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Sirena de Ojo de Agua

Cuenta la
leyenda que en
los días lluviosos
o llenos de
neblina en la
laguna de Ojo de
Agua, en
Ixtaczoquitlán,
aparece una
joven y bella
mujer con cola
de pez. Quienes
la ven quedan
embelesados con
su rostro, su
figura, su
melodiosa voz y
sus riquezas,
pues entre sus manos lleva una jícara de joyas que guarda con un
encantador recelo.
Muchos hombres que se han atrevido a admirarla y acercarse a ella, han
caído en sus encantos sin esperar lo que sucede poco después. La joven se
vale de su infinita belleza para atraerles y lograr que accedan a ayudarla.
Hay veces se encuentra nadando dentro de la laguna y consigue que vayan
hasta donde está ella y otras, en las que ve que las víctimas no están muy
convencidas, se acerca a la orilla para hacerles una petición especial.

Siempre busca lo mismo, que la lleven en brazos hasta la salida del


municipio de Orizaba Veracruz o en todo caso al templo que esté más
cerca. A cambio de ese favor, ofrece como recompensa las joyas que tiene
en las manos. Como no pueden resistirse a semejante belleza y a su dulce
voz, los hombres no lo piensan dos veces antes de tomar a la bella mujer
en sus brazos y emprender camino en la dirección indicada. Sin embargo,
no esperan que la situación dé un giro completamente distinto.
Una vez que quien carga a la sirena y camina hacia la salida de Orizaba o a
un templo aledaño, la melodiosa voz de la joven deja de entonar un canto
celestial y el sonido se transforma en un grito desgarrador que puede
ensordecer a cualquiera que esté cerca. A su vez, su cuerpo escultural se
transforma en una carga tan pesada que la víctima no puede sostenerla sin
dificultad.

Dicen que hasta la fecha nadie ha sido capaz de llevarla hasta donde ella
pide ni haber podido quedarse con la recompensa.
Las Botas que Caminan Solas
By: Dr. Webmaster - Date: 20 octubre, 2016

La Alameda de Orizaba Veracruz,


México es uno de los lugares más
populares de la ciudad y guarda
entre sus majestuosos arboles, toda
clase de historias.
La Alameda por sí misma no es lo
único que hace a este lugar algo tan
especial, también cuentan
las antiguas construcciones que le rodean, y aunque algunas van desapareciendo, forman parte del
patrimonio cultural de las nuevas generaciones de esta ciudad, como es el caso de dos conocidas y
prestigiosas escuelas que se encuentran enfrente de ella.
La historia de hoy, se refiere una de estas dos escuelas, en donde hace muchos años estuvo
funcionando la escuela de Educación Física de Orizaba, y por los sábados, sus instalaciones eran
ocupadas para dar clases de inglés, por la filial de un instituto del Puerto de Veracruz.

Fue una mañana de un sábado, cuando a la joven maestra que impartía clases de ese idioma y a su
grupo, les sucedió una experiencia que puede parecer fantasiosa o incluso exagerada, pero en su
momento aseguraron que los hechos fueron tal y como se narran a continuación.

Mientras esperaban a que alguien les abriera el salón, reunidos en el patio de la escuela, escucharon
pasos que se acercaban sin ver a nadie. Siguieron conversando cuando nuevamente escucharon los
pasos.
Pensaron que alguien les quería jugar una broma, por lo que iniciaron la búsqueda de quien pudiera
estar escondido, tal vez entre los árboles, pero no encontraron nada ni nadien.
Al hacer conjeturas acerca de dónde podían provenir los pasos, quedaron cerca de la barda de la
escuela, cuando volvieron a escuchar el ruido, y al volverse hacia la barda que estaba detrás de ellos
vieron con gran asombro algo que aseguran eran un par de botas tipo militar que caminaban
solas sobre ese lugar.
Ante tal visión, todos quedaron sorprendidos agachados en el suelo, preguntándose unos a otros si
veían lo mismo y si por alguna razón estarían sufriendo algún tipo de alucinación colectiva, mientras
tanto, ante su atónita mirada, las botas bajaron la barda como si alguien las guiara y se dirigieron al
grueso tronco de un árbol que estaba cerca, en donde desaparecieron.
Desconcertados, fue como los encontró la persona que llego a abrirles el salón que iban a ocupar y a
quien le contaron la experiencia que acababan de vivir esperando que se riera de ellos, sin embargo,
les comento que en ese lugar suceden frecuentemente cosas raras, sobre todo en la Alameda de
Orizaba y que no eran los únicos en experimentarlas.

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