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SAN JUAN Y EL APOCALIPSIS


Universidad Pontificia de México
Síntesis Teológica. Julio del 2010

1.- Mencione los siguientes puntos sobre el evangelio de San Juan:

a).- Autoría
El autor del evangelio es Juan, el hijo del Zebedeo. Esto por crítica externa y por
crítica histórica, aunque por crítica interna aparezca como obra anónima.
Desde el punto de vista de la crítica externa, a partir de san Ireneo (fines del siglo II)
se va imponiendo de forma rotunda la autoría joánica. Pero los argumentos que llevan a
esa unanimidad son menos claros.
Con todo, el conjunto de datos apunta todavía a Juan, el hijo de Zebedeo y hermano
de Santiago, como el más firme candidato a la autoría del evangelio. Pero hay que tener
también en cuenta la progresiva elaboración de este evangelio, lo cual haría más difícil
situar la figura de Juan en los diversos niveles de la redacción.
Por crítica interna está claro que el evangelio se presenta como obra anónima. Pero
la crítica histórica sigue interesada en descifrar el enigma del autor. De nuevo, el
candidato más probable es Juan el hijo de Zebedeo.
Otro dato importante: la obra se presenta como un testimonio apostólico sobre
Jesús. Ese es el sentido de 21,24 y 20,30-31. El énfasis se pone en “lo que está escrito”.
Por otra parte, el verdadero garante de la autenticidad del testimonio es el Espíritu.
En ese sentido, el Paráclito es el autor fundamental del evangelio de Juan.

b).- ¿Quién es el discípulo amado?


El discípulo amado es Juan, el hijo de Zebedeo.
El “discípulo a quien Jesús amaba” es mencionado varias veces en el evangelio: 13,23
(confidente en la última cena); 19,26 (al pie de la cruz); 20,2 (cuando va con Pedro al
sepulcro); 21,7 (es el primero en reconocer al Señor resucitado y en hacérselo ver a Pedro);
21,15-19 (palabras enigmáticas sobre la permanencia del discípulo hasta la vuelta de Jesús).
Dos pasajes que se prestan a controversia: 1,35-40 (¿quién es el compañero anónimo de
Andrés? Es probable que sea Juan. Ver Mc 1,16-20); En 18,15 se habla de “otro discípulo”
que introduce a Pedro en el palacio de Anás por ser conocido del sumo sacerdote. Muchos
piensan que se trata de Juan, por su cercanía con Pedro.
Posibles identificaciones: Lázaro, porque en 11,31.36 se dice que Jesús lo amaba; Juan
Marcos, que participó de manera importante en la vida de la primitiva iglesia. Pero es
difícil aceptar que dos evangelios tan diferentes sean del mismo autor.
Mejor que recurrir a un candidato posible o desconocido, es preferible tomar en cuenta
la identificación tradicional del discípulo amado con el apóstol Juan. Muchas veces
aparecen asociados Pedro y el discípulo amado, lo cual corresponde con el libro de los
Hechos.

c).- Fecha de redacción


El evangelio sería escrito entre los años 90-100.
El evangelio de Juan es, entre los evangelios canónicos, el que tiene la atestación
manuscrita más antigua. El papiro más antiguo del NT es precisamente el llamado papiro
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52. Contiene Jn 18,31-33 (por el anverso) y 18,37-38 (por el reverso). Está fechado en la
primera mitad del siglo II; así que por el año 140 el evangelio era conocido en Egipto.
Existe también el llamado papiro “Egerton 2”, que fue datado alrededor del año 150. Su
descubrimiento en Egipto corrobora que Juan era conocido y utilizado allí hacia mediados
del siglo II.
Por lo tanto, Juan ya sería conocido hacia el año 125. Por otra parte, parece que el
evangelio de Juan no pudo ser escrito (en su redacción definitiva) antes de la ruptura
definitiva entre el judaísmo y el cristianismo (hacia los años 85-95. Asamblea de Yamnia).
Habrá que situar entonces la redacción del evangelio hacia los años 90-100.

d).- Contexto y pretexto de la redacción del texto


El evangelio pudo tener varios influjos culturales (rabinismo, gnosis, literatura
hermética, Qumrán, helenismo, estoicismo, teología samaritana, Filón de Alejandría). Lo
más importante es que la comunidad ha profundizado en el misterio de Jesucristo, centro de
su fe y objeto de su testimonio.

e).- Público o comunidades a las que va dirigido


El evangelio de Juan parece haber sido escrito para cristianos procedentes del judaísmo
(que añoran sus fiestas, que son perseguidos...), sin negar que el evangelio tiene una
dimensión misionera.
Las dos conclusiones del evangelio son elementos clave para esta cuestión.
La primera conclusión se encuentra en 20,30-31. Aquí es importante el tema de los
signos, así como el tema de la fe. Pero la frase “para que crean” habrá que entenderla no en
el sentido de “para que empiecen a tener fe”, sino más bien en el de “para que se afiancen
en la fe” (el verbo “menein” es frecuente y significativo en el evangelio). Lo que se
propone el evangelista es, entonces, suscitar una fe más sólida entre sus destinatarios.
La segunda conclusión se encuentra en 21,24-25. En esa conclusión se nota la relación
del discípulo amado (y su testimonio) con la comunidad joánica, la cual, a su vez, se siente
solidaria con la única iglesia. Es aquí importante el tema del testimonio.
Otra cuestión: ¿tiene el evangelio una finalidad polémica? Es posible encontrar en el
evangelio esa finalidad polémica hacia los baptistas, hacia los judeocristianos que no
acaban de adherirse a Jesucristo, hacia los docetas. Esos serían también destinatarios del
evangelio.
Por lo tanto, el evangelio sería escrito para afianzar la fe de los cristianos que, en su
mayoría serían de origen judío (por eso la insistencia en los temas propios del judaísmo, en
las fiestas, en las alusiones al AT).
Por otra parte, está también la dimensión misionera del evangelio, que se nota, por
ejemplo, en el universalismo de la acción del Logos, y después en el letrero sobre la cruz,
escrito en hebreo, latín y griego (19,20). Todo lo cual indica el universalismo de la
redención y la vocación misionera de la iglesia.

2.- Exponga brevemente la estructura del evangelio de Juan, indicando los temas
relevantes en la misma y cuál es la intención teológica de cada tema, mencione por
lo menos:

a).- Estructura
F. J. Moloney da la siguiente propuesta para la estructura del evangelio:
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1.- El prólogo 1,1-18


II.- El libro de los signos 1,19-12,50
A.- Los primeros días de Jesús 1,19-51
B.- De Caná a Caná 2,1-4,54
C.- Las fiestas de los judíos 5,1-10,42
D.- Jesús se dirige hacia “la hora” 11,1-12,50
III.- El libro de la gloria 13,1-20,31
A.- El último discurso 13,1-17,26
B.- La pasión 18,1-19,42
C.- La resurrección 20,1-29
IV.- Conclusión del evangelio 20,30-31
V.- Epílogo
Otras apariciones del resucitado 21,1-25

b).- Cristología

1.- La persona de Jesús


¿Un Jesús diferente del de Marcos?
- Hay gran diferencia entre la presentación de Jesús por parte de Marcos y la doctrina
de Juan. En Marcos, Jesús se va revelando progresivamente e impone el “secreto
mesiánico”. En Juan, sucede todo lo contrario. Los discípulos desde el principio le
atribuyen expresiones variadas: Rabí, Mesías, rey. Y Jesús no se opone a ello, sino
que hasta se presenta como el Hijo del hombre, superior a los ángeles.
- Hay textos que parecen dar a entender que Jesús nada tiene ya de humano. E.
Käseman ha dicho que Juan nos presenta a “un Dios caminando por la tierra”.

La humanidad real de Jesús


- Son ciertos los datos anteriores que nos dan una imagen de Jesús distinta de la de los
sinópticos. Pero hay que mantener el carácter enteramente real de la humanidad de
Jesús.
- Juan emplea 19 veces el término “anthropos” para designar a Jesús. Señala también
rasgos de una verdadera humanidad: cansancio al caminar, emoción y llanto ante la
muerte de Lázaro.

Los títulos de Jesús


- Un buen método para entrar en la cristología de Juan consiste en estudiar los títulos
asignados a Jesús. Como base, hay interés especial del evangelista por el mesianismo
y la filiación divina.
- Algunos títulos: cordero de Dios, elegido o Hijo de Dios, Rabí, Mesías-Cristo, Hijo
del hombre, Hijo, Esposo, Salvador del mundo, profeta, santo de Dios, “Señor mío y
Dios mío”.
- Están también los complementos al “yo soy”.
- El profeta enviado por Dios. El primer paso en el camino de la fe consiste en
reconocer a Jesús como un profeta enviado por Dios. El siguiente paso es
reconocerlo como “el profeta” anunciado por Moisés. En Juan, la mención del envío
por parte del Padre es muy frecuente (con dos verbos: “pempo” y “apostello”). “El
que me ha enviado” es una fórmula que aparece 26 veces en el evangelio.
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- El hijo del hombre. Este título manifiesta una dependencia de Juan respecto a los
sinópticos. El trasfondo está en Dan 7, que habla de entronización y juicio. El
término sólo se encuentra en labios de Jesús. En Juan hay que distinguir entre el uso
de “Hijo del hombre” y de “Hijo”. Lo más característico del hijo del hombre es su
elevación y glorificación.
- El Hijo y el Padre. Una característica en Juan es que él multiplica el empleo de las
palabras “Padre” (más de 100 veces) e “Hijo” (29 veces) para indicar esa
dependencia mutua. Juan revela la grandeza del hijo, pero conserva fórmulas que
manifiestan la total dependencia del hijo respecto al Padre. Entre el Padre y el hijo
hay una verdadera unidad de naturaleza. 10,30: “El Padre y yo somos uno”.
- Yo soy. Puede tratarse de una fórmula de reconocimiento, pero puede tener un valor
epifánico. A veces aparece con atributos, a veces en forma absoluta, y hace pensar en
la revelación de Dios a Moisés (Jn 8,58).

