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Este proyecto parte de los conocimientos previos de los estudiantes de grado quinto, con la

colaboración de los padres de familia y estudiantes del bachillerato, de tal forma que se evidencie
durante el proceso que todos, incluyendo el maestro se encuentra en un proceso de aprendizaje y
teniendo como eje central el trabajo cooperativo y la educación para el desarrollo sostenible.

JUSTIFICACIÓN

Mediante este proyecto de investigación basado en el trabajo cooperativo que tiene como esencia
el proceso de aprender en grupo, es decir, en comunidad, se busca inducir y dirigir el trabajo en
equipo, motivar al alumno, implementar una enseñanza vivencial, como forma de apropiación de
conocimientos, desarrollo de habilidades, actitudes y valores, evitando al máximo la educación
tradicional, donde el maestro trabaja solo en su salón de clases, sin solicitar opinión y ayuda de sus
estudiantes y compañeros.

La implementación de un pequeño huerto escolar no solo fortalecerá el trabajo en equipo, sino


que motivará al estudiante hacia el aprendizaje vivencial y contribuirá a que los alumnos aprendan
sobre la producción de alimentos, la nutrición y el medio ambiente, así como sobre el desarrollo
personal y social en relación con unos conocimientos académicos básicos (lectura, escritura,
habilidades matemáticas, creatividad artística, etc) en tanto que se producirán algunos alimentos
para complementar su dieta alimenticia sintiéndose de esta manera individuos productivos.

Para que los niños puedan crecer y convertirse en ciudadanos saludables, con

medios de subsistencia seguros, una de las necesidades más urgentes es hacer posible que los
niños permanezcan en la escuela y adquieran los conocimientos teóricos y prácticos importantes
para su vida y su medio ambiente. Al aprender a preparar un huerto para que produzca hortalizas,
y otros alimentos; conservar el agua y otros recursos naturales; plantar, procesar y preparar
alimentos para obtener el mayor valor nutricional posible y los mayores ingresos, así como el
mantener la debida inocuidad de los alimentos, higiene personal y saneamiento; aprender a
trabajar en grupo y a resolver problemas; aprender a seguir un régimen alimentario y un estilo de
vida saludables desarrollará aptitudes que ayudarán a los niños a manejarse con eficacia en el
futuro, frente a las distintas situaciones que les plantee la vida, lo que se puede lograr
introduciendo una enseñanza basada en los huertos como pequeño proyecto de investigación
dirigida, cooperativa y de desarrollo sostenible.

http://dtdavilas.blogspot.com/2011/07/nuestro-huerto-escolar.html

INTRODUCCIÓN

Este apartado expone la relevancia mundial de los huertos escolares, su inserción

en el ámbito educativo, los antecedentes que vienen configurando hasta el

momento su práctica y concepción, y los planteamientos particulares que dan


sentido a esta investigación, esto es, el problema, objetivos de investigación,

justificación, conceptos teóricos.

Como se ha mencionado, la investigación gira en torno a docentes de diversas

partes de Chiapas que tratan de adaptar el huerto a su currícula, que se enfrentan

con otros problemas (además de los institucionales) relacionados con el desarrollo

(escrito) de actividades. Además de conocer los retos y oportunidades,

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La construcción de estos valores y actitudes es difícil cuando se inicia en un grupo

consolidado culturalmente hasta cierto punto. Esta iniciativa se ve como una

oportunidad para cambiar perspectivas a través de la educación. Con el huerto

escolar, además de inculcar actitudes y valores se hace una recuperación de

prácticas agrícolas y se generan nuevos métodos de trabajo con la

experimentación para mejorar prácticas del proceso de producción en el huerto.

Existen formas de producir con las cuales se puede estar seguro de que hay

menos impactos negativos. Una de ellas consiste en producir a nivel local y con

menos impactos ambientales, en la cual podemos llevar a cabo la sustentabilidad.

Una producción sustentable como lo es el trabajo en el huerto contribuye: al

cuidado de la energía o recursos no renovables, al respeto cultural, conocimientos

tradicionales, beneficia a la economía familiar, se reutilizan materiales para el

mantenimiento del huerto, y se crean nuevas formas de ver al medio ambiente.

Numerosos estudios, como se asienta más adelante, han sugerido que el huerto

escolar puede abordar temas de desarrollo social, moral y prácticos. Por un lado

fomenta el trabajo en equipo, puesto que la construcción y cuidado del huerto

implica un esfuerzo colectivo, es parte del proceso de organización. Une lazos de

amistad entre los compañeros y promueve la equidad de género al considerar que

todos son parte de la elaboración del proceso y del intercambio de roles (Por otro
lado, el trabajo que implica su construcción y cuidado se convierte en un ejercicio

ideal para el desarrollo físico. Además, el huerto se puede adaptar a todo tipo de

materias y a cada nivel educativo.

Todo esto se puede traducir en aprendizajes significativos para el niño

porque vive la experiencia del proceso que implica, es decir, al final del ciclo

escolar la visión de los estudiantes cambia con base en el significado de los

huertos escolares.

