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Libros ilustrados para pequeños lectores y grandes curiosos

Colección
Cuentos del globo 2 : de bellas y bestias / Betsy Hearne y Ruth Kaufman ;
adaptado por Betsy Hearne y Ruth Kaufman ; compilado por Betsy Hearne ;
ilustrado por Alicia Baladan ; Mariana Chiesa ; David Álvarez ; Claudia Legnazzi.
1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Pequeño Editor, 2012.
52 p. : il. ; 21x27 cm. - (Cuentos del globo; 2)

ISBN 978-987-1374-22-9

1. Literatura Infantil y Juvenil. I. Kaufman, Ruth II. Hearne, Betsy, adapt.


III. Kaufman, Ruth, adapt. IV. Hearne, Betsy, comp. V. Baladan, Alicia, ilus.
VI. Chiesa, Mariana, ilus. VII. Álvarez, David, ilus. VIII. Título
CDD 863.928 2

© De Cuentos del globo 2, Edición www.pequenoeditor.com


Pequeño Editor, 2012 Raquel Franco pequenoeditor.blogspot.com
Ruth Kaufman
© De las ilustraciones, La colección Cuentos del
Alicia Badalan Diseño de tapa globo ha ganado el Concurso
(“La Bella y la Bestia”), 2011; y colección Buenos Aires Innova 2010,
Mariana Chiesa Diego Bianki por lo que ha contado con
(“La serpiente mágica”), 2011; el apoyo económico del
David Álvarez Edición gráfica Gobierno de la Ciudad de
(“Bodas oscuras”), 2011; y diseño Buenos Aires.
Claudia Legnazzi Diego Bianki
(Mapa), 2011. Libro impreso en papel FSC.
Armado
© De la adapt. de “La Bella Geni Expósito
y la Bestia” y “La serpiente Santiago López (Mapa)
mágica”, Betsy Hearn, 2011
De la adapt. de “Bodas Imprimió
oscuras”, Ruth Kaufman, 2011 Gartengroup SRL
Manuel García 456
Selección de textos Ciudad Autónoma
Betsy Hearne de Buenos Aires

Traducción del original inglés 1a edición, enero de 2012


de “La serpiente mágica” ISBN 978-987-1374-22-9
(“The Magic Serpent”)
y “La Bella y la Bestia” Queda hecho el depósito
(“Beauty and the Beast”) que marca la ley 11.723
Eliezer Nowodworski
y Mara Campbell
Cuentos del globo 2

De bellas y bestias
EUROPA - ASIA - AMÉRICA

Versiones de Jeanne-Marie Le Prince de Beaumont,


Adele M. Fielde y Dominga Fuentes de Norambuena
Selección de textos: Betsy Hearne

Ilustraciones:

Alicia Badalan
Mariana Chiesa
David Álvarez
Claudia Legnazzi
La Bella y la Bestia
Las tres muchachas vivían como princesas 7
Francia
hasta que un día el comerciante recibió

Francia - Europa
Jeanne-Marie Le Prince de Beaumont
(adaptación de Betsy Hearne) un mensaje en el que le informaban que
su flota de barcos se había hundido en el
mar, durante una tormenta. Así, de pronto,
Había una vez un adinerado comer- quedó tremendamente endeudado. En me-
ciante que tenía tres hijas, una más en- nos de un mes tuvo que vender todo cuanto
cantadora que la otra. La más joven era poseía y mudar a su familia a una cabaña
tan hermosa de mente, cuerpo y corazón pequeña. El panorama que los recibió allí
que la llamaban Bella. El padre daba a sus fue sombrío: una casa destartalada en lo
hijas todo cuanto querían y, sobre todo, profundo del bosque, rodeada por un des-
una buena educación. Las dos hermanas cuidado claro. Al principio, las tres niñas
mayores no le daban demasiada impor- lloraron y se lamentaron y se estrujaron las
tancia a su instrucción; lo que les gustaba manos y, triste es decirlo, las dos mayores
era vestirse elegantemente durante el día y siguieron haciendo lo mismo. Dormían
bailar toda la noche. hasta tarde y se quejaban de su destino.
Pero Bella adoraba sus libros, le encantaba Pero Bella comenzó a mirar a su alrededor
leer y tocar el clavicordio y, cuando los pre- y a darse cuenta de cuán bello era el bosque.
tendientes venían en bandadas para pedir Comenzó a hacerse cargo de un pequeño
su mano, siempre decía: “No, me quedaré jardín, a criar una bandada de gansos y una
un poco más con mi padre”. manada de cabras. Alimentaba a diario a
8 sus animales y aprendió que podía trabajar prender enseguida el regreso porque no de su caballo y lo condujo hasta el establo, hombros y salió a emprender el nuevo día. 9
tan bien como cualquiera. tenía, ni siquiera, el dinero suficiente para que estaba vacío. Dio a su caballo granos de Nadie apareció cuando fue a buscar su
Francia - Europa

