle (1986,1988), por ejemplo in-
escolar y, en particular sobre los Consejos dica cómo los grupos de ínterés pueden
escolares, (por ejemplo, Fernández Engui- formar coaliciones; Marshall (1991), por su
ta, 1993; Bardisa, 1995; Santos Guerra, parte, indica cómo en la escuela se cons-
1997a) para confirmar cómo las luchas, los truyen coaliciones, cuya base son los roles
conflictos, las colaboraciones interesadas, y tareas establecidas en la estructura esco-
etc. están presentes en los mismos lar, señalando que donde hay intereses y
necesidades comunes, y especialmente tra-
bajo común definido, las personas desarro-
CÓMO SE LUCHA llarán natu.ralmente lenguaje especializado
común, reglas de condr^cta y valores com-
partidos. En las escr^elas esto signif'ica gue,
En la organización, los diversos grupos
al menos hay tres conjuntos de valores en
de interés utilizarán estrategias para lograr
conflicto: los de los alumnos, los de los
sus fines. Tales estrategias, como muestran
profesores y los de los administradores
diversas investigaciones sobre las relacio-
(p.144). Sin embargo, la formación de coa-
nes micropolíticas en los centros escolares,
liciones es una posibilidad que no siempre
pueden ser formales o informales, y tam-
ocurre. Como han señalado Bacharach y
bién explícitas o implícitas, ya que como
Mundell (1993), la coalición entre grupos
indiqué anteriormente, las políticas organi-
de interés constituye una estrategia micro-
zativas suelen quedar encubiertas e inmer-
política que se desarrolla sólo en algunos
sas en ias rutinas escolares cotidianas.
casos y bajo determinadas condiciones.
No es mi intención detallar aquí las di-
La movilización de los grupos de inte-
versas estrategias que los grupos de interés
rés, bien para formar coalición, para nego-
en las organizaciónes ponen en juego en
ciar cuestiones específicas o para competir
situaciones y contextos concretos y especí-
entre ellos, dependerá de dos grandes as-
ficos. Me situaré en un plano más general
pectos: por un lado el poder que posea
para comentar cómo los grupos de interés,
cada grupo, por otro, la compatibiliclad o
en su intento de conseguir sus pretensio-
incompatibilidad de los planteamientbs cle
nes, pueden movilizarse estratégicamente
cada uno de ellos.
de diferentes modos: actuar por sí mismos,
formar coaliciones con otros grupos cuyos En principio, cabe pensar que aquellos
intereses sean similares; negociar con grupos de interés que tienen menos poder
aquellos cuyos intereses son divergentes en la organización, y por tanto menos po-
pero cuyo apoyo o cooperación es, en al- sibilidades de influir, formarán coalición
gún momento o para alguna cuestión espe- con otros grupos, mientras que aquellos
cífica, necesaria; o enfrentarse, competir, más poderosos, y por tanto con más capa-
entrar en conflicto entre ellos. cidad de imponer sus intereses o su «lógi-
Los grupos de interés que coexisten en ca de acción», no necesitarían hacerlo.
