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RESOLUCIÓN RECURRIDA:
Sentencia definitiva de segunda instancia de fecha 05.01.2004, dictada por la Iltma. Corte de
Apelaciones de Santiago, la que, en la parte penal, confirmó la sentencia condenatoria de
primera instancia, rebajando penas a algunos de los condenados, y en la parte civil, revocó la
sentencia de primera instancia (en cuanto a sus fundamentos) y declaró la incompetencia del
Tribunal para conocer y fallar la acción de indemnización de perjuicios.
EL RECURSO DE CASACION.
En nuestro procedimiento el Recurso de Casación se incorpora con la dictación del C. de P.C.
En la discusión parlamentaria con fecha 27.08.1874 el Diputado Tocornal sostuvo “La Corte
de Casación no es una jerarquía del poder judicial, porque jamás juzga ni debe juzgar
cuestiones entre partes. Su objeto es más elevado; tiene la misión de conservar la uniformidad
de la lei en todo el país, para que no haya una jurisprudencia en una Corte diversa en otra i que
las cuestiones se resuelvan en tal o cual sentido, según el tribunal donde se llevan….. I con
efecto, la casación es un remedio de interés jeneral i de orden público. Su objeto como dice un
notable jurisconsulto español es contener a todos los tribunales y jueces en la estricta
observancia de la lei e impedir toda falsa aplicación de ésta i su errónea interpretación, a la vez
que uniformar la jurisprudencia; así es que ha sido introducida más bien por interés de la
sociedad que en beneficio de los litigantes” (Rec. De Cas. Y Queja Raúl Tavolari, Ed. Jur. Cono
Sur, 1996, pág. 33)
El Recurso de Casación que se introduce en nuestro Código, es una copia de aquel que se
estableció en la legislación francesa después de la revolución. Sin embargo, el Código Chileno,
se alejó en parte de su símil francés, y siguió el modelo español, en cuanto a que además del
fallo de casación la Excma. Corte Suprema, si acoge el recurso, debe resolver el asunto en un
fallo de reemplazo.
El instituto de la casación, tal como hoy se le conoce, es la unión de dos institutos que
recíprocamente se compenetran e integran: La Corte de Casación, y el Recurso de
Casación.
El nacimiento de la casación moderna aparece formalmente en Francia fijado en un Decreto
de la Asamblea revolucionaria, pero sus orígenes se remontan más atrás, pues no se puede
pensar que tan complejo instituto nació de la nada, en un pueblo que se caracterizaba por la
defensa de la primacía de la ley por sobre la voluntad del monarca.
En Roma, ya se contemplaba la restitutio in íntegrum por la que el Pretor remueve los efectos
lesivos de un fallo por ser contraria a la equidad de alguna parte de un negocio jurídico.
Existían además acciones para impugnar la validez del procedimiento y otras para declarar la
inexistencia del fallo.
Cicerón en una de sus oraciones afirma que el punto sobre el cual el juez puede ser inducido a
parcialidad es el punto de hecho, que pertenece a su arbitrio, no el punto de derecho que
depende de la ley (Pro A Caecina, Cáp. 25, párrafo 72 citado por P. Calamandrei, La Casación
Civil, Tomo I Historia y Legislaciones, Vol. I, Bibliográfica Omeba, Pág. 61.)
También en Francia, el poder real se arrogó la competencia para anular decisiones judiciales
que contradijeran las ordenanzas. El poder central trató por este medio de imponer su ley única
a los poderes locales. Así nació el Consejo de Partes que asesoraba al Rey en estas
materias. Si bien en Francia se estableció la impugnabilidad de la sentencia, mientras en Roma
se atacaba la inexistencia de la misma, ambos recursos son antecedentes del actual Recurso
de Casación, y ambos tenían por objeto el respeto uniforme de la Ley.
El Consejo de Partes, era un órgano separado de la administración de justicia al que el
soberano dotaba de funciones jurisdiccionales, por ser éstas inseparables de la soberanía que
él ejercía. Dentro de estas facultades estaba la de resolver las demandas de casación,
destinadas a reprimir decisiones rebeldes de parlamentos locales. Posteriormente este Consejo
se dividió en el Consejo de Estado y el Consejo de Partes, éste último antecesor de la actual
Corte de Casación.
Esta Excma. Corte Suprema, como Corte de Casación, es heredera de las tradiciones
jurídicas de la antigua Roma, del derecho feudal francés, y de la transformación revolucionaria
francesa, para velar por la correcta aplicación de la Ley, omitiendo cualquier revalorización de
los hechos.
CONCEPTOS JURISPRUDENCIALES DEL RECURSO DE CASACIÓN SEGÚN ESTA
EXCMA. CORTE SUPREMA.
La casación, junto con ser un verdadero homenaje a la ley, es una institución de carácter
técnico, de interés general, de orden público y de derecho estricto.
Su objeto es mantener a todos los tribunales en la estricta observancia de los preceptos
legales, impidiendo las apreciaciones falsas o las interpretaciones erróneas.
La casación jamás constituye una tercera instancia, puesto que su objeto exclusivo es
conocer de la conformidad de las sentencias con las leyes siendo por tanto el derecho y el fallo,
el que cae bajo su imperio, y no así los hechos y el juicio.
El recurso de casación no está destinado a reparar errores de hecho en que hayan incurrido
los jueces sentenciadores, sino que se ejercita cuando se acusa una violación de derecho.
El recurso de casación no tiene otra finalidad que examinar errores de derecho contenidos
en la sentencia, sobre la base de los hechos establecidos y considerados por los
sentenciadores.
El recurso de casación es de derecho estricto y no puede entrar a examinar el proceso ni
revisar la sustanciación del juicio o la apreciación de la prueba. No puede alterar el
planteamiento de hecho y de derecho formulado en el juicio.
Las causales de un recurso de casación deben ser precisas y determinadas. No pueden
invocarse causales hipotéticas, dubitativas, inciertas ni subsidiarias. Tampoco pueden
invocarse causales contradictorias entre sí.
