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Justicia Climática y Comercio Justo desde la Perspectiva de los Jóvenes

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aproximadamente el 20% de la población del mundo. “Mientras un ciudadano medio


estadounidense genera 6 toneladas/año de carbono o un europeo occidental 3 toneladas/año,
un habitante de la India no alcanza todavía las 0.5% toneladas. Es decir que, el 20% de la
población mundial se ha apropiado y continúa apropiándose unilateralmente de un servicio de
la naturaleza al que todos los seres humanos tienen igual derecho 34”.

En lo que respecta a la deuda de carbono que han acumulado los países del G-8 al Sur, esta
equivale aproximadamente a US$ 13 y 15 billones de dólares.

Al mismo tiempo que los países del Norte, las corporaciones y los individuos enriquecidos, han
consumido más de su cuota de espacio atmosférico de la tierra, han también empujado
políticas e intervenciones en el Sur que han sido destructivas para el medio ambiente. Han
contribuido de manera desproporcionada a las causas y consecuencias del cambio climático y
como tal deben hacer cortes obligatorios en sus emisiones y pagar por el costo de mitigación y
las necesidades de adaptación de los demás. Hay que denunciar que los países del Norte
pretenden garantizar el "espacio político" que necesitan para seguir aumentando su deuda
ecológica con la naturaleza y los pueblos del Sur, esto es una manera que claramente debe ser
denunciado como una forma de neo-colonización climática.

Por todo lo dicho anteriormente debemos reconocer el papel que el sistema económico
mundial ha jugado en el creciente endeudamiento de nuestros países, en contubernio con las
clases de poder locales, y en la acumulación de deuda Climática y ecológica. Desde la era
industrial los países del Norte han venido contaminando, agotando su “espacio político
atmosférico” y contaminando otros espacios atmosféricos, en su afán de “Desarrollo”, de
dominio y expansión político económico y militar. Las IFI’s han sido su punta de lanza, los
Ajustes Estructurales, las condicionalidades y los tratados de Libre comercio.

3. DEUDA ECOLÓGICA, JUSTICIA CLIMÁTICA, 35 E IFIS.

La Justicia Climática y la Justicia Ecológica son hermanas. No podemos hablar de una sin tener
presente la otra, ya que son dos niveles de una misma lucha. A la vez, la lucha por la Justicia
Ecológica hace referencia a una realidad de injusticia, la Deuda Ecológica.

A. ¿Qué es Deuda Ecológica?

En palabras de Acción Ecológica de Ecuador: “Es la deuda acumulada por los países industriales
del Norte, sus instituciones, las élites económicas y sus corporaciones hacia los países y pueblos

34
Ibídem, Pág. 8
35
Las siguientes consideraciones han sido tomadas fundamentalmente del documento, Jubileo Sur, “Sur, Soberanía y dignidad:
No somos deudores, somos acreedores”. Quito, mayo del 2008.

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del Sur a causa del saqueo de los recursos naturales, los daños ambientales y la ocupación
gratuita del espacio ambiental para depositar desechos, tales como los gases de efecto
invernadero… a través de procesos de extracción de recursos naturales, relaciones comerciales
ecológicamente desiguales que externalizan los costos ecológicos, la apropiación de
conocimientos tradicionales… 36.

Aunque a veces se limita la Justicia Climática al pago de la deuda Climática por quienes la
provocaron, nosotros como jóvenes, en términos más amplios, creemos que tanto la Justicia
Climática como la Justicia Ecológica no se deben abordar solamente desde el punto de vista
climaticista, ni mercantilista, como algunos hacen para que no se noten las profundas
implicaciones a las que apuntan estas luchas, que al fin es una sola, sino como indica el término
que las implica “JUSTICIA”, debe de traspasar desde la perspectiva monetaria, pasando por la
perspectiva social, política y económica, hasta llegar a perspectivas integradoras como la
cultural, de género y espiritual. Para esto hay que estar conscientes que los daños causados a
nuestros pueblos por parte de los países del Norte son tan amplios y profundos que no
debemos temer ampliar nuestro horizonte de análisis.

B. Comercio Clásico y Acumulación de Deuda Ecológica

El comercio no es un ente independiente de las políticas e ideologías de turno. Es una farsa la


“desregulación del Estado”, ya que el comercio internacional está dirigido por los gobiernos
mundiales más poderosos a través de su poderosa incidencia en las IFIs. En ese sentido
“desregulación” significa “alineación”.

El sistema de comercio internacional forma parte de un sistema político de carácter


hegemónico ideado en beneficio de sus mismos artífices, el Norte Global y su cúpula.

El ser humano no es pensado ni valorado por su intrínseca dignidad y en relación a su hábitat,


sino que su valor se determina (ya que para el mercado todo tiene un valor cuantificable) en
relación al mercado. Cuánto consumes, eso es lo que vales, cuánto beneficio le dejas al
mercado, eso es lo que cuenta. El mercado como está pensado es excluyente, ya que toda
aquella persona que no trae valor agregado al mercado es “desechado”. Por otro lado el
mercado y su imagen casi “divina”, une alrededor de sí muchos y múltiples adoradores que se
alinean sin importar color, raza, idioma, etc., solo contando el factor “consumo”.

