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Hace algún tiempo salió en las noticias que la revista Time eligió como personaje
del año 2011 al protester –el manifestante– y puso en su portada el dibujo de un
encapuchado. Cuando escuché la noticia me pareció que el sujeto que leía la nota
periodística no dijo “manifestante”, sino que “protestante”, es decir, dícese del que
ejecuta la acción de protestar. Parecióme amena la confusión entre protestante y
manifestante, dado que el término connota la relación con el protestantismo, un
fenómeno religioso al cual Max Weber
vinculó con el espíritu del capitalismo.
Por último, quiero aclarar que nunca he leído una revista Time. Cambio y fuera.
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¡¿ ?
por Gino Bustos Serrano
Creo que todos concordamos: la televisión chilena es igual a caca. Pero dentro de
todo ese excremento cultural, trato de analizar y reflexionar ciertos “momentos
épicos” que me permitan hacer de la sociología una disciplina transversal y, por así
decirlo, entretenida y extensible a cualquier ámbito cotidiano. Más que mal, ¿para
eso se supone que se nos pagará o no? Bueno, eso es harina de otro costal.
Pero oye, ¿por qué esta solución y no otra? Vuelvo a reiterar mi ya lejano pasado
escolar en que nuestras pacíficas manifestaciones se quedaban en eso, o sea, la
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gente se queda con lo bonito como fiesta ciudadana; expresiones como el “mira
qué bonito como protestan” u “oye qué innovadora forma de protestar”… ¿pero y
el trasfondo del cuento? Cada vez nos sumimos en un imaginario de ignorancia de
este enjambre social que está diseñado para que actuemos acorde a él, de hecho,
sueño con realizar un “into the wild” pero, ¿es factible una vida institucionalizada
al exterior de este sistema?
Dicho enjambre social nos dice que la propiedad pública es de todos nosotros y por
ende no debemos dañarla…yo me pregunto, ¿cuánto nos han robado? ¿cuánto les
hemos dado de comer? Me apena el pensar y vivir en la sociedad que vivimos... (en
todo sentido) oportunista, de lucro, individualista y chaquetera.
Ahora bien, me da gusto saber que entre mis cercanos estos postulados son más
que aceptados… pensé en que se me desafectaría y discriminaría como un anti-
social ya que poco sería un inútil y subversivo.
Por último, para mí, Don Pirinoli: ¡ESTO SIGNIFICA ESTE DESORDEN!
:
“ …”
por Pilar Macarena
“Te agrego”. “Es que no tengo facebook”… ¡no me mires así! en serio… ¡soy
súuuper normal! (O quizás aún más). Si bien, un poco arcaica en cuanto al goce por
la tecnología (con un retro celular a cuestas) pero tengo la evidencia que no es sólo
una cosa de gustos, sino una convicción absoluta que, entre más desarraigo
material y con mi amigo ciberespacio, mejor ha sido mi relación con el mundo de
la vida (incluso físicamente hablando) y mi inversión en mi calidad de tiempo.
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forma oficial, extra oficial y la que se difunde por si las moscas ¡también! Y por
supuesto, que es lo que pasa por la mente de cada uno de mis 557 amigos,
enterándome desde que le salió una espinilla en la rodilla hasta qué canción le
gusta por día, según sus cambios de estado de ánimo o artistas de moda. (Y esto,
sin contar los riesgos de privacidad, vínculos con estrategias de marketing y lucro
sin medida con cada clic).
