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INFORME SOBRE LA POBREZA EN SMITH Y RICARDO

SOFÍA BEDOYA QUINTERO


MARÍA JOSÉ MEJÍA GÓMEZ

JOHN JAIME BUSTAMANTE ARANGO

UNIVERSIDAD PONTIFICA BOLIVARIANA


ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES
PSICOLOGÍA
ECONOMÍA
MEDELLÍN
2018
1. Introducción.

Tanto Adam Smith como David Ricardo, ambos economistas, dejaron


plasmado en sus escritos la estrecha relación que pericibían entre pobreza,
desigualdad y realidades institucionales. Sin embargo, mientras Smith sostenía
que la inequidad era la principal causa de la pobreza, “Ricardo era más
pesimista y veía el proceso de acumulación de capital como parte de un
conflicto distributivo sin fin entre las clases sociales” (Pardo, 2000, p. 112). De
hecho, para Ricardo, “la pobreza dependía de las dinámicas el conflicto
distributivo y del crecimiento poblacional” (Pardo, 2000, p. 112) y

asocia el problema de la pobreza con su descripción de los procesos de


distribución y acumulación; con sus ideas sobre los salarios, los
beneficios, la renta y el papel del gobierno; y con el debate con Malthus
acerca de la población. (Pardo, 2000, p. 112)

Aunque de generaciones diferentes, ambos autores se preocuparon por esta


problemática social porque fue la que más tocó a Inglaterra en los siglos XVIII y
XIX. En este informe analizaremos sus posturas.
2. Adam Smith.

Adam Smith fue un economista y filósofo escocés considerado uno de los


mayores exponentes de la economía. En este capítulo nos centraremos en sus
teorías acerca de la pobreza en la sociedad.
Smith considera que la base de la pobreza está en la desigualdad, y que, “los
pobres son quienes solamente pueden sostenerse por su trabajo asalariado”
Pardo (2000, p.112), es decir, es pobre aquel que debe destinar sus ingresos a
su sostenibilidad y no posee la capacidad de tener comodidades que sean
provenientes de su salario. Smith clasifica a los trabajadores y dice que estos
son ricos o pobres “en proporción al precio real de su labor … y este precio
está relacionado con la cantidad de bienes que él pueda comprar” Pardo (2000,
p.112)
Smith se basa en múltiples disciplinas para conocer las causas de la pobreza;
Smith no solo centra su atención en criterios económicos sino también en
elementos históricos, sociológicos, psicológicos, filosóficos e incluso,
teológicos. Encuentra que “la pobreza está históricamente relacionada con la
desigualdad, pues aparece conjuntamente con la propiedad privada y el
gobierno…” Pardo (2000, p.113) ya que, es la propiedad privada la que
clasifica y estratifica las personas, creando una brecha diferencial entre ellas.
Smith plantea en sus teorías que es cuando aparece la propiedad cuando
aparece la posibilidad de un gobierno, ya que es este el que debe configurar la
manera en la que los bienes se distribuyan ya que su fin último es proteger la
riqueza y defender al rico del pobre, es decir que “esta inequidad de fortunas
implica una distinción entre los ricos y los pobres dándole a los primeros
influencia sobre los segundos” Pardo (2000, p.113) ya que si no tienen bienes,
dependen de quienes sí los tienen.
Según Smith, citado por Pardo (2000, p.113), “donde quiera que haya una gran
propiedad, hay una gran inequidad” este es, personalmente hablando, un
argumento refutable, ya que existe la posibilidad de que el que posea esa
propiedad haya laborado arduamente para conseguirla. En este caso, la gran
propiedad estaría impune de cualquier trazo indigno. Por el contrario, si la
propiedad se adquiere de manera ilegal, o de manera poco virtuosa, se puede
considerar una gran inequidad, dado que probablemente ese bien o esa
propiedad podría ser adquirida por otro que sí la mereciera.
También considera Smith, citado por Pardo (2000, p.114) que “la inequidad es
el resultado de un convenio social entre los propietarios privados y los líderes
políticos”, para entender a lo que Smith se refiere es necesario entender que,
en este modelo social, son las necesidades y conveniencias de los propietarios
privados y los líderes políticos, los que se sitúan primeras en las listas de
atención. Esto, claramente, puede llegar a proporcionar un caso importante de
inequidad ya que, en este modelo, las necesidades de la sociedad en general
no son consideradas como asuntos de gran relevancia, sino que, en el lugar de
relevancia que la sociedad debería poseer, se sitúan los intereses individuales
de propietarios privados y los líderes políticos, lo cual no solo se ha de
considerar un caso de inequidad sino también de corrupción.
Es necesario que, en estos escenarios de desigualdad y pobreza se planteen
soluciones viables para hallar una estabilidad en la sociedad; esta posibilidad
lleva a Smith a indagar y concluir que
el orden social está apoyado en dos principios morales, autoridad y
utilidad, que inducen el hombre, por temor y conveniencia, a ser
obediencia, a ser obediente y a entrar en una sociedad civil. La autoridad
consiste en la sumisión de los pobres a los ricos, mientras que la utilidad
es el reconocimiento universal por parte de los individuos de la
conveniencia de obedecer al “magistrado civil”. Pardo (2000, p.114)