La competencia del recurso de casación se encuentra limitada por la causal o causales
invocadas como fundamento del recurso.
EL RECURSO DE CASACIÓN EN MATERIA PENAL
Tradicionalmente esta Excma. Corte Suprema tuvo una posición irreducible en lo que respecta
a la impugnación de los hechos establecidos en la sentencia criminal, en relación con el
recurso de casación en el fondo, dirigido contra esta última.
En el proceso penal el ámbito o receptáculo probatorio es, podría decirse, enorme; a
diferencia de lo que sucede en el proceso civil, en que el principio es el opuesto. Todo cabe en
el perímetro probatorio penal; todo está restringido y limitado en el propio del proceso civil.
En el primero, sabemos, ello se debe al tan desacreditado concepto de “búsqueda de la
verdad material”; y en el segundo, al conformismo del juez con la verdad formal o aparente
que le ofrecen las partes. Pero del modo que sea, el proceso penal reclama un contenido
probatorio independiente, por último, de la voluntad de los intervinientes.
En el proceso penal todo antecedente probatorio, aun ínfimo, es útil a su finalidad. Todo puede
servir de base indiciaria; y, además, con un precepto extraño por completo al espacio procesal
civil: cualesquiera sean la cantidad y bondad probatoria e incriminatoria aportada o producida
en la causa penal, el juez igualmente puede absolver si no logró la íntima convicción de que
realmente se cometió un hecho punible o que al encausado correspondió participación culpable
y penada por la ley.
De allí la necesidad sentida por el legislador de normar la prueba, de contemplarla
expresamente, de regularla. Así ocurrió desde antiguo y lo prescribió nuestro Código de
Procedimiento Penal de 1906 (entró en vigencia el 1º de marzo del año 1907) refiriéndose a
ella en el Libro II en dos oportunidades, con ocasión del sumario en la primera parte y en la
segunda parte, a propósito del plenario, adecuando las disposiciones respectivas a la
naturaleza de cada una de estas etapas, tan diferentes entre sí.
Es este el momento de recordar el gran abismo existente entre casación sustantiva civil y
penal. La primera es abierta: cualquiera infracción de ley que influya sustancialmente en lo
dispositivo de la sentencia; la segunda, cerrada: sólo la infracción de ley contenida como
causal expresa de invalidación material.
Por ello en el proceso civil no hubo problemas respecto de alegaciones de nulidad a propósito
de violación de leyes reguladoras de la prueba. Pero sí los hubo en el proceso penal: sólo con
ocasión de la “primera gran reforma” del Código ocurrida en el año 1944 fue posible denunciar
infracciones de leyes reguladoras de la prueba ocurridas en el pronunciamiento de una
sentencia definitiva, pues dicha reforma introdujo al sistema de nulidad la causal 7ª del artículo
546 de nuestro Código de Procedimiento Penal, que es la que lo permite.
CONCEPTO JURISPRUDENCIAL DE INFRACCION A LA LEY REGULADORA DE LA
PRUEBA
Hay infracción de Ley reguladora de la prueba, si los sentenciadores invirtieron el peso de la
misma; o si rechazaron las pruebas que la ley admite; o si aceptan las que ley rechaza; o si
desconoce el valor probatorio de las que se produjeron en el proceso.
En todo caso, la ponderación de la prueba pertenece soberanamente a los jueces de la
instancia en uso de sus atribuciones privativas que no son del control de la Corte Suprema al
conocer de un recurso de casación en el fondo.
La propia Corte Suprema se encargó de decir -en múltiples oportunidades- “que las sentencias
deben extenderse conforme al mérito del proceso, haciéndose cargo los falladores de todas las
probanzas que sean pertinentes con el fin de establecer los hechos que de ellas se deriven y
que interese asentar para la decisión que acuerden los jueces de la instancia, establecimiento
necesario, a su vez, para el fallo del Tribunal de Casación, que debe aceptarlos aunque le
merezcan una calificación jurídica distinta, a menos que se aduzcan y comprueben infracciones
de leyes reguladoras de la prueba que le permitan, analizándolas de nuevo, asentar hechos
diversos”. Revista de Derecho y Jurisprudencia, Tomo LXXXIII, Segunda Parte, Sección 1ª,
pagina 41, Redacción de don Osvaldo Erbetta Vaccaro.
“Se ha sostenido repetidamente por este Tribunal de Casación, cabe tener por infringidas las
normas reguladoras de las probanzas, si los sentenciadores invirtieron el peso de la misma, o
si rechazan las pruebas que la ley admite o si aceptan las que la ley rechaza, o si se
desconoce el valor probatorio de las que se produjeron en el proceso; pero que, en todo caso,
la ponderación de la prueba pertenece soberanamente a los jueces de la instancia en uso de
sus atribuciones privativas, que no son del control de la Corte Suprema al conocer de un
recuso de casación en el fondo”. Revista de Derecho y Jurisprudencia, Tomo LXXXIII, Segunda
Parte, Sección 4ª, pagina 137, Redacción de don Víctor Manuel Rivas del Canto.
También ha dicho nuestra Corte Suprema “que las leyes reguladoras de la prueba constituyen
normas básicas del juzgamiento criminal y estatuyen limitaciones o prohibiciones impuestas a
los jueces por el legislador para asegurar una correcta decisión” (Doctrina del Repertorio del C.
de P.P. artículo 546 Nº 7, Pág. 418)
“Las leyes reguladoras de la prueba son aquellos principios básicos que señalan los medios de
que el tribunal o las partes pueden hacer uso para establecer la verdad de los hechos, y no las
normas de procedimiento para apreciarlos, de lo que surge la consecuencia de que solo se
pueden violentarlas leyes reguladoras cuando una sentencia, entre otros casos, crea medios
de prueba no establecidos por la ley, o niega valor probatorio a los medios aceptados por la
ley, o invierte la obligación de la prueba.”
