Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cambio Urbano PDF
Cambio Urbano PDF
LATINOAMERICANA
Las teorías de la urbanización latinoamericana se asocian estrechamen-
te con los cambios económicos registrados a partir de la depresión de 1929
y que para la mayor parte de la región significaron una transición definitiva
de economías de exportación, agrícola y de materias primas, dominantes
durante la colonia y la post-independencia, a una fase de crecimiento soste-
nida en la expansión de la industria. Esta expansión involucró profundas
transformaciones demográficas y político-sociales, incluyendo la rápida ur-
banización y la toma del control político del estado pot parte de la naciente
burguesía industrial, desplazando lentamente la antigua oligarquía que se
sostenía en el control sobre la tierra.
Desde la década de los 20 había cobrado bastante fuerza, en la literatura
sobre el cambio económico, la discusión acerca del papel de los países
periféricos en la economía mundial, y la búsqueda de explicación a lo que
parecían unas condiciones crónicas de atraso. Una discusión que era, a su
vez, la continuidad del proyecto modernizador emprendido por las élites
latinoamericanas desde finales del siglo XIX y que se sostenía políticamente
en regímenes autoritarios; ideológicamente en la incorporación de valores
arquitectónicos y culturales europeos (principalmente franceses y con una
gran influencia de Haussman) y financieramente en los recursos generados
a través de la inserción en la economía mundial en estrecha colaboración
con el imperio británico, el cual había penetrado con sus capitales en casi
toda la región (Almandoz 2001; 2002). Inglaterra sería desplazada por la
irrupción de los Estados Unidos desde comienzos del siglo XX (ibid.).
En ese contexto, se había desarrollado una tradición de estudios urbanos
que Almandoz (2003) resume en la citación de varios trabajos tipo ensayo
desarrollados durante el siglo XIX y organizados alrededor del debate entre
civilización y barbarie (p. 124); los cuales, empero, no poseían unidad temáti-
ca y disciplinar. Estos trabajos se clasifican indistintamente como tratados so-
LAS TEORÍAS DE LA URBANIZACIÓN LATINOAMERICANA
16 LA CIUDAD LATINOAMERICANA
LAS TEORÍAS DE LA URBANIZACIÓN LATINOAMERICANA
-A.
Fortaleza
Poblaciónl975
(miles)
Crecimiento
1950-1975 (%)
15,9
12,9
7
5,24
3,53
0,13 D a t o s : U N P D , W o r l d U r b a n i z a t i o n P r o s p e c t 2001
Realizado con Philcarto - http://perso.club-internet.fr/philgeo
miento de las ciudades entre 1950 y 1975 y si bien no todas las de mayot
tamaño presentan porcentajes altos de crecimiento, es evidente que las tasas
mayores se concentraron en ciudades cercanas a las grandes capitales, dando
inicio a un proceso de conurbación que se desarrollaría en las décadas si-
guientes. Nótese pot ejemplo las agrupaciones de ciudades que comienzan
a conformarse alrededor de los nodos primaciales de Sao Paulo, Ciudad de
México y Buenos Ares. El mapa también ilustra la creciente influencia nor-
teamericana en la región que se manifiesta en las altas tasas de crecimiento
para algunas ciudades antillanas y el norte de México pot donde, en la déca-
da de los 70, comienza a penetrar la industria maquiladora.
La urbanización dependiente
Bajo este encabezado se agrupan las teorías de línea marxista desarrolla-
das durante la década de los sesenta y setenta y consolidada en los ochenta,
constituyendo una reacción a la acumulación de frustraciones en las políti-
cas de desarrollo económico, al desengaño de los discursos sobre el desarro-
llo y en suma, el fracaso evidente de las ideas de modernización. Un peso
importante tuvo también la revolución cubana, la cual se mostró inicial-
2
Este razonamiento siempre genera el cuestionamiento de otorgar al capitalismo u n a
capacidad voluntatista difícil de reconocer empíricamente. M a n t e n g o entonces el argu-
m e n t o , en el nivel de una posibilidad resultado de la confluencia de factores, más q u e u n a
consecuencia premeditada de intereses concretos.
I 26 I LA CIUDAD LATINOAMERICANA
LAS TEORÍAS DE IA URBANIZACIÓN LATINOAMERICANA
El estructuralismo cepalino
La Teoría de la dependencia mantiene como antecedentes directos la
propuesta industrialista de la CEPAL y especialmente los trabajos desarro-
llados por Prebisch (Cardoso y Faletto 1978); su condición como antece-
dente no deriva, empero, de una comunalidad ideológica, en tanto el
esttucturalismo cepalino se asocia más con una línea keynesiana de pensa-
miento económico, sino porque visualizó y patentizó las razones estructura-
les de la desigualdad en el desarrollo. 3
El trabajo de Prebisch fue esencialmente una reacción a la perspectiva
que sobre el desarrollo mantenían los economistas clásicos y de las teorías
del comercio internacional. Estos pretendían imponer la idea de que la re-
gión debía especializarse en la producción agrícola, lo cual generó, como
anota Dos Santos (1998), una rechazo de las clases dominantes que se opo-
nían a regresar a la condición de exportadotes de materias primas, tal como
había sido América Latina hasta 1920. Tal conflicto es bien ilustrado por
Prebisch en 1953 cuando señala la reacción de un experto a los primeros
escritos de la CEPAL, luego de una corta visita a la región:
(1995) sobre como "las cadenas de explotación que une la metrópoli regional
a la ciudad principal y a las clases dominantes del país dependiente, se extien-
de también a comerciantes y productores de los asentamientos provinciales,
hasta el productor campesino" (p. 8).