No es que sea una amarga antisocial pero, ¿no será mucho?? A ver, ok, a todos nos
gusta mantenernos informados en general, nutrirnos de algún documental o blog
interesante, estar atenta a algún evento específico y tener la posibilidad de
contactar a alguien sin esfuerzo ni dinero de mi bolsillo por algo puntual, pero
¿qué más? El apreciar cómo se debe alimentar un pez, antes de poder enfocarse a
realizar un trabajo, forjar una conexión adictiva para ver a quien le gusta o no mi
estado, opinión, foto o video, reírme a diario a carcajadas virtuales, ser testigo de
demostraciones de afecto públicamente seguido, preocupada de que me etiqueten
en alguna situación no conveniente, espiar los muros de mis vecinos, recibir
desesperantes notificaciones de cada movimiento, estar en constante carrete detrás
de un computador e incluso escribir lo bien que se está pasando ¡en el momento
mismo! de una fiesta o comunicar que se está concentradamente estudiando, pero
ON LINE… insisto, ¿no será mucho?
Sí, lo acepto, quizás estoy “fuera de onda” con EL sistema, más un dejo de
terquedad o “rebeldía”, pero construir mis relaciones sociales basadas en una
digitación, perdiendo los gestos, voces, miradas e intentando reemplazar estos, por
sonidos escritos, monitos, y dedos positivos no me gusta. Muchas veces,
EXISTIENDO A TRAVÉS DE “ÉL” incluso porque ayudantes, centro de alumnos o
la escuela considera usar esta medio de comunicación como legítimo para dar
anuncios importantes, cuando se supone que es una opción personal (tanto brío
copiar pegar a un correo; medio trasversalmente válido).
De todos modos, debe cansar tener una vida social tan agitada llena de clics y
presiones virtuales, vida “algo” ilusoria… pero popular, con mucha exposición
pública, expresando sensaciones por minuto, un medio de desahogo, de sentido de
pertenencia, de grado de identificación con sus pares, de atribuciones estéticas
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(muchas veces, extremas narcisistas) y de sentirse por sobre todo querida y/o
halagado, en conjunto a la impresión de estar con una incondicional compañía.
Esto, ha llegado a tal punto, que lamentablemente hay una desnaturalización de las
relaciones sociales sin límites… con una justificación de saber del otro sin moverse,
sin preocuparse de llamar o acercase para reunirse físicamente con recordatorios
de cumpleaños y saludos por esta misma vía, acostumbrarse a “SALIR” por las
redes, o compartir por ahí. No poder desconectarse con UNA VIGILIA VICIOSA
ya sea por jugar, espionaje o alerta de avisos. Dando pie a intrigas emocionales,
necesidad de vínculos, confirmación de mi autoestima o nivel de popularidad, etc.
me genera un fundamentado rechazo hacia este tipo de lazos cibernéticos.
Los que se aventuren espero me cuenten como les fue y los que no quieren o
pueden, sólo deseo que tengan en cuenta la dominación del poder de las
comunicaciones, que nos da tanta libertad como coacción que nos ha convertido en
seres “ciudadanos del mundo” y a su vez, ESCLAVOS del mismo. Nos ha ido
quitando nuestra individualidad natural e incluso, en muchas ocasiones nuestra
independencia y lo peor, de forma enajenada…
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¿ ?
por Mauro el Cárcamo
Las últimas películas en las que hemos podido ver a estos sujetos en acción nos han
dejado, aparte de la trama y la acción, muchas cosas por analizar. Partiendo por los
muchos problemas psicológicos que sufren la gran mayoría de ellos, como son
problemas de doble personalidad, traumas infantiles o de adolescencia. Por
ejemplo, Peter Parker es un sujeto tranquilo y que intenta trabajar de fotógrafo, que
no puede encajar con los jóvenes de su edad y es un estudiante de ciencias físicas,
o sea una ñoño cualquiera, que adquiere poderes por la picadura de una araña que
había sido sometida a experimentos radioactivos y que al ver la muerte de su
abuelo a mano de unos delincuentes que robaban un banco decide ponerse un traje
rojo que cambia absolutamente su conducta transformándose en Spiderman (la
película es protagonizada por el actor Tobey Maguire). O en Batman, en la cual su
protagonista; Bruce Wayne o Bruno Díaz, (la película es protagonizada por
Christian Bale) tiene traumas desde pequeño cuando cayó a un pozo, en el cual
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estuvo encerrado ahí por mucho tiempo atormentado por la claustrofobia y por
murciélagos y el hecho de ver morir a sus padres a manos de unos asaltantes
cuando regresaban a casa desde el teatro. Estos traumas o miedos que tuvieron en
sus vidas llevan a estos superhéroes a amar la violencia y a tomar una posición de
vigilantes y protectores de la justicia en sus vidas (locos cuidando de locos).
