LA RESILIENCIA

Mg. Segundo Casiniro Hoyos Rivas

schrdocente@yahoo.es
 LA RESILIENCIA
1. Conceptos
- Se la entiende como la capacidad del ser humano
para hacer frente a las adversidades de la vida,
superarlas y ser transformado positivamente por
ellas. (Mabel Munist et al, 1988).
- La resiliencia en tanto cualidad de la
personalidad, es la capacidad de los individuos,
grupos o colectividades para afrontar diferentes
tipos de adversidad y haciendo uso de recursos Fuente: http://bit.ly/1W9g4hX

personales y sociales, asumir acciones resueltas para lograr éxito, auto o

sociorrealización y transformar dicha realidad. (Walter Cornejo, 2011).
2. Componentes
Para Vanistendael (1995) la resiliencia es la capacidad del individuo para hacer
las cosas bien pese a circunstancias adversas. Esto implica una capacidad de
resistencia y una facultad de construcción positiva.
En términos de acción, conviene reconocer en la resiliencia dos componentes: la
resistencia frente a la adversidad, esto es, la capacidad para proteger la propia
integridad bajo presión; más allá de la resistencia, la capacidad para construir un
conductismo vital positivo pese a las circunstancias difíciles.
En relación a lo afirmado anteriormente la psicología positiva plantea que los seres
humanos tenemos la capacidad de adaptarnos, de lograr un sentido y
desarrollarnos personalmente a pesar de las adversidades. Los individuos
podemos perfeccionar las capacidades que nos permiten afrontar, soportar e
incluso adquirir habilidades saludables para superar las experiencias adversas.
3. Dimensiones
Vanistendael (1997; citado por Juan Kalawski y Ana Haz, 2003) distingue cinco
dimensiones interrelacionadas de la resiliencia:
- Existencia de redes sociales informales. La persona tiene amigos, participa de
actividades con ellos y lo hace con agrado; tiene en general una buena relación
con los adultos.

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 Se refiere a menudo a un vínculo afectivo duradero y constructivo con al menos
una persona, que puede ser un pariente, un conocido, uno de los abuelos, un
docente, etc. Es una persona que se caracteriza por confiar en el potencial real del
niño o adolescente, lo acepta, valora y le da oportunidades para desarrollarse.
La aceptación incondicional del niño en cuanto a persona es considerada una
contribución especial para reforzar la resiliencia del niño y del adolescente. Hay
que precisar que esta aceptación incondicional se refiere a su dignidad humana y
no a la aceptación absoluta a cualquier tipo de conducta.
Como refiere Vanistendael (1995) esta aceptación incondicional reviste
numerosas formas: auténtica preocupación por el niño, amor por el niño, ser la
persona a la que siempre pueda acudir el niño pase lo que pase. Al fin y al cabo,
estamos hablando aquí de amor auténtico por el niño, entendido plenamente.
La aceptación incondicional se presenta mayormente en las relaciones informales
con familiares y amistades que en un ambiente profesional. Cuando existe un
adulto significativo cercano al niño o adolescente favorece la empatía y cuenta
con un modelo prosocial para enfrentar las adversidades de la vida.
- Sentido de la vida, trascendencia. La persona muestra capacidad para descubrir
un sentido y una coherencia en la vida.
El sentido de la vida, según Raúl Vidal (2008) es la opción por otorgar a la propia
existencia una orientación u objetivo que trascienda el tiempo presente y, en lo
posible, al propio individuo. Ser poseedor de un sentido existencial permite al ser
humano hacer frente al sufrimiento y a situaciones límites que lo derrumbarían.
Al contar con la seguridad de ser competente de salir adelante, de poseer una razón
por la cual vivir, cada persona consigue ser el forjador de su propia existencia. El
ir o estar más allá de la condición presente y otorgarle significados al dolor y al
sufrimiento forman variables que ayudan a la aparición de respuestas resilientes
en seres humanos que se encuentran afrontando situaciones adversas.
Para Vanistendael (1995,2003) las personas que ven un sentido y una coherencia
a lo que sucede en su vida, muestran más resiliencia que otras. Se entiende por
“sentido” a lo que nos vincula positivamente con la vida y otorga a nuestra
existencia coherencia y orientación. Esta necesidad de sentido y significado se
puede encontrar en el logro de pequeños objetivos realizables, la investigación de
modelos, orden y belleza, el servicio a los demás, o varias expresiones de fe
religiosa.

