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|
acn
era — -
RESULEN
| || HISTORICOCRITICO
| 1)
UDAD DE ARAGONA
DESDE,su ruNDACIONASTALAépoca RomIANA,
DEL SEPULCROEGIPCI
DESCUBERTO EN MARIO DE 1850.
po
-
| D. Buenaventura jername.
El D.
1. All'A0VA.
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RESÚMIEN
HISTORICO-CRÍTICO
DE
TARBRAGODNA,
–c8&o—
I
RESÚMEN
HISTORICO-CRÍTICO
DE LA
CIUDAD DE TARRAGONA
D. BUENAVENTURA HERNANDEZ
ACADÉMICO DB LA REAL DE LA HISTORIA, MIEMBRO DE LA REAL ACADEMIA DE AR
QUEOLOGÍA, SÓCIO DE MÉRITO DE LA ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAIS DE TARRA
GONA, INDIVIDUO DE LA SOCIEDAD ARQUEOLÓGICA TARRACONENSE Y DE LA FILO-
MÁTICA DE BARCELONA, INSPECTOR DE ANTIGÜEDADES DE CATALUÑA Y VALENCIA.
DEDICADO
A LA SOCIEDAD ARQUEOLÓGICA TARRACONENSE.
TlRRMill.
IMPRENTA DE JOSÉ ANTONIO NEL-LO.
1856.
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INTRODUCCION.
HISTORICOCRÍTICO
DE
TARRAGONA
desde
SU FUNDACION HASTA LA ÉPOCA ROMANA.
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DK). ElzCD/\
absolutamente iguales á los que vemos en las medallas
autónomas españolas llamadas impropiamente celtibé
ricas.
Los escritores modernos empeñados en negar las
expediciones y la navegacion de los antiguos egipcios,
no datan mas allá de la época de las colonias fenicias
y de las griegas la civilizacion española, contra el
testimonio de Strabon (LID. III. c. 5.), y suponen que
los turdetanos é iberos tomaron sus respectivos alfa
betos del fenicio y del griego cuando se establecieron
aquellas colonias en nuestro litoral. El monumento
citado destruye esta opinion, probando hasta la evidencia,
que los alfabetos etrusco, griego éibérico fueron oriun
dos de un mismo pais, como lo eran sus civilizaciones.
Creemos, pues, que el sarcófago pertenece á una época
de transicion entre la primitiva y egipcia, y la greco
ibérica, asi como sus representaciones serán reminis
cencias de sucesos acaecidos mucho ántes de la cons
truccion del monumento, cuya fecha se remonta cier
tamente mas allá de las expediciones de los tirios á
las costas occidentales del Mediterráneo.
Parece probable que este sepulcro fuera destinado á
recibir los despojos del caudillo que condujo la colonia
— 19 —
egipcia á España ó tal vez de alguno de sus descen
dientes. Nos induce á creerlo asi, el ver repetido el
mismo personaje en todos los cuadros históricos, l«s
cuales guardan armonía con la historia del Hércules
egipcio, que, segun los escritores antiguos, y nuestras
crónicas tradicionales, visitó la península Ibérica ántes
de la colonizacion fenicia.
Consideramos, en su consecuencia, la significacion de
aquellos cuadros de grandísimo interes para la etno
grafía de los primeros pueblos que ocuparon las costas
del Mediterráneo, y para el conocimiento de los fun
dadores de esta ciudad; y en tal concepto vamos á
exponer nuestras conjeturas sobre la materia, manifes
tando en compendio el resultado de las indagaciones
y comparaciones entre nuestra historia tradicional y la
del Egipto, con lo que arrojan de sí las representacio
nes del sepulcro. .
Es indudable que en una época remotísima los hiksos
ó tribus nómadas que vivian errantes en la Arabia,
en la Siria y Palestina invadieron el Egipto por el
istmo de Suez, arrojados de su pais á causa de un
desbordamiento de los pueblos asirios venidos del Eu
frates. Los egipcios conservaron largos años la memoria
de este lamentable suceso, considerado en todos tiempos
como una calamidad pública, por los incendios, las
ruinas y la destruccion que llevó en pos de si aquella
invasion asoladora. Los Faraones acompañados de la
nobleza se refugiaron en la Tebaida y en la Nubia,
luchando de contínuo contra los usurpadores; y Thu-
mosis I tuvo la gloria de dar principio á la expulsion
de los extrangeros que en fin consumaron Amenophis
y su hijo llamses III el gran Sesóstris, despues de
una dominacion de 260 años. Este acontecimiento
conocido por el reinado de los reyes pastores (1822)
fué anterior al establecimiento del patriarca José en
Egipto, y he aqui el orígen del odio que siempre con
servaron los egipcios á los hijos y descendientes de
—20–
Jacob durante su residencia en aquella region. (1) Los
hiksos, pues, expelidos del Egipto en todas direcciones,
unos probablemente volvieron al antiguo pais de su
residencia (Fenicia), otros rodeando por la Libia fueron
á ocupar la Grecia é Italia uniéndose con los pelasgos,
pueblos tal vez de igual estirpe, y por fin otrossiguiendo
las costas occidentales del Africa se introdujeron en la
península ibérica por el estrecho de Gibraltar, siendo
recibidos hostilmente por los naturales, y construyén
dose entonces lo muralla ciclópea, segun demuestran
los fragmentos del sepulcro.
La España fué conocida desde las épocas mas remotas;
y era para los pueblos orientales lo que mas tarde fué
el Perú para los españoles: de ella se sacaba el oro,
la plata y los demas metales, especialmente el estaño
mencionado en los libros sagrados de Isaías y de Moisés;
por consiguiente los egipcios no mirarían con indife
rencia esta nueva usurpacion, procurando de todas
maneras recobrarla. He aqui, pues, en nuestro concepto
explicado el mito de Gerion, venido del África tira
nizando el pais, y á Osiris y Hércules libertando á
los naturales. Desconfiados estos, segun parece, tampoco
recibieron con gusto á los egipcios; sin embargo,
pronto se adherieron á ellos atraidos por la benevo
lencia y dulzura de su carácter, y sobre todo para
sacudir el yugo que los hiksos les impusieran. Esta
hipótesis, que está en armonía con las tradiciones de
España, con la teogonía y mitos de los egipcios, con
los escritores y geógrafos antiguos, y finalmente con la
historia general de todos los pueblos del litoral del
(1) Los hiksos ó pueblos nómadas en una época muy remota
subyugaron el Egipto y despues de un reinado de 500 años, Segun
Flavio Josefo, fueron arrojados por Thumosis I y por Amenophis II
llamado Memnon. Posteriormente volvieron á invadir aquella region,
y despues de seis generaciones Amenophis III y su hijo Ramses III
los expulsaron del pais. Durante la primera invasion, parece que los
hebreos conducidos por Jacob se establecieron en el valle de Sabah
Byàr; y se cree que Amenophis III fué el Faraon que pereció con
Su ejército en el mar Roj0,
— ai-
Mediterráneo, se halla explicitamente confirmada en los
fragmentos del sarcófago, á despecho de los críticos
modernos, que envidiosos de nuestras glorias y de la
prioridad de la civilizacion ibera en Europa, se han
empeñado con sofismas en destruir un hecho que no
puede ponerse en duda, segun queda demostrado.
