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a).- Autoría
El autor del evangelio es Juan, el hijo del Zebedeo. Esto por crítica externa y por
crítica histórica, aunque por crítica interna aparezca como obra anónima.
Desde el punto de vista de la crítica externa, a partir de san Ireneo (fines del siglo II)
se va imponiendo de forma rotunda la autoría joánica. Pero los argumentos que llevan a
esa unanimidad son menos claros.
Con todo, el conjunto de datos apunta todavía a Juan, el hijo de Zebedeo y hermano
de Santiago, como el más firme candidato a la autoría del evangelio. Pero hay que tener
también en cuenta la progresiva elaboración de este evangelio, lo cual haría más difícil
situar la figura de Juan en los diversos niveles de la redacción.
Por crítica interna está claro que el evangelio se presenta como obra anónima. Pero
la crítica histórica sigue interesada en descifrar el enigma del autor. De nuevo, el
candidato más probable es Juan el hijo de Zebedeo.
Otro dato importante: la obra se presenta como un testimonio apostólico sobre
Jesús. Ese es el sentido de 21,24 y 20,30-31. El énfasis se pone en “lo que está escrito”.
Por otra parte, el verdadero garante de la autenticidad del testimonio es el Espíritu.
En ese sentido, el Paráclito es el autor fundamental del evangelio de Juan.
52. Contiene Jn 18,31-33 (por el anverso) y 18,37-38 (por el reverso). Está fechado en la
primera mitad del siglo II; así que por el año 140 el evangelio era conocido en Egipto.
Existe también el llamado papiro “Egerton 2”, que fue datado alrededor del año 150. Su
descubrimiento en Egipto corrobora que Juan era conocido y utilizado allí hacia mediados
del siglo II.
Por lo tanto, Juan ya sería conocido hacia el año 125. Por otra parte, parece que el
evangelio de Juan no pudo ser escrito (en su redacción definitiva) antes de la ruptura
definitiva entre el judaísmo y el cristianismo (hacia los años 85-95. Asamblea de Yamnia).
Habrá que situar entonces la redacción del evangelio hacia los años 90-100.
2.- Exponga brevemente la estructura del evangelio de Juan, indicando los temas
relevantes en la misma y cuál es la intención teológica de cada tema, mencione por
lo menos:
a).- Estructura
F. J. Moloney da la siguiente propuesta para la estructura del evangelio:
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b).- Cristología
- El hijo del hombre. Este título manifiesta una dependencia de Juan respecto a los
sinópticos. El trasfondo está en Dan 7, que habla de entronización y juicio. El
término sólo se encuentra en labios de Jesús. En Juan hay que distinguir entre el uso
de “Hijo del hombre” y de “Hijo”. Lo más característico del hijo del hombre es su
elevación y glorificación.
- El Hijo y el Padre. Una característica en Juan es que él multiplica el empleo de las
palabras “Padre” (más de 100 veces) e “Hijo” (29 veces) para indicar esa
dependencia mutua. Juan revela la grandeza del hijo, pero conserva fórmulas que
manifiestan la total dependencia del hijo respecto al Padre. Entre el Padre y el hijo
hay una verdadera unidad de naturaleza. 10,30: “El Padre y yo somos uno”.
- Yo soy. Puede tratarse de una fórmula de reconocimiento, pero puede tener un valor
epifánico. A veces aparece con atributos, a veces en forma absoluta, y hace pensar en
la revelación de Dios a Moisés (Jn 8,58).
- El Cordero de Dios.
Juan relata dos veces la presentación que hace el Bautista de Jesús a sus discípulos:
“Este es el cordero de Dios que quita (o lleva) el pecado del mundo”. Esa palabra “cordero”
puede ser una alusión al “siervo de Yahvé” de Isaías, el cual carga el pecado y es como
cordero llevado a degollar. Pero también la figura del cordero pascual ocupa un lugar
importante en el NT.