La sentencia configura los hechos como delito permanente o continuo en los considerandos:
Considerando 18º “Que de estas declaraciones, así como la prestada por la hermana y por la
cónyuge, se concluye que se ignora desde el día que dejó su casa el paradero de Miguel Ángel
Sandoval Rodríguez luego de haber sido privado ilegítimamente de su libertad, sin mediar
orden alguna que así lo justificara”
Considerando 19º “Que desde las fechas señaladas precedentemente, Miguel Ángel
Sandoval no ha tomado contacto alguno con sus familiares, o cualquiera otra persona, como
tampoco ha realizado gestión ante autoridades, oficinas u organismos de ningún tipo y, por otra
parte, no registra salidas ni entradas al país, y no consta tampoco su defunción.”
Considerando 24º “Que, de las declaraciones de los testigos que han depuesto en estos
autos, se encuentra acreditado, asimismo, que Villa Grimaldi estaba a cargo de Oficiales de
Ejército y de Carabineros, con mando sobre agrupaciones operativas, las Brigadas, y
respondían las órdenes del Oficial que ejercía el cargo de Director de la Dirección de
Inteligencia Nacional, DINA;”
Considerando 25º “Que todos los antecedentes antes reseñados constituidos por
documentos y testimonios que además, configuran presunciones o indicios judiciales permiten
dar por establecido que Miguel Ángel Sandoval Rodríguez luego de salir de su casa el día 7 de
enero de 1975, permaneció privado de libertad en un centro clandestino de detención llamado
Villa Grimaldi, entre los días 7 y 21 d enero de 1975 aproximadamente, sin mediar orden
alguna para ello, emanada de la autoridad legítima y competente, lugar donde fue sometido a
tortura, ignorándose desde ese entonces su paradero, así como la suerte que ha corrido en su
salud física, síquica e integridad personal;”
Considerando 28º “Que teniendo en consideración que en estos autos se estableció el hecho
del secuestro y que este se prolongó por más de 90 días, pues de hecho aún no se tienen
noticias ciertas del paradero de Miguel Ángel Sandoval Rodríguez, ello es suficiente
antecedente para calificar el secuestro investigado en este proceso.”
Considerando 29º “que el delito antes señalado es permanente o continuo por cuanto la
acción que lo consuma creó un estado delictuoso que se prolongó en el tiempo subsistiendo la
lesión del bien jurídico afectado; en él han persistido la acción y el resultado;”
Preparación del recurso: Innecesaria por cometerse la infracción en la dictación del fallo.
Completa inocencia;
Fallo cita al estatuto Penal Internacional como fuente del derecho en circunstancias de que
éste fue reparado por el Tribunal Constitucional;
El delito corresponde al de “detención ilegítima”, pues el autor era funcionario público. Art. 148
CP;
CASACIÓN DE FORMA:
“La sentencia no habría sido extendida en conformidad a la ley, al no contener las razones
legales o doctrinales para calificar el delito, sus circunstancias modificatorias, atenuantes y
agravantes...etc.”
1.- El fallo contiene las razones legales o doctrinales que motivaron su decisión, tanto las
propias del Código Penal, cuanto las de Derecho Internacional a mayor abundamiento.
La circunstancia que el recurrente no comparta la motivación jurídica del fallo que lo condujo a
lo decisorio, no constituye la causal de casación de forma que se invoca.
El Considerando 33º “ Que el delito de secuestro que afecta hasta el presente, a Miguel
Ángel Sandoval Rodríguez, y que se enmarca en el artículo 141 del Código Penal,
corresponde, ADEMÁS, al delito descrito en el artículo II de la Convención Interamericana
sobre Desaparición Forzada de Personas, ....”
Primera Causal invocada: 546 Nº 7 C.P.P. es decir, infracción de las leyes reguladoras de la
prueba.
“Artículos 451 a 488 del Código de Procedimiento Penal, artículos contenidos en el Libro II,
juicio ordinario de mayor cuantía del Código de Procedimiento Civil, por aplicación de los
artículos 3º del Código de Procedimiento Civil y 43 del Código de Procedimiento Penal; y de
modo especial y particular el artículo 488 del Código de Procedimiento Penal”.
Defectos del Recurso que lo hacen improcedente:
Cuando cita artículos 451 a 488 del Código de Procedimiento Penal, no desarrolla el modo en
que específicamente, cada artículo, fue violado.
De todos los artículos mencionados, sólo el 488 del C.P.P. es norma reguladora de la prueba
en cuanto establece que los indicios deben ser múltiples y descansar en hechos reales y
probados.
El recurso fundamenta la violación del artículo 488 del C de P.P. señalando que las
presunciones no son “graves, precisas, directas ni concordantes”, materia ajena a una casación
de fondo por importar una cuestión de hecho y no de derecho que pertenece a la apreciación
de la prueba de exclusivo dominio del Tribunal de Mérito o del Fondo. (Página 36 del Recurso).
Lo anterior resulta falso, porque el Juez del Fondo debe adquirir la convicción de la
existencia del hecho punible y la participación, en algún grado del querellado, por cualquiera de
los medios de prueba establecidos en la ley. No existe una limitación legal a tal efecto.
Segunda causal de casación en el fondo invocada: Art. 546 Nº 5 C.P.P. es decir, “en que
aceptados como verdaderos los hechos que se declaran probados, se incurre en error de
derecho al rechazar al amnistía o la prescripción”
Causal Nº 2 del artículo 546 del C.P.P.: esto es, “en que la sentencia haciendo una
calificación equivocada del delito, aplique la pena en conformidad a esa calificación”.
“En la que la sentencia califique como delito un hecho que la ley penal no considera como tal”
El recurso de casación no puede prosperar, puesto que las causales del artículo 546 del CPP,
son todas contradictorias unas con otras, salvo la del número 7º, que debe necesariamente
citarse en relación de algunas de las anteriores.
Fue traslado a Arica en 1975, por lo que no pudo participar en un delito permanente hasta hoy;
A la época de los hechos no existían normas internacionales aprobadas por Chile que
calificaran el delito como de lesa humanidad e imprescriptible;
CAUSAL INVOCADA: Art. 546 Nº 5 CPP en relación con el artículo 93 Nº 3 del Código Penal
relativo a la amnistía del Decreto Ley 2191 de 1978.
