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NARCOTRÁFICO COMO DELITO CONEXO CON EL DELITO POLÍTICO DE

REBELIÓN

GLORIA ENIT RANGEL GÓMEZ

JORGE ARTURO TORRES LARROTA

SOCORRO DÍAZ

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA AMERICANA

FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES

PROGRAMA DE DERECHO

BARRANQUILLA, 2017
TABLA DE CONTENIDO

Pág.
INTRODUCCIÓN 1

1. Antecedentes y contexto histórico del delito de narcotráfico 6


dentro del conflicto armado interno.
1.1. Antecedentes y consideraciones teóricas 6
1.2. Conceptualidad de la conexidad. 16
1.3. Marco legal y Constitucional en Colombia 18
1.3.1. Constitución Política 18
1.3.2. Acto Legislativo 01 DE 2012 19
1.3.3. Código penal 21
1.3.4 Sentencia C-579/13 23
1.3.5 Sentencia C-577/14 24
1.3.6. Sentencia CP 117-2015 25
1.3.7. Acuerdo de Paz Final 28
1.3.8 Ley 1820 del 30 de diciembre de 2016 29

2. Aspectos jurídicos de los delitos políticos y conexos.

3. Requisitos para establecer los delitos conexos a los delitos


políticos de rebelión en el marco del proceso de paz en Colombia
y acorde a las normas Constitucionales.

Conclusiones

Bibliografía

Anexos
INTRODUCCION

El acuerdo de paz en Colombia ha estado enmarcado en una serie de obstáculos para su

culminación, hay múltiples posiciones con respecto a las negociaciones entre Gobierno y

guerrillas, por un lado las que apoyan en general el acuerdo y por el otro, los que encuentran

reparos en diferentes puntos del mismo. En este contexto el gobierno apunta dentro de muchos

enfoques, a tratar de agilizar su implementación para lograr una desmovilización en el corto

plazo, aunque puntos claves como la penalización del narcotráfico dentro del conflicto tiene

muchos vacíos jurídicos. En relación con este punto, el Estado pretende brindar medidas

opcionales (conexidad) capaces de lograr la aceptación del grupo FARC, que por su flexibilidad

en cuanto a no pagar con cárcel por la actividad relacionada con el narcotráfico, podrían ir en

contravía a las normas vigentes.

Es difícil que un país que reclama a la vez justicia, esperanza de una paz verdadera y

duradera, se logre establecer una armonía en el acuerdo y sus puntos de mayor polémica. Tal

coyuntura coloca a la administración ante la disyuntiva de cómo dirigir el asunto de justicia

transicional con los crímenes perpetrados por las FARC-EP sin incurrir en condenas no atractivas

para el grupo subversivo, ni excediéndose en prebendas que la ciudadanía considere como

generadoras de impunidad. Específicamente y en un tema tan delicado como es el narcotráfico, el

gobierno en diciembre del 2014, incorporó este crimen como delito conexo a los delitos políticos

perpetrados por las Fuerzas Revolucionarias de Colombia, con lo que se podría llegar a dar un

escenario de indulto de esos hechos.


Y es que no se puede solo trazar medidas para lograr el anhelado acuerdo de paz que todo el

país espera, hay que sopesar y analizar detenidamente que consecuencias pueden ir de la mano de

tales decisiones, las FARC se colocaron a nivel mundial como uno de los más grandes

distribuidores de cocaína, por ende examinar y precisar tanto a nivel nacional como a nivel

internacional las políticas claras al respecto será importante; en la primera puntualizar si existen

los criterios de conexidad para su integración a los delitos políticos de rebelión y en la segunda

aunque la justicia transicional le da ciertos márgenes de aplicación de políticas criminales

especiales, el país posee compromisos internacionales que imponen una conducción del tema

inteligente y seria para no exponer su realidad geopolítica.

La polémica que ha generado fuertes discusiones y posiciones encontradas es que si se amplía

el concepto de delito político y se incorpora como conexo al narcotráfico, en el marco jurídico

, supondría un obstáculo que impediría las solicitudes de extradición que ya existen,

especialmente contra los máximos cabecillas de las Farc. El tema en cuestión que pretende que el

narcotráfico o el beneficio producto del narcotráfico en el marco del conflicto armado hagan

parte del espectro que cobija el delito político en Colombia no es un debate menor y genera una

intensa polémica a nivel político y jurídico.

Tal dilema de establecer medidas para lograr un acuerdo de paz en el corto plazo y al tiempo

no sobrepasar las líneas que reflejen una impunidad ante tal delito como el narcotráfico, coloca al

gobierno en una balanza difícil de medir. En el proceso de paz que el gobierno actual colocó

como prioridad y específicamente en los acuerdos de La Habana, se reafirmó la petición del


grupo subversivo de tratar al narcotráfico como delito conexo al delito político de rebelión,

obviamente para lograr indultos al respecto; la Corte Constitucional hace referencia a los

beneficios de tal posición así:

Delito político-Fines plenamente diferenciables

El delito político ha sido un concepto normativo empleado con tres fines plenamente

diferenciables: (i) Permitir que a los condenados por estas conductas les sea otorgada

una amnistía o les sea concedido un indulto; ejemplo de ello, es la consagración que

desde 1991 se hizo en el numeral 17 del artículo 150 de la Constitución. (ii) Impedir

que los perseguidos por conductas que se consideren delito político sean extraditados,

tal y como lo prevé el tercer inciso del artículo 35 de la Constitución. (iii) Permitir

que los condenados por estas conductas participen en política, específicamente para

que puedan acceder a cargos públicos y ejercer el derecho de sufragio pasivo. Caso

de las previsiones de los artículos 179 numeral 1º, respecto de quienes aspiran a ser

elegidos como congresistas; 197 inciso segundo, para ser elegido Presidente de la

República y Vicepresidente; 232 numeral 3º, respecto de los magistrados de la Corte

Constitucional, la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado; y 299 inciso

tercero, en relación con los diputados de las asambleas departamentales, todas ellas

mencionadas con anterioridad. Al tener en cuenta esta diferenciación, resulta evidente

que en cuerpos internacionales que forman parte del bloque de constitucionalidad y

en diversas sentencias que conforman la jurisprudencia constitucional relativa a la

materia, se consagran límites respecto de i) la concesión de amnistías e indultos, así

como de ii) la prohibición de extradición de delincuentes por parte del Estado

colombiano; límites que a su vez determinan cuáles delitos podrán considerarse como
políticos o conexos a delitos políticos cuando estas categorías sean utilizadas con

dichos fines.