De hecho, el relato de la pasión concluye con un cita que alude al ritual del cordero
pascual (19,36): “no le quebrarán hueso alguno...”. Y Jesús muere a la hora en que en el
templo se inmolaban los corderos, la víspera de la pascua.
El texto de Juan no significa tanto que Cristo lleve sobre sí el pecado del mundo, como
el siervo de Yahvé. El verbo “airein” puede significar “quitar”. Por eso, más bien, Cristo
quita el pecado del mundo como cordero de pascua.
El letrero en la cruz en tres lenguas (19,20) subraya el alcance universal de la salvación
conseguida por Jesús.
Pero Juan une los dos aspectos del misterio pascual, sobre todo con el uso de los verbos
“levantar” (hypsoun) y “glorificar” (doxazo), para referirse a esas dos realidades.Ya no se
puede ver la cruz como un fracaso provisional, sino que es el signo del amor divino.
Para Juan, la hora de Jesús es la de la plenitud de la revelación, es la hora en que aparece
plenamente la voluntad del Padre de dar a su Hijo para la vida del mundo (3,16). El amor
de Cristo aparece al inicio del libro de la hora (o de la gloria). Por eso, todo el relato de la
pasión debe verse desde la perspectiva del amor victorioso.
d).- El Espíritu
Tres conceptos: El Espíritu Santo, el Espíritu de verdad, el Paráclito.
Juan es el evangelista que concede mayor espacio al Espíritu. Sólo Lucas es comparable
a él.
Hay que dividir los textos sobre el Espíritu en dos grupos: los que hablan del Espíritu
Santo, según la terminología común, y los relativos al Paráclito.
El Paráclito
Los discursos de despedida se inscriben en el género literario de “los testamentos”. En
los discursos de despedida aparece el tema del mandamiento nuevo del amor mutuo y
también la promesa del Paráclito.
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e).- La Escatología
Conviene confrontar Jn y los sinópticos: en Jn parece prevalecer una escatología
realizada, y en los sinópticos una escatología futurista.
El puesto central de la fe
La insistencia en el tiempo presente como tiempo de decisión está acompañada por una
gran concentración en el tema del acto de fe.
Juan evita el término “pistis” (fe) y prefiere el verbo “pisteuein” (creer), construido
muchas veces con la preposición “eis”, que indica movimiento (hacia Cristo).
D. Mollat dice: “la fe es para Juan el principio y el corazón de la existencia cristiana”.
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b).- En los 7 signos conservados por Juan: Jn 2,1-11 (La boda de Caná); 4,46-54
(curación del hijo del funcionario real); 5,1-18 (curación del paralítico de la piscina
probática); 6,1-15 (la multiplicación de los panes); 6,16-21 (Jesús camina sobre las
aguas); 9,1-41 (curación del ciego de nacimiento); 11,1-54 (la resurrección de Lázaro).
c).- En las 7 escenas de la pasión, las que se refieren a la comparecencia ante Pilato
(18,28-19,16), propuestas en forma concéntrica:
Introducción 18,28 Los personajes y el lugar
a 1ª escena 18,29-32 Pilato salió
b 2ª escena 18,33-38ª Pilato entró
c 3ª escena 18,38b-40 Pilato salió
d 4ª escena 19,1-3 Flagelación y coronación de espinas
c’ 5ª escena 19,4-7 Pilato sale
b’ 6ª escena 19,8-12 Pilato entró
a’ 7ª escena 19,13-15 Pilato conduce fuera a Jesús
Conclusión 19,16 Jesús es condenado a muerte
d).- En los 7 complementos al “yo soy”: el pan de vida (6,35.41.48.51), la luz del mundo
(8,12), la puerta de las ovejas (10,7.9), el buen pastor (10,11.14), la resurrección y la
vida (11,25), el camino, la verdad y la vida (14,6), la vid verdadera (15,1.5).