Esta causal, al igual que en casos anteriores, razona sobre la base de que han sido
aceptados como verdaderos los hechos que se declaran probados, esto es, los contemplados
en los considerandos 18, 19, 24 y 25 de la sentencia recurrida, ya vistos.
Como no se menciona que se hayan establecido con infracción a las leyes reguladoras de la
prueba, debe darse por bien sentados los hechos; de donde se desprende que la conclusión
sustantiva lógica, es de que se ha tratado de un secuestro permanente -artículo 141 inciso 4º
del C.P. y por consiguiente estando aún pendiente su ejecución, no puede aplicarse el D.L.
2191 sobre amnistía.
Normas infringidas: Ley de amnistía DL 2191, Art. 93 Nº3 del CP en relación a los arts. 434 del
CPP, arts. 5, 6, 19 Nº 2 y Nº 3 de la CPE;
Falta de correspondencia con la prueba que no establece que a la fecha persista la actividad
delictiva (10 años preso);
Doble tipicidad aplicada por Convención en trámite que califica el secuestro de crimen de lesa
humanidad no tienen pena para el delito;
Casación en el Fondo:
Aplicación errónea de la ley penal consistente en que, aceptados como verdaderos los hechos
que se declaran probados, se halla incurrido en error de derecho al abstenerse de absolver en
virtud de amnistía y prescripción de la acción penal invocada.
Defecto de la causal:
1.- Los hechos que se declararon probados en el fallo, establecidos en los considerandos 18,
19, 24 y 25, no conducen a declarar la amnistía ni la prescripción de la acción penal, sino lo
contrario. La sentencia razona sobre la base de encontrarse “actualmente” secuestrado y en
consumación permanente el delito de secuestro.
Considerando 18º “ Que de estas declaraciones, así como la prestada por la hermana y por
la cónyuge, se concluye que se ignora desde el día que dejó su casa el paradero de Miguel
Ángel Sandoval Rodríguez luego de haber sido privado ilegítimamente de su libertad, sin
mediar orden alguna que así lo justificara”
Considerando 19º “Que desde las fechas señaladas precedentemente, Miguel Ángel Sandoval
no ha tomado contacto alguno con sus familiares, o cualquiera otra persona, como tampoco ha
realizado gestión ante autoridades, oficinas u organismos de ningún tipo y, por otra parte, no
registra salidas ni entradas al país, y no consta tampoco su defunción.”
Considerando 24º “Que, de las declaraciones de los testigos que han depuesto en estos
autos, se encuentra acreditado, asimismo, que Villa Grimaldi estaba a cargo de Oficiales de
Ejército y de Carabineros, con mando sobre agrupaciones operativas, las Brigadas, y
respondían las órdenes del Oficial que ejercía el cargo de Director de la Dirección de
Inteligencia Nacional, DINA;”
Considerando 25º “Que todos los antecedentes antes reseñados constituidos por
documentos y testimonios que además, configuran presunciones o indicios judiciales permiten
dar por establecido que Miguel Ángel Sandoval Rodríguez luego de salir de su casa el día 7 de
enero de 1975, permaneció privado de libertad en un centro clandestino de detención llamado
Villa Grimaldi, entre los días 7 y 21 d enero de 1975 aproximadamente, sin mediar orden
alguna para ello, emanada de la autoridad legítima y competente, lugar donde fue sometido a
tortura, ignorándose desde ese entonces su paradero, así como la suerte que ha corrido en su
salud física, síquica e integridad personal;”
La sentencia configura los hechos como delito permanente o continuo en los considerandos
28º y 29º:
Considerando 28º “Que teniendo en consideración que en estos autos se estableció el hecho
del secuestro y que este se prolongó por más de 90 días, pues de hecho aún no se tienen
noticias ciertas del paradero de Miguel Ángel Sandoval Rodríguez, ello es suficiente
antecedente para calificar el secuestro investigado en este proceso.”
Considerando 29º “que el delito antes señalado es permanente o continuo por cuanto la
acción que lo consuma creó un estado delictuoso que se prolongó en el tiempo subsistiendo la
lesión del bien jurídico afectado; en él han persistido la acción y el resultado;”
Sentencia debe contener consideraciones que den por probados hechos imputados a los
procesados;
El art. 141 del CP castiga al que detiene sin derecho y la DINA estaba facultada para detener,
allanar, etc., por el DL 521.
La condena se basa en presunciones que no cumplen con los requisitos del Art. 488 del CPP.
CASACIÓN DE FORMA:
De esta sentencia de primera instancia el recurrente no recurrió de casación por el motivo que
ahora lo hace, por lo que no se preparó este recurso, yéndose de casación contra la
sentencia de 1º instancia.
Además, también el recurso está mal fundado porque la sentencia de 2º instancia, según el
propio recurso, contiene considerandos en que se alude a prueba indiciaria de su participación.
En los considerandos 68º, letras a), b) c) d) y e) del fallo de segunda instancia, establecen
declaraciones de testigos que de una u otra forma señalan la participación del recurrente. En el
considerando 69º del fallo señalado se establece “Que, de acuerdo a lo descrito, se encuentra
acreditada la participación de Gerardo Ernesto Godoy García, como cómplice del delito ....”
CASACIÓN DE FONDO:
CAUSALES INVOCADAS: ART. 546 Nos. 2, 5 y 7 C.P.P.
SON INCOMPATIBLES
La primera, ART. 546 nº 2 C.P.P., razona “en una equivocada calificación del delito y pena
aplicada erróneamente”. Es decir, que es procedente una pena inferior.
No desarrolla la causal del Art. 546 Nº 7ª del C. de P.P., relativa a violación de las leyes
reguladoras de la prueba.
El recurso no puede prosperar, pues reiteramos que esta Excma. Corte ha manifestado
reiteradamente que la causal de las leyes reguladoras de la prueba sólo pueden invocarse en
conjunto con una de las demás que establece el Art. 546 del C.P.P., pero no con dos, porque al
ser incompatibles unas y otras las causales se anulan, y el recurso no puede acogerse.