2.- El salvador del mundo


Juan ignora los temas fundamentales de la tradición sinóptica. Falta, por ejemplo, el
tema de la conversión o el tema del reino. La salvación entonces ¿es sólo conocimiento?
¿Hay espacio en Juan para el tema de la salvación mediante la expiación del pecado?
Parece que sí (y la salvación no se quedaría en una gnosis).
El título de “salvador” aparece una vez, en la confesión de los samaritanos. El verbo
“salvar” sí aparece varias veces para designar la obra de Jesús a favor del mundo pecador.
Ese verbo está en oposición al verbo “juzgar”.
La salvación consiste para el creyente en verse asociado a la vida del Hijo en su unión
con el Padre.
El mal por excelencia, del que Cristo libera, no es sólo la ignorancia, sino el pecado.
Juan tiene en cuenta esencialmente el pecado de incredulidad, pero no pierde de vista el
aspecto moral. De ese pecado el hombre está esclavizado (8,34) y sufre la tiranía del padre
de la mentira (8,44).

- El Cordero de Dios.
Juan relata dos veces la presentación que hace el Bautista de Jesús a sus discípulos:
“Este es el cordero de Dios que quita (o lleva) el pecado del mundo”. Esa palabra “cordero”
puede ser una alusión al “siervo de Yahvé” de Isaías, el cual carga el pecado y es como
cordero llevado a degollar. Pero también la figura del cordero pascual ocupa un lugar
importante en el NT.
De hecho, el relato de la pasión concluye con un cita que alude al ritual del cordero
pascual (19,36): “no le quebrarán hueso alguno...”. Y Jesús muere a la hora en que en el
templo se inmolaban los corderos, la víspera de la pascua.
El texto de Juan no significa tanto que Cristo lleve sobre sí el pecado del mundo, como
el siervo de Yahvé. El verbo “airein” puede significar “quitar”. Por eso, más bien, Cristo
quita el pecado del mundo como cordero de pascua.
El letrero en la cruz en tres lenguas (19,20) subraya el alcance universal de la salvación
conseguida por Jesús.

- La cruz como revelación del amor de Dios


El kerygma primitivo separaba la humillación de la cruz y la glorificación de la pascua
(1 Cor 15; Flp 2,6-11); atenuaba el escándalo de la cruz con la gloria de la resurrección.
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Pero Juan une los dos aspectos del misterio pascual, sobre todo con el uso de los verbos
“levantar” (hypsoun) y “glorificar” (doxazo), para referirse a esas dos realidades.Ya no se
puede ver la cruz como un fracaso provisional, sino que es el signo del amor divino.
Para Juan, la hora de Jesús es la de la plenitud de la revelación, es la hora en que aparece
plenamente la voluntad del Padre de dar a su Hijo para la vida del mundo (3,16). El amor
de Cristo aparece al inicio del libro de la hora (o de la gloria). Por eso, todo el relato de la
pasión debe verse desde la perspectiva del amor victorioso.

c).- El Verbo encarnado


Del Logos hay que considerar su preexistencia, su universalismo y su encarnación.
La cristología joánica alcanza su cima cuando en el prólogo proclama que Jesús es desde
toda la eternidad el logos divino.
Juan se inspira, al principio del evangelio, en las primeras palabras del Génesis, pero
maneja también conceptos sapienciales (la sabiduría eterna). Los textos sapienciales
refieren la sabiduría divina en la creación y su intimidad con Dios.
El prólogo se asemeja a Ecclo 24, donde aparece el templo como la residencia fijada por
Dios para la sabiduría (Ecclo 24,10). Ahora es la carne de Cristo el lugar elegido por el
Verbo para derramar los beneficios divinos.
Hay que notar tres aspectos del Logos:
- Preexistencia. El prólogo constituye, junto con los himnos paulinos, el testimonio del
NT más elocuente sobre la preexistencia eterna de Cristo al lado del Padre.
- Universalismo. Juan afirma que todo ha sido creado por el Logos. Pero dice también
que el Verbo brilla para todos los hombres. La acción del Verbo sobrepasa en el
tiempo y en el espacio los límites de la encarnación redentora.
- La encarnación. El v. 14 del prólogo subraya el realismo de la encarnación y pone
luego una confesión de fe: “Hemos visto su gloria”. Juan no contrapone ley y gracia,
sino que ve en el don de la ley una primera revelación (y gracia).

d).- El Espíritu
Tres conceptos: El Espíritu Santo, el Espíritu de verdad, el Paráclito.
Juan es el evangelista que concede mayor espacio al Espíritu. Sólo Lucas es comparable
a él.
Hay que dividir los textos sobre el Espíritu en dos grupos: los que hablan del Espíritu
Santo, según la terminología común, y los relativos al Paráclito.

Promesa y don del Espíritu Santo


En Juan, como en los sinópticos, está el anuncio que hace el Bautista del bautismo en el
Espíritu (Jn 1,33). El tema bautismal reaparece en Jn 3 (diálogo con Nicodemo).
Jesús promete a la samaritana el agua viva: se trata de la palabra de revelación, pero
también del Espíritu. Y la adoración en Espíritu y en verdad es consecuencia de la venida
del Espíritu. Un texto clave es Jn 7: don del Espíritu asociado a la glorificación de Jesús.
También es importante Jn 19,30: “Jesús entregó el Espíritu”.

El Paráclito
Los discursos de despedida se inscriben en el género literario de “los testamentos”. En
los discursos de despedida aparece el tema del mandamiento nuevo del amor mutuo y
también la promesa del Paráclito.
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Significado y origen del término Paráclito


Paráclito significa defensor, intercesor, consolador (ad-vocatus). El Espíritu Santo es el
Espíritu de la verdad, el Paráclito.

Actividad del Paráclito


La actividad del Paráclito es doble: conocimiento y testimonio: enseñar, hacer recordar,
conducir a la verdad, anunciar, dar testimonio, convencer (16,8: “convencerá...”). La
intervención del Paráclito es particularmente necesaria para sostener a los fieles en la
persecución (tema también presente en los sinópticos).

En la fuente de la misión del Paráclito


El Espíritu es un don de Dios, ya que procede del Padre. Su misión está condicionada a
la oración de Cristo y su glorificación. El Padre envía al Espíritu en nombre de Cristo (y en
eso se asemeja Cristo al Espíritu, en cuanto que uno y otro son enviados). Decimos en el
Credo: “Creo en el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo”.

e).- La Escatología
Conviene confrontar Jn y los sinópticos: en Jn parece prevalecer una escatología
realizada, y en los sinópticos una escatología futurista.

Una comparación entre Juan y los sinópticos


Comparando a Juan con los sinópticos, se nota un desplazamiento del centro de
gravedad: Para los sinópticos, el núcleo del mensaje de Jesús está en el reino, la conversión
y las perspectivas escatológicas, En Juan, el llamado a la conversión cede el lugar a la
invitación a creer en la persona de Jesús, Cristo e Hijo de Dios.

Se modifican las perspectivas escatológicas


La predicación sinóptica de Jesús distingue entre este siglo y el siglo futuro. Dios pondrá
fin a las miserias del tiempo presente para establecer el reino eterno. Jesús anuncia la
venida gloriosa del Hijo del hombre para el juicio final.
En Juan se da otra forma de dualismo: la oposición entre el mundo de arriba y el mundo
de abajo, entre la carne y el espíritu. Las categorías espaciales predominan sobre las
temporales.
R. Bultmann puso de relieve el valor decisivo que tiene para Juan el tiempo presente: “la
resurrección de los muertos y el último juicio coinciden con la venida de Jesús. Es evidente
que, de este modo, se opone a la escatología apocalíptica tradicional”. El creyente ya ha
sido juzgado-salvado y resucitó ya; el no creyente está condenado.
Con todo esto se puede hablar de una escatología futura apocalíptica, que incluirá el
juicio (sinópticos), frente a una escatología realizada o presente, con un juicio que se
establece de acuerdo a la fe-aceptación de Jesús (Jn).

El puesto central de la fe
La insistencia en el tiempo presente como tiempo de decisión está acompañada por una
gran concentración en el tema del acto de fe.
Juan evita el término “pistis” (fe) y prefiere el verbo “pisteuein” (creer), construido
muchas veces con la preposición “eis”, que indica movimiento (hacia Cristo).
D. Mollat dice: “la fe es para Juan el principio y el corazón de la existencia cristiana”.
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3.- En el evangelio de Juan la numerología simbólica juega un papel importante,


describa someramente algunos datos sobre este tema.
En la literatura bíblica, por ejemplo en la apocalíptica, los números tienen un
significado. Básicamente hay que considerar el número 7, que indica plenitud o
perfección; el número 3 que, de modo semejante, significa algo absoluto o completo; y
el número 6 que indica imperfección.
En el evangelio de Juan el número 7 está presente:
a).- En la llamada “semana inaugural”
1º día: el Bautista da testimonio ante los judíos 1,19-28
2º día: el testimonio del Bautista ante Israel 1,29-34
3º día: el seguimiento de un maestro superior 1,35-39
4º día: el encuentro con Simón Pedro 1,40-42
5º día: vocación de Felipe 1,43-44
6º día: vocación de Natanael 1,45-51
7º día: el signo de Caná 2,1-11

b).- En los 7 signos conservados por Juan: Jn 2,1-11 (La boda de Caná); 4,46-54
(curación del hijo del funcionario real); 5,1-18 (curación del paralítico de la piscina
probática); 6,1-15 (la multiplicación de los panes); 6,16-21 (Jesús camina sobre las
aguas); 9,1-41 (curación del ciego de nacimiento); 11,1-54 (la resurrección de Lázaro).

c).- En las 7 escenas de la pasión, las que se refieren a la comparecencia ante Pilato
(18,28-19,16), propuestas en forma concéntrica:
Introducción 18,28 Los personajes y el lugar
a 1ª escena 18,29-32 Pilato salió
b 2ª escena 18,33-38ª Pilato entró
c 3ª escena 18,38b-40 Pilato salió
d 4ª escena 19,1-3 Flagelación y coronación de espinas
c’ 5ª escena 19,4-7 Pilato sale
b’ 6ª escena 19,8-12 Pilato entró
a’ 7ª escena 19,13-15 Pilato conduce fuera a Jesús
Conclusión 19,16 Jesús es condenado a muerte

d).- En los 7 complementos al “yo soy”: el pan de vida (6,35.41.48.51), la luz del mundo
(8,12), la puerta de las ovejas (10,7.9), el buen pastor (10,11.14), la resurrección y la
vida (11,25), el camino, la verdad y la vida (14,6), la vid verdadera (15,1.5).