El trabajo en huertos se ha llevado a cabo de forma local en la mayoría de las

ocasiones. Una vía para que el trabajo en huertos se extienda es integrando el

apoyo de diferentes instituciones, es decir, con la creación de programas con el

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respaldo y apoyo de diferentes actores como las instituciones educativas, públicas

y privadas, organizaciones o la sociedad civil.

En el huerto pueden integrarse distintos temas y actividades, pero todo con

un fin educativo. Es un instrumento para la educación que requiere de

responsabilidad y compromiso por parte del educador y educando. Es importante

mencionar que trabajar en el huerto conlleva transitar por un proceso que no se

repite de la misma manera en otro lugar (escuela) porque las circunstancias son

otras e intervienen distintos factores, externos e internos. Lo que aquí

puntualizamos es la pertinencia de ser creativos para incorporar conceptos

básicos y universales a una realidad concreta, también el sentido crítico para

saber qué hacer en esa situación particular: ambiente, espacio, niños, familias,

situación social y económica, diversidad de las personas, cultura, etc.

Como parte del aprendizaje para la vida, al llevar a cabo su establecimiento,

enseña los principios de planeación, organización y reparto de tareas, en esencia

a resolver conflictos a partir de propósitos, objetivos, metas, y estrategias.


Consideramos que la identificación de un problema te lleva a fijar un objetivo.

Enseña también a darle forma a un problema a través de estudios de diagnóstico,

porque de lo que en esencia se trata es de cambiar un estado de cosas, el

problema convertido en meta u objetivo.

Acerca al niño a su medio natural para que desde esa edad tenga noción de

la relación estrecha e importante que compartimos con otros seres vivos, así lo

señala Laurie De Marco:

Adicionalmente, las plantas que crecen también demandan que los estudiantes

muestren atributos positivos de responsabilidad, cuidado y crianza para el éxito del

proyecto. Relf (1992 citado por De Marco 1997) describe cómo la familiaridad del

estudiante con las plantas y el proceso de crecimiento beneficia una futura

participación en el jardín, uso positivo de los recursos, y gran sentimiento de

bienestar (W. De Marco, 1997: 4)

En Chiapas, el huerto escolar también se presenta como un instrumento

creativo para sensibilizar a la población sobre temas que le afectan

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(contaminación, nutrición, salud, deterioro ambiental, cuidado de recursos

naturales, agotamiento de la tierra, seguridad alimentaria, etc.) Nos referimos

concretamente a estudiantes, docentes y padres de familia.

Aunque en muchas partes del estado aún se conserva la alimentación

basada en productos de agricultura local en otras zonas con tendencia urbana

confluye la desnutrición y la obesidad causadas por una dieta industrializada, entre

otros factores sociales. La comida empaquetada representa actualmente una

buena parte de la alimentación de familias chiapanecas. En las ciudades hay

mayor acceso a estos productos por las tiendas grandes (supermercados). Las

zonas rurales también se han visto afectadas por consumo de estos productos. Se
realizó un estudio en San Cristóbal de las Casas para conocer el tipo de

alimentación de grupos indígenas migrantes de acuerdo al nivel socioeconómico,

en la discusión se menciona que “los productos industrializados mantienen un

consumo similar en ambos grupos económicos (aquellos muy pobres y quienes

tienen mejores ingresos), lo que demuestra que independientemente del tiempo

que se lleve viviendo en la ciudad y aun cuando los ingresos económicos sean

escasos, las personas incluyen en su dieta alimentos como el refresco, frituras y

pastelillos, lo que sugiere un patrón de consumo y una generalización del estilo de

vida occidental.” (Reyes, 2007, et al.)

De ahí que se haya creado el proyecto Laboratorios para la vida: El huerto

escolar en la construcción de actitudes y capacidades en ciencias, nutrición y

cuidado del ambiente (LabVida), que busca formar personas críticas y con actitud

científica por medio del huerto escolar. Formar a las personas con capacidad para

preguntar, analizar e indagar impacta en la manera de percibir el mundo porque

les proporciona herramientas con las que pueda entender mejor y decidir

sabiamente en todos los aspectos de su vida.

A pesar de todos los beneficios derivados de la práctica del huerto escolar,

en el ámbito internacional son muchos los programas de huertos que no han

tenido continuidad. Una de las razones es que en numerosas ocasiones estos se

vuelven una carga extra para el personal docente, de ahí la importancia de lograr

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que los docentes adquieran habilidades para desarrollar un programa que vincule

estas dos partes (huerto-currícula). La presente investigación hace un análisis a

partir del trabajo de profesores de educación básica que buscan integrar al

currículo el huerto escolar y las variables que facilitan o dificultan la incorporación

de las actividades del huerto en la curricula oficial, a partir de la experiencia que se


crea con el programa LabVida, como iniciativa experimental en el estado de

Chiapas.

http://www.cisc.org.mx/liderazgosjuveniles/documentos/TrabajosTerminalesUNICH/Tesis/tesis7.p
df

http://biblioteca2.ucab.edu.ve/anexos/biblioteca/marc/texto/AAQ0089.pdf

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