Claramente se observa el interés tanto de las FARC como del gobierno (éste para acelerar la

firma del acuerdo) para que este punto tan polémico sea aceptado. Pero es tan claro, como las

partes que lo solicitan, a lo conceptuado en la jurisprudencia de la Corte Constitucional y la Corte

Suprema de Justicia, resumida tales posiciones en la C-577 de 2014 que establece los requisitos

para considerar los elementos de conexidad del delito político:

TRES CRITERIOS PARA DETERMINAR LA POSIBLE CONEXIDAD DE UN

DELITO AL POLÍTICO:

Finalidad: Si el fin del delincuente es altruista y de mejora colectiva, el delito puede ser

considerado como político; si el fin es egoísta o de provecho propio corresponde a un

delito común. Aquí es clave entonces separar entre el uso del narcotráfico como una

herramienta para fines políticos y su opuesto: hacer la guerra para mantener el propósito

fundamental del tráfico de estupefacientes como negocio. Al primero podría

considerársele como conexo, pero no al segundo.

Conexidad: El delito conexo tiene que ser una derivación directa y necesaria del delito

principal. En este sentido, para que actividades de tráfico de estupefacientes puedan ser

consideradas como conectadas al delito político y no como independientes tiene que

existir la obligación de los rebeldes de devolver todas las ganancias de dicha actividad

(que debería ser usada para la reparación de las víctimas) y desmontar el negocio. De lo

contrario es imposible defender tanto la finalidad como la conexidad con la rebelión.


Proporcionalidad: Aun si el delito se comete con un móvil altruista y tiene relación directa

no puede ser considerado como conexo al político si su impacto es desproporcionado o

atroz. Pero el narcotráfico no es un delito atroz en sí mismo como es el secuestro. Una

cosa es exportar drogas ilícitas y otra es la violencia que ese mismo actor individual o

colectivamente haya cometido. Quien haya cometido delitos atroces deberá responder

separadamente por los mismos.

De tales criterios y en base al contexto enmarcado en todo el proceso de paz y de los acuerdos de

la Habana se trata el análisis de esta investigación, tratando de aportar desde la academia

conceptos que vitalicen el tema.


1. ANTECEDENTES Y CONTEXTO HISTÓRICO DEL DELITO DE
NARCOTRÁFICO DENTRO DEL CONFLICTO ARMADO INTERNO.

1.1. ANTECEDENTES CONSIDERACIONES TEÓRICAS

Para debatir y estar claros sobre el tema a tratar debemos centrarnos en los conceptos que son

la base de los argumentos para tratar al narcotráfico como delito conexo al de la rebelión, así

definimos 3 puntos:

Claramente la definición de delito político y la conexidad tendrán validez solo en lo que

en Colombia se determine ya sea en la ley o en la jurisprudencia, no podrían entrar

definiciones de orden internacional.

Los delitos políticos en Colombia aceptados son el de la rebelión, la sedición y la

asonada.

El delito del narcotráfico está totalmente tipificado en el Código Penal Colombiano. Cada

actor según su accionar en el negocio del narcotráfico tendrá afectación diferente.

Definamos el concepto de conflicto armado en Colombia, se puede decir que este es una

confrontación armada entre el Estado y una milicia opositora, de tal modo que dicho fenómeno

siendo de carácter interno, no trata en ningún modo de conflicto armado internacional, lo que si

debe existir en esta guerrilla es una organización con mando directo y responsable, los cuales

posean un control en parte del territorio nacional que los posibiliten ejercer maniobras militares

regulares y que dentro de ese contexto puedan estar adheridos a los elementos que conlleva un

conflicto armado.(Bernal, 2017)

Conflicto armado y el Narcotráfico


Al principio el ingreso mayor para financiar el conflicto armado para las FARC era el

secuestro y la extorción, pero el infructuoso intento de los grandes capos de la droga para

adueñarse de la mayoría de la tierra cultivada por sembrados ilícitos dio margen para que el

grupo guerrillero de se apropiara de estos y liderara el negocio, se dio entonces la asociación de

la guerrilla con el narcotráfico, indudablemente con esta unión las FARC lograron una

independencia económica que logró fortalecer su aparato bélico en gran escala, todo esto sin

depender de terceros. Aunque hay opiniones contrarias, se afirman en sectores de izquierda que la

guerrilla se dedica a la protección de los territorios cultivados con coca u otros cultivos ilícitos y

que en general el grupo no implementa actos de comercio del narcótico (interpretando

“comercio” como el trasporte y distribución en los mercados internacionales) (Ortiz, 2000, p.35)

Las FARC se consolidan en el aspecto de representar un gobierno en tales zonas, asumiendo

roles de jueces, policía y ejército (esto defendiendo las zonas de cultivos ilícitos de la lucha

estatal), el comercio del narcótico lo han dejado en manos de las pequeñas mafias o de la

delincuencia común. Claro está que cierto número de comandantes con rangos medianos se

implicaron en el negocio en procesos de producción de pasta de coca y asociación con las

personas comercializadoras del producto final. (Ortiz, 2000, p.36)

El grupo guerrillero FARC es catalogado por algunos estados como un cartel de la coca, no

obstante a nivel nacional se maneja que este grupo percibe del negocio del narcotráfico un tributo

producto de la seguridad que brinda en las zonas de producción de los estupefacientes. Según

informes de inteligencia de las fuerzas armadas de Colombia, esta milicia coloca un 30% de sus

efectivos para la tarea de protección del territorio de sembrado y elaboración de la droga; estos

documentos revelan a la vez que en el año de 1998 el grupo subversivo devengó en total

$522.000.000.000.oo y de los cuales aproximadamente la mitad fue producto de la relación con el


narcotráfico, se resalta que dichos informes hablan de solo un 20% para gastos operacionales y el