la organización no siempre actúan aislada- Pero no sólo el poder que se pueda rnovi-
mente. A1 igual que comenté anteriormen- lizar juega un papel importante; también
te que los individuos no suelen funcionar entra en la escena micropolítica la niayor o
por su cuenta en las dinámicas micropolíti- rnenor compatibilidad entre las lógicas de
cas de los centros escolares, y tienden a acción sustentadas por cada grupo de inte-

230
rés. En este sentido, determinados grupos ca organizativa constituye un elemento del
se coaligarán entre ellos siempre y cuando dinamismo interno de la organización, ías
cada uno considere que no dispone de la mencionadas estrategias no deben ser pen-
suficiente capacidad de influencia en la or- sadas como soluciones estables y perma-
ganízacíón para conseguir por sí solo sus nentes para influir en un determinado
intereses y, al tiempo, cuando sean ideológi- sentido, entre otras cosas porque la reali-
canlente compadbles y concuerden en cómo dad organizativa, los retos que se le plan-
llevar a la práctica esas ideologías. Dicho de tean, las solucíones a tos problemas que se
otro modo, la formación de una coalición sera van generando en ella no es en ningún
más factible como estrategia micropolítlca en caso estática. En ese sentido si, por ejem-
la medida en que los gtvpos implicados man- plo, pensamos en posibles coaliciones en-
tengan «lógicas de acción» compatibles entre tre grupos de interés entre los que existe
si. La coalición, en ese caso, constituye el me- un cierto acuerdo ideológico y político, ca-
canismo a través del cual tales grupos adquie- bría pensar, en principio, que tal coalición
ren, mantienen y usan un poder y capacidad puede mantenerse bastante estable y lle-
de influencia tnayor que sí actuase cada uno gar, con el tiempo, a convertirse en una
por su cuenta, si bien, como contrapartida, coalición dominante, entendiendo por tal
cada grupo de interés que fortna coalición la qtte controla la estrrrctt^ra de autoridad
con otro u otros cederá algo de su inde- y los recursos de la organizacíón en un mo-
pendencia, y por tanto de la posibilidad de mento dado (Bacharach, 1988). Sin embar-
mantenerse estrictamente fiel a sus intereses o go, la propia naturaleza dinámica de la
lógicas de acción. organización y sus relaciones micropolíti-
Sin embargo, esos grupos de interés cas hacen que esas coaliciones dominantes
no formarían coalición si entre ellos existe no sean sacrosantas (Bacharach, 1988): las
incompatibilidad en lo que respecta a sus coaliciones strrgen como reacción a estncc-
planteamientos ideológicos y a sus propues- turas, a ideologías y al ambiente y, a su vez,
tas de actuación práctica; la estrategia, en- reformrtlan e instittrcionalizan estructu-
tonces, probablemente sería competir y ras, procesos de trabajo e tdeologías que en-
enfrentarse unos con otros, generando, gendran, con el tiempo, una reacción de
como consecuencia, situaciones de contlicto coaliciones enaergentes ( p.285). La coalí-
en la organización. ción dominante, puPS, no es perenne. jus-
Finalmente, cuando los grupos de in- tamente, por la actividací micropolítica,
terés companen las núsmas posturas ideoló- una coalición, que en un momento dado
gicas, pero no concuerdan en lo que ha llegado a ser dominante, yuizás dejará
respecta a las implicaciones practicas de las de serlo en otro momento. Podría decirse
mismas, o cuando los grupos coinciden en otro tanto de las estrategias micropolíticas
lo referente a qué hacer en la organización de confrontación y de negociación. Los te-
pero no en sus planteanúentos ideológicos, mas, aspectos y cuestiones sobre tos que
la estrategia más verosímil será la negocia- se negocia varían en el tiempo y en fun-
ción de cuestiones específicas sobre las que, ción de los grupos y planteatnientos de
puntualmente, luchar cíe forma conjunta. cada uno de ellos; algo similar ocurre con
Así, considerando el planteamiento de las situaciones conflictivas.
Bacharach y Mundell (1993), las estrategias
micropolíticas utilizadas por los grupos de El. l^)DGR C,OMO l^IliNTli DE
interés en las organizaciones serían bien la ITGrIZMACIbN MICROI'OLÍ'I'ICA
formación de coaliciones, bien el en1'renta-
miento, bien la negociación. En cualquicr lln aspecto clave en el análisis micro-
caso, y en la medida en que la mícropolíti- político dc la or^;anización es el del poder.

231
Lo es porque, en última instancia, cuando perior-subordinado, es decir, puede fluir
hablamos de intereses, metas, lógicas de de arriba-abajo, de abajo-arriba u horizon-
acción distintas, de grupos de interés o talmente, y puede provenir de distintas
coaliciones, o cuando decimos que estos fuentes.
