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Psicología de la Gestalt y Psicoterapia

Gestalt: Una Relación Confusa

Rodolfo Bächler Silva


Psicólogo, Terapeuta Gestalt
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

El vínculo entre la psicología de la forma y la terapia gestalt es un


asunto confuso. Con relación a este tema, hay quiénes sostienen, como lo hace
Claudio Naranjo, que a Fritz Perls no le interesaban mayormente las ideas de
la psicología de la forma. Según Naranjo(l), Fritz utilizó la metáfora figura-
fondo como una alternativa a consciente-inconsciente, amparándose en una
teoría que por entonces se encontraba en boga en el mundo científico (la
psicología de la gestalt), con el fin de obtener un respaldo teórico que
fortaleciera su debilitada credibilidad como intelectual. De acuerdo con esta
afirmación, según Naranjo es poco lo que se puede decir sobre esta relación,
puesto que se trata simplemente de una metáfora de perogrullo y nada más.

Sin embargo, si bien parece ser que a Perls no le preocupaba


mayormente este tema, a Paul Goodman, considerado como quién le otorgó el
fundamento filosófico, político y humanista a la psicoterapia gestalt, no le
ocurría lo mismo. Taylor Stoehr(2) describe en la biografía de Goodman, como
éste último, se encontraba profundamente interesado en las conexiones de la
psicología de la forma con la psicoterapia gestalt. Goodman, llegó incluso a
enviar sus escritos a los teóricos de la Gestalttheorie con la esperanza de
iniciar un intercambio de ideas. Desafortunadamente, los investigadores de la
psicología de la forma no respondieron favorablemente a los intentos de
Goodman.

¿Hasta que punto podemos hablar de un vínculo entre psicología y


psicoterapia gestalt? ¿Se trata, como señala Naranjo, de una metáfora
advenediza utilizada por Perls y nada más, o bien podemos pensar en caminos
de integración entre ambos quehaceres? ¿Pueden aportar algo las ideas de la
psicología de la forma al desarrollo de la psicoterapia gestalt? Y por último,
¿es posible trazar un puente que comunique de manera natural el fenómeno de
estudio de la psicología de la forma con el tema de estudio de la terapia
gestalt?

El objetivo de este trabajo, será reflexionar a la luz de estas preguntas,


indagando las posibles relaciones entre la psicología de la forma y la terapia
gestalt. El análisis, no se centrará tanto en el origen de la psicología y la
terapia gestalt tal cual la concibieron sus creadores, sino más bien, en una
revisión del problema, a la luz de los desarrollos actuales en psicología y
ciencias cognitivas.
EL ESTUDIO DE LA MENTE

La psicología de la gestalt constituye uno de los antecedentes teóricos


de las modernas ciencias cognitivas. Estas últimas, corresponden a una línea
de investigación que agrupa a diferentes ramas del conocimiento, que desde
diversas ópticas se ocupan del estudio de la mente (inteligencia artificial,
psicología, neurociencias, lingüística y en ocasiones antropología y filosofía
de la mente). Originalmente, la psicología de la gestalt constituye una
disciplina que estudia los procesos mentales de percepción y las leyes que los
gobiernan. La psicoterapia gestalt en cambio, constituye en parte una teoría de
la mente, pero sobre todo, una práctica orientada al bienestar psicológico.

Hilary Putnam(3), señala que la noción de mente no es muy antigua. El


autor, plantea que sí bien la palabra mente o sus antecesores clásicos, el
término latino mens y el griego psyche son muy antiguos, el concepto mente
tal cual lo reconocemos hoy en día, es más bien nuevo dentro de la historia de
la filosofía. Si retrocedemos en el tiempo, podemos ver que es Aristóteles,
quién primero se plantea el problema de la psyche, en lo que puede ser
considerado el primer trabajo de psicología, su obra "De Anima". La
preocupación de Aristóteles sin embargo, dista mucho de coincidir con el
actual concepto de mente, puesto que su psyche, abarcaba funciones físicas
como la reproducción y la digestión. Putnam, piensa que la noción aristotélica
de psyche, coincidiría más bien con el concepto extremadamente moderno de
organización funcional (similar al concepto gestáltico de organismo). Por lo
tanto, si bien podemos encontrar una exhaustiva descripción de Aristóteles
respecto de aspectos relacionados con la vida mental, uno no encuentra en su
obra, el problema mente-cuerpo en su sentido moderno.

Revisando la historia de la filosofía, Putnam encuentra que con las


concepciones medievales ocurre algo similar, ya que Aquino por ejemplo,
tenía una elaborada psicología, pero no distinguía el problema como lo
hacemos actualmente. El problema mente-cuerpo es un problema que tiene un
origen reciente, probablemente a partir de la obra de Descartes.