El número 3 se encuentra:
a).- En los tres personajes que se encuentran con Jesús con diversas actitudes respecto a
su fe:
-Nicodemo y la fe a partir de los signos 3,1-21
-La samaritana y la fe en la palabra 4,1-42
-El funcionario real que cree, junto con su familia 4,46-54
b).- En el letrero de la cruz, escrito en hebreo, latín y griego: 19,19-22
c).- En las tres negaciones de Pedro (18,17.25.26-27) y en sus tres profesiones de amor a
Jesús (21,15-17).
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Por contraste, eran 6 las tinajas de piedra que servían para las purificaciones de los
judíos (2,6), símbolo de imperfección, pues de verdad que “de su plenitud hemos recibido
todos gracia por gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad
nos han llegado por Jesucristo” (1,16-17).
Orientaciones bibliográficas:
BLANK, JOSEF, El evangelio según San Juan (El Nuevo Testamento y su mensaje; 4
vols., Herder: Barcelona, 1979-1984).
BOISMARD, MARIE-ÈMILE, “El Apocalipsis de Juan,” Introducción Crítica al Nuevo
Testamento (A. George y P. Grelot, eds., vol. II; Herder: Barcelona, 1983)
127-166.
BROWN, RAYMOND E., El evangelio según Juan (2 vols., Cristiandad: Madrid, 1979).
BROWN, RAYMOND E., La comunidad del discípulo amado (Sígueme: Salamanca, 1982).
CASTRO SÁNCHEZ, SECUNDINO, Evangelio de Juan. Comprensión exegético-existencial
(Biblioteca de Teología Comillas 2, Desclée de Brouwer: Bilbao, 2002).
CERFAUX, L., CAMBIER, J., El Apocalipsis de San Juan leído a los cristianos (Actualidad
Bíblica 9, Fax: Madrid, 1968).
COTHENET, E., “El cuarto evangelio,” Introducción Crítica al Nuevo Testamento (A.
George y P. Grelot, eds., vol. II; Herder: Barcelona, 1983) 201-377.
COTHENET, E., DUSSAUT, L., LE FORT, P., PRIGENT, P., Escritos de Juan y Carta a los
Hebreos (Introducción a la lectura de la Biblia 10; Cristiandad: Madrid,
1985).
DODD, C. H., Interpretación del cuarto evangelio (Cristiandad: Madrid, 1978).
EQUIPO «CAHIERS EVANGILE», El Apocalipsis (Cuadernos Bíblicos 9; Verbo Divino:
Estella, 1982).
GUILLET, JACQUES, Jesucristo en el evangelio de Juan (Cuadernos Bíblicos 31; Verbo
Divino: Estella, 1986).
JAUBERT, ANNIE, El Evangelio según San Juan (Cuadernos Bíblicos 17; Verbo Divino:
Estella, 1987).
LÉON-DUFOUR, XAVIER, Lectura del evangelio de Juan (Sígueme: Salamanca; 4 vols.,
1990, 1992, 1995, 1998).
MATEOS, J., BARRETO, J., El evangelio de Juan. Análisis lingüístico y comentario
exegético (Cristiandad: Madrid, 1979).
MOLONEY, FRANCIS J., El evangelio de Juan (Estella: Verbo Divino, 2005).
SCHICK, E., El Apocalipsis (Herder: Barcelona, 1978).
SCHNACKENBURG, R. El evangelio según San Juan (3 vols., Herder: Barcelona, 1980).
TUÑÍ, J. O., ALEGRE, X., Escritos Joánicos y Cartas Católicas (Introducción al estudio
de la Biblia 8; Verbo Divino: Estella, 1995).
VANNI, UGO, Apocalipsis (Verbo Divino: Estella, 1982).
WIKENHAUSER, ALFRED, El evangelio según San Juan (Herder: Barcelona, 1972).
WIKENHAUSER, ALFRED, El Apocalipsis de San Juan (Herder: Barcelona, 1969).