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 - Autoestima positiva. La persona se valora a sí misma, confía en sus capacidades
y muestra iniciativa para emprender acciones o relaciones con otras personas
porque se siente valiosa y merecedora de atención.
La autoestima es significativa porque favorece el sentido de la propia identidad,
el sentirse digno y capaz.
En la investigación realizada por Nelly Lagos
(2005) afirma que desde una autoestima
positiva se pueden lograr destrezas y
estrategias para enfrentar, a modo propio y de
acuerdo a la edad, tiempos de alta tensión. El Fuente: http://bit.ly/1ORuTmP

autoconcepto y la autoestima se ponen a prueba cuando las personas deben encarar

problemas severos y crisis prolongadas.
- Presencia de aptitudes y destrezas. Es capaz de desarrollar sus competencias y
confiar en ellas.
Cuando el niño o adolescente es consciente que cuenta con determinada
capacidades y la dinamiza, enfrenta y soluciona mejor los problemas o
adversidades de la vida.
El aprendizaje de aptitudes sociales, resolutivas de problemas y técnicas facilita
el conseguir un puesto de trabajo, relacionarse mejor, solucionar conflictos,
enfrentar las adversidades y el logro de metas.
- Sentido del humor. La persona es capaz de jugar, reír y gozar de las emociones
positivas, y de disfrutar de sus experiencias.
Según María Teresa Fiorentino (2008) el humor permite liberar energías, favorece
las emociones positivas, disfrutar del yo y de los demás, crear ambientes más
relajados y favorecedores para la solución de problemas y el establecimiento de
unas relaciones más fluidas.
Para Anna Forés y Jordi Grané (2012) el humor estimula el aumento de
emociones y actitudes positivas, supresión de emociones negativas y cambio de
enfoque. Cuando se experimenta la situación gratificante de la risa se genera una
actitud optimista ante el futuro, permitiendo a la persona afrontar mejor su
situación adversa. Además es eficaz reduciendo las emociones negativas como la
ira, la tristeza, el estrés. El cambio de enfoque ayuda que una situación dramática
puede reinterpretarse como cómica mediante tal inversión o alteración

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 interpretativa, disminuyendo los aspectos trágicos y distanciándose
psicológicamente del problema.
Coincidiendo con lo afirmado anteriormente, Begoña Carbelo y Eduardo Jáuregui
(2006) manifiestan que el sentido del humor, como rasgo de la personalidad, es
una de las esenciales fortalezas del ser humano. Le otorgan muchos beneficios
psicológicos (sensaciones y estados de alegría, bienestar y satisfacción,
disminución del estrés, prevención de la depresión), físicos (tolerancia al dolor,
activación del sistema inmunológico, mejora del sistema cardiovascular) y
sociales (mejoras en la motivación, la comunicación, el orden y la armonía social).
Un sentido del humor positivo facilita al ser humano hacer frente a las
adversidades y desajustes de la vida porque pone su vida entera en perspectiva.
Viktor E. Frankl (1991) al narrar sus experiencias en un campo de concentración,
manifiesta que una de las herramientas que utilizaron para luchar por su
supervivencia fue el humor, debido a que puede proporcionar el distanciamiento
necesario para sobreponerse a cualquier situación. El interés para poner en
práctica el sentido del humor y observar las cosas bajo una luz humorística son un
tipo de estrategia que siguieron para manejar el arte de vivir, a pesar que en el
campo de concentración el sufrimiento era omnipresente. Es de vital importancia
apreciar las cosas o sucesos positivos diarios.

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BIBLIOGRAFÍA Y LINKOGRAFÍA

- CARBELO, Begoña y JÁUREGUI, Eduardo (2006). Emociones positivas: Humor positivo.

Papeles del Psicólogo, 2006. Vol. 27(1), pp. 18-30.Recuperado de
http://www.papelesdelpsicologo.es/pdf/1120.pdf
- CORNEJO, Walter (2011). Resiliencia: Una definición. Recuperado de
http://www.academiaperuanadepsicologia.org/athenea%202/resiliencia%20una%20definicio
n.pdf
- FIORENTINO, María Teresa. La construcción de la resiliencia en el mejoramiento de la
calidad de vida y la salud. Suma Psicológica, Vol. 15 N° 1: 95-114, marzo 2008, Bogotá (Col.)
- FORÉS, Anna y GRANÉ, Jordi (2012). La resiliencia en entornos socioeducativos. Sentido,
propuestas y experiencias .España: Narcea.
- KALAWSKI, Juan y HAZ, Ana (2003). Y... ¿dónde está la resiliencia? Una reflexión
conceptual. Revista Interamericana de Psicologia/Interamerican Journal of Psychology - 2003,
Vol. 37, Num. 2 pp. 365-372
- LAGOS, Nelly (2005). Resiliencia o el equilibrio entre la sociedad y el/la sujeto/a. Análisis
crítico. Chile: Universidad del Bío-Bío.
- SALGADO, Ana (2009). Felicidad, resiliencia y optimismo en estudiantes de colegios
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http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=68611924007
- VANISTENDAEL, Stefan (1995). Cómo crecer superando los percances. Resiliencia:
capitalizar las fuerzas del individuo. Ginebra: Oficina Internacional Católica de la Infancia
(BICE). Recuperado de
http://www.bice.org/media/com_medialibrary/Document/541/160publicacion_como_crecer_
superando_los_percances_resilencia_capitalizar_las_fuerzas_del_individuo_1995_copyright
_bice.pdf
- VANISTENDAEL, Stefan (2003).Resiliencia y espiritualidad. El realismo de la fe. Ginebra:
BICE. Pág. cons. 30 y 31.Recuperado de
http://www.addima.org/Documentos/Articulos/ResilienciaEspiritualidad_BICE2003.pdf
- VIDAL, Raúl (2008). La contribución del enfoque de resiliencia en la intervención social.
Santiago de Chile: Universidad de Chile.

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