Es evidentísimo que existió una civilizacion egipcia
en España, y á los egipcios sin duda se deben las
primeras semillas de la célebre civilizacion turdetana,
en la misma época tal vez en que sus colonias daban
principio á las no menos célebres etrusca y griega.
Es igualmente indudable que estas tres civilizaciones
tuvieron desde muy lejanos tiempos un contacto entre
sí; y esto ademas de probarlo la multitud de objetos
de carácter etrusco que se han encontrado en las exca
vaciones de esta ciudad, lo demuestra la analogía ó
conformidad de escrituras, pues los mismos signos alfa
béticos que se ven en dichos fragmentos y en las medallas
autónomas españolas, son con poca variedad los mismos
que vemos en los alfabetos etrusco y helénico. Bajo
estos antecedentes, creemos puede afirmarse que á esta
época pertenece el sarcófago, y desde aqui podemos
proseguir la historia de Tarragona en las excavaciones.
En la parte mas profunda, segun hemos visto, existían
ruinas primitivas mezcladas con los restos egipcios con
temporáneos ó tal vez anteriores á dicha época. Sobre
estas se encontraron objetos etruscos y griegos demos
trando varios períodos de su civilizacion; y finalmente
confundidos con unos y otros hasta la dominacion ro
mana, restos de la ibérica.
Una circunstancia muy notable, y que no debe pasar
desapercibida, observamos con el Sr. Delgado al prac
ticar las últimas excavaciones : entre la capa que cubría
los restos egipcios y la que le seguía perteneciente á
la época greco-ibérica, se descubrieron considerables
vestigios de incendio, constantemente repetidos en donde
se encuentran restos primitivos y griegos; lo que nos
— ti —
induce á suponer que una catástrofe desconocida en la
historia, dio fin á aquella época para comenzar otra
nueva.
En lo que precede hemos hecho mencion de restos
etruscos y griegos hallados en Tarragona. Esto reclama
algunas explicaciones para fijar con probabilidad la época
á que pueden referirse aquellos importantes fragmentos.
Los Ligures ó Lygios, pueblos de la Acaya, segun
Dionisio de Halicarnaso (Aist. Rom. l. i.), penetraron
en Italia, y pasando los Alpes se establecieron en las
costas de Narbona algunos siglos ántes de la destruc
cion de Troya. Luego por los Pirineos se introdujeron
á la Iberia, apoderándose del rico pais de los Sicatws
ó Sículos, llamados asi del rio Sicano ó Sícoris hoy
Segre que lo bañaba. Los sículos arrojados de su ter
ritorio se trasladaron á Sicilia bajo la conducta de
Norax hijo de Mercurio y de Erithia.
Un escritor de nuestros dias, célebre por su erudi
cion y sagacidad en aclarar los puntos mas obscuros
de la etnografía (1), explica de otro modo la proce
dencia de los ligures y la marcha que siguieron hasta su
establecimiento en el litoral del Mediterráneo, conocido
por los antiguos con el nombre de Liguria. Segun
esta teoría, que creemos muy verosímil, los ligures
pertenecian á la raza ibera, eran oriundos de las montañas
de la Bética, por cuyas faldas corre el Guadiana, y
su ciudad se llamaba Lygistine. Cuando los pueblos celtas
atravesaron por primera vez los Pirineos, quince ó diez
y seis siglos ántes de la era cristiana, los ligures arro
jados de su patria por los invasores empujaron á su
vez á los sicanos, y estos siguiendo las costas del
Mediterráneo y despues de una permanencia mas ó menos
larga en el continente de Italia, á mediados del siglo
catorce, segun el cálculo de Fréret adoptado por Thierry,
conquistaron y dieron nombre á la isla de Sicilia que
(1) Amadeo Thierry. Histoire des Gaulois. Introd. XXXI. Parte I.
cap. I.
–23—
hasta entonces se habia llamado Trinacria (1). De esta
doble persecucion de los sicanos por los ligures, y de
los ligures por los celtas, resultó que las tribus iberas
salidas delfondo de la Bética con el transcurso del tiempo
ocuparon todo el litoral desde la frontera de España
hasta la de Etruria.
Sea cual fuere la mas verosímil de estas versiones,
ora procedan los ligures de la Grecia, ora sean antiguos
iberos, como parecen indicarlo los movimientos que
hemos descrito brevemente y resulta de la misma eti
mología, segunThierry (2), esinnegable que su historia
está ligada con la entrada de las primeras tribus espa
ñolas en Italia; y al establecimiento de los sículos en
aquella península, se debieron mas tarde las primitivas
relaciones de España con la civilizacion italiana ó etrusca.
El contacto de los iberos con los griegos se remonta
tambien á una época antiquísima. Los griegos asiáticos
fueron indudablemente los primeros que á imitacion de
los fenicios sus vecinos, verificaron expediciones comer
ciales á nuestras costas. Es muy probable que al prin
cipio no pasasen de Maenacá junto á Málaga, (3) por
que desde allí hasta el Occéano, ocupaban el litoral
colonias de Tyro.
Los escritores están discordes sobre la época de aque
llas expediciones. Unos, como Bocco citado por Plinio,
las hacen remontar á 200 años ántes de Troya (1384).
