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A NÁLISIS TERRITORIAL DE LAS CONDICIONES DE HABITABILIDADRevista de Geografía

EN EL PERIURBANO 129
Norte Grande, 41: 129-146 (2008)
DE LA CIUDAD DE MAR DEL PLATA (A RGENTINA), A PARTIR DE LA CONSTRUCCIÓN Otros temas
DE UN ÍNDICE Y DE LA APLICACIÓN DE MÉTODOS DE ASOCIACIÓN ESPACIAL

Análisis territorial de las condiciones de


habitabilidad en el periurbano de la
ciudad de Mar del Plata (Argentina),
a partir de la construcción de un índice y
de la aplicación de métodos de
asociación espacial1

Laura Zulaica2 y Juan Pablo Celemín2

RESUMEN
El complejo y espontáneo proceso de conversión de tierras rurales en urbanas
da como resultado la conformación de un territorio de interfase de alta vulnera-
bilidad socioambiental. El presente trabajo planteó como objetivo analizar en el
territorio las condiciones de habitabilidad en el periurbano de Mar del Plata, a
través de un índice que expresa la relación establecida entre el hábitat y el
habitar. Por medio del empleo de patrones locales de identificación espacial se
obtuvo una cartografía de clusters y otra de significancia, que permitieron des-
componer el índice de autocorrelación espacial y ampliar la aproximación ana-
lítica del área de estudio. La aplicación de esta metodología reviste un gran
interés en el estudio del periurbano ya que detecta zonas donde se evidencian
contrastes socioambientales que afectan a la calidad de vida de la población.
Palabras clave: Periurbano, vulnerabilidad socioambiental, habitabilidad, cali-
dad de vida.

ABSTRACT
The complex and spontaneous conversion process of rural land in urban areas
result in the formation of an interface area of high social and environmental
vulnerability. This paper aimed to define living conditions in suburban Mar del
Plata through an index that shows the relation between habitat and inhabit. The
employment of local indicators of spatial autocorrelation resulted in two maps:
cluster and significance maps that allowed the disintegration of the spatial
autocorrelation index thus expanding the analytical approach of the study area.
The application of this methodology is of great interest in the periurban studies
since it detects areas where social end environmental contrasts affect the
quality of life of the population.
Key words: Periurban, social and environmental vulnerability, habitability, qua-
lity of life.

2 Universidad Nacional de Mar del Plata, CONICET


1 Artículo recibido el 10 de julio de 2007 y acepta- (Argentina). E-mail: lzulaica@ohns.ucsf.edu;
do el 6 de agosto de 2008. ciam@mdp.edu.ar
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Los gobiernos locales enfrentan día a día nómica y sustentabilidad política. Cada una
crecientes desafíos para atender a la diversi- de estas dimensiones o esferas propone una
dad de problemáticas urbanas cada vez más relectura de cuatro megatemas centrales en
complejas que caracterizan a las ciudades las políticas urbanas: la sustentabilidad (re-
actuales. Armonizar los procesos de urbani- ferida al capital natural), la habitabilidad, la
zación con la capacidad de brindar respues- productividad y la gobernabilidad, respecti-
tas a los conflictos emergentes constituye un vamente. El mismo autor define la sustenta-
principio básico del desarrollo urbano soste- bilidad ambiental como un punto de equili-
nible. brio de las cuatro manifestaciones
sectoriales de políticas urbanas replanteadas
La definición de desarrollo sostenible en términos de sustentabilidad.
que se cita con mayor frecuencia es la pro-
puesta por la Comisión de las Naciones Uni- A partir de las conceptualizaciones ante-
das sobre Medio Ambiente y Desarrollo, co- riores, el presente trabajo propone un análi-
nocida también como Comisión Bruntland, sis territorial de las condiciones de habitabi-
de 1987. En su informe a la Asamblea Gene- lidad, ligadas a la dimensión social de la
ral de las Naciones Unidas, titulado “Nues- sustentabilidad, en el área periurbana de la
tro Futuro Común”, la Comisión definió el ciudad de Mar del Plata. En este sentido, la
desarrollo sostenible como “el desarrollo pérdida en las condiciones de habitabilidad
que satisface las necesidades del presente corre paralela a la mayor insostenibilidad de
sin comprometer la capacidad de las gene- los sistemas urbanos, considerando estos en
raciones futuras de satisfacer las propias” un sentido amplio (Rueda, 1997: 1). Pero
(Gallopín, 2003: 23). antes de definir los alcances del trabajo y
las características del área de estudio, es
En relación a este paradigma, Guima- pertinente realizar una revisión teórica de la
rães (2003: 30) enuncia y explica distintas noción de habitabilidad y de los conceptos
dimensiones contenidas en el concepto de asociados a este tema.
sustentabilidad que pueden sintetizarse de
la siguiente forma: 1) una dimensión ecoló-
gica, que implica preservar la integridad de La habitabilidad y su relación
los procesos naturales que garantizan los con la calidad de vida
flujos de energía y materiales en la biósfera
y que, a la vez, preserva la biodiversidad El concepto de habitabilidad tiene distin-
en su sentido más amplio, objetivando la tas acepciones; algunas de ellas se remiten
conservación de la dotación de los recursos exclusivamente al ámbito de la vivienda,
naturales; 2) una dimensión social y cultu- mientras que otras exceden ese marco de
ral, que promueve el mantenimiento del análisis para hacer referencia a la satisfac-
sistema de valores, prácticas y símbolos de ción de las personas en un determinado es-
identidad, la igualdad y el bienestar huma- cenario o grupo de escenarios. La habitabili-
no; 3) una dimensión económica, tendiente dad desde esta última perspectiva es
a la gestión adecuada de los bienes am- entendida como “la capacidad de los espa-
bientales congruente con las metas de la cios construidos para satisfacer las necesida-
sustentabilidad ecológica y; 4) una dimen- des objetivas y subjetivas de los individuos
sión política, que privilegia la complemen- y grupos”, es decir, involucra las esferas psí-
tariedad entre los mecanismos de mercado quicas y sociales de la existencia estable
y la regulación pública promovida como que podría equipararse a las cualidades am-
política de Estado. bientales que permiten el sano desarrollo fí-
sico, biológico, psicológico y social de la
En términos semejantes y haciendo refe- persona (Castro, 1999; citado por Landázuri
rencia específica a las ciudades, Fernández Ortiz y Mercado Doménech, 2004: 90). De
et al. (1999: 24) establece también cuatro ahí su estrecha vinculación con el concepto
dimensiones de la sustentabilidad urbana de calidad de vida.
que conforman el paradigma del desarrollo
urbano sostenible: sustentabilidad natural, Velázquez (2001: 15) define a la calidad
sustentabilidad social, sustentabilidad eco- de vida como una medida de logro respecto
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de un nivel establecido como óptimo, te- mecanismos de intercambio, tratamiento de