Francia - Europa
Aun así, vivían pobremente. Un día, el co- pasar la noche en una posada. Su caballo un cubo, lo frotó y fue a llamar a la puerta caballo; lo ensilló y estuvo listo para dejar
merciante recibió otro mensaje que decía estaba cansado y comenzaba a hacerse tar- del castillo. Nadie respondió. el castillo. Al pasar por el último tramo del
que uno de sus barcos había arribado al de. Pronto oscureció y comenzó a llover. La La puerta no estaba cerrada con llave. El jardín, el comerciante vio un rosal y recordó
puerto a duras penas y que, si se apresura- lluvia se convirtió en agua nieve y el agua comerciante entró y caminó por un largo la promesa que le había hecho a Bella. En
ba a llegar a la ciudad, podría rescatar algo nieve, en nieve. Antes de que se diera cuen- pasillo hacia un hogar que crujía con lla- cuanto tomó la rosa más hermosa, oyó un
de mercadería. Antes de partir, el padre ta, el comerciante se había perdido. Con la mas brillantes. Delante del hogar, había rugido. Una bestia furiosa se le abalanzó
llamó a sus tres hijas y les preguntó: esperanza de que el caballo supiera regresar una mesa servida con pollo asado, pan y él cayó de rodillas. La Bestia —un ser
—¿Qué obsequios quieren que les traiga al hogar, dejó que él guiara el camino. Al fresco y una botella de vino. Llamó, pero cubierto de pelaje de pies a cabeza— se
de la ciudad? poco tiempo, efectivamente, el caballo se nadie respondió. Finalmente, no pudo re- alzaba por encima del hombre.
La primera joven pidió ropa y la segunda, dirigió hacia una luz lejana. Se internaron sistir más. Se sentó frente al fuego en una —¿Cómo te atreves a robar mis rosas?
joyas. Bella pensó que ropas y joyas no la en un estrecho sendero bordeado por ár- silla cómoda y comió todo el pollo. Tras —tronó la Bestia.
ayudarían en el jardín. Lo que más extra- boles. El caballo avanzaba a los tropezones algunos vasos de vino, se quedó dormido. —Mi señor, mi señor, no quise robar...
ñaba cuando plantaba verduras eran las contra el viento y la lluvia, el agua nieve Durmió toda la noche. Cuando despertó, —No me llames “señor”. Soy una Bestia.
rosas. Si él pudiera traerle una rosa, ella la y la nieve hacia la luz, que se veía, a cada la mesa estaba limpia y servida con choco- —Bestia —dijo el comerciante—. No quise
atesoraría. paso, más brillante. Así llegó con su jinete late caliente, panecillos frescos y frutas. robarle.
El padre partió tan pronto como pudo, pero a un jardín que rodeaba un gran castillo. Después del desayuno, se sintió bien y se —¿Entonces por qué te llevas lo que yo
cuando llegó a la ciudad y al puerto, el bar- El jardín tenía un aire diferente al frío del dispuso a marchar. Su capa andrajosa había más aprecio?
co ya había sido vaciado por los acreedores. bosque. Parecía más cálido, casi como si desaparecido y, en su lugar, había otra de —Solo cortaba una rosa para mi hija. Es
No quedaba nada para él. Tuvo que em- allí fuera primavera. El comerciante se apeó lana gruesa. La levantó, se la puso sobre los todo lo que ella quería.
—Yo mato a quienquiera que se robe mis Bella dijo: 11
rosas —dijo la Bestia—, pero si tu hija es- —Padre, no te preocupes más. Nunca les