80% restante lo invierten en compra de material y negocios lícitos. (ONDCP ,2016)

Las FARC han negado siempre que se les considere narcotraficantes y solo reconocen que

tributan en etapas que comprenden:

o Tributo a los llamados “cocaleros” que oscila entre 45 y 55 dólares por kilo de base de

coca

o Tributo a los negociantes, que oscila alrededor de 180 dólares por kilo de base de coca.

o Tributo a la fabricación en las instalaciones enclavadas en los territorios de su dominio

que llega a 100 dólares por cada kilo de cocaína producida. (McDermott, 2014,p.23)

Lo que no puede negar este grupo guerrillero es que su comportamiento, acciones y

actividades a través de los años, particularmente en la últimas década, cambio sustancialmente; la

evolución de una guerrilla tradicional a una guerrilla corrupta y criminal los colocó en una

imagen negativa tanto a nivel nacional como internacional, donde la primera se concentraba en

arremeter a la fuerza pública y lograr una posible aceptación popular con ideas altruistas y la

segunda dedicada a fortalecer sus finanzas a través de secuestros, extorción y narcotráfico todo

ello opacando las ideas revolucionarias de antaño, sin embargo lograron como ninguna otra

milicia a nivel latinoamericano ingresos mayúsculos.

Como todo tema polémico la conexidad del narcotráfico con el delito político de rebelión,

que en un bando no encuentra vínculo alguno y en el otro bando dice tener argumentos válidos
para su aplicación en el proceso de paz y en el acuerdo final ponen en jaque la decisión que se

avecina en el Congreso de la República. El grupo guerrillero en declaraciones hechas por el

guerrillero Luis Antonio Losada, leyó el comunicado en el marco de las conversaciones de paz

entre las Farc y el Gobierno en el cual niegan rotundamente ser narcotraficantes. Algunos apartes

de su comunicado:

“Nunca hemos admitido ni admitiremos ser narcotraficantes o que los hechos que

configuran el complejo fenómeno del narcotráfico se asimilen, en su conjunto, al carácter

que tienen el delito político y la rebelión”.

Admitimos sin embargo la existencia de "actos de financiación que han tocado distintos

sectores, incluidos traficantes de todo tipo de mercancías legales e ilegales".

"Sin involucrarnos en procedimientos de cultivo de marihuana, coca o amapola, ni en

actividades de producción o comercialización de drogas de uso ilícito".

Acusaron el presidente Juan Manuel Santos de confundir "en la mente de los colombianos

y de muchos en el mundo la imagen del guerrillero con la del narcotraficante, incurriendo

en una distorsión conceptual de fondo (...) que genera confusión”.

En su opinión, “esta revoltura desfigura la lucha altruista, que entraña el legítimo derecho

a la rebelión” y busca "el desprestigio de una fuerza rebelde que por principio considera

nociva la existencia del negocio capitalista del narcotráfico”.


“El delito político es otro asunto. La rebelión es delito político, y todo acto, toda

conducta que se realice para hacerla efectiva, tiene carácter conexo”.

"La lucha de medio siglo de las FARC-EP, se ciñe a las conductas de tipo político y

militar que configuran la rebelión; ellas han tenido como objetivo supremo avanzar en la

construcción de otra Colombia, en libertad y democracia".

Las FARC siempre ha planteado y asumido "el debate público sobre el fenómeno del

narcotráfico, como un problema social y global, que requiere del concurso de las naciones

del mundo para su solución".

El motor fundamental del narcotráfico es el sector financiero identificado en "grupos de la

banca, en cúpulas económicas y políticas ligadas al lavado de activos, a la especulación, a

la construcción, a la industria, al latifundio, al paramilitarismo".

Las FARC seguirán insistiendo en el tratamiento penal diferencial, para que no se ensañe

el Estado contra pequeños agricultores que estén o hayan estado vinculados con cultivos

de uso ilícito. Comunicado FARC, (4 de junio de 2106). Recuperado de

https://noticias.caracoltv.com/.../no-somos-mafiosos-no-hicimos-una-guerra-por-enriq.

Se decidirá entonces en el Congreso el futuro del acuerdo final y que cada punto incluido el

tema que se trata se analice cuidadosamente sin que llegue a tener un dictamen al acomodo

político de turno, que sean valoradas con el lleno total de la justicia. Que esta supuesta futura

aplicación de conexidad reúna todos los requisitos que dicta la ley y este bajo las normas

constitucionales.
1.1.2 CONSIDERACIONES TEÓRICAS

Indudablemente el accionar irregular, hablando de términos de conflictos armados en general,

en el país arrastra actos atípicos que han desdibujado lo que tradicionalmente se conoce o palpa

en el pensamiento de una guerrilla que lucha por ideales, como bien lo describe en su libro

Ramelli (2003):

, «[...] mientras que los líderes de estas agrupaciones armadas manifiestan estar llevando a

cabo una lucha armada popular y revolucionaria de corte marxista-leninista, la constante

perpetración por parte de aquellos delitos comunes (narcotráfico, secuestro, extorsión,

etc.) como medio para financiar sus actividades, así como la comisión de actos delictivos

de tinte claramente terrorista, en opinión de algunos, o actos de guerra, en concepto de

otros (v. gr. voladura de oleoductos y de torres de conducción de energía eléctrica), han

contribuido a desdibujar el carácter exclusivamente político de su lucha armada»(pág.

448)

En el contexto de Conflicto armado interno, se entenderá como delito político aquel realizado

con el fin de atentar contra las instituciones Estatales. Esto para lograr cambios sustanciales

acordes a ideales del grupo accionante, sustentados en principios altruistas en beneficio del

pueblo oprimido. Se pueden agrupar tales delitos como el de rebelión, sedición asonada y los

conexos.

Partiendo de esta definición, los delitos políticos no son puros en su conformación, están

siempre conformados por otros delitos que integran los medios para lograr los fines. Es así como

Pérez (1986) interpreta tal afirmación:


El delito político puro es una ilusión pura. Nadie se levanta en armas para que estas

permanezcan en alto. Quien apela a esos medios conoce los riesgos que va a afrontar. Las

armas se han hecho para combatir. De sus explosiones depende el sojuzgamiento o la

liberación. Cualquiera que sea el daño resultante, como este encadenado al objetivo

propuesto, es un daño que se vincula al hecho principal. La culpabilidad se unifica. No

hay tantas infracciones como bienes jurídicos afectados sino una sola: la política. Con las

excepciones que expresamente señale la ley.