niendo en cuenta dimensiones socioeconó- los conflictos y seguridad, entre otras).
micas y ambientales dependientes de la es-
cala de valores prevaleciente en la sociedad La relación existente entre habitabilidad,
y que varían en función de las expectativas calidad de vida y sustentabilidad se enuncia
de progreso histórico. Entonces, este con- en el Programa de las Naciones Unidad so-
cepto se construye a partir de un “proceso” bre Asentamientos Humanos (UN-HÁBITAT)
y es una aspiración que se determina como al que adscribió Argentina. En dicho Progra-
variable en el‘“tiempo”. De allí que este tér- ma se señala que la habitabilidad se vincula
mino goce de un importante “dinamismo” y a las características y cualidades del espa-
de ciertos niveles de subjetividad3. cio, entorno social y medio ambiente que
contribuyen singularmente a dar a la gente
Mejorar la habitabilidad de las ciuda- una sensación de bienestar personal y co-
des supone incrementar la calidad de vida lectivo e infunden la satisfacción de residir
de sus habitantes y con ello la sustentabi- en un asentamiento determinado; las aspira-
lidad social en su interior. En este sentido, ciones a la habitabilidad varían de un lugar
Rueda (1997) plantea la habitabilidad ur- a otro, cambian y evolucionan en el tiempo
bana a partir de cuatro grandes categorías y difieren según las poblaciones que inte-
que se vinculan a la calidad de vida de los gran las comunidades.
habitantes y por lo tanto, a la sustentabili-
dad de las ciudades: bienestar general de Hábitat y habitar,
la persona, que implica su bienestar inter-
no (espiritual y psicológico) y externo (su componentes de la
relación con el resto del conjunto social); habitabilidad
bienestar ambiental, que refiere a la rela-
ción armónica con el entorno; bienestar A partir de las definiciones anteriores,
psicosocial, que implica la satisfacción in- las condiciones de habitabilidad urbana
dividual y; bienestar sociopolítico, que pueden ser analizadas a partir de dos com-
tiene que ver con participación social, se- ponentes centrales implícitos: el hábitat y el
guridad personal y jurídica. De acuerdo a habitar.
este enunciado, la habitabilidad constituye
una adaptación entre las características de La noción de hábitat tiene sus raíces en
la situación real y las expectativas, capaci- la Ecología, no obstante ello, el reconoci-
dades y necesidades del individuo tal y miento de un hábitat humano asociado a las
como las percibe él y su grupo social (GI- ciudades implica la aceptación de procesos
DES, 2003: 11). e interacciones regidos por la cultura. De
esta manera, el hábitat comprende lo relati-
De acuerdo con Moreno (2002: 3), la ha- vo al sistema espacial y los recursos que eli-
bitabilidad entendida como una meta de ge un grupo para transitar por su existencia;
bienestar involucra, además del hecho físico que responde a las necesidades para desa-
de la vivienda, el ambiente sociocultural y rrollar los procesos individuales y colectivos
el entorno. En el logro de la habitabilidad requeridos para realizar su vida productiva,
intervienen las cualidades físicas (ausencia laboral y doméstica en relación con un en-
o presencia de contaminación y deterioro, torno mayor, y en intercambio con otros
estado del paisaje desde el punto de vista grupos de la sociedad. A su vez, está defini-
estético, entre otras) tanto como las socio- do por el lugar geográfico donde se aloja, el
culturales (entramado social, redes de rela- cual tiene las condiciones de un espacio de-
ciones, imaginarios, pautas de consumo, terminado y cualificado en concordancia
con sus necesidades particulares y generales
(CEHAP, 1998: 6).

3 Existen numerosos conceptos en relación a la cali- Según Echeverría (2002), citado por Gor-
dad de vida. Otros aportes pueden encontrarse en dillo Bedoya (2005: 146), el hábitat es el lu-
Abaleron (1998); García y Velázquez (1999); Ola-
ve Farías (2001); Velázquez y Gómez Lende gar donde viven individuos, grupos huma-
(2005). nos con una dimensión de la satisfacción
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relacionada con lo ambiental, lo sostenible, pecto de una sociedad urbana determinada,