Entonces, Smith analiza y reproduce la manera en que la sociedad entra en un


estado de equilibrio aceptando el desequilibrio. Para una mejor explicación se
introduce el concepto de “simpatía”, el cual “consiste en la identificación de un
individuo con las ideas, sentimientos y circunstancias de otros”. De esta forma,
dice Smith, cuando “los pobres” aceptan la estratificación y aprenden a servir a
“los ricos” queriendo hacerlo, la sociedad cierra las brechas y entra en un
estado de paz y orden. Personalmente, considero que este es un modelo poco
honorable donde se acepta la predominancia de quieres poseen bienes y
dinero sobre quienes no, dándole mayor relevancia a los intereses de los
primeros y poca relevancia a los segundos; a este último fenómeno se le
considera, según Smith como “corrupción de nuestros sentimientos morales” ya
que no nos esforzamos por un puesto en la sociedad, sino que nos ponemos
un valor y lo ofrecemos a los de mayor recurso. Esta es una situación que
podría ser evitada ya que hay personas que están en la pobreza que podrían
salir con facilidad de ella puesto que se le han presentado oportunidades, pero
estos no hacen uso ni desarrollo de ellas. Este tipo de pobreza, para Smith,
inspira poca compasión.
En el párrafo anterior se puede hallar una forma de crear el equilibrio social que
le garantice la paz y el orden, Smith cree que “en su sociedad ideal, la de la
libertad perfecta- caracterizada por la seguridad política y la libertad de
contrato-, la Naturaleza, de manera justa, recompensa los esfuerzos y las
virtudes (especialmente la prudencia y la frugalidad) del hombre” Pardo (2000,
p.116). Hay personas que han de apoyar esta noción, sin embargo, pueden
encontrarse personas que, de manera egoísta, creen un interés individual y
encuentren en esta noción injusticia fundamentada en la envidia, esto también
puede incrementar la desigualdad.
La Naturaleza, según la esencia teológica de Smith, creada por Dios, “desea
que la humanidad mejore por sí misma y soluciones sus propios problemas”,
sin embargo, es común que la intervención del hombre en ocasiones empeore
las situaciones en lugar de arreglarlas ya que “el hombre no es tan perfecto
como su autor. Para una explicación más clara, quien crea un producto, por
ejemplo, un aparato tecnológico, difícilmente será superado por el imitador o el
técnico que lo repare.
Volviendo al caso de la Naturaleza, en consecuencia, será la Naturaleza quien
resuelva cualquier desviación de la desigualdad y no habrá nadie que pueda
hacerlo mejor que ella lo creó. Sin embargo, Smith considera que hay algo que
el hombre y las instituciones pueden hacer y dice que “la subordinación de los
pobres en una sociedad mercantil puede reducirse a través de un sistema de
justicia que limite la influencia directa o fuerte de los poseedores de propiedad
sobre el destino de los pobres”. Pardo (2000, p.120).
El mercado puede ser otro posibilitador de este equilibrio que busca la
sociedad, dado que este rige bajo unas leyes naturales que se orientan a
generar bienestar y mantener la estabilidad social y esto lo convierte en un
instrumento eficaz para el cumplimiento de tales fines. Además, este reproduce
las condiciones de distribución de ingreso y la riqueza, lo cual sería de gran
utilidad para la distribución, valga la redundancia, de bienes en la sociedad,
pero, así mismo, puede general más inequidad.
Entrados en el tema del mercado se menciona que

el valor real del trabajo está relacionado con la cantidad de bienes que
un trabajador puede comprar. A su turno, el precio natural del trabajo es
aquel valor que garantiza la reproducción de la cantidad de trabajo que
la sociedad necesita. Este precio natural es diferente del de mercado, ya
que este ultimo resulta de la interacción de la oferta y la demanda en un
momento en el tiempo. Pardo (2000, p.121)