De tal manera aparecen los llamados delitos conexos, que se adhieren a los delitos políticos

para asegurar estrategias que producirán mejores resultados en la consecución de las metas

trazadas, tanto a nivel militar como financiero.

Sin embargo la conexidad de un delito al delito común tiene más de apreciación y de

coyuntura que de posición normativa; podemos ver algunas de las teorías doctrinales al respecto

Posada (2010):

Teoría de la conexidad objetiva, habrá conexidad cuando un comportamiento antijurídico

y culpable lesione o ponga en peligro bienes jurídicos no personalísimos y, además, sea

necesario como un medio idóneo para la concreción o materialización del peligro contra

el régimen constitucional o legal vigente.

Teoría de la conexidad puramente subjetiva, se da cuando el delito común es llevado a

cabo con la única finalidad de posibilitar la ejecución de un delito político posterior.

Teoría de la conexidad consecuencial, que “supone la existencia de un aparente concurso

de tipicidades que se resuelve mediante el principio de consunción por un hecho posterior

impune”, existe cuando los delitos comunes se llevan a cabo con el fin de “ocultar o
asegurar (…) o desarrollar o aprovechar la posición alcanzada con éstos, o garantizar la

explotación (…) de los beneficios antijurídicos obtenidos” con los delitos políticos. Todo

esto, claro está, según el plan criminal del sujeto.

Ahora si bien es cierto que los tiempos cambian y con ellos las normas legales, siempre se

propende por establecer la convivencia ciudadana rodeada de la tan anhelada paz, es así como

la historia nos muestra algunos ejemplos. Silvia Betancourt Alliegro(2013), en su informe

“Para acabar con la guerra una vía: la Amnistía” relata que en Colombia se ha indultado y

amnistiado, desde enero 19 de 1820, veamos qué indultó el Congreso de Angostura: “Delitos

políticos y comunes.

Así mismo, indica que “al año siguiente, el 21 de junio de 1821, el General Santander usó

la palabra amnistía para llamar a la concordia a todos los habitantes de la provincia de

Antioquia, prófugos o enemigos, a quienes perdonó”: Delitos políticos y comunes, “sean

cuales fueran las faltas que hayan cometido” (Betancourt, 2013)

En otro enfoque, Colmenares (2015), hace referencia a la necesidad de distinguir claramente

los elementos del delito conexo con delitos no conexos:

…( ) no se hace alusión a los delitos conexos como si fueran accesorios, estos son tipos

penales independientes cuya ejecución no se haya condicionada a la comisión de otra

conducta per se, no se habla de conexidad procesal o la llamada doctrina de los concursos,

nos encontramos con conductas punibles individuales, principales en esencia, cuya

comisión está orientada por un móvil progresista y una finalidad altruista, lo que hace que

alberguen dicha calificación de conexos.


……Aporte significativo en las bases teóricas lo es Pérez Luis (1986), en su libro sobre “Los

Delitos Políticos”, con una radical posición de defender el accionar de los que en la época del

magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán, realizó enfoques sobre el delito político que en la actualidad

para muchos tratadistas del tema tienen fuerza, en su escrito comenta:

….( )donde el delito es apenas un “síntoma que denuncia enfermedades del organismo

social”, y “los monstruos criminales” se consideran “hijos de su mundo circundante”. Por

eso, “el delito político no debe estudiarse unilateralmente en su relación con la ley, sino

también en su génesis, en su relación con los sentimientos, ideas, prácticas y sistemas

vigentes para un conglomerado nacional”. Todo delincuente sería así producto de la

sociedad, pero existiría una distinción - de acuerdo con los móviles que hayan

determinado la violación de la ley - , entre los llamados delincuentes comunes y los

delincuentes políticos: “en los primeros”, “los móviles son de interés egoísta y antisocial.

En los segundos, son de naturaleza altruista y social”.

Según Pérez Luis (1986) para determinar a qué delitos puede atribuirse el carácter de conexo

se dan dos enfoques, un lado el criterio objetivo que acepta como delito político, únicamente

aquellos que con variadas denominaciones están definidos y reprimidos en las normas

sustantivas; por el otro la concepción subjetiva del delito político, que acepta como tales, no sólo

los previstos en las normas enunciadas, siendo aquellos hechos que siendo aparentemente

comunes, por conexidad con los ilícitos políticos, pueden favorecer la comisión de ellos o

permitir al autor escapar a la aplicación de la sanción pena


1.2. Conceptualidad de la conexidad.

El concepto de conexidad analizado a por la Corte Suprema de Justicia al resolver la demanda de

inexequibilidad, contra la ley 37 de 1982 (Pérez, 1948) argumentando sus observaciones en que:

La tesis objetiva es la que toma en consideración el bien jurídico lesionado, en su

objetividad a saber, la estabilidad institucional del estado y sus autoridades. Ello significa

que delitos políticos tan solo serían la rebelión, la sedición, la asonada y otros semejantes

según su objeto. Para la tesis subjetiva, sicológica o de los fines, hay delito político

cuando el acto ilícito, cualquiera que sea su naturaleza, obedece a motivos políticos o

tiene finalidad de esa misma índole. La tesis mixta es una combinación de las anteriores;

cualquiera rebelión es delito político, como también cualquier delito cometido con

intensión política; pero así como lo será un robo con fines de política, no lo será una

rebelión con fines de codicia.

Podemos referirnos entonces como delitos conexos a las conductas punibles individuales,

principales en esencia, cuya comisión está orientada por un móvil progresista y una finalidad

altruista, lo que hace que alberguen dicha calificación de conexos. En la determinación de a que

delitos pueden atribuírseles el carácter de delitos conexos al delito político, lo clave es analizar

justamente el adjetivo calificativo, por tanto es preciso sostener de inmediato que el valor

subjetivo sigue siendo el precepto magno en el caso concreto, tanto así que de no mediar dicho

elemento volitivo seria calificado como delito común (Pérez, 1986). Por lo cual el delito conexo

es promovido por una causa y de ella surge la categoría, sin dejar de ser un delito principal en

esencia que se realiza conjuntamente al delito político.