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a).- Autoría
b).- ¿Quién es el discípulo amado?
c).- Fecha de redacción
d).- Contexto y pretexto de la redacción del texto
e).- Público o comunidades a las que va dirigido
2.- Exponga brevemente la estructura del evangelio de Juan, indicando los temas
relevantes en la misma y cuál es la intención teológica de cada tema, mencione por
lo menos:
a).- Estructura
b).- Cristología
c).- El Verbo encarnado
d).- El Espíritu
e).- La Escatología
Orientaciones bibliográficas:
BLANK, JOSEF, El evangelio según San Juan (El Nuevo Testamento y su mensaje; 4
vols., Herder: Barcelona, 1979-1984).
BOISMARD, MARIE-ÈMILE, “El Apocalipsis de Juan,” Introducción Crítica al Nuevo
Testamento (A. George y P. Grelot, eds., vol. II; Herder: Barcelona, 1983)
127-166.
BROWN, RAYMOND E., El evangelio según Juan (2 vols., Cristiandad: Madrid, 1979).
BROWN, RAYMOND E., La comunidad del discípulo amado (Sígueme: Salamanca, 1982).
CASTRO SÁNCHEZ, SECUNDINO, Evangelio de Juan. Comprensión exegético-existencial
(Biblioteca de Teología Comillas 2, Desclée de Brouwer: Bilbao, 2002).
CERFAUX, L., CAMBIER, J., El Apocalipsis de San Juan leído a los cristianos (Actualidad
Bíblica 9, Fax: Madrid, 1968).
COTHENET, E., “El cuarto evangelio,” Introducción Crítica al Nuevo Testamento (A.
George y P. Grelot, eds., vol. II; Herder: Barcelona, 1983) 201-377.
COTHENET, E., DUSSAUT, L., LE FORT, P., PRIGENT, P., Escritos de Juan y Carta a los
Hebreos (Introducción a la lectura de la Biblia 10; Cristiandad: Madrid,
1985).
DODD, C. H., Interpretación del cuarto evangelio (Cristiandad: Madrid, 1978).
EQUIPO «CAHIERS EVANGILE», El Apocalipsis (Cuadernos Bíblicos 9; Verbo Divino:
Estella, 1982).
GUILLET, JACQUES, Jesucristo en el evangelio de Juan (Cuadernos Bíblicos 31; Verbo
Divino: Estella, 1986).
JAUBERT, ANNIE, El Evangelio según San Juan (Cuadernos Bíblicos 17; Verbo Divino:
Estella, 1987).
LÉON-DUFOUR, XAVIER, Lectura del evangelio de Juan (Sígueme: Salamanca; 4 vols.,
1990, 1992, 1995, 1998).
MATEOS, J., BARRETO, J., El evangelio de Juan. Análisis lingüístico y comentario
exegético (Cristiandad: Madrid, 1979).
MOLONEY, FRANCIS J., El evangelio de Juan (Estella: Verbo Divino, 2005).
SCHICK, E., El Apocalipsis (Herder: Barcelona, 1978).
SCHNACKENBURG, R. El evangelio según San Juan (3 vols., Herder: Barcelona, 1980).
TUÑÍ, J. O., ALEGRE, X., Escritos Joánicos y Cartas Católicas (Introducción al estudio
de la Biblia 8; Verbo Divino: Estella, 1995).
VANNI, UGO, Apocalipsis (Verbo Divino: Estella, 1982).
WIKENHAUSER, ALFRED, El evangelio según San Juan (Herder: Barcelona, 1972).
WIKENHAUSER, ALFRED, El Apocalipsis de San Juan (Herder: Barcelona, 1969).
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2.- Exponga brevemente la estructura del evangelio de Juan, indicando los temas
relevantes en la misma y cuál es la intención teológica de cada tema, mencione por
lo menos:
a).- Estructura
Cf. COTHENET, E., “El cuarto evangelio,” Introducción Crítica al Nuevo Testamento
(A. George y P. Grelot, eds., vol. II, Herder: Barcelona, 1983) 238-239.
b).- Cristología
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Considerar: 1.- La persona de Jesús (su humanidad, los títulos que se le atribuyen. Jesús
es el profeta, el “Hijo del Hombre”, el Hijo de Dios); 2.- El salvador del mundo (El
cordero de Dios).