Cuando observamos a la elite de este país vemos que sucede algo parecido. De este
modo, es que podemos ver cómo sus casas están fuertemente resguardadas con
murallas de 3 metros hacia arriba, electrificadas y con sistemas de seguridad de
cámaras y guardias privados, por que viven con el constante miedo de que la
periferia, que ellos mismos han generado, se les venga encima y les arrebate todo
lo que tienen siendo víctimas de la delincuencia. Pero no conforme con esto, llevan
sus miedos personales al ámbito público social a través de la creación de una
inseguridad colectiva y de lo que algunos sociólogos llaman el “pánico moral”, de
los cuales se encargan los medios de comunicación de trasmitirlos al living de su
casa o a su oficina. Esto es porque ven en la delincuencia una desviación que la
consideran una patología individual, como un conjunto de comportamientos
anárquicos libremente decididos y cometidos por el egoísmo, la falta de
autocontrol y de la poca moralidad de las personas, que llevan a los sujetos a
actividades criminales y que si se les presenta la oportunidad cualquiera podría ser
partícipe de estos actos de delincuencia (en resumen, para ellos la ocasión hace al
ladrón); así actúan al igual que Spideman, que siempre está en las azoteas,
vigilando pacientemente a la sociedad en la que vive, observando una constante
desmoralización social, siempre atento a que algo malo esté sucediendo para ir al
rescate de la situación, previniendo el delito a través de la disuasión y la vigilancia;
saber qué es lo qué ocurre y dónde ocurre, para luego con un desplazamiento
rápido poder atrapar a los delincuentes en forma oportuna, para de este modo
hacer cumplir la ley y el orden. Así mismo cumple la elite su cometido de
vigilancia sacando cada año más pacos a las calles, interviniendo teléfonos que
permitan escuchar todo, poniendo cada vez más cámaras de vigilancia en las
ciudades. Estas cámaras son los ojos de la elite aterrorizada que vigilan cada
comportamiento de las personas en la calle, pero al igual que no podemos ver la
cara del superhéroe por que lleva una máscara, tampoco podemos observar a
quien nos observa a través de esas cámaras, por lo que esa persona, al igual que el
héroe, queda en el completo anonimato, todo esto en pos de mantener vigilada y
controlada a la población. La disuasión de los actos delictivos por parte del
superhéroe va en sus capacidades súper humanas que les dan sus poderes
especiales, es así que un delincuente la piensa dos veces antes de cometer su
fechoría por que podría llegar el héroe a imponer su justicia. De la misma forma
actúa la elite, su mejor arma de disuasión de delitos es subir las penas carcelarias,
para que el delincuente sepa que es lo que le sucede los que comenten delitos, a
través de políticas de tolerancia cero que siempre sucintan un gran apoyo, no sólo
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del espectro político del país, sino también de la población en general que perciben
de que son políticas concretas que ayudan a ganar la batalla contra la delincuencia.
