Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El dolor muscular y cualquier clase de dolor son una señal importante para el
cuerpo. Distintos estímulos pueden provocar dolor. Entre otros, el calor o el frío
(estímulo térmico), la presión o el impacto (estímulo mecánico) o una influencia
eléctrica o química. Los estímulos son transmitidos por los llamados receptores del
dolor: se trata de terminaciones nerviosas situadas tanto en la superficie dentro de
la piel como debajo de ella en músculos, tendones y ligamentos. Cuando los
receptores de dolor envían un estimulo doloroso al sistema nervioso central
(el cerebro y la médula), el estímulo llega como señal sin valor definido. El sistema
nervioso central procesa el estímulo y lo traduce en una sensación desagradable
con un objetivo concreto: el cuerpo debe desencadenar una reacción para prevenir
el dolor. Normalmente, el dolor muscular es inocuo y el desencadenante más
común es un agarrotamiento muscular (miogelosis) o una lesión muscular. Sin
embargo, los dolores musculares también pueden aparecer como síntoma de
distintas enfermedades infecciosas. En casos excepcionales el dolor muscular es
consecuencia de enfermedades óseas (del esqueleto), desgaste de
articulaciones (artrosis), enfermedades del músculo o del sistema nervioso.
Incidencia
Dolor muscular
Causas
Los calambres musculares también provocan frecuentemente dolores
musculares (mialgias). Cuando se experimenta un calambre muscular, el dolor es
intenso y repentino. La causa puede radicar en una falta de magnesio. La carencia
de magnesio está asociada a un esfuerzo corporal intenso, por ejemplo al
practicar un deporte, el sudor provoca la pérdida de magnesio. Si los calambres
musculares son frecuentes, otras enfermedades pueden ser las causantes, por
ejemplo, enfermedades hepáticas.
El dolor muscular (mialgias) puede estar ocasionado por causas muy variadas.
Con frecuencia, se debe a un agarrotamiento muscular o a una lesión muscular.
Otros desencadenantes menos frecuentes del dolor muscular son enfermedades
óseas (del esqueleto), desgaste de las articulaciones (artrosis), enfermedades
musculares o del sistema nervioso.
Tensión muscular
Estrés
Posiciones corporales incorrectas y falta de movimiento: estar sentado delante
del ordenador o en el coche durante demasiado tiempo y con una mala postura
puede provocar la sobrecarga de los músculos, así como posturas corporales
inadecuadas crónicas, sobre todo en la espalda (dolor de espalda) y la zona de
los hombros y la nuca, que son los puntos donde más suelen experimentarse
los dolores de la tensión acumulada.
Movimientos incorrectos.
Tonificación insuficiente de los músculos y relación desequilibrada entre los
distintos grupos de músculos (por ejemplo, entre la musculatura abdominal y
lumbar), lo que conlleva posturas corporales inadecuadas y carga incorrecta de
los músculos (sobre todo de la columna).
Lesiones musculares (tirón muscular, desgarre fibrilar, desgarro muscular).
Calentamiento preliminar y estiramientos posteriores insuficientes al
practicar deporte.
Lesiones musculares
Enfermedades
En muchos menos casos los dolores musculares son causados por enfermedades
que afectan al propio músculo. En este grupo se encuentran, por ejemplo,
las inflamaciones de los músculos y otras enfermedades no inflamatorias de la
musculatura.
Las provocadas por virus (por ejemplo, el virus Coxsackie B), bacterias (por
ejemplo, la Borrelia) o parásitos (por ejemplo, la triquinella).
Las provocadas por el propio sistema inmunitario (inmunógenas) como la
dermatomiositis (inflamación muscular que también afecta a la piel) o
la polimialgia reumática (enfermedad inflamatoria muscular de tipo reumático).
Las causadas por vasculitis.
Entre las enfermedades musculares no inflamatorias que pueden provocar dolores
musculares se cuentan:
Los dolores musculares agudos, aunque sean de duración limitada, tienen una
función de advertencia y protección. En cuanto el estímulo desencadenante
desaparece, los dolores disminuyen rápidamente. Junto a los dolores agudos
también existen los dolores musculares crónicos, que pueden padecerse durante
un período superior a los seis meses. Los dolores crónicos pueden representar un
cuadro clínico propio (síndrome de dolor).
Los síntomas del dolor muscular van variando en función de la zona afectada y
sus manifestaciones son distintas, lo que puede complicar o retrasar el diagnóstico
en algunos casos. Así, cuando la mialgia afecta a la zona cervical, puede
manifestarse con dolor de cabeza de tipo intermitente, así como rigidez en la zona
de la nuca y del cuello.
Cuando la mialgia afecta a la zona abdominal, además del dolor abdominal, puede
haber espasmos intestinales.
En el caso de que la mialgia afecte a los músculos del corazón, hay síntomas muy
diversos como la arritmia y alteraciones en la visión, la deglución y la audición. Si
los afectados son los músculos de la respiración, hay disnea y desorientación.