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tuviera dispuesta a venir al castillo en tu tuve miedo a las bestias de los bosques.
lugar, te perdonaría la vida. ¿Por qué habría de temerle a una bestia en
—¡Oh, no, jamás podría permitírselo! un castillo? Regresaré mañana contigo y
El comerciante se acobardó y lloró, pero conoceré a esa Bestia.
estaba claro que la Bestia no daría el brazo Su padre protestó, pero, a la mañana siguien-
a torcer. Para ganar tiempo y poder despe- te, cruzaron el bosque en dirección al cas-
dirse de sus hijas, el comerciante dijo que tillo. El caballo se dirigía sin dudar, como si
iría a buscar a la más joven de las tres. Con conociera el camino. Nadie apareció cuando
el corazón apesadumbrado, montó el ca- Bella ayudó a su padre a dejar los caballos
ballo y regresó a su hogar. en el establo. Abrieron la puerta del castillo y
Cuando llegó a la cabaña, Bella salió a su caminaron por el largo pasillo hacia el fuego
encuentro. Estaba encantada de ver a su pa- que aún crepitaba junto a otra cena bien
dre. En su mano, vio la rosa que había traí- servida. Bella estaba nerviosa pero, a pesar
do para ella. El padre contó a sus tres hijas la de eso, pudo comer. Cuando terminaron de
historia de la Bestia. Bella guardó silencio. cenar y se preguntaban qué pasaría, escu-
Las dos hijas mayores, en cambio, se que- charon un estruendo de puertas y pesados
jaron y protestaron furiosas. Como siem- pasos que retumbaban al acercarse.
pre, había sido Bella, con su extraño pedido, Allí estaba la Bestia. Era un ser enorme,
quien había causado el problema. peludo, horrible y aterrador. Bella se retrajo.
12 La Bestia se acercó y le dijo amablemente: rosas y de perfumes de primavera y pensó —Ve a mirar el espejo de tu habitación. Bestia le había obsequiado, prendas y joyas 13
—Bella, ¿has venido por voluntad propia? para sí: “Podría vivir aquí por siempre”. En su habitación, Bella vio a su padre en el desaparecieron de las manos de las herma-
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—Sí, mi señor —respondió haciendo una A la mañana siguiente, Bella comenzó a espejo, enfermo y postrado. Al día siguien- nas. Entonces, las hermanas se confabula-
reverencia con la cabeza. explorar el castillo y los jardines del fondo. te, le rogó a la Bestia que la dejara ir a su ron en secreto contra ella: simularían estar
—No soy tu señor. Soy una Bestia. Cada día se ponía más feliz. Por las noches, hogar. tristes cada vez que Bella hablara de irse.
—Sí, por voluntad propia, Bestia —dijo la Bestia venía para la cena y le hablaba —Eres libre de ir y venir a gusto —dijo la Tal vez, si lograban retenerla lo suficiente,
mirándolo. Él pareció sonreír detrás de su amablemente. Ella comenzó a ansiar su Bestia—. Toma este anillo. Póntelo en el la Bestia se enfadaría y la atacaría cuando
pelambre y dijo: compañía. Cada noche, al final de la comi- dedo, gíralo, pide tu deseo y estarás en tu ella regresara al castillo. Y así lo hicie-
—Muy bien, pues. Despídete de tu padre, da, él le hacía la misma pregunta: casa. Pero recuerda, si te quedas demasiado ron. Cada vez que Bella anunciaba que
que debe marcharse. —Bella, ¿te casarías conmigo? tiempo, me romperás el corazón. Cuando era momento de marcharse, las hermanas
Bella abrazó a su padre y lo acompañó hasta —Oh, no, Bestia, jamás podría casarme sea momento de regresar, ponte el anillo se frotaban cebollas en los ojos y lloraban
la puerta. Luego se dio vuelta para ver a la contigo —respondía la muchacha. en el dedo y gíralo otra vez. falsamente rogándole que no se marchara.
Bestia. La Bestia la llevó a una habitación Con el correr del tiempo, él siguió formu- Esa noche, después de cenar, Bella giró el Entonces, ella se quedaba un poco más, y
al final de las escaleras. En la puerta había lando la misma pregunta y ella continuaba anillo en su dedo. De pronto, estuvo en la una cosa fue llevando a la otra. Bella veía
un letrero que decía “Habitación de Bella”. respondiendo del mismo modo. antesala del cuarto de su padre. Como si que su padre mejoraba y dejó que los días
Ella le deseó buenas noches, entró y cerró Después de un tiempo, Bella comenzó a al verla se hubiera curado, el padre saltó pasaran sin contarlos.
la puerta. Nunca había visto una recámara extrañar a su familia. Una noche se notaba de la cama. Bella le contó sobre el castillo; Una noche, Bella tuvo un sueño. Vio a la
como esa. Estaba repleta de las cosas que su tristeza en la cena y la Bestia le preguntó le mostró las delicadas vestimentas y las Bestia junto a la fuente del jardín, murién-
ella amaba: libros, música, flores, incluso pá- qué la apenaba. joyas que la Bestia le había regalado. dose. Bella se despertó extrañando tanto
jaros que entraban y salían volando por las —Bestia —dijo ella—, deseo ver a mi padre. Las hermanas mayores la oían con envidia. a la Bestia que creyó que su corazón esta-
ventanas. Miró el jardín del castillo, lleno de La Bestia bajó la cabeza. Cuando ella intentó darles todo lo que la llaría. Tomó el anillo de la mesa, lo giró en
Alicia Badalan

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15
16 su dedo y deseó regresar al castillo. Una vez Cuando pronunció estas palabras, el cas- 17
allí, corrió hacia su habitación y se puso su tillo en penumbras se iluminó por com-
Francia - Europa

Francia - Europa
mejor vestido para esperar a la Bestia para pleto y los rosales marchitos florecieron
cenar. Pero esperó en vano, porque él nun- de nuevo.
ca llegó, y las luces se opacaban mientras Al poco tiempo, se casaron. Las hermanas
Bella buscaba en el castillo. Finalmente, lo y su padre vinieron a la boda y su padre se
encontró en el suelo junto a la fuente del regocijó. Pero los corazones de sus herma-
jardín, donde lo había visto en su sueño. Se nas estaban tan endurecidos por la envidia
recostó sobre su cuerpo y lloró: “Mi Bestia, que sus cuerpos se convirtieron en piedra,
no sabía cuánto te amaba”. Regó su rostro dos estatuas que observaron la felicidad de
con lágrimas y besos. La Bestia se agitó, in- Bella y su esposo para siempre.
tentó levantarse y se puso de pie... ¡conver-
tido en un hombre!
—¿Quién eres tú? —gritó Bella.
—Soy tu Bestia —dijo el hombre—, un
príncipe aprisionado en la forma de un ani-
mal hasta que alguna mujer me amara por
lo que soy a pesar de mi apariencia. Bella,
¿te casarías conmigo?
—Sí, no perdería tu amable corazón, sin
importar qué forma tuviera.
La serpiente mágica
trado para buscar unas pocas flores para 19
China
sus hijas, que ellas se sentirían decepcio-

China - Asia
Adele M. Fielde
(adaptación de Betsy Hearne) nadas si él volvía a casa sin el regalo de
siempre. La serpiente le preguntó cuántas
hijas tenía, cómo se llamaban y qué edades
Había una vez un hombre que tenía tenían. El hombre respondió a todas las
tres hijas a las que adoraba. Cada día, al preguntas pero la serpiente no lo soltó. La
regreso de su trabajo, el padre recogía una serpiente le dijo que solo le devolvería su
flor diferente y se la llevaba a sus hijas para libertad si le prometía la mano de una de
que la usaran como modelo en sus labores. las muchachas en matrimonio. El pobre
Las muchachas eran hábiles bordadoras. hombre probó con todos los argumentos
Un día, el hombre no encontró ninguna que se le ocurrían, pero la serpiente no
flor en su camino habitual. Para no vol- quiso aceptar otro rescate. Finalmente, el
ver con las manos vacías, se internó en el padre, temiendo lo que podría suceder-
bosque en busca de capullos silvestres. les a sus hijas si él llegaba a morir, dio la
¡Pobre de él! ¡Estaba entrando en los do- promesa requerida y se fue a su casa. Esa
minios de una serpiente mágica! La ser- noche no pudo comer la cena pensando en
piente le saltó encima, se enroscó alrededor el poder que tienen las criaturas mágicas
de su cuerpo y lo apretó con fuerza. Luego, para dañar a quienes las ofenden.
lo acusó de invadir su jardín. Pasaron algunos días, pero, aunque sus
El hombre respondió que solo había en- hijas le preparaban cuidadosamente las
comidas, él no iba a la mesa. Las niñas se cuidaba debidamente de su salud, ella se 21
preguntaban por qué estaría triste y deci- casaría con la serpiente. El padre entonces