El número 3 se encuentra:
a).- En los tres personajes que se encuentran con Jesús con diversas actitudes respecto a
su fe:
-Nicodemo y la fe a partir de los signos 3,1-21
-La samaritana y la fe en la palabra 4,1-42
-El funcionario real que cree, junto con su familia 4,46-54
b).- En el letrero de la cruz, escrito en hebreo, latín y griego: 19,19-22
c).- En las tres negaciones de Pedro (18,17.25.26-27) y en sus tres profesiones de amor a
Jesús (21,15-17).
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Por contraste, eran 6 las tinajas de piedra que servían para las purificaciones de los
judíos (2,6), símbolo de imperfección, pues de verdad que “de su plenitud hemos recibido
todos gracia por gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad
nos han llegado por Jesucristo” (1,16-17).

4.- Mencione los siguientes puntos sobre el Apocalipsis:


a).- Autoría: El autor se da a sí mismo el nombre de Juan (no sería el del evangelio).
El autor se denomina Juan. En otros lugares dice que es hermano y compañero en la
tribulación y en la espera del reino. El texto no indica de qué personaje histórico se trata.
Una parte de la tradición de la iglesia primitiva lo identificó con Juan, el hijo de Zebedeo.
Pero pronto apareció la tradición que habla de Juan el presbítero o anciano como autor del
libro. Lo importante es que el autor se considera como profeta que ha recibido revelaciones
decisivas de parte de Dios. Por lo tanto, Juan (el hijo de Zebedeo, autor del evangelio) no
sería el autor del Apocalipsis.

b).- Fecha de redacción: Año 95.


Fines del reinado de Domiciano (año 95). Las características de las iglesias en Ap 2-3
reflejan una situación que concuerda con la situación política, económica, social y religiosa
de Asia Menor, a fines del siglo I.

c).- Contexto y pretexto de la redacción del texto: Persecución y problemas internos.


Las comunidades viven situaciones difíciles de persecución. También hay problemas
internos: enfriamiento del amor primero, surgimiento de falsos profetas o apóstoles. Se da
también la persecución de parte de comunidades judías no cristianas.

d).- Público o comunidades a las que va dirigido: 7 iglesias de Asia Menor.


Los destinatarios del libro son las siete iglesias de Asia Menor (1,4). Se trata de
comunidades reales e históricas, con problemas específicos, Pero el hecho de que sean 7
hizo que pronto adquirieran una dimensión simbólica, aplicable a las iglesias cristianas en
general.

e).- Principales símbolos. Mencione por lo menos tres


- La gran Babilonia: el imperio romano
- La bestia de siete cabezas: Roma, ciudad de las siete colinas
- Color blanco: victoria, gloria de los elegidos, eternidad
- Color rojo: asesinato, violencia
- Color gris amarillento: peste, muerte
- Cuernos: el poder
- La mujer del cap. 12: pueblo de Dios que en el calvario da a luz al Mesías Salvador
- Número 12: las doce tribus de Israel o los doce apóstoles
- Número 7: plenitud
- Número 3: plenitud
- Número 4: el mundo creado
- 3 años y medio, 42 meses, 1260 días: provisionalidad
- 666: Nerón César
- Número 144 000: la suma de 12 por 12 por 1000 (que indica multitud)
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5.- En el Apocalipsis el cumplimiento mesiánico escatológico es el gozne teológico


mismo del libro: exponga este tema.
Conviene considerar la figura del cordero degollado y de pie.
La cristología pascual
Se ha dicho, con razón, que sin la figura de Jesús, el Apocalipsis se desintegraría en
escenas poco coherentes.
El Apocalipsis subraya la relación entre Jesús y Dios Padre, no sólo porque se afirma de
Jesús que se ha sentado en el trono con Dios, su Padre (3,21), sino también porque, a veces,
se le aplican títulos que en el libro mismo se atribuyen también a Dios; así sucede en 22,13
con los títulos “alfa y omega, primero y último, principio y fin”.
A través del testimonio de todas sus páginas el libro pretende llevar el ánimo del lector
cristiano, entonces perseguido a causa de su fe, a una convicción fundamental: la divinidad
de Cristo.
Por la muerte y resurrección / exaltación de Jesús, que es el cordero degollado (Jesús es
denominado “cordero” en 28 lugares del Ap) y está de pie ante el trono de Dios, se ha
realizado ya el paso decisivo hacia el tiempo de la salvación.
Jesús reina ya en este mundo, pues es el ejecutor de los planes salvíficos de Dios. Y es, a
la vez, la clave de interpretación de toda la historia de la salvación, ya que sólo él es digno
de abrir el libro sellado con siete sellos (5,9).
Una serie de títulos intentan especificar el señorío de Cristo y su relación con Dios.
Aparte del título “cordero”, es denominado testigo fiel, primogénito de entre los muertos,
Amén, Hijo de Dios, Pastor, Rey de reyes y Señor de señores.
Por amor a su Iglesia, Jesús con su muerte ha liberado de los pecados, realizando así el
objetivo que perseguía Dios con su alianza ya en el AT: la constitución de un pueblo real y
sacerdotal. Cristo resucitado habla ahora a sus iglesias a través del Espíritu.

6.- Exponga brevemente la importancia espiritual que ha tenido en la tradición de


la iglesia y/o en la pastoral la obra joánica.
El evangelio ha sido considerado como el libro del cristiano avanzado; el libro del
Apocalipsis ha sido fuente de esperanza para los tiempos de persecución contra la Iglesia.
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Orientaciones bibliográficas:

BLANK, JOSEF, El evangelio según San Juan (El Nuevo Testamento y su mensaje; 4
vols., Herder: Barcelona, 1979-1984).
BOISMARD, MARIE-ÈMILE, “El Apocalipsis de Juan,” Introducción Crítica al Nuevo
Testamento (A. George y P. Grelot, eds., vol. II; Herder: Barcelona, 1983)
127-166.
BROWN, RAYMOND E., El evangelio según Juan (2 vols., Cristiandad: Madrid, 1979).
BROWN, RAYMOND E., La comunidad del discípulo amado (Sígueme: Salamanca, 1982).
CASTRO SÁNCHEZ, SECUNDINO, Evangelio de Juan. Comprensión exegético-existencial
(Biblioteca de Teología Comillas 2, Desclée de Brouwer: Bilbao, 2002).
CERFAUX, L., CAMBIER, J., El Apocalipsis de San Juan leído a los cristianos (Actualidad
Bíblica 9, Fax: Madrid, 1968).
COTHENET, E., “El cuarto evangelio,” Introducción Crítica al Nuevo Testamento (A.
George y P. Grelot, eds., vol. II; Herder: Barcelona, 1983) 201-377.
COTHENET, E., DUSSAUT, L., LE FORT, P., PRIGENT, P., Escritos de Juan y Carta a los
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1985).
DODD, C. H., Interpretación del cuarto evangelio (Cristiandad: Madrid, 1978).
EQUIPO «CAHIERS EVANGILE», El Apocalipsis (Cuadernos Bíblicos 9; Verbo Divino:
Estella, 1982).
GUILLET, JACQUES, Jesucristo en el evangelio de Juan (Cuadernos Bíblicos 31; Verbo
Divino: Estella, 1986).
JAUBERT, ANNIE, El Evangelio según San Juan (Cuadernos Bíblicos 17; Verbo Divino:
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LÉON-DUFOUR, XAVIER, Lectura del evangelio de Juan (Sígueme: Salamanca; 4 vols.,
1990, 1992, 1995, 1998).
MATEOS, J., BARRETO, J., El evangelio de Juan. Análisis lingüístico y comentario
exegético (Cristiandad: Madrid, 1979).
MOLONEY, FRANCIS J., El evangelio de Juan (Estella: Verbo Divino, 2005).
SCHICK, E., El Apocalipsis (Herder: Barcelona, 1978).
SCHNACKENBURG, R. El evangelio según San Juan (3 vols., Herder: Barcelona, 1980).
TUÑÍ, J. O., ALEGRE, X., Escritos Joánicos y Cartas Católicas (Introducción al estudio
de la Biblia 8; Verbo Divino: Estella, 1995).
VANNI, UGO, Apocalipsis (Verbo Divino: Estella, 1982).
WIKENHAUSER, ALFRED, El evangelio según San Juan (Herder: Barcelona, 1972).
WIKENHAUSER, ALFRED, El Apocalipsis de San Juan (Herder: Barcelona, 1969).
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SAN JUAN Y EL APOCALIPSIS


Universidad Pontificia de México
Síntesis Teológica.

1.- Mencione los siguientes puntos sobre el evangelio de San Juan:

a).- Autoría
b).- ¿Quién es el discípulo amado?
c).- Fecha de redacción
d).- Contexto y pretexto de la redacción del texto
e).- Público o comunidades a las que va dirigido

2.- Exponga brevemente la estructura del evangelio de Juan, indicando los temas
relevantes en la misma y cuál es la intención teológica de cada tema, mencione por
lo menos:

a).- Estructura
b).- Cristología
c).- El Verbo encarnado
d).- El Espíritu
e).- La Escatología

3.- En el evangelio de Juan la numerología simbólica juega un papel importante,


describa someramente algunos datos sobre este tema.