lo cultural y lo territorial. En la ciudad, pudiéndose hablar de una “naturaleza se-
como un espacio de relaciones económicas cundaria”; en tanto que el habitar es el
y sociales, la población realiza, entre otras, “subsistema de demandas” de recursos y
funciones de habitar. En ella se configura un servicios urbanos teóricamente requeridos
mercado de bienes y servicios que ejerce por una sociedad determinada, que com-
presiones ambientales internas y externas prende las condiciones aceptables (definidas
(Moreno, 2002). por los hombres) para la vida social, inclu-
yendo en este concepto la calidad de vida.
La noción de habitar ha sufrido una per-
manente redefinición semántica, acelerada De lo mencionado anteriormente se de-
en los momentos de profundo cambio cultu- duce que los problemas de habitabilidad
ral (Huber y Guérin, 2001: 2). El habitar va- emergen en los términos de oferta y deman-
ría en tiempo y espacio y conlleva diferentes da entre el hábitat y el habitar, cuando los
modos de ocupación del territorio y, por lo bienes, servicios y condiciones de la ciudad
tanto, distintas formas de vinculación con el no brindan lo requerido para el habitar de la
entorno en donde se desenvuelve la vida de sociedad, siendo esas necesidades objetivas
las personas. y subjetivas, dependientes estas últimas de
las características culturales y del momento
A propósito de las distintas actividades histórico por el cual se transita.
sociales e individuales que derivan del habi-
tar, el ser humano realiza una serie de con- El objeto de estudio
tratos y códigos que le permiten existir en
tanto sociedad más o menos organizada so- Este estudio propone un análisis territo-
bre parte de la superficie terrestre que ocu- rial de las condiciones de habitabilidad en
pa; esto es un componente fundamental de el periurbano de la ciudad de Mar del Pla-
la definición de territorio, decisivo en la re- ta, Argentina, mediante la construcción de
gulación de las relaciones del ser humano un índice sintético para luego aplicar méto-
con su entorno (Urruzola, 2006: 1). dos geoestadísticos a fin de establecer el
grado de asociación espacial entre las uni-
Por su parte, Ben Altabef (2003: 3) resal- dades de análisis que conforman el periur-
ta la idea de habitar que implica una acción bano. De esta manera, se espera encontrar
o práctica social, inherente a la naturaleza áreas con valores altos del índice en cerca-
humana, esto es el vivir, y también una cua- nías de la ciudad y la costa, asociadas al
lidad en cuanto es generador de hábitos, es valor paisajístico y turístico de esos lugares
decir de usos y costumbres; esta práctica se que favorece el desarrollo de segundas vi-
desarrolla en un espacio, que genera un há- viendas y la llegada de servicios básicos e
bitat, ámbito de uso individual y colectivo infraestructura.
del vivir, que es materia de especial interés
desde el hacer cotidiano y que se ve condi- El índice se elaboró a partir de la selec-
cionado y determinado por las diferentes ción de indicadores objetivos y cuantifica-
modalidades del habitar. bles que expresan la relación entre el hábi-
tat y el habitar. Se excluyeron del estudio
Los conceptos de hábitat y habitar que indicadores subjetivos, sumamente impor-
guían el presente trabajo fueron tomados de tantes en análisis de las condiciones de ha-
Fernández et al. (1999: 274) y definidos an- bitabilidad pero muy difíciles de relevar y
teriormente en Fernández et al. (1998), quie- cuantificar, lo cual restringe el alcance de
nes caracterizaron el capital social de la los resultados. En relación a ello y tomando
ciudad de Mar del Plata a partir de indica- como referencia las enunciaciones de Fer-
dores sintéticos, estudio que constituye un nández et al. (1999: 280), es posible afirmar
marco de referencia para el análisis de la que una de las limitaciones del estudio de
sustentabilidad social de la ciudad. En este las condiciones de habitabilidad tiene que
sentido, el autor define al hábitat como el ver con el campo experimental donde se re-
“subsistema de oferta” de recursos y servi- gistra un desfasaje entre los numerosos
cios urbanos teóricamente disponibles res- aportes teóricos y la escasez de aportes ins-
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trumentales para mensurar y cualificar las El periurbano de Mar del Plata no escapa
evidencias empíricas. esta situación. Su conformación deriva del
crecimiento de la ciudad, ha sido desorde-
Por su extensión y cantidad de habitan- nada, sin planificación y guiada por los
tes, Mar del Plata constituye la tercera urba- principales ejes de comunicación. Las con-
nización de la Provincia de Buenos Aires, secuencias de este proceso se manifiestan
después del Área Metropolitana de Buenos en profundos contrastes territoriales expre-
Aires y la ciudad de La Plata. De acuerdo al sados en las condiciones de habitabilidad
último censo elaborado por el Instituto Na- de la población. En relación a esto, se ob-
cional de Estadísticas y Censos (INDEC, servan claramente sectores que presentan
2001) el Partido de General Pueyrredón re- condiciones mucho más favorables que
gistra en ese año un total de 564.056 habi- otros, como es el caso del área costera vin-
tantes de los cuales, el 95% son urbanos. culada al turismo.
Cuando se compara este valor con la pobla-
ción censada en 1991, se observa un creci- Área de estudio
miento relativo del 5,9%.
Considerando las cinco zonas periurba-
El incremento demográfico de Mar del nas de Mar del Plata definidas en estudios
Plata, cabecera del Partido de General previos (Ferraro y Zulaica, 2007; Zulaica y
Pueyrredón, ha respondido a procesos ex- Ferraro, 2007), el presente trabajo toma
pansivos espontáneos que dieron como re- como unidades de análisis a los radios cen-
sultado la construcción de un territorio su- sales establecidos por el INDEC que se co-
burbano poco consolidado y de baja rresponden con esas cinco zonas delimita-
densidad de ocupación. Esta tendencia, res- das. Las mismas fueron precisadas siguiendo
tringida a las últimas décadas del siglo XX, los ejes de comunicación más importantes:
se hace evidente en el tercer escenario del eje Ruta 11 hacia el norte (Zona 1), Ruta 2
proceso de poblamiento del Partido, des- (Zona 2), Ruta 226 (Zona 3), Ruta 88 (Zona
cripto por Lucero (2004: 42). Según la auto- 4) y Ruta 11 hacia el sur (Zona 5).
ra, en este escenario, el ejido urbano de Mar
del Plata se encuentra ocupado casi total- Aunque la delimitación territorial es una
mente y bien consolidado, y el fenómeno de arbitrariedad, no deja de ser una necesidad
suburbanización prolonga el poblamiento para poder acotar el área de estudio. El lími-
más allá de los límites de la ciudad princi- te interno del periurbano (esto es, el borde
pal. La expansión sobre áreas periurbanas se urbano-periurbano) fue establecido a partir
ha dado de manera desordenada, con con- de la delimitación del ejido urbano de Mar
secuencias negativas sobre el ambiente, la del Plata especificada en el Código de Or-
calidad de vida de la población y por lo tan- denamiento Territorial (COT) y la extensión
to sobre las condiciones de habitabilidad. de los servicios de saneamiento básicos
(agua por red y cloacas), mientras que el lí-
Existen numerosas conceptualizaciones y mite externo (borde periurbano-rural) fue
revisiones teóricas para el abordaje del pe- más difícil de determinar a partir de un cri-
riurbano4. No obstante ello, los distintos au- terio específico. El mismo conforma una
tores concuerdan en que se trata de un terri- franja difusa cuya extensión es variable de-
torio dinámico, susceptible a distintas pendiendo de cómo haya tenido lugar el
transformaciones e intervenciones, frágil proceso de expansión urbana sobre los prin-
desde el punto de vista ambiental, desigual cipales ejes. En consecuencia, se asume que
desde lo social y cuyas funciones son diver- el grado de vinculación o conexión de los
sas (soporte de distintas actividades, fuente radios con dichos ejes definen la zona a la
de recursos naturales, sumidero de dese- que pertenece cada radio.
chos).
El área así definida abarca unas 35.173
ha y, de acuerdo a los datos del último
4
censo nacional, posee 130.056 habitantes
Adell (1999); Garay (1999); Morello (2000); Del
Río (2002); Bozzano (2004); Di Pace (2004); Bars- distribuidos de la siguiente manera: un
ky (2005); entre otros. 9,9% en la Zona 1; un 10,3% en la Zona 2;
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un 35,9% en la zona 3; un 34,9% en la cionan como relevantes para describir a las