Putnam se pregunta entonces, ¿es obvio que existe algo llamado mente
cuyos contenidos incluyen todos mis recuerdos, ya los esté o no trayendo a mi
memoria, pero cuyas funciones no incluyen la digestión o la reproducción? ¿O
estamos atrapados por una imagen, una imagen cuyos orígenes son de algún
modo accidentales y cuya lógica, una vez que es examinada, no es
convincente?
Este es el problema que retornan actualmente las ciencias cognitivas, y
algunas de las preguntas que se formulan son: ¿es posible la existencia de una
entidad no material como la mente? Si esto es así, ¿cómo es que se relaciona
entonces con el substrato material?

EL PROBLEMA MENTE-MENTE

Una versión más nueva del problema señalado anteriormente, es la que


plantea Ray Jackendoff(4). Este autor examina la dificultosa relación entre dos
aspectos de “lo mental” que él denomina mente computacional y mente
fenomenológica. El primer aspecto, (denominado Mente 1), hace referencia a
los procesos de manipulación de símbolos que realiza la mente y que han sido
ampliamente desarrollados mediante la hipótesis cognitivista. El segundo,
componente, (denominado Mente 2), alude a la experiencia vivida de
aprehensión del mundo (o conciencia) que presenta la mente. Las ciencias
cognitivas, a través de su hipótesis cognitivista, diferencian claramente entre
ambos tipos de proceso, no obstante, la cognición se dirige hacia el mundo de
una forma no dicotómica, es decir como una experiencia, o como un mundo
vivido, donde la consciencia ocupa un rol primordial.

Si efectivamente existen estos dos procesos mentales diferentes, ¿cuál


es el tipo de relación que se establece entre ellos? ¿Cómo se produce el puente
entre la cognición computacional y la experiencia consciente? Este es el
problema que Jackendoff denomina mente-mente y lo define según sus
propias palabras como:

"El resultado, es que la psicología ahora no tiene dos dominios de qué


ocuparse, el cerebro y la mente, sino tres: el cerebro, la mente computacional
y la mente fenomenológica. En consecuencia, la formulación cartesiana del
problema mente-cuerpo se divide en dos interrogantes. El problema "mente
fenomenológica-cuerpo"... es: ¿cómo puede un cerebro tener experiencias? El
problema "mente computacional-cuerpo" es: ¿cómo puede un cerebro efectuar
razonamientos? Además, tenemos el problema mente-mente: ¿cuál es la
relación entre los estados computacionales y la experiencia? En relación con
éste último problema, Jackendoff piensa que los elementos de la aprehensión
consciente son causados / respaldados / proyectados a partir de la información
y los procesos de la mente computacional"
En otras palabras, este autor propone considerar la aprehensión
consciente como una externalización o proyección de un subconjunto de
elementos de la mente computacional. Esta posición resulta cercana a la
postura de la Inteligencia Artificial Fuerte (lA), que plantea que la mente
consiste básicamente en funciones algorítmicas, y que la única diferencia entre
la inteligencia artificial en su grado de desarrollo actual y la mente humana,
consiste en el grado de complejidad de los algoritmos. Para Jackendoff, los
elementos que proyectan o respaldan la aprehensión consciente, se
corresponden con representaciones de nivel intermedio de la mente
computacional, es decir, con representaciones que están a medio camino entre
el nivel más periférico o sensorial y el nivel más central o intelectual. De
acuerdo con esta teoría, todo fenómeno consciente, debiera encontrarse
respaldado por una distinción computacional.

PSICOLOGIA Y PSICOTERAPIA GESTALT:¿ LA NECESIDAD DE UN


CAMINO INTERMEDIO?

Las distinciones planteadas en el punto anterior, resultan útiles para


analizar el problema de la psicología y terapia gestalt señaladas al comienzo
de este artículo y reflejadas en las siguientes preguntas:.

• ¿Hasta que punto podemos hablar de un vínculo entre psicología y


psicoterapia gestalt?
• ¿Pueden aportar algo las ideas de la psicología de la forma al desarrollo
de la psicoterapia gestalt?
• ¿Es posible trazar un puente que comunique de manera natural el
fenómeno de estudio de la psicología de la forma con el tema de estudio
de la terapia gestalt?

Planteo que no podemos dar respuestas efectivas a estas preguntas, si no


consideramos previamente las distinciones entre Mente 1 y Mente 2 que nos
ofrecen las ciencias cognitivas. La enorme dificultad que ha existido en la
psicoterapia gestalt, para conciliar su desarrollo teórico con las ideas de la
psicología de la forma, tiene su razón de ser en la ceguera de los distintos
autores, respecto del hecho que ambas disciplinas se han ocupado de
diferentes aspectos de la mente.
La psicología de la forma se ocupó de estudiar el problema de la
cognición (Mente 1), es decir, de la identificación de los patrones o
regularidades que operan en la mente cuando esta intenta conocer el mundo.
Para ello, estableció distinciones como organización, figura-fondo,
agrupación, marcos de referencia, etc. La terapia gestalt en cambio, se ha
dedicado a analizar otras aristas de la mente, relacionadas más bien con la
conciencia (Mente 2), centrando su preocupación en temas como el darse
cuenta, sueños, mecanismos de defensa tales como proyecciones,
retroflexiones, etc.

