Está en la página 1de 2

LEYENDA CHINA DEL HILO ROJO - LA HISTORIA DE WEI GU

Un joven llamado Wei Gu deseaba casarse sin embargo parecia nunca tener suerte hasta aquel
día cuando se encontro con un viajero quien le comentó sobre una joven doncella quien era hija
de un funcionario del gobierno entonces arreglo un enceuntro.

Muy temprano, Wei Gu no pudo contener su impaciencia y se precipitó al templo. La luna todavía
estaba en el cielo cuando llegó. Había un anciano sentado en los escalones del templo, recostado
sobre un bolso, leyendo un libro bajo la luz de la luna. Wei Gu echó un vistazo al libro, pero no
podía leer sus palabras, entonces con curiosidad preguntó al anciano, “¿qué tipo de libro está
leyendo? Desde pequeño he estudiado muchas diferentes lenguas, hasta sánscrito indio. Pero
debo confesar que nunca me he encontrado con la lengua escrita en este libro, ¿qué puede
decirme sobre él?”

El anciano sonrió y dijo, “este no es un libro escrito por seres humanos, proviene de ‘el mundo
invisible’, ¿cómo podría usted leerlo?” Entonces Wei Gu preguntó, “¿qué hace aquí alguien de ‘el
mundo invisible’?” El anciano contestó, “usted llegó demasiado temprano, no es que yo no
debiera estar aquí.”

“Dígame, ¿usted de qué es responsable?” preguntó Wei, “de los matrimonios de la gente”
aseguró el anciano; Wei Gu se exaltó y dijo, “mis padres murieron cuando yo era pequeño,
entonces me gustaría casarme a una edad temprana porque no quisiera que mi descendencia se
extinga. Sin embargo, todas las propuestas de matrimonio que hice han sido rechazadas.
Alguien me comentó sobre la hija del oficial Pan Fang, ¿piensa que ella se casará conmigo?” El
anciano respondió, “No, ella no será su esposa. La mujer con la que usted se casará tiene ahora
sólo tres años y se casará con usted cuando tenga diecisiete. En este bolso llevo un hilo rojo que
uso para unir los pies de las parejas. Una vez que están destinados a casarse, ato sus pies con
este hilo rojo. No importa si son enemigos, ricos, pobres o están separados por una larga
distancia, mientras el hilo rojo esté atado, ellos se casarán”.

Wei Gu necesitaba saber más, “¿Quién será mi esposa? ¿Dónde vive ella?” El anciano contestó,
“su futura esposa vive con una familia que vende verduras, al norte del hotel”. “¿Puedo verla?”
preguntó Wei Gu. El anciano dijo, “ella siempre está con la anciana que vende verduras, venga
conmigo y se la mostraré”.

Las personas con las que Wei Gu tenía que encontrarse en el templo no aparecieron esa
mañana. El anciano guió a Wei Gu al mercado. Al llegar allí, vieron a una anciana con un ojo
ciego que sostenía a una niña de tres años. Ambas lucían muy sucias y feas. El anciano señaló a
la niña y dijo, “Esa es tu esposa”. Wei Gu, en cólera, preguntó, “¿Puedo matarla?” el anciano
respondió, “Esta niña está destinada a ser rica y a vivir una vida honorable y, además,
encontrará la felicidad con usted. Por lo tanto, ¿cómo podría ser asesinada?” Al instante el
anciano desapareció.

Una vez que Wei Gu volvió a su casa, le dijo a su criado, “Siempre has manejado bien mis
asuntos. Si puedes matar a esta niña para mí, te recompensaré con 10.000 monedas”. El criado
estuvo de acuerdo y se dirigió al mercado. Apresuradamente apuñaló a la muchacha y se alejó
rápidamente.

Cuando el criado volvió, Wei Gu preguntó, “¿La has apuñalado?” El criado contestó, “Traté de
apuñalar su corazón, pero fallé, entonces la apuñalé entre las cejas”.

Wei Gu siguió proponiendo matrimonio a distintas mujeres sin ningún éxito. Catorce años habían
pasado cuando le ofrecieron trabajar para Wang Tai, un funcionario de defensa en Xiangzhou.
Tiempo después Wang Tai le entregó la mano de su hija en matrimonio porque encontró que Wei
Gu estaba altamente calificado. La esposa de Wei Gu tenía entre 16 y 17 años y era muy
hermosa. Wei Gu estaba muy contento; sin embargo, observó que su esposa siempre ponía una
pequeña flor artificial entre sus cejas y nunca se la quitaba, incluso cuando se bañaba.

Al final del año, preguntó a su esposa por qué siempre llevaba puesta una flor artificial entre sus
cejas. Ella le dijo, “en realidad soy la sobrina de Wang Tai, no su hija. Mi padre era el líder de un
condado y murió en funciones, mi madre y hermano murieron más tarde; yo era un bebé en ese
entonces. Viví allí con mi niñera Chen, ella sintió lastima por mí y siempre me cuidó.

Sobrevivíamos vendiendo verduras. Cuando tenía tres años, estábamos en el mercado y


repentinamente un loco me apuñaló entre las cejas dejándome una cicatriz que cubro con esta
flor artificial. Aproximadamente 7 u 8 años más tarde, mi tío vino a Lulong para asumir un
cargo. Me adoptó como su hija y me mudé con él, luego me casé con usted”.

Wei Gu asombrado indagó, “¿La niñera Chen tenía un ojo ciego?” Su esposa contestó, “Sí,
¿cómo lo sabe?” Wei Gu confesó, “En realidad, yo envié a aquel hombre loco. Esto es tan
extraño”. Entonces relató a su esposa la historia entera.

También podría gustarte