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Sobre el Acompañamiento Pedagógico:

El día viernes 7 de septiembre en la Asamblea semanal que venimos realizando en el ISFD 21 a


partir de la suspensión de clases por la inhabitabilidad de los edificios que mató a Sandra y Rubén
se debatieron principalmente dos mociones. Estas son, entre otras cuestiones que pueden leerse en
el acta de la asamblea o en los resúmenes que las agrupaciones estudiantiles han construido y
circulado, las siguientes:

- La realización de la denominada “continuidad pedagógica”


- El rechazo a esta modalidad y su reemplazo por un “Acompañamiento pedagógico”

La segunda moción ha sido la que ha ratificado por amplia mayoría la asamblea en la que
participaron alrededor de 300 personas. Esta duró tres horas y al momento de la votación lo hicieron
225compañerxs.

Por qué rechazamos la “Continuidad Pedagógica”:

- Porque fue establecida por las autoridades educativas para que lxs estudiantes no tengan
intermitencias en sus cursadas cuando un docente se ausenta y no puede estar frente a la clase.
Desde esta perspectiva cada profesor/a construye actividades que permitan, frente a la contingencia,
que los estudiantes sigan desarrollando los contenidos que estaban trabajando. De hecho el
Reglamento General de Instituciones Educativas define (art. 103) a la continuidad pedagógica como
la “herramienta de intervención institucional para asegurar los actos educativos necesarios para el
aprendizaje de los alumnos y dar cumplimiento efectivo a la jornada escolar". Por ende, sin edificio,
sin jornada escolar que pueda cumplirse, no hay continuidad pedagógica posible.

- La situación que estamos atravesando en el distrito de Moreno no se corresponde con aquello


estipulado en el RGIE, sino que desde hace más de un mes nos encontramos sin posibilidad de dar
nuestras clases porque los edificios no están habilitados. No es una contingencia, sino una situación
extraordinaria que ha puesto en suspenso la relación cotidiana de enseñanza y de aprendizaje.

- Ninguna actividad que se establezca (como guías de lecturas, trabajos prácticos, tutoriales
virtuales, encuentros en las veredas o clases públicas) suplanta o reemplaza aquello que no estamos
pudiendo desarrollar de nuestras propuestas de cátedra para las clases. En todo caso, estas diversas
propuestas intentan colaborar con lxs estudiantes para que adelanten lecturas y anticipen ciertos
procesos que deben ser retomados y/o revisados en situación de clases.

- Consideramos que plantear acciones “como si” los contenidos fueran abordados con las estrategias
antes mencionadas en reemplazo de las clases, no hace otra cosa que ampliar y profundizar las
desigualdades en relación al acceso al conocimiento, al tiempo que limitan las posibilidades de
avanzar en las trayectorias escolares de nuestrxs estudiantes. Nos preguntamos: ¿Qué ocurre con lxs
estudiantes que necesitan nuestras explicaciones para poder abordar la bibliografía? ¿Qué ocurre
con lxs estudiantes que no tienen acceso a las tecnologías o que tienen dificultades para su uso si les
proponemos reemplazar las clases por tutorías virtuales? ¿Qué ocurre con lxs estudiantes que hoy se
encuentran participando de todas las actividades distritales que se vienen desarrollando desde del 2
de agosto y no pueden cumplir con las actividades y las fechas de entrega de los trabajos? ¿Qué
ocurre con lxs estudiantes que aprovechando que no se está cursando están trabajando “mientras
tanto” y no acceden ni a la información ni al tiempo para realizar las actividades que les
encomendamos? ¿Qué ocurre con lxs estudiantes que, frente a la demanda de que resuelvan sin
nuestras clases presenciales, no logran realizar de manera apropiada lo que les demandamos?

- En el mismo sentido que los interrogantes planteados nos preguntamos también: ¿Qué va a ocurrir
con la Educación Superior si somos nostrxs, lxs docentes, quienes sostenemos acciones tendientes a
justificar que no es necesaria la docencia, que con un buen gestor de actividades es suficiente para
que otrx aprenda? ¿Qué va a suceder con la Educación Superior si somos nosotrxs, lxs docentes, lxs
que sostenemos que no son necesarios los edificios escolares para que la enseñanza se produzca y,
por ende, lxs estudiantes puedan aprender? ¿Qué tipo de docentes estamos formando?

- En nombre de los derechos de lxs estudiantes a estudiar, con la continuidad pedagógica solo se
estarían violando esos mismos derechos en la medida en que no están garantizadas las condiciones
para acceder a las plataformas virtuales, al acceso a internet, etc. Desconocer esto es desconocer
nuestra comunidad de estudiantes.

- La continuidad pedagógica resulta impracticable en la medida en que, partiendo de un hecho


extraordinario, no planificado por ningún docente ni autoridad del Instituto, se han cortado los
vínculos y la comunicación "natural" con nuestros estudiantes. ¿Cuáles son las garantías de que,
convocados a un encuentro en un "espacio alternativo", todxs estén enterados? ¿Esto querría decir
que debemos poner un "ausente" a un estudiante que no se ha presentado en una vereda? ¿O que
simplemente no ha podido acceder a una conexión de internet el día de una entrega o de acceso a un
aula virtual?

