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Estructuras Enterradas en Suelos-Linares 2003-UG PDF
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Por último, cabe mencionar otra posible clasificación de este tipo de obras, que no
es otra que la que las divide en rígidas y flexibles. Los criterios sobre la base de los
cuales se puede establecer la citada división no son demasiado claros, más aún si
(como más adelante se explicará) el comportamiento de una estructura como rígida
(admite pocas deformaciones) o flexible no depende sólo de las características de ésta,
sino también del medio en que se halle inserta y de otros condicionantes. No obstante,
y de modo general, se puede afirmar que las estructuras de hormigón pueden ser
consideradas como rígidas, las de fundición y acero de espesor notable como
semirrígidas, y el resto como flexibles.
16.2. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y CONDICIONANTES PARA EL DISEÑO Y
CÁLCULO DE ESTRUCTURAS ENTERRADAS.
a) Terreno de cimentación.
Las estructuras enterradas se cimientan por lo general de forma directa, por medio
de zapatas corridas (en el caso de los pórticos), losas (en los marcos y bóvedas
cerradas) o apoyo directo sobre el terreno natural o previamente tratado (tubos). Sólo
en contadas ocasiones se recurre a una cimentación profunda de este tipo de
estructuras, siendo en todo caso preferible analizar previamente la posibilidad de llevar
a cabo un tratamiento de mejora de las características del terreno subyacente que
posibilite la cimentación directa.
Los parámetros geotécnicos del terreno que subyace a las estructuras enterradas a
tomar en consideración en su diseño son los siguientes:
• Capacidad portante.
• Deformabilidad.
Este parámetro incide muy directamente en los esfuerzos a resistir por parte de
las cimentaciones flexibles (losas de marcos o bóvedas cerradas), siendo por tanto
necesario establecer un modelo de interacción suelo-cimiento adecuado para el
cálculo de los citados esfuerzos. La modelización más sencilla y recomendada es la
propuesta por Winkler, que se basa en representar el comportamiento del terreno
frente a las acciones que le transmite la estructura por medio de una serie de
resortes cuya rigidez es la determinada según la siguiente fórmula:
R=K⋅A
Donde:
R = Rigidez del resorte, es decir, fuerza a aplicar al mismo para que éste
experimente una deformación unitaria (t/m).
K = Módulo de balasto (t/m3).
A = Área del terreno representada por el resorte (m2).
• Estratificación.
En el entorno que rodea a toda obra enterrada, al terreno que la rodea lateral y
superiormente se le denomina terreno de relleno, por cuanto ocupa una zona que ha
debido ser previamente excavada o que se encontraba en superficie, siendo rellenada
con tierras tras la ejecución de la estructura.
Los materiales empleados para la elaboración del relleno adyacente a la obra son,
tal y como ya se ha mencionado, parte principal en el comportamiento estructural de la
misma, no solo por constituir a menudo las solicitaciones principales del modelo sino
por ser el transmisor de todas las acciones exteriores transferidas al mismo. Es así muy
importante el peso especifico del terreno utilizado (γ), cuya magnitud es de directa
influencia, pero también otras características del mismo como el ángulo de rozamiento
interno (ϕ), el coeficiente de Poisson (υ) y el modulo de deformabilidad (E), son
esenciales en cuanto a la magnitud y distribución de las cargas.
se “cuelga” de la obra
he
Una forma de
caracterizar la rigidez
del sistema cimiento-
relleno, es mediante un
parámetro llamado
h
razón de asiento,
he
propuesto por Marston.
Se define la razón de
asiento (ra) de un
elemento enterrado
como el cociente entre
el asiento diferencial de
la clave del mismo
respecto a un punto
16.4: Deformación del terreno circundante a obra rígida adosado a su mismo
en caso de cimiento flexible. nivel y el acortamiento
de la capa de terreno
comprendida entre los niveles de clave del elemento y del terreno natural:
(a1 + a4 ) − (a3 + aE )
ra =
a1 + a4
Donde:
PLANO CRITICO PLANO CRITICO
SIN CARGA CARGADO
Cuando el sistema
es totalmente rígido, ra
= 1, mientras que
TERRENO NATURAL TERRENO NATURAL
CARGADO SIN CARGA cuando es muy flexible,
16.5: Parámetros para la determinación de la razón de ra < 0.
asiento.
