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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE CHIAPAS

FACULTAD DE CIENCIAS AGRICOLAS

CAMPUS IV

Tema:
Diversidad Ecológica

Docente:
ING. Javier Concepción Ruiz Alcazar

Alumno:
Alex Alberto Montes Palacios

HUEHUETAN, CHIAPAS, 15 DE NOVIEMBRE DEL 2018.


Introducción
En este trabajo hablaremos un poco sobre la diversidad ecológica que
existe en el mundo, hablaremos un poco de los recursos naturales que
son toda la materia que todos los seres vivos utilizamos y que no son
creados por el hombre si no por la misma naturaleza, también
hablaremos un poco de los factores abióticos, distribución de los
ecosistemas y sobre las relaciones ecológicas entre población todos
estos puntos son la diversidad ecológica y en este trabajo tratamos de
explicar un poco cada tema e indagarnos más para tener un poco más
de conocimientos sobre estos y así poder tener una mayor
información sobre lo que existe en nuestra naturaleza.
Factores abióticos:
En el ámbito de la biología y la ecología, el término abiótico designa a aquello que
no es biótico, es decir, que no forma parte o no es producto de los seres vivos,
como los factores inertes: climático, geológico o geográfico, presentes en el medio
ambiente y que afectan a los ecosistemas.
En la descripción de los ecosistemas se distinguen los factores abióticos, que
vienen dados por la influencia de los componentes físico químicos del medio, de
los factores bióticos, cuyo origen reside en los seres vivos y sus productos. De
igual forma, en dicha descripción cabría diferenciar a los componentes abióticos,
cuyo conjunto configuraría el biotopo, de los componentes bióticos, cuyo conjunto
constituye la biocenosis. De manera análoga se habla de evolución
abiótica (prebiótica) para referirse a las fases de la evolución físico-química
anteriores a la aparición de los seres vivos.
Los fenómenos abióticos se encuentran en la base de la biología. Los factores
abióticos, aunque generalmente ocupan un lugar secundario, pueden ocasionar un
impacto significativo sobre la evolución.
Sus componentes son:

 Sol.
 Aire.
 Agua.
 Suelo.
 Clima.
 Relieve.
 Luz.
 pH.

Recursos Naturales:
Se denominan recursos naturales a aquellos bienes materiales y servicios que
proporciona la naturaleza sin alteración por parte del ser humano; y que son
valiosos para las sociedades humanas por contribuir a su bienestar y desarrollo de
manera directa (materias primas, minerales, alimentos) o indirecta (servicios
ecológicos).

Desde que la tierra fue habitada, los seres humanos y otras formas de vida han
dependido de cosas que existen libremente en la naturaleza para sobrevivir. Estas
cosas incluyen agua (mares y agua dulce), tierra, suelos, rocas, bosques
(vegetación), animales, combustibles fósiles y minerales. Se llaman Recursos
Naturales y son la base de la vida en la tierra.
Se producen de forma natural, lo que significa que los humanos no pueden hacer
recursos naturales, pero si usarlos y modificarlos para su beneficio. Por ejemplo
muchos materiales utilizados en los objetos hechos por el hombre son los recursos
naturales.

Tipos de Recursos Naturales


Los recursos naturales que proporciona el medio ambiente se clasifican en 3 tipos
diferentes:

a) Recursos continuos o inagotables: Se corresponde con aquellas fuentes de


energía que son inagotables y que no son afectadas por la actividad humana.

b) Recursos renovables: Son los recursos que pueden regenerarse mediante


procesos naturales, de manera que aunque sean utilizados pueden seguir
existiendo siempre que no se sobrepase su capacidad de regeneración.

c) Recursos no renovables o irrenovables: Son aquéllos que una vez consumidos


no pueden regenerarse de forma natural en una escala de tiempo humana. Si
quieres saber más sobre este tipo vete al siguiente enlace: Recursos Naturales No
Renovables.