China - Asia
dieron que una de ellas debía de haberlo comenzó a comer otra vez, los días fueron
disgustado. Para averiguar quién había si- pasando sin traer nuevas calamidades y el
do, cada una iría a incitarlo a comer. bienestar de la familia pareció a salvo por
Primero fue la mayor. Le dijo cuánto la un tiempo.
apenaba ver a su padre sin apetito y lo Pero una mañana, mientras las jóvenes
animó a probar, al menos, un bocado. Él estaban ocupadas con sus bordados, una
le respondió que comería si, por su propio avispa entró volando por la ventana y se
bien, ella se casaba con la serpiente a quien puso a cantar:
él mismo le había prometido una esposa. La ¡Bsss!, zumbando entro
hija mayor se negó rotundamente a cumplir y zumbando reclamo
con el contrato de su padre y él quedó to- ¿Quién desposará a la serpiente,
davía más triste y abatido que antes. mi amo?
Entonces, la segunda hija fue a rogarle que
comiera; pero, cuando escuchó el mismo Cada vez que la avispa intentaba posarse,
pedido, ella también se negó a cumplir con las niñas la pinchaban con sus agujas; hasta
la promesa. que, finalmente, la avispa huyó por donde
Finalmente, la hija menor entró y le su- había venido. A la mañana siguiente, en-
plicó a su padre que comiera. Cuando oyó traron dos avispas y cantaron la misma
la historia, enseguida declaró que, si él rima. La tercera mañana, entraron tres
Mariana Chiesa

China - Asia
23
24 avispas; la cantidad de avispas aumentaba esposo que apreciaba todo lo que le había La muchacha lo miró sin comprender y 25
a medida que pasaban los días, hasta que dado y que al día siguiente ella comenzaría él le contó que había estado atrapado en el
China - Asia

China - Asia
las niñas no pudieron librarse de ellas ni con sus tareas domésticas. Por muchos cuerpo de la serpiente por un encanto ma-
soportar sus picaduras. días, la muchacha mantuvo la casa orde- ligno. Al fin, gracias a su compasión, se
Entonces, la hija menor dijo que iría a bus- nada, cocinó y se ocupó de que todo fuera había liberado. Desde ese día, la muchacha
car a su extraño prometido para librar a agradable para su repulsivo esposo. Él la junto a su dulce esposo fueron a visitar a su
la familia de la plaga de zumbadoras. Las adoraba y languidecía cuando ella no es- padre y sus hermanas. También visitaban a
avispas la acompañaron por el camino y taba a la vista. Era tan atento a sus deseos quienes eran menos felices que ellos y les
la guiaron hasta el bosque. La serpiente y a su bienestar que, poco a poco, ella llegó llevaban bonitos regalos.
mágica la estaba esperando en la puerta de a disfrutar de su compañía y a sentirse sola
un palacio que había construido para ella. cuando él se ausentaba.
En las amplias habitaciones del palacio, la Un día, la muchacha descubrió que el
niña encontró muebles tallados y adorna- pozo estaba seco y tuvo que adentrarse
dos con piedras preciosas; cajones repletos en el bosque en busca de agua. Caminó
de telas de seda; cofres con jade, joyas y muchas horas hasta encontrar un manan-
oro. La serpiente tenía unos ojos hermo- tial. Cuando finalmente logró regresar a
sos y una voz muy musical, pero su piel era casa cargando el agua, encontró a la ser-
escamosa; y la muchacha tembló de solo piente muriendo de sed. Para salvarle la
pensar en verla todos los días. vida, la tomó y la sumergió por completo
Después de la cena de casamiento, que co- en el agua. Unos segundos después, emer-
mieron a solas, la muchacha le dijo a su gió del agua un hombre apuesto y fuerte.
Bodas oscuras
anciano y se fue. 27
Chile
Enseguida llegó un ogro que no tenía revés ni