16.2.2. RIGIDEZ DE LA ESTRUCTURA.
1,0 A........................40
C
B......................100
C......................400
sustancial la distribución de presiones
0,6
horizontales y verticales a los que la
0,2 σx (Kg/cm²)
obra se ve sometida, de modo que
0 0,4 0,8 1,2 dichas presiones son tanto más
uniformes cuanto más rígida es la
estructura, tal y como se puede apreciar
en la figura 16.6, en la que se han
representado las curvas de distribución
A B C de presiones horizontales y verticales
para tres tubos de diferente relación
diámetro/espesor (según Prakash et al.).
1,2
A
vertical, con el consiguiente
1,6 alargamiento del diámetro horizontal).
Como norma general, por razones
2,0 funcionales, se suele adoptar una
16.6: Distribución de tensiones deformación máxima unitaria (razón
verticales y horizontales en tuberías entre el incremento del diámetro exterior
enterradas de distinta flexibilidad. y el propio diámetro) en torno al 5%.
Las tuberías así instaladas son aquellas en las que la cota de la generatriz superior
se encuentra por encima de la rasante del terreno primitivo. Suelen ser denominadas
exentas o de proyección positiva, y por lo general sobresalen del nivel superior del
terreno natural (base del terraplén) una distancia comprendida entre el 75% y el 85%
de su diámetro exterior.
b) Instalación en zanja.
TERRAPLEN
hr
hr
h"r
BASE DEL TERRAPLEN
De De
TERRAPLEN
En los casos en los que se construye una estructura enterrada sobre un curso de
agua, es muy recomendable extender el sistema de drenaje también a la solera, pues
pueden aparecer subpresiones que conviene evitar.
HIPOTESIS:
Pn
3m
.
4,5m
R=
2m 3m.
R R=
m.
R = 1,5
1m
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9
B
Sobrecarga excentrica de maquinaria (t/m²)
Las deformaciones a las que puede ser sometida una estructura lineal enterrada
debido a los movimientos sísmicos son de tres tipos: compresiones y tracciones axiales
(provocadas por los componentes de las ondas sísmicas que generan movimientos
paralelos al eje longitudinal de la obra), flexiones longitudinales (debidas a ondas
perpendiculares a las anteriores) y distorsiones de la sección transversal
(deformaciones ovalizantes en el caso de secciones circulares), debidas a ondas de
cizalla que se transmiten perpendicularmente al eje longitudinal de la obra,
especialmente en dirección vertical. Los dos primeros tipos de deformaciones solicitan
a la estructura longitudinalmente, y su importancia se reduce al acortarse la longitud
continua de estructura expuesta (bien porque la obra sea de poca extensión, bien
porque se disponen juntas que independizan el comportamiento en esta dirección de
varios segmentos de la misma). El tercer tipo de deformación solicita a la sección
transversal de la obra.
Por todo ello, sobre la base de la experiencia, y dado que las aceleraciones
sísmicas que se pueden presentar en España son limitadas, se puede afirmar que para
el proyecto de la gran mayoría de las estructuras enterradas, la situación accidental de
sismo, en los casos en que ha de ser considerada, es menos desfavorable que las
situaciones de cálculo persistentes o transitorias.
Así por ejemplo, las obras construidas con hormigón armado son susceptibles de
ser dañadas por sustancias como los ácidos (que al reaccionar con una sustancia
alcalina como el hormigón, producen pérdidas de material), los sulfatos (que
reaccionan con ciertos componentes del hormigón, generando efectos expansivos y
agrietamientos) o los cloruros (que corroen la armadura de acero). A fin de preservar
las cualidades del material frente a los citados ataques, se habrá de recurrir a utilizar
cementos especiales (sulforresistentes), cuidar la dosificación del hormigón
(estableciendo un mínimo contenido de cemento y una máxima relación
agua/cemento), proporcionar un recubrimiento mínimo adecuado a las armaduras de
acero y limitar la fisuración de los elementos en servicio.
Este fenómeno podría tener importancia, por ejemplo, en largas obras de paso o de
drenaje de reducida sección transversal emplazadas bajo terraplenes de autovías y
sobre cimiento compresible, debido a que la zona central de dichas estructuras
(emplazada bajo una altura mayor de tierras) está sometida a cargas verticales muy
superiores a las que han de soportar los extremos. Para controlar la magnitud de las
flexiones, se recurre a disponer juntas que dividan la obra longitudinalmente en varios
segmentos, cuyo comportamiento longitudinal es independiente.