La idea de dependencia fue, entonces, una de las mayores fuentes de crí-
tica. Varios autores, tanto marxistas como neoclásicos, tildaban tal idea de
reduccionista en tanto lo que realmente existía era una intetdependencia
(Blomstrom y Hettne 1984; Hettne 1995). Dos Santos (1970) haría preci-
sión en que efectivamente es una relación intetdependiente pero asimétrica,
en la que la economía de los países dependientes es condicionada por el desa-
rrollo y expansión de la economía a la cual está sujeta (Dos Santos 1970).
Cardoso y Faletto (1978) igualmente reivindicarían la necesidad de buscar
cuales son las formas de explotación económica y social, y no considerar todo
como el resultado de una lógica abstracta de acumulación. La dependencia, a
partir de la idea anterior, debería ser mirada en su especificidad histórica, en
tanto las sociedades periféricas tuvieron particularidades en su inserción, o
mejor relación, al capitalismo internacional. Las relaciones externas e inter-
nas, constituyen así "un todo complejo, donde los vínculos esttucturales no se
basan en simples formas extemas de explotación y coerción" (p. 17), es nece-
sario buscar las interrelaciones entre clases locales e internacionales que, en la
perspectiva de los autores citados, no podía ser respondida indicando única-
mente que las burguesías nacionales actuaban solo como agentes de los países
dominantes, tal y como había argumentado Frank.
Establecidos los fundamentos de la teoría, veamos ahora los principales
sujetos de crítica y la vigencia o caducidad de la Teoría de la dependencia.
4
Sogge, (citado por Power 2003: 23), señala por ejemplo que entte 1980 y 1991 los
países del sur sufrieron un acumulado estimado de pérdidas en ganancias sobre exporta-
ciones, en términos reales, de cerca de US$290, (US$25 billones anuales), lo que, unido
al carácter especulativo de la invetsión extranjera y las condiciones impagables del endeu-
damiento, significan una transferencia permanente de recursos periferia-centro.
5
Una caricaturización por demás exagerada de la teoría dependentista.
| 34 | LA CIUDAD LATINOAMERICANA
LAS TEORÍAS DE LA URBANIZACIÓN LATINOAMERICANA
Dependencia y urbanización
Si bien los teóricos de la dependencia no se ocuparon de manera específica
de la urbanización latinoamericana, evidentemente sus argumentaciones so-
bre el desarrollo económico son concomitantes con explicaciones plausibles
del proceso de urbanización; o dicho de otra manera, en la estructura espacial
de la red de ciudades, las relaciones urbano-regionales y la estructura interna,
se reconocía el carácter de una urbanización dependiente. Además, las relacio-
nes de dependencia serían una determinante, entre otras, en la organización
espacial de los países latinoamericanos (Jaramillo y Cuervo 1993, 26).
El reconocimiento de la organización espacial de América latina, a lo
largo de su historia colonial, republicana y contemporánea, como subordi-
nada a los diferentes centros imperialistas sucedidos a lo largo de los últimos
500 años (Gilderhus 2000, 194), implica unos patrones claramente
identificables. La primera característica es la primacía urbana. Mientras que
generalmente los países desarrollados generaron una estructura policéntrica
en la medida en que nuevos espacios fueron incorporados a una dinámica
económica endógena, en América Latina la estructura urbana ha estado ge-
neralmente condicionada por la forma como la región se articula a la econo-
mía internacional y a los intereses de los países dominantes. Una condición
que se ilustra con la evidencia, por ejemplo, de que la red básica de ciudades
en América Latina se construyó en 60 años, mientras que la de Estados
Unidos se fue consolidando en tres siglos (Portes 1976).
Cuervo y González (1997), también encuentran que, en la historia ur-
bana de América Latina, la tendencia concentracionista del podet político y
económico en pocas ciudades solo se rompió parcialmente en los periodos
de crisis económica. Un argumento reconocible en la idea de los
dependentistas de que es en esos períodos cuando las economías nacionales
pudieron orientar sus esfuerzos hacia la creación de un mercado interno y
el fortalecimiento de las regiones. Igualmente Chase-Dunn (1985) y Gwyne
(1985) han asociado el carácter petmanente de la primacía urbana, al domi-
nio de unas economías de exportación y el peso de la industrialización, sos-
tenida en la inversión extranjera. La tesis cenital es que en condiciones de
dependencia la escasa infraestructura existente generalmente se concentra
en las grandes ciudades y por lo tanto los inversores las privilegian como
lugar de sus negocios, generándose un efecto de permanente reforzamiento.