El prólogo se asemeja a Ecclo 24, donde aparece el templo como la residencia fijada por
Dios para la sabiduría (Ecclo 24,10). Ahora es la carne de Cristo el lugar elegido por el
Verbo para derramar los beneficios divinos.
Hay que notar tres aspectos del Logos:
- Preexistencia. El prólogo constituye, junto con los himnos paulinos, el testimonio del
NT más elocuente sobre la preexistencia eterna de Cristo al lado del Padre.
- Universalismo. Juan afirma que todo ha sido creado por el Logos. Pero dice también
que el Verbo brilla para todos los hombres. La acción del Verbo sobrepasa en el
tiempo y en el espacio los límites de la encarnación redentora.
- La encarnación. El v. 14 del prólogo subraya el realismo de la encarnación y pone
luego una confesión de fe: “Hemos visto su gloria”. Juan no contrapone ley y gracia,
sino que ve en el don de la ley una primera revelación (y gracia).
d).- El Espíritu
Tres conceptos: El Espíritu Santo, el Espíritu de verdad, el Paráclito.
Juan es el evangelista que concede mayor espacio al Espíritu. Sólo Lucas es comparable
a él.
Hay que dividir los textos sobre el Espíritu en dos grupos: los que hablan del Espíritu
Santo, según la terminología común, y los relativos al Paráclito.
Promesa y don del Espíritu Santo
En Juan, como en los sinópticos, está el anuncio que hace el Bautista del bautismo en el
Espíritu (Jn 1,33). El tema bautismal reaparece en Jn 3 (diálogo con Nicodemo).
Jesús promete a la samaritana el agua viva: se trata de la palabra de revelación, pero
también del Espíritu. Y la adoración en Espíritu y en verdad es consecuencia de la venida
del Espíritu.
Un texto clave es Jn 7: don del Espíritu asociado a la glorificación de Jesús. También es
importante Jn 19,30: “Jesús entregó el Espíritu”.
El Paráclito
Los discursos de despedida se inscriben en el género literario de “los testamentos”. En
los discursos de despedida aparece el tema del mandamiento nuevo del amor mutuo y
también la promesa del Paráclito.
Significado y origen del término Paráclito
Paráclito significa defensor, intercesor, consolador (ad-vocatus). El Espíritu Santo es el
Espíritu de la verdad, el Paráclito.
Actividad del Paráclito
La actividad del Paráclito es doble: conocimiento y testimonio: enseñar, hacer recordar,
conducir a la verdad, anunciar, dar testimonio, convencer (16,8: “convencerá...”). La
intervención del Paráclito es particularmente necesaria para sostener a los fieles en la
persecución (tema también presente en los sinópticos).
En la fuente de la misión del Paráclito
El Espíritu es un don de Dios, ya que procede del Padre. Su misión está condicionada a
la oración de Cristo y su glorificación. El Padre envía al Espíritu en nombre de Cristo (y en
eso se asemeja Cristo al Espíritu, en cuanto que uno y otro son enviados). Decimos en el
Credo: “Creo en el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo”.
e).- La Escatología
Confrontar Jn y los sinópticos. Escatología realizada y escatología futurista.
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b).- Cristología
Considerar: 1.- La persona de Jesús (su humanidad, los títulos que se le atribuyen. Jesús
es el profeta, el “Hijo del Hombre”, el Hijo de Dios); 2.- El salvador del mundo (El
cordero de Dios).
Cf. COTHENET, E., DUSSAUT, L., LE FORT, P., PRIGENT, P., Escritos de Juan y
Carta a los Hebreos (Introducción a la lectura de la Biblia 10, Cristiandad: Madrid,
1985) 92-99 y 102-106.
d).- El Espíritu
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e).- La Escatología
Confrontar Jn y los sinópticos. Escatología realizada y escatología futurista.