16.3. CÁLCULO PRÁCTICO DE LOS DISTINTOS TIPOS DE ESTRUCTURAS
ENTERRADAS.
Son objeto de este apartado obras tales como falsos túneles, pórticos, arcos,
marcos y bóvedas que pueden constituir las obras de paso o grandes obras de drenaje
de las obras lineales de infraestructura, esto es, todas aquellas estructuras que no
pertenecen al grupo de las conducciones.
P1 = W1 + ( p * + q * + r ) ⋅ B
Donde:
W1
T1 T1
D
P1
TRASDOS T T Z
(cuña de transición)
H
E E
Rv
El peso de las tierras sobre la vertical del techo es conocido también como carga
geostática y se puede estimar mediante la expresión:
W1 = γ ap ⋅ B ⋅ D
Donde:
γap = Peso específico aparente medio del relleno de tierras entre la superficie y
la profundidad D.
B = anchura del techo de cálculo de la obra de fábrica enterrada.
D = Profundidad techo de cálculo de la obra de fábrica enterrada.
Las cargas sobre la superficie del terreno, ya sean presiones debidas a cargas
uniformes (p) o a cargas puntuales (Q), producen sobre el plano del techo una fuerza
que puede calcularse en general mediante la teoría de la elasticidad suponiendo que el
terreno es homogéneo isótropo y elástico e ignorando la perturbación tensional que
induce la presencia de la estructura enterrada. Existen criterios prácticos que
proporcionan la carga distribuida correspondiente a determinados vehículos en función
del espesor de la capa de tierras suprayacente; así, para el carro de 60t definido en la
Instrucción IAP, Jiménez Salas (ver [16.1]) propone las sobrecargas equivalentes
recogidas en el cuadro 16.12. En pasos inferiores, para espesores de tierras sobre el
techo menores de unos 0.8 m en el caso de carreteras y de unos 1.5 m en el caso de
vías férreas, habrá de considerarse la actuación directa de las cargas concentradas
debidas a vehículos pesados.
COBERTURA D (m) 0.80 1.00 1.50 2.00 2.50 3.00 3.50 4.00 4.50
SOBRECARGA
3.30 3.00 2.30 1.90 1.60 1.40 1.20 1.10 1.00
EQUIVALENTE (t/m2)
A
p* = p ⋅
A+ D
Donde:
2Q
q* = Para D > B
π D2
Donde:
W1
r = (λ − 1) ⋅ = (λ − 1) ⋅ γ ap ⋅ D
B
Donde:
1.8
1.6
λ 1.4
1.2
0.8
0 1 2 3 4 5
r0
Siendo:
D Et
f = 1+ ⋅ (factor adimensional)
H Er
1 r
Δs1 = ⋅ ⋅ D
2 Er
⎛ H ⎞ H H
Δs2 = γ ap ⋅ ⎜ D + ⎟⋅ − r ⋅
⎝ 2 ⎠ Et Et
1
T1 < γ ap D 2 ⋅ K o ⋅ tgδ
2
Donde:
Tomando como valor aproximado del producto K o ⋅ tgδ = 0,3 se obtiene el valor
máximo de “r” indicado en el texto:
2 ⋅ T1 D2
rmax = = 0,3 ⋅ γ ap ⋅
B B
La cuantificación de la sobrecarga debida al fenómeno de rozamiento negativo
posee una gran incidencia sobre el dimensionamiento de este tipo de estructuras, ya
que tal y como ya se ha argumentado, la carga debida al peso de las tierras es en no
pocas ocasiones la más desfavorable de cuantas solicitan a éstas. Para llevar a cabo
una comparación entre los dos métodos expuestos para la determinación del fenómeno
de rozamiento negativo antes descritos (según la norma DIN 1072 o según la Guía de
cimentaciones en obras de carretera), se puede hallar el coeficiente de mayoración de
cargas geostáticas (factor por el que hay que multiplicar la presión sobre el dintel
debido al peso del terreno para hallar la presión total a considerar) según uno u otro
procedimiento:
r + W1 / B
λ=
W1 / B
C O EF I C I EN T ES D E M A Y O R A C IÓ N D E C A R G A G EOST Á T IC A
1 .900
1 .800
1 .700
1 .600
1 .500
DIN 1072
1 .400 GUÍA CIMENTACIONES
1 .300
1 .200
1 .1 00
1 .000
0.00 5.00 1 0.00 1 5.00 20.00 25.00 30.00 35.00 40.00
A lt ur a d e t ier r as ( D , en m)
1 .800
1 .700
1 .600
1 .500
DIN 1072
1 .400
GUÍA CIMENTACIONES
1 .300
1 .200
1 .1 00
1 .000
0.00 5.00 1 0.00 1 5.00 20.00 25.00 30.00 35.00 40.00
A l t ur a d e t i er r as ( D , en m)
Además de las cargas exteriores descritas, para el cálculo de esfuerzos hay que
tener en cuenta también la actuación del peso propio de la estructura, que solicita a
flexión el dintel del mismo modo que aquéllas. En el modelo de cálculo empleado,
todas estas cargas verticales serán introducidas como cargas uniformemente
repartidas sobre el dintel (siendo por tanto sus unidades t/m).