Normas infringidas: Ley de amnistía DL 2191, Art. 93 N3 del CP en relación a los arts. 434 del
CPP, Art. 5, 6, 19 Nº 2 y Nº 3 de la CPE;
Omisión en la aplicación de los Art. 93, Nº 6, 94 y 95 del CP y 93 Nº 3 del C.P. en relación con
el DL 2191;
Errónea aplicación de Derecho Internacional, aplicándose una Convención del año 1989, en
circunstancias de que la Ley de Amnistía data desde 1978.
CAUSAL INVOCADA: Art. 546 Nº 5 CPP, en relación con los números 6 y 7 del artículo 433
y al inciso 2º del artículo 434, del Código de Procedimiento Penal.
“En que aceptados como verdaderos los hechos que se declaran probados, se haya incurrido
en error de derecho ..... al rechazar en la sentencia definitiva la amnistía y la prescripción de
la acción penal”
No se ha invocado la causal 7ª del artículo 546 del Código de Procedimiento Penal –infracción
de la ley reguladora de la prueba– de manera tal que los hechos establecidos son inamovibles
para la Corte de Casación.
Y los hechos establecidos son aquellos que aparecen de los considerandos 18, 19, 24 y 25,
relativos al cuerpo del delito, antes leídos.
Los hechos inamovibles dan cuenta de un secuestro permanente y continuado hasta el día
de hoy, lo que excluye tanto la amnistía del D.L. 2191, cuanto la prescripción de la acción
penal.
Norma que autoriza el recurso: 767 del C de P.C., en relación al Art. 546 del C. de P.P.
Norma infringida: 10 del C.P.P., 428, 429 y 430 C.P.P. y 73 de la CPE y 10 del C.O.T.
La sentencia recurrida, acogiendo una adhesión a la apelación civil que hizo el Fisco, acoge la
excepción de incompetencia del tribunal, y revoca aquella parte de la sentencia de primera
instancia en su decisión civil que rechazaba la demanda por estimar que el daño causado a la
demandante ya había sido reparado por acogerse ella a las disposiciones de la ley 19.123.
El artículo 10 del CPP no es una disposición decisoria litis, sino ordenatoria litis, así que la
denuncia de su infracción, ni aunque fuese efectiva, podría hacer prosperar el recurso, ya que
no se han dado por infringida todas las demás disposiciones legales que refieren a la
responsabilidad extracontractual, sin que el Tribunal de Casación pueda subsanar el defecto de
formalización del recurso.
Las infracciones de los artículos…… no son suficientes para fundar en ellos un recurso de
casación en el fondo, porque no son disposiciones legales que sirvan para decidir en un
sentido o en otro una contienda judicial, sino reglas para el orden del procedimiento y la
competencia, cuestiones que solo pueden servir para fundar una casación diversa de la del
fondo.”
“La contravención de las normas legales relativas a la competencia no puede servir de base a
un recurso de casación en el fondo, lo que se corrobora con solo tener presente que la única
decisión que pudiera dictarse en reemplazo de la reclamada tendría por objeto, anular todo lo
obrado, finalidad propia del recurso de casación en la forma y no en el fondo.”
La competencia para conocer de la acción civil que ha sido intentada en estos autos
corresponde, privativamente, a los Tribunales con jurisdicción civil, según las
fundamentaciones que se pasan a exponer:
En efecto. La última gran reforma que afectó a nuestro Código de Procedimiento Penal fue la
originada en la Ley Nº18.857, de diciembre de 1989. Y en ella se tocó a la acción civil a
deducir dentro del proceso penal, limitándosela, en cuanto a la amplitud y extensión que tuvo
con anterioridad a dicha ley.
Ha sido tema discutido por los procesalistas la bondad de introducir dentro del proceso penal
elementos distorsionadores de la función primordial del juez, que es la de establecer el hecho
punible y la participación en él, de quiénes lo causaron o aprovecharon.
Fue de ese modo que el actual Código Procesal Penal, en su artículo 59, que rige en lo
procesal en las jurisdicciones en que entró en vigencia el Ministerio Público, estableció la
facultad de la víctima de intentar en ese procedimiento penal la acción “que tuviere por objeto
perseguir las responsabilidades civiles derivadas del hecho punible”, pero sólo respecto del
imputado, excluyendo la intervención de terceros civilmente perjudicados y de terceros
civilmente responsables, todos quiénes deberán discutir sus pretensiones civiles ante el
tribunal de idéntica naturaleza que correspondiere.
Igual criterio sigue el actual Código de Justicia Militar y su procedimiento de tiempo de paz,
que sólo autoriza, en los artículos 178 y 179, intentar la acción civil destinada a obtener la
restitución de la cosa que “hubiere sido objeto de un delito” o “su valor”, si ésta hubiere
desaparecido o perdido. Y en su artículo 133 inciso segundo, en cuanto permite que “las
personas perjudicadas con el delito, sus ascendientes, descendientes, cónyuge o hermanos,
podrán, no obstante, impetrar las medidas de protección que sean procedentes, especialmente
las relativas a asegurar el resultado de las acciones civiles que nazcan del delito, pero sin
entorpecer en manera alguna las diligencias del sumario”.
Dentro de este pensamiento mayoritario de los procesalistas, existente desde largos años
atrás, surgió la modificación de la ley Nº18.857, a que hacíamos referencia. Y dicha ley dijo lo
siguiente al respecto:
Art. 10. Se concede acción penal para impetrar la averiguación de todo hecho punible y
sancionar, en su caso, el delito que resulte probado.
En el proceso penal podrán deducirse también, con arreglo a las prescripciones de este
Código, las acciones civiles que tengan por objeto reparar los efectos civiles del hecho punible,
como son, entre otras, las persigan la restitución de la cosa o su valor, o la indemnización de
los perjuicios causados.
En consecuencia, podrán intentarse ante el juez que conozca del proceso penal las acciones
civiles que persigan la reparación de los efectos patrimoniales que las conductas de los
procesados por sí mismas hayan causado o que puedan atribuírseles como consecuencias
próximas o directas, de modo que el fundamento de la respectiva acción civil obligue a
juzgar las mismas conductas que constituyen el hecho punible objeto del proceso
penal”.
