Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Roberto Arizmendi
Miro,
que me vienen
(obligatoriedad impune)
o me van
y que no
despilfarre
más magma
inútilmente
Temis.
La diosa Temis,
en la playa, masturbándose.
replegarse
y rebozar en arena
su escasez de cuerpo,
obligada a crear.
Fatigada,
se atragantó
Y arpones.
rodeada
de tetrabriks vacíos
de vino de mesa
Cuando se despertó
La anciana avasallada
en la mano
Hacia abajo
para subordinados,
Hacia abajo
que subraya
a la masajista
sonriente
Hacia abajo
El deficitario entramado glandular
siempre agotándose
Hacia abajo
Son
hacia abajo
Apretó
aún más
Lo que gritó
el padrastro,
(mero formulismo)
se desvaneció,
merodeando
o paramecio
tallados
a infinito cuentagotas
Viviendo en el desván
de un rascacielos,
no hay
la sangre)
Diente de leche
Tacto cortante
de la nalga
para
Pasa,
impostor y comerciante,
el tiempo:
y DJ´s
Ahora,
tu padre,
abierto en canal
en la quietud de tu oleaje
Adiós
del calendario
Adiós
Adiós
equidistamos
a jirones
de natación sincronizada
Amnistía perfecta
Supositándome aire,
ahogado
que recorro
imaginando
un infinito arborícola
para no raspar
jamás
amenazados,
depositar
y mullirse
anfitriones ambos
pero,
piensa en ello
el único sedimento
cuando
tener nombre
Suplantar al megalito.
Proceder,
yo arena adulta.
de tu saliva.
Cuadricular el aire
y caber debajo
barnizando
Me demolerás
pisapapeles tú
mientras aúllo
la confusión es algo
dócil)
Desproporcionada
Clavada,
sin puntas,
Dotada, anteriormente,
de un mañana calvo
La lluvia ácida,
puesta a elegir,
quiso tu casa
Se incendia la calle, escombrando.
No sabe el día
si es noche
o, prescindible,
se atragantó
guiándote, bucéfalo,
Sin entendernos,
cargado de mi barro,
llamáis dios
A veces, respirar,
es lo de menos
Secuenciando lágrimas. Sin estrategia.
Triturando el río,
ceñida
sigue la novia,
versátil,
su imitación docente
del esclavo
Se mutiló.
Teje,
la dirección de la corriente,
y otro,
corroborando el aterrizaje
de la cápsula
de la jodida Nasa
Ajenos,
seguros en su escollo
comatoso
que
siempre queda
el arte
de seguir
royendo
Aterrizo
malgastada
mi anhelo
entre
atornillada)
intentando
no rayar
el parquet
Estrujarte,
atónita en la ráfaga
del flash
(evaporada el alma
somos rodillas)
Negar
Plagiar el instante
no saben aún
si me tendrán
que insultar
Tu angustia es un puzle
árido
Despiezada
su causa
y su tumor ronroneante
Harta
y nunca lleguemos
a follar
Congelado a medio camino del
tercero C.
Tu casa.
de la escalera de caracol
en la cabeza.
Pasamanos.
diurna
a la luna
o bajar
a vomitar
al portal
Fuegos de artificio
colapsan el ventanal
Petrificada
ya no eres.
Resonada
celular
metalizando un amor
apagado
o fuera de cobertura
en este momento
Ayer ya era septiembre.
Ya hacía frio.
en tu espinazo monótono
lo suficiente
mendigando exponentes
para elevarte
y notarte caer
Husmeando
con lupa
deformada
No te preocupes. Lo harás.
Insertando monóculos
mirar al frente
Te encrucijaste, pero
el tiempo
para enterrar
mucho
Salieron en tren
de su claustrofobia,
Bascularon
sombra e intestinos
y pala
murmuró
futuro
Eva
por si acaso
Me mudé de casa, porque
que heredé:
dientes,
Me mudé de casa
y aceleración
Cuando comiences a aletear
desordenada
recibiendo
el hijo
pródigo
de tu barriga
relamerá un problema
en la cuneta
de cada fosa
nasal
Los banqueros se habían llevado
ejemplares,
artísticos,
agradable
(Neil Young
espero
su gana limítrofe
de abarcarme
llegado el pronóstico
en que todo
es tan enormemente
horrible
la rabia)
Descruzo los brazos. Brazos de encantador de ofidio
en horas extras
Se espesan eclipse
y navajas
Desestabilizo la cabeza.
La garganta ya no clama
Descubro
era la sangre
y bautizo tu amorfo
amor
como epidemia
Pregunta al mar del norte
Paulina.
vació de baba
Qué lluvia
Cuántos litros
cataratearás
y no quieras
pararlo
Duermo
y apilo poemas
la cabeza
Duermo
de apotemas
Duermo
aovillado en la prontitud,
Duermo
y me atornillo al epicentro
de tu mirada bestia
para restregarme
(aunque sea)
por esporas
Tú,
necesita
Tú,
en suerte
mientras alguien
y no te dejan fijarte
Tengo que cruzar el bosque.
y correr a verlo.
de terror triste,
porque a mí,
señor Mitchum,
y yo también,
francamente,
(como Bartleby)
preferiría no hacerlo
Tan poca cosa.
Vencidos en el armatoste de
su cuerpo
y descoser
obligado
a atosigar la orilla
de este caladero
de placebos
comitivas y articuladas,
se quedaron en camino
mientras
adentro
para
y cerciorar
las piedras
Ay
y me adueñan,
Ay
si cauteriza la herida
y me destripo
del telescopio
de crisantemos
Esta vez
se alineó
Nutre
de daño real
y en gruñir,
poco
Venus
en un monte
se adormece suspirando
de la montaña
Una,
al mundo.
La otra,
de elefante indio.
No comulgó ninguna.
Esta tarde
escandalosamente neutra
deletreo
y menos equivocado)
deliberado
de aborigen
Tenía el cielo entre ceja y ceja
y, no obstante,
me enterré
colapsando
esta manía precoz de las plantas
de estirarse
mi próxima esperanza
de seguiros
La luna se llenó
Cuando,
por fin,
derribaron la puerta
alguien
se puso guantes
Redimieron el segundo y
sus centésimas.
Hembra y macho,
cimentados a lengüetazos,
gigantescos
en su divina actitud caníbal.
Abolla,
cínico,
un puntapié,
tu caducifolia vida
de la cerradura
Llega,
totémico y malabarista
el opio,
con su veterana compasión
Amaga un torniquete
para facilitar cabriolas en la vena
Reforma el optimismo
un poco por encima
De ahora en adelante,
todo será oxidarse
ante la
ausencia
rectilínea
de más prójimo
A veces sueño que se acaba todo.
A veces, no sueño
y dejo fluir
un sentimiento intuitivo que resucite
l la pena,
corpulenta y delictiva
Al reabrir el libro,
la poeta de nombre extraordinario va diciendo,
pausado,
poco a poco:
" uno siempre está sólo,
pero, a veces,
está más sólo"
Extrauterino y torpe,
tirito.