Chile - América
Dominga Fuentes de Norambuena
(adaptación de Ruth Kaufman) derecho. Parecía un ser gigantesco y oscure-
cido. No tenía cara, no tenía pies, no tenía
nada. Parecía que estaba adentro de un
Érase una vez un matrimonio tan po- barril. El hombre se asustó, pero el ogro le
bre que no tenía casi nada. Pero tenían dijo que no le tuviera miedo, que él tam-
una hija que se llamaba Florinda. Era una bién era un cristiano.
muchacha hermosa, ágil y buena. Sus pa- —Pero ¿cómo va a ser cristiano —le pre-
dres no tenían ni ropa para ella; no tenían guntó el leñador— cuando no tiene pie, no
siquiera sacos de harina vacíos para ha- tiene mano, no tiene cara?
cerle un trajecito. —¿Quieres tener riquezas? —le respondió
Un día, el padre se fue con un hacha y un el ogro.
cordel al monte cercano. Era de madruga- —Sí, y tengo hambre.
da, hacía frío, corría un viento tormentoso. —Entonces ve a aquel árbol, da tres ha-
El hombre hachaba y se lamentaba de su chazos y el oro saltará a chorros. Pero antes,
suerte, le pedía a Dios que lo ayudara. En vamos a hacer una promesa.
eso, se apareció un anciano y le preguntó: —Lo que usted quiera —se apuró el hombre.
—¿Por qué lloras? —Tú tienes una hija —dijo el ogro—. Es
—Soy pobre, abuelito, no tengo na. linda, hermosa. Yo quiero que me la des
—Pronto tendrás muchísimo —le dijo el para casarme.
28 —Ay, ¿cómo haré eso? —se asustó el padre. —No es mina —le respondió el hombre—, vaquitas para sacar la leche, avecitas, lindas llo a él y a la novia. Ya estaban casados. 29
—Se hará una boda —dijo el ogro—. Ella es algo amargo. A cambio de este oro di a camas, linda casa. ¿Qué más queremos? Cuando los padrinos dejaron a la mucha-
Chile - América

Chile - América
se casará de traje blanco, una boda magní- mi hija para que se casara con un ogro en —Pero… ¿las bodas oscuras? —le pre- cha en el lecho nupcial, estaba todo oscu-
fica, con un obispo. Pero oscura. Sin luz. unas bodas oscuras, dentro de un año. guntó el padre. ro. Ella tocó la cama, se quitó los guantes,
—¿Y cuándo? —No hay que tener miedo —dijo la mujer. —No importa. Yo miedo no he de tener el velo, el traje de novia. Se acostó.
—Al año. —dijo la muchacha. Al otro día se levantó y estaba solita. No
El hombre miró alrededor, la tierra, cabiz- Se hicieron una casita. Todo les sobraba. Al otro día se hizo la ceremonia. Cuando había nadie. El ogro no había ido a dormir
bajo. Después miró el cielo. El ogro estaba Cuando se había cumplido el año, el ogro el obispo preguntó por el novio, el padre con ella.
a su lado. se le presentó al hombre en un bosque- le explicó que eran bodas oscuras, que no
—Será cumplida su promesa —dijo el cillo cercano. podía haber luz. Todos estaban listos cuan- Así pasó un año. Ella estaba contenta, se
hombre—. Porque estoy tan pobre. —Se ha cumplido el plazo —le dijo—. do oyeron pasos y una puerta que se abría. había casado pero vivía sola. Hasta que un
Se llevó el hacha. Tenía un ponchito de Mañana será la boda. Recuerda que no —Apaguen la luz —dijo el obispo—. ¡Ya día, una anciana que pasaba por su jardín
lana, todo roto el ponchito que donde quiero luz, ni en la boda ni en el lecho viene el novio para la ceremonia! se le acercó y le dijo:
echaba una moneda se rompía por el otro nupcial. Pero que haya de todo, música Los invitados vieron una cosa negra. No —¡Qué hermosa eres! Y qué suerte has
lado. Buscó una espinita y empezó a frun- divina, de todo. tenía cara, no tenía pies, no tenía manos, tenido de casarte con el ogro, ¿tú sabes
cirlo acá, allá y así logró llenarlo. El ogro se —Bien —le dijo el padre. no tenía nada. De repente, el ogro sacó por quién es?
fue y él se quedó juntando el oro. Después fue El hombre llegó a su casa y le anunció a su debajo de la capa que lo cubría, una mano —No, pues —se interesó la muchacha.
a dejarlo a la casa y volvió por otro. Se llevó hija que se había cumplido el plazo. Que al blanca, alba como la nieve. Apenas se vio su —Te casaste con el príncipe de las Tres
cuatro lindas ponchadas de oro. día siguiente tenía que casarse con el ogro. rostro hermosísimo, afilado. Se notaba que Torres Verdes. ¿Te casaste a oscuras, no
En el último viaje, la esposa le preguntó: —Ojalá me case ahora, taita —le dijo la tenía un alma hermosa, de mucho alcance. es cierto?
—¿Dónde encontró esa mina? muchacha—. Yo estoy contenta. Tenemos El obispo estiró la mano y les colocó el ani- —Sí.
—Él está encantado. Lo encantó un hada Cuando llegó el amanecer, el marido la 31
hechicera. Dame una moneda de plata y llevó hasta una ventana. Cada vez que pa-

