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“El Jurista y el Simulador del Derecho” es un libro que trata temas de gran relevancia

para todas las personas que comenzamos a adentrarnos en este mundo jurídico,
pero, ¿exactamente a qué temas me estoy refiriendo? Pues bien, en el libro
encontramos, como primer tema, la importancia del derecho en la sociedad, en
donde el autor nos habla del porque aquellas corrientes que ven al derecho como
un obstáculo para los cambios sociales están equivocadas; él nos explica que estas
afirmaciones parten del desconocimiento de lo que es el orden jurídico, pues sin la
debida normatividad jurídica, cualquier cambio que se lleve a cabo en la sociedad
carecerá de operatividad y respetabilidad.

Después, en el segundo capítulo, encontramos la “Semblanza del Jurista”, es decir,


la descripción que el autor hace sobre como es el Jurista adecuado. En este capítulo
encontramos una gran variedad de características que sin duda alguna todo ‘homo
juridicus’ debe poseer, entre las que están el ejercer la profesión de manera libre,
esto es no estar subordinado a alguna empresa o persona que te diga cómo actuar,
sino que tú seas tu propio jefe, que tu decidas cuáles casos aceptar y cuáles no.
También nos menciona que además de ser libre, el Jurista debe ser auténtico, es
decir, llevar a cabo un comportamiento acorde con lo que se piensa y se siente,
pues el hecho de ser considerado una persona falsa o hipócrita es un estigma que
no conviene al que ejerce la profesión de Jurisconsulto, Abogado, Juez o Profesor
de Derecho. Otra cualidad que nos menciona es que se debe contar con una
veracidad moral, esto significa que aquellas ideas que externemos debemos
considerarlas ciertas pues si no creemos en aquello que decimos estaríamos
incurriendo en una falta de autenticidad, que, como ya mencioné, es una falta grave
dentro de la profesión del Derecho. Y por último el autor nos dice que se debe contar
con valor civil y honestidad, la primera es una característica la cual nos impide ser
cobardes por conveniencia ya que esto nos significaría no serles útiles a la sociedad
y ligado a esto se debe ser honesto, pues de igual forma el ser alguien corrupto nos
haría personas indeseables a la sociedad ya que solo laceraríamos a la sociedad,
así como a la misma profesión que bastante mala reputación se ha ganado debido
a los pseudo-profesionistas que no poseen ninguna de las características que el Dr.
Burgoa Orihuela menciona en este capítulo.
Luego, en el tercer capítulo, el autor nos habla de “La Cultura Jurídica”, en donde
nos dice que ésta se compone de ciencia y arte, pues el Derecho como ciencia se
enfoca principalmente en conocer los principios jurídicos conforme a los cuales se
deben analizar y resolver casos concretos. También menciona que esta ciencia, a
la cual de igual forma se le conoce como ‘Jurisprudencia’, no solo se limita a conocer
la ley positiva escrita, sino que además se deben conocer los principios filosóficos,
sociológicos, políticos, culturales, morales y económicos que hayan influido en el
contenido de estas leyes, por esto, naturalmente, el Derecho está íntimamente
vinculado con la filosofía, la sociología, la economía, la política y la historia.

Ahora bien, el Derecho como arte, nos explica el Dr. Burgoa Orihuela, se refiere a
que el Derecho persigue primordialmente dos objetivos que son: La Bondad y la
Justicia, es por esta razón que el Derecho es un arte dinámico, pues no se limita a
una sola obra que se queda plasmada para la posteridad, sino que el arte del
Derecho son acciones que se van renovando día a día y que jamás se detienen.

Y dentro del mismo capítulo se menciona la parte del Derecho como moral y también
como fenómeno social, por la parte del Derecho como moral se inicia con el principio
ético del Derecho proclamado por Ulpiano que nos dice “Honeste vivere, alterum
non laedere, jus suum cuique tribuere”1 la cual significa ‘vivir honestamente, no
dañar a otro y dar a cada quien lo suyo’; esta frase que vemos en el libro es usada
para ilustrar básicamente el principio fundamental del Derecho, pues nos hace
entender que aunque actualmente se encuentra prevista en normas jurídicas dentro
de las leyes, es un principio moral en el que se ha basado la sociedad desde
inclusive antes de que el propio Ulpiano la proclamara. En cuanto al Derecho como
fenómeno social se menciona que donde quiera que exista vida social surge el
Derecho, pues éste es el medio para mantener el orden y para que exista una
convivencia social adecuada y sana.