zona 4 y finalmente, el 8,8% restante en la unidades de análisis. Consiguientemente,
Zona 5. La Figura Nº 1 muestra la localiza- toda variable es un criterio de clasificación
ción del Partido de General Pueyrredón y que se emplea para diferenciar las unida-
del área de estudio, diferenciando las cinco des de análisis. La integración de variables,
zonas que componen el periurbano de Mar o en bien una sola variable, definen indica-
del Plata. dores. Estos proveen información agregada
y sintética respecto a un fenómeno más allá
Desarrollo metodológico de su capacidad de representación propia
(Rueda, 1999: 11).
Construcción del índice
Un problema metodológico reside en el
El proceso metodológico de construc- empleo de unidades territoriales artificiales
ción de un índice que sintetiza las condi- establecidas administrativamente por orga-
ciones de habitabilidad (ICH) en el periur- nismos oficiales que no suelen reflejar nece-
bano presenta una gran complejidad dado sariamente de modo estricto los fenómenos
que deben seleccionarse variables repre- sociales y territoriales existentes. Dentro de
sentativas de la situación que se pretende la Geografía, y en el uso de Sistemas de In-
mostrar. Dichas variables no son directa- formación Geográfica (SIG), se conoce a
mente extrapolables a otros espacios ya esta cuestión como el Problema de la Uni-
que cada uno de ellos posee especificida- dad Espacial Modificable (Moreno Jiménez,
des y dinámicas que le son propias. Por lo 2006: 6). Asimismo, el empleo de SIG ha
tanto, esta característica hace que la cons- sido de suma utilidad en la representación
trucción metodológica varíe según los dife- de los contrastes ya que mediante capas de
rentes ámbitos geográficos. Es importante información se da claridad a la interpreta-
recordar que las variables son aquellos atri- ción de los procesos socioterritoriales y am-
butos, relaciones o contextos que se selec- bientales.

Figura Nº 1
PARTIDO DE GENERAL PUEYRREDÓN: LOCALIZACIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO

Fuente: Elaboración propia en base a Zulaica y Ferraro (2007).


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A los fines prácticos y de operacionaliza- La calidad sanitaria está estrechamente


ción de las condiciones de habitabilidad ligada a la posibilidad de acceso a los servi-
mediante un índice que muestre la relación cios que el usuario necesite en el momento
establecida entre el hábitat y el habitar en y lugar preciso, en suficiente cantidad y a
cada unidad censal, se asume en el trabajo un costo razonable y, particularmente, a la
que el escenario deseable por parte de la so- disponibilidad de servicios esenciales como
ciedad, correspondiente al subsistema de son la provisión de agua de red y cloacas. El
demandas (habitar), coincide con los valores indicador relativo a la calidad sanitaria se
de condiciones más favorables alcanzados encuentra desagregado en tres variables pro-
por las variables elegidas en el periurbano venientes del último censo: “Porcentaje de
en estudio. El hábitat, está determinado en- población que no posee obra social o cober-
tonces por la oferta de bienes, servicios y tura médica asistencial”, “Porcentaje de ho-
condiciones que existen realmente en la gares con inodoro con descarga de agua y
unidad censal. desagüe a red pública” y “Porcentaje hoga-
res con agua proveniente de la red pública”.
Selección de indicadores
La calidad de la vivienda es un indicador
Con el fin de diferenciar las condiciones habitacional que se vincula directamente
de habitabilidad, se elaboró el ICH a partir con las condiciones del hábitat. La vivienda
de la integración de siete indicadores que representa un componente fundamental, en
sintetizan las condiciones de habitabilidad tanto entidad que no solamente es parte de
en el periurbano. Los indicadores abarcan las necesidades de subsistencia de una so-
seis dimensiones y se enuncian en el Cuadro ciedad particular, sino que se constituye en
Nº 1. Cada indicador se encuentra represen- un elemento más de inserción e identifica-
tado por una o más variables obtenidas del ción social. Se utilizaron dos variables:
último Censo Nacional (2001), que fueron “Porcentaje de viviendas con calidad de ma-
ponderadas de manera directa, de acuerdo a teriales I (CALMAT I)”, que comprende a
su grado de importancia sobre las condicio- aquellas compuestas por materiales resisten-
nes de habitabilidad 5. En el caso de la di- tes y sólidos en todos los parámetros (pisos,
mensión ambiental, los datos fueron obteni- paredes y techos) e incorpora todos los ele-
dos de información proveniente del mentos de aislamiento y terminación y “Por-
Municipio, imágenes satelitales y trabajo de centaje de hogares con baño de uso exclusi-
campo. Asimismo, se indica si la variable es vo”.
de beneficio (+) o de costo (-) y su rango
porcentual registrado. El indicador movilidad urbana se refiere
a la posibilidad de la población para trasla-
Las primeras tres dimensiones (salud y darse desde su ámbito de residencia al nú-
servicios esenciales, habitacional y accesibi- cleo urbano de Mar del Plata por medio del
lidad) se relacionan con las problemáticas transporte público. La disponibilidad del
emergentes del periurbano e incluyen indi- mismo asegura mayor accesibilidad a servi-
cadores referentes a la cobertura de algunos cios de salud, educación, culturales, recrea-
servicios urbanos y a las condiciones de tivos, etc., influyendo positivamente sobre
vida al interior de la vivienda. Las tres di- las condiciones de habitabilidad. La variable
mensiones restantes (educación, pobreza y utilizada para este indicador es el “Porcen-
dimensión ambiental) se refieren a las carac- taje de hogares con existencia de transporte
terísticas de los grupos sociales y a su cali- público a menos de 300 m” de acuerdo a la
dad de vida en relación con el entorno. definición establecida en la base de usuarios
del INDEC.