grupos o individuos utilizan diversas estra- La distinción entre autoridad e influen-
tegias para conseguir que sus intereses pa- cia es importante porque de alguna forma
sen a formar parte de la organización, en el pone de manifiesto que en la organización
fondo no estamos hablando sino de poder escolar no sólo las personas que ocupan
y de cómo los distintos miembros o grupos cargos cuentan con el poder; ocupar un
en la organización se movilizan, utilizando cargo significa tener autoridad, pero el po-
las fuentes de poder con las que cuenten, der no sólo proviene de fuentes estructura-
para influir en los acontecimientos organi- les y formales; hay otras fuentes de poder
zativos. Como han señalado Bacharach y que también se ponen en juego en la orga-
Mundell (1993) en el mejor de !os mundos, nización y que no están ligadas a lo esta-
la lógica de acción dominante en !a orga- blecido formalmente. Como ha señalado
nixactón seria seleccionada a través de un Corbett <1991), la distrtbución de autori-
proceso de decisión racional. Pero en el dad en una organización no refleja nece-
mundo de la racionalidad ltmitada y de los sariamente la distrtbución de poder en esa
intereses en ella inmersos, con frecuencia, organixación <p. 75)•
la lógica de acción organizativa emergente Las dinámicas de poder dentro de la or-
será e! res:^ltado de una lucha de poder en- ganización no podrían entenderse ni analizar-
tre grupos de poder. se si contemplamos únicamente, como en su
Para comprender las dinámicas de po- momento se hizo desde los modelos burocrá-
der que se desarrollan en una organización ticos-racionales, la autoridad. Poder y autori-
es necesario diferenciar dos grandes tipos dad no son equiparables, y en la organización
de poder: la autoridad y la influencia (Ba- los gtupos con autoridad y los gtupos con in-
charach y Lawer, 19$0; Hoyle,1986,1988; Ba- fluencia interaccionan continuamente, gene-
charach, 1988; Conley Bacharach y rando una actividad micropolítica. Tal
Lawer,1989; Corbett, 1991; Bacharach y Mun- micropolítica, según Bacharach y Mundell
dell,1993) que representan, respectivamente, (1993) puede producirse de diversos modos;
la faceta formal e informal del poder en la concretamente ambos autores hablan de cua-
organización. tro dpos de micropoliticas:
La autoridad constituye el poder que • Micropolíticas burocráticas, que
se asienta en la prenogativa formal de to- son las desarrolladas cuando grupos de in-
mar decisiones que afectan a los demás; terés con autoridad tratan de imponer su
representa el aspecto estructural, estático y lógica de acción sobre otros grupos de in-
formal del poder en la organización; supo- terés con autoridad.
ne una sumisión involuntaria por parte de • Micropolíticas de dominación, que
los miembros de la organización; es unidi- ocurrirían cuando grupos de interés con
reccional, de arriba-abajo, y proviene de autoridad intentan influir sobre grupos de
fuentes exclusivamente estructurales. interés con influencia.
La influencia, por otra parte, repre- • Micropolíticas de parttcipación,
senta el poder asentado en la capacidad de que ocurren cuando grupos de interés con
conformar decisiones a través de medios influencia tratan de ejercerla sobre grupos
informales; constituye el aspecto informal, de interés con autoridad.
tácito y dinámico del poder en la organiza- • Micropolíticas de base, desarrolla-
ción; implica una sumisión voluntaria y no das cuando dos grupos de interés con iri-
conlleva, necesariamente, una relación su- fluencia tratan de influirse mutuamente.

232
Aunque posiblemente la anterior dis- miento experto y ciertos atributos persona-
tinción entre micropolíticas resulta un tan- les como fuentes de poder, sostienen que
to analitica, es ílustrativa del hecho de que la facultad de controlar recompensas por
en la organización tanto las personas y parte de algunos (apoyo político, fondos,
grupos con autoridad, como aquellos indi- etc.) ) y el podet de coerción o también re-
viduos y grupos con influencia se implican sistencia <capacidad de los miembros de Ia
en dinámicas de poder tendentes a conse- organización de declararse en huelga, ca-
guir que sus intereses, sus metas, o sus ló- pacidad de los alumnos de no asistir a cla-
gicas de acción, ocupen un lugar en la vida se, etc.) merecen ser lncluidos en una
organizativa. En este sentido cabe pensar relación de fuentes de generación y uso de
que en las organizaciones escolares, al poder en las organizaciones.
