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Ensalada del Castillo Negro

“Viene de la mesa del mismísimo Lord Comandante”, les dijo Bowen Marsh.
Había ensaladas de espinacas, garbanzos y nabiza, y de postre, cuencos de
arándanos helados y natillas. —­juego de tronos

Para 6-8 personas d Preparación: 10 minutos

Mejor acompañada de costillar de cordero (página 42),


arándanos helados con natillas (página 44), cerveza negra

El Muro 27

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La receta original de esta ensalada procede de Forme of Cury, del siglo XIV. Hemos tomado
algunas de las verduras sugeridas y añadido nabizas, uvas pasas y esos garbanzos secos que
se usan como aperitivo. Te animamos a que experimentes con otras combinaciones de verdu-
ras y te recomendamos en particular la acedera y la borraja. Échales un poco de aceite y vina-
gre y una pizca de sal si quieres hacer una rústica ensalada norteña.

Salat. Tómese perejil, salvia, ajos tiernos, cebolletas, lechuga, puerro, espinacas,
borraja, menta, prímulas, violetas, porrettes [cebollinos, cebolletas y puerros jóve-
nes], hinojo y berro, ruda, romero, verdolaga; se enjuaga y se lava todo bien. Se
quitan los tallos. Se corta en pedazos pequeños con las manos y se mezcla todo con
aceite crudo; se añade vinagre y sal, y se sirve.
—forme of cury, siglo xiv

5 tazas de espinacas baby 1 taza de garbanzos secos salados


3 tazas de nabizas (hojas de nabo) Aceite y vinagre al gusto
1 taza de uvas pasas Una pizca de sal

En un cuenco grande combina las hojas, las pasas y los garbanzos. Aliña la ensalada con
aceite, vinagre y sal al gusto y remuévela bien.

28 Festín de hielo y fuego

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Vino caliente
El Viejo Oso era muy maniático en lo relativo al vino especiado: tanta canela,
tanta nuez moscada y tanta miel, ni una gota más. Pasas, bayas y frutos secos,
pero nada de limón, que era la herejía más repugnante del sur . . .
—­choque de reyes

Vino caliente medieval


Para 4 personas d Preparación: 5 minutos
Tiempo de cocción: mínimo 20 minutos

Mejor acompañado de pastel de ternera y beicon (página 71),


uro asado con puerros (página 75), galletas de miel medievales (página 114)

Con esta receta se hace un sustancioso mulled wine, rico en especias. Es denso y fuerte, sin la
dulzura de muchos vinos calientes modernos. Para complacer al Viejo Oso hemos añadido
uvas pasas, arándanos rojos y almendras a la receta del siglo XIV, creando la bebida ideal para
montar guardia en el Muro toda la noche.

Hippocras. Tómense cuatro onzas de canela muy fina, dos onzas de flores de casia
finas, una onza de jengibre de la Meca selecto, una onza de granos del paraíso y la
sexta parte de una onza de nuez moscada y galanga mezcladas. Se machaca todo
junto. Se toma media onza de este polvo y ocho onzas de azúcar (que de esta manera
se hace el polvo dulce) y se mezcla con un cuarto de galón de vino.
—­le viandier de taillevent, siglo xiv

48 Festín de hielo y fuego

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1 botella de vino tinto económico (pueden 1 y ½ cucharadas de poudre douce (página 5)
valer cabernet sauvignon, malbec y pinot Un puñado de arándanos rojos secos, otro
noire) de uvas pasas y otro de almendras

Calienta el vino a fuego lento. Sin parar de remover, agrégale las especias, las almendras,
los arándanos y las pasas. Déjalo al fuego unos 20 minutos removiendo de vez en cuando.
Cuando se deje reposar, la mezcla de especias creará una densa capa que se depositará en el
fondo.
Con un cacillo sirve el vino en tazas grandes u otros recipientes con asas, para evitar que-
marse al cogerlos. Hay que intentar no remover la capa de especias del fondo de la olla.

