Está en la página 1de 1

13/11/17

De algún modo he aprendido que debo escribir lo que me acorre en la cabeza, lo que me llame
la atención, lo que me haya ocurrido en el día. Y no por que aprendiera a escribir un diario sino
tener una bitácora. Objeto en el cual escribía situaciones y cosas que me eran relevantes para
así tener registro de ello y hacer evidente mi forma de pensar.

Hasta la fecha no he vuelto a usar uno tan especialmente como en mis primeros años en la
facultad de arte. Y luego de egresar, sentirme perdido y ahora al tener y querer continuar con
mi vida en esto llamado arte me hace tener que pensar mis ideas para transcribirlo en
palabras. Para entenderme a mí mismo y decir lo que me conviene a los demás. Me conviene a
ciertas personas y ser más honesto con a quienes considere más cercanas.

El arte me encanta, me encanta la poesía que pueda entender y me asombre con su idea, que
me haga ver diferente algo común. Me encanta los libros a los que pueda digerir y me abra la
mente con sucesos tan creíbles, tan cercanos a la realidad. El teatro que me hace llorar por lo
abierto que se ven los actores y para mi es tan difícil conseguir. Las películas que son
inteligentes, a veces también tontas, pero que me hagan apreciar la vida. Así mismo lo que
parece difícil, me encanta ver a la teoría tan lejana y tratar de acercarme a ella, tocándola o
besándola para tratar de comprenderla y esa que es así. Yo pase por la facultad de arte
queriendo ser artista, ver que mi obra técnicamente sea lograda, aunque lograse o no eso es
otro asunto. Pero el hecho de la teoría se volvió como un gran susurro en mí y ahora al querer
hacer la tesis con más convicción de antes me hace pensar más los hechos de los que quiero
tratar. Mi pintura no es técnicamente la adecuada y estoy en búsqueda de eso, tengo otras
aptitudes y la teoría se me hace para estar acorde de una mayoría que si bien al principio se da
para la intelectual luego se da para todas las personas.

Mi arte es una manera de entenderme y a la vez una manera de comunicarme con el otro, pero
al principio es para mí, para mi pinto, para mi creo, para mi pienso. Para enlérdeme.

Tengo 27 años, he terminado mi carrera de pintura, he ganado un premio de grabado, tengo a


mi abuela y mi sobrino cerca, tengo una compañera y tengo mi familia, aunque no los siento
tan cercana ahí están. Pero a quien no tengo es a mí mismo. No me tengo, muchas veces no
me tengo y la idea de esto es para tenerme, para decirme: yo me tengo.

También podría gustarte