De allí que podamos decir que las condiciones en que debe desenvolverse la acción civil
deducida dentro del proceso penal para que sea de competencia del juez del crimen, han de
ser las siguientes:
En síntesis, el juez del crimen se encuentra inhabilitado por falta de competencia para
conocer de acciones civiles indemnizatorias o reparatorias que proceden de hechos distintos
de los propios que causaron la tipicidad.
El Estado y sus órganos pueden causar el perjuicio mediante “la falta de servicio público”, la
que es de carácter autónoma en relación con la teoría civilista de la responsabilidad
extracontractual, y cuyo sustento no se hace consistir sólo en los elementos del dolo y la culpa,
sino que emerge en diferentes situaciones que la doctrina acepta como constitutivas de falta,
por ejemplo, cuando el servicio funciona mal; o si el servicio no ha funcionado o cuando ha
funcionado tardíamente.
De las frases que hemos destacado aparece que los fundamentos de la acción civil se los
hace descansar en los siguientes principios jurídicos:
De lo expuesto surge con claridad indiscutible que los fundamentos de la acción civil
intentada han de ser expuestos en sede civil, exclusivamente. De otro modo se extendería el
ámbito de competencia fuera de los límites trazados por el legislador; desde el momento que
debería el juez del crimen pronunciarse sobre hechos ajenos a los perjuicios patrimoniales
causados directa e inmediatamente por las propias conductas de los procesados o que fueron
consecuencias próximas o directas de aquellas. El juzgamiento de la pretensión civil del actor
se extendería a extremos ajenos “a las conductas que constituyen el hecho punible”.
Por lo tanto, la aplicación de la ley de amnistía está dentro de la política criminal del Estado
de Chile, y en plena concordancia con los tratados internacionales que ha suscrito Chile, que lo
obligan a investigar y determinar responsables, pero esos tratados no señalan penalidades ni
condenas al efecto, dejando a cada Estado el desarrollo de su política criminal en forma
independiente y de acuerdo a sus realidades.
Por ser una amnistía de aquellas que la doctrina clasifica como “Amnistía impropia”, que no
borra el delito sino exime de pena a los que participaron en éste, corresponde técnicamente a
una excusa legal absolutoria, y debe ser aplicada en la misma sentencia que determina el
delito cometido y la participación del condenado.
Para que la amnistía pueda ser aplicada por el Juez debe determinarse en la sentencia que
los hechos se encuadran dentro de alguno de los delitos que cubre la ley de amnistía, y no de
aquellos que están expresamente exceptuados, que se hayan cometido en el territorio
nacional, y en el período que cubre la ley, y lo más importante, que a los inculpados se les
atribuya en el fallo la calidad de autor, cómplice o encubridor, luego de cumplidos todos estos
requisitos, y analizados en el fallo, solo entonces el Juez podrá aplicar la amnistía.
Así como las condiciones objetivas de punibilidad son causas para prescindir de la pena,
aunque todos los elementos de tipicidad, injusto y culpabilidad estén presentes, si falta tal
elemento objetivo (p.e., la muerte del suicida en el auxilio al suicidio), así las llamadas excusas
absolutorias son causales para prescindir de la pena, aunque el delito esté íntegro en sus
ingredientes de tipicidad, injusto y culpabilidad, si está presente una determinada característica
personal del actor (la que, por supuesto, sólo favorece a este y no a los demás partícipes).
Tanto las condiciones objetivas de punibilidad como las excusas absolutorias (1) tienen un
fundamento puramente utilitario de política criminal.”
Naturaleza jurídica. Por su historia y orientación la amnistía posee una naturaleza bifronte, de
derecho político y derecho penal (cfr. Pesina, 686-687), puesto que si el eje de sus efectos
corresponde al segundo, hunde su fundamento en el primero, y de ahí que una parte
significativa de la s normas que la regulan queda en las Constituciones Políticas (los artículos
60, 16 y 62 de la CPR disponen que las amnistías y los indultos generales son materias de
leyes de quórum calificado, quórum que se eleva en los delitos “terroristas” (más detalles, en
Pfeffer, 18-19), y que la norma debe tener origen en el senado). Pero la jerarquía formal de su
fuente no debe mover a equívocos. Está muy difundida ala tesis de que la amnistía importa
”una derogación parcial y transitoria de las leyes respecto de determinados delitos” (Silvela,
349) y, por la amplitud de sus consecuencias, un “un perdón u olvido total del delito”(Rodríguez
Devesa, 673; cfr., también, Labatut I, 302, y Vargas, 31). Más la “inexacta, aunque cómoda y
manoseada imagen que la amnistía ‘borra el delito’” (Vivanco, 4), la toma por una novación
legislativa ausente y refleja ficciones, ya que ni los ilícitos a que alude son expelidos del
ordenamiento ni han cambiado las apreciaciones que los desvaloran, y, de otra aparte, una
cosa es el interés del Estado de que con la amnistía la generación que presenció el delito lo
olvide – un hecho psicológico que tanto puede ocurrir como no- , y otra, el efecto jurídico que l
es peculiar, la completa extinción de la acción penal y la pena, “la supresión total de la
responsabilidad penal que nació del hecho delictivo” (Novoa II, 475; ídem, Garrido I, 364).
Asimismo, y sobre ala base de que se trata de una norma de orden público, han resuelto que el
beneficiado con la amnistía no puede renunciar a ella .....”
Sin embargo, también hemos manifestado que lo que la amnistía cancela no son los delitos
que señala, sino las responsabilidades correspondientes, y éstas “siempre suponen personas,
aunque sean determinadas” (Garrido I, 3463). Lo que tiene una repercusión procesal,
concerniente a las obligaciones del tribunal que compruebe o ante quien se aleguen los
presupuestos de aplicación del instituto.
