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Servicio a la francesa: Los alimentos se presentan por la izquierda del comensal, en una fuente, y

el propio invitado se sirve en su plato, con los cubiertos que se presentan en la fuente para tal fin.
Nunca deben utilizarse los cubiertos propios para servirse los alimentos. El servicio es más lento
que el servicio a la inglesa o el emplatado. El coste de este servicio suele ser más alto debido a
que es necesario más personal de servicio.

Servicio a la inglesa: Los alimentos se presentan en una fuente al comensal, por su lado
izquierdo, y el camarero utilizando los cubiertos adecuados en cada caso sirve al comensal los
alimentos. El servicio es más rápido que el servicio a la francesa, pero menos que el servicio de
emplatado. El coste en cuanto a personal de servicio es alto, porque se necesitan bastantes
camareros para realizar el servicio cuando el número de comensales es elevado.

Servicio a la rusa: El servicio de mesa se hace al lado del propio cliente en un carrito auxiliar o
gueridón. Los alimentos se preparan al lado del cliente. Es un servicio muy exclusivo, cuyo coste
es muy elevado debido a la dedicación en exclusiva del personal de servicio a cada cliente. Es un
servicio prácticamente desaparecido, que solo queda en restaurantes muy exclusivos. Los
principales alimentos que se hacen al lado del cliente suelen ser aquellos que se toman crudos o
poco hechos, trinchados o flambeados.

Servicio Gueridón: Se diferencia del servicio a la rusa, pues en la mayor parte de los casos al
servir un plato ya cocinado se presenta en una fuente o en una pieza. Se muestra y luego en la
mesa auxiliar o gueridón se preparan las raciones individuales para servir al comensal (por su
derecha).
SERVICIO EMPLATADO O SERVICIO A LA AMERICANA.
Es el tipo de servicio básico en un restaurante a la carta y se define cómo aquel donde las
elaboraciones salen ya “emplatadas” de cocina. El papel del camarero es el de transportar, de la
forma más adecuada, dichos platos hasta la mesa del cliente. La gran ventaja de este tipo de
servicio es que todos los platos salen preparados y presentados de la misma manera con lo que se
garantiza un cierto nivel de vistosidad.

Los tipos de desayunos son:


Desayuno americano: Incluye café, te o leche, jugos/zumos de/o frutas, huevos, pan o tostadas,
mermelada o mantequilla
Desayuno Continental: Incluye café, te o leche, jugo o frutas, pan o tostadas, mermelada o
mantequilla
Desayuno Buffet: variedad de alimentos dispuestos en un restaurante entre los que puede escoger
el cliente y servirse las veces que desee.

Brunch:, buffet completo que conjunga el desayuno y el almuerzo

desayuno inglés: El desayuno inglés no difiere mucho del americano, pero varía alguno de sus
ingredientes principales. Por ejemplo, los huevos y el bacon también son dos de las señas de
identidad del conocido english breakfast, pero en este caso suelen acompañarse de champiñones
a la plancha, salchichas inglesas y las típicas judías en salsa de tomate.Como no podría ser de
otra manera, el té es una de las bebidas más escogidas

desayuno escocés. Variación del ingles, A los ingredientes ya mencionados, el desayuno escocés
sumaría los famosos haggies, algo similar a unas morcillas de cordero típicas de las Highlands
François Vatel

su verdadero nombre era Fritz Karl Watel fue un cocinero y maitre francés de origen suizo, famoso
por haber inventado la crema chantillí en el castillo del mismo nombre (Chantilly)

en 1646 el joven de quince años decide no seguir los pasos profesionales de su progenitor,
optando por entrar como aprendiz en la casa del padrino de su hermano, el repostero Jehan
Heverard, durante siete años.
En 1653, a la edad de veintidós años, es contratado como pinche de cocina en el palacio de
Vaux-le-Vicomte en fase de construcción por el marqués Nicolas Fouquet, que sería
nombrado ese mismo año Superintendente de Finanzas por el cardenal Mazarino, regente del
todavía menor de edad Luis XIV. Activo y dotado para la organización, Vatel es rápidamente
nombrado «maestro de ceremonias» de Fouquet.

En 1663, François Vatel es nombrado «contrôleur général de la Bouche» del Gran Condé, es
decir, es el encargado de la organización, de las compras, del abastecimiento y de todo
aquello que corresponde a «la boca» de palacio
Una gran fiesta de tres días y tres noches, de la noche del jueves a la del sábado incluyendo
sus tres respectivos banquetes, es ofrecida por el Príncipe de Condé para seducir al rey —al
igual que hizo Fouquet— y escenificar esta reconciliación estratégica ante toda la corte de tres
mil invitados. Esta recepción, que llegaría a costar 50 000 escudos reales, debería marcar por
completo el retorno en gracia y el perdón de Luis XIV. Igualmente debe recuperar los favores
del rey para poder ofrecerle su ejército personal, el más temido del reino, para la guerra
contra Holanda y así colmar sus arcas. El destino de la Casa de Condé depende en gran parte
del éxito que alcancen los festejos, por lo que recae toda su responsabilidad sobre su
ingenioso maestro de ceremonias, Vatel, que tan sólo tiene quince días para preparar los
elaborados menús y sus grandiosas puestas en escena, que harán las delicias de la corte.
En el mismo banquete, el consumado perfeccionista Vatel, que estaba enloquecido por la
tardanza del pescado —el banquete debía hacerse en un viernes— y sumado a otras
desgracias, se suicidó atravesándose una espada. De acuerdo con algunas versiones de la
historia, su cuerpo fue encontrado por el ayudante que fue a avisarle que el pescado había
llegado.

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