Estrabon dice que mucho ántes de las Olimpiadas los
griegos abordaron á las costas de España; y en su
tiempo se creía que los rodios á la vuelta de Troya
poblaron las Gimnesias. Segun la conjetura de Eusebio,
los griegos debieron verificar sus excursiones sobre el
año 914. Finalmente Scymno de Chio refiere que la
Fréret. OEuvres. Tomo IV. pág. 200. Thierry. Tomo I. pág. 11.
Li-gora, en vascuence ó antiguo ibero significa montañés.
3) Univero columnae Herculis vicina est urbs Massiliota Maenacà
appellata: Haec ad Europam vero Graecorum urbium Omnium extre
mum habet situm. SCYMNO CHI0. LIB. III. V. 145.
Sunt qui Malacam eamdem putant cum Maenaca, quam ultimam
Phocaeorum versus occasum civitatem accepimus. STRAbo. Lm. III.
— 24 —
primera colonia griega fué Emporias fundada por los
focenses y la segunda Rhodas por los rodios. (1)
Combinando entre sí estas diversas autoridades, no
creemos aventurado suponer, que las primeras expedi
ciones de los griegos á nuestro litoral debieron tener
lugar á lo menos nueve siglos ántes de la era vulgar.
Posteriormente una casualidad hizo llegar hasta la
Bética á aquellos navegantes. He aqui como explican
aquellos escritores este suceso. Un griego llamado Coleo
salió de Sámos su patria para Egipto con un rico carga
mento; pero arrojado por un furioso levante á las costas
de España, viose obligado á refugiarse en Tarteso, ciudad
que existía en la boca del Guadalquivir. Allí vendíó
su cargamento por sesenta talentos, ganancia tan exor
bitante, dice Herodoto, que á excepcion de Sostrato
eginense hijo de Laodamante, nadie hasta entonces habia
conseguido otra igual (2). Vuelto á su pais, Coleo pre
sentó riquísimas ofrendas en el templo de Juno, y esto
dio motivo á los griegos para concebir y llevar á cabo
nuevas expediciones á la Iberia. Este acontecimiento fué
anterior á los viajes de los focenses á Tarteso en tiempo
de Arganthonio (555) que reinaba en la Tartéside; y
Herodoto dice que Tarteso á la llegada de Coleo, eral
eá tempestóle emporium intemeralum esto es, que aquel
mercado no habia sido visitado aun por los extranjeros.
Hemos indicado con toda la precision posible la época
y las causas del contacto primitivo de los iberos con
las civilizaciones etrusca y griega. Á aquellos remotos
tiempos atribuimos los restos etruscos y gran parte de
los griegos descubiertos en las ruinas de Tarragona.
Prescindiendo de otras muchas consideraciones que po
dríamos presentar, nuestra conjetura recibe una gran
(1) Scymno Chio. Orbis. Descript. vers. 203. Strabo. T. II. LIB. lí.
Pumo. Lib. xvi. c. 40. Eusebio Cronicon pag. 8G.
(2) Erat el tempestate id Emporium intemeralum, adeó ut indé
revertentes isti ex mercibus quastum máximum fecerint, interomnes
quos novimus Grsecos, dumtaxat post Sostratem Laodamantis Olium
jfeginctam, cum quo nemo possit contendere. Herodoto Lib. iv. £-152.
— 2-> —
fuerza del simple examen de los capiteles de arqui
tectura greco-etrusca puramente primitiva, hallados en
aquellas ruinas el año 1851, que existen depositados
en el Museo Arqueologico; capiteles absolutamente idén
ticos á los del templo de Hércules en Cora (Grecia)
y de Selinunto en Sicilia, reconocidos por los inteli
gentes como los mas antiguos de Grecia é Italia.
Ademas de los restos que acabamos de mencionar,
se han descubierto otros que corresponden á la mejor
época de la arquitectura griega, pertenecientes sin duda
á algun templo ó suntuoso edificio que tendrían los
griegos avecindados en Tarragona, ó levantado por los
naturales segun el gusto de la época, valiéndose de
artífices de aquel pais como solian hacerlo también los
romanos.
Es muy controvertible que los griegos hubiesen en
ningun tiempo dominado exclusivamente en esta ciudad.
La conservacion del nombre indígena, sea el de Kosé,
segun dijimos, sea el de Tarah-Cos ó Tarraco que nada
tiene ciertamente de griego, es una prueba evidente, en
nuestro concepto, de que los naturales supieron mantener
su independencia política hasta la ocupacion romana.
Avieno cita la ciudad de Callipolis entre Salauris
(Salou) y Tarragona. La posicion de aquel pueblo junto
á una laguna conviene perfectamente con los terrenos
pantanosos de la Pineda inmediatos á Villaseca y la
confirman varias ruinas que se descubren de vez en
cuando á alguna profundidad debajo de los aluviones
que actualmente forman el terreno vejetal de aquella
comarca (1). Lá proximidad de una poblacion griega
(1) Post haec arenee pluriino tractu jacent,
Per quas Salauris oppidum quondam stetit
In queis et olim prisca Callipolis fui!.
Callipolis illa (qrne per altam) ruoenium
Proceritatem et celsa per fastigia
Subibat auras, qua; laris vasti ambitu
Latere ex utroque, pisciura semper ferax
Stagnum premebat. Inde Tarraco oppidum
Et Barcinonum amoena sedes ditium.
(Avieno. Or* Maritim*. Lib. i vers. 512 y sig.)
í
— 26 —
fortificada con altos muros, que probablemente habia
dejado de existir antes de la dominacion romana, apoya
nuestra conjetura de que los griegos solo estuvieron
avecindados en Tarragona, manteniendo los naturales
su independencia; conjetura que confirma por otra parte
el hecho de permanecer íntegro en esta ciudad un
lienzo de muralla ibérica almohadillada, de la que
ningun escritor ha hablado, y* en cada uno de cuyos
sillares hay profundamente esculpida una letra del alfa
beto ibero. Segun observó el hebreo Benjamin citado
por Bochart, existían aun otros restos de igual clase
que denomina Anaceos ó Griegos, encima de los cuales
edificó Scipion como aun se' deja ver en el dia. (i)
Ampurias y Sagunto, ciudades indígenas, perdieron
probablemente su nombre primitivo para adoptar' el .
helénico al ser ocupadas por los griegos, y tal vez suce
diera lo mismo con el considerable número de pobla
ciones que existían desde Tarragona hasta las colonias
griegas de Dianium y de los Olcades ó Arcades (hoy
Denia y Alcarria), cuyos nombres nos ha conservado
Avieno. (2)
Es digno de observarse, que la colonizacion griega
comienza desde el cabo Salauris hasta los estableci
mientos fenicios 'de Málaga cerca de Maenaca, última
colonia fócense, asi como no se descubre vestigio alguno
de ellas en las costas de Cataluña (exceptuando la de
Cypsela, cuyo nombre solo se conservaba en tiempo
de Avieno) hasta Rhodas y Emporias primeras colonias
de los jónios; lo que ha dado motivo á los eruditos
para creer, que los catalanes celosos de su indepen-
(1) Tarraco ex Anacseorum et Graecorum fediflciis, nec ulla urbs
similis structurse, reperitur in omnibus Hispaniae terris.