existir una dimensión de poder que no de- Diversificando más esta faceta, otros
pende sólo de fuentes estructurales, las autores (Morgan, 199; Santos Guerra,1992)
personas con cargos de autorídad tienen han desarrollado ampliamente la idea de
acceso al poder de posición, pero esto sólo que las fuentes de poder organizativo son
representa una parcela de un espacio más diversas; concretarnente señalan las si-
amplio de poder e influencia en el que guientes:
también entran en juego otros actores. - La autortdad formal, o poder legi-
Cada miembro o cada grupo tiene intere- timado
ses, creencias, metas, etc. diferentes, y to- - El control de recursas, o habilidad
dos ellos tienen, en principio, acceso a para ejercer control sobre los recursos
varias fuentes de poder que utilizarán, cuando éstos son escasos. Aquellas perso-
para influir en la vida y acontecimientos nas dentro de la organización que pueden
organizativos, unas veces por acciones conseguir ayudas, manejar presupuestos,
directas, otras, quizás, implícitas o más dístríbuír materiales, manejar tecnologías,
sutiles. manejar programas, etc. cuentan con una
En estas coordenadas, si asumimos forma importante de poder en la organiza-
que el poder no proviene sólo de la estruc- ción. Este poder sera mayor cuanto menos
tura, una de las cuestiones a clarificar es, dependencia tenga la organización de ins-
precisamente, cuáles son las fuentes de tancias externas
poder que operan en la organización. - Uso de las est>Yicturas y reglamen-
Hoyle (1986, p. 74) habla de cuatro tos en la organización, las normas, regla-
fuentes de poder: Estn^ctttral, cuando el mentos y procedimientos formales pueden
poder proviene de la posicián de una perso- emplearse como fuente de poder tanto por
na en la estructura organizativa; Personal, los superiores, para controlar a profesores
cuando el poder deriva de caracteristicas y a alumnos, como por éstos para contro-
personales tales como carisma o cualida- lar a sus superiores. En ese sentido, señala
des de liderazgo; el Conocimiento e.xperto, Santos Guerra (1992), las reglas tienen un
o poder proveniente del conocimiento 0 doble filo, ya que por un lado puede obli-
destrezas especializadas; Oportunidad, garse a cumplirlas, pero, por otro, quien
cuando se cuenta con poder como conse- las tiene que cumplir las puede quebrantar
cuencia de ocupar roles que, aunque están o interpretar de modo que esa interpreta-
bajos en la jerarquía, proporcionan la ción haga que se paralice o altere la vida
oportunidad de ejercer poder a través del de la organización. Así, la habilidad de uti-
control de la información o de tareas orga- lizar las normas en beneficio propio es una
nizativas clave. fuente de poder organizativo.
En términos similares Bolman y Deal - Control de conocirrtiento e injor-
(1984), que también señalan el conoci- mación: el acceso al conocimiento y a la

2ii
información permiten definir la situación trolar situaciones conflictivas, etc. A través
con más rigor y acomodarse a ella de for-, de las redes relacionales informales que se
ma más racional y oportuna. En ese senti- desarrollan en un centro, señala Santos
do, los que ocupan cargos o gozan de Guerra (1992), se puede ejercer influencia
puestos estratégicos con frecuencia contro- interpersonal, adquirir información básica
lan, seleccionan, filtran, resumen, cierran para el desarrollo de los propios intereses
canales de información y ese hecho les y para preparar el camino de cara a lograr
confiere poder. Serían ellos los que están los propósitos que se pretenden, así como
en mejor situación para configurar la defi- fraguar muchas alianzas y coaliciones. De
nición de las realidades organizativas este modo, quienes conocen y se mueven
- Control de !os procesos de toma de bien por los entresijos de la organización
decúión: la habilidad para influir en los informal, cuentan con una fuente de poder
procesos que conducen a la toma de deci- nada despreciable.