presiones verticales en el
terreno situado a dicho nivel y
de un coeficiente de empuje
z Kh. El valor Kh, dependerá en
cado caso de las condiciones
K oγap(D+z)
de deformabilidad de la
estructura; en el caso de
estructuras rígidas como las
descritas en este apartado, se
adopta Kh = K0 (coeficiente de
empuje al reposo).
16.16: Ley de presiones horizontales sobre los hastiales
de una estructura enterrada debido al peso de las tierras
adyacentes.
La determinación de este parámetro es compleja, si bien en la práctica, para suelos
granulares y arcillosos normalmente consolidados, puede tomarse como:
K 0 = 1 − senϕ´
La resultante del empuje horizontal en cada uno de los hastiales se halla según la
siguiente fórmula:
H
E = ∫ ⎡⎣γ ap ( D + z ) + p * + q *⎤⎦K o ⋅ dz
0
¾ Cargas interiores.
Se refiere este apartado a las cargas derivadas del tráfico interior de la estructura
en los casos de obras de paso y a las transmitidas por el agua que transita por entre la
sección transversal de las obras de drenaje. Estas acciones sólo actúan sobre las
estructuras enterradas cerradas inferiormente (marcos y bóvedas), y son de naturaleza
variable.
Las acciones de naturaleza hidráulica así como la mayor parte de las originadas por
el tráfico interior, no originan esfuerzos de consideración en las estructuras cerradas,
por cuanto se transmiten prácticamente de modo directo al terreno de cimentación,
representado en los modelos estructurales por medio de resortes, con lo que tan sólo
provocan un incremento de la presión sobre dicha cimentación. Aún en el caso de que
se generen algunos esfuerzos en la solera a causa de estas cargas (en cimientos muy
blandos), éstos serían opuestos y de menor entidad que los generados por las cargas
de tierras, con lo que no serían considerados en las hipótesis de combinación de
acciones más desfavorables para la estructura.
Son objeto del presente apartado las tuberías de hormigón que materializan los
caños y obras de drenaje transversal de pequeñas dimensiones incluidas en obras
lineales de infraestructuras, así como las tuberías rígidas empleadas en redes de
abastecimiento, saneamiento y drenaje.
Como muestra del procedimiento a seguir para el cálculo mecánico de este tipo de
obras, se describe a continuación el correspondiente a tubos prefabricados de
hormigón en masa, hormigón armado y hormigón con fibra de acero, para
conducciones sin presión (definido en la norma UNE 127 010 EX). El empleo de este
tipo de conducciones es generalizado hoy día, debido a la industrialización de su
producción, su economía y a las cualidades del material con que se fabrican. La base
del procedimiento de comprobación es muy similar para el resto de las estructuras
recogidas dentro de este grupo, siendo no obstante preciso recurrir a la normativa
específica de cada uno.
Siendo:
TUBO DE HORMIGÓN
ARMADO
VALORES DE qd TUBO DE HORMIGÓN EN
O CON FIBRAS DE ACERO
(kN/m2) MASA
≤ 60 CLASE N CLASE 60
60 < qd ≤ 90 CLASE N CLASE 90
90 < qd ≤ 135 CLASE R CLASE 135
135 < qd ≤ 180 - CLASE 180
Siendo:
qr = C ⋅ γ r ⋅ hr ⋅ b
Donde:
Las fórmulas para determinar el coeficiente de Marston son diferentes para cada
uno de los tipos de instalación, y depende del tipo de relleno, de su espesor, de la
geometría de la zanja o el terraplén y de las dimensiones del tubo. En [16.4] se pueden
hallar los valores tabulados de cargas de relleno a considerar para los distintos tipos de
instalación.