Este precioso resto se ve en el mejor estado de conservacion, dentro
de la falsa braga, entre la puerta del Rosario y el Fuerte Negro.
Tambien puede observarse dentro de la ciudad en la bajada del
Rosario frente el arco de Toda. Este lienzo es notable por existir
aun los vestigios de una brecha abierta con el ariete.
(2) Festo Avieno cita las ciudades desde Tarragona á Málaga asi:
Callipolis, Salauris, Labedoncia, Tyriche, Sarna, Bystria, Bylactes,
Chersoneso, Tyrin, Sicana, Hemeroscopio, Hernea, Massiena y Míenaca.
—27–
dencia, rechazaron á los griegos, como probablemente
hicieron ántes con los fenicios y despues con los car—
tagineses.
Es muy conocida la ocupacion de Emporias por los
masilienses, y sus luchas con los naturales hasta el
célebre convenio que puso fin á esta discordia, mediante
la cesion de cuatrocientos pasos de terreno junto á la
ciudad indígena para que los griegos construyesen la
suya, dividiendo á ambas un muro con una sola puerta
que miraba á la poblacion ibera, guardada cuidadosa
mente por los colonos; division que aun se conservaba
á la venida de los romanos. (1)
Los escritores modernos, que al hablar de navega
ciones y de civilizacion todo lo ven fenicio, se empeñan
en rebajar la importancia de las expediciones griegas
primitivas, y la cultura de los antiguos etruscos é iberos.
No pretendemos negar una antigüedad muy remota á
la civilizacion de los tirios, mas esto no se opone á
que otros pueblos pudiesen haber bebido en las mismas
fuentes; y si entrase en nuestro propósito el desenvolver
esta tésis, seguramente encontraríamos muchísimos datos
para probar que toda la fisonomia de la primitiva cultura
(1) Emporiae duo oppida erant muro divisa. TITo Livio. LIB. xxi.
CAP. 25. Emporias, pueblo indígena ocupado. por los griegos, tuvo
hasta la venida de los romanos medallas propias con inscripciones,
ibéricas; y lo mismo sucedió en Sagunto. Lä leyenda de sus éxergos
escrita en lengua y caractéres españoles primitivos, probablemente
expresarán el nombre que tenian aquellas ciudades ántes de suje
tarlas los griegos.
Apesar de lus esfuerzos de los sabios, hasta el presente, no han
p0dido interpretarse satisfactoriamente las inscripciones de dichas
medallas; pero bastan para demostrar que la ocupacion griega en
las poblaciones indígenas, fué mas comercial que de dominio. La
variedad de leyendas ibéricas en las medallas de Sagunto, complica
extraordinariamente la interpretacion hasta dudar si estas y q5 \,
atribuidasgeneralmente á Sagunto por los emblemas de la concha
y el delfin pertenecen mas bien á Rhodas (Rosas) pues leen
(1ºios eruditos"RobeSE.
Poseemos una medalla inédita con los mismos emblemas y COn esta
inscripcion pN. | S. la cual descomponiendo el nexo que forma el
primer grupo se puede leer RITIS. En la página 15 hablamos ya
detenidamente de las medallas ibéricas de Tarragona.
— 28 —
y de la religion de los griegos, etruscos é iberos revela
el mismo orígen que la de los fenicios.
Una reflexion nos ocurre que robustece nuestra con
jetura. La civilizacion etrusca fué hija legítima de la
pelásgica, y los pelasgos pasaron á Italia conducidos
por OEnotrio diez y siete generaciones ántes de la ruina
de Troya (1750). Todos los eruditos convienen en que
las primeras navegaciones de los tirios en el Mediter
ráneo fueron posteriores al siglo XV, época de la que
datan gran número de ciudades de Italia construidas por
los pelasgos, y esto bastaría para demostrar el estado de
cultura de aquella célebre raza, si no supiéramos que la
Toscana le debe ademas de un alfabeto distinto del de Cad-
mo, otras instituciones propias de un pueblo civilizado.
Por otra parte Estrabon dice que los turdetanos poseian
gramática propia, memorias escritas en verso y compo
siciones poéticas de seis mil años; que los demás espa
ñoles tenian tambien gramática, mas no una sola, pues
no hablaban una misma lengua. (1)
De cualquier modo que se computen estos seis mil
años, abrazan siempre un período anterior á la venida
de los tirios, deduciéndose de aqui que otro pueblo
culto debió necesariamente precederlos en España.
Creemos supérfluo aducir otras pruebas que apoyarían
esta hipótesis. Nadie ignora que habiéndose aumentado
excesivamente la poblacion de la Fenicia y Palestina,
los tirios consultaron á los oráculos de Egipto para
saber en que punto podrian establecer colonias, y
obtuvieron por respuesta «que fuesen allá al extremo
de la tierra en donde se levantaban las columnas de
Hércules (2)» prueba evidente deque los sacerdotes egip-
(T) Turdetani, omnium bispanorumdoctissimi judicantur, utunturque
grammaticA, et antiquitatis monumento babent conscripta, ac poemata
et uietris inclusas leges á sex millibus, ut ajunl, annorum. Utuntur,
ut reliqui hispani grammaticA, non unius omnes generis, quippe ne
eodem quidem sermone. Steabo. lib. hi. 204.
(2) Strabo.-Rerum. Geograph. Tomo i. lib. hi. c. 5: Ademas, los
sacerdotes egipcios dieron conocimiento á Platon de la Atlántida á cuya
sumersion se atribuye á la ruptura del istmo de Gibraltar, suceso
acaecido mucho* ántes de las expediciones (enicias.