Cf. COTHENET, E., “El cuarto evangelio,” Introducción Crítica al Nuevo Testamento
(A. George y P. Grelot, eds., vol. II, Herder: Barcelona, 1983) 336-340.
b).- En los 7 signos conservados por Juan: Jn 2,1-11 (La boda de Caná); 4,46-54
(curación del hijo del funcionario real); 5,1-18 (curación del paralítico de la piscina
probática); 6,1-15 (la multiplicación de los panes); 6,16-21 (Jesús camina sobre las
aguas); 9,1-41 (curación del ciego de nacimiento); 11,1-54 (la resurrección de Lázaro).
c).- En las 7 escenas de la pasión, las que se refieren a la comparecencia ante Pilato
(18,28-19,16), propuestas en forma concéntrica:
Introducción 18,28 Los personajes y el lugar
a 1ª escena 18,29-32 Pilato salió
b 2ª escena 18,33-38ª Pilato entró
c 3ª escena 18,38b-40 Pilato salió
d 4ª escena 19,1-3 Flagelación y coronación de espinas
c’ 5ª escena 19,4-7 Pilato sale
b’ 6ª escena 19,8-12 Pilato entró
a’ 7ª escena 19,13-15 Pilato conduce fuera a Jesús
Conclusión 19,16 Jesús es condenado a muerte
El número 3 se encuentra:
a).- En los tres personajes que se encuentran con Jesús con diversas actitudes respecto a
su fe:
-Nicodemo y la fe a partir de los signos 3,1-21
19
Por contraste, eran 6 las tinajas de piedra que servían para las purificaciones de los
judíos (2,6), símbolo de imperfección, pues de verdad que “de su plenitud hemos
recibido todos gracia por gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y
la verdad nos han llegado por Jesucristo” (1,16-17).
Orientaciones bibliográficas:
BLANK, JOSEF, El evangelio según San Juan (El Nuevo Testamento y su mensaje; 4
vols., Herder: Barcelona, 1979-1984).
BOISMARD, MARIE-ÈMILE, “El Apocalipsis de Juan,” Introducción Crítica al Nuevo
Testamento (A. George y P. Grelot, eds., vol. II; Herder: Barcelona, 1983)
127-166.
BROWN, RAYMOND E., El evangelio según Juan (2 vols., Cristiandad: Madrid, 1979).
BROWN, RAYMOND E., La comunidad del discípulo amado (Sígueme: Salamanca, 1982).
CASTRO SÁNCHEZ, SECUNDINO, Evangelio de Juan. Comprensión exegético-existencial
(Biblioteca de Teología Comillas 2, Desclée de Brouwer: Bilbao, 2002).
CERFAUX, L., CAMBIER, J., El Apocalipsis de San Juan leído a los cristianos (Actualidad
Bíblica 9, Fax: Madrid, 1968).
COTHENET, E., “El cuarto evangelio,” Introducción Crítica al Nuevo Testamento (A.
George y P. Grelot, eds., vol. II; Herder: Barcelona, 1983) 201-377.
COTHENET, E., DUSSAUT, L., LE FORT, P., PRIGENT, P., Escritos de Juan y Carta a los
Hebreos (Introducción a la lectura de la Biblia 10; Cristiandad: Madrid,
1985).
DODD, C. H., Interpretación del cuarto evangelio (Cristiandad: Madrid, 1978).
EQUIPO «CAHIERS EVANGILE», El Apocalipsis (Cuadernos Bíblicos 9; Verbo Divino:
Estella, 1982).
GUILLET, JACQUES, Jesucristo en el evangelio de Juan (Cuadernos Bíblicos 31; Verbo
Divino: Estella, 1986).
JAUBERT, ANNIE, El Evangelio según San Juan (Cuadernos Bíblicos 17; Verbo Divino:
Estella, 1987).
LÉON-DUFOUR, XAVIER, Lectura del evangelio de Juan (Sígueme: Salamanca; 4 vols.,
1990, 1992, 1995, 1998).
MATEOS, J., BARRETO, J., El evangelio de Juan. Análisis lingüístico y comentario
exegético (Cristiandad: Madrid, 1979).
