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1. INTRODUCCIÓN
La primera parte comienza con la crítica de Sócrates a los argumentos de Zenón contra
la multiplicidad. A continuación, Parménides plantea su arsenal de objeciones a la Teoría de
las Ideas: en primer lugar menciona el problema acerca de la conveniencia de atribuir Ideas
a ciertas entidades como Hombre, Fuego, Suciedad, Pelo y Barro, lo que suscita numerosas
dificultades que el mismo Sócrates reconoce. En segundo lugar expone las objeciones a la
participación de las cosas en las Ideas (tanto si los participantes lo hacen de la totalidad o de
alguna parte de la Idea, nos encontramos el absurdo); en tercer lugar, Parménides introduce
el argumento del Tercer Hombre que concluye con la necesidad de infinitas Ideas para
sostener la participación. Ello conduce a una regresión infinita que puede esquematizarse
como sigue:
II Workshop en Lógica y Filosofía de la Ciencia
Análisis y diagramación de argumentaciones y aplicación a textos clásicos de la filosofía
Jaime Roldán Corrales
Consideremos una pluralidad de cosas grandes, A, B y C. Para cada una de las cosas
grandes, hay una Idea de Grandeza (que llamaremos G1) por la que, a través de su
participación, A, B y C son grandes. Por auto-predicación, G1 es a su vez grande. Así hay
ahora una nueva pluralidad de cosas grandes, A, B, C y G1. Por tanto, para cada una de ellas
hay una Idea de Grandeza (llamémosla G2) por la que, por participación, A, B, C y G1 son
grandes. Luego G1 participa de G2. En este punto Parménides asume que ninguna Idea
puede ser idéntica a algo que participa de ella. La No-Identidad se sigue directamente de la
Separación. Desde que asumimos que G1 participa de G2, la No-Identidad conduce a que
G2 es distinta de G1. Luego debe haber al menos dos formas de Grandeza, G1 y G2. Lo cual
no puede ser posible. Pero ocurre además que de nuevo por auto-predicación, G2 es grande,
por tanto tenemos ahora otra multiplicidad A, B, C, G1y G2. Para cada una de ellas debe
haber otra Idea de Grandeza de la que todas participan, luego G1 y G2 participan de G3. Es
fácil comprobar que siempre vamos a encontrarnos una nueva Idea de Grandeza repetida
hasta el infinito, ya que para cada m y n tal que m<n, Gm participa de Gn.
La defensa de la Teoría de las Ideas por parte de Sócrates lleva a Platón a concebir las
Ideas como pensamientos, lo cual sin embargo no resuelve el problema de la participación,
como tampoco arregla el entuerto concebir las Ideas como paradigmas. En conclusión,
Parménides pone de manifiesto que “la determinación de las Ideas como entidades
existentes en sí y por sí mismas entrañan grandes dificultades” (Platón 1997: 51). Podemos
evidenciar desde el primer momento el carácter dialéctico del texto y observar un cierto
carácter meta-argumentativo, donde se discute sobre la misma argumentación, es decir,
sobre las estrategias argumentativas:
“(…) al afirmar tú la unidad y negar él la multiplicidad, hablando cada uno de tal manera que parezca
decir cosas distintas aunque esté diciendo lo mismo, da la impresión de que habláis para vosotros y no para
los extraños como nosotros” (Platón Parménides, 128a).
2. MARCO TEÓRICO
A partir de aquí se fueron sucediendo críticas y respuestas entre Vlastos y Sellars y otros
autores (Geach 1956), así como las posteriores reelaboraciones del análisis (Vlastos 1960,
1969) y las investigaciones de otros autores. Podemos afirmar que la controversia no ha sido
resuelta aún (Rickless 2012).
La mayor parte de estos análisis se centra en los aspectos formales del argumento, en la
interpretación de determinados principios que subyacen a la base de la argumentación, o en
determinar la lógica subyacente. El tratamiento del problema desde un enfoque informal
parece ser bastante escaso (Patterson 1999). A partir de este último punto y ante esta
cantidad ingente de trabajos y la aparente imposibilidad de resolución de tal controversia,
comenzamos a explorar otros derroteros a la hora de abordar la cuestión. Así que, alejamos
la mirada y tomamos una perspectiva más amplia. ¿Por qué no considerar la argumentación
en toda su extensión? ¿Podríamos seguir el discurso que Platón muestra en esta primera
parte para analizar sus elementos dialécticos, desentrañar la estructura de los argumentos y
su confrontación como partes de un todo coherente donde Platón, en un ejercicio de
honestidad intelectual, ofrece los puntos débiles de su Teoría de las Ideas para mejorarlos,
corregirlos, o superarlos? En ese caso, dejando a un lado la cuestión del argumento del
Tercer Hombre, se nos abría una nueva posibilidad, abordando en su conjunto toda la
argumentación como parte de un todo coherente.