— 29 —
cios conservaban ideas de otras antiguas navegaciones á
España de las cuales no tenian conocimiento los fenicios.
Muchos eruditos creen que estos navegantes exten
dieron sus colonias por todas las costas ibéricas del
Mediterráneo hasta los Pirineos; esto no consta de un
modo auténtico y se reduce á simples conjeturas. Lo
que refieren los escritores antiguos de la plata reco
gida por los fenicios en los Pirineos, no prueba que
hubiesen establecido colonias en este punto. Ademas, en
las excavaciones de Tarragona hemos reconocido en
capas sobrepuestas la huella de los pueblos que pisaron
su territorio, y no hemos hallado el menor vestigio que
revele la presencia de los lirios en esta parte de la
Península.
Reasumiendo pues lo que queda dicho, creemos; que
la España fué poblada desde la primera dispersion del
género humano en las llanuras de Sennaar, poco despues
del gran cataclismo, cuya memoria conservaron los hom
bres durante muchísimo tiempo, viviendo en el estado
natural y profesando la sencilla religion de sus padres.
Esta inocencia y tranquilidad fué interrumpida por
la invasion de un pueblo alienígena que hostilizó al
pais, pero que acosado en todas partes por los natu
rales, levantó junto al puerto donde habian desembar
cado, los muros ciclópeos que forman la acrópolis de
Tarragona. La semejanza de estos muros con los de
las mas antiguas ciudades de Grecia é Italia atribuidos
á los pelasgos, hace presumir que los pueblos que cons
truyeron unos- y otros procedian de un mismo pais,
siendo muy probable que fuesen los hiksos ó pueblos
pastores expulsados del Egipto (1). La rudeza de los
de Tarragona comparados con aquellos manifiesta la
antelacion de los primeros, sin que sea fácil averiguar
los motivos de esta prioridad, como no se admita
(1) En aquella misma época sin duda, se verificaron las primeras
invasiones scíticas á Europa por la selva Ercinia. (Veasela explica
cion de los fragmentos del sepulcro egipcio, cuadros históricos desde
el fragmento núm. 3 al núm. 15.)
—30–
la venida directa de los hiksos á España por las costas
occidentales del África, segun dijimos, lo cual está de
acuerdo con las tradiciones y monumentos, y compro
bado por las representaciones del sepulcro. (1)
No es menos difícil conjeturar las causas que trajeron
á España la colonizacion egipcia en la misma época tal
vez en que Inacho, Ogiges, Decaulion, Danao, Lelego
y Dárdano conducian colonias egipcias á la Grecia é
Italia; pero se comprende muy bien, siguiendo la misma
hipótesis, que los naturales aliándose con estos procu
raron arrojar de su suelo á los hiksos ó extranjeros
que los tiranizaban. -
DE LOS
DESCUBIERTO
CUADROS HISTÓRICOS.
FRAGMENTO PRIMERO.
FRAGMENTO N.° 2.
\ FRAGMENTO N.° 3. A.
FRAGMENTO N° 4.
(1) Segun Cantú, el nombre hiksos dado por Josefo tí los reyes
pastores, contiene pronunciacion á lo oriental compuesto del nombre
natural de los scitas Sehots, y del nombre HIK HAIK, llevado aun
hoy por los armenios.
— 41 —
Cuando el Egipto era invadido, numerosas colonias
conducidas por los sacerdotes emigraban á grandes
distancias, ejemplo que imitaban los hiksos á su vez
al ser expelidos, y á estas épocas sin duda, se refie
ren las colonias procedentes del Egipto que vinieron
á establecerse en las costas del Mediterráneo. En el
fragmento número 4 se ve una de estas tribus errantes
en el acto de abandonar el Egipto ; y en la parte superior
del mismo, una representacion de las grandes fiestas
que por tan plausible motivo se celebraron en Thebas
y en Memfis. Asi pues, al mismo tiempo que el im
petuoso torrente de hordas scíticas, arrollando dificul
tades abría un profundo cauce por las orillas de los
mares Caspio, Euxino y Propóntide, inundando la Europa
salvaje por el Helesponto siguiendo la selva Ercinia,
otras expediciones mas cultas costeando el litoral del
Africa, introducian los primeros gérmenes de la civi
lizacion en la misma Europa simultaneamente por el
estrecho de Hércules y por las islas del Mediterráneo (1).
De manera, que si en los iberos no puede verse sino
la oleada mas antigua de la irrupcion que hicieron en
Europa los celtas ó scitas asiáticos, vesc al mismo
tiempo la fisonomía de otras invasiones scíticas y se
míticas introducidas por el Mediterráneo y por el litoral
del Africa.
(1) Userio dice que Inako llegó á Grecia 1856 años antes de Jesu
cristo. Ogiges en 1796: Cecrope procedente de Sais, llegó al Atica
en 1556 fundando el reino de Atenas que llamó Cecropia. Decaulion
se estableció en el Parnaso en 1 548. Cadmo tal vez no hizo mas que
introducir con el papiro (1493) la escritura que aprendiera en Egipto,
fundando la Thebas griega á imitacion de la do Said. En 1483 se
refugió Üanáo á Grecia desterrado del Egipto por los chemnitas, apo
derándose de Argos, y fundando la segunda dinastía llamada Danaica.
Lelego civilizó á los Meagrios (1470) y finalmente Dardano se apoderó
del Helesponto en 1449.
Raoul-hochette opina que los griegos deben gran parte de su ci
vilizacion á los pastores fenicios que Sesóstris arrojó del Egipto.
Diana Efesina cubierta de cintas geroglfficas como una momia, denota
el culto egipcio introducido en la Grecia. Los griegos fueron desen
volviéndola de ellas y aumentándola de pechos para convertirla en
l'anthea, demostrando esto el nuevo culto que iba sustituyendo al
primero.
G
— 42 —
Podrán considerarse hipotéticas nuestras opiniones
relativamente á las consecuencias de las emigraciones
referidas, pero no podrá negársenos que es el único
medio de conciliar los extremos: en caso contrario nos
habrán engañado las apariencias. Vamos pues á aducir
algunas otras pruebas á favor de nuestras conjeturas.
Segun creemos, los hiksos ó fenicios y los pelasgos
eran pueblos de igual procedencia, como sin duda lo
fueron los pelasgos y etruscos que iguales causas hi
cieron reunir en un mismo pais en distintas épocas.
