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Todo por Nada: La Gracia Soberana de Dios en

la Salvación. Interpretación y Exposición de


Efesios 2:8-10 (Parte Nº1).

29byClaudio 'Kimeradrummer' González


may

Efesios 2:8-10 es uno de los pasajes clave para entender la doctrina de


la salvación por Gracia. Es un pasaje breve y bastante claro que sumariza
y concluye lo que Pablo viene diciendo desde el vs. 1 de este capítulo, y no
deja de ser impresionante como Pablo, de manera magistral y en tan
pocas frases, implica varias doctrinas importantes de la fe Cristiana. Solo
por nombrar algunas, podemos decir que este pasaje implica la doctrina
de la Soberanía de Dios, de la Gracia de Dios, de la inhabilidad del
hombre, del don de la fe, del lugar de las obras en la Justificación y en la
Santificación entre otras, cada una de ellas unida a la otra de manera
sólida, coherente e inseparable.

Este pasaje enfatiza específicamente la obra de Dios en el hombre, es


decir, la forma en que Dios salva al hombre, así como la causa de esta
salvación, entre otras cosas. Debido a esto, esta interpretación y
exposición será dividida en capítulos, a fin de ganar en orden, coherencia
e información.

Antes de seguir, leamos el pasaje completo; luego, pasaremos a su


interpretación y exposición:

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de


vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se
gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús
para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para
que anduviésemos en ellas.”

Efesios 2:8-10

1.- Debido a que el tema central de este pasaje es la Gracia de Dios para
con el hombre pecador, y debido a que el Apóstol comienza hablando de la
Gracia en la salvación, entonces lo más coherente es que definamos este
término tan importante para nosotros a fin de entender plenamente el
pasaje y, de paso, corregir cualquier error con respecto a este concepto.

La expresión griega que es traducida en Efesios 2:8 “por Gracia” es τη


χαριτι [tê chariti], la cual proviene de la palabra χαρις [charis], que
no solamente es traducida al español como Gracia, sino también como
favor y generosidad. La RAE define Gracia como ‘Don o favor que se
hace sin merecimiento particular; concesión gratuita‘ (aquí).
Entonces, podemos concluir que Gracia es conceder a alguien un don o
favor de manera gratuita e incondicional, es decir, sin tomar en cuenta
mérito o condición alguna en el receptor. La única causa de la Gracia es la
voluntad del dador de conceder su favor al receptor.

Entonces, trasladando lo anterior a nuestro pasaje, podemos concluir


que la Gracia de Dios es la libre e incondicional disposición de
la voluntad soberana de Dios, fundamentada en Su amor, de
otorgar Su favor al pecador elegido, sin tomar en cuenta su
condición. Un pasaje que ejemplifica esto es Romanos 5:6-8, el cual
dice lo siguiente:

“Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió


por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un
justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el
bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que
siendo aún pecadores,Cristo murió por nosotros.”

Romanos 5:6-8

En este pasaje se nos presenta claramente la incondicionalidad de la


Gracia de Dios, Quién nos concede Su favor aún cuando nosotros, debido
a que somos pecadores, no lo merecemos ni tenemos nada que dar a
cambio de lo que se nos otorga (Tito 3:3-7). El preámbulo a Efesios
2:8-10 (vs. 1-7) nos habla sobre esto, primero describiendo nuestro
estado miserable sin Dios, luego mencionando los beneficios y después
describiendo la obra de Gracia que Dios otorga al pecador elegido.
Notable es que en ningún lugar de aquella descripción se menciona al
hombre obrando o mereciendo la Gracia, sino que es Dios solo Quién hace
la obra completa.
Algunos de los pasajes que implican características de la Gracia
son Romanos 9:15-16, de donde podemos deducir que ésta
es libre y particular, pues depende de la voluntad de Dios y va dirigida
al individuo elegido:

“Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga


misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.
Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de
Dios que tiene misericordia.”

Romanos 9:15-16

Isaías 43:25 que implica, nuevamente, que la Gracia


es incondicional con referencia a nosotros mismos, que carecemos de
mérito alguno:

“Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo,


y no me acordaré de tus pecados.”

Isaías 43:25

Y Romanos 3:21-24, que nos informa que la Gracia es, aunque suene
redundante,gratuita:

“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios


es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Romanos 6:23

Una de las cosas que hemos de entender sobre la Gracia de Dios es que
ésta es un atributo de Dios, no de las cosas que Dios nos da. El único
sentido en que la palabra Gracia califica estas cosas tiene que ver con la
gratuidad de éstas, pero aun esto apunta a Aquel que gratuitamente nos
otorga estos beneficios.

Entender esto nos ayuda a conservar la consistencia de las Escrituras,


pues Dios solamente otorga Su Gracia a Sus elegidos, no a los reprobos.
Con esto quiero decir que no existe tal cosa como la Gracia
Común, doctrina que enseña que Dios otorga Su Gracia en cierto sentido
también a los no elegidos. Confieso que hace un tiempo atrás creía en esta
doctrina, pero ahora entiendo los problemas de inconsistencia que
ocasiona y su carencia de base en las Escrituras.

El Salmo 73:18 nos informa en que sentido debemos entender aquellos


supuestos beneficios que Dios otorga a los no elegidos:

“Ciertamente los has puesto en deslizaderos; En asolamientos


los harás caer.”

Salmo 73:18

En este Salmo (léanlo completo), el salmista casi resbala debido a que


sentía envidia de la prosperidad de los impíos, quienes sin temer a Dios e
incluso desafiándole abiertamente viven sus vidas en relajo y sin
sobresaltos; mas luego el salmista, después de luchar internamente con
esto, entendió que Dios no les concede estos beneficios por Gracia, sino
que al final de sus vidas les cobrará estos beneficios que les otorgó, debido
a que no quisieron agradecerle ni acercarse a Él (Romanos 1:21), de
manera que los beneficios que debieran llevarles a Dios los alejan de Él,
convirtiéndose estos “en deslizaderos”.

Un ejemplo de esto es el mismo Evangelio, que debiendo ser una buena


noticia para el hombre pecador es rechazado impíamente por los
incrédulos. Tienen el beneficio de escuchar el mensaje de liberación y
reconciliación de Dios, pero en vez de recibirlo con alegría lo repudian (1
Corintios 1:18). Sin embargo, aun en esto Dios es glorificado, como
Pablo mismo lo expresa:

“Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en


Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar
el olor de su conocimiento. Porque para Dios somos grato olor
de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos
ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de
vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?”

2 Corintios 2:14-16

En conclusión, la Gracia de Dios es la disposición de Su voluntad de


favorecer incondicionalmente al pecador elegido. A su vez, la Gracia es un
atributo de Dios, no de lo que Dios otorga, pues Dios solo otorga Su
Gracia a los elegidos, mientras que los beneficios que reciben los no
elegidos finalmente testificarán en contra de ellos en el día del Juicio.
Hemos de recordar que al estar éstos no elegidos bajo la Ley, entonces
deben merecer estos beneficios (Gálatas 3:12). Es por esto que los
beneficios que Dios da a los no elegidos simplemente aumentan la ira de
Dios contra ellos, debido a la rebelión de estos y su negativa de agradecer
a Dios y glorificarle.

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