MOLONEY, FRANCIS J., El evangelio de Juan (Estella: Verbo Divino, 2005).
SCHICK, E., El Apocalipsis (Herder: Barcelona, 1978).
SCHNACKENBURG, R. El evangelio según San Juan (3 vols., Herder: Barcelona, 1980).
TUÑÍ, J. O., ALEGRE, X., Escritos Joánicos y Cartas Católicas (Introducción al estudio
de la Biblia 8; Verbo Divino: Estella, 1995).
VANNI, UGO, Apocalipsis (Verbo Divino: Estella, 1982).
WIKENHAUSER, ALFRED, El evangelio según San Juan (Herder: Barcelona, 1972).
WIKENHAUSER, ALFRED, El Apocalipsis de San Juan (Herder: Barcelona, 1969).
Existe también el llamado papiro “Egerton 2”, que fue datado alrededor del año 150. Su
descubrimiento en Egipto corrobora que Juan era conocido y utilizado allí hacia mediados
del siglo II.
Por lo tanto, Juan ya sería conocido hacia el año 125. Por otra parte, parece que el
evangelio de Juan no pudo ser escrito (en su redacción definitiva) antes de la ruptura
definitiva entre el judaísmo y el cristianismo (hacia los años 85-95. Asamblea de Yamnia).
Habrá que situar entonces la redacción del evangelio hacia los años 90-100.
2.- Exponga brevemente la estructura del evangelio de Juan, indicando los temas
relevantes en la misma y cuál es la intención teológica de cada tema, mencione por
lo menos:
a).- Estructura
b).- Cristología
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Considerar: 1.- La persona de Jesús (su humanidad, los títulos que se le atribuyen. Jesús
es el profeta, el “Hijo del Hombre”, el Hijo de Dios); 2.- El salvador del mundo (El
cordero de Dios).
Juan ignora los temas fundamentales de la tradición sinóptica. Falta, por ejemplo, el
tema de la conversión o el tema del reino. La salvación entonces ¿es sólo conocimiento?
¿Hay espacio en Juan para el tema de la salvación mediante la expiación del pecado?
Parece que sí (y la salvación no se quedaría en una gnosis).
El título de “salvador” aparece una vez, en la confesión de los samaritanos. El verbo
“salvar” sí aparece varias veces para designar la obra de Jesús a favor del mundo pecador.
Ese verbo está en oposición al verbo “juzgar”.
La salvación consiste para el creyente en verse asociado a la vida del Hijo en su unión
con el Padre.
El mal por excelencia, del que Cristo libera, no es sólo la ignorancia, sino el pecado.
Juan tiene en cuenta esencialmente el pecado de incredulidad, pero no pierde de vista el
aspecto moral. De ese pecado el hombre está esclavizado (8,34) y sufre la tiranía del padre
de la mentira (8,44).
- El Cordero de Dios.
Juan relata dos veces la presentación que hace el Bautista de Jesús a sus discípulos:
“Este es el cordero de Dios que quita (o lleva) el pecado del mundo”. Esa palabra “cordero”
puede ser una alusión al “siervo de Yahvé” de Isaías, el cual carga el pecado y es como
cordero llevado a degollar. Pero también la figura del cordero pascual ocupa un lugar
importante en el NT.
De hecho, el relato de la pasión concluye con un cita que alude al ritual del cordero
pascual (19,36): “no le quebrarán hueso alguno...”. Y Jesús muere a la hora en que en el
templo se inmolaban los corderos, la víspera de la pascua.
El texto de Juan no significa tanto que Cristo lleve sobre sí el pecado del mundo, como
el siervo de Yahvé. El verbo “airein” puede significar “quitar”. Por eso, más bien, Cristo
quita el pecado del mundo como cordero de pascua.
El letrero en la cruz en tres lenguas (19,20) subraya el alcance universal de la salvación
conseguida por Jesús.