Con el enfoque de las tesis referidas, y las observaciones hechas por la Corte Constitucional

en relación a los delitos conexos, es indispensable identificar los criterios para que el narcotráfico

como ingreso de la guerrilla sea estimado como tal y obtengan los beneficios que se otorgan. De

las apreciaciones de la jurisprudencia, se podría catalogar el delito en comento como conexo si

cumple ciertos parámetros:

 La finalidad,

 La conexidad

 La proporcionalidad.

Se presentaría dificultad en evaluar e identificar los criterios que al ser típicos en cada caso

especial sea analizado singularmente, casi que de obligatoriedad la revisión particular de cada

situación en la que evoluciono la conducta y el individuo activo del delito. Lo anterior teniendo

en cuenta los bienes jurídicos afectados y las normas de derecho internacional que impedirían

darle ese trato privilegiado en casos determinados, como cuando se trata de delitos graves que

afectan la humanidad. Sin embargo, pese a su complejidad, esta tesis no es incompatible con el

ordenamiento jurídico colombiano ni con el desarrollo teórico planteado frente al particular.

La Justicia Transicional es el factor de alivio para que el delito de narcotráfico en manos del

sujeto activo que en este caso es la FARC, pueda ser catalogado dentro de este contexto pudiendo

poner en balanza de igualdad lo regulado en el proceso de los paramilitares.


1.3. MARCO LEGAL Y CONSTITUCIONAL EN COLOMBIA

1.3.1. Constitución Política, se puede ver expresamente la palabra “delitos políticos” en ocho

artículos de nuestra Carta Fundamental actual: en una ocasión cuando se refiere a la extradición

(art. 35); en dos ocasiones, cuando se refiere a la amnistía y al indulto (art. 150, num. 17 y art.

201, num. 2); en tres ocasiones, cuando se refiere a los requisitos para ocupar determinados

cargos públicos de elevada importancia (art. 179, num. 1, art. 232 y art. 299) y, además, en dos

disposiciones transitorias (arts. 18 y 30)

1.3.2. La ley 30 de 1986 o Estatuto Nacional de Estupefacientes tipifica los delitos

relacionados con la producción y el tráfico drogas ilícitas en Colombia, así como con la

importación y uso de sustancias químicas para el procesamiento de alcaloides y de sustancias que

producen adicción. En lo que tiene que ver con consumo, reglamenta las campañas de prevención

y programas educativos para evitar el uso de drogas y dispone la creación de la Dirección

Nacional de estupefacientes.

Es importante mencionar que esta ley ha sufrido varias modificaciones, entre ellas se destacan las

realizadas por la Corte Constitucional a través de la Sentencia C-221 de 1994, la cual despenaliza

el consumo y porte de la dosis personal, y las establecidas por el nuevo Código Penal del año

2000, que modifica de manera sustancial las sanciones penales y pecuniarias para los delitos

relacionados con estupefacientes.

1.3.3. Código Penal incluye un capítulo titulado “De los delitos contra el régimen constitucional

y legal”, donde están tipificados los delitos de sedición, rebelión, asonada, conspiración, y
“seducción, usurpación y retención ilegal de mando”. El narcotráfico y el porte ilegal de armas

pueden ser reconocidos efectivamente como delitos conexos con el delito político de rebelión

El narcotráfico y el lavado de activos se encuentran reglamentados en el nuevo Código Penal,

bajo el título XIII “de los delitos contra la Salud” y el título X “Delitos contra el orden

económico social”. En el Capítulo 2, “del tráfico de estupefacientes y otras infracciones”.

1.3.4. Acto Legislativo 01 DE 2012, que tuvo “como finalidad prevalente facilitar la

terminación del conflicto y el logro de la paz”, fue presentado como modelo de justicia

transicional que el mundo utilizaría cada vez que necesitara instrumento de naturaleza

comparable, pero no fue aceptado por las Farc porque no había sido concertado con ellas y

versaba sobre un tema que debía definirse en La Habana.

1.3.5. Sentencia C-579/13

Instrumentos jurídicos de Justicia Transicional- /Marco Jurídico para la Paz. La

Corte encontró que si bien la demanda se dirigía contra la expresiones “máximos”,

“cometidos de manera sistemática” y “todos los”, contenidas en el inciso cuarto del

artículo 1°, estas se encuentran estrechamente vinculadas a un sistema integral de

justicia transicional, por lo cual era necesario pronunciarse sobre la totalidad del inciso.

La Corte determinó que existe un pilar fundamental de la Constitución que consiste en

el compromiso del Estado social y democrático de derecho de respetar, proteger y

garantizar los derechos de la sociedad y de las víctimas. En virtud de este mandato,


existe la obligación de: (i) prevenir su vulneración; (ii) tutelarlos de manera efectiva; (iii)

garantizar la reparación y la verdad; y (iv) investigar, juzgar y en su caso sancionar las

graves violaciones a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario.

Constató que la reforma introducida mediante el Acto Legislativo demandado partió de la

base de que para lograr una paz estable y duradera es necesario adoptar medidas de

justicia transicional.

1.3.6. Sentencia C-577/14

Marco Jurídico para la Paz- /Instrumentos Jurídicos de Justicia Transicional-

Marco Jurídico Especial de Justicia Transicional

Juicio de Sustitución de la Constitución

El artículo transitorio 67 se enmarca en el Acto Legislativo 1 de 2012, cuerpo

reformatorio de la Constitución “por medio del cual se establecen instrumentos jurídicos

de justicia transicional en el marco del artículo 22 de la Constitución Política y se dictan

otras disposiciones. Es decir, la disposición constitucional que ahora se controvierte,

hace parte de una serie de medidas de carácter excepcional, pensadas para facilitar la

terminación del conflicto armado interno y alcanzar la paz (de forma estable y duradera),

según lo prescribe el artículo 1º del Acto Legislativo 1 de 2012. El carácter excepcional

de estas medidas implica (i) que las mismas no reemplazan el régimen constitucional

existente, que continúa vigente, y que, en consecuencia, es aplicable como regla general;

y (ii) que las reglas relativas a la posibilidad de participar en política aunque con

consecuencias permanentes, únicamente tendrán efectos respecto de quienes se


desmovilicen –ya sea de forma colectiva o de forma individual- en el marco de un

proceso de paz o siguiendo las condiciones previstas por el Gobierno (parágrafo 1º del

artículo transitorio 66 de la Constitución).