El nivel de instrucción, indicador de la


5 Gran parte de las dimensiones, indicadores y pon- dimensión educación, permite caracterizar
deraciones han sido desarrollados y utilizados en la vulnerabilidad de los grupos sociales ya
estudios previos para la construcción de índices que presenta una estrecha vinculación con
de calidad de vida (Marinelli et al., 1999; Lucero
et al. , 2005; Riviere et al. , 2005; Celemín, 2007;
la inserción de la población al mercado la-
Mikkelsen, 2007; entre otros). boral. En este caso, para evaluar el nivel de
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instrucción de la población del área de estu- las condiciones del entorno sobre el cual
dio, se tomaron las siguientes variables pro- se desarrolla la vida de las personas. Uno
vistas por el INDEC “Porcentaje de pobla- de los principales problemas ambientales
ción de 12 años o más con nivel de que se registran en las ciudades es la acu-
instrucción menor a primario completo”. En mulación de los residuos. Es por ello que la
contraposición, quienes culminan sus estu- existencia de un servicio regular de reco-
dios terciarios y universitarios, retrasan el lección garantiza una menor presencia y
ingreso al segmento de población económi- dispersión de los mismos en la vía pública.
camente activa y tienen la posibilidad de La variable utilizada para dimensionar las
acceder a una buena remuneración econó- condiciones de higiene urbana es el “Por-
mica. Para este caso se seleccionó la varia- centaje de población que reside en vivien-
ble “Porcentaje de población de 20 años o das con servicio regular de recolección de
más con nivel de instrucción superior (ter- residuos”, información también provenien-
ciario o universitario) completo”. te del último censo.

Las Necesidades Básicas Insatisfechas Asimismo, a la hora de evaluar las con-


(NBI) constituyen un indicador válido para diciones de habitabilidad, se tuvo en cuenta
captar la pobreza estructural 6 en área deter- la exposición a impactos ambientales por
minada. Comprenden el primer grupo de in- actividades industriales, mineras y de dispo-
dicadores introducido por la Comisión Eco- sición de residuos. Los efectos negativos que
nómica para América Latina (CEPAL) a ocasionan sobre el ambiente las actividades
comienzos de los años ochenta para identi- señaladas son ampliamente conocidos, aso-
ficar carencias críticas de la población y ca- ciándose fundamentalmente a distintos tipos
racterizar la pobreza (Feres y Mancero, y grados de contaminación y degradación
2001: 8). de recursos naturales. Se localizaron las zo-
nas industriales del área de estudio (un dis-
Se considera pobre a un hogar o a las trito industrial y Parque Industrial), los luga-
personas que en habitan en dicho hogar, res en los que se desarrolla la actividad
cuando reúnen una o más de las siguientes minera y el sitio de disposición final de resi-
condiciones: 1) Hacinamiento: hogares con duos sólidos urbanos. Los distritos industria-
más de tres personas por cuarto; 2) Vivien- les (I), establecidos por el Código de Orde-
da: hogares que habitan en una vivienda de namiento Territorial, se corresponden con
tipo inconveniente (pieza de inquilinato, zonas destinadas a la localización de usos
pieza de hotel o pensión, casilla, local no comerciales, de servicios, depósitos e indus-
construido para habitación o vivienda mó- trias, cuya complejidad y especificidad fun-
vil, excluyendo casa, departamento y ran- cional resultan inconvenientes para la resi-
cho); 3) Condiciones sanitarias: hogares que dencia de alta y media densidad.
no tienen ningún tipo de retrete; 4) Asisten-
cia escolar: hogares que tienen al menos un Los efectos nocivos de estas actividades
niño en edad escolar (6 a 12 años) que no se extienden generalmente más allá de su
asiste a la escuela y; 5) Capacidad de sub- localización puntual, es por ello que se creó
sistencia: hogares que tienen cuatro o más un buffer alrededor de las mismas permi-
personas que dependientes por cada miem- tiendo establecer la variable “Porcentaje de
bro de la familia ocupado, cuyo jefe no la superficie del radio censal a menos de
haya completado el tercer grado de escolari- 501 metros de actividades industriales, mi-
dad primaria. neras y de disposición de residuos”. La defi-
nición del área de influencia de los impac-
La dimensión ambiental considerada en tos es de carácter intuitivo y se basa en el
el trabajo tiene que ver directamente con conocimiento de la zona que permite deter-
minar hasta dónde se verifican efectos ob-
servables de las actividades sobre el medio,
6
criterios ampliamente desarrollados en Co-
Los “pobres estructurales” son aquellos que re-
quieren de una importante inversión material o es- nesa Fernández-Vítora (1997), Canter
fuerzo personal para superar el estado de precarie- (1998), Gómez Orea (1999) y Echechuri et
dad social en la que se encuentran. al. (2002).
A NÁLISIS TERRITORIAL DE LAS CONDICIONES DE HABITABILIDAD EN EL PERIURBANO 137
DE LA CIUDAD DE MAR DEL PLATA (A RGENTINA), A PARTIR DE LA CONSTRUCCIÓN
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Cuadro Nº 1
DIMENSIONES, INDICADORES, VARIABLES Y PONDERACIONES UTILIZADAS EN ICH

Dimensión Indicador Variables Ponde- Rango


ración (%)

Salud y Calidad sanitaria • Porcentaje de población que 10,0 3,7-84,2


servicios posee obra social o cobertura
esenciales médica asistencial. (+)
• Porcentaje de hogares con 5,0 0-99,64
inodoro con descarga de agua
y desagüe a red pública. (+)
• Porcentaje hogares con agua 5,0 0-91,1
proveniente de la red pública. (+)

Habita- Calidad de • Porcentaje hogares con uso 7,5 66,67-100


cional la vivienda exclusivo de baño. (+)
• Porcentaje de hogares que 7,5 2,6-98,6
presentan calidad de los materiales
I definida por el INDEC. (+)

Accesi- Movilidad urbana • Porcentaje de hogares con 10,0 0-100


bilidad existencia de transporte público
a menos de 300 m. (+)

Educación Nivel de instrucción • Porcentaje de población de 7,5 13,5-92,9


12 años o más con nivel de
instrucción menor a primario
completo. (-)
• Porcentaje de población de 7,5 0-40,2
20 años o más con nivel de
instrucción superior (terciario
o universitario) completo. (+)

Pobreza Necesidades Básicas • Porcentaje de hogares con 15,0 13,9-100


Insatisfechas Necesidades Básicas
Insatisfechas (NBI). (-)

Ambiental Higiene urbana • Porcentaje de hogares con 5,0 0-100


existencia de servicio regular
de recolección de residuos. (+)

Exposición a • Porcentaje de la superficie del 20,0 0-100


impactos radio censal a menos de 501
ambientales de metros de actividades industriales,
actividades mineras y de saneamiento urbano
industriales, mineras (disposición de residuos y planta
y de disposición de tratamiento de efluentes
de residuos cloacales). (-)

Total 100,0 0-100

Fuente: Elaboración propia.