- La cruz como revelación del amor de Dios
El kerygma primitivo separaba la humillación de la cruz y la glorificación de la pascua
(1 Cor 15; Flp 2,6-11); atenuaba el escándalo de la cruz con la gloria de la resurrección.
Pero Juan une los dos aspectos del misterio pascual, sobre todo con el uso de los verbos
“levantar” (hypsoun) y “glorificar” (doxazo), para referirse a esas dos realidades.
Ya no se puede ver la cruz como un fracaso provisional, sino que es el signo del amor
divino.
Para Juan, la hora de Jesús es la de la plenitud de la revelación, es la hora en que aparece
plenamente la voluntad del Padre de dar a su Hijo para la vida del mundo (3,16).
El amor de Cristo aparece al inicio del libro de la hora. Por eso, todo el relato de la
pasión debe verse desde la perspectiva del ágape victorioso.
El prólogo se asemeja a Ecclo 24, donde aparece el templo como la residencia fijada por
Dios para la sabiduría (Ecclo 24,10). Ahora es la carne de Cristo el lugar elegido por el
Verbo para derramar los beneficios divinos.
Hay que notar tres aspectos del Logos:
- Preexistencia. El prólogo constituye, junto con los himnos paulinos, el testimonio del
NT más elocuente sobre la preexistencia eterna de Cristo al lado del Padre.
- Universalismo. Juan afirma que todo ha sido creado por el Logos. Pero dice también
que el Verbo brilla para todos los hombres. La acción del Verbo sobrepasa en el
tiempo y en el espacio los límites de la encarnación redentora.
- La encarnación. El v. 14 del prólogo subraya el realismo de la encarnación y pone
luego una confesión de fe: “Hemos visto su gloria”. Juan no contrapone ley y gracia,
sino que ve en el don de la ley una primera revelación (y gracia).
d).- El Espíritu
Tres conceptos: El Espíritu Santo, el Espíritu de verdad, el Paráclito.
Juan es el evangelista que concede mayor espacio al Espíritu. Sólo Lucas es comparable
a él.
Hay que dividir los textos sobre el Espíritu en dos grupos: los que hablan del Espíritu
Santo, según la terminología común, y los relativos al Paráclito.
Promesa y don del Espíritu Santo
En Juan, como en los sinópticos, está el anuncio que hace el Bautista del bautismo en el
Espíritu (Jn 1,33). El tema bautismal reaparece en Jn 3 (diálogo con Nicodemo).
Jesús promete a la samaritana el agua viva: se trata de la palabra de revelación, pero
también del Espíritu. Y la adoración en Espíritu y en verdad es consecuencia de la venida
del Espíritu.
Un texto clave es Jn 7: don del Espíritu asociado a la glorificación de Jesús. También es
importante Jn 19,30: “Jesús entregó el Espíritu”.
El Paráclito
Los discursos de despedida se inscriben en el género literario de “los testamentos”. En
los discursos de despedida aparece el tema del mandamiento nuevo del amor mutuo y
también la promesa del Paráclito.
Significado y origen del término Paráclito
Paráclito significa defensor, intercesor, consolador (ad-vocatus). El Espíritu Santo es el
Espíritu de la verdad, el Paráclito.
Actividad del Paráclito
La actividad del Paráclito es doble: conocimiento y testimonio: enseñar, hacer recordar,
conducir a la verdad, anunciar, dar testimonio, convencer (16,8: “convencerá...”). La
intervención del Paráclito es particularmente necesaria para sostener a los fieles en la
persecución (tema también presente en los sinópticos).
En la fuente de la misión del Paráclito
El Espíritu es un don de Dios, ya que procede del Padre. Su misión está condicionada a
la oración de Cristo y su glorificación. El Padre envía al Espíritu en nombre de Cristo (y en
eso se asemeja Cristo al Espíritu, en cuanto que uno y otro son enviados). Decimos en el
Credo: “Creo en el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo”.
e).- La Escatología
Confrontar Jn y los sinópticos. Escatología realizada y escatología futurista.
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