4.- Mencione los siguientes puntos sobre el Apocalipsis:


a).- Autoría
b).- Fecha de redacción
c).- Contexto y pretexto de la redacción del texto
d).- Público o comunidades a las que va dirigido
e).- Principales símbolos

5.- En el Apocalipsis el cumplimiento mesiánico escatológico es el gozne teológico


mismo del libro: exponga este tema.

6.- Exponga brevemente la importancia espiritual que ha tenido en la tradición de


la iglesia y/o en la pastoral la obra joánica.
12

Julio del 2009

Orientaciones bibliográficas:

BLANK, JOSEF, El evangelio según San Juan (El Nuevo Testamento y su mensaje; 4
vols., Herder: Barcelona, 1979-1984).
BOISMARD, MARIE-ÈMILE, “El Apocalipsis de Juan,” Introducción Crítica al Nuevo
Testamento (A. George y P. Grelot, eds., vol. II; Herder: Barcelona, 1983)
127-166.
BROWN, RAYMOND E., El evangelio según Juan (2 vols., Cristiandad: Madrid, 1979).
BROWN, RAYMOND E., La comunidad del discípulo amado (Sígueme: Salamanca, 1982).
CASTRO SÁNCHEZ, SECUNDINO, Evangelio de Juan. Comprensión exegético-existencial
(Biblioteca de Teología Comillas 2, Desclée de Brouwer: Bilbao, 2002).
CERFAUX, L., CAMBIER, J., El Apocalipsis de San Juan leído a los cristianos (Actualidad
Bíblica 9, Fax: Madrid, 1968).
COTHENET, E., “El cuarto evangelio,” Introducción Crítica al Nuevo Testamento (A.
George y P. Grelot, eds., vol. II; Herder: Barcelona, 1983) 201-377.
COTHENET, E., DUSSAUT, L., LE FORT, P., PRIGENT, P., Escritos de Juan y Carta a los
Hebreos (Introducción a la lectura de la Biblia 10; Cristiandad: Madrid,
1985).
DODD, C. H., Interpretación del cuarto evangelio (Cristiandad: Madrid, 1978).
EQUIPO «CAHIERS EVANGILE», El Apocalipsis (Cuadernos Bíblicos 9; Verbo Divino:
Estella, 1982).
GUILLET, JACQUES, Jesucristo en el evangelio de Juan (Cuadernos Bíblicos 31; Verbo
Divino: Estella, 1986).
JAUBERT, ANNIE, El Evangelio según San Juan (Cuadernos Bíblicos 17; Verbo Divino:
Estella, 1987).
LÉON-DUFOUR, XAVIER, Lectura del evangelio de Juan (Sígueme: Salamanca; 4 vols.,
1990, 1992, 1995, 1998).
MATEOS, J., BARRETO, J., El evangelio de Juan. Análisis lingüístico y comentario
exegético (Cristiandad: Madrid, 1979).
MOLONEY, FRANCIS J., El evangelio de Juan (Estella: Verbo Divino, 2005).
SCHICK, E., El Apocalipsis (Herder: Barcelona, 1978).
SCHNACKENBURG, R. El evangelio según San Juan (3 vols., Herder: Barcelona, 1980).
TUÑÍ, J. O., ALEGRE, X., Escritos Joánicos y Cartas Católicas (Introducción al estudio
de la Biblia 8; Verbo Divino: Estella, 1995).
VANNI, UGO, Apocalipsis (Verbo Divino: Estella, 1982).
WIKENHAUSER, ALFRED, El evangelio según San Juan (Herder: Barcelona, 1972).
WIKENHAUSER, ALFRED, El Apocalipsis de San Juan (Herder: Barcelona, 1969).
13

Julio del 2010

1.- Mencione los siguientes puntos sobre el evangelio de San Juan:


a).- Autoría
El autor del evangelio es Juan, el hijo del Zebedeo. Esto por crítica externa y por crítica
histórica, aunque por crítica interna aparezca como obra anónima.
Cf. TUÑÍ, J. O., ALEGRE, X., Escritos Joánicos y Cartas Católicas (Introducción al
estudio de la Biblia 8, Verbo Divino: Estella, 1995) 141-144.

b).- ¿Quién es el discípulo amado?


El discípulo amado es Juan, el hijo de Zebedeo.
Cf. COTHENET, E., DUSSAUT, L., LE FORT, P., PRIGENT, P., Escritos de Juan y Carta
a los Hebreos (Introducción a la lectura de la Biblia 10, Cristiandad: Madrid, 1985)
153-157.

c).- Fecha de redacción


El evangelio sería escrito entre los años 90-100.
Cf. TUÑÍ, J. O., ALEGRE, X., Escritos Joánicos y Cartas Católicas (Introducción al
estudio de la Biblia 8, Verbo Divino: Estella, 1995) 153-154.

d).- Contexto y pretexto de la redacción del texto


El evangelio pudo tener varios influjos culturales (rabinismo, gnosis, literatura
hermética, Qumrán, helenismo, estoicismo, teología samaritana, Filón de Alejandría). Lo
más importante es que la comunidad ha profundizado en el misterio de Jesucristo, centro
de su fe y objeto de su testimonio.
Cf. TUÑÍ, J. O., ALEGRE, X., Escritos Joánicos y Cartas Católicas (Introducción al
estudio de la Biblia 8, Verbo Divino: Estella, 1995) 149-153.

e).- Público o comunidades a las que va dirigido


El evangelio de Juan parece haber sido escrito para cristianos procedentes del judaísmo
(que añoran sus fiestas, que son perseguidos...), sin negar que el evangelio tiene una
dimensión misionera.
Cf. COTHENET, E., DUSSAUT, L., LE FORT, P., PRIGENT, P., Escritos de Juan y
Carta a los Hebreos (Introducción a la lectura de la Biblia 10, Cristiandad: Madrid,
1985) 38-46.

2.- Exponga brevemente la estructura del evangelio de Juan, indicando los temas
relevantes en la misma y cuál es la intención teológica de cada tema, mencione por
lo menos:
a).- Estructura
Cf. COTHENET, E., “El cuarto evangelio,” Introducción Crítica al Nuevo Testamento
(A. George y P. Grelot, eds., vol. II, Herder: Barcelona, 1983) 238-239.

b).- Cristología
14

Considerar: 1.- La persona de Jesús (su humanidad, los títulos que se le atribuyen. Jesús
es el profeta, el “Hijo del Hombre”, el Hijo de Dios); 2.- El salvador del mundo (El
cordero de Dios).

1.- La persona de Jesús


¿Un Jesús diferente del de Marcos?
- Hay gran diferencia entre la presentación de Jesús por parte de Marcos y la doctrina
de Juan. En Marcos, Jesús se va revelando progresivamente e impone el “secreto
mesiánico”. En Juan, sucede todo lo contrario. Los discípulos desde el principio le
atribuyen expresiones variadas: Rabí, Mesías, rey. Y Jesús no se opone a ello, sino
que hasta se presenta como el Hijo del hombre, superior a los ángeles.
- Hay textos que parecen dar a entender que Jesús nada tiene ya de humano. E.
Käseman ha dicho que Juan nos presenta a “un Dios caminando por la tierra”.
La humanidad real de Jesús
- Son ciertos los datos anteriores que nos dan una imagen de Jesús distinta de la de los
sinópticos. Pero hay que mantener el carácter enteramente real de la humanidad de
Jesús.
- Juan emplea 19 veces el término “anthropos” para designar a Jesús. Señala también
rasgos de una verdadera humanidad: cansancio al caminar, emoción y llanto ante la
muerte de Lázaro.
Los títulos de Jesús
- Un buen método para entrar en la cristología de Juan consiste en estudiar los títulos
asignados a Jesús. Como base, hay interés especial del evangelista por el mesianismo
y la filiación divina.
- Algunos títulos: cordero de Dios, elegido o Hijo de Dios, Rabí, Mesías-Cristo, Hijo
del hombre, Hijo, Esposo, Salvador del mundo, profeta, santo de Dios, Señor mío y
Dios mío.
- Están también los complementos al “yo soy”.
- El profeta enviado por Dios. El primer paso en el camino de la fe consiste en
reconocer a Jesús como un profeta enviado por Dios. El siguiente paso es
reconocerlo como “el profeta” anunciado por Moisés. En Juan, la mención del envío
por parte del Padre es muy frecuente (con dos verbos). “El que me ha enviado” es
una fórmula que aparece 26 veces en el evangelio.
- El hijo del hombre. Este título manifiesta una dependencia de Juan respecto a los
sinópticos. El trasfondo está en Dan 7m que habla de entronización y juicio. El
término sólo se encuentra en labios de Jesús. En Juan hay que distinguir entre el uso
de “Hijo del hombre” y de “Hijo”. Lo más característico del hijo del hombre es su
elevación y glorificación.
- El Hijo y el Padre. Una característica en Juan es que él multiplica el empleo de las
palabras “Padre” (más de 100 veces) e “Hijo” (29 veces) para indicar esa
dependencia mutua. Juan revela la grandeza del hijo, pero conserva fórmulas que
manifiestan la total dependencia del hijo respecto al Padre. Entre el Padre y el hijo
hay una verdadera unidad de naturaleza. 10,30: “El Padre y yo somos uno”.
- Yo soy. Puede tratarse de una fórmula de reconocimiento, pero puede tener un valor
epifánico. A veces aparece con atributos, A veces en forma absoluta, y hace pensar
en la revelación de Dios a Moisés (Jn 8,58).
15