Como hemos visto el sistema económico internacional y su élite del Norte, es el mayor
responsable por la deuda Climática y Ecológica. El mercado, que responde a la lógica del
sistema político económico internacional, a través de su modo de producción y
comercialización donde solo cuenta mayor producción para generar mayores ganancias,

36
Jubileo Sur, Págs. 18-19.

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creando toneladas de desechos sólidos, liquidas y gaseosos, ha sido en los últimos años la
forma acelerada de contaminación mundial.

De ahí que la producción y consumo del mercado esté ideado desde los anti-principios de la
“INJUSTICIA y la INEQUIDAD”

Veamos algunas formas de cómo el comercio injusto a través de su modo de producción ha


causado daños y deudas en los pueblos del Sur.

En el proceso de producción agrícola por ejemplo[…] “los plaguicidas destruyen la capa de


ozono donde todos resultamos afectados, también por ingerir alimentos y aguas contaminadas,
porque a los mercados llegan los alimentos con residuos y pueden ser cancerígenos 37 […]

Esta determinado científicamente la relación entre el deterioro de la capa de ozono y […] “el
incremento de los desastres climáticos [que] destruye más las economías campesinas como
pasó con el Mitch y otros huracanes 38”.

En el caso del agua se calcula que el 74% de las aguas de consumo humano es para la
producción de cultivos, más o menos un 18% para hidroeléctricas y otros usos industriales y
solamente un 8% del agua está siendo consumida de forma doméstica 39.

Por eso es importante resistir a las iniciativas de privatización del agua que las empresas
transnacionales y los gobiernos del Norte, a través de Tratados de Libre Comercio tales como
DR-CAFTA con los EE.UU y el AdA con la UE.

Los costos del modelo de producción tradicional son muy altos. Estimaciones recientes revelan
que los costos por “el envenenamiento por plaguicidas en humanos en América Latina por año:
$ 130, 889, 000.000 40”.

Si esto es correcto solo hagamos cuenta de la mega-deuda que significa en términos


monetarios si multiplicamos esta cantidad por todos los años que las empresas transnacionales
han contaminado. Sin contar otras externalidades del modelo de producción actual, que no son
tanto fallos del mercado o de los gobiernos, son más bien éxitos en transferir costos.

En el caso de Nicaragua, la cría de tilapia por una empresa Noruega ha causado impactos
irreversibles, o el caso de Nestlé que acumula solo ganancias, porque mientas pagaban $60 por

37
Jubileo Sur, “Sur, Soberanía y dignidad: No somos deudores, somos acreedores”. Quito, mayo del 2008, pág. 62
38
Ibídem, Págs. 62
39
Ibídem, Págs. 63
40
Ibídem, Págs. 64

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quintal de café, Nestlé ganaba 10 mil dólares, solo por tostarlo o distribuirlo en los mercados
europeos. Este es un caso de intercambio desigual 41.

Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, estamos de acuerdo que la propuesta debe de ser
un cambio de modelo de producción, de conservación de la biodiversidad, de manejo orgánico
de los suelos, con rotación y asociación de cultivos. “Consideremos que una verdadera
propuesta agroecológica es integradora, porque no solamente tiene que ver con las propuestas
técnicas para la producción, sino también con el aspecto y respeto culturales, el respeto a los
hábitos alimenticios, el respeto a los seres humanos, a la comunidad, a la familia, resalta el
papel de mujer y niños, pues es de todos y todas la decisión de cómo manejar el sistema de
producción”.

C. Justicia Climática y Deuda Ecológica desde la Perspectiva de Género

Queremos abordar el tema de la Justicia Climática de una manera más global y holística. Este
tema no solo tiene que ver con problemas climáticos sino también políticos, económicos,
sociales y culturales. La Justicia Climática nos traslada a un nuevo nivel de lucha, como se dijera
en la declaración de la Asamblea por la Justicia Climática, celebrada durante el Foro Social
Mundial en febrero 2009, en Belem (Brasil), “[…] Las luchas por la justicia climática y la
justicia social son una sola. Son las luchas por los territorios, las tierras, los bosques, el agua, por
la reforma agraria y urbana, la soberanía alimentaria y energética así como por los derechos
de las mujeres y de las y los trabajadores. Las luchas por la igualdad y la justicia para los
pueblos indígenas, para los pueblos del Sur global, las luchas por la redistribución de la
riqueza y por el reconocimiento de la deuda ecológica e histórica de los países del Norte”. 42

Por eso en el abordaje de la Justicia Climática no puede dejar de lado un tema tan acuciante
como es el de género. Partimos del supuesto de que el sometimiento y explotación de la
naturaleza va aparejada a la de la mujer, en cuanto expresión socio-cultural de lo femenino.
Injusticia Climática e Injusticia de Genero van de la mano.

Este tipo de aparejamiento de injusticias, la Climática y la de Género, resulta de una visión


dualista del mundo y de un sobredimensionamiento de lo masculino en detrimento de lo
femenino.

41
Sur, Soberanía y dignidad: No somos deudores, somos acreedores. Quito, mayo del 2008.
42
Declaración de la Asamblea por la Justicia Climática. Belem, Brasil, 1 de febrero de 2009. http://alainet.org/active/28843

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