Para conducciones emplazadas bajo carreteras, la norma UNE prevé tres tipos de
vehículos: eje simple de 7 t, eje simple de 13 t y carro de tres ejes de 60 t. En el artículo
A6 del citado texto normativo se recogen los valores tabulados a considerar para cada
tipo de carga en función de las dimensiones del tubo y del espesor de relleno sobre él,
considerando que una carga aplicada sobre la superficie del terreno se transmite en
profundidad según un tronco de pirámide cuyas caras laterales forman un ángulo de
35º con la vertical.
0.33v
Ci = 1 +
100
• Cargas puntuales.
qu = qs ⋅ e 2 λμ ´hr / b
Siendo qs la carga por metro de longitud y el resto de parámetros los ya definidos
en formulaciones anteriores.
• Cargas de compactación.
2P
qc = α ⋅ ⋅D
π ⋅ hr e
Donde:
Este parámetro fue definido por Spangler, quien determinaba la carga soportada
por un tubo multiplicando la carga de rotura en el ensayo de tres aristas (consistente en
apoyar el tubo en dos generatrices inferiores y someterlo a una carga creciente
aplicada a lo largo de su generatriz de clave) por el factor de apoyo.
Una vez determinadas todas las cargas actuantes, así como el tipo de instalación a
disponer, se está en condiciones de determinar la clase resistente exigible a un tubo de
dimensiones prefijadas sobre la base de los requerimientos hidráulicos a satisfacer por
la conducción.
FACTORES DE APOYO EN ZANJA Y ZANJA TERRAPLENADA
APOYO EN HORMIGON EN MASA ƒCK 15N/mm²
RELLENO
RELLENO SELECCIONADO
COMPACTADO SIN COMPACTAR
95% P.N.
30 cm 30 cm
1/2 De
c
c
Fap = 4,0 Fap = 3,0
RELLENO
RELLENO SELECCIONADO
COMPACTADO SIN COMPACTAR
95% P.N.
30 cm 30 cm
1/4 De
1/4 De
HORMIGON HORMIGON
120° 120°
c
c
Fap = 2,8 Fap = 2,2
RELLENO RELLENO
COMPACTADO SELECCIONADO
95% P.N. SIN COMPACTAR
30 cm 30 cm
1/6 De
1/6 De
90° 90°
HORMIGON HORMIGON
c
16.19: Factores de apoyo para tuberías de hormigón armado instaladas en zanja o zanja
terraplenada apoyadas en cama de hormigón en masa. Fuente: Norma UNE 127 010 EX
“Tubos prefabricados de hormigón en masa, hormigón armado y hormigón con fibra de
acero, para conducciones sin presión” (1995).
APOYO GRANULAR
30 cm 30 cm
MATERIAL GRANULAR
COMPACTADO
95 % P.N.
1/2 De
c
c
Fap = 2,1 Fap = 1,9
RELLENO
SELECCIONADO
RELLENO
SIN COMPACTAR
COMPACTADO
95 % P.N.
hr
1/6 De
MATERIAL GRANULAR MATERIAL GRANULAR
COMPACTADO COMPACTADO
90° 90°
95 % P.N. 95 % P.N.
c
c
Fap = 1,7 Fap = 1,5
RELLENO
FINO
hr
> hr/8
< 15cm
VALORES DE c (cm)
D (m)
TERRENO
< 0,7 0,7 a 1,5 > 1,5
SUELO 8 10 15
ROCA 15 23 30
Fap = 1,1
La complejidad del problema hace que las escasas teorías disponibles (Marston,
Spangler, etc.) constituyan simplificaciones ajustadas a una experimentación
necesariamente limitada. Actualmente se están consiguiendo considerables avances
con los métodos de elementos finitos y ensayos de estructuras instrumentadas pero los
resultados son aún difícilmente generalizables. Sin entrar en una prolija discusión
teórica acerca de los métodos de cálculo a emplear y del comportamiento de la
estructura frente a las cargas que las solicitan, se describen en el presente apartado las
prescripciones de índole práctica recogidas en la normativa técnica de aplicación para
la comprobación mecánica de las conducciones de polietileno y policloruro de vinilo.