“unidad discursiva expresa consistente, al menos en una intención o pretensión argumentativa, una
dirección o línea inferencial, y los dos extremos conectados mediante ella: una o más premisas y una
conclusión” (Vega 2003: 66)
“1. Producto de una argumentación. 1.1. Definición estructural: conjunto de enunciados, de los que uno
(conclusión) aparece como sustentado en los otros (premisas). 1.2. Definición funcional: tipo de discurso en el
que el argumentador trata de persuadir a otros de la verdad de una tesis dando razones para sustentarla. 2.
Unidad discursiva expresa con una intención argumentativa, una dirección inferencial y unas premisas y una
conclusión, vinculadas por medio de una inferencia” (Marraud 2013: 27-28).
“manera de dar razón de algo a alguien”, “práctica sociocultural consistente en construir, presentar,
interpretar, criticar y revisar argumentos (…) un intento de convencer o persuadir racionalmente”,
“procedimiento que comporta normas para regular la comunicación argumentativa”, y, por último,
“composición multilineal de argumentos” (Marraud 2013).
Entendemos la lógica informal como estudio normativo de los argumentos, que pretende
“desarrollar estándares, criterios y procedimientos no-formales para el análisis, la
interpretación, la evaluación, la crítica y la construcción de argumentaciones en el discurso
cotidiano” (Johnson y Blair 1977).
Es fácil comprobar cómo el carácter dialéctico del texto que estamos analizando
corrobora a cualquier hipótesis, de la 2 a la 4, que reconozca un valor filosófico a la
argumentación. Platón utiliza la argumentación para criticar la doctrina eleática de la mano
de Sócrates, cuando objeta a Zenón la imposibilidad de la multiplicidad, a la vez que, en
boca de Parménides, muestra los problemas y objeciones a su teoría de las Ideas, con lo que
Platón parece otorgar un papel predominante a la argumentación: podemos refutar el
planteamiento de la hipótesis nula desde la perspectiva platónica, en virtud del diálogo que
se establece desde dos posiciones teóricas diferentes y de la concepción dialéctica de la
filosofía platónica.
Las teorías contemporáneas de la argumentación pueden caracterizarse por “un triple giro
pragmático (de los argumentos al uso de los argumentos), dialéctico (de las reglas de
inferencia a las reglas de procedimiento) y epistémico (de la inferencia a la justificación)
(…) la normatividad establece una continuidad entre la tradición lógica y corrientes
contemporáneas como la lógica informal y la pragmadialéctica”1 (Marraud 2012a).
1
Nota 2 “…podemos concebir la lógica informal como la teoría normativa de la argumentación”
(Finnochiaro 2005: 93)
II Workshop en Lógica y Filosofía de la Ciencia
Análisis y diagramación de argumentaciones y aplicación a textos clásicos de la filosofía
Jaime Roldán Corrales
De esta manera, nuestra principal meta puede desglosarse en los siguientes apartados:
Sin embargo, nos encontramos ante un texto cuya argumentación es de tal complejidad,
que el análisis y determinación de su garantía podría resistirse a ser simplificado por meros
esquemas donde la garantía se corresponde con cada inferencia. A la conclusión de nuestra
investigación podremos responder con claridad si estamos ante esta situación.
2
Pueden encontrarse estos ejemplos en http://es.scribd.com/hmarraud
II Workshop en Lógica y Filosofía de la Ciencia
Análisis y diagramación de argumentaciones y aplicación a textos clásicos de la filosofía
Jaime Roldán Corrales
REFERENCIAS
Vlastos, G., 1955, ‘Addenda to the Third Man Argument: A Reply to Professor Sellars’,
Philosophical Review, 64: 438–448.
Vlastos, G., 1956, ‘Postscript to the Third Man: A Reply to Mr. Geach’, Philosophical
Review, 65: 83–94.
Vlastos, G., 1969, ‘Plato's “Third Man” Argument (Parm, 132a1-b2): Text and Logic’,
Philosophical Quarterly, 19: 289–301.
Vlastos, G., 1954, ‘The Third Man Argument in the Parmenides’, Philosophical Review, 64:
319–349.