Para quienes votamos a favor, el Acompañamiento Pedagógico implica:

- Seguir sosteniendo acciones de encuentro, acompañamiento, debate, guías de lectura que permitan
a lxs estudiantes no desengancharse de la cursada y las temáticas de las materias, habilitarles
múltiples espacios e instrumentos (que cada cátedra acordará con ellxs) para que en estos tiempos,
y con sus tiempos, puedan sostenerse en la Educación Superior.
Repetimos que nuestra voluntad como docentes es acompañar a nuestrxs estudiantes diariamente,
cumpliendo con nuestro trabajo desde el compromiso con ellos y con la educación pública.
Por lo tanto:

No evaluaremos aquello que no se trabajó.


No calificaremos la producción sobre la que no se trabajó en condiciones dignas de clase.
No exigiremos tiempos de entrega de trabajos cuando no hay espacios físicos que garanticen las
condiciones mínimas para su elaboración.
No acreditaremos materias mientras la Institución no garantice la comunicación con todxs los
estudiantes.

De ninguna manera esto implica lxs estudiantes van a desaprobar o perder cursadas. Esto
implica para nosotrxs un posicionamiento pedagógico a partir del cual nos negamos a hacer
"como si" nuestros estudiantes aprenden mientras nosotrxs hacemos "como si" enseñamos.
Entendemos que la posibilidad de encontrarnos en las aulas se encuentra obturada, no por
nuestra voluntad sino por el desfinanciamiento estatal a la educación pública. Y en este sentido
EL ESTADO PROVINCIAL ES EL RESPONSABLE. Este posicionamiento no busca coartar
derechos, muy por el contrario busca que sean garantizados por quienes deben asegurarlos.
Necesitamos edificios dignos donde enseñar y aprender. No buscar creativa e individualmente cómo
hacemos para hacer como si estuviéramos enseñando mientras no se nos garantizan las condiciones
dignas para hacerlo.
Justamente no es nuestra responsabilidad haber llegado hasta aquí. En el momento que sea
necesario (si es necesario), se instrumentarán los reclamos pertinentes a las autoridades educativas
para que sean ellxs los que resuelvan la acreditación de lxs estudiantes. Ante la coyuntura actual del
cierre de las instituciones, en la que nada tenemos que ver ni estudiantes ni docentes, insistimos en
que es el Estado Provincial el responsable por la acreditación de los espacios curriculares.
Debemos exigir a las autoridades que arreglen las instituciones educativas para que todo el distrito
de Moreno pueda volver a las aulas. Ese es el modo de garantizar el derecho a enseñar y a aprender.
Si no lo hacemos ahora, ¿habrá escuelas en las que enseñen nuestros estudiantes futuros docentes?
¿Habrá institutos de formación docente donde estos se formen como tales?

Lxs docentes que votamos por el Acompañamiento Pedagógico no contribuiremos a generar más
desigualdades educativas. No seremos cómplices del desmantelamiento de la Educación Pública en
general y de la Educación Superior en particular.
Nos seguiremos encontrando y acompañando pedagógicamente a nuestros estudiantes hasta que
podamos volver a las aulas. No permitiremos que se pierdan derechos, no seremos
obstaculizadores de derechos.

Esta es la posición que defendimos quienes votamos por el Plan de Acompañamiento Pedagógico.
Esto se ha votado y ratificado en una asamblea democrática en la que se escucharon todas las
posiciones y posturas, todas las voces que quisieron ser escuchadas, en un ejercicio democrático
como pocas veces la Educación Superior ha tenido. Participaron de la toma de decisiones lxs
diferentes claustros, ejercieron el derecho a tener la misma voz y voto. Esto es democracia. Las
asambleas son espacios centrales para seguir democratizando nuestra vida institucional, hay que
participar en ellas. El debate público nos ayuda a crecer como comunidad educativa, nunca resta,
siempre suma.

Luisa Vecino, Isabel Agazzi, Guido Fernández Parmo, Alicia Mariño, Adriana Jácome, Mariana
Noguera, Paola Calviño, María Eugenia Hernando, María Julia Améndola, Sofía Boero, Claudia
Agüero, Gustavo Ruggiero, Jorge Barreto, Adriana Carlucci, Adrián Fuertes, Alicia Iglesias, Sara
Halpern, Karina Lanzani, Sandra Ocker, Sandra Fernández Gómez, Florencia Meardi, Cecilia
Colombani, Ulises Romero, Mariana Vázquez, Natalia Grise, Graciela Ocampo, Sergio Tedesco,
Ayelén Aguilar, Juliana Tellechea, Luis Le Roux, Martín Koczwara, Alba Aguirre, Andrea Filipelli,
Constanza Vaquero, Andrea Miranda, María Antonia Pipero, Alejandro López, Christian Gil,
Santiago Colombo, Karina Viscarra, Paola Baioni, Marta Scordo, Gabriel Poccovi, Margarita
Caballero, Paula Guacci, Silvana Ávalos, Mariana Healion, Miguel Angel Tarantini, Muriel
Vázquez

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