Distribución de los ecosistemas


La naturaleza se caracteriza por encontrar siempre una manera de adaptarse a las
circunstancias. Sin embargo, no lo hace de manera homogénea, ni a través de un
solo elemento. En la superficie de nuestro planeta, por ejemplo, las principales
unidades que muestran variaciones en el paisaje y las formas de vida que lo
habitan se llaman ecosistemas.
Los ecosistemas son mucho más que simples “estilos” con los que la superficie
terrestre se ornamenta. De hecho, no solo propician la aparición de uno u otro tipo
de especie de animal, vegetal o microorganismo, sino que además hay teóricos
que señalan que han influido radicalmente en el desarrollo de las diferentes
culturas y civilizaciones humanas: el modo en el que desarrollaron hábitos y
formas de pensar, y también la manera con la que ganaron o perdieron poder.
Tipos de ecosistemas

A continuación veremos los principales tipos de ecosistemas, con sus variaciones


climáticas, biológicas y orográficas.

1. Ecosistema marino

Se trata del mayor tipo de ecosistema, ya que cubre la mayor parte de la superficie
terrestre: el 70%, aproximadamente. A pesar de que grandes extensiones de los
diferentes océanos tienen poca concentración de vertebrados, el agua rica en
minerales que contiene bulle de vida por prácticamente todos lados.
Destacan los pastos marinos de algas, los arrecifes de coral y las fumarolas de las
grandes profundidades marinas.

2. Ecosistemas de agua dulce

Los lagos y los ríos también se basan en el agua, pero son ecosistemas muy
distintos a los de los mares y océanos.
A su vez, hay diferentes subtipos de ecosistemas de agua dulce: los sistemas
lénticos, los lóticos y los humedales. Los primeros están compuestos por lagos y
estanques, y en ellos el agua se mueve muy lentamente. Los segundos, en
cambio, están formados por ríos, en los que el agua se desliza con rapidez a
causa de la gravedad y el relieve del paisaje. En los humedales, los elementos del
ecosistema están saturados de agua.
En esta clase de ecosistema predominan tipos de vertebrados de tamaño medio o
pequeño, dado que no hay mucho espacio en el que desarrollarse. Algunos de los
animales más grandes que podemos encontrar son peces de la talla del siluro o
del esturión, ciertos tiburones que remontan ríos (como el tiburón toro), rayas y
una especie de foca que habita en los lagos de Finlandia.

3. Ecosistema desértico

Los desiertos se caracterizan por la bajísima frecuencia con la que hay


precipitaciones. Ni la fauna ni la flora es muy variada, ya que pocas formas de vida
grandes pueden subsistir en condiciones tan duras, y por eso alteraciones en una
especie produce efectos en cadena muy severos.
Los cactus y ciertos arbustos de hoja fina son plantas típicas de los desiertos,
mientras que los reptiles, algunas aves y mamíferos de talla mediana o pequeña
también pueden llegar a adaptarse bien al clima.

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4. Ecosistema montañoso

Los relieves muy pronunciados forman montañas y altiplanos cuya verticalidad


forma otra clase de ecosistema a causa de las condiciones climáticas y
atmosféricas características de estas áreas. En estas zonas la vida animal suele
ser muy notoria en zonas bajas y medias, aunque no en los picos escarpados.
Animales como los rebecos, los íbices y ciertos tipos de lobo, así como las aves
rapaces como los buitres y las águilas, suelen ser frecuentes en este hábitat. Por
otro lado, en zonas nevadas la biodiversidad se reduce, y las formas de vida
deben procurar camuflarse.

5. Ecosistema forestal

Este tipo de ecosistema se caracteriza por la densidad de árboles o de flora en


general. Puede dividirse en selva, bosque seco, bosque templado y taiga. En los
casos en los que hay muchos árboles juntos, la diversidad de especies animales
suele ser muy alta.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la altura juega un papel importante en
la presencia de flora. En muchos lugares. Por encima de los 2500 metros sobre el
nivel del mar no crecen árboles.
Los bosques son extensiones arboladas en las que prima la presencia de unas
pocas especies de árbol.