siones. ^sta constituye una fuente de po- - El simbolúmo y dirección del pen-
der importante porque cuando en un samiento también constituye una fuente de
centro escolar hay que tomar decisiones, poder. Está relacionada con la capacidad
los miembros, los grupos, o las coaliciones de persuasión que tenga una persona res-
van a tratar de afectar «políticamente» a lo pecto a lo que otros puedan hacer o pen-
que sucede en la organización y, lógica- sar, la capacidad para definir la experiencia
mente, el grupo o individuo que pueda in- de otros: imágenes, símbolos, ceremonias,
fluir más en la dinámica de toma de rituales, y todos los atribr^tos de la culttcra
decisión (ya sea porque controla los «pre- corparativa pueden utilizarse en la direc-
parativos» de la decisión, o el proceso pro- ción del pensamiento, y, a partir de ahí, en
píamente dicho: el cuándo, cómo, quién la configuración de las relaciones de poder
tomará qué decisiones) será también el en la vida de la organización (Santos Gue-
que más puede influir en los aconteci- rra, 1992, p.178). Esta serie de facetas y ex-
rnientos organizativos (Baldbridge,1983a; presiones de poder en la organización
Bacharach, 1988, Morgan,1986). Los proce- viene a ser equivalente a lo que otros au-
sos de toma de decisión constituyen un tores (Anderson, 1991; Anderson y Blase,
área importante de conflicto en la organi- 1994; Blase y Anderson ,1995) han deno-
zación (Bacharach,1981,1988) y, por tanto, minado políticas cognitivas. Tienen que
un núcleo clave en el desarrollo de micro- ver, a fin de cuentas, con la orientación y,
políticas en el centro escolar; como señala quizás, con el control ideológico que pue-
Ball (1987) la toma de decútón no es un den ejercer ciertas personas o grupos, reo-
proceso racional abstracto que se p:zeda rientando la percepción, creencias y escala
trazar en un organigrama; es un proceso de valores de la organización. De hecho,
político; es la esencia de la actividad micro- Anderson considera que la micropolítica es
política. una lucha política en torno a la definición
- El control de la organización in- de la escuela y sus propósitos sociales, y
formal: ^sta es una fuente de poder rela- entiende que las micropolíticas ocurren en
cionada con las diversas relaciones y redes el contexto de una política de cognición,
relacionales informales que se desarrollan en la cual lo que está en juego es el control
en un centro y que ofrecen una informa- sobre la construcción social de la defini-
ción más rica que la proveniente por cana- ción de la escuela, es decir, la gestión del
les formales, sobre la realidad organizativa; signiPicado organizativo y social del centro
facilitan el acceso a determinadas personas escolar. A través de las políticas cognitivas
que quizá, estructuralmente hablando no unos definen la realidad de otros (por
sea tan fácil acceder a ellas; permiten con- ejemplo, Anderson, 1991, ha investigado

234
cómo ejercen ese control ideológico los di- colares, y he comentado los avances con-
rectores), y la definen a través de la utiliza- ceptuales que me parecen más destaca-
ción de un determinado lenguaje para bles. Como puede suponerse, ésta y otras
hablar y referirse a la escuela, un discurso perspectívas que han ído consagrándose
a través del cual se construye y legitima en la investigación y elaboración teórica
una determinada realidad social. En última sobre las instituciones educativas, ha inau-
instancia, de forma más o menos explícita gurado una nueva y, también, provechosa
y con grados de mayor o menor coheren- mirada sobre las mismas. Y aunque se en-
cia y eficacia, en las organizaciones eseola- cuentra en proceso de configuración suce-
res, que vienen a ser microsociedades y siva, sus aportaciones a una mejor
culturas, también se establecen regímenes comprensión de nuestros centros parecen
de verdad en el sentido foucaltiano, y en prometedoras <Iannaccone, 1991).
su actuación influyen de modo desigual Como puede colegirse del panorama
unos u otros sujetos, unos u otros grupos. anteriormente descrito, la investigación mi-
- E! sexo y dirección de relaciones cropolítica circula de la mano de un con-
de sexos la predominancia de estereotipos junto de presupuestos corno los señalados,
masculinos frente a los femeninos, contri- y por diversos análisis sectoriales de carác-
buye a que el acceso a posiciones de po- ter más específico. Algunos de los frentes
der y«prestigio» dentro de la organización que merecen consígnarse, a título ílustrati-
sea más fácil para unos que para otras. Las vo, inciden sobre las relaciones micropolí-
relaciones que se establecen entre hom- ticas entre profesores (Blase, 1997), entre
bres y mujeres en la escuela están marca- profesores y director/a (Ball, 1987; Blase y
das por pautas sexistas (BaII, 1987; Santos Roberts, 1994, Blase y Anderson,1995,
Guerra, 1995)• etc.); entre profesores y alumnos (Bla-
En síntesis, en las organizaciones esco- se,1991b), con la comunidad (Corbett, 1991,
lares no cabe hablar sólo del poder que se Blase, 1987a), las respuestas micropoliticas a
establece formatmente y que poseen una o intentos de reforma (Ball, 1987, 1993; Ball y
varias personas por el hecho de estar ocu- Bowes, 1991; Hargreaves, 1996, Evetts,1993,
pando un cargo en la jerarquía organizati- Gillborn, 1994), etc.