Para otros materiales que se pueden considerar como flexibles, pero que no son
expresamente el PE ni el PVC, la norma no especifica su posible aplicación. No
obstante, el procedimiento descrito sirve perfectamente para esos otros materiales
flexibles sin más que disponer de todos los datos necesarios del tubo que se solicitan
en la norma.
Los datos que se necesitan para realizar el cálculo obedecen por un lado a las
características del tubo, y por otro lado a las del terreno de cimentación y a las
condiciones de relleno.
En cuanto a las características del tubo, hay que mencionar que la determinación
del diámetro interior o el espesor de pared, dependen más del cálculo hidráulico que de
la comprobación de cargas. Sin embargo, hay otros valores que sí que son específicos
del cálculo mecánico, como la rigidez estructural del tubo. Aunque no es el caso del
PVC y del PE, casos en los que la rigidez estructural del tubo viene dada, hay otro tipo
de materiales, como por ejemplo el poliéster reforzado con fibra de vidrio (PRFV) en los
que se puede elegir el valor de este parámetro. Se puede afirmar que cuanto más
rígida sea la conducción mejor se comportará frente al esfuerzo mecánico externo en
igualdad de condiciones, aunque como ya se ha mencionado, éste no es el único
parámetro a considerar.
En la zona alrededor del tubo, desde la base hasta la clave, la interacción del tubo
flexible con el terreno es muy importante para su resistencia mecánica. En esta zona
interesa que el terreno contrarreste la carga que se transmite a través del tubo, debido
a su deformación. Cuanto más cohesivo es el terreno, menor empuje ejerce sobre el
tubo, debido a su menor peso especifico. Es por ello que, para esta zona, también se
recomienda un terreno granular con un buen grado de compactación. No obstante, la
utilización de otro tipo de relleno puede ser aconsejable siempre y cuando la
comprobación de resistencia mecánica arroje un resultado favorable.
El ángulo de apoyo del tubo sobre la cama del relleno otro de los parámetros de los
que depende la comprobación de cargas. Se consideran habitualmente ángulos de
apoyo 2α iguales a 60º, 90º, 120º, y 180º. Cuanto mayor sea el ángulo de apoyo, más
repartida queda la carga sobre el terreno. Sin embargo, por las especiales
características de la cama de apoyo, que debe tener un grado de compactación muy
alto, la ejecución in situ de una cama con ángulos de apoyo elevados puede resultar
bastante difícil en la práctica.
FASE I FASE II
Como ya se ha
mencionado con anterioridad,
salvo en casos excepcionales,
la cimentación de este tipo de
obras se realiza de forma
directa. Por ello, es preciso que
se cuide en obra la
homogeneidad y limpieza del
sustrato de cimentación,
especialmente cuando el
cimiento esté afectado por
algún curso de agua.
En obras de gran
profundidad, los cimientos
pueden resultar fuertemente
comprimidos, motivo por el
cual se habrá de cuidar muy
especialmente los aspectos
mencionados, dada la gran
sensibilidad de las estructuras
frente a los asientos locales.
En marcos, pórticos, bóvedas y
arcos es muy recomendable a
estos efectos disponer bajo los
elementos de cimentación una
capa de hormigón de limpieza
de unos 10 cm de espesor.
Los desperfectos que pueden presentar este tipo de obras son muy variados:
roturas, fisuraciones, deformaciones excesivas, rotura de juntas, etc. A continuación se
describen algunas de las causas más comunes de este tipo de fenómenos.
D⋅H ⋅F
x ≥ 1.4
Z
Siendo:
Cuando las zonas laterales de un tubo flexible están poco compactadas o son muy
estrechas y se encajan en rellenos o materiales muy compresibles, el tubo se deforma
excesivamente. Por ello, en terrenos compresibles se recomienda excavar un mínimo
de dos diámetros a cada lado del tubo, rellenando con material fuertemente
compactado.
• Empleo de rellenos excesivamente compresibles.
Al asentar excesivamente a los lados del tubo, anulan el efecto del abovedamiento y
provocan tensiones verticales sobre el tubo superiores a las geostáticas.
4
4
3 3
2
4
3
3
NORMAL: ESPECIALES:
1. BASES DE NIVELACIÓN. 3. EXTENSÓMETROS.
2. MEDIDORES DE MOVIMIENTO DE JUNTAS. 4. CELULAS DE PRESIÓN TOTAL (TECHO Y TRASDOS DEL ALZADO).
NORMATIVA