Así, se desmitifica la tesis frecuentemente expuesta, principalmente pot los
teóricos de la modernización y adalides del librecambio, de que la indus-
I 36 | LA CIUDAD LATINOAMERICANA
LAS TEORÍAS DE IA URBANIZACIÓN LATINOAMERICANA
38 LA CIUDAD LATINOAMERICANA
LAS TEORÍAS DE LA URBANIZACIÓN LATINOAMERICANA
La crisis, de otra parte, golpeó con más fuerza a los pobres, mientras que
la población rica continuó concentrando los ingresos, situación que está en
el centro de la polarización social y el aumento del conflicto que se define
como una característica de las ciudades en la década (Portes 1989). El cua-
dro 1 muestra como en varios países las capas más altas de la población
aumentaron su participación, de por si alta, en la distribución de la riqueza
lo cual tendría repercusiones en la forma urbana al permitir un cierto grado
de suburbanización, jalonada por las clases medias que escapaban así a la
densificación, la contaminación y la criminalidad (De Oliveira y Roberts
1996). Algunos países como Colombia, con una mayor tradición de desa-
rrollo regional y menos ligado a la economía internacional, mantuvieron
casi invariables las tasas de concentración del ingreso mientras otros que
implementaron procesos de liberalización más fuertes, como México, vie-
ron subir la concentración en casi 10 puntos porcentuales. En el caso de
México el balance a nivel urbano de dos décadas de neoliberalismo es deta-
lladamente elaborado por Parnreitet (2002).
En las dos décadas de liberalización que siguieron a la crisis de la deuda de
1982, el proceso de urbanización continuó a despensas de unos espacios rura-
les fuertemente golpeados por la modernización de la agricultura, pero prin-
cipalmente pot la desapatición de muchas de las actividades agrarias, incapa-
ces de competir con las importaciones de alimentos y con la especialización en
productos de exportación. La contracción del campo se ejemplifica en la caída
de las exportaciones agropecuarias que pasaron de ser un 29% de los bienes
exportados en 1980, al 24% en 1990 y al 15% en el 2000 (CEPAL 2002, 83).
En consecuencia, la región cambió de 235 millones de habitantes urbanos en
1980, a 313 en 1990 y 391 en el año 2000; lo cual significó que de una tasa de
urbanización del 64,9% en 1980 se llegara al 75,1% en el 2000.
Así, a pesar de que demográficamente la región disminuyó su creci-
miento y las grandes ciudades ralentizaron su expansión, no fue suficiente
para evitar que en los noventa varias ciudades alcanzaran la categoría de
megaciudades.
Revisemos ahora como se expresa ésta dinámica económica en la red de
ciudades. El mapa de la figura 2 permite visualizar los patrones regionales
de la urbanización, respondiendo parcialmente al grado de inserción en la
dinámica económica norteamericana: de norte a sur, se identifica una red
de ciudades con una dinámica de crecimiento económico importante aso-
ciada con el NAFTA y especialmente con la expansión de la maquila, inicia-
JHON WILLIAMS MONTOYA | 39 |
LAS TEORÍAS DE LA URBANIZACIÓN ¡A TINOAMERICANA
rm
7m~
Ciudad Juárez ,-
^Tte-— i-Miami
rterrey P
n iSk W >-"L A LaHabana\i-\
San Juan
C. De México
C. de Güatem;
Fortaleza
Población2000
(miles)
. 18066
12024 io de Janeiro
6771
2866 SSÍaulo
m 3,20
2,12
0,47 D a t o s : U N P D , W o r l d T J r b a n i z a t i o n P r o s p e c t 2001
Realizado con Philcarto - http://perso.club-internet.fr/philgeo
7
A pesar de q u e algunos autores verifican sin ambages la existencia de unos corredores
andinos (Barco 1998), las distancias inteturbanas constituyen u n a dificultad i m p o r t a n t e ,
incluso para los corredores de M E R C O S U R . En el caso de Buenos Aires — Rosario hay
2 8 8 k m y 4 horas de viaje, pero frente a Sao Paulo la distancia es de 2 2 9 1 k m (aproxima-
d a m e n t e 3 veces la distancia Nueva York-Totonto) y más de 2 0 horas d e viaje. E n el caso
de Colombia, a las distancias entre las cuatro ciudades más grandes, se añaden las dificul-
tades propias de la comunicación intracordillerana d o n d e el tránsito d e los 3 9 0 k m signi-
fican más de 8 horas de viaje. E n ese sentido, ofrecer la idea de u n eje u r b a n o casi
c o n t i n u o Buenos Aites - S a o Paulo o Bogotá - Q u i t o - Caracas, es controvertido p o t la
dificultad de supetat las grandes distancias q u e separan esos núcleos y la inexistencia de
corredores férreos o de otro tipo, de alta velocidad.
| 42 I LA CIUDAD LATINOAMERICANA
LAS TEORÍAS DE LA URBANIZACIÓN LATINOAMERICANA
Recife;
Salvador
orizonte
^ i o de
Janeiro
Paulo
legre
Flujos d e Pasajeros
interciudades 2001
44 | LA CIUDAD LATINOAMERICANA