Son infinitas las analogías que Mr. d' Hancarville ha
encontrado entre los etruscos y pelasgos, con los feni
cios y el Egipto, las cuales omitirémos en este lugar,
contrayéndonos á las puramente necesarias para demos
trar, que no está destituida de fundamento la conjetura
de que los etruscos, los pelasgos y los hiksos eran pue
blos de igual estirpe originarios de un mismo pais.
Los pelasgos, pueblos antiquísimos que se habian
establecido en la Arcadia en épocas muy remotas, eran
considerados por los griegos como una raza de cíclopes
ó titanes, por que decian que eran descendientes del
dios Tis ó Teul (HEitonoT. lib.v. c. 1.). El nombre
pelasgo derivado de Phaleg, en los idiomas semíticos
significa errante disperso, y en efecto estos pueblos fueron
nómadas como los scitas, tal vez sus progenitores.
La religion de los pelasgos del mismo modo que la
de los etruscos participaba de la teogonía egipcia, ma
nifestando que ambos estuvieron en otro tiempo relacio
nados con los egipcios. Los pelasgos tenian establecido
en Samotracia el culto de los cabiros, deidades de orígen
y procedencia egipcia, los cuales eran adorados en
Memfis, como asi mismo lo era el Hérmes ó Mercurio
con los atributos de la generacion, culto introducido
por aquellos en Grecia é Italia. Pan y los sátiros con
pies de cabra, expelidos del Olimpo eran otras de las
deidades pelásgicas, pertenecientes al panteon egipcio.
En algunas de las construcciones denominadas pe
— 43 —
lásgicas, vemos el tipo marcadamente egipcio; de manera
que los célebres Nuragas de Cerdeña descritos por Houél;
otras que existen en Macara (Sicilia) y los Talayots de
Mallorca, ademas de estar construidos, segun' Mr. Gail-
habaud, bajo el mismo principio de las pirámides de
Egipto, guardan con ellas grande analogía. Haremos
observar de paso, que en las poblaciones mas antiguas
de Europa bañadas por el Mediterráneo, y en las islas
del mismo mar, se hallan construcciones ciclópeas ó
pelásgicas absolutamente iguales á otras que se con
servan en la Fenicia.
Mr. d' Hancarville cree que los etruscos y tirrenos
eran pueblos extrangeros procedentes de Palestina, los
cuales despues de mucho tiempo de haberse establecido
en Italia, se aliaron con los pelasgos pueblos transmi
grantes, añadiendo, que esta union se verificó sin estré
pito por la identidad de orígen, principios y creencias.
Helánico de Lésbos asegura, que los pelasgos y tirre
nos eran una sola raza con distintas denominaciones.
Dionisio de Halicarnaso dice, que unos y otros eran
extraños en el pais que habitaban ; y Mazzochi apoyado
en un pasaje de Solino, conjetura, que los etruscos eran
descendientes de los fenicios.
Los etruscos y tirrenos procedentes segun queda
dicho de la Fenicia, tenian la misma cosmogonía de
los egipcios, reconociendo, dice Séneca, en Dios el
alma del mundo, y dando á este segun Suidas doce mil
años, seis mil destinados como los egipcios, á señalar
un lugar á cada una de las cosas que habia dado el
ser, debiendo finir al cabo de otros doce mil años.
Al observar la mas antigua arquitectura de los etruscos,
hallaremos impreso en ella el gusto egipcio; y segun
Plinio por testimonio de Varron, emplearon las pirá
mides, fabricaron laberintos y tenian estátuas colosales
como los egipcios.
Á ejemplo de los fenicios los etruscos sacrificaban á
los elementos considerados como genios; y en sus meda
— 44 —
Has se representaba el Eubon del mismo modo que lo
era en Fenicia y en la Siria (1). Muchos nombres de
las islas, rios, montañas y ciudades de Toscana tenian
nombres de tipo marcadamente fenicio; y si damos fó
á Antíoco de Siracusa, Apis uno de sus dioses dio
nombre á los Apeninos. Finalmente el alfabeto etrusco
introducido en la Toscana por los pelasgos es muy
semejante al cadmeo, y ambos segun Mr. Cishul,- tienen
relacion con el de los pueblos mas antiguos del Asia;
de manera, que la analogía que se nota entre aquel
alfabeto, el griego y el ibérico, nos induce naturalmente
á suponer una identidad de orígenes. (2)
Manifestamos ya en la Memoria que precede, los
puntos de contacto que observamos entre el Egipto,
los antiguos habitantes de la Fenicia, los etruscos y
los pelasgos con los iberos, y como comprobante de
lo que allí expusimos, procederémos desde luego á
explicar las representaciones del sepulcro que tienen
relacion con aquellos acontecimientos.
FRAGMENTO N.° 3. B. y C.
FRAGMENTO Nº 5.
Episodio del cuadro anterior. Representacion simbó
lica del traslado de las peñas que componen la muralla
de la acrópolis de Tarragona, por los cíclopes ótitanes,
orígental vez del mito de los gigantes colocando montes
sobre montes para escalar el cielo.
Recordarémos que precisamente se hallan construccio
nes ciclópeas en los mismos puntos en que se establecieron
los hiksos ó pelasgos: y por una singular coincidencia,
las mas antiguas tradiciones colocan la batalla de los
titanes contra los dioses en algunos de dichos puntos;
de modo que á un tiempo la vemos en España (1),
al Sur de la Galias, en Italia, en la Tracia y en la
Iberia asiática.
Asimismo es notable, que las construcciones mas
toscas y mas antiguas están situadas en los paises mas
occidentales del Mediterráneo; de modo que puede se
guirse la historia de la perfeccion del arte, comenzando
por los muros de Tarragona, los Talayots de Mallorca,
los Nuragas de Cerdeña, y la giganteya de la isla de
Gozo, las cuales corresponden á la época llamada ci
clópea, fabulosa ó desconocida. Las murallas de Arpino,
Norba, Alatri, Fondi y otras ciudades de Italia erigidas
indudablemente por los pelasgos y los etruscos ántes
de la guerra de Troya, corresponden á la época pe
lásgica ó heróica; y pertenecen al mismo género
las acrópolis de Micenas y Tirinto en el Peloponeso
consideradas ciclópeas por Pausanias. Finalmente, las
construcciones conocidas por tesoros ó tesorerías como
la que Agamédes yTrephónius levantaron para Hyrieo
en la ciudad de Orchómene de Beocia; la de Mynias
en la misma ciudad, revestido de mármol blanco, y
(1), «Saltus, Carthesiorum in quibus Titanos bellum adversus deos
gessisse proditur, incoluere Curetes. ))
JUSTIN. LIB. XLIV. INFINE.