Es decir, el precio natural del trabajo se refiere al valor que cubre la


reproducción de la cantidad de trabajo que se necesita para suplir la necesidad
de la sociedad y, el precio de mercado resulta de la oferta y demanda de
trabajos según un determinado lapso, por ejemplo, temporada decembrina.
Frente a este último, precio de mercado, aparece una problemática la cual dice
que “la pobreza empeora cuando la oferta de trabajo es mayor que la demanda
de trabajo, pues el salario caería por debajo de su nivel natural” Pardo (2000,
p.121)., dado que al ser contratadas menos personas y esto crearía un
desequilibrio en el ritmo de producción de la empresa y, como consecuencia,
esta no contaría con fondos suficientes para cubrir el salario de los
trabajadores.
Para finalizar, es de importancia resaltar el hecho de que Smith cree que

el gobierno no debe, en general, intervenir en el proceso de acumulación


y distribución porque es por medio del mercado, dirigido por la mano
invisible, que los individuos persiguiendo sus propios intereses
frecuentemente promueven los resultados sociales de manera más
efectiva que lo que él puede intentar promover ... por sí solo o a través
de otros mecanismos. Smith piensa además que el gobierno no debe
aplicar impuestos indirectos que afecten el precio de los bienes
consumidos por los trabajadores porque tales tributos incrementan el
costo del trabajo y se transmiten a los consumidores finales vía mayores
precios. Pardo (2000, p.122).
3. David Ricardo.

Para Ricardo (1817), el mayor conflicto en la economía política es la


distribución del producto social entre clases y las leyes que la regulan; es decir,
aquello que implica desigualdad social. De hecho, sabemos que “Ricardo
identifica la pobreza como un problema social que afecta a las clases
trabajadoras y reduce el bienestar general de la sociedad” (Pardo, 2000, p.
113), reduciéndonos a todos en cómplices, víctimas y victimarios de esta. Para
entender la problemática, nos presenta lo que, según él, son las tres causas
principales de la pobreza:

1. Relación dinámica entre fuerzas demográficas y económicas. En otras


palabras, se trata de la relación población - salario. Ricardo (citado en
Pardo, 2000) sostiene que, al aumentar la población (como obviamente
se espera de una sociedad en constante crecimiento), la venta de
productos también lo hace y por ello las empresas tienen la capacidad
de pagar más a sus trabajadores. Así, se esperaría que con un aumento
de salario, el trabajador se centrara en satisfacer sus necesidades
básicas y caprichos personales esporádicamente a fin de mantener
estable su economía. En cambio y aunque parezca carente de lógica, el
trabajador comienza a creerse con “carencias” que antes no estaban, no
ahorrando y gastando en la medida que tiene y no en la que necesita,
como le ha enseñado el capitalismo. Además, la idea cultural de que su
deber es formar una familia y la falsa percepción de poseer el sustento
económico suficiente para mantenerla, le lleva a tener hijos. Con una
población que despilfarra dinero y continúa creciendo de forma
acelerada, los lujos, la canasta familiar y los servicios públicos son más
demandados; por ello, llega el alza de precios. Así, ya sólo algunos se
pueden permitir comprarles, por ende, hay quienes buscan un segundo
trabajo, y otros que le buscan a sus hijos. Lo que tenemos en resultado
es un aumento también en la demanda de trabajo, lo que lleva a que el
salario disminuya.

2. El carácter de la acumulación. Dicta que como los salarios aumentan


anualmente, las empresas tienen mayor gasto y debido a esto deben
venderlo todo más caro. Suben los precios, pero las ventas bajan. Las
empresas se detienen un momento y deciden reducir la inversión en
mano de obra (que, además del salario al trabajador, incluye cesantías y
otros gastos) y compran maquinaria. Ahora, lo que hacían diez
trabajadores, lo resuelve una sola máquina. Sobraría decir que la clase
trabajadora se ve altamente perjudicada con este suceso, pero, a largo
plazo caerían también las ganancias de las empresas al enfrentarse
ante un pueblo sin trabajo y que, por tanto, no compra (Ricardo, 1817,
citado en Pardo, 2000).

