Está en la página 1de 2

ARAUCANA

Narra la batalla cruel entre araucanos y españoles. Aparecen indígenas descastados por su gran
valor tucapel, caupolican, entre otros, que resistían fuertemente con astucia y estrategias de guerra
el embate fuerte del español.
Las armas que principalmente se valía este pueblo belicoso eran picas, alabardas, lanzones,
hachas, martillos, flechas, bastones.
De los españoles tomaron o adoptaron otras, y aprendieron a fabricarse con fuertes objetos. Lo
guerreros se especializan en el manejo de un arma y tratan de no ejercitarse en las demás para no
perder su habilidad.
En una mina los cansados peones se contentan con las colas o acciones aferradas, luego se
cundió el pánico entre hasta ayer los valientes soldados, de los cuales escasos salieron con vida
desechos y desalentados. Atonito y afliguido quedo el pueblo temor, angustia, dolor quedaban allí
solo miraban rostros desfigurados, luego el ejército araucano sabedor del abandono de concepción
entro al valle de penco.
Tucapel se ofreció a marchar con no más de 500 hombres por la ciudad imperial está en
sus puertas y tejados habían águilas imperiales hechas de madera durante 14 días estuvieron de
holgor y fiesta ocupados en juegos y danzas, al cabo de reconstruir los escuadrones para iniciar su
marcha por el imperio con caupolican al frente y lemolemo a la retaguardia marcharon por el
imperio.
El 23 de abril de 1554 aconteció un milagro, su salvación, ciudad de cauten desguardecida de
munición pocos hombres, pero los mejores insuficientes para la guerra.
Araucanos se dieron cuenta de la ciudad estando a puertas de cauten se apareció en el cielo a
todo el ejército araucano una mujer en una nube cubierta con un claro y limpio velo. La lucha llego
hasta que se lanzaron unos contra otros los españoles comprendieron que iban a ser vencidos.
Huyeron hacia la costa y se fueron en sus barcos. Estos salieron con unos pocos sobrevivientes
los que quedaron muertos en campo de guerra, el ejército araucano les cogieron armas y corazas.
Los araucanos llegaron con noticias que los españoles montan una ciudad sobre las ruinas
de concepción, un viento de alegría llego porque pensaron en otra derrota, estos guerreros se
asustaron porque si se les apareció esta mujer era por dolencias, no creyeron y dijeron que eran
fuertes y poderosos, diciendo que no van a detener al ejercito Caupolicán.
Dos españoles que marcharon sigilosamente hasta una casa vieron a la Lautaro con armadura de
los españoles, el los alcanzo a ver y les dijo: "todo el ejército araucano no va a descansar hasta ver
el ultimo español muerto", según a lo que dijo Lautaro se presentaron muchas batallas entre ambos
bandos y siempre salía perdiendo el ejército español porque el ejército araucano tenía
muchos hombres muy bien entrenados y armados, Lautaro así perdieron la batalla nunca hacía
notar su derrota sino que más empezaba a apretar a sus guerreros y que salgan a marchar por las
calles. Lautaro y su ejército robo al ejército español ganado y objetos mientras otros estaban en la
guerra para así poder alimentar a sus hombres. Luego España se dio cuenta y le propuso a
Lautaro una pelea entre los mejores guerreros de ambos bandos y el que ganara le devolvía su
ganado o se quedara con él. Lautaro se retiró a la boca de Italia, en donde concentro a sus
mejores hombres para atacar a Mapocho, un indio se dio cuenta de esto y le fue a decir a Lautaro
que la defensa de Mapocho estaba más armada, de inmediato se apresuró Lautaro y mando a
traer a una montaña vecina, allí había una caleta con muchas armas y munición.
Al ver esto Villagrán que había partido me Mapocho para cauten, se encontró a su camino con un
indio, al que tomo prisionero y amenazó de muerte sino le daba informes ciertos de Lautaro y su
gente.
El indio prisionero prometió llevar a Villagrán en una noche hasta donde deseara, así lo hizo
conduciendo a la tropa por ásperos caminos hasta un tiro de ballesta de la sierra empinada a cuyo
pie estaba el campamento de Lautaro, los intricados caminos que conducían a ellas estaban
celosamente guardados por centinelas, tuvieron que andar sigilosamente para no ser vistos ni
oídos.
La alegría y la suerte llego a Villagrán porque ni siquiera sus caballos relinchaban, ni prendieron la
alarma en el ejército araucano.
Rendido por las duras jornadas Lautaro se había quitado su casco, su peto y se había acostado en
un árbol, Villagrán espero que las primeras claridades del día afianaran las sombras de la noche
para lanzarse al desprevenido campamento. Esperaron un rato cuando de repente se lanzaron
tomando dormido al ejército araucano y a Lautaro, los primeros indios que acompañaban a la tropa
de Villagrán eran flecheros, el primero en caer fue Lautaro que recibió un flechazo en su corazón.
Los desprevenidos indios acudieron rápidamente a sus armas, pero ya era tarde, y a todos los
mataron.
Ocurrió entonces la más sangrienta batalla de cuantas tuvo el ejército araucano.
Si Lautaro no se hubiera quitado su protección podría haber sobrevivido. Algunos guerreros
araucanos lucharon y dijeron que no estaban dispuestos a morir antes de rendirse, así que el
ejército de Villagrán se tuvo que esforzar más, pero ¡gano!
De los pocos que no pudieron huir solo quedo con vida el indio Maillen, que al verse perdido y no
deseando entregarse se dio muerte por su propia mano.
De lima partió una expedición llevando al frente una lúcida banda entre estos iban muchos
soldados que al llegar al puerto fueron atendidos con suculentos platos de comida. En el puerto
estaban los diez barcos que los iban a llevar, entre ellos iba Ercilla.
Alegres los estómagos empezaron a abordar los barcos que estaban muy bien adornados con
banderas, gallardetes, estandartes. Después de un momento empezaron a zarpar los barcos, pero
poco falto para que no alcanzaran a irse por que empezó una tempestad en el pacifico, estas
enormes tormentas alcanzaron a hacer daños en los barcos, pero no dificulto el viaje.
Luego de unos días los barcos arribaron a la caleta de concepción y atraco a la isleta de Talca.
Esta isla estaba habitada por indios, que al ver que llegaban los barcos solo se les ocurrió atacar y
de enseguida alistaron las armas. Más la suerte de España que al ver esto puso un pie sobre el
suelo y de repente cayo un rayo y daño un barco. Los indios al ver esto se asustaron porque
pensaron que eran los dioses.
Estos citaron a los caciques de cada grupo y a los reyes y empezó una discusión de territorios que
casi lleva a una guerra.

También podría gustarte