– 47–
el de Atreo en Micenas, aun que compuesto de gran
dísimas piedras labradas (1), pertenecen ya á la época
helénica ó heróica.
Los muros de Megalópolis, fueron levantados por
Epaminondas cuatrocientos años ántes de la era cristiana.
FRAGMENTO) N.º 6.
FRAGMENTO N.° 3. F.
(1) Estrabon. Lib. i. Diodoro Sic. Lib. iv. Salustio Crispo. Bel Iügürth.
N. xxi.
(2) Segun declaracion de los peones que descubrieron el sepulcro,
la momia guardaba la misma posicion que se ve en la figura del
centro del fragmento.
(3) Homero. Odysea 12 vers. 323 y 21 vers. 26. Ovidio Met. Lib. iv.
vers. 227 y lis. xix. vers. 375. Philostorgio Vit Apollon. Lib. h. c. 14. Dio
nisio de Halicar. Lib. i. y otros. Macrobio Saturnales dice: «Revera Hercu-
«lem Solem esse, vel ex nomine claret. Heracles enim quid aluid est, nisi
«Heras, id est Aeris, Cieos, id est Gloria. ¿Quae porro alia aeris gloria est,
«nisi Solis iluminatio, cujus recessu profunditate spiritus occulitur tene-
«brarum? Preterea sacrorum administrationes airad Aegrplios multiplici
«actu multiplicem Dei asserunt potestatem significantes, Herculem hunc
«esse solem apud omnes et inter omnes. Ex re quoque alibi terrarum
–54–
El principal objeto de este cuadro es el Hércules bajo
el emblema del sol. A sus pies se hallan dos pebeteros
despidiendo perfumes, emblema del Oriente, de los
cuales salen una línea de abejas, para simbolizar las
colonias procedentes de aquellas regiones, que áimpulsos
del héroe difundieron la civilizacion por toda la tierra
que se hallaba ántes sumida en las tinieblas de la
ignorancia.
Los egipcios segun Platon, fijaban en su pais la resi
dencia de los dioses y creían que el Nilo produjo todos
los hombres ytodos los animales cuando aun el resto del
mundo se hallaba desierto y abandonado á los vestiglos
y á la obscuridad del caos.
FRAGMENTO) N.° 7.
FRAGMENTO N.° 8.
FRAGMENTOS Núm.s 9, 10 y 11 .
(1) Strabo. Lib. m. Plinio Lib. ix. c. 18. Atheneo. Lis. vu. c. tí.
(2) Quodnam erat salsamentum Phrygium, aut Gadiricum. Steph.
de Urb. Obsonium autem habeat salsamentum Gaditanum. Hippocrat.
de Morb. Intern. El poeta Theodorige, segun Ateneo, dice que los
atunes traen el rumbo de su viage hacia Cádiz. Thynni seslro con-
citati cursu Gades petunt Theodorid. apud. Aten. Lib. Vil. c. 14.
— 62 —
Finalmente, el fragmento número 12 episodio del cua
dro anterior, es una alegoría de la abertura del estrecho
por Hércules; el cual tiene el pié derecho sobre la cabeza
de un hombre negro que simboliza el Africa, y el iz
quierdo encima de la de un blanco aludiendo á la Europa.
Por entre los dos continentes el Occéano invade al Me
diterráneo. Á la derecha del Hércules se observan pro
ducciones africanas y en la siniestra se ve la vid. El héroe
lleva en una mano el promontorio de Abila, y la fractura
del mármol impide ver la continuacion.
Diodoro Siculo. Bib. Hist. LIB. iv. Florian de Ocampo Mariana Tomo l.
— 66 —
dioses, segun la mitología, ó tal vez una reminiscencia de
la desgraciada empresa en los campos de Sennaar, de
acuerdo con la Biblia. Estos sucesos vistos en lontananza,
van tomando cuerpo, y aproximándose á la época á que
se refieren las representaciones del sepulcro.
Los egipcios procedentes del Oriente siguiendo el curso
de las golondrinas pasan á Occidente para conquistar un
pais, que á pesar de la fractura del mármol, podrémos
suponer la España por la analogía que conserva con los
demas fragmentos. De un árbol penden descabezados tres
cadáveres que nos recuerdan notablemente á los tres Ge-
riones; completando este resumen histórico el fragmento
número 14, en el cual vemos á Hércules conducido en
triunfo por los naturales desnudos, victoreándole por
haberles librado del yugo de sus opresores. Detrás del
héroe sigue parte de su ejército , con las cabezas de sus
enemigos en las puntas de las picas.
No puede ponerse en duda que este cuadro se refiere
á España, por los pinos que en todas las representaciones
del sepulcro aluden á este pais. Confirma que el héroe
triunfante es el Hércules, el geroglífico que forma su
tocado (1) : y ademas, lleva en las manos el signo de la
inmortalidad y el laurel del triunfo.
« 3. y de las
« 340º regiones ópaises..... de los conejos (Spahn)
« 361. Querido de Rhe (el sol)
C
407. Hijo de Ammon.
« 124. Señor de los dioses. Título real de las gran
des divinidades del Egipto.
EscRITURA GERogLíFICA.
Las colonias (abejas) procedentes de la region (69)
del cocodrilo (Egipto), atravesando el mar (----),
fueron á establecer una colmena en el pais (S) de Spa
nia, bajo la proteccion del sol, de Isis y de Sothis (el
syrio.) -
–o—333-o-—
REPRESENIACIONES TE0GÓNICAS.
FRAGMENTos N° 20.
El principal personaje de este cuadro es un cabiro en
una barca, defendiéndose de varias serpientcs que salen
del agua. Esta deidad, indudablemente de orígen egipcio,
tenia culto establecido en Egipto, en la Fenicia y en Sa—
motracia.