Chile - América
esta noche lo verás. Pero no te quedes con saba una bandada de aves, él le pregunta-
la pajuela encendida. ba cuántos eran. Pasaron torcazas, tordos,
La muchacha le dijo que no. Pero se quedó palomas. Ella contaba once pájaros. Él le
con la curiosidad. Y cuando llegó la media- decía que no.
noche, ella estaba despierta pero se hacía Entonces, pasó otra bandada. El marido
la dormida. El joven llegó, se sacó la grue- volvió a preguntarle:
sa negrura que le cubría el cuerpo como —¿Y ahora?
un cartón. La miró un segundo con ojos —Pasan once loros —dijo ella.
de relámpago y se acostó a su lado. Cerró —Doce —completó él, mientras se trans-
los ojos, apenas, sin tocarla. Entonces ella formaba en un ave y escapaba por la ventana.
encendió la pajuela. La luz le iluminó el Antes de partir, le dijo:
rostro. Era hermoso. Se quedó mucho rato —Florinda, me has traicionado. Me falta-
mirándolo, hasta que un chorrito de cera ba poco para salir del encantamiento pero
cayó encima del rostro de su marido. Él ahora se remacharon los candados para
abrió los ojos, la miró enojado: mí. Te costará zapatos de hierro volver a
—¡Ay, Florinda! —le dijo—. Me has traicio- encontrarme. Diez años de camino te lle-
nado. ¿Por qué? vará. Soy de las Tres Torres Verdes, al otro
La joven lloraba, el rostro tapado. Toda la lado del mar.
noche la pasó llorando.
32 Al día siguiente, la madre encontró a su hija una arpita de oro y plata. Se llevó la arpita. Florinda le pidió ayuda y la hija de la novia con el príncipe, la vio. Vio el brillo 33
llorando sin consuelo. Ya se mandó a hacer Ya llevaba dos años de camino. anciana, que era maga, se compadeció. de ese peine de oro y lo deseó. Corrió has-
Chile - América

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los zapatos de hierro. Ya le pidió la ben- Temprano por la mañana se pusieron en ta la arena donde estaba Florinda.
dición a su padre. Ya se puso en camino. Anduvo otro año y llegó a la cima de otro camino. Antes de partir, la anciana le re- —Oye —le dijo—, tontita, ¿quieres ven-
cerro donde había otra anciana. Florinda galó una bombillita de oro. derme este peinecito de oro que ahora
Al año de camino, Florinda llegó al pie de le contó su historia. La maga la llevó hasta una colina. Desde estoy de novia?
una cima donde había una cabaña de toto- —Lo que usted busca —le dijo la ancia- allí vieron las Tres Torres Verdes. Enton- —Yo puedo darle el peinecito, no ven-
ra y una anciana. Florinda le preguntó por na— está muy lejos de acá. Pero mi hija, ces, la maga le ordenó cerrar los ojos y dérselo —respondió Florinda—. Pero usted
las Tres Torres Verdes. La mujer la hizo que tiene poderes mágicos, la ayudará. gritar todos los años que le faltaban para tiene que darme permiso para entrar a ver
pasar, se sentaron en banquetitas de palo. La hija de la anciana conocía la historia cumplir los diez años de camino. Florinda al príncipe.
Pero la anciana no había oído jamás ese de Florinda. Era una historia triste. El gritó con todas sus fuerzas y esos años se —Tendrás cinco minutos —dijo la hija de
nombre. Y Florinda se fue. Pero la anciana príncipe estaba encerrado en una torre, cumplieron. Antes de despedirse, la maga la hechicera.
se compadeció de ella y la llamó de nuevo. atrapado por una hechicera que quería le regaló un espejito de oro. Florinda lleva-
Y le regaló un peinecito de oro. Florinda casarlo con su hija. Cada tarde, antes de ba cuatro joyas con ella. La hija de la hechicera la llevó hasta el pa-
guardó el peinecito en su bolsillo. que entraran las visitas, la hechicera le lacio. Antes de hacerla pasar, se aseguró de
daba una bebida con narcótico. El prínci- Cerca de las Tres Torres Verdes, Florinda que el príncipe hubiera tomado el narcóti-
Al año justo, llegó a la cima de otra cues- pe, que penaba por una esposa que había se sentó en la orilla del mar y se puso a co. Florinda entró y reconoció a su mari-
ta. Había otra anciana. Florinda tenía la perdido en la lejanía, la bebía y quedaba llorar. Llorando, sacó el peinecito y miró do. Pero él estaba como muerto. Florinda
ropa desagarrada, los pies sangrando. La como muerto. Pasaban los días, se acer- el sol a través de los dientes. Iluminaba lo llamó, lo pellizcó, le dio un mordisco en
anciana tampoco conocía las Tres Torres caba el plazo en el que tendría que casarse como una estrella que tuviera en su mano. la pierna. Nada. Pasaron los cinco minutos
Verdes. Cuando se iba, la anciana le regaló con la hija de la hechicera. La hija de la hechicera, la que estaba de y la echaron para afuera.
Al otro día, Florinda fue a la misma playa Al día siguiente, a Florinda le quedaba la 35
y sacó su espejito. Le dio vueltas al crisol arpita. Era su última joya. Cuando la tocó,

Chile - América
del Sol. Como una estrella preciosa ilu- sonó una música divina. La hija de la he-
minaba las flores, las ventanas del palacio. chicera la escuchó. Y quiso el arpa para ella.
La hija de la hechicera lo deseó. Corrió a —Véndemela para mi boda —le dijo—, me
pedírselo. Florinda se lo dio con la misma caso pasado mañana. Ya nadie podrá entrar
condición. a ver al príncipe cuando sea mi marido.
Pero cuando Florinda entró a ver a su —Está bien —le dijo Florinda—, te la doy
marido, él estaba como muerto, completa- si me dejas entrar por última vez.
mente dormido. Esa tarde, cuando entraron a darle el nar-
Al día siguiente, Florinda sacó la bombi- cótico, el príncipe estaba atento. Vio que
llita. La hija de la hechicera se la llevó a la hechicera echaba unas gotas en un vaso.
cambio de otra visita. “Eso es el narcótico”, pensó, y cuando le
—Ya le he dado el narcótico —le dijo la he- pasaron la copa, en vez de tomarla se dio
chicera vieja a su hija. vuelta y se la echó dentro de la camisa.
El príncipe las escuchó. “¿Será por eso que Nadie lo vio. Enseguida se hizo el dormi-
me siento mal todas las tardes?”, pensó. do, se fue cayendo de a poco. La hechicera
Pero no descubrió nada y se tomó la be- sacó un alfiler y se lo clavó para probar
bida como todos los días. Era exquisita. si se había tomado el narcótico. Él no se