138 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE

Procedimiento entre sí. Por lo tanto, se intenta medir la co-


rrelación que una misma variable tiene en
Los valores para cada variable y unidad diferentes unidades espaciales contiguas en
espacial fueron estandarizados de acuerdo a una perspectiva horizontal dando lugar a
las fórmulas matemáticas que se enuncian a una de estas tres posibilidades:
continuación y su sentido positivo o negati-
vo. De esta manera se pueden compatibili- – Autocorrelación espacial positiva: las uni-
zar variables de costo y beneficio sin que se dades espaciales vecinas presentan valo-
anulen mutuamente: res próximos. Indica una tendencia al
agrupamiento de las unidades espaciales.
– Variables cuyo incremento implica peor
situación relativa. Variables de costo (-): – Autocorrelación espacial negativa: las
unidades espaciales vecinas presentan
valores muy disímiles. Indica una ten-
dencia a la dispersión de las unidades
espaciales.
– Variables cuyo incremento implica mejor
situación relativa. Variables de beneficio – Sin autocorrelación: no ocurre ninguna
(+): de las dos situaciones anteriores. Por lo
tanto, los valores de las unidades espa-
ciales vecinas presentan valores produci-
dos en forma aleatoria.
Siendo PE i = puntaje estándar de i-ésimo
dato, x i = el dato original a ser estandariza- La autocorrelación espacial puede ser
do, M = mayor valor de la variable, m= me- univariada o bivariada. En un gráfico de dis-
nor valor de la variable. persión, en el eje x aparecen los valores es-
tandarizados de una variable para cada uni-
El ICH consiste en la sumatoria de los dad espacial y en el y se encuentran los
valores índice de cada variable ponderados valores estandarizados del promedio de los
según el peso relativo estipulado. El resulta- valores de las unidades espaciales vecinas
do reviste un valor teórico donde el rango para la misma variable (en el caso de la au-
entre 0 y 100 refleja la peor y mejor situa- tocorrelación espacial univariada) o de una
ción, respectivamente. segunda variable (autocorrelación espacial
bivariada). En ambos casos, la recta de re-
Autocorrelación espacial y patrones gresión lineal muestra el grado de asocia-
locales de identificación espacial (LISA) ción entre la variable y los valores contiguos
de la misma u otra variable considerada.
La utilidad de la autocorrelación espa-
cial se encuentra en su capacidad para estu- El índice I de Moran es el cálculo más
diar la forma en que un fenómeno se propa- antiguo –data de 1950– y es típica su utili-
ga a través de las unidades espaciales y si zación en la detección y medición de la au-
tal comportamiento corresponde a algún tocorrelación espacial comparando los valo-
modelo de difusión conocido o bien para res de cada localización con los valores de
estudiar la segregación espacial de alguna las localizaciones vecinas. Los resultados de
característica. En definitiva, refleja el grado este índice varían entre el –1 y el 1, repre-
en que objetos o actividades en una unidad sentando las correlaciones mínimas (máxi-
geográfica son similares a los objetos o acti- ma dispersión) y máximas (máxima concen-
vidades en unidades geográficas próximas tración) respectivamente, y donde el cero
(Vilalta y Perdomo, 2005: 326). significa un patrón espacial totalmente alea-
torio.
El concepto de autocorrelación espacial
parte del principio de Tobler que plantea Un análisis más detallado de la autoco-
que en el espacio geográfico todo se en- rrelación espacial se realiza a través del re-
cuentra relacionado con todo, pero los es- conocimiento de patrones locales de identi-
pacios más cercanos están más relacionados ficación espacial (LISA). Este método
A NÁLISIS TERRITORIAL DE LAS CONDICIONES DE HABITABILIDAD EN EL PERIURBANO 139
DE LA CIUDAD DE MAR DEL PLATA (A RGENTINA), A PARTIR DE LA CONSTRUCCIÓN
DE UN ÍNDICE Y DE LA APLICACIÓN DE MÉTODOS DE ASOCIACIÓN ESPACIAL

descompone el índice I de Moran y verifica bilidad de que sus relaciones de contigüidad


en cuánto contribuye cada unidad espacial se produzcan de manera aleatoria (Buzai y
a la formación del valor general, permitien- Baxendale, 2006: 366).
do obtener un valor de significancia para
cada cluster formado por los valores simila- Para obtener los mapas correspondientes
res de cada unidad espacial y sus vecinos. a esta sección se recurrió al software GeoDa
Además, la aplicación del método LISA en- de acceso gratuito cuya principal potenciali-
tre todas las unidades espaciales genera va- dad radica en el análisis de datos espaciales
lores proporcionales al indicador global. (Anselin, 2004).
Como resultado se obtienen dos mapas. El
primero es el conocido como cluster o de
agrupamiento, donde cada unidad espacial
Resultados y discusión
se diferencia de acuerdo al tipo de autoco-
rrelación espacial que posee en relación a La integración de los indicadores de
sus unidades espaciales vecinas. El segundo condiciones del hábitat y del habitar en un
indica el nivel de significancia que presenta único índice de habitabilidad siguiendo el
a las unidades con I de Moran relevantes en procedimiento explicado en el desarrollo
base a su relación de contigüidad a partir de metodológico, permitió arribar a la repre-
un procedimiento de aleatorización que sentación cartográfica que se muestra en la
muestra para cada unidad espacial la proba- Figura Nº 2.

Figura Nº 2
ÍNDICE DE CONDICIONES DE HABITABILIDAD

Fuente: Elaboración propia.