B) Clasificación. Habida cuenta de que “es procedente en cualquier momento a partir de la
comisión del delito” (Labatut I, 303), se pueden distinguir dos clases de amnistía. La propia
tiene lugar antes de que se pronuncie sentencia firme, y es causa de extinción de la acción
penal; la impropia, a su turno, interviene pasada esa fase, y extingue la pena. Que ambas, no
sólo la segunda, están recogidas por el ordenamiento chileno, es un punto némine discrepante
en la doctrina actual (cfr. Garrido II, 362) y una inveterada jurisprudencia (cfr. Vargas, 41); es
más, desde Novoa ... se ha venido consolidando la opinión de que podría decretarse después
del cumplimiento de la condena, porque al penado, en todo caso, le asistirá el interés de no
figurar en el número de los reincidentes.
C) Efectos. En cuanto a sus efectos, la amnistía propia extingue la acción penal; debe
sobreseerse la causa y no cabe imponer pena alguna al sujeto. La amnistía impropia extingue
la pena principal, las accesorias – incluso la de inhabilitación para derechos políticos, sin
necesidad del acuerdo especial que los artículos 42 del CP y 17 de la CPR asignan al Senado.
...... y todas las inhabilidades e incapacidades dictaminadas por la condena, la cual tampoco
podrá ser considerada como fundamento de ninguna especie de reincidencia.
( Texto y comentario del Código Penal chileno, obra dirigida por Sergio Politoff L. y Luis Ortíz
Q. Tomo I, Editorial Jurídica de Chile, 2002. Págs. 446 y siguientes. Nombre del Capítulo: De la
extinción de la responsabilidad penal. Artículo 93 a 105 del Código Penal)
La facultad de gracia ha sido usualmente mal mirada por los juristas, en especial a partir del
entronizamiento de las ideas liberales y el imperio consiguiente de separación de poderes del
Estado.
Esta actitud es comprensible desde el punto de vista histórico, pero me parece que hoy no
puede ser compartida legítimamente, porque está basad en la idea equivocada de que la ley
puede hacerse cargo de todas las situaciones posibles y ofrecer una solución satisfactoria para
cualquiera de ellas. La realidad demuestra, en cambio, que esto dista de ser así. La legislación
sólo contiene normas generales que muchas veces son incapaces de plegarse adecuadamente
a las intrincadas particularidades de los casos concretos o de la coyuntura social (política,
económica, religiosa, etc.) sobre la cual le toca regir. En estas hipótesis, la gracia es una de las
más valiosas herramientas político-criminales de que se puede disponer para efectuar los
ajustes necesarios; y aunque naturalmente introduce un cierto grado de indeterminación en el
derecho vigente, pudiendo prestarse incluso para abusos, es dudoso que renunciando a ella
se consigan mejores resultados.
Como se deduce del concepto ofrecido, el perdón o gracia no siempre extingue una
responsabilidad penal ya declarada y, por consiguiente, existente. En varios casos, constituye
ya un abandono de la pretensión punitiva que impide, por lo tanto, el establecimiento de dicha
responsabilidad.
De conformidad con el artículo 93, Nº 3 del CP, la amnistía “extingue por completo la pena y
todos sus efectos”
Algunos autores vieron en ella una verdadera derogación de la ley que incriminaba el hecho
punible respectivo. Este punto de vista es, sin embargo, inexacto, ya que, aparte de las
situaciones alcanzadas por la amnistía, esa ley prosigue surtiendo efectos de manera regular,
incluso respecto de hechos que se ejecutaron simultáneamente con los amnistiados. Se
trataría, pues, sólo de una derogación parcial y ficticia, difícil de concebir.
Novoa, por su parte, habla de una supresión total de la responsabilidad penal, pero sin
explicar la causa de que ocurra.
Es necesario aclarar que el D.L. Nº 2.191, de 1978, no se refiere a hechos, sino a personas, al
indicar en su artículo 1º “Concédese amnistía a todas las personas que, en calidad de autores,
cómplices o encubridores hayan incurrido en hechos delictuosos, ......”. Esta disposición exige
la determinación de una calidad procesal de las personas, esto es: que sean sujetos culpables
de un ilícito penal en calidad de autores, cómplices o encubridores. El grado de participación de
un sujeto en un delito solo puede determinarse una vez agotado un proceso penal, en virtud de
una sentencia ejecutoriada.
El D.L. Nº 2.191, se refiere a los hechos de una manera especial. Se extiende en general a
los hechos delictuosos, de tal manera que no puede entenderse que se haya pretendido por
esta vía revalorizar todos los hechos que cubre. Por otra parte, refuerza esta idea, la
circunstancia que contiene una referencia específica a determinados hechos delictuosos sólo
en el sentido de excluirlos de la aplicación de la amnistía.
(Derecho Penal, Parte General, Tomo II, Editorial Jurídica de Chile, 1985. Págs. 420 y 421)
Respecto de la amnistía señala, “ Es una forma, junto con el indulto (art. 93 Nº4º), de perdón
para el responsable de un delito, establecida en el Art. 93 Nº3. Según esta disposición, se
extinguen la pena y todos sus efectos siempre e indudablemente que se haya pronunciado
sentencia definitiva. Sin embrago, la amnistía no tiene limitación en el tiempo para dictarse:
puede otorgarse antes de que se inicie el proceso criminal, durante su tramitación y aún
después de la sentencia o cumplida la condena.
Se sostiene que la amnistía no considera a personas sino hechos y que tiene carácter
objetivo; pero se olvida que el Código Penal al consagrar y reglar estas causales alude a
“responsabilidades”, y éstas siempre suponen personas, aunque sean determinadas.