6. Ecosistema artificial

El ecosistema artificial es aquél en el que la acción del ser humano ha creado


espacios radicalmente distintos a los que existían hasta hace unos pocos milenios.
La presencia de edificios, rascacielos y grandes extensiones cubiertas por luces,
cemento y pavimento hace que algunas especies se adapten a estos entornos y
otras no. Algunos ejemplos claros de estos animales pioneros son las palomas y
las cotorras argentinas de muchas grandes ciudades del mundo, así como los
gatos. Estos animales se benefician de la abundancia de comida y de la relativa
ausencia de depredadores que se deriva de la presencia de humanos en las
proximidades.
Relaciones ecológicas entre población:
Las relaciones ecológicas describen las interacciones entre los organismos dentro
de su entorno. Estas interacciones pueden tener efectos positivos, negativos o
neutrales en la capacidad de supervivencia y reproducción de cualquiera de las
especies, o en la “condición física”. Al clasificar estos efectos, los ecólogos han
derivado cinco tipos principales de interacciones entre especies: depredación,
competencia, mutualismo, comensalismo y amensalismo.

Los organismos ocupan lo que se llaman nichos. Un nicho incluye el espacio físico
en el que viven, cómo usan los recursos que están en ese espacio y cómo
interactúan con otros organismos en ese espacio. La interacción entre organismos
dentro o entre nichos superpuestos se puede caracterizar en cinco tipos de
relaciones: competencia, depredación, comensalismo, mutualismo y parasitismo.
Los últimos tres subtipos se definen clásicamente como relaciones que muestran
simbiosis, pero la depredación y la competencia también pueden considerarse
formas de simbiosis. La simbiosis se refiere a una relación cercana en la que uno
o ambos organismos obtienen un beneficio.

Competencia y depredación
La depredación es cuando un organismo come otro organismo para obtener
nutrientes. El organismo que se come se llama presa. Ejemplos de depredación
son los búhos que comen ratones y los leones que comen gacelas. La
competencia es cuando los individuos o las poblaciones compiten por el mismo
recurso y pueden ocurrir dentro o entre especies. Cuando los organismos
compiten por un recurso (como alimentos o materiales de construcción) se
denomina competencia de consumo o de explotación. Cuando compiten por
territorio, se llama competencia de interferencia. Cuando compiten por un nuevo
territorio al llegar allí primero, se llama competencia preventiva. Un ejemplo son
los leones y las hienas que compiten por presas.

Comensalismo
En biología, una relación entre individuos de dos especies en la que una especie
obtiene alimentos u otros beneficios de la otra sin dañar o beneficiar a esta última.

El comensal, la especie que se beneficia de la asociación, puede obtener


nutrientes, refugio, apoyo o locomoción de la especie huésped, que no se ve
afectada. La relación comensal es a menudo entre un anfitrión más grande y un
comensal más pequeño. El organismo huésped no ha cambiado esencialmente
debido a la interacción, mientras que las especies comensales pueden mostrar
una gran adaptación morfológica. Esta relación puede contrastarse con el
mutualismo, en el que ambas especies se benefician.
Uno de los ejemplos más conocidos de un comensal es la remora (familia
Echineidae) que monta adosada a los tiburones y otros peces. Las remoras han
desarrollado en la parte superior de sus cabezas una estructura de disco de
succión oval plana que se adhiere a los cuerpos de sus anfitriones. Tanto las
remoras como los peces piloto se alimentan de las sobras de las comidas de sus
anfitriones. Otros ejemplos de comensales incluyen especies de aves, como la
gran garza (Ardea alba), que se alimenta de insectos que crecen en los mamíferos
de pastoreo o en organismos del suelo agitados por el arado. Varios piojos, pulgas
y piojos que pican son comensales en el sentido de que se alimentan de forma
inofensiva de las plumas de las aves y de las escamas de piel de los mamíferos.

