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_El modernismo valencianismo

Deberías de haberos dado cuenta que si se construyen tales casas en tan poco tiempo
es porque no se trata de los ricos de siempre sino de gente que acaba de llegar a ese estatus.
La historia que estamos comentando es la de aquellos burgueses, podríamos decir, que
enriquecidos no hace mucho, quieren introducirse en la sociedad valenciana del momento y
utilizan para ello las viviendas que se construyen cómo disfraz con el que mimetizarse; al
tiempo que como discurso con el que transmitir sus intenciones
Por eso muchos de ellos se construyeron directamente Palacios de aspecto medieval, el
de Ripalda fue el mejor ejemplo y otros como el de Nieulan.
Cortina Pérez fue su arquitecto preferido. El edificio Ferraz de Tetuán 8, construido en
el XVIII, no era lo suficientemente medievalizantes, así que le añadió las consabidas gárgolas y
cruces que dejaran bien claro con qué se identificaba su dueño.
No solo se construyeron casas de aspecto medieval sino que en algunos casos se las
construyeron junto a los viejos palacios de Caballeros. La casa Peris es el mejor ejemplo, justo
al lado del Palau de la Generalitat.
También hay que decir que no todo en ellos era arcaizante de hecho buena parte de los
edificios que se construyeron estaban destinados marcar las diferencias.
Los hicieron en las nuevas avenidas de reciente construcción, la calle La Paz sobre todo
y el ensanche, especialmente la Gran Vía Marqués del Turia; pero también otras cómo Cirilo
Amorós, etcétera .
Que se alejaran los espacios ocupados por la vieja burguesía, eso sí ennoblecida, y de
los restos de la vieja aristocracia, alejándose físicamente de ella, indica qué eran conscientes de
su identidad diferenciada.
Entre la mayor parte de los edificios modernistas que teníais que comentar destacan
los dirigidos construidos para los mismos arquitectos que así hacen notar su éxito
Que la mayor parte de las novedades arquitectónicas se produzcan en edificios
destinados a su propio uso indica tres cosas:
La primera, es que ciertas innovaciones no se atrevían a hacerlas para sus clientes y
solo las ejecutaban cuando ellos eran los destinatarios del edificio, de tal manera que el
rechazo de las novedades no tuviera consecuencias. La casa Ferrer es el paradigma.
La segunda es que utilizaban sus propias casas cómo catálogo de maravillas y anuncios
de las posibilidades que ofrecían a sus clientes
La tercera es que marcaban ciertas diferencias con el entorno al que tratan de
incorporarse haciendo notar su mayor modernidad y apertura al exterior, eso sí sin romper pon
el orden establecido. Demetrio Ribes.
Por eso no se salen del esquema medievalizante, o que idealiza la agricultura y la
naturaleza, al tiempo que huyen de toda referencia a la industrialización y al mundo obrero.
Su conservadurismo es fácil de ver no solo en la nostalgia de la Edad Media qué supura
en la mayor parte de las construcciones
Es fácil de ver también qué muchos de ellos comparten la crítica a los nuevos tiempos
industriales, una crítica que se remonta a Ruskin y qué es compartida por buena parte de las
burguesías europeas especialmente de aquellas más atrasadas y menos industrializadas
Para colmo algunos de los arquitectos se movían directamente en los círculos del
poder, eran concejales como Peris Ferrando, o trabajaban para la Iglesia como el mismo Peris
Ferrando o Mora Berenguer, o para el Estado, como casi todos ellos, que recordemos estaba en
manos de una oligarquía proteccionista y en el caso valenciano agrícola. Cortina Pérez,
arquitecto municipal, los resume a todos.
Más importante es analizar el origen social de sus clientes, dónde predominaba la
burguesía que acabamos de comentar pero donde no faltaban individuos que procedían del
mundo de la industria y del trabajo, del que trataban de alejarse lo más rápidamente posible
construyéndose casas como el palacio de Ayora, construido por un fabricante de zapatos.
La finca de Gaspar Dotres en Godella sería un buen ejemplo. Construyó para su hija un
mausoleo que imitaba el Partenón, huyendo de los mausoleos medievalizantes de la época. Sin
embargo cuándo tiene que construirse una finca de recreo imita, cómo no, un palacio gótico
Otro ejemplo conocido es el del propietario de la casa de los dragones en la calle Sorní
con Jorge Juan. Relacionado con las compañía de ferrocarriles del Norte, cuya estrella
representó en la fachada en el frente de una locomotora, no supo distanciarse de la consabida
iconografía de dragones y demás. Al fin y al cabo se trataba del norte.
Pero nos queda la mayor de las sorpresas para comentar un hecho en general
ignorado: esta arquitectura, heredera del modernismo catalán, asume como hace aquel con el
catalanismo, la representación de un valencianismo en auge.
De tal manera que el medievalismo además de un arcaísmo político, hace referencia al
nacimiento de una identidad Valenciana que se reconoce en la Edad Media, especialmente en
el siglo XV. Hasta tal punto que podríamos hablar de un modernismo foral, y no floral como han
dicho algunos. Un foralismo que en nada perjudica a la burguesía ennoblecida de la
restauración.
Un valencianismo por otro lado qué se vio frustrado por la polémica entre
proteccionismo y librecambismo y por la polémica anticatalanista protagonizada por Blasco y
los republicanos.
El republicanismo valenciano no parece encajar nada bien con este modernismo, que
estamos analizando, que se corresponde más con las élites de los dos partidos gobernantes
conservadores y liberales
Pero dónde podemos reconocer las huellas del blasquismo en arquitectura es otro
asunto que ahora no vamos a analizar.

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