El Muro 49

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Remolachas salteadas con mantequilla
A falta de otros libros, [Tyrion] empezó a releerlos. La historia de la esclava era la
peor escrita, pero también la más absorbente, y fue la que eligió aquella noche para
acompañar la cena a base de remolachas con mantequilla, guiso frío de pescado y
unas galletas que se podrían usar de armas arrojadizas. —­danza de dragones

Remolachas salteadas con mantequilla al estilo tradicional


Para 4 personas d Asar: 45-60 minutos d Tiempo de cocción: 10 minutos

Mejor acompañadas de costillar de cordero (página 42),


dedos de miel (página 202), vino tinto

Esta sencilla receta saca el máximo partido del sabor y la textura de la remolacha, con el sutil
complemento de la mantequilla y el vinagre. El uso de remolachas de tonos diferentes le da
atractivo visual al plato sin alterar su carácter rústico.

Cuando estén cocidas, se cortan en rodajas. Se pone mantequilla en una cazuela y, cuando esté
fundida, se echa una pizca de harina, una cucharadita de perejil picado y pimenta, y después
las remolachas; cocínese veinte minutos, añádanse unas gotas de vinagre y sírvase.
—­what to eat, and how to cook it, 1863

4-6 remolachas, rojas y blancas si es posible 1 cucharadita de perejil fresco picado


Aceite de oliva Sal y pimienta negra molida
4 cucharadas de mantequilla sin sal Vinagre balsámico

Precalienta el horno a 190o.


Baña ligeramente las remolachas con aceite y envuélvelas por separado en papel de alumi-
nio. Ponlas en una placa de horno y ásalas entre 45 minutos y una hora.

El Norte 65

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Saca las remolachas del horno y déjalas enfriar 10 minutos. Pélalas y córtalas en rodajas
de medio centímetro de grosor.
Funde la mantequilla en una cacerola y añade el perejil, la sal y la pimienta. Agrega las
rodajas de remolacha y remuévelas para que se bañen en mantequilla. Saltéalas de 5 a 10
minutos, rocíalas con un poco de vinagre balsámico y sírvelas.
d Consejo de las cocineras:  Envolver remolachas rojas y blancas en el mismo papel de
aluminio da como resultado un bonito efecto desteñido en las blancas, que adquieren los
tonos de una puesta de sol.

Tortitas de remolacha modernas


Para 4 tortitas d Preparación: 1 hora d Tiempo de cocción: 15 minutos

Mejor acompañadas de huevos escalfados, tostadas con jamón, té negro

66 Festín de hielo y fuego

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Pollo a la miel
“¿Otra vez tienes hambre?”, preguntó. Todavía quedaba medio pollo a la miel en
la mesa. Jon fue a arrancarle un muslo, pero se le ocurrió una idea mejor. Pinchó
la pieza entera y la dejó caer al suelo, entre las piernas. Fantasma la devoró en
un silencio salvaje. —­juego de tronos

Para 3-4 personas d Preparación: 15 minutos


Salsa: 30 minutos d Tiempo de cocción: 1-1 y ½ horas

Mejor acompañado de pan blanco crujiente (página 25),


nabos en mantequilla modernos (página 68), hidromiel

Este plato tiene un aire norteño. Las manzanas, el vinagre, la miel y las frutas del bosque evocan
el cálido salón de banquetes de Invernalia en las gélidas noches de invierno. La salsa adquiere
una consistencia densa y almibarada, y se funde tentadoramente cuando se rocía sobre el pollo
caliente. Las frutas secas absorben la salsa y, cuando llegan al plato, rebosan sabor.

1 pollo entero de unos 2 kilos y medio 1-2 cucharadas de menta, seca o fresca,
2 cucharadas de mantequilla sin sal picada
fundida ½ taza de uvas pasas, cerezas secas,
Sal arándanos rojos, etc.
1 taza de vinagre de sidra 1 cucharada de mantequilla sin sal
2/
3 de taza de miel

El Norte 77

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Precalienta el horno a 230o.
Dale unas palmadas al pollo seco, úntalo con mantequilla y échale sal. Con ello consegui-
rás que la piel quede crujiente y deliciosa. Ásalo durante una hora más o menos, o hasta que
los jugos se liberen cuando cortes la carne del muslo con un cuchillo afilado y el interior de
la pechuga no esté rosa.
Mientras el pollo se asa, mezcla el resto de los ingredientes en un cazo y cocínalos a fuego
lento unos 30 minutos, hasta que las frutas secas hayan engordado y el volumen de la salsa
se haya reducido a la mitad. Cuando el pollo esté hecho, báñalo con la mitad de la salsa y
reserva la otra mitad para servirla aparte.