2.- El salvador del mundo


Juan ignora los temas fundamentales de la tradición sinóptica. Falta, por ejemplo, el
tema de la conversión o el tema del reino. La salvación entonces ¿es sólo conocimiento?
¿Hay espacio en Juan para el tema de la salvación mediante la expiación del pecado?
Parece que sí (y la salvación no se quedaría en una gnosis).
El título de “salvador” aparece una vez, en la confesión de los samaritanos. El verbo
“salvar” sí aparece varias veces para designar la obra de Jesús a favor del mundo pecador.
Ese verbo está en oposición al verbo “juzgar”.
La salvación consiste para el creyente en verse asociado a la vida del Hijo en su unión
con el Padre.
El mal por excelencia, del que Cristo libera, no es sólo la ignorancia, sino el pecado.
Juan tiene en cuenta esencialmente el pecado de incredulidad, pero no pierde de vista el
aspecto moral. De ese pecado el hombre está esclavizado (8,34) y sufre la tiranía del padre
de la mentira (8,44).
- El Cordero de Dios.
Juan relata dos veces la presentación que hace el Bautista de Jesús a sus discípulos:
“Este es el cordero de Dios que quita (o lleva) el pecado del mundo”. Esa palabra “cordero”
puede ser una alusión al “siervo de Yahvé” de Isaías, el cual carga el pecado y es como
cordero llevado a degollar. Pero también la figura del cordero pascual ocupa un lugar
importante en el NT.
De hecho, el relato de la pasión concluye con un cita que alude al ritual del cordero
pascual (19,36): “no le quebrarán hueso alguno...”. Y Jesús muere a la hora en que en el
templo se inmolaban los corderos, la víspera de la pascua.
El texto de Juan no significa tanto que Cristo lleve sobre sí el pecado del mundo, como
el siervo de Yahvé. El verbo “airein” puede significar “quitar”. Por eso, más bien, Cristo
quita el pecado del mundo como cordero de pascua.
El letrero en la cruz en tres lenguas (19,20) subraya el alcance universal de la salvación
conseguida por Jesús.
- La cruz como revelación del amor de Dios
El kerygma primitivo separaba la humillación de la cruz y la glorificación de la pascua
(1 Cor 15; Flp 2,6-11); atenuaba el escándalo de la cruz con la gloria de la resurrección.
Pero Juan une los dos aspectos del misterio pascual, sobre todo con el uso de los verbos
“levantar” (hypsoun) y “glorificar” (doxazo), para referirse a esas dos realidades.
Ya no se puede ver la cruz como un fracaso provisional, sino que es el signo del amor
divino.
Para Juan, la hora de Jesús es la de la plenitud de la revelación, es la hora en que aparece
plenamente la voluntad del Padre de dar a su Hijo para la vida del mundo (3,16).
El amor de Cristo aparece al inicio del libro de la hora. Por eso, todo el relato de la
pasión debe verse desde la perspectiva del ágape victorioso.

c).- El Verbo encarnado


Del Logos hay que considerar su preexistencia, su universalismo y su encarnación.
La cristología joánica alcanza su cima cuando en el prólogo proclama que Jesús es desde
toda la eternidad el logos divino.
Juan se inspira, al principio del evangelio, en las primeras palabras del Génesis, pero
maneja también conceptos sapienciales (la sabiduría eterna). Los textos sapienciales
refieren la sabiduría divina en la creación y su intimidad con Dios.
16

El prólogo se asemeja a Ecclo 24, donde aparece el templo como la residencia fijada por
Dios para la sabiduría (Ecclo 24,10). Ahora es la carne de Cristo el lugar elegido por el
Verbo para derramar los beneficios divinos.
Hay que notar tres aspectos del Logos:
- Preexistencia. El prólogo constituye, junto con los himnos paulinos, el testimonio del
NT más elocuente sobre la preexistencia eterna de Cristo al lado del Padre.
- Universalismo. Juan afirma que todo ha sido creado por el Logos. Pero dice también
que el Verbo brilla para todos los hombres. La acción del Verbo sobrepasa en el
tiempo y en el espacio los límites de la encarnación redentora.
- La encarnación. El v. 14 del prólogo subraya el realismo de la encarnación y pone
luego una confesión de fe: “Hemos visto su gloria”. Juan no contrapone ley y gracia,
sino que ve en el don de la ley una primera revelación (y gracia).

d).- El Espíritu
Tres conceptos: El Espíritu Santo, el Espíritu de verdad, el Paráclito.
Juan es el evangelista que concede mayor espacio al Espíritu. Sólo Lucas es comparable
a él.
Hay que dividir los textos sobre el Espíritu en dos grupos: los que hablan del Espíritu
Santo, según la terminología común, y los relativos al Paráclito.
Promesa y don del Espíritu Santo
En Juan, como en los sinópticos, está el anuncio que hace el Bautista del bautismo en el
Espíritu (Jn 1,33). El tema bautismal reaparece en Jn 3 (diálogo con Nicodemo).
Jesús promete a la samaritana el agua viva: se trata de la palabra de revelación, pero
también del Espíritu. Y la adoración en Espíritu y en verdad es consecuencia de la venida
del Espíritu.
Un texto clave es Jn 7: don del Espíritu asociado a la glorificación de Jesús. También es
importante Jn 19,30: “Jesús entregó el Espíritu”.
El Paráclito
Los discursos de despedida se inscriben en el género literario de “los testamentos”. En
los discursos de despedida aparece el tema del mandamiento nuevo del amor mutuo y
también la promesa del Paráclito.
Significado y origen del término Paráclito
Paráclito significa defensor, intercesor, consolador (ad-vocatus). El Espíritu Santo es el
Espíritu de la verdad, el Paráclito.
Actividad del Paráclito
La actividad del Paráclito es doble: conocimiento y testimonio: enseñar, hacer recordar,
conducir a la verdad, anunciar, dar testimonio, convencer (16,8: “convencerá...”). La
intervención del Paráclito es particularmente necesaria para sostener a los fieles en la
persecución (tema también presente en los sinópticos).
En la fuente de la misión del Paráclito
El Espíritu es un don de Dios, ya que procede del Padre. Su misión está condicionada a
la oración de Cristo y su glorificación. El Padre envía al Espíritu en nombre de Cristo (y en
eso se asemeja Cristo al Espíritu, en cuanto que uno y otro son enviados). Decimos en el
Credo: “Creo en el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo”.

e).- La Escatología
Confrontar Jn y los sinópticos. Escatología realizada y escatología futurista.
17

Una comparación entre Juan y los sinópticos


Comparando a Juan con los sinópticos, se nota un desplazamiento del centro de
gravedad: Para los sinópticos, el núcleo del mensaje de Jesús está en el reino, la conversión
y las perspectivas escatológicas, En Juan, el llamado a la conversión cede el lugar a la
invitación a creer en la persona de Jesús, Cristo e Hijo de Dios.
Se modifican las perspectivas escatológicas
La predicación sinóptica de Jesús distingue entre este siglo y el siglo futuro. Dios pondrá
fin a las miserias del tiempo presente para establecer el reino eterno. Jesús anuncia la
venida gloriosa del Hijo del hombre para el juicio final.
En Juan se da otra forma de dualismo: la oposición entre el mundo de arriba y el mundo
de abajo, entre la carne y el espíritu. Las categorías espaciales predominan sobre las
temporales.
R. Bultmann puso de relieve el valor decisivo que tiene para Juan el tiempo presente: “la
resurrección de los muertos y el último juicio coinciden con la venida de Jesús. Es evidente
que, de este modo, se opone a la escatología apocalíptica tradicional”. El creyente ya ha
sido juzgado-salvado y resucitó ya; el no creyente está condenado.
Unos versículos (5,28 s; 6,51b-58), con su doctrina apocalíptica del último juicio, dice
Bultmann, serían obra del redactor eclesiástico y estarían en contradicción con la teología
específica del evangelista. Todo eso que dice Bultmann ha llamado la atención y ha sido
aceptado, menos el último punto.
Con todo esto se puede hablar de una escatología futura apocalíptica, que incluirá el
juicio (sinópticos), frente a una escatología realizada o presente, con un juicio que se
establece de acuerdo a la fe-aceptación de Jesús (Jn).
El puesto central de la fe
La insistencia en el tiempo presente como tiempo de decisión está acompañada por una
gran concentración en el tema del acto de fe.
Juan evita el término “pistis” y prefiere el verbo “pisteuein”, construido muchas veces
con la preposición “eis”, que indica movimiento (hacia Cristo).
D. Mollat dice: “la fe es para Juan el principio y el corazón de la existencia cristiana”.

b).- Cristología
Considerar: 1.- La persona de Jesús (su humanidad, los títulos que se le atribuyen. Jesús
es el profeta, el “Hijo del Hombre”, el Hijo de Dios); 2.- El salvador del mundo (El
cordero de Dios).
Cf. COTHENET, E., DUSSAUT, L., LE FORT, P., PRIGENT, P., Escritos de Juan y
Carta a los Hebreos (Introducción a la lectura de la Biblia 10, Cristiandad: Madrid,
1985) 92-99 y 102-106.

c).- El Verbo encarnado


Del Logos hay que considerar su preexistencia, su universalismo y su encarnación.
Cf. COTHENET, E., DUSSAUT, L., LE FORT, P., PRIGENT, P., Escritos de Juan y
Carta a los Hebreos (Introducción a la lectura de la Biblia 10, Cristiandad: Madrid,
1985) 99-102.

d).- El Espíritu
18

Tres conceptos: El Espíritu Santo, el Espíritu de verdad, el Paráclito.


Cf. COTHENET, E., DUSSAUT, L., LE FORT, P., PRIGENT, P., Escritos de Juan y
Carta a los Hebreos (Introducción a la lectura de la Biblia 10, Cristiandad: Madrid,
1985) 107-112.

e).- La Escatología
Confrontar Jn y los sinópticos. Escatología realizada y escatología futurista.
Cf. COTHENET, E., “El cuarto evangelio,” Introducción Crítica al Nuevo Testamento
(A. George y P. Grelot, eds., vol. II, Herder: Barcelona, 1983) 336-340.