David Álvarez
Después dejaron entrar a Florinda. Él es- movió, no se encogió, la dejó que hiciera
taba como muerto. No la oyó, nada sintió. lo que quisiera.
36 Entonces, le dieron los cinco minutos a la hija de la hechicera, yo no podía olvidar 37
Florinda. tu cariño. Tus pies sanarán pronto.
Chile - América

Chile - América
Ella se arrodilló delante de su marido y Y se abrazaron de nuevo. Y vivieron felices
le dijo que aquella era la última joya que le para siempre.
quedaba. Estaba sin zapatos, casi sin pies.
El joven escuchaba el clamor de ella, espe-
raba. Ella le mordió el brazo, le abría los
ojos. Florinda le dijo que ahora la espera-
ban los diez años del camino de regreso.
Entonces, él abrió los ojos:
—¡Ay, Florinda mía!, ¿cómo llegó hasta
aquí?
Se abrazaron.
—A pie he venido —respondió ella—. En
el camino gasté mis zapatos de hierro.

Entonces, el príncipe palmoteó y se desen-


cantaron las Tres Torres Verdes. Apareció
un palacio.
—Somos felices, Florinda. Has cumplido
con tu misión. Yo no quería casarme con
Claudia Legnazzi
44
Cuentos del globo
Las bestias de estos relatos Los narradores de estos cuentos tradicionales 45

Cuentos del globo


Jeanne-Marie Le Prince de Beaumont
En su famosa versión de “La Bella y la Bestia”, Jeanne-Marie Le Prince de Beau- Nació en Francia en 1711 y murió en ese país en 1780. Fue una desdichado con un hombre que la maltrataba. Años más tarde,
mont no describe a ningún animal en especial. Cada cual tiene que imaginarse escritora y profesora que publicó la versión más conocida de “La se trasladó a Inglaterra, donde volvió a casarse y escribió nu-
a la criatura por sí mismo. Sin embargo, muchos ilustradores han representado a Bella y la Bestia”. Tomó elementos de la historia de la escritora merosos libros para niños. Solía aconsejar a sus jóvenes alum-
la Bestia de esta historia como un león, quizá porque el “Rey de las fieras” es tan francesa Gabrielle-Suzanne de Villeneuve, quien basó su ver- nas que buscaran la sabiduría y la nobleza de espíritu (como
aterrador que el coraje de Bella al enfrentarlo resulta realmente extraordinario. sión completa en antiguas fuentes literarias y orales. Nacida en tenía la Bestia) antes que la riqueza o la belleza exterior que
En Francia, Inglaterra y otros países de Europa, el león aparece frecuentemente el seno de una familia humilde, Beaumont tuvo un matrimonio podría ocultar un corazón cruel.
en las banderas o los escudos de armas, simbolizando la valentía.
Adele M. Fielde
Nació en Estados Unidos en 1839 y murió en el mismo país cionario del dialecto swatou. Durante muchos años prestó
en 1916. Fue una mujer aventurera que vivió en China duran- servicios como misionera y realizó investigaciones en forma
te muchos años. En su libro Cuentos de hadas chinos (1893), independiente. Después de regresar a los Estados Unidos,
En China, como en muchas otras culturas, la Bestia toma la forma de una la autora relata que escuchó esas historias de personas que no publicó las conclusiones de su investigación sobre las hormi-
serpiente. Una de las más famosas historias de China, “La serpiente blanca”, sabían leer y nunca antes habían sido escritas. Fielde hablaba gas, dio conferencias a favor de la integración racial y tuvo una
cuenta una triste historia entre un joven estudiante y una serpiente de espíritu con fluidez el dialecto swatou que se hablaba en la localidad activa participación en la lucha por el voto femenino.
femenino que se enamoran, pero son separados para siempre. Nuwa y Fuxi son donde residía, en la costa sudeste de China, y escribió un Dic-
una importante pareja mitológica china: se representan mitad serpientes, mitad
humanos. Según cuenta la tradición, la serpiente gigante pitón llamada Bashe Dominga Fuentes de Norambuena / Yolando Pino Saavedra
¡tragaba elefantes! También los dragones, que tienen una importancia especial Dominga Fuentes de Norambuena nació en el sur de la Argen- guardados en su memoria. Yolando Pino Saavedra nació en
en el folklore chino, están emparentados con las serpientes. tina, de familia chilena. Aprendió a narrar oyendo a su abuelo. Parral, en Chile, en 1901 y murió en Santiago en 1992. Durante
Empezó a contar historias a los seis años y nunca más dejó de años recorrió su país de norte a sur, recogiendo las historias
hacerlo. El investigador Yolando Pino Saavedra la conoció en que le contaba la gente. Su obra principal, Cuentos folclóricos de
Linares, donde ella le contó muchos de los cuentos que tenía Chile I, II y III, reúne más de cien relatos distintos.