Pero como todo superhéroe que va contra su némesis —el villano— al cual
identifica por sus fechorías para atacarlo directamente, frente a frente, no logra
detener absolutamente nada, ya que luego aparecerá otro, así mismo la elite
identifica a la delincuencia como actos en los cuales se sustraen pertenecías a las
personas usando casi siempre métodos de engaño y violencia, esto también dado,
por el hecho, de que en las sociedades de consumo cada vez se obtienen mas
elementos materiales que se vuelven blancos apetitosos y deseables por los
delincuentes; pero por más esfuerzos que coloque en encerrar a la gente en las
cárceles la delincuencia no se detiene, aparte de esto también es muy dura con los
delitos de poca monta pero nunca persigue, o lo hace muy poco, de perseguir por
ejemplo coimas, desfalcos, comisiones, sobornos etc. Todo lo que tenga que ver con
el robo de la gente de etiqueta, delincuencia que por lo demás trae consigo
mayores problemas, ni el superhéroe ni la elite lo persiguen por que les es
irrelevante.
Pero como dijimos anteriormente, la elite vive del miedo constante, miedo a que la
delincuencia los sobrepase o a que exista una anomia moral enorme, por lo que
pondrá su mayor esfuerzo en controlar a la sociedad y a las personas no
importando el costo, como sucede en la gran película del director Christopher
Nolan “Batman de dark night” (que como un Ítalo Passalwater o un Falsate
cualquiera le pondría 5 estrellitas o una nota 7) en la cual Batman y la sociedad de
Ciudad Gótica se tienen que enfrentar al mayor miedo de la burguesía, al demonio
en persona, no hablo sino del Guasón o Joker (papel protagonizado por Heath
Ledger); este sujeto, que en buen chilensis diríamos que peina la muñeca o que se
le arrancan los enanos pal bosque, pone de manifiesto las incompetencias del
sistema de control o vigilancia para manejar la delincuencia, es así que el Guasón le
afirma a la mafia que anteriormente nadie se metía con ellos ni la policía ni los
fiscales, no por miedo, sino que por corrupción de los órganos legales encargados
de imponer la ley y la vigilancia en la cuidad, pero que ahora todos pasan por
encima de ellos y todo es gracias a Batman, por lo que el Guasón, como buen
agente del caos, comienza a destruir los cimientos de la institucionalidad,
amenazando y poniendo en jaque a las más altas autoridades, sembrando el caos
social, atacando a la elite misma; esa es su técnica y lo ejemplifica en una frase en
la que dice “si yo mato a un pandillero cualquiera, en una calle cualquiera a nadie
le importa, pero si yo solo amenazo a un alcalde, todos se vuelven locos y corren
para todos lados”… esa frase me recuerda mucho a la dada a los medios de
comunicación, la cual decía “que era más grave asesinar a un policía que a un
ciudadano común” frase dada por el ministro Hinzpotter (que como todo buen
brujo siempre tiene buenos trucos, véase Caso Bombas) con esto queda claro que
las políticas de seguridad y vigilancia no van al servicio de las personas sino que
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más bien para proteger a la elite misma, por lo que si se ataca a la elite es como si
se atacara al país completo.
¿Pero que hizo Ciudad Gótica para atrapar al Guasón? Bueno, rompió
absolutamente toda privacidad de las personas, el mismo Batman crea una
máquina para intervenir todos los teléfonos y así saber la ubicación de las
personas, los ministros de justicia tenían atribuciones espectaculares y los
magistrados eran una especie de nuevo héroe dotado con todos los poderes del
Estado para atrapar al Guasón. Lo mismo que hace la elite cuando cae en la
paranoia de la delincuencia y la inseguridad, dotan a fiscales y policías de
atribuciones extraordinarias, llegan a invertir más en seguridad pública que en
educación o salud, generan mayor opresión y vigilancia frente a grupos o personas
que parezcan sospechosas, allanan cuanta casa puedan en las poblaciones, pero lo
único que logran con eso no es acabar con la delincuencia si no que esparcirla a
otros sectores o crear nuevos delincuentes, al igual que en Batman, que finalmente
atrapa al Guasón pero este ya había generado a otro enemigo al llenar de odio y
venganza al fiscal Harvey Dent el cual se transformó en “Dos Caras”. De este
modo, Batman y Ciudad Gótica se ganaron un nuevo enemigo, lo mismo pasa
cuando llenamos las cárceles con personas que han cometido actos que se
consideran ilícitos, ya que como dicen, las cárceles son las universidades de la
delincuencia, más encima con las férreas medidas de disciplina que se aplican
adentro, muchos de esos sujetos generan rencores sociales, aprenden nuevas
técnicas para delinquir y se les priva no sólo de la libertad sino que también de
toda cosa material económica y sentimental, lo cual genera una brecha enorme
entre la población penitenciaria y la sociedad exterior, en vez de aprender las
pautas sociales estos sujetos deben aprender otras actitudes que son totalmente
contrarias a las que la misma elite persigue que todos tengan; por lo que la
probabilidad de que vuelva a delinquir es alta.