Si observamos el problema desde la mirada de las ciencias cognitivas,


podemos percatarnos que la psicología de la forma dedicó sus esfuerzos a
comprender el funcionamiento de lo que hoy conocemos como “mente
computacional”(Mente 1), no obstante, al no contar los teóricos de la
psicología de la gestalt con la metáfora de los ordenadores, hicieron referencia
a dichos procesos mentales mediante términos tales como “configuración de
totalidades” y no como “procesos algorítmicos” tal cual lo hacen los
científicos cognitivos actualmente. La psicoterapia gestalt por su parte, se ha
encargado de analizar el funcionamiento de la mente fenomenológica (o mente
2). La relación entre ambos temas puede resumirse adecuadamente cómo el
problema mente-mente planteado por Jackendoff, es decir, es decir, el
problema relativo al cómo se produce el paso desde la cognición a la
experiencia.

Nos encontramos frente a un quiebre teórico-experiencial.


Científicamente, sabemos que nuestra mente opera a través de leyes que
gobiernan nuestra percepción, (procesos computacionales, distinciones figura-
fondo, o como se les quiera denominar), pero vivencialmente,
experimentamos una realidad distinta. La psicoterapia gestalt ha trazado una
fructífera metodología para el trabajo con las experiencias (mente 1) no
obstante, no logra explicar adecuadamente (como no lo hace ninguna escuela
psicológica por lo demás), cómo se relacionan estas vivencias con los
procesos mentales que se encuentran detrás (mente 2).

La psicoterapia gestalt ha incurrido en errores teóricos importantes, al


intentar utilizar un lenguaje propio de los procesos cognitivos de la mente
computacional, para referirse y analizar aspectos que corresponden a la mente
fenomenológica. El problema central desde mi punto de vista, no consiste
tanto en no tener una adecuada respuesta a la relación existente entre ambos
aspectos de la mente (problema mente – mente), sino más bien, en el hecho de
confundir los planos de análisis respecto del estudio de lo mental.

La psicología no ha sido capaz de dar respuestas explicativas respecto


de la relación entre los distintos aspectos de la mente y de todos ellos con el
cuerpo. Más aún, tal y como ha transcurrido el desarrollo de esta disciplina,
este problema es considerado hoy en día un terreno de estudio ajeno a la
psicología, más cercano a la filosofía de la mente y a las ciencias cognitivas en
general.

Considerando el panorama descrito, no podemos criticar a la


psicoterapia gestalt por no ofrecer soluciones en torno a un problema que la
psicología en su conjunto, no logra abordar de manera efectiva. Lo que si es
exigible a la psicología y a cualquier disciplina científica (la terapia gestalt
entre ellas), es que defina adecuadamente su campo de estudio. Esta última
condición no se encuentra cubierta en absoluto por la psicoterapia gestalt. Por
el contrario, esta escuela presenta importantes errores conceptuales al intentar
forzada y confusamente, tender un puente lingüístico y conceptual entre
ambos aspectos de la mente. Esta situación no es posible, puesto que no se
encuentra al alcance del desarrollo teórico de la psicoterapia gestalt, ni de la
psicología científica en su totalidad. Más aún, la compleja relación entre los
aspectos computacionales y fenomenológicos de la mente y su vínculo con el
cerebro, es un asunto que se encuentra aún muy lejos de ser respondido por las
ciencias cognitivas.

Por todo lo anterior, considero que la única vía de solución posible para
la psicoterapia gestalt respecto de este problema, es continuar abordando
(como lo ha hecho exitosamente hasta ahora) el funcionamiento
fenomenológico de la mente y su expresión en el desarrollo y felicidad de los
seres humanos.
BIBLIOGRAFIA

1 Peñarrubia F., Fritz Perls según Claudio Naranjo en Manual del


Curso Superior de Terapia Gestalt de Madrid. Apuntes de la Escuela
Madrileña de Terapia Gestalt.
2 Stoehr T., Aquí, Ahora y lo que viene: Paul Goodman y la
psicoterapia Gestalt en tiempos de crisis mundial. Santiago de Chile.
Editorial Cuatro Vientos. 1998
3 Putnam H., La Herencia del Pragmatismo. Barcelona. Editorial
Paidós. 1997
4 En Varela J. F., Thompson E. y Rosch E., De Cuerpo Presente: las
ciencias cognitivas y la experiencia humana. Barcelona. Editorial
Gedisa. 1992

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