140 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE

Las mejores condiciones de habitabili- (complejos privados, balnearios, viviendas


dad estimadas a partir del cálculo del índi- secundarias y de temporada, comercios,
ce, se presentan fundamentalmente en los etc.) que aprovechan la extensión de las pla-
siguientes sectores del periurbano de Mar yas, acantilados y el amplio frente marítimo
del Plata: forestado. En esa misma zona se presenta el
Barrio Peralta Ramos en el que vive pobla-
– Áreas colindantes con el límite norte del ción de carácter permanente con alto poder
ejido urbano (sectores de los barrios La adquisitivo. Dicho barrio se destaca por la
Florida, El Grosellar, Zacagnini, entre extensión del bosque implantado y la cali-
otros) en Zonas 1 y 2. dad de las viviendas. En el mismo sector
costero pero hacia el interior, sobre la Ave-
– Áreas situadas en las proximidades del nida Jorge Newbery, se destacan áreas de
límite urbano-periurbano oeste en alto dinamismo en las cuales se están cons-
Zona 3. truyendo barrios privados sobre grandes ex-
tensiones de terrenos.
– Áreas periurbanas de Sierra de los Padres
en Zona 3. En las Zonas 2 y 3, en áreas próximas al
ejido urbano, y cercanas al eje de la Ruta 2,
– Área costera del sector sur (Barrio Faro se encuentran asentamientos de sectores
Norte) en Zona 5. con ingresos medios y altos en barrios que si
bien no son cerrados, algunos poseen segu-
Dichas áreas exhiben los valores más al- ridad y se destacan por su amplio parquiza-
tos del ICH que se ubican entre 80 y 94 do y forestación. El citado eje constituye el
puntos. Abarcan 970 ha, que corresponden principal medio de enlace del municipio
al 2,8% de la superficie total del periurbano con el Área Metropolitana de Buenos Aires y
y agrupan 15.219 habitantes, es decir un posee la mayor intensidad de flujos respecto
11,7% de la población que vive en la inter- del resto de los ejes. A pesar de iniciarse su
fase. entorno como ámbito de residencias secun-
darias, se manifiesta actualmente una clara
Las condiciones favorables se localizan tendencia a la vivienda permanente, condi-
sobre los ejes costeros norte (Zona 1) y es- ción favorecida por la accesibilidad y la ex-
pecialmente en el sur (Zona 5). Las zonas ci- tensión de servicios urbanos.
tadas manifiestan una baja dinámica pobla-
cional (Sagua, 2004: 162) y constituyen En sectores aledaños al eje de la Ruta
áreas de segundas residencias o residencias 226 (Zona 3), se localiza una villa serrana
de veraneo asociadas al potencial turístico (Sierra de los Padres) de alto dinamismo, ha-
de las playas. Este hecho es mucho más sig- bitada por población en general de altos in-
nificativo sobre el eje de la Ruta 11 hacia el gresos que se instalan motivados por el po-
sur (Zona 5) que sobre la misma ruta en sen- tencial paisajístico de la sierra bordeada por
tido opuesto debido a que en este último, cultivos intensivos y por la búsqueda de
las playas alcanzan menor extensión, exis- tranquilidad fuera del ejido de la ciudad.
tiendo barrancos costeros sometidos a cre-
cientes procesos de erosión. Asimismo, en Las áreas con extremas condiciones de
este sector se localiza la Planta de Pretrata- habitabilidad (ICH inferiores a 45) se distri-
miento de efluentes cloacales de Mar del buyen en una superficie más extensa
Plata, que arroja con escaso nivel de trata- (7.874,8 ha, 22,4% del total) y agrupan me-
miento los desechos al mar, situación que nor población (4.600 habitantes, 3,5% del
ocasiona una desvalorización de terrenos total). Estas últimas se localizan en áreas
circundantes. más alejadas de la planta urbana e incluyen:

El eje de la Ruta 11 hacia el sur confor- – Sectores de los barrios Santa Rosa del
ma el eje litoral denominado “Corredor Sur” Mar de Peralta Ramos, Parque Hermoso
(Burmester et al., 2003: 27). El área presenta y Valle Hermoso, Parque Palermo y sec-
un alto potencial paisajístico y amplia dota- tores más retirados situados al sur de la
ción de infraestructura y servicios turísticos planta urbana (Zona 4).
A NÁLISIS TERRITORIAL DE LAS CONDICIONES DE HABITABILIDAD EN EL PERIURBANO 141
DE LA CIUDAD DE MAR DEL PLATA (A RGENTINA), A PARTIR DE LA CONSTRUCCIÓN
DE UN ÍNDICE Y DE LA APLICACIÓN DE MÉTODOS DE ASOCIACIÓN ESPACIAL

– Barrios San Jorge, Hipódromo y La He- cuado de agroquímicos. Esta problemática


rradura y un área periurbana situada al ha sido estudiada y documentada por Bur-
sur de la Ruta 226 que presenta amplio mester (2004).
desarrollo de agricultura intensiva
(Zona 3). El eje de la Ruta 88 (Zona 4) que conec-
ta la ciudad de Mar del Plata con la locali-
– Asentamiento El Casal, situado sobre el dad de Batán y otros municipios del sur bo-
eje de la Ruta 2 (Zona 2). naerense, se lo reconoce como una zona
industrial. Allí se localizan el Parque Indus-
Como puede observarse en la Figura Nº trial y actividades extractivas mineras como
2, las condiciones más bajas de habitabili- canteras y hornos de ladrillos. En esta direc-
dad se presentan en áreas de las Zonas 3 y ción se han dado radicaciones de población
4. La Ruta 226 presenta situaciones críticas mediante sistemas de condominio de parce-
en barrios próximos al ejido urbano, los las rurales, intervenciones que generan sue-
cuales conforman asentamientos espontá- lo urbano de bajo precio, adquirido por gru-
neos y sumamente precarios con severos pos de escasos recursos (Bonavena, 2002).
conflictos sociales y problemas con el régi- Asimismo, se ubicaron diferentes sitios de
men de tenencia de la tierra (ocupación en disposición final de residuos provenientes
tierras fiscales o privadas). También se des- de Mar del Plata, depositados sin tratamien-
tacan asentamientos dispersos vinculados a to y a cielo abierto. En las inmediaciones
la agricultura intensiva (horticultura), lleva- del actual predio se presentan asentamien-
da a cabo en su mayor parte por migrantes tos de extrema precariedad que viven de “la
de países limítrofes, población vulnerable basura” (Riviere y Celemín, 2006). Sobre las
que desarrolla la actividad en condiciones avenidas Mario Bravo y Tetamanti, se han
de alta precariedad y que se halla expuesta instalado asentamientos que se destacan por
permanentemente a diversas situaciones de su condición de precariedad y alta vulnera-
riesgos, en especial derivados del uso inade- bilidad socioambiental.