Mutualismo
El mutualismo es una relación en la que ambas especies se benefician. Los
patrones de interacción mutualista ocurren en tres formas. El mutualismo
obligatorio es cuando una especie no puede sobrevivir aparte de la otra. El
mutualismo difuso es cuando un organismo puede vivir con más de un compañero.
El mutualismo facultativo es cuando una especie puede sobrevivir por sí sola bajo
ciertas condiciones. Además de esto, las relaciones mutualistas tienen tres
propósitos generales. El mutualismo trófico se ejemplifica en los líquenes, que
consisten en hongos y algas o cianobacterias. Los socios de los hongos
proporcionan azúcar a partir de la fotosíntesis y los hongos proporcionan
nutrientes a partir de la digestión de la roca. El mutualismo defensivo es cuando
un organismo proporciona protección contra los depredadores mientras que el otro
proporciona alimento o refugio: un ejemplo son las hormigas y los áfidos. El
mutualismo dispersivo es cuando una especie recibe alimentos a cambio de
transportar el polen del otro organismo, que ocurre entre las abejas y las flores.

Amensalismo: Una interacción Negativa / Cero


El amensalismo es la asociación entre organismos de dos especies diferentes en
las que una es inhibida o destruida y la otra no se ve afectada. Hay dos modos
básicos: la competencia (qv), en la que un organismo más grande o más fuerte
excluye de la sala de estar un espacio más pequeño o más fuerte o lo priva de
comida, y la antibiosis, en la que un organismo no se ve afectado pero el otro está
dañado o muerto una secreción química.

La demostración clásica de antibiosis es el efecto destructivo que el moho de pan


que tiene Penicillium sobre ciertas bacterias; La secreción, conocida como
penicilina, se ha convertido en un potente medicamento para combatir las
infecciones bacterianas. Algunas plantas superiores secretan sustancias que
inhiben el crecimiento de, o matan de manera directa, las plantas competidoras
cercanas. Un ejemplo es el nogal negro (Juglans nigra), que secreta juglone, una
sustancia que destruye muchas plantas herbáceas dentro de su zona de raíz
Polinización
La polinización ha impulsado la coevolución de las plantas con flores y sus
polinizadores animales durante más de 100 millones de años.

En la polinización, los polinizadores, incluidos los insectos (entomofilia), algunas


aves (ornitofilia) y algunos murciélagos, transfieren el polen de una parte de la flor
masculina a una parte de la flor femenina, lo que permite la fertilización, a cambio
de una recompensa de polen o néctar. Los socios han coevolucionado a través del
tiempo geológico; en el caso de los insectos y las plantas con flores, la
coevolución ha continuado por más de 100 millones de años. Las flores
polinizadas por insectos se adaptan con estructuras con formas, colores brillantes,
patrones, aroma, néctar y polen pegajoso para atraer insectos, guiarlos para
recoger y depositar polen y recompensarlos por el servicio. Los insectos
polinizadores como las abejas están adaptados para detectar flores por color,
patrón y aroma, para recolectar y transportar el polen (como con cerdas en forma
de canastas de polen en sus patas traseras), y para recolectar y procesar el néctar
(en el caso de la miel). abejas, elaborando y almacenando miel). Las adaptaciones
en cada lado de la interacción coinciden con las adaptaciones en el otro lado, y
han sido moldeadas por selección natural en su efectividad de polinización.
Conclusión:
Gracias a este trabajo pudimos saber un poco
más sobre la diversidad ecológica existente en el
mundo, como bien sabeos es de muy buena
importancia para nosotros tanto aprendimos cómo
funciona la diversidad como también nos dimos
cuenta de la importancia de cada animal o
bacteria en la tierra.
Bibliografía:
Department of Biodiversity and Conservation Biology (Universidad del Cabo
Occidental). (s. f.). Abiotic components

http://www.areaciencias.com/recursos-naturales.htm

https://psicologiaymente.com/miscelanea/tipos-de-
ecosistemas

https://kerchak.com/relaciones-ecologicas/

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