Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
3 marzo 2019
GETTY IMAGES
A partir del siglo XV, europeos navegaron en busca de nuevas rutas, tierras y
oportunidades para el comercio y la explotación, difundiendo y adquiriendo
conocimiento, y transformando las vidas de los pueblos que encontraron.
El "descubrimiento" de América que hizo Cristóbal Colón en 1492 se toma con frecuencia
como el principio de la llamada Era de la Exploración, el punto de partida de cuatro
problemas ideológicos.
GETTY IMAGES
Por qué muchos consideran como una obra maestra la película "Roma" de Alfonso
Cuarón
Segundo, la expedición de Colón no estuvo motivada por la expansión del conocimiento, sino
por la adquisición de recursos.
En tercer lugar, el "descubrimiento" del "Nuevo Mundo" no marca una ruptura epistemológica;
Colón se fue a la tumba sin saber que se había tropezado con un nuevo continente.
Muchos de los exploradores que siguieron sus pasos, no descubrieron algo nuevo, sino que
encontraron versiones fragmentadas de sí mismos, sus deseos y ambiciones.
La Era de la Exploración hace más mal que bien porque encubre la historia, dándole un aire
noble y académico a la época del imperialismo.
Los europeos pueden haber incrementado su conocimiento en flora, fauna y topografía del
mundo en este período, pero con frecuencia lo hicieron a costa del conocimiento indígena y
de su sistema de valores.
Cualquiera que sea la perspectiva con la que se aborden las nuevas historias del
conocimiento global, nunca se puede ignorar la crítica relación que existe entre poder y
conocimiento.
Las experiencias de los Taino, que vivían en la isla La Española (el territorio que comparten
Haití y República Dominicana), y de los Beothuk de Newfoundland, una isla en la costa este
de Canadá, muestran de una manera dolorosa el daño que causó la época de la exploración
europea.
Ambos grupos estuvieron entre los primeros que encontraron los colonizadores, y en la
actualidad, ambos están extintos.
GETTY IMAGES
Esa también fue la época del comercio de esclavos a gran escala. Se estima que, en 1820,
más de 10 millones personas de África occidental habían sido esclavizadas en América en
contra de su voluntad.
Esa realidad desestabilizó y diezmo a estas poblaciones. Para ellos, sin duda, la Era de la
Exploración hizo más daño que bien.
Para muchos europeos, sin embargo, fue favorable. Europa estableció compañías dedicadas
al comercio y que con frecuencia aprovecharon los sistemas de intercambio locales. Así
crearon una red global de productos.
Incluso se benefició de cierto tipo de flora y fauna, que terminó siendo muy rentable.
GETTY IMAGES
Considerando el tema desde una perspectiva global, en vez de una regional, se convierte
más en una pregunta filosófica.
La Era de la Exploración brindó oportunidades para que las sociedades y culturas
interactuaran; puso en contacto a todas las partes del mundo, allanando el camino para las
economías globalizadas que vemos hoy; permitió que una red de conocimiento se extendiera
por todo el mundo.
En cierta forma, el mundo contemporáneo se construyó a partir de los cambios que produjo
esta época.
GETTY IMAGES
A partir de 1415, los mercaderes y marineros portugueses se dedicaron a explorar las costas
del oeste de África, llegando al Cabo de Buena Esperanza en la década de 1480.
Tratando de establecer un vínculo comercial directo con Asia, en 1497, una flota al mando del
comandante Vasco da Gama navegó alrededor del Cabo hasta la India. A partir de entonces,
hubo expediciones anuales.
Desde 1497 hasta 1510, los portugueses establecieron la supremacía en el Océano Índico,
ante la dura oposición de los rivales musulmanes e hindúes.
En 1500, la expedición de Pedro Álvares Cabral perdió su rumbo hacia la India y llegó a las
costas de Brasil.
Las especias y otros productos asiáticos que habían transitado anteriormente a Europa a
través del mundo islámico ahora eran importados directamente por los barcos portugueses (y
más tarde por holandeses y británicos).
GETTY IMAGES
Los portugueses dieron así los primeros pasos decisivos en la creación de un dominio
europeo duradero sobre el comercio mundial.
Pero el precio que algunos tuvieron que pagar fue muy alto.
La situación de los portugueses en Asia era precaria y dependía del uso calculado de fuerza
militar y violencia en contra de sus competidores.
Al final, la respuesta a la pregunta de si la Era de la Exploración hizo más mal que bien
depende de si aborda desde la perspectiva de los exploradores europeos o las personas con
quienes entraron en contacto: asiáticos, africanos y americanos.
El hallazgo sugiere que hace 1200 años, alrededor de 20 millones de mayas vivían en la
zona, una cifra equivalente a la mitad de la población europea de la época.
GETTY IMAGES
Este descubrimiento pone de manifiesto una debilidad en la pregunta que se plantea: no hay
una "Era de la Exploración". El interés por investigar lo desconocido es inherente a la
naturaleza humana.
Hemos estado explorando desde el comienzo de los tiempos: los primeros habitantes del
continente americano lo hicieron e incrementaron su territorio, lo mismo ocurrió con los
conquistadores españoles y con otros aventureros.
Los arqueólogos habían asumido que las ciudades maya eran aisladas y autosuficientes;
ahora parece que floreció una sociedad mucho más compleja e interconectada.
GETTY IMAGES
Sin embargo, este descubrimiento le debe mucho a las expediciones científicas y pioneras de
Ramón Ordóñez (1773), José Antonio Calderón (1784), Antonio del Río (1786), Alexander
von Humboldt (1803-04), José Luciano Castañeda (1805-07) y, crucialmente, Juan Galindo
(1831-34).
Este último no era una gran científico, nacido en Dublín, e hijo de un actor inglés, se fue a
América como voluntario en las guerras de independencia latinoamericanas y se convirtió en
el gobernador del departamento guatemalteco de Petén.
Estando en una posición única para navegar entre la realidad hispánica y la inglesa, su
mayor contribución fue el vívido recuento de ruinas maya publicado en Londres y Nueva
York.
Sus relatos fascinaron a muchos. Entre ellos, John Lloyd Stephens y Frederick Catherwood,
quienes, entre 1839 y 1842, siguieron sus pasos e introdujeron a los antiguos mayas en la
imaginación popular occidental, como lo habían hecho otros exploradores y arqueólogos
con los griegos, los romanos y el antiguo Egipto.
De esta manera se prueba que la exploración y la preservación de una cultura pueden ser
compatibles.