Figura Nº 3 Figura Nº 4
MAPA CLUSTER MAPA DE SIGNIFICANCIA

Fuente: Elaboración propia. Fuente: Elaboración propia.


142 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE

La aplicación de la autocorrelación espa- efectuar “un recorte” de la realidad que per-


cial produjo como resultado una I de Moran mitió identificar importantes contrastes terri-
de 0.4252, es decir un valor positivo medio- toriales entre sectores con buenas condicio-
bajo. Asimismo, a partir del empleo de LISA nes de habitabilidad (costeros, Sierra de los
se obtuvo una ampliación destacable de la Padres, barrios situados al norte cercanos al
aproximación analítica por medio de la ela- ejido urbano) y zonas con severas proble-
boración de dos nuevos productos cartográ- máticas socioambientales en casi todos los
ficos: el mapa de clusters o agrupamientos espacios restantes.
(Figura Nº 3) y el mapa de significancia que
descomponen el índice de autocorrelación La distribución de las condiciones de ha-
(Figura Nº 4). bitabilidad en el periurbano responde a una
dinámica propia y diferente a la presente en
Ambos mapas enseñan coincidencias es- los espacios urbanos y rurales pero que no
paciales en sus resultados ya que los radios puede ser entendida sin estos últimos. En
costeros de la Zona 5 y los limítrofes con la este sentido, las metodologías de construc-
ciudad de Mar del Plata de las Zonas 1 y 2 ción de índices asumen ciertos niveles de
son aquellos que presentan un cluster de abstracción ya que su capacidad de síntesis
agrupación alto-alto ( high-high ). Asimismo, excede la explicación de los procesos que
son los mismos que presentan un valor p de tienen lugar en dichas áreas, por lo que se
0,001, es decir, que solo un caso cada constituyen en una primera aproximación
1.000 respondería a una configuración espa- en el estudio del tema. No obstante ello,
cial aleatoria. Por otra parte, un radio exten- aparecen como herramientas válidas para
so de la Zona 3 responde al cluster bajo- estudiar la distribución espacial de las varia-
bajo ( low-low) con un nivel de significancia bles seleccionadas y visualizar rápidamente
del 5%. El resto de las unidades considera- la relación entre el hábitat y el habitar en
das responde a situaciones mixtas (high-low, cada unidad de análisis.
low-high ) y la mayoría presenta valores no
significativos, representados con el color En relación a las variables e indicadores
blanco que se establece, por ahora, en luga- analizados, se asume que los mismos son
res de mezcla en las condiciones evaluadas restringidos para definir las condiciones de
a través del índice, sin un patrón definido habitabilidad en especial porque no incor-
de vecindad positiva o negativa en la simili- poran aspectos subjetivos del habitar. A par-
tud de sus características (Lucero y Celemín, tir de esta consideración, el trabajo plantea
2008: 100). una apertura al análisis y construcción de
nuevos indicadores que permitan evaluar la
Consideraciones finales complejidad del periurbano y las necesida-
des de la población que lo habita.
El análisis territorial de las condiciones
de habitabilidad a partir de la relación esta- El análisis de autocorrelación espacial se
blecida entre el hábitat y el habitar, muestra manifiesta como un medio válido para co-
que el periurbano dista mucho de aproxi- nocer y comprobar la situación de cada uni-
marse a los logros de equidad y bienestar dad espacial en relación con otras entidades
social acordes con los principios de susten- geográficas, y así advertir la configuración
tabilidad, que solo se manifiestan en escasos los procesos socioambientales en el territo-
sectores de la población. rio. Asimismo, su desagregación por medio
del reconocimiento de patrones locales de
La diversidad de situaciones identifica- identificación espacial (LISA), ofrece una
das a partir del ICH, pone en evidencia la manera objetiva, cuantificable y reconocible
heterogeneidad socioterritorial y ambiental en el modelo cartográfico resultante, para
que caracteriza al periurbano. Si bien la captar el momento del proceso de valora-
conformación de este espacio responde a ción de la calidad territorial en que se en-
procesos que se dan en la ciudad, su abor- cuentran los recortes del mosaico periurba-
daje como una unidad independiente acen- no. Es así que se identificaron a algunos
túa las diferenciaciones internas de estas radios costeros y limítrofes con la ciudad de
áreas en expansión. Dicho abordaje implicó Mar del Plata como aquellos que se encuen-
A NÁLISIS TERRITORIAL DE LAS CONDICIONES DE HABITABILIDAD EN EL PERIURBANO 143
DE LA CIUDAD DE MAR DEL PLATA (A RGENTINA), A PARTIR DE LA CONSTRUCCIÓN
DE UN ÍNDICE Y DE LA APLICACIÓN DE MÉTODOS DE ASOCIACIÓN ESPACIAL

tran en la mejor situación de acuerdo al señanza en el campo de la arquitectura. En:


ICH. Sin embargo, predominan valores no Congreso Latinoamericano de Educación Su-
significativos en grandes áreas de la zona de perior en el siglo XXI (San Luis, Argentina,
estudio que responden a situaciones indefi- 18-20 de septiembre de 2003). San Luis: Fa-
nidas, características de los espacios en cultad de Ciencias Humanas, Universidad
transformación. Nacional de San Luis, Argentina, 2003.

En definitiva, la elaboración del ICH y su BONAVENA, H. Uso de suelo y estructu-


posterior representación cartográfica y estu- ra urbana actual del Partido de General
dio espacial, propician el análisis de las di- Pueyrredón y de la ciudad de Mar del Plata.
ferencias territoriales y socioambientales en Ponencia en el marco del Plan Estratégico
las condiciones de habitabilidad resaltando para Mar del Plata, Municipio de General
las áreas de mayor contraste. La aplicación Pueyrredon . Mar del Plata: Municipio de
de esta metodología reviste un gran interés Pueyrredon, 2002.
en el estudio del periurbano de Mar del Pla-
ta ya que favorece la detección de aquellas BOZZANO, H. Territorios reales, territo-
zonas más críticas, conformándose en una rios pensados, territorios posibles: aportes
herramienta útil para minimizar el riesgo para una teoría territorial del ambiente. Bue-
que representa en la gestión la toma de de- nos Aires: Espacio Editorial, 2004.
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