3.- En el evangelio de Juan la numerología simbólica juega un papel importante,


describa someramente algunos datos sobre este tema.
En la literatura bíblica, por ejemplo en la apocalíptica, los números tienen un
significado. Básicamente hay que considerar el número 7, que indica plenitud o
perfección; el número 3 que, de modo semejante, significa algo absoluto o completo; y
el número 6 que indica imperfección.
En el evangelio de Juan el número 7 está presente:
a).- En la llamada “semana inaugural”
1º día: el Bautista da testimonio ante los judíos 1,19-28
2º día: el testimonio del Bautista ante Israel 1,29-34
3º día: el seguimiento de un maestro superior 1,35-39
4º día: el encuentro con Simón Pedro 1,40-42
5º día: vocación de Felipe 1,43-44
6º día: vocación de Natanael 1,45-51
7º día: el signo de Caná 2,1-11

b).- En los 7 signos conservados por Juan: Jn 2,1-11 (La boda de Caná); 4,46-54
(curación del hijo del funcionario real); 5,1-18 (curación del paralítico de la piscina
probática); 6,1-15 (la multiplicación de los panes); 6,16-21 (Jesús camina sobre las
aguas); 9,1-41 (curación del ciego de nacimiento); 11,1-54 (la resurrección de Lázaro).

c).- En las 7 escenas de la pasión, las que se refieren a la comparecencia ante Pilato
(18,28-19,16), propuestas en forma concéntrica:
Introducción 18,28 Los personajes y el lugar
a 1ª escena 18,29-32 Pilato salió
b 2ª escena 18,33-38ª Pilato entró
c 3ª escena 18,38b-40 Pilato salió
d 4ª escena 19,1-3 Flagelación y coronación de espinas
c’ 5ª escena 19,4-7 Pilato sale
b’ 6ª escena 19,8-12 Pilato entró
a’ 7ª escena 19,13-15 Pilato conduce fuera a Jesús
Conclusión 19,16 Jesús es condenado a muerte

El número 3 se encuentra:
a).- En los tres personajes que se encuentran con Jesús con diversas actitudes respecto a
su fe:
-Nicodemo y la fe a partir de los signos 3,1-21
19

-La samaritana y la fe en la palabra 4,1-42


-El funcionario real que cree, junto con su familia 4,46-54
b).- En el letrero de la cruz, escrito en hebreo, latín y griego: 19,19-22
c).- En las tres negaciones de Pedro (18,17.25.26-27) y en sus tres profesiones de amor a
Jesús (21,15-17).

Por contraste, eran 6 las tinajas de piedra que servían para las purificaciones de los
judíos (2,6), símbolo de imperfección, pues de verdad que “de su plenitud hemos
recibido todos gracia por gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y
la verdad nos han llegado por Jesucristo” (1,16-17).

4.- Mencione los siguientes puntos sobre el Apocalipsis:


a).- Autoría: El autor se da a sí mismo el nombre de Juan (no sería el del evangelio).
b).- Fecha de redacción: Año 95.
c).- Contexto y pretexto de la redacción del texto: Persecución y problemas internos.
d).- Público o comunidades a las que va dirigido: 7 iglesias de Asia Menor.
Cf. TUÑÍ, J. O., ALEGRE, X., Escritos Joánicos y Cartas Católicas (Introducción al
estudio de la Biblia 8, Verbo Divino: Estella, 1995) 275-278.

e).- Principales símbolos. Mencione por lo menos tres


La gran Babilonia (el imperio romano); La bestia de 7 cabezas (Roma, ciudad de las 7
colinas); color blanco (victoria, gloria de los elegidos, eternidad); color rojo (asesinato,
violencia); color gris amarillento (peste y muerte); los cuernos (poder); el número 12 (12
tribus de Israel o 12 apóstoles del Cordero); número 7 (plenitud); número 3 (plenitud);
número 4 (el mundo creado); 3 años y medio, 42 meses, 1260 días (provisionalidad);
144 000 (resultado de 12 x 12 x 1000; el 1000 indica una gran multitud o cantidad).
Cf. TUÑÍ, J. O., ALEGRE, X., Escritos Joánicos y Cartas Católicas (Introducción al
estudio de la Biblia 8, Verbo Divino: Estella, 1995) 218-223.

5.- En el Apocalipsis el cumplimiento mesiánico escatológico es el gozne teológico


mismo del libro: exponga este tema.
Considerar la figura del cordero degollado y de pie.
Cf. TUÑÍ, J. O., ALEGRE, X., Escritos Joánicos y Cartas Católicas (Introducción al
estudio de la Biblia 8, Verbo Divino: Estella, 1995) 261-264.

6.- Exponga brevemente la importancia espiritual que ha tenido en la tradición de


la iglesia y/o en la pastoral la obra joánica.
El evangelio ha sido considerado como el libro del cristiano avanzado; el libro del
Apocalipsis ha sido fuente de esperanza para los tiempos de persecución contra la
Iglesia.
20

Orientaciones bibliográficas:
BLANK, JOSEF, El evangelio según San Juan (El Nuevo Testamento y su mensaje; 4
vols., Herder: Barcelona, 1979-1984).
BOISMARD, MARIE-ÈMILE, “El Apocalipsis de Juan,” Introducción Crítica al Nuevo
Testamento (A. George y P. Grelot, eds., vol. II; Herder: Barcelona, 1983)
127-166.
BROWN, RAYMOND E., El evangelio según Juan (2 vols., Cristiandad: Madrid, 1979).
BROWN, RAYMOND E., La comunidad del discípulo amado (Sígueme: Salamanca, 1982).
CASTRO SÁNCHEZ, SECUNDINO, Evangelio de Juan. Comprensión exegético-existencial
(Biblioteca de Teología Comillas 2, Desclée de Brouwer: Bilbao, 2002).
CERFAUX, L., CAMBIER, J., El Apocalipsis de San Juan leído a los cristianos (Actualidad
Bíblica 9, Fax: Madrid, 1968).
COTHENET, E., “El cuarto evangelio,” Introducción Crítica al Nuevo Testamento (A.
George y P. Grelot, eds., vol. II; Herder: Barcelona, 1983) 201-377.
COTHENET, E., DUSSAUT, L., LE FORT, P., PRIGENT, P., Escritos de Juan y Carta a los
Hebreos (Introducción a la lectura de la Biblia 10; Cristiandad: Madrid,
1985).
DODD, C. H., Interpretación del cuarto evangelio (Cristiandad: Madrid, 1978).
EQUIPO «CAHIERS EVANGILE», El Apocalipsis (Cuadernos Bíblicos 9; Verbo Divino:
Estella, 1982).
GUILLET, JACQUES, Jesucristo en el evangelio de Juan (Cuadernos Bíblicos 31; Verbo
Divino: Estella, 1986).
JAUBERT, ANNIE, El Evangelio según San Juan (Cuadernos Bíblicos 17; Verbo Divino:
Estella, 1987).
LÉON-DUFOUR, XAVIER, Lectura del evangelio de Juan (Sígueme: Salamanca; 4 vols.,
1990, 1992, 1995, 1998).
MATEOS, J., BARRETO, J., El evangelio de Juan. Análisis lingüístico y comentario
exegético (Cristiandad: Madrid, 1979).
MOLONEY, FRANCIS J., El evangelio de Juan (Estella: Verbo Divino, 2005).
SCHICK, E., El Apocalipsis (Herder: Barcelona, 1978).
SCHNACKENBURG, R. El evangelio según San Juan (3 vols., Herder: Barcelona, 1980).
TUÑÍ, J. O., ALEGRE, X., Escritos Joánicos y Cartas Católicas (Introducción al estudio
de la Biblia 8; Verbo Divino: Estella, 1995).
VANNI, UGO, Apocalipsis (Verbo Divino: Estella, 1982).
WIKENHAUSER, ALFRED, El evangelio según San Juan (Herder: Barcelona, 1972).
WIKENHAUSER, ALFRED, El Apocalipsis de San Juan (Herder: Barcelona, 1969).

Julio del 2006


21

Resumen del contenido de cada uno de los puntos señalados

1.- Mencione los siguientes puntos sobre el evangelio de San Juan:


a).- Autoría
El autor del evangelio es Juan, el hijo del Zebedeo. Esto por crítica externa y por crítica
histórica, aunque por crítica interna aparezca como obra anónima.
El tema del autor del evangelio de Juan fue el punto de partida de la investigación
crítica y constituyó, hasta bien entrado el siglo XX, el núcleo de la cuestión joánica.
Desde el punto de vista de la crítica interna, a partir de san Ireneo (fines del siglo II)
se va imponiendo de forma rotunda la autoría joánica. Pero los argumentos que llevan a
esa unanimidad son menos claros.
Con todo, el conjunto de datos apunta todavía a Juan, el hijo de Zebedeo y hermano
de Santiago, como el más firme candidato a la autoría de Juan. Pero hay que tener
también en cuenta la progresiva elaboración de Juan, lo cual haría más difícil situar la
figura de Juan en los diversos niveles de la redacción.
Por crítica interna está claro que el evangelio se presenta como obra anónima. Pero
la crítica histórica sigue interesada en descifrar el enigma del autor. De nuevo, el
candidato más probable es Juan el hijo de Zebedeo.
Otro dato importante: la obra se presenta como un testimonio apostólico sobre
Jesús. Ese es el sentido de 21,24 y 20,30-31. El énfasis se pone en “lo que está escrito”.
Por otra parte, el verdadero garante de la autenticidad del testimonio es el Espíritu.
Y, en ese sentido, el Paráclito es el más profundo autor del evangelio de Juan.

b).- ¿Quién es el discípulo amado?


