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“EL ESPÍRITU SANTO NOS HACE MISERICORDIOSOS COMO EL PADRE”

El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia


hasta su consumación, por eso invitamos a todos los Jóvenes a vivir esta
experiencia por medio de la Celebración de Pentecostés. Aquí el amor de Dios
arderá con intensidad en la vida de la Iglesia y el Espíritu Santo con su gracia será
el "primero" que nos despierte en la fe y nos inicie en una vida nueva. La Iglesia
hoy siente la urgencia de anunciar la misericordia de Dios y por eso el llamado a
todos los cristianos a ser testigos veraces de la presencia amorosa de Jesús
Resucitado.

OBJETIVO

Vivir con los jóvenes una experiencia de amor y misericordia con Jesucristo, a
través de la acción del Espíritu Santo en esta Vigilia. Donde recibamos los dones
que Él tiene para nosotros y cada joven le pueda ofrecer la práctica de las obras
de misericordia, como muestra de su fe y de su compromiso eclesial.
PREPARATIVOS

 Se debe organizar el lugar elegido con un ambiente apropiado para la


oración y el encuentro con Dios en la Eucaristía.

 Se deben tener preparadas 7 cajas tamaño regular, las cuales irán forradas
y decoradas como un regalo. Sobre cada caja se pondrá el nombre de cada
uno de los dones del Espíritu Santo.

 De igual forma se organizarán 7 cajas, éstas deberán estar abiertas, con el


fin de que allí se puedan depositar unas hojas en el momento indicado.
Cada caja deberá llevar el nombre de una de las obras de misericordia.
Proponemos: orar por los difuntos, visitar a los enfermos, enseñar al que no
sabe, dar buen consejo, vestir al desnudo, dar de comer al hambriento,
consolar al triste.

 Se deberá tener lista la custodia y el Santísimo sacramento,


preferiblemente deberá estar expuesto desde antes de la actividad, sólo
que éste irá dentro de otra caja, está mucho más grande, la cual será
descubierta en el momento de la oración.

 Es necesario tener papel para escribir suficiente, de acuerdo al número de


participantes, lo mismo que lapiceros.

DESARROLLO DE LA VIGILIA

BIENVENIDA Y SALUDO

Se inicia la vigilia en el lugar acordado. Una vez reunidos los jóvenes iniciamos el
encuentro con un rato de animación musical.

Canto: Mosaico carismático.

Comentario inicial:

Queridos jóvenes Cristo Resucitado nos cumple hoy su promesa de enviarnos al


Espíritu Santo quien a través de sus dones guiará y acompañara nuestras vidas
hacia la felicidad plena. En el contexto del año de la misericordia no dice el Santo
Padre, Francisco que «El don precioso que el Espíritu Santo trae a nuestro
corazón es la confianza profunda en el amor y en la misericordia de Dios».

El Espíritu Santo lleva a que nuestras acciones estén dirigidas a la práctica de las
Obras de Misericordia Corporales y espirituales, por eso queremos invitarte a que
esta noche te dejes cautivar por el amor de Dios y abras la puerta de tu corazón
para que la presencia viva del Resucitado pueda posar en ti por medio de su
Espíritu Santo. Vivamos con fe este encuentro de fe.

Lectura Bíblica:

Invitamos a los jóvenes a sentarse y a escuchar con mucha atención la lectura de


la carta de San Pablo a los Corintios. Una vez se lee el texto bíblico se invita a
realizar una reflexión sobre los dones del Espíritu, y de manera particular, cómo
éstos se convierten en regalos que Dios da a los que se abandonan a su amor por
medio de la fe.