En conclusión, si bien los superhéroes son sujetos ficticios, las sociedades en la que
habitan no están ajenas de los problemas que tenemos en las sociedades modernas
y su aplicación de justicia no es tan ajena a las que se usan hoy en día, mano dura y
tolerancia cero frente a la delincuencia. Pero la paranoia y el pánico moral de la
elite de esta sociedad han generado un nuevo superhéroe que los vigila por medio
de cámaras de seguridad que interviene nuestras conversaciones telefónicas, que
nos sigue en nuestras labores cotidianas y que no va a tener pudor en actuar con
graves sanciones si él considera que estamos desviando el camino, todo en aras de
la paz y el orden. Que no nos asombre si el día de mañana se les sigue atribuyendo
aun más poderes a este superhéroe nuevo, que como el superhéroe de Marvel y
dios nórdico “Thor”, adquiere más poderes en la medida que más pelea, así mismo
el superhéroe gubernamental va adquiriendo más poder en la medida en que él
considere que exista mas delincuencia y la combata.
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Juan Rojas Palma
Sociólogo - La Serena
Hace unos tres años atrás o más, asistía al 8vo Congreso de Sociología, efectuado
en la Academía de Humanismo Cristiano. La temática era "el rol del sociólogo"...
asistí a ponencias y debates, todos muy interesantes, por lo demás. En el primer
día, en la tarde, había una ponencia del Colegio de Sociólogos de Chile... ellos
daban cuenta de sus actividades gremiales en orden cronológico... para mi
sorpresa en los años posteriores al fascista golpe del ‘73, el colegio se dedicó a
mantener la organización (que en dictadura ya es mucho, ¿no?...recuerden que la
Carrera de Sociología fue clausurada por los militares) y posteriormente a
regularizar diplomas y títulos obtenidos en el exilio y en el extranjero. Ahí estaba
junto a unos 500 estudiantes de sociología... unos preguntaban por la ética
profesional, otros cómo se adherían al colegio... y yo, que pregunté por los
Detenidos Desaparecidos, ejecutados y torturados en Villa Grimaldi, Londres 38 y
otros cuarteles de la muerte... ahí se me vino a la mente (y leí una lista) a Lumi
Videla, a Sergio Lagos, a Jorge Fuentes, también nombré Mauricio Jorquera, a
Claudio Jimeno y una veintena de jóvenes que dieron sus vidas por su
compromiso militante en la Sociología... claro el aplauso fue cerrado... la verdad de
las cosas que nunca he sentido aplausos más ajenos, debido a que entendí que
aplaudían a los compañeros que fueron asesinados por la sangrienta dictadura de
Pinochet.
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familiar... sin duda alguna. Un extraño sentimiento me recorre al alcanzar el titulo
de sociólogo, que deseaba estudiar en mi juventud... y se lo dedico, como acto de
Justicia, a quienes dieron sus vidas para siempre bajo tortura o entre la Noche y la
Niebla...
Hoy rememoro a los camaradas sociólogos que dieron la vida por un Chile Justo.
Febrero 2012
Contacto: REVISTACHICUADRADO@GMAIL.COM
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