El Norte 79

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Pasteles de limón
Más tarde se sirvieron empanadas de pichón y criadillas, manzanas asadas que olían a ca-
nela, y pastelillos de limón bañados en azúcar, pero para entonces Sansa estaba tan llena que
apenas pudo comerse dos pastelillos, por mucho que le gustaran. —­juego de tronos

Pasteles de limón isabelinos


Para 36 pasteles pequeños d Preparación: 5 minutos d Horneado: 15 minutos

Mejor acompañados de jabalí asado (página 157), sopa de puerros (página 87),
bebida verde helada a la menta (página 213)

Desembarco del Rey 165

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Estas delicias de limón, a medio camino entre los pasteles y las galletas, son tan adictivas
como fáciles de hacer. Poseen una elegante sencillez y una delicada dulzura que las hace com-
pañeras ideales del té vespertino, tanto en Londres como en Desembarco del Rey.

Lemon Cakes. Media libra de harina, media libra de azúcar refinado, la piel de
dos limones, o de uno grande; tres onzas de mantequilla; tres huevos; la mitad
de claras. Se rompe la mantequilla en la harina y se remueve con un cuchillo. Se
hacen masas del tamaño de un botón de pan de jengibre. Se ralla la piel de limón
y se mezcla con un poco de azúcar. Se untan con mantequilla las planchas. Se
ponen sobre las planchas a dos pulgadas de distancia porque en el horno se ex-
tienden. Dos minutos de horneado son suficientes. —­lucayos cookbook, 1690

2 y ½ tazas de harina, más si se necesita 1 huevo


2 tazas de azúcar 2 yemas de huevo
6 cucharadas de mantequilla sin sal 1/
3 de taza de azúcar glas
La ralladura de 2 limones 1 y ½ cucharaditas de leche

Precalienta el horno a 180o y engrasa una placa grande.


En un cuenco grande mezcla la harina y el azúcar. Añade la mantequilla, el huevo y las
yemas. Mézclalo todo bien, añadiendo más harina si es necesario, hasta que la masa deje de
estar pegajosa y se pueda manipular con facilidad.
Forma bolas de masa de unos 2 centímetros y medio de diámetro y sitúalas en la placa de
horno con una separación de al menos 5 centímetros para que tengan espacio para exten-
derse.
Hornea los pasteles 15 minutos, hasta que las partes superiores se doren ligeramente.
Déjalos reposar un minuto fuera del horno antes de pasarlos a una rejilla.
Mezcla el azúcar glas y la leche hasta conseguir una crema de consistencia suave. Echa este
glaseado sobre los pasteles con una cuchara cuando se hayan enfriado.

166 Festín de hielo y fuego

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Bebida verde helada a la menta
Las esclavas corrían de lado a lado y pasaban de la luz a la sombra con frascas de
vino, cerveza y una bebida verde helada que olía a menta. A aquella hora de la ma-
ñana solo estaba ocupada una mesa de cada veinte. —­danza de dragones

Bebida verde helada a la menta tradicional


Para 4 personas d Preparación: 5 minutos d Enfriar: de 2 horas a 1 noche

Mejor acompañada del desayuno de Meereen (página 193),


galletas de avena saladas (página 55), palitos de pescado (página 120)

Esta singular y sabrosa bebida es una versión más animada del tradicional té verde. Su dul-
zura y la refrescante menta son ideales para climas y días calurosos o simplemente para
cuando necesites un rico reconstituyente.

½ cucharada de té verde matcha 1 taza de hojas de menta fresca


4 tazas de agua hirviendo 4 tallos pequeños de hierba limón para
¼ de taza de miel o al gusto adornar

Echa el té suelto y el agua hirviendo en una tetera de un litro o litro y medio y déjalo re-
posar dos minutos. Echa miel a tu gusto y después las hojas de menta, y déjalo de 3 a 4 mi-
nutos más. Una vez terminado el proceso de infusión, puedes servir el té caliente en vasos
pequeños o dejar que se enfríe unas horas. Adórnalo con unos tallitos de hierba limón.
d Consejo de las cocineras:  Esta receta están inspirada en el tradicional té a la menta
marroquí, pero lo hemos retocado un poco para hacerlo más verde mediante el uso de té
verde matcha en polvo. Este té, hecho con hojas molidas, se usa en la antiquísima ceremonia
japonesa del té desde que un monje budista zen chino lo llevó a Japón, en 1191.

Más allá del mar Angosto 213

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