Tratamiento
En el caso de los dolores musculares (mialgias), el tratamiento depende de
la causa de la dolencia. Por este motivo es recomendable aclarar los posibles
desencadenantes con un médico. El médico establecerá un diagnóstico preciso y
prescribirá el tratamiento correspondiente.
Medicamentos
Si padece dolor muscular agudo, por ejemplo si sufre una lesión muscular, se
recomienda un tratamiento basado en el reposo. Un recurso útil si
padece dolores musculares es la aplicación inmediata de frío: para ello debe
envolver una bolsa de hielo con un paño y colocarlo sobre la zona afectada.
Acupuntura y presoterapia
Electroterapia (tratamiento con electricidad)
Terapias naturales (ampollas)
Fisioterapia
Ejercicios de espalda (sobre todo con dolores de espalda y lumbar)
Técnicas de relajación (por ejemplo, relajación muscular progresiva, técnica de
autorrelajación)
Si los dolores musculares se deben al síndrome de hombros y nuca, contribuye
al tratamiento un ejercicio regular de la musculatura del cuello, que incluso puede
practicar en el puesto de trabajo. En este sentido son importantes los ejercicios
de relajación donde se estira activamente el cuello. En general se recomienda
determinar por uno mismo las causas de la tensión interior y sacar conclusiones
(por ejemplo, procurar una postura corporal más adecuada en el puesto de
trabajo). Uno mismo puede masajearse los músculos de la nuca, preferiblemente
con un poco de aceite corporal.
© Jupiterimages/ComstockImages
Saber lo que hay que hacer. Antes de comenzar, se debenleer atentamente las
explicaciones de cada ejercicio. Si durante la realización de alguno de ellos
aparecen leves molestias o dolor, se debe interrumpir el entrenamiento y
consultar a un médico antes de continuar con las sesiones de ejercicio.
© Jupiterimages/Photos.com
Hacer ejercicio con regularidad. Se aconseja hacer estos ejercicios al menos3
veces por semana. La intensidad y la duración del entrenamiento deben
aumentar progresivamente. Es importante no forzar demasiado los músculos al
principio.¡Empezamos!
© Jupiterimages/iStockphoto
1ª Fase del entrenamiento: los estiramientos
Ejercicio nº 1. Sentado en una silla, se debe bajar la cabeza hacia delante tirando
de la barbilla hacia el pecho y mantener esta posición durante
aproximadamente 15 segundos. Después, levantar la cabeza otra vez hasta que
la espina dorsal cervical esté completamente estirada. La barbilla debe
aproximarse siempre lo máximo posible el cuello. Repetir tres veces.
Ejercicio nº 3. Tumbarse boca abajo, con los pies juntos. Agarrar el tobillo
izquierdo con la mano izquierda a la altura de los glúteos y estirar el muslo hasta
que sienta un leve tirón en el músculo anterior. Se debe hacer poco a poco y
aguantar la posición durante 15 segundos. Repetir dos vecespor cada lado.
© Jupiterimages/iStockphoto
2ª Fase del entrenamiento: fortalecer los músculos
Ejercicio nº 4. Tumbarse boca abajo con las piernas juntas y los pies elevados.
Los brazos a la altura de la cabeza en forma de U. Tensar los glúteos y apoyar la
cabeza en el suelo, levantando ligeramente hombros y brazos. Alinear la cabeza
con la espina dorsal. Elevar los codos a la altura de las orejas. Mantener la
posición durante diez segundos y luego relajar. Repetir cinco veces.
Ejercicio nº 5. Tumbarse boca abajo con las piernas separadas y los pies
elevados. Juntar ambos brazos en la espalda, a la altura de las nalgas. Apretar los
glúteos y levantar la cintura y la cabeza, que permanece alineada con la espina
dorsal. Mantener el equilibrio con la tensión de las manos. Mantener la posición
durante unos diez segundos. Repetir cinco veces.
Ejercicio nº 6. Colocarse "a cuatro patas" con la espalda recta y los brazos
flexionados. Levantar el brazo derecho y la pierna izquierda hasta que ambos
estén estirados en contraposición. Los dedos del pie levantado deben mirar hacia
abajo. Se debe mantener la posición durante diez segundos, hacer cinco
repeticiones.
Ejercicio nº 7. Colocarse sentado sobre los talones. Estirar los brazos hacia
adelante. Levantar el trasero lentamente y sentarse a un lado de los pies. Volver a
colocarse en la posición inicial y luego sentarse al otro lado de los pies. Repetir
de tres a cinco veces con cada lado y volver siempre al centro. Repetir el
ejercicio tres veces.
Prevención
Los dolores musculares (mialgias) solo se pueden prevenir relativamente: las
medidas eficaces para prevenirlos dolores musculares consisten en prevenir la
aparición de las tensiones y lesiones musculares que con mayor frecuencia
provocan dolores musculares.
Tensiones musculares
Lesiones musculares
Calambres musculares
CIBERGRAFIA
Autor: Redacción Onmeda Revisión médica: Dr. Tomás Rodelgo (15 de Junio
de 2016)