Las ideas físicas y astronómicas de la Antigüedad – 1ª parte – Página 1 de 7

LAS IDEAS FISICAS Y ASTRONÓMICAS DE LA ANTIGÜEDAD

1. PRIMERAS IDEAS SOBRE LOS FENÓMENOS
Por mucho que las nociones físicas se aparten de las ideas surgidas en las civilizaciones del Antiguo Oriente, en la Grecia clásica,
en los estados helenísticos y en Roma, la antigüedad siempre presentara interés para la historia de la física. En la antigüedad se
formularon ideas que luego se han visto confirmadas y concretadas por todo el desarrollo multisecular, de la ciencia. Así ha ocu-
rrido con las que se refieren a la infinitud del mundo, y al carácter continuo y discreto de la estructura de la materia.
En la antigüedad se enuncio la idea de ley natural, que alcanzo forma precisa y, al mismo tiempo, flexible, en la doctrina del ta-
oísmo y, posteriormente en la ciencia antigua; aparecieron los conceptos abstractos de espacio, de tiempo y de movimiento, sin
los cuales la ciencia no habría podido llegar a los problemas de la isotropía y de la homogeneidad del espacio, de la irreversibili-
dad del tiempo y a otros aspectos esenciales de la representaron física del mundo.

“Ni una sola mano simiesca ha cons- Los primeros conocimientos de los fenómenos físicos se remontan
truido un cuchillo de piedra, por a los periodos más antiguos de la historia de la humanidad: surgen
tosco que fuese” cuando aparece la actividad conociente del hombre.
La elaboración de la piedra, de los huesos, de la madera y, más
tarde, el conocimiento y la elaboración de los metales, la produc-
ción de telas y de cerámica, la construcción de viviendas así como
la cazan o la guerra (todas actividades de carácter práctico) no
habrían podido perfeccionarse sin la acumulación de conocimien-
tos empíricos, sin ninguna idea, por confusa que fuere, de las le-
F. Engels (1820 – 1895), “Dialéctica yes que rigen los fenómenos naturales.
de la naturaleza”,
En la historia del hombre primitivo, El fuego fue uno de los primeros medios que permitieron al hombre
constituye un acontecimiento extra- pasar del simple aprovechamiento de lo que brinda la naturaleza, a
ordinario el dominio del fuego. la transformación activa de la misma (preparación de la comida, Utilización del fuego por el hom-
bre primitivo en la elaboración de
extracción y elaboración de los metales, etc.).
alimentos
El examen detallado de todos los progresos alcanzados en el pe-

En la lengua de los hurones de Amé-
rica del Norte, el verbo “comer”
tenía formas distintas según la clase
de alimento que el hombre tomaba y
el verbo “ver” tenía también, según
que quien hablara viera a un hombre
o a una piedra.
Las ideas físicas y astronómicas de la Antigüedad – 1ª parte – Página 2 de 7
riodo del hombre primitivo nos obligaría a escribir la historia de la
cultura material, y nos apartaría de nuestro propio objetivo. No
obstante es necesario mostrar, mediante algunos ejemplos, cuan
enorme fue el camino que recorrió la mente humana antes de po-
der formular las primeras abstracciones y generalizaciones que
hoy llamamos científicas.
Los datos arqueológicos y etnográficos confirman que el pensa-
miento del hombre en los primitivos estadios del desarrollo social,
era muy concreto.
Los indios de América del Norte emplean numerosos nombres in-
traducibles para designar las formas de las nubes; en su idioma
poseen una denominación especial para el Sol que alumbra a
través de las nubes o por entre los claros del cielo azul. Los lapo-
nes tienen 20 nombres para el hielo, 11 para el frío, 41 para la nie-
ve, 26 para las heladas y el deshielo. Una de las tribus del África
Grabadode un hurón
meridional posee denominaciones diversas para distintas clases
de lluvia.
Sin embargo, es evidente, junto a esta extraordinaria capacidad de
observación del mundo circundante, la pobreza de términos abs-
tractos, generalizadores.
Así los bacairis de America del Sur, emplean distintos nombres
para designar la variedad de papagayos, pero carecen del nombre
genérico “papagayo”. Lo mismo les ocurre con las palmeras. Care- Ilustración de Debret mostrando
cen de conceptos generales, genéricos, como “animal”, “mineral”, un indígena sudamericano se
etcétera. prepara para ir a una fiesta