va. Por el contrario, en las organízaciones Las metodologías al uso son de corte
se pueden poner en juego otras formas de eminentemente cualitativo y etnográfico y,
poder provenientes de muy diversas fuen- en ese sentido, la investigación sobre la
tes. De ahí que cuestiones tales como qué realidad micropolítica de las escuelas nos
poder movílizan los diversos miembros, permite captar y conocer con cierta rique-
bajo qué condiciones se utiliza el poder y za los fenómenos que se estudian. Sin em-
qué estrategias se utilizan para el desarro- bargo, como ha señalado Everhart (1991),
llo y ejercicio de la influencia etc., sean te- la investigación micropolítica adolece, al
mas importantes en el análisis de la igual que ocurre en otros árnbítos de in-
micropolítica escolar. vestigación educativa, de un compromiso
por incidir directamente en la práctica edu-
cativa; es una investigación, señala este au-
LA MICROPOLÍTICA: UN ÁMBITO tor, que sígue perpetuando la separación
DE INVESTIGACIÓN E entre teoría y práctica. Everhart entiende
IMPLICACIONES que en el ámbito de la micropolítica habría
de desarrollarse preferentemente una in-
En los puntos anteriores me he limita- vestigación acción participativa, que culti-
do a caracterizar esta parcela de la realidad ve una colaboración estrecha entre el
social y política de las organizaciones es- investigador y aquellas personas con las

235
que se está llevando a cabo la investiga- centro, no será homogénea, habrá diversas
ción, y que conlleve trabajar en colabora- voces, intereses y percepciones, muchas
ción con los miembros del centro para una veces en conflicto y en competición que
mejor comprensión de la realidad y para la no se pueden «arrasar» sin más. Algunos
búsqueda conjunta de vías de mejora. autores están empezando a llamar la aten-
En todo caso, una lectura de la reali- ción sobre esta faceta de la vida escolar;
dad escolar en términos micropolíticos es Hargreaves (1991, 1996) por ejemplo, ha
importante para nuestra comprensión de la realizado una relectura de la colaboración
complejídad cotidiana de la vida escolar. escolar desde esta perspectiva, cuestionan-
Está suponiendo una llamada de alerta que do algunos de los presupuestos de consen-
advierte en vez de prescribir, que proble- so, visiones compartidas, etc, que subyacen
matiza, en lugar de presentarse como una a los denominados planteamientos «cola-
legitimación estratégica de cursos de ac- borativos»; igualmente Escudero (1991) ha
ción o gestión. señalado cómo la micropolítica también
La micropolítica escolar, aún constitu- opera en la definición de la formación así
yendo un componente o una dimensión como en los sistemas de reconocimiento,
tan propia e intrínseca a la vida organizati- incentivación y control de contenidos, for-
va, con frecuencia se ignora en los grandes mas y resultados de la formación del pro-
planteamientos sobre las escuelas y su me- fesorado. Por su parte Blase y Anderson
jora. De hecho, los grandes temas que (1995) han planteado las repercusiones
pueblan los discursos oficiales y las diver- que una lectura micropolítica de los cen-
sas propuestas para la mejora de los cen- tros tiene sobre los procesos de liderazgo y
tros, piénsese por ejemplo en la tan de de dirección escolar. Todo ello es una
moda Gestión de Calidad Total, parecen muestra de que esta perspectiva, al reco-
moverse más bien en una lectura proble- nocer que los centros escolares son con
mática del centro escolar, planteando pro- frecuencia espacios de conflictos en los
puestas de mejora y soluciones más o que las personas luchan, ya sea explícita o
menos lineales y llanas, sobre una visión implícitamente, por los tipos de valores
de consenso. Pero ése es un discurso en el que han de determinar qué tipo de actua-
que se pasa por alto el hecho de que en ciones, está teniendo ya algunas implica-
los centros ocurren procesos complejos y ciones en el campo educativo.
dilemáticos, de que las dinámicas escolares
son complejas, inestables, virtualmente im-
predictibles y no siempre visibles en todo
su significado y amplitud. BIBLIOGRAFÍA
La perspectiva micropolítica nos pone
de manifiesto que la vida del centro esco-
lar es compleja por múltiples razones, y AtvDExSOtv, G.: Towarcls a Criúcal Construcnivist
que los procesos de mejora también lo Approach to School Administration: In-
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