Está en la página 1de 2

La administración de los inmensos recursos de que dispone la obra del Señor en las

congregaciones ha sido una permanente preocupación en mi vida. Como administrador de


casas publicadoras y promotor de mayordomía cristiana he tenido la oportunidad de visitar
muchos países hispanos y en la mayoría de las iglesias observo una falta de atención a la
correcta administración de esos recursos.

Desde muy joven me cautivaron la administración y la mayordomía. He dedicado muchas


horas al estudio y a la enseñanza de estas materias tan fundamentales para la vida del
creyente y de la iglesia. Pienso que hay una cantidad de dones y talentos que están
dormitando en las congregaciones y que Dios los necesita para que la iglesia pueda cumplir
su cometido.

En todo este tiempo —más de cincuenta años— he visto que los serios problemas que
existen en la administración de los recursos de las congregaciones, son algunas veces
consecuencia de negligencia y otras por el conocimiento inadecuado de la administración.
Deseo destacar algunos de los detalles observados:

• Algunas congregaciones se despreocupan del manejo administrativo, pensando que no es


un tema espiritual, sino más bien cuestión de «negocios».
• Muchos miembros no tienen mayor preocupación por las finanzas. No han sido enseñados
sobre el importante tema de la mayordomía.
• Ciertos líderes tienen poco interés en lograr una correcta administración, piensan que los
miembros no deben tener una participación muy activa en el control de la iglesia.
• Hay pastores y líderes que ignoran la importancia de la correcta administración y la
fidelidad en la mayordomía. Son reacios a descubrir el nivel espiritual de sus miembros
expresado a través del cumplimiento de su administración económica. Ignoran que la
ofrenda es el «termómetro» de la vida espiritual del creyente.
• Otros pastores en cambio, y muy especialmente en los últimos tiempos, exageran
demasiado su énfasis en el dinero y no siempre saben administrarlo con la prudencia que
corresponde, trayendo problemas a la vida de las demás iglesias por su inadecuado
testimonio.
• Las personas responsables de la administración no siempre son las más capacitadas para
la tarea. Tampoco hay preocupación por parte de los líderes de las congregaciones para
prepararlos adecuadamente.
• Muchas veces la transparencia en el manejo de la economía deja mucho que desear y los
miembros pierden el interés en cooperar.
• En muy pocos casos lo económico y su administración es percibido por los creyentes como
parte espiritual importante. La mayoría lo ve como una cuestión de cubrir gastos solamente.
• En otros casos las iglesias han progresado y se han organizado correctamente en la faz
administrativa y merecen nuestra felicitación. Otras, en cambio, requieren soluciones
prácticas e inmediatas.

Nos preguntamos: ¿Cuál es la verdad bíblica acerca de la administración? y ¿Cuál la solución


al tema que comentamos? Trataremos de dar respuesta a estos interrogantes en el
desarrollo del libro-estudio. Invitamos al lector a acompañarnos en los análisis que
presentamos.

Agradezco al eterno por poner en el sentir de Ba Shel, escribir este libro SENTADO EN EL
BANCO DE LOS TRIBUTOS.

Carl Bert

También podría gustarte