Los efectos de la amnistía están señalados por el Código Penal en el Art. 93 al expresar que
extingue por completo la pena y todos sus efectos, entendiendo que comprende las penas
accesorias, y también la pérdida de los derechos políticos. Pero los alcances que a veces se
atribuye a esta forma de perdón pueden inducir a equívocos. Debe recordarse que ala
amnistía está ubicada en el Título V del Libro I, “De la extinción de la responsabilidad penal”;
por consiguiente, sus consecuencias – como se señaló con anterioridad - dicen relación con la
responsabilidad exclusivamente, y no con el delito mismo, de manera que no anula el carácter
delictuoso del hecho, tampoco borra el delito, y no importa una revalorización de los hechos. El
legislador no puede sobrepasar los límites que le fija la naturaleza misma de las cosas. El
delito se cometió y es una realidad; distintas son sus consecuencias jurídicas, que sí pueden
ser suprimidas: la amnistía pone término a la responsabilidad penal antes de que se inicie el
proceso y aún después de cumplida la pena y, por lo tanto, el beneficiado que da liberado de
todos los efectos penales del delito en que participó o por el cual se le condenó (entre otros, de
la reincidencia). La antijuridicidad del hecho no desaparece, y tan es así que la unanimidad de
la doctrina concuerda en que puede dar origen a reparaciones civiles aunque se haya
amnistiado.
(Derecho Penal, Parte General, Tomo I, Editorial Jurídica de Chile, 1997. Págs. 362, 362 y
364)
El mismo profesor Garrido Montt , en su obra Derecho Penal, Parte General, Tomo II,
Nociones fundamentales de la teoría del delito, Editorial Jurídica de Chile, 2001, Pág. 26,
señala “Por excusa legal absolutoria se entienden determinadas circunstancias o condiciones
de índole personal, comprendidas en la descripción de la figura penal, que no forman parte de
la acción y, por lo tanto, del tipo, pero que si concurren excluyen la aplicación de la pena de un
hecho típico, antijurídico y culpable.”
Se acompaña anexo con XXI fallos de la Excma. Corte Suprema, posteriores al anterior, que
en resumen, expresan la doctrina que en forma previa a la aplicación de la ley de amnistía
debe concluirse la investigación del hecho punible y de la participación de los inculpados.
CONCLUSIONES:
Los recursos de casación, forma y fondo, en materia penal y civil, deben ser desechados, por
inadmisibles los primeros al no existir error de derecho que habilite la anulación de la
sentencia, y al no existir error en la aplicación de la ley penal que influya sustancialmente en lo
dispositivo del fallo; y en materia civil, debe también desecharse el recurso intentado al no
existir error de derecho en la aplicación de las leyes denunciadas por tratarse de normas
ordenatoria litis, y por no haberse denunciado como infringidos los demás preceptos legales
que necesariamente – de acogerse la causal – habrían sido vulnerados por la sentencia
recurrida.
ANEXO COMPLEMENTARIO ALEGATO CAUSA VILLA GRIMALDI EPISODIO \"MIGUEL
ANGEL SANDOVAL RODRIGUEZ\"
El alegato de la parte del CDE (Estado y Fisco de Chile) presentado en forma verbal ante
la Excma. Corte Suprema, se estructuró con una duración de 60 minutos, tiempo en el
que se desarrollaron tres capítulos principales.
El primer capítulo del alegato, de una duración aproximada de 10 minutos, versó sobre el doble
rol del CDE en cuanto a sostenedor de la acción penal como Estado de Chile y a defensor de la
caja fiscal como Fisco de Chile, aludiendo que ambas tareas no son incompatibles por tratarse
de personas jurídicas diferentes, y por tratarse del cumplimiento de una obligación que el
legislador nos impuso en nuestra ley orgánica.
Además, se hizo un resumen histórico de la institución de la casación, comprendiendo tanto el
origen de la Corte de Casación como el Recurso de Casación, desde la antigua Roma hasta
nuestra legislación.
También se incluyó un resumen de la jurisprudencia emanada de la Excma. Corte Suprema
respecto de los principios que dicho Tribunal ha exigido invariablemente en materia de
admisibilidad en recursos de casación, a la especialidad del recurso de casación en materia
penal, y respecto de la causal de infracción a las leyes reguladoras de la prueba.
Por último, en el tercer capítulo del alegato de una duración de 10 minutos, atendido que
los querellados habían manifestado alegaciones respecto de la vigencia y aplicación de
la Ley de amnistía y de la prescripción de la acción penal, se sostuvo que atendido que -
resultando inaplicable en estos autos por todos los antecedentes alegados que llevaban
a desechar los recursos - como el recurso de casación contiene dos sentencias, una la
de casación propiamente tal que es de interés público y mira a una interpretación
uniforme de la ley, y otra, la de reemplazo, que mira al interés individual de las partes, el
CDE había elegido esta máxima instancia para dar a conocer un acuerdo tomado
respecto de la vigencia y aplicación que estimaba debía darse a la ley de amnistía en
todos los demás procesos que se investigan hechos similares al de autos, acuerdo que
consistía en manifestar la vigencia de la ley de amnistía, y la necesidad de que los
procesos orientaran sus investigaciones hacia la determinación del cuerpo del delito, el
homicidio de las personas desaparecidas, al que el Juez podía llegar a tener el
convencimiento por todos los medios de prueba que establece la ley, no necesariamente
y en forma exclusiva, con la aparición del cadáver o los restos. Se advirtió que dichas
alegaciones no resultaban incompatibles con los tratados internacionales que ha
suscrito el Estado de Chile puesto que la ley de amnistía, es una amnistía impropia, que
debe aplicarse en la sentencia que determina hecho punible, participación,
responsabilidad y pena, la que luego deja sin aplicación en virtud de la ley de amnistía.
Se citaron diversos profesores de Derecho Penal que están acordes con la existencia de
la amnistía impropia, y 22 fallos de la Excma. Corte Suprema que da aplicación a la ley
de amnistía en ese sentido. No se hizo solicitud alguna de que la ley de amnistía se
aplicara en el caso alegado, sino que fue una referencia a los otros procesos abiertos
por estos mismos delitos. Es más se concluyó - reiterando lo sostenido anteriormente -
que en el caso objeto de los recursos no podía aplicarse la ley de amnistía porque el
fallo razonaba sobre un hecho - inamovible para la Corte de Casación - que es que
Miguel Angel Sandoval Rodríguez se encuentra secuestrado desde 1974 hasta la fecha,
por lo que el ilícito traspasa el límite temporal de la ley de amnistía (1978).