A esta forma de pensar concreta, a
base de objetos perceptibles, corres-
ponde una acentuada variedad de los
pronombres demostrativos. Por
ejemplo, mientras nosotros nos con-
tentamos con la mera diferenciación
de “este”, “ese” y “aquel”, en el
idioma de una de las tribus de Amé-
rica del Norte, existen 8 denomina-
ciones para designar el distinto grado
de alejamiento del objeto respecto de
quien habla.
Engels indicó que “el descubrimien-
to practico de la transformación del
movimiento mecánico en calor, es
tan antiguo, que podría considerarse
como el comienzo de la historia
humana” (1).
1
Engels, “Dialéctica de la naturaleza” Gospolitizdat, 1955, página 80.
Las ideas físicas y astronómicas de la Antigüedad – 1ª parte – Página 3 de 7
El hombre que se encuentra aún en los estadios primitivos de de-
sarrollo, posee una enorme memoria visual, que le permite orien-
tarse sin brújula en el mar y en el bosque.
El hecho de que ciertas tribus africanas asimilaran con más facili-
dad un arcaico y complicado sistema de medidas (por ejemplo las
inglesas) que el principio general correspondiente a la estructura
del sistema métrico, comprueba asimismo que, en el hombre primi-
tivo, la memoria predomina sobre la capacidad de abstracción.
Estos ejemplos, a nuestro parecer, bastan para hacernos una idea
de algunas de las particularidades del pensamiento concreto del
hombre primitivo y, al mismo tiempo, para comprender la distancia
que lo separaba de las amplias generalizaciones científicas que se
construirían más tarde.
En la actualidad esa distancia puede recorrerse rápidamente. En
nuestros días, un alumno de escuela media puede asimilar sin es-
pecial esfuerzo algunas de las leyes físicas descubiertas como
resultado de un largo trabajo del pensamiento humano. No obstan-
te, históricamente, para recorrer ese camino, se han necesitado
varios siglos.
Los australianos aprendieron a utilizar el bumerang mucho antes
de que fueran estudiadas las leyes científicas del movimiento gira-
torio de esta arma.
No obstante, se necesitaron milenios para obtener el proceso in-
verso, es decir, la transformación del calor en movimiento mecáni-
co, y descubrir la conexión real que existe entre ambos fenóme- Naivo australiano lanzando un
nos: bumerang.
“con toda probabilidad transcurrieron muchos miles de años desde que se descubrió como se
obtiene el fuego por medio del frotamiento hasta que Herón de Alejandría (alrededor del año 120

Iván Séchenov (1829 -1905)
Hermann Von Helmholtz (1821 -
1894)
Hay quienes también insisten en
afirmar el carácter místico de la men-
te primitiva y sostienen que las for-
mas en que esta mentalidad se expre-
sa, no pueden traducirse a la idioma
lógico de nuestro pensar actual.
Las ideas físicas y astronómicas de la Antigüedad – 1ª parte – Página 4 de 7
a.C.) inventó una máquina que adquiriría movimiento de rotación gracias al vapor de agua que de
ella salía. Luego transcurrieron casi dos mil años más antes de que fuera construida la primera
máquina de vapor, el primer dispositivo para la transformación del calor en movimiento mecánico
realmente útil” (Engels, “Dialéctica de la naturaleza”).
Séchenov, en “Obras selectas de filosofía y de psicología“ descri-
bió un instrumento africano; indicó que una tribu “se anticipó a una
de las ideas más brillantes de Helmholtz: utilizar una serie de re-
sonadores esféricos huecos, acordados a tonos distintos”.
En este caso, no obstante, puede obviarse la diferencia que existe
entre una simple comprobación empírica, efectuada a tientas y una
amplia teoría que abarca un grupo entero de fenómenos. La dife-
rencia es aproximadamente la misma que se da entre la percep- Séchenov
ción muscular de las leyes de la percusión tal como la poseen los
jugadores de billar y la teoría generalizadora de la percusión como
capítulo de la Mecánica.
Al matizar la diferencia indicada, no es posible olvidar, a pesar de
todo, que tenemos ante nosotros eslabones de una misma cade-
na.
Sería erróneo considerar, contraponiendo ambos tipos de pensar,
Von Helmholtz
que la separación entre el pensamiento primitivo o pre-científico y
el científico abre un abismo insalvable como si las dos formas de
pensamiento no tuvieran nada en común.
No hay duda, naturalmente, de que los conocimientos racionales,
fruto de la experiencia práctica, se hallaban ligados, en la mente
primitiva, a numerosas representaciones fantásticas; la imagen del
mundo del hombre primitivo es, en gran medida, un reflejo fantásti-
co de la realidad en su mente, y una prueba de su impotencia ante
la naturaleza. Pero esto aún no daría ningún derecho a plantear
una diferencia cualitativa entre las dos clases de mentalidad: “pre-
lógica” y “lógica”.