El discípulo amado es Juan, el hijo de Zebedeo.
El “discípulo a quien Jesús amaba” es mencionado varias veces en el evangelio: 13,23
(confidente en la última cena); 19,26 (al pie de la cruz); 20,2 (cuando va con Pedro al
sepulcro); 21,7 (es el primero en reconocer al Señor resucitado y en hacérselo ver a Pedro);
21,15-19 (palabras enigmáticas sobre la permanencia del discípulo hasta la vuelta de Jesús).
Dos pasajes que se prestan a controversia: 1,35-40 (¿quién es el compañero anónimo de
Andrés? Es probable que sea Juan. Ver Mc 1,16-20); En 18,15 se habla de “otro discípulo”
que introduce a Pedro en el palacio de Anás por ser conocido del sumo sacerdote. Muchos
piensan que se trata de Juan, por su cercanía con Pedro.
Posibles identificaciones: Lázaro, porque en 11,31.36 se dice que Jesús lo amaba; Juan
Marcos, que participó de manera importante en la vida de la primitiva iglesia. Pero es
difícil aceptar que dos evangelios tan diferentes sean del mismo autor.
Mejor que recurrir a un desconocido, es preferible tomar en cuenta la identificación
tradicional del discípulo amado con el apóstol Juan. Muchas veces aparecen asociados
Pedro y el discípulo amado, lo cual corresponde con el libro de los Hechos

c).- Fecha de redacción


El evangelio sería escrito entre los años 90-100.
El evangelio de Juan es, entre los evangelios canónicos, el que tiene la atestación
manuscrita más antigua. El papiro más antiguo del NT es precisamente el llamado papiro
52. Contiene Jn 18,31-33 (por el anverso) y 18,37-38 (por el reverso). Está fechado en la
primera mitad del siglo II; así que por el año 140 el evangelio era conocido en Egipto.
22

Existe también el llamado papiro “Egerton 2”, que fue datado alrededor del año 150. Su
descubrimiento en Egipto corrobora que Juan era conocido y utilizado allí hacia mediados
del siglo II.
Por lo tanto, Juan ya sería conocido hacia el año 125. Por otra parte, parece que el
evangelio de Juan no pudo ser escrito (en su redacción definitiva) antes de la ruptura
definitiva entre el judaísmo y el cristianismo (hacia los años 85-95. Asamblea de Yamnia).
Habrá que situar entonces la redacción del evangelio hacia los años 90-100.

d).- Contexto y pretexto de la redacción del texto


El evangelio pudo tener varios influjos culturales (rabinismo, gnosis, literatura
hermética, Qumrán, helenismo, estoicismo, teología samaritana, Filón de Alejandría). Lo
más importante es que la comunidad ha profundizado en el misterio de Jesucristo, centro
de su fe y objeto de su testimonio.

e).- Público o comunidades a las que va dirigido


El evangelio de Juan parece haber sido escrito para cristianos procedentes del judaísmo
(que añoran sus fiestas, que son perseguidos...), sin negar que el evangelio tiene una
dimensión misionera.
Las dos conclusiones del evangelio son elementos clave para esta cuestión.
La primera conclusión se encuentra en 20,30-31. Aquí es importante el tema de los
signos, así como el tema de la fe. Pero la frase “para que crean” habrá que entenderla no
en el sentido de “para que empiecen a tener fe”, sino más bien en el de “para que se
afiancen en la fe” (el verbo “menein” es frecuente y significativo en el evangelio). Lo
que se propone el evangelista es, entonces, suscitar una fe más sólida entre sus
destinatarios.
La segunda conclusión se encuentra en 21,24-25. En esa conclusión se nota la relación
del discípulo amado ( y su testimonio) con la comunidad joánica, la cual, a su vez, se
siente solidaria con la única iglesia. Es aquí importante el tema del testimonio.
Otra cuestión: ¿tiene el evangelio una finalidad polémica? Es posible encontrar en el
evangelio esa finalidad polémica hacia los baptistas, hacia los judeocristianos que no
acaban de adherirse a Jesucristo, hacia los docetas. Esos serían también destinatarios del
evangelio.
Por lo tanto, el evangelio sería escrito para afianzar la fe de los cristianos que, en su
mayoría serían de origen judío (por eso la insistencia en los temas propios del judaísmo,
en las fiestas, en las alusiones al AT).
Por otra parte, está también la dimensión misionera del evangelio, que se nota, por
ejemplo en el universalismo de la acción del Logos, y después en el letrero sobre la cruz,
escrito en hebreo, latín y griego (19,20). Todo lo cual indica el universalismo de la
redención y la vocación misionera de la iglesia.

2.- Exponga brevemente la estructura del evangelio de Juan, indicando los temas
relevantes en la misma y cuál es la intención teológica de cada tema, mencione por
lo menos:

a).- Estructura

b).- Cristología
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Considerar: 1.- La persona de Jesús (su humanidad, los títulos que se le atribuyen. Jesús
es el profeta, el “Hijo del Hombre”, el Hijo de Dios); 2.- El salvador del mundo (El
cordero de Dios).

1.- La persona de Jesús


¿Un Jesús diferente del de Marcos?
- Hay gran diferencia entre la presentación de Jesús por parte de Marcos y la doctrina
de Juan. En Marcos, Jesús se va revelando progresivamente e impone el “secreto
mesiánico”. En Juan, sucede todo lo contrario. Los discípulos desde el principio le
atribuyen expresiones variadas: Rabí, Mesías, rey. Y Jesús no se opone a ello, sino
que hasta se presenta como el Hijo del hombre, superior a los ángeles.
- Hay textos que parecen dar a entender que Jesús nada tiene ya de humano. E.
Käseman ha dicho que Juan nos presenta a “un Dios caminando por la tierra”.
La humanidad real de Jesús
- Son ciertos los datos anteriores que nos dan una imagen de Jesús distinta de la de los
sinópticos. Pero hay que mantener el carácter enteramente real de la humanidad de
Jesús.
- Juan emplea 19 veces el término “anthropos” para designar a Jesús. Señala también
rasgos de una verdadera humanidad: cansancio al caminar, emoción y llanto ante la
muerte de Lázaro.
Los títulos de Jesús
- Un buen método para entrar en la cristología de Juan consiste en estudiar los títulos
asignados a Jesús. Como base, hay interés especial del evangelista por el mesianismo
y la filiación divina.
- Algunos títulos: cordero de Dios, elegido o Hijo de Dios, Rabí, Mesías-Cristo, Hijo
del hombre, Hijo, Esposo, Salvador del mundo, profeta, santo de Dios, Señor mío y
Dios mío.
- Están también los complementos al “yo soy”.
- El profeta enviado por Dios. El primer paso en el camino de la fe consiste en
reconocer a Jesús como un profeta enviado por Dios. El siguiente paso es
reconocerlo como “el profeta” anunciado por Moisés. En Juan, la mención del envío
por parte del Padre es muy frecuente (con dos verbos). “El que me ha enviado” es
una fórmula que aparece 26 veces en el evangelio.
- El hijo del hombre. Este título manifiesta una dependencia de Juan respecto a los
sinópticos. El trasfondo está en Dan 7m que habla de entronización y juicio. El
término sólo se encuentra en labios de Jesús. En Juan hay que distinguir entre el uso
de “Hijo del hombre” y de “Hijo”. Lo más característico del hijo del hombre es su
elevación y glorificación.
- El Hijo y el Padre. Una característica en Juan es que él multiplica el empleo de las
palabras “Padre” (más de 100 veces) e “Hijo” (29 veces) para indicar esa
dependencia mutua. Juan revela la grandeza del hijo, pero conserva fórmulas que
manifiestan la total dependencia del hijo respecto al Padre. Entre el Padre y el hijo
hay una verdadera unidad de naturaleza. 10,30: “El Padre y yo somos uno”.
- Yo soy. Puede tratarse de una fórmula de reconocimiento, pero puede tener un valor
epifánico. A veces aparece con atributos, A veces en forma absoluta, y hace pensar
en la revelación de Dios a Moisés (Jn 8,58).
2.- El salvador del mundo
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Juan ignora los temas fundamentales de la tradición sinóptica. Falta, por ejemplo, el
tema de la conversión o el tema del reino. La salvación entonces ¿es sólo conocimiento?
¿Hay espacio en Juan para el tema de la salvación mediante la expiación del pecado?
Parece que sí (y la salvación no se quedaría en una gnosis).
El título de “salvador” aparece una vez, en la confesión de los samaritanos. El verbo
“salvar” sí aparece varias veces para designar la obra de Jesús a favor del mundo pecador.
Ese verbo está en oposición al verbo “juzgar”.
La salvación consiste para el creyente en verse asociado a la vida del Hijo en su unión
con el Padre.
El mal por excelencia, del que Cristo libera, no es sólo la ignorancia, sino el pecado.
Juan tiene en cuenta esencialmente el pecado de incredulidad, pero no pierde de vista el
aspecto moral. De ese pecado el hombre está esclavizado (8,34) y sufre la tiranía del padre
de la mentira (8,44).
- El Cordero de Dios.
Juan relata dos veces la presentación que hace el Bautista de Jesús a sus discípulos:
“Este es el cordero de Dios que quita (o lleva) el pecado del mundo”. Esa palabra “cordero”
puede ser una alusión al “siervo de Yahvé” de Isaías, el cual carga el pecado y es como
cordero llevado a degollar. Pero también la figura del cordero pascual ocupa un lugar
importante en el NT.
De hecho, el relato de la pasión concluye con un cita que alude al ritual del cordero
pascual (19,36): “no le quebrarán hueso alguno...”. Y Jesús muere a la hora en que en el
templo se inmolaban los corderos, la víspera de la pascua.
El texto de Juan no significa tanto que Cristo lleve sobre sí el pecado del mundo, como
el siervo de Yahvé. El verbo “airein” puede significar “quitar”. Por eso, más bien, Cristo
quita el pecado del mundo como cordero de pascua.
El letrero en la cruz en tres lenguas (19,20) subraya el alcance universal de la salvación
conseguida por Jesús.
- La cruz como revelación del amor de Dios
El kerygma primitivo separaba la humillación de la cruz y la glorificación de la pascua
(1 Cor 15; Flp 2,6-11); atenuaba el escándalo de la cruz con la gloria de la resurrección.
Pero Juan une los dos aspectos del misterio pascual, sobre todo con el uso de los verbos
“levantar” (hypsoun) y “glorificar” (doxazo), para referirse a esas dos realidades.
Ya no se puede ver la cruz como un fracaso provisional, sino que es el signo del amor
divino.
Para Juan, la hora de Jesús es la de la plenitud de la revelación, es la hora en que aparece
plenamente la voluntad del Padre de dar a su Hijo para la vida del mundo (3,16).
El amor de Cristo aparece al inicio del libro de la hora. Por eso, todo el relato de la
pasión debe verse desde la perspectiva del ágape victorioso.