1.3.7. Sentencia CP 117-2015

La Corte se pronuncia que, según sea el caso (verbi gratia, recolección en nombre de la guerrilla

de pagos conocidos como ‘impuestos’ de productores de cocaína en áreas controladas por el

grupo insurgente) , existe una relación de conexidad entre el delito de tráfico de estupefacientes y

el de rebelión.

1.3.8. Acuerdo de Paz Final es el resultado de un proceso de diálogo y negociación, conocido

como “Proceso de Paz”, llevado a cabo entre las partes implicadas. Los puntos referentes al tema

y tomados del acuerdo final para la paz son los siguientes:

24.- La Constitución permite otorgar amnistías o indultos por el delito de rebelión y otros

delitos políticos y conexos.

25.- Hay delitos que no son amnistiables ni indultables de conformidad con los numerales

40 y 41 de este documento. No se permite amnistiar los crímenes de lesa humanidad, ni

otros crímenes definidos en el Estatuto de Roma.

26.- Es necesario determinar claramente cuáles son los delitos que son amnistiables o

indultables y aquellos que no lo son, para efectos de seguridad jurídica. A tal fin, las

normas de amnistía que se adopten respetarán los principios establecidos en el presente


documento de creación de la JEP. Al momento de determinar las conductas amnistiables o

indultables, se aplicará el principio de favorabilidad para el destinatario de la amnistía o

indulto, cuando no existiera en el derecho internacional una prohibición de amnistía o

indulto respecto a las conductas de que se hubiera acusado a los rebeldes o a otras

personas acusadas de serlo. El principio de favorabilidad se aplicará a todos los

destinatarios de la JEP

38.- Conforme a la anterior disposición, se amnistiarán e indultarán los delitos políticos y

conexos cometidos en el desarrollo de la rebelión por las personas que formen parte de los

grupos rebeldes con los cuales se firme un acuerdo de paz. Respetando lo establecido en

el Acuerdo Final y en el presente documento, las normas de amnistía determinarán de

manera clara y precisa los delitos amnistiables o indultables y los criterios de conexidad.

La pertenencia al grupo rebelde será determinada, previa entrega de un listado por dicho

grupo, conforme a lo que se establezca entre las partes para su verificación. Entre los

delitos políticos y conexos se incluyen, por ejemplo, la rebelión, la sedición, la asonada,

así como el porte ilegal de armas, las muertes en combate compatibles con el Derecho

Internacional Humanitario, el concierto para delinquir con fines de rebelión y otros delitos

conexos. Para decidir sobre la conexidad con el delito político de conductas delictivas

relacionadas con cultivos de uso ilícito, se tendrán en cuenta los criterios manifestados

Acuerdo Final 24.11.2016 Página 151 de 310 por la jurisprudencia interna colombiana

con aplicación del principio de favorabilidad. Los mismos criterios de amnistía o indulto

se aplicarán a personas investigadas o sancionadas por delitos de rebelión o conexos, sin

que estén obligadas a reconocerse como rebeldes.


39.- La conexidad con el delito político comprenderá dos criterios, uno de tipo incluyente

y otro de tipo restrictivo. El primer criterio consistirá en incluir como conexos: 1º.-

aquellos delitos relacionados específicamente con el desarrollo de la rebelión cometidos

con ocasión del conflicto armado, como es por ejemplo la aprehensión de combatientes

efectuada en operaciones militares; 2º.- los delitos en los cuales el sujeto pasivo de la

conducta es el Estado y su régimen constitucional vigente; y 3º.- las conductas dirigidas a

facilitar, apoyar, financiar u ocultar el desarrollo de la rebelión, para lo cual deberán

definirse cada uno de los contenidos de las anteriores conductas. Se entenderá como

conducta dirigida a financiar la rebelión todas aquellas conductas ilícitas de las que no se

haya derivado enriquecimiento personal de los rebeldes ni sean consideradas crimen de

lesa humanidad, grave crimen de guerra o genocidio. La Sala de Amnistía e Indulto

determinará la conexidad con el delito político caso a caso. El segundo criterio, de tipo

restrictivo, excluirá crímenes internacionales, de conformidad con lo indicado en los

puntos 40 y 41, tal y como lo establece el derecho internacional de acuerdo a lo dispuesto

en el Estatuto de Roma. Respecto a la aplicación de los criterios de conexidad en todo lo

que no haya sido definido con exactitud en la ley de amnistía, se tendrá en cuenta la

doctrina adoptada al interpretar dicha Ley por la Sala de Amnistía e Indulto y por la

Sección de Revisión del Tribunal para la Paz.

40.- No serán objeto de amnistía ni indulto ni de beneficios equivalentes los delitos de

lesa humanidad, el genocidio, los graves crímenes de guerra -esto es, toda infracción del

Derecho Internacional Humanitario cometida de forma sistemática -, la toma de rehenes u

otra privación grave de la libertad, la tortura, las ejecuciones extrajudiciales, la

desaparición forzada, el acceso carnal violento y otras formas de violencia sexual, la


sustracción de menores, el desplazamiento forzado, además del reclutamiento de menores,

todo ello conforme a lo establecido en el Estatuto de Roma. En la ley de amnistía se

determinarán las conductas tipificadas en la legislación nacional que no serán

amnistiables, siempre que se correspondan con los enunciados anteriores. Las normas

precisarán el ámbito y alcance de estas conductas en concordancia con lo previsto en el

Estatuto de Roma, en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y en el Derecho

Internacional Humanitario. Acuerdo Final 24.11.2016 Página 152 de 310

41.- Tampoco son amnistiables o indultables en el SIVJRNR, los delitos comunes que

carecen de relación con la rebelión, conforme a lo determinado en la ley de amnistía.