3. Razones institucionales (leyes de pobres e impuestos). Ricardo


manifiesta que a la ciudadanía no le sirven cosas como los subsidios
porque sólo le enseña al pobre a seguir siéndolo e incluso a disfrutar de
su condición pues no necesita trabajar y aún así recibe cosas como
servicios públicos gratuitos, alimentación gratuita, educación gratuita,
vestimenta gratuita, etcétera; y los hace imprudentes en el número de
hijos que desean tener porque no se ven preocupados por la
manutención de ellos. Ricardo piensa que la intención de las Leyes de
Pobres debería ser, únicamente, “socorrer a los ancianos, enfermos, y
bajo algunas circunstancias, a los niños” (Sraffa, 1973, p. 248) y como
solución plantea:
-que las Leyes de Pobres se concentren en la educación para de esta
forma enseñarle a la clase trabajadora cómo enfrentarse exitosamente a
las subidas y bajadas económicas que incluyen todo lo que es la oferta,
la demanda y los salarios.
-que el salario ideal sea uno con el que el sujeto pueda mantenerse a sí
mismo y a su familia, y adicionalmente dejar una provisión en un banco
de ahorros (Sraffa, 1973).
Y finalmente, no está de acuerdo con los impuestos porque siempre
recaen sobre el capital o la renta.
4. Conclusiones.

En síntesis, Smith y Ricardo coinciden en que es la desigualdad la causa de la


pobreza y buscan el por qué de esto y una posible solución entre sus teorías y
conocimientos indagando ambos en el papel de las clases en la sociedad y
cómo la brecha tan notoria entre estas crea un gran desequilibrio social.
Además, coinciden en que las instituciones tienen gran poder tanto en la
fomentación como en la solución de esta problemática y que la sociedad, “los
pobres”, en muchas ocasiones tienen en sus manos la solución para dejar atrás
esta etiqueta marginal que les persigue.
Los argumentos en los que tanto Smith como Ricardo han de coincidir son
suficientes para llevar al lector y seguidor de sus obras a un estado de análisis
profundo acerca de lo que el tema de la pobreza esconde a plena vista, es
decir, permite ver el por qué de la pobreza y señalar algunos posibles culpables
que tienen el cambio, para bien o para mal, en sus manos.
Por esto mismo, aún hoy en día, después de cientos de años, los argumentos
de Smith y Ricardo siguen latentes, y probablemente seguirán presentes dado
que hablan de una situación de la vida, la plasman de manera clara y enseñan
de ella los antecedentes, las causas, los causantes, las consecuencias, entre
otros; bajo nuestro concepto, si estos fueran analizados, podría darse una vía
de desarrollo a la erradicación de la pobreza en el mundo.
5. Diccionario de palabras clave.

Filosofía: “la filosofia


́ nos ayuda a entender el orden lógico existente detrás del
aparente caos que a primera vista parece caracterizar al universo” (Pardo,
2000, p. 117).

Libertad económica: “discrecionalidad de los individuos para contratar en


concordancia con las leyes -naturales u objetivas- del mercado” (Pardo, 2000,
p. 128).

Mano invisible: “es un mecanismo natural o divino que garantiza un reparto


justo del producto social y además la estabilidad del orden social, que es
expresión de la armonía celeste” (Pardo, 2000, p. 120).

Naturaleza: “se revela ante nosotros con la experiencia cotidiana, como la


realidad que enfrentamos” (Pardo, 2000, p. 117).

Pobres: quienes solamente pueden sostenerse por su trabajo asalariado


(Smith, 1790, citado en Pardo, 2000).

Precio natural del mercado: “resulta de la interacción de la oferta y la demanda


en un momento en el tiempo” (Pardo, 2000, p. 121).

Precio natural del trabajo: “es aquel valor que garantiza la reproducción de la
cantidad de trabajo que la sociedad necesita” (Pardo, 2000, p. 121).

Simpatía: “consiste en la identificación de un individuo con las ideas,


sentimientos y circunstancias de otros” (Pardo, 2000, p. 115).

Teorema fundamental de Ricardo: “los salarios y las ganancias relativas se


mueven en direcciones opuestas y las últimas dependen de los primeros”
(Pardo, 2000, p. 123).

Valor de una mercancía: “es la cantidad de cualquier otra mercancía por la que
se cambiará y depende de la cantidad relativa de trabajo necesaria para
producirla” (Ricardo, 1817, citado en Pardo, 2000).

Valor real del trabajo: “está relacionado con la cantidad de bienes que un
trabajador puede comprar” (Pardo, 2000, p. 121).

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