El folklore representa frecuentemente lo bueno como luz y lo malvado como Betsy Hearne
oscuridad, porque lo que no podemos ver suele ser más atemorizante que lo Nació y vive en los Estados Unidos. Es profesora, cuentista y historia. En su infancia, su cuento favorito fue “Al este del sol y
que vemos. En los viejos tiempos, las historias eran contadas junto al fuego, que estudiosa de la cultura popular. Se abocó al estudio del cuento al oeste de la luna”, que aborda temas similares a los de “La Bella
con su luz enfrentaba a la noche exterior. Todos podemos imaginar monstruos “La Bella y la Bestia” durante 35 años. En dos libros —De Bellas y la Bestia”. Hearne también escribió libros para niños; entre
acechando en la oscuridad, como el ogro de este relato que no tiene ni frente ni y Bestias y La Bella y la Bestia: Visiones y revisiones de una vieja ellos, Deseos, besos y cerdos, que trata sobre una niña que acci-
cara ni pies. Las joyas de oro de Florinda, con las que rescata a su esposo, tienen historia— escribió sobre las tradiciones populares, la literatura, dentalmente convierte a su hermano en un cerdo y debe encon-
—por el contrario— el brillo del sol y las estrellas. las películas y las expresiones artísticas relacionadas con esta trar la forma de convertirlo en humano nuevamente.
La Bella y la Bestia
un personaje de género femenino que se 47
Betsy Hearne
transforma por el amor de un hombre va-

Cuentos del globo


liente de buen corazón.
Los detalles de algunas versiones de “La
“La Bella y la Bestia” pertenece Bella y la Bestia” pueden diferir, pero el
a una colección de cuentos: algunas ver- nudo de la historia es común a todas ellas.
siones son conocidas, como la película de Los personajes principales son el padre, la
Disney; otras son tan antiguas que ni si- hija y un pretendiente sobrenatural. El ar-
quiera conocemos su origen o de cuándo gumento se desarrolla a través de una serie
datan. Pero sí sabemos que Bellas y Bestias de viajes. El padre está de viaje cuando Bella
han vivido en muchas culturas de Europa, conoce a la Bestia. Bella parte hacia el cas-
Asia, África y América. tillo de la Bestia, regresa a su casa y luego,
La Bestia adoptó diversas formas: un al castillo nuevamente. Hay, también, viajes
oso, un león, un toro, un cerdo, un perro, interiores. El padre se dirige hacia la vejez,
un mono, un lagarto, un pájaro, una ser- mientras Bella va camino a la madurez. La
piente o simplemente un monstruo mítico Bestia transita la transformación de animal
o fantástico. Bella puede ser hermosa, pero a humano, de la soledad al amor.
es su coraje y su dulzura lo que salva a Bes- “La Bella y la Bestia” es la historia de cada
tia y lo transforma. Por lo general, la Bestia uno de nosotros. Todos partimos de nues-
es un personaje de género masculino que tra casa, conocemos personas y encontra-
se enamora de una joven, pero a veces es mos o formamos una nueva familia. Todos
48 tenemos algo de hermoso y animal al mis- verse las similitudes y diferencias entre las menzaran a escribirse. Recuerden que esta 49
mo tiempo, y debemos encontrar el punto tres versiones. También hay otros cuentos, es su historia. Pueden relatarla como de-
Cuentos del globo

Cuentos del globo


de equilibrio entre estos diferentes aspec- como “Cupido y Psique” (griego) o, “Al seen. Y descubrirán la magia que hay en
tos. Los seres humanos estamos dotados de este del sol y al oeste de la luna” (nórdico) ella. No hay mejor modo de conservarla
espíritu como Bella y de un cuerpo animal o “La alondra cantarina” (alemán), en los que transmitirla.
como la Bestia. La Bella y la Bestia se trans- que una bestia se transforma gracias a una
forman al encontrarse: la Bestia se vuelve mujer leal. Probablemente vean películas
un ser civilizado y Bella acepta su natura- o lean novelas sobre la Bella y la Bestia y
leza animal. Ninguno de los dos está com- deseen ilustrar la historia o danzarla. ¿Al-
pleto sin el otro. Bella pide una rosa porque guna vez se han sentido como Bella o la
es algo de lo que carece, un amor diferente Bestia, o ambos? ¿Alguna vez conocieron a
al de su padre. La rosa representa la belle- alguna persona que tuviera un aspecto ate-
za, pero tiene espinas; de modo que Bella morizante, pero que demostrara tener un
aprende que el amor puede ser difícil. La gran corazón? Podemos imaginarnos en la
Bestia pide la mano de Bella en matrimonio, piel de estos personajes e interpretar nues-
porque sabe que sin amor vivirá en soledad. tra propia obra. Lo que es mejor aún, po-
Ambos se pertenecen. Bella necesita una dríamos relatarle la historia a alguien, a un
rosa y la Bestia tiene un jardín de rosas. amigo, a cualquier miembro (¡o a todos!)
Leer o escuchar el relato de los cuentos de nuestra familia y así continuar con la
de este libro puede ser el comienzo de un “tradición oral”, tal como se narraron las
viaje con “La Bella y la Bestia”. Aquí pueden historias durante siglos antes de que co-
Fuentes de los cuentos

Jeanne-Marie Le Prince de Beaumont, La Belle et La Bête, Nueva York, Dover, 1965.


[El original fue editado en 1757].
Adele M. Fielde, Chinese Fairy Tales, Nueva York, Putnam, 1893.
Yolando Pino Saavedra, Cuentos orales chileno-argentinos, Santiago de Chile,
Editorial Universitaria, 1970.

Agradecemos a quienes escriben www.surlalunefairytales.com,


bella página que inspiró esta colección.
Colección
Cuentos del globo

Cuentos del globo 1


Sapos y diamantes

Cuentos del globo 2


De bellas y bestias

Cuentos del globo 3


Reinos lejanos

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