c).- El Verbo encarnado


Del Logos hay que considerar su preexistencia, su universalismo y su encarnación.
La cristología joánica alcanza su cima cuando en el prólogo proclama que Jesús es desde
toda la eternidad el logos divino.
Juan se inspira, al principio del evangelio, en las primeras palabras del Génesis, pero
maneja también conceptos sapienciales (la sabiduría eterna). Los textos sapienciales
refieren la sabiduría divina en la creación y su intimidad con Dios.
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El prólogo se asemeja a Ecclo 24, donde aparece el templo como la residencia fijada por
Dios para la sabiduría (Ecclo 24,10). Ahora es la carne de Cristo el lugar elegido por el
Verbo para derramar los beneficios divinos.
Hay que notar tres aspectos del Logos:
- Preexistencia. El prólogo constituye, junto con los himnos paulinos, el testimonio del
NT más elocuente sobre la preexistencia eterna de Cristo al lado del Padre.
- Universalismo. Juan afirma que todo ha sido creado por el Logos. Pero dice también
que el Verbo brilla para todos los hombres. La acción del Verbo sobrepasa en el
tiempo y en el espacio los límites de la encarnación redentora.
- La encarnación. El v. 14 del prólogo subraya el realismo de la encarnación y pone
luego una confesión de fe: “Hemos visto su gloria”. Juan no contrapone ley y gracia,
sino que ve en el don de la ley una primera revelación (y gracia).

d).- El Espíritu
Tres conceptos: El Espíritu Santo, el Espíritu de verdad, el Paráclito.
Juan es el evangelista que concede mayor espacio al Espíritu. Sólo Lucas es comparable
a él.
Hay que dividir los textos sobre el Espíritu en dos grupos: los que hablan del Espíritu
Santo, según la terminología común, y los relativos al Paráclito.
Promesa y don del Espíritu Santo
En Juan, como en los sinópticos, está el anuncio que hace el Bautista del bautismo en el
Espíritu (Jn 1,33). El tema bautismal reaparece en Jn 3 (diálogo con Nicodemo).
Jesús promete a la samaritana el agua viva: se trata de la palabra de revelación, pero
también del Espíritu. Y la adoración en Espíritu y en verdad es consecuencia de la venida
del Espíritu.
Un texto clave es Jn 7: don del Espíritu asociado a la glorificación de Jesús. También es
importante Jn 19,30: “Jesús entregó el Espíritu”.
El Paráclito
Los discursos de despedida se inscriben en el género literario de “los testamentos”. En
los discursos de despedida aparece el tema del mandamiento nuevo del amor mutuo y
también la promesa del Paráclito.
Significado y origen del término Paráclito
Paráclito significa defensor, intercesor, consolador (ad-vocatus). El Espíritu Santo es el
Espíritu de la verdad, el Paráclito.
Actividad del Paráclito
La actividad del Paráclito es doble: conocimiento y testimonio: enseñar, hacer recordar,
conducir a la verdad, anunciar, dar testimonio, convencer (16,8: “convencerá...”). La
intervención del Paráclito es particularmente necesaria para sostener a los fieles en la
persecución (tema también presente en los sinópticos).
En la fuente de la misión del Paráclito
El Espíritu es un don de Dios, ya que procede del Padre. Su misión está condicionada a
la oración de Cristo y su glorificación. El Padre envía al Espíritu en nombre de Cristo (y en
eso se asemeja Cristo al Espíritu, en cuanto que uno y otro son enviados). Decimos en el
Credo: “Creo en el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo”.

e).- La Escatología
Confrontar Jn y los sinópticos. Escatología realizada y escatología futurista.
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Una comparación entre Juan y los sinópticos


Comparando a Juan con los sinópticos, se nota un desplazamiento del centro de
gravedad: Para los sinópticos, el núcleo del mensaje de Jesús está en el reino, la conversión
y las perspectivas escatológicas, En Juan, el llamado a la conversión cede el lugar a la
invitación a creer en la persona de Jesús, Cristo e Hijo de Dios.
Se modifican las perspectivas escatológicas
La predicación sinóptica de Jesús distingue entre este siglo y el siglo futuro. Dios pondrá
fin a las miserias del tiempo presente para establecer el reino eterno. Jesús anuncia la
venida gloriosa del Hijo del hombre para el juicio final.
En Juan se da otra forma de dualismo: la oposición entre el mundo de arriba y el mundo
de abajo, entre la carne y el espíritu. Las categorías espaciales predominan sobre las
temporales.
R. Bultmann puso de relieve el valor decisivo que tiene para Juan el tiempo presente: “la
resurrección de los muertos y el último juicio coinciden con la venida de Jesús. Es evidente
que, de este modo, se opone a la escatología apocalíptica tradicional”. El creyente ya ha
sido juzgado-salvado y resucitó ya; el no creyente está condenado.
Unos versículos (5,28 s; 6,51b-58), con su doctrina apocalíptica del último juicio, dice
Bultmann, serían obra del redactor eclesiástico y estarían en contradicción con la teología
específica del evangelista. Todo eso que dice Bultmann ha llamado la atención y ha sido
aceptado, menos el último punto.
Con todo esto se puede hablar de una escatología futura apocalíptica, que incluirá el
juicio (sinópticos), frente a una escatología realizada o presente, con un juicio que se
establece de acuerdo a la fe-aceptación de Jesús (Jn).
El puesto central de la fe
La insistencia en el tiempo presente como tiempo de decisión está acompañada por una
gran concentración en el tema del acto de fe.
Juan evita el término “pistis” y prefiere el verbo “pisteuein”, construido muchas veces
con la preposición “eis”, que indica movimiento (hacia Cristo).
D. Mollat dice: “la fe es para Juan el principio y el corazón de la existencia cristiana”.

3.- En el evangelio de Juan la numerología simbólica juega un papel importante,


describa someramente algunos datos sobre este tema.

4.- Mencione los siguientes puntos sobre el Apocalipsis:


a).- Autoría: El autor se da a sí mismo el nombre de Juan (no sería el del evangelio).
El autor se denomina Juan. En otros lugares dice que es hermano y compañero en la
tribulación y en la espera del reino. El texto no indica de qué personaje histórico se trata.
Una parte de la tradición de la iglesia primitiva lo identificó con Juan, el hijo de Zebedeo.
Pero pronto apareció la tradición que habla de Juan el presbítero o anciano como autor del
libro. Lo importante es que el autor se considera como profeta que ha recibido revelaciones
decisivas de parte de Dios. Por lo tanto, Juan (el hijo de Zebedeo, autor del evangelio) no
sería el autor del Apocalipsis.

b).- Fecha de redacción: Año 95.


Fines del reinado de Domiciano (año 95). Las características de las iglesias en Ap 2-3
reflejan una situación que concuerda con la situación política, económica, social y religiosa
de Asia Menor, a fines del siglo I.
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c).- Contexto y pretexto de la redacción del texto: Persecución y problemas internos.


Las comunidades viven situaciones difíciles de persecución. También hay problemas
internos: enfriamiento del amor primero, surgimiento de falsos profetas o apóstoles. Se da
también la persecución de parte de comunidades judías no cristianas.

d).- Público o comunidades a las que va dirigido: 7 iglesias de Asia Menor.


Los destinatarios del libro son las siete iglesias de Asia Menor (1,4). Se trata de
comunidades reales e históricas, con problemas específicos, Pero el hecho de que sean 7
hizo que pronto adquirieran una dimensión simbólica, aplicable a las iglesia cristianas en
general.

e).- Principales símbolos. Mencione por lo menos tres

5.- En el Apocalipsis el cumplimiento mesiánico escatológico es el gozne teológico


mismo del libro: exponga este tema.
Considerar la figura del cordero degollado y de pie.
La cristología pascual
Se ha dicho, con razón, que sin la figura de Jesús, el Apocalipsis se desintegraría en
escenas poco coherentes.
El Apocalipsis subraya la relación entre Jesús y Dios Padre, no sólo porque se afirma de
Jesús que se ha sentado en el trono con Dios, su Padre (3,21), sino también porque, a veces,
se le aplican títulos que en el libro mismo se atribuyen también a Dios; así sucede en 22,13
con los títulos “alfa y omega”, primero y último, principio y fin”.
A través del testimonio de todas sus páginas el libro pretende llevar al ánimo del lector
cristiano, entonces perseguido a causa de su fe, una convicción fundamental: la divinidad
de Cristo.
Por la muerte y resurrección / exaltación de Jesús, que es el cordero degollado (Jesús es
denominado “cordero” en 28 lugares del Ap) y está de pie ante el trono de Dios, se ha
realizado ya el paso decisivo hacia el tiempo de la salvación.
Jesús reina ya en este mundo, pues es el ejecutor de los planes salvíficos de Dios. Y es, a
la vez, la clave de interpretación de toda la historia de la salvación, ya que sólo él es digno
de abrir el libro sellado con siete sellos (5,9).
Una serie de títulos intentan especificar el señorío de Cristo y su relación con Dios.
Aparte del título “cordero”, es denominado testigo fiel, primogénito de entre los muertos,
Amén, Hijo de Dios, Pastor, Rey de reyes y Señor de señores.
Por amor a su Iglesia, Jesús con su muerte ha liberado de los pecados, realizando así el
objetivo que perseguía Dios con su alianza ya en el AT, la constitución de un pueblo real y
sacerdotal. Cristo resucitado habla ahora a sus iglesias a través del Espíritu.

6.- Exponga brevemente la importancia espiritual que ha tenido en la tradición de


la iglesia y/o en la pastoral la obra joánica.
El evangelio ha sido considerado como el libro del cristiano avanzado; el libro del
Apocalipsis ha sido fuente de esperanza para los tiempos de persecución contra la Iglesia.

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