El agua para Tales, como principio
de todo lo existente, es algo nuevo
desde el punto de vista de “principio”
en comparación con la idea de los
seres míticos creadores del mundo.
Las ideas físicas y astronómicas de la Antigüedad – 1ª parte – Página 5 de 7
Parte de lo que se relate a continuación intentará poner de mani-
fiesto que el progreso de la conciencia humana estriba precisa-
mente en limpiar el pensamiento de mezclas y deformaciones
fantásticas. Tampoco en este caso es necesario entrar en el análi-
sis detallado de datos arqueológicos y/o etnográficos; tal vez valga
recordar, con todo, que el proceso de la abstracción científica ha
tenido lugar superando incesantemente los elementos irracionales
del pensamiento primitivo.
Por lo común se juzga de los “primeros pasos” de la ciencia anti-
gua comparándolos con el desarrollo ulterior de la ciencia o, inclu-
so, con los conocimientos modernos; es natural que, en este caso,
esos primeros pasos resulten pueriles y hasta se subestimen histó-
ricamente.
Por el contrario, si consideramos las primeras ideas científicas del
Antiguo Oriente o de la Antigua Grecia sobre el fondo de la evolu-
ción multisecular precedente, dichas ideas se presentarán, sin du-
da, con todo su valor progresivo.
Vistas con esta perspectiva, las explicaciones físicas imperfectas e
incluso erróneas, cobran su sentido progresivo como determinadas
etapas del pensamiento científico. Tales de Mileto
(624 a.C. - 546 a.C.)
La teoría aristotélica del arco iris, desde el punto de vista contem-
poráneo, es errónea, sobre todo en lo que respecta a la explica-
ción de los colores espectrales. A pesar de todo, puede consi-
derársela como una hipótesis científica que intentaba basarse en
la demostración físico-matemática (es decir, en una construcción
geométrica).

Más adelante se presentarán otros
ejemplos; entre ellos la explicación
del rayo dada por Lucrecio que fue
considerada por él mismo como un
medio poderoso para librarse de los
supersticioso temores de su religión.
Las ideas de Lucrecio, naturalmente,
no son satisfactorias desde el punto
de vista de la ciencia moderna.
Lucrecio
(99 a. C. – 55 a. C. )
Así, los australianos consideran que
están en relación de parentesco con
el “tótem” (fundador mítico de la
tribu) no sólo las “personas del cac-
tus negro“, sino, además, el cangu-
ro, el verano, el otoño y el viento,
mientras que a su modo de ver, “las
personas del águila marina” están
emparentadas con el humo y las
madreselvas.
Las ideas físicas y astronómicas de la Antigüedad – 1ª parte – Página 6 de 7
Compárese esa explicación con el punto de vista religioso-
mitológico sobre los fenómenos celestes (como eclipses, cometas,
halos solares, y muchos otros) considerados “apariciones”, “seña-
les” de la voluntad de alguien de quien dependen dichos fenóme-
nos. Hasta Aristóteles, eso era el “arco de Iris” (Iris era una de las
“mensajeras de los dioses”); o bien, tiempo después, según el rela-
to bíblico, el arco iris fue la señal que Dios le mostró a Noé des- Aristóteles
pués del diluvio como símbolo del pacto y alianza con el hombre. (384 a.C. -322 a. C.)
Una vez realizada esta confrontación, el lector de esta época será
menos severo al juzgar la teoría aristotélica del Arco Iris.
En estos casos, sin duda, lo que hay en común entre el sabio anti-
guo y el moderno, es tan solo la afirmación de que el fenómeno
obedece a una ley física.
Sin esa “prehistoria de las ideas”, con sus raíces en el remoto pa-
sado, resultan incomprensibles, también, muchos conceptos que
han supervivido con gran vivacidad conservados, durante siglos,
en la física clásica.
Por ejemplo, mencionamos:
 Las antiquísimas ideas cosmogónicas y la “hipótesis de los contrarios”.
 La representación del frío y de la oscuridad como objetos reales.
 Las concepciones del estado gaseoso y del vapor como una especie de “alma” se conser-
varon largo tiempo en la teoría del “neuma” y de los “espíritus animales” de la sustancias
gaseosas y volátiles.
 Las ideas primitivas acerca de la conexión existente entre el calor, la combustión y la vida,
se reflejaron en la doctrina de los médicos antiguos y medievales sobre el “Alor Innato”.
 Finalmente, las ideas sobre la acción a distancia, sobre la “simpatía” y la “antipatía”, exis-
tentes entre los objetos del universo, tienen como prototipo las clasificaciones primitivas
de los objetos naturales. Las clasificaciones totémicas” de esta naturaleza, abarcan, al
mismo tiempo, las principales direcciones en el espacio (norte-sur, este-oeste, arriba-
Las ideas físicas y astronómicas de la Antigüedad – 1ª parte – Página 7 de 7

abajo), los colores, etcétera. Su supervivencia pueden encontrarse en distintas teorías

físicas, no sólo del mundo antiguo sino, también, de épocas posteriores.