1.3.8. Ley 1820 del 30 de diciembre de 2016, esta ley fue tramitada como el primer proyecto

que hizo uso de la reforma constitucional conocida como fast track para proyectos relacionados

con la implementación del proceso de paz. Esta Ley en su artículo 23, norma sin llegar a

profundizar en el tema del narcotráfico de la siguiente manera:

Artículo 23. Criterios de conexidad. La Sala Amnistía e Indulto concederá las amnistías

por los políticos o conexos. todo se entienden conexos con el delito político los delitos

que reúnan alguno los siguientes criterios: a) Aquellos delitos relacionados

específicamente con el desarrollo de la rebelión cometidos con ocasión del conflicto

armado, como las muertes en combate compatibles con el Internacional Humanitario y la

aprehensión de combatientes efectuada en operaciones militares, o b} Aquellos delitos en

los el sujeto pasivo de la conducta es el Estado y su régimen constitucional vigente, o c)

Aquellas conductas dirigidas a facilitar, apoyar, financiar u ocultar el desarrollo de la


rebelión. La Sala de Amnistía e Indulto determinará la conexidad con el delito político

caso a caso. Parágrafo. En ningún caso serán de amnistía o indulto únicamente delitos que

correspondan a las conductas siguientes: a} Los delitos de lesa humanidad, el genocidio,

los crímenes de guerra, la toma de u otra privación grave de la libertad, la tortura, las

ejecuciones extrajudiciales, la desaparición forzada, el acceso carnal violento y otras

formas de violencia sexual, sustracción menores, desplazamiento forzado, del

reclutamiento de menores, de conformidad con lo establecido en Estatuto Roma. En el

evento de que alguna sentencia penal hubiere utilizado los términos ferocidad, barbarie u

otro equivalente, no se podrá conceder amnistía e indulto exclusivamente por las

conductas delictivas que correspondan a las aquí enunciadas como no amnistiables; Los

delitos comunes que carecen de relación con la rebelión, es aquellos que no hayan sido

cometidos en contexto y en razón la rebelión durante el conflicto armado o cuya

motivación haya obtener beneficio personal, propio o un tercero. Lo establecido en este

artículo no obsta para que se consideren delitos conexos con los delitos políticos aquellas

conductas que hayan sido calificadas de manera autónoma como delitos comunes, siempre

y cuando estas se hubieran cometido en función del delito político y de la rebelión.

TITULO II AMNISTIAS, INDULTOS Y OTROS TRATAMIENTOS PENALES

ESPECIALES CAPITULO I AMNISTÍAS DE IURE Artículo 14. Amnistía de iure. Se

concede amnistía por los delitos políticos de “rebelión”, “sedición”, “asonada”,

“conspiración” y “seducción, usurpación y retención ilegal de mando" y los delitos que

son conexos con estos de conformidad con esta ley, a quienes hayan incurrido en ellos.

Articulo 15. Para los efectos de esta ley son conexos con los delitos políticos los

siguientes: apoderamiento de aeronaves, naves o medios de transporte colectivo cuando


no hay concurso con secuestro; constreñimiento para delinquir; violación de habitación

ajena; violación ilícita de comunicaciones; ofrecimiento, venta o compra de instrumento

apto para interceptar la comunicación privada entre personas; violación ilícita de

comunicaciones o correspondencia de carácter oficial; utilización ilícita de redes de

comunicaciones; violación de la libertad de trabajo; injuria; calumnia; injuria y calumnia

indirectas; daño en bien ajeno; falsedad personal; falsedad material de particular en

documento público; obtención de documento público falso; concierto para delinquir;

utilización ilegal de uniformes e insignias; amenazas; instigación a delinquir; incendios;

perturbación en servicio de transporte público colectivo u oficial; tenencia y fabricación

de sustancias u objetos peligrosos; fabricación, porte o tenencia de armas de fuego,

accesorios, partes o municiones; fabricación, porte o tenencia de armas, municiones de

uso restringido, de uso privativo de las fuerzas armadas o explosivos; perturbación de

certamen democrático; constreñimiento al sufragante; fraude al sufragante; fraude en

inscripción de cédulas; corrupción al sufragante; voto fraudulento; contrato sin

cumplimiento de requisitos legales; violencia contra servidor público; fuga; y espionaje.

El anterior listado de delitos será también tenido en cuenta por la Sala de Amnistía e

Indulto de la Jurisdicción Especial para la Paz, sin perjuicio de que ésta Sala también

considere conexos con el delito político otras conductas en aplicación de los criterios

establecidos en esta Ley. Las conductas que en ningún caso serán objeto de amnistía o

indulto son las mencionadas en el artículo 22 de esta ley.


Resumen grupal

Colombia por ser un Estado Social de Derecho, está en la obligación de velar por el bienestar

y la seguridad ciudadana, para tal fin el gobierno inicio el proceso para la paz consagrado en el

acuerdo final llevado a cabo con el grupo insurgente FARC. Lo que no debe hacer es ir en

contravía con la justicia y la Constitución, dentro de este marco y en relación directa con el tema

el narcotráfico surge como discusión de estar determinado como delito conexo al delito político

de rebelión.

Todo lo considerado en este capítulo no tendría significado si se desconoce la coyuntura actual

por el que está pasando el conflicto histórico colombiano, ya que después de mas de 5 decadas de

conflicto armado que deja muchas muertes y victimas se ve una luz de esperanza para lograr una

paz a mediano plazo. La dejación y desmovilización de las FARC contribuye a minimizar la

situación de guerra interna y abre la puerta de reconciliación nacional.

Si se hace la ponderación apartando discusiones políticas se prevee que es mas el beneficio para

el país que lo perjudicial, ya que ofrece una salida segura del conflicto armado y consolida

normas claras sobre los delitos conexos que están en un limbo jurídico.