Los cabiros ó patecos, segun Sanconiaton, eran siete,
hijos todos de Sydyk ó el fuego generador, á los que se
agregaba otro octavo llamado Esmun, Vulcano ó Escula
pio. Nacido como sus hermanos de un huevo, era repre
sentado generalmente bajo una forma encorvada y ridí
cula,tanto, que al apoderarse Cambíses del Egipto contra
Psaménito,su vista provocó la risa del conquistador, man
dando en su consecuencia echar al fuego tan extravagante
divinidad. Asi Herodoto dice de ella:
«Multa hujusmoditam in persas quam in socios, Cam—
«byses insanivit, Memphi desidens, et vetusta recludens
«sepulcra, mortuosque inspiciens.Utvero etiam templum
«Vulcani adit multo de risu simulacrum illius quoque ca
«villatus est: si quidem statuam Vulcani simillima est
«Pataicis Phoeniciis, quos in trirremium prorisPhoenices
«circumferunt: quos qui non vidit hic indico, esse illos
«Pigmaei viri imagine. In templum quoque Cabirorum
«inaccessimi alteri quam sacerdoti, ingresus est: et quae
«illic erant simulacra multis in ea jocatus verbis, con–
«cremavit. Sunt autem et haec Vulcani similia, hujus au
«temillos ajunt esse filios.» (HBRoboT. LIB. III. 37)
—11—
Los fenicios segun dijimos, tambien adoraban bajo el
nombre de Patecos á las mismas divinidades. En las me
dallas de Ebusus (Iviza) vemos representado al Esmun de
un modo muy análogo con la representacion de este cua
dro. (1)
Finalmente los pelasgos daban á los Cabiros el nombre
de Dióscuros, especie de planetas personificados, y su
culto estaba rodeado de misterios impenetrables. Compo
nian una trinidad con Axieco, Axiokerso y Axiokersa;
esto es, el Gran Todo, el Gran Fecundador y la Gran
Fecundadora, que los egipcios denominaban Athor,
Kneph y Phtah.
En muchos monumentos se ve á este último en el acto
de salir de la flor de loto, emblema de la generacion, aná
logo al huevo segun se observa en otros; generalmente se
cree que el Phtah ó Esculapio egipcio es el mismo Phre ó
el sol ; y asi lo manifiestan en la deidad del fragmento los
rayos que coronan su cabeza, y las alas de los pies.
La Ibis que vuela en la parte superior del cuadro con
el huevo en el pico, simboliza á Kneph ó el principio fe
menino. La culebra Uraeus otro de los atributos de Escu
lapio, es el emblema de la vida á que alude el mismo
Phtah. Las serpientes que salen del agua, representan sin
duda los Agathodemones de los egipcios, el Apophis ó Ti-
phon, espíritu maligno, el cual segun Plutarco, era her
mano de Horus ó Phre (el sol). En las pinturas egipcias
se ve á Horus en una barca atravesando con una lanza á
Apophis que en figura de serpiente sale del agua.
El can que hay á la izquierda del cuadro simboliza á
Anubis, Sothis ó el Syrio, estrella cuya aparicion en el
horizonte anuncia el desbordamiento del Nilo, y la época
de los vientos periódicos del Norte llamados Elesios, los
cuales mantenian las aguas del Nilo en la superficie de la
tierra ; purificaban el aire y amortiguaban los calores de
aquella rigorosa estacion. De. modo que el conjunto de
(t) Véase la erudita Memoria del Sr. Baron de la Mármora sobre
las medallas betico-fenicias de Ebusus.
— 73 —
este cuadro, aun que incompleto, encierra probablemente
alguna revolucion sideral, ó será acaso una representacion
de los célebres misterios de Isis, orígen de la teogonía
egipcia, cuyos detalles daremos mas adelante.
(1) Véase en el fragmento número 11, el final del escrito del Sr.
de Oampomanes.
10
— Ik —
REPRESENTACIONES TRADICIONALES.
(1) Exodo. Cap. n. vers. 11. not. 12. S. Estevan. Actor vii.23. Clemente
Alejandrino. Strosiat. Lib. i. pág. 41.3. edic. Venet. 17S7. S. Pablo ad He-
bneos. xi. 24. 25. 26.
11
Los sacerdotes egipcios decian que el Nilo habia pro
ducido el Egipto (1) y lo consideraban como una deidad.
El primer nombre que tuvo este célebre rio fué Occeanus
que significa padre de los dioses ; luego se le cambió en
Sichor (i) que quiere decir cenagoso : tambien se llamó
Actos (Aguila) por su rapidez y por fin, Nileo, uno de
sus reyes, le impuso el nombre que aun lleva.
Llámase Bella, la desembocadura de este rio, por
que dividiéndose en varios brazos toma la figura de un
triángulo equilátero, precisamente la misma forma de la
cuarta letra del alfabeto griego asi llamada. Creemos que
una de las pruebas de que el alfabeto tuvo orígen en
Egipto es, que el Daleth de los fenicios tenia el mismo
nombre y la misma forma, como tambien la tenia una de
las letras del alfabeto ibérico. Quizás esta letra fué to
mada por los fenicios, los griegos y los iberos de los ge-
roglíficos egipcios, quienes con ella simbolizaban cons
tantemente el Nilo, el Delta.
Tambien puede considerarse de procedencia egipcia la
religion de los fenicios, pues todos los años se llevaba por
mar una cabeza simbólica desde la desembocadura del
Nilo hasta ciudad de Bíblos en Fenicia, en cuyas me
dallas se ve el busto de Isis. Aludia á esto sin duda la
fábula que decia, que cuando Tifon mató á Osiris echó su
cuerpo á aquel rio encerrado en una gran caña. Isis su
esposa desconsolada corrió en su busca acompañada de
Anubis y despues de muchos esfuerzos logró encontrarlo
en Bíblos. Es creible que el orígen de aquella ceremonia
tuviese por objeto representar que la religion de los fe
nicios provino del Egipto.
FRAGMENTO Nº 37.
NUMERO 40.
FINI.
ERRATAS NOTARLES.
23 21 Maenacá Maenaca
28 39 á la ruptura la ruptura
30 "1
Decaulion Deucalion
41 28
51 10 112 metros 5112 cent.5
67 27 ChampoilioB Champollion
MOTA.
Los dos signos últimos del fragmento número 30 deben buscarse, el
primero en el fragmento número 3 B y el otro en el número 6.
\
i
URSIONISTA
Se vende en Tarragona, librería de José Antonio
Nel-lo, calle Mayor, al precio de
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-