En el capítulo cuarto se nos habla de la “Tipología del Jurista” enfocándose


primordialmente en 4 actores profesionales del Derecho los cuales son: El
Jurisconsulto, el Abogado, el ‘Maestro’ *aunque a mí concepción se refiere a un

1
Burgoa Orihuela, I. (2015) El jurista y el simulador del Derecho. 19ª Edición, sexta reimpresión. México: Porrúa. P. 33
profesor*, y el Juez, pues bien, comencemos por el Jurisconsulto, para este actor
del Derecho nos menciona que es un trabajo que viene desde la antigua Roma,
cuando los estudiantes del Derecho iban al ‘Forum’ para escuchar y anotar las
respuestas que los jurisconsultos, es decir, los verdaderos conocedores de la
ciencia del Derecho o Jurisprudencia, le daban a los litigantes a las consultas que
éstos les hacían, de esa forma, aunque no de manera formal, se iba creando nuevo
conocimiento que los estudiantes adquirían para que, sumado a los textos que leían,
lograran concebirse como nuevos Jurisconsultos dispuestos a servir a la sociedad.
Así pues, el autor nos dice que los Jurisconsultos den ser críticos de la legislación,
pues esto contribuye a la mejora del derecho positivo trayendo así un cambio bueno
para la sociedad. Ahora bien, el Abogado debe ser un Jurisprudente, es decir, un
conocedor del Derecho, pues sería absurdo que no lo fuese ya que sin los
adecuados conocimientos jurídicos no podría llevar a cabo adecuadamente su
labor. Además, se menciona otra característica aparte que ayuda a enriquecer las
que ya mencioné, y esa es la emotividad, la cual es el gusto por la profesión nutrido
por el sentimiento de justicia que debe estar arraigado en todo buen profesionista
del Derecho; en resumen, todo lo referente al apartado del Abogado, trata de las
características adecuadas que éste debe tener para ser un actor necesario y bien
recibido en la sociedad. Luego está el apartado del Maestro de Derecho, donde
habla sobre cómo es que éste debe ser frente a sus alumnos, retomando varias
características que se aplican al Abogado, pues nos dice que el Maestro debe ser
auténtico, honesto y debe tener un amplio sentido de Bondad y Justicia para
transmitírselos de la manera correcta a sus alumnos y de esta forma se vayan
creando profesionistas adecuados. Por último, el autor nos habla del Juez,
mencionando todos los vicios, en los que ya es sabido, incurren varios de éstos,
tales como la prepotencia, la pusilanimidad frente a los casos y alegatos
presentados, y quizá el peor de todos, la corrupción; nos menciona como es que se
comportan estos pseudo-jueces, con el fin de que nosotros como lectores y
estudiantes de la carrera de Derecho, si llegamos a convertirnos en estos actores
jurídicos, evitemos a toda costa copiar esos modelos de conducta.
Y, por último, pero no por eso menos importante, se aborda el tema del “Simulador
del Derecho”. En este capítulo se nos dan las consideraciones que se toman para
diferenciar a un Jurista de un Simulador del Derecho, comenzando por explicarnos
que es la simulación, y como el Simulador es completamente opuesto al Jurista,
pues el Simulador, carece de todas las características del Jurista ideal y aunado a
eso, éste cae en todos los vicios que precisamente se deben evitar en el desempeño
del trabajo. Después de este capítulo sigue un breve epílogo donde el autor nos
dice que aprovechemos de la mejor manera todo lo que escribió en el libro, pues él
lo hace en beneficio de todos los estudiantes y profesionistas del Derecho, pero
sobre todo, en beneficio de la sociedad mexicana.

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