Si bien es cierto que hay oposición de ciertos sectores a aceptar que el narcotráfico sea

considerado como delito conexo, lo que nos compete es analizar si de alguna manera este tipo de

normas que fluyen en la justicia transicional violan la Constitución Nacional, o se ven inmersas

en algún tipo de impunidad; la óptica desde donde se mire fija los argumentos para apoyarla o

para rechazarla.
2. ASPECTOS JURÍDICOS DE LOS DELITOS POLÍTICOS Y
CONEXOS.

La justicia transicional implementada en la coyuntura actual del país y que tiene por

objetivo alcanzar la paz, dará tratamiento especial con amplios beneficios jurídicos a los

ejecutores de los llamados delitos conexos en el marco del conflicto armado. Así se

contempla que en procura de desarrollar y avanzar en una noción más amplia del delito

político se argumentaría que no solo lo serán los tradicionales delitos como rebelión,

asonada y demás, sino en una más amplia cobertura se incluirán como conexos los que

derivados del móvil político fija su materialización, estos procurando perturbar al Estado

para un provecho individual pero indirectamente favorecería al accionar del aparato

bélico en contra de las instituciones gubernamentales.

La conexidad que pretende establecer el gobierno nacional al delito del narcotráfico al

delito político de rebelión se podría enmarcar desde varios enfoques jurídicos. a) En un

sentido amplio y con la aceptación de posturas de la gran mayoría de la Unidad Nacional,

la que pretende basar sus argumentos en la Paz estable y duradera, este enfoque centra la

aceptación de la conexidad como medio para lograr la implementación real de los

acuerdos. b) El enfoque de oposición y que centra los argumentos en las normas

establecidas en el ámbito penal nacional e internacional El primer enfoque jurídico trae

a colación argumentos tales como:

El derecho penal internacional no tilda al narcotráfico como crimen que pueda ser

juzgado a través de su organismo, en la lista que integran los crímenes que son

considerados internacionales están:


 genocidio

 crímenes de lesa humanidad

 crímenes de guerra

 crímenes de agresión.

De esta manera se excluye como tal el narcotráfico para ser juzgado por la Corte

Internacional y por ende permite que pueda ser considerado conexo al delito político. Otro

de los argumentos es el de que las FARC tenían relación con el narcotráfico solo para

financiar su lucha contra el Estado y que de acuerdo con lo planteado en la Ley de

Amnistía e Indulto este medio de conseguir ingresos no tenía ánimo de lucro personal.

El entonces negociador por parte del gobierno del presidente Santos, Humberto de la

Calle planteo la viabilidad del narcotráfico como delito conexo así:

La propuesta de redefinir el delito político y sus conexos, con motivo del proceso

de la Habana, tendría como fin permitir que los responsables de conductas penales,

hoy comunes, como narcotráfico, al ser declarado este delito conexo (con alcance

político), recobren la posibilidad de ser elegidos para cargos públicos, una vez

purgada la pena. Y algo más importante: que los autores de estas transgresiones no

sean extraditados (El tiempo, 2014).

Las fichas que el actual gobierno ha colocado en los ministerios con trascendencia en el tema

se reflejan como un ejemplo en el de Justicia. El ministro de la época(2014) en declaraciones para

el periódico el Tiempo, describe su postura al respecto:


Basado en un fallo de la Corte Constitucional, el ministro de Justicia, Yesid Reyes,

asegura que es viable que el narcotráfico y otras conductas penales, como el homicidio,

sean considerados delitos conexos al político.

¿Es viable que en el delito político pueda incluirse el narcotráfico como conexo?

Hay que hacer dos precisiones. La primera no es como se ha dicho por parte de algunas

personas que se está proponiendo que el narcotráfico sea un delito político, lo que se está

hablando es que un delito como el narcotráfico pueda ser conexo, considerarse

estrechamente vinculado a los delitos políticos. La otra es que la discusión se desprende

de una reciente decisión de la Corte Constitucional, que es la sentencia 577 del 2014, en la

que se abre la posibilidad de que se establezca legalmente cuáles son los delitos conexos

con el político para efectos de participar en política. Lo que dice la Corte tiene una

aplicación restringida.

¿Cómo sería esa aplicación?

Específicamente para efectos de participación en política de personas q resulten

condenadas y una vez paguen la pena. La discusión debe circular solo alrededor de este

tema.

¿La Corte no hace salvedades frente a delitos como narcotráfico?

La Corte deja abierta la posibilidad de que se regule qué delitos son conexos con el delito

político, distinto de delitos de lesa humanidad, pero solo para efectos de participación

política. La Corte no habla específicamente de que tenga consecuencias penales, sino la

posibilidad de participación en política.


¿Qué quiere decir?

Como la sentencia de la Corte abre la posibilidad y dice específicamente que una ley

estatutaria debe regular cuáles son los delitos considerados como conexos, la discusión

tiene que darse, y eso es justamente lo que se ha planteado: la posibilidad de que el

narcotráfico sea considerado un delito conexo para efectos de participación futura en

política de las personas que resultaran condenadas.

¿Usted dice que lo que implicaría es que el narcotráfico no genere una inhabilidad,

pero tendría una implicación penal?

El marco que dio la Corte en la sentencia C577 tiene que ver con la idea de si el delito

político supone la comisión de otra clase de delito, y un delito político normalmente, la

rebelión, que es lo más común, solo puede ejercerse cometiendo otros delitos, que son los

que se llaman conexos. Por ejemplo, el porte de armas, lesiones, homicidios, violaciones

de domicilio, daño en cosa ajena, hay muchos delitos que necesariamente están

vinculados al delito político.

Esos delitos conexos pueden tener repercusiones desde el punto de vista penal, por

ejemplo llegar a ser considerados susceptibles de indultos y amnistías, o pueden tener un

alcance más limitado, como el que ha mencionado la Corte en el fallo, que es un alcance

con miras a la posibilidad de intervenir en política con posterioridad a las condenas. Es

muy importante no sacar la discusión de ese marco.

En conclusión. ¿cómo, Ministro de Justicia, ve posible incluir el narcotráfico como

delito conexo?
Con miras a la posibilidad de que las personas eventualmente puedan participar en

política, yo creo que es viable.

Entre otros sectores el gobierno tuvo respaldo sobre el tema de la conexidad del narcotráfico

al delito político por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia( sentencia 43713),

donde se argumenta