Lectura de 1Corintios 12, 1-13

En cuanto a los dones espirituales, no quiero, hermanos, que estéis en la


ignorancia. Sabéis que cuando erais gentiles, os dejabais arrastrar ciegamente
hacia los ídolos mudos. Por eso os hago saber que nadie, hablando con el Espíritu
de Dios, puede decir: "¡Anatema es Jesús!"; y nadie puede decir: "¡Jesús es
Señor!" sino con el Espíritu Santo. Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es
el mismo; diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; diversidad de
operaciones, pero es el mismo Dios que obra en todos. A cada cual se le otorga la
manifestación del Espíritu para provecho común, Porque a uno se le da por el
Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a
otro, fe, en el mismo Espíritu; a otro, carismas de curaciones, en el único
Espíritu; a otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de
espíritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, don de interpretarlas. Pero todas
estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en
particular según su voluntad. Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque
tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su
pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo. Porque en un
solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo,
judíos y griegos, esclavos y libres. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

Presentación de los dones del Espíritu Santo:

Terminada la reflexión, pasamos a un momento especial. Para esto sería bueno


que las luces del lugar estuvieran apagadas, solo una luz o un reflector iluminará
la presentación de cada don.

La presentación de los dones se realizará de la siguiente manera: un joven ingresa


con la caja de regalo que lleva el nombre de un don, y otro joven leerá la
explicación o reflexión del don. Luego cada caja se va poniendo en orden delante
de la caja grande que contiene el Santísimo sacramento.

Comentario a la presentación de los dones (regalos)


Queridos Jóvenes, Dios siempre cuida de nosotros y se preocupa por darnos todo
lo necesario para nuestra vida. A través de su Espíritu Santo, Dios creador y su
Hijo Redentor proveen al ser humano de todo aquello necesario para llevar una
vida conforme a su voluntad. Hemos escuchado con frecuencia los dones del
espíritu, ahora los invitamos a recibirlos como verdaderos regalos para nuestra
vida. Ellos son:

SABIDURÍA: Nos permite entender, experimentar y saborear las cosas divinas,


para poder juzgarlas rectamente. Es la gracia de poder ver cada cosa con los ojos
de Dios; ver el mundo, ver las situaciones, las ocasiones, los problemas, todo,
con los ojos de Dios. Deriva de la intimidad con Dios, de la relación íntima que
nosotros tenemos con Dios, de la relación de hijos con el Padre. Esto sin
embargo, no en el sentido de que tiene una respuesta para cada cosa o que lo
sabe todo, sino en el sentido de que «sabe» de Dios, sabe cómo actúa Dios,
conoce cuándo una cosa es de Dios y cuándo no es de Dios.

ENTENDIMIENTO: Por él nuestra inteligencia se hace apta para entender


intuitivamente las verdades reveladas y las naturales de acuerdo al fin
sobrenatural que tienen. Nos ayuda a entender el porqué de las cosas que nos
manda Dios. Es en cambio una gracia que sólo el Espíritu Santo puede infundir y
que suscita en el cristiano la capacidad de ir más allá del aspecto externo de la
realidad y escrutar las profundidades del pensamiento de Dios y de su designio de
salvación. Da la posibilidad de comprender una situación en profundidad como la
entiende Dios. Es el don con el cual el Espíritu Santo nos introduce en la intimidad
con Dios y nos hace partícipes del designio de amor que Él tiene con nosotros.

CIENCIA: Hace capaz a nuestra inteligencia de juzgar rectamente las cosas


creadas de acuerdo con su fin sobrenatural. Nos ayuda a pensar bien y a entender
con fe las cosas del mundo. Cuando se habla de ciencia, el pensamiento se dirige
inmediatamente a la capacidad del hombre de conocer cada vez mejor la realidad
que lo rodea y descubrir las leyes que rigen la naturaleza y el universo. La ciencia
que viene del Espíritu Santo, no se limita al conocimiento humano: es un don
especial que nos lleva a captar a través de la creación, la grandeza y el amor de
Dios y su relación profunda con cada creatura. Nos llevan a descubrir cómo cada
cosa nos habla de Él y de su amor. Por lo tanto nos hace ver la belleza de la
creación.

CONSEJO: Permite que el alma intuya rectamente lo que debe de hacer en una
circunstancia determinada. Nos ayuda a ser buenos consejeros de los demás,
guiándolos por el camino del bien. Es Dios mismo con su Espíritu, quien ilumina
nuestro corazón, de tal forma que nos hace comprender el modo justo de hablar,
de comportarse y el camino a seguir. En el momento en el que lo acogemos y lo
albergamos en nuestro corazón, el Espíritu Santo comienza inmediatamente a
hacernos sensibles a su voz y a orientar nuestros pensamientos, nuestros
sentimientos y nuestras intenciones según el corazón de Dios.

FORTALEZA: Fortalece al alma para practicar toda clase de virtudes heroicas con
invencible confianza en superar los mayores peligros o dificultades que puedan
surgir. Nos ayuda a no caer en las tentaciones que nos ponga el demonio. Libera
el terreno de nuestro corazón de la tibieza, de las incertidumbres y de todos los
temores que pueden frenarlo, de modo que la Palabra del Señor se ponga en
práctica de manera auténtica y gozosa. Nos da fuerza y nos libera también de
muchos impedimentos.

PIEDAD: Es un regalo que le da Dios al alma para ayudarle a amar a Dios como
Padre y a los hombres como hermanos, ayudándolos y respetándolos. Es un
vínculo que viene desde dentro. Se trata de una relación vivida con el corazón: es
nuestra amistad con Dios que nos dona Jesús, una amistad que cambia nuestra
vida y nos llena de entusiasmo, de alegría. Por ello, ante todo, el don de piedad
suscita en nosotros la gratitud y la alabanza. Es esto en efecto, el motivo y
el sentido más auténtico de nuestro culto y de nuestra adoración. Piedad es
sinónimo de auténtico espíritu religioso, de confianza filial con Dios, de esa
capacidad de dirigirnos a Él con amor y sencillez, que es propia de las personas
humildes de corazón.

TEMOR DE DIOS: Le da al alma la docilidad para apartarse del pecado por temor
a disgustar a Dios que es su supremo bien. Nos ayuda a respetar a Dios, a darle
su lugar como la persona más importante y buena del mundo, a nunca decir nada
contra Él. No significa tener miedo de Dios: sabemos bien que Dios es Padre que
nos ama y quiere nuestra salvación por eso nos perdona.

Una vez presentados todos los dones, siete jóvenes ingresarán portando un cirio o
vela encendida. Aún permanecen las luces apagadas. Mientras tanto se canta una
canción de acción de gracias.

Canto: “Que te puedo dar”.

EL ESPÍRITU SANTO, EL REGALO QUE EL PADRE Y EL HIJO DAN A SU


PUEBLO PARA SER MISERICORDIOSOS.

Terminado el canto, nos disponemos a presentarles el gran regalo de Dios, dentro


de él estará el Santísimo expuesto. Queda a creatividad de cada pastoral la
manera de dar apertura al regalo, bien sea por medio de varias personas, y con
efectos especiales como humo, luces, música etc.

Comentario a la apertura del gran regalo

Jóvenes, hemos visto hasta el momento como Dios nos muestra su amor y nos
otorga sus dones para poder ser fieles a su voluntad y al llamado que Él mismo no
hace. Ahora te invitamos a descubrir el gran regalo del Padre, su hijo Jesucristo,
quien a su vez nos prometió por medio de sus apóstoles el don de su Espíritu
Santo. Abandónate en las manos de Dios y deja que él te transforme.
Se inicia la apertura del gran regalo, mientras tanto se tiene música de fondo o se
puede cantar alguna canción eucarística. Una vez se descubra el Santísimo
sacramento cantamos un canto de adoración:

Canto: “Hazme como tú”.

Seguidamente realizamos una breve oración ante Jesús Eucaristía.

Nosotros también ofrecemos nuestros regalos: las obras de misericordia

En este momento se realiza la presentación de cada una de las 7 obras de


misericordia elegidas. Se hace de la misma manera que con la presentación de los
dones. Al finalizar la presentación de los dones se entrega una hoja a cada uno,
donde deberán poner un compromiso con una de las obras de misericordia.
Ejemplo: yo elijo orar por los difuntos, y pone en el papel el nombre del ser querido
por el que quiere orar... Luego se ofrecen nuestros regalos a Dios, las obras de
misericordia que proponemos.

Presentación de las obras de misericordia

ORAR POR LOS DIFUNTOS: A través de esta obra de misericordia, nosotros la


Iglesia terrena, ora por la Iglesia que se purifica para gozar de la plenitud celestial.
Es el compromiso que tenemos como seres humanos, y como creyentes de
ayudar a aquellos que ya han pasado en la eternidad y necesitan nuestra oración
para terminar su purificación. De igual manera, luego nosotros seremos el objeto
de la oración de quienes continúen en este mundo cuando ya estemos en la
eternidad.

VISITAR LOS ENFERMOS: Es una de las obras de caridad que más debemos
practicar. Ser conscientes de la realidad humana nos hace pensar en nuestra
condición frágil. Si bien muchas veces no podemos hacer nada por calmar el dolor
de los enfermos, nuestra presencia los alentará a seguir adelante en su
ofrecimiento a Dios del dolor y verán en nosotros el rostro de Dios que no los
abandona.

ENSEÑAR AL QUE NO SABE: No solo no sabe quién carece de formación


académica, muchos no conocen la fe, no conocen como vivir de acuerdo a la
voluntad de Dios, o sencillamente ignoran algo necesario de la vida cotidiana.
Estar atentos a resolver dudas, a brindar una respuesta oportuna a quien lo
necesita nos hace ser verdaderos maestros y no olvidar que enseñamos mucho
más con nuestro ejemplo.

DAR BUEN CONSEJO: Esta obra de caridad, nos hace tomar la condición de
personas que poseen el don de la sabiduría o del consejo. Muchos pueden venir a
nosotros a encontrar respuesta a alguna inquietud o dificultad de sus vidas y
esperan de nuestros labios la palabra oportuna para saber actuar. Daremos buen
consejo cuando seamos el reflejo de Dios en cada uno de nuestros días.

VESTIR AL DESNUDO: No solo está desnudo quien carece del vestido para su
cuerpo. Esta desnudo quien no posee dignidad, quien no posee razones para vivir.
Vestiremos al desnudo cuando compartamos lo nuestro con los demás, cuando
devolvamos la fama y dignidad aquellos que por cualquier circunstancia lo han
perdido. Vestiremos al desnudo cuando veamos en el otro el rostro de Cristo
clavado en la cruz implorando misericordia.

DAR DE COMER AL HAMBRIENTO: Sin duda alguna el alimento es una de las


necesidades más básicas de la vida del ser humano. Seremos misericordiosos
cuando demos algo de nuestro pan a quien no lo tiene, pero seremos mucho más
misericordiosos cuando podamos ofrecer un buen empleo, una oportunidad para
salir adelante, para estudiar, para progresar, a aquel que carece de los recursos
necesarios para satisfacer sus necesidades.

CONSOLAR LA TRISTE: No solo esta triste quien ha perdido algo o a alguien.


Esta triste quien perdió el sentido de su vida, quién no encuentra motivos para
seguir peregrinando en este mundo. Consolar al triste es brindar no solo una voz
de aliento, es dar nuestra presencia a quien solo necesita a alguien cerca para
llorar, para hablar, para expresar su tristeza y dolor.

Terminada la presentación de las obras de caridad, invitamos a los jóvenes a


escribir sobre una hoja una intención de práctica de una o varias de las obras de
caridad. Luego el papel será depositado en la respectiva caja de la obra de
misericordia elegida.

Canto: Al Espíritu Santo.


Oración al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego
de tu amor; envía Señor tu Espíritu Creador y se renovará la faz de la tierra.
OH Dios, que quisiste ilustrar los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu
Santo, concédenos que, guiados por este mismo Espíritu, obremos rectamente y
gocemos de tu consuelo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Bendición con el Santísimo

Cantos mosaico.

Comentario final:
Jóvenes, en esta noche hemos descubierto los regalos que Dios nos da con
frecuencia y con ellos queda nuestro compromiso de devolver algo de los que el
mismo Dios nos da a diario. Practicar la misericordia no es cuento que sea moda o
solo para personas mayores o desocupadas. La misericordia es algo que a diario
debemos practicar. En la medida que seamos misericordiosos, con nosotros
también tendrán misericordia. Gracias por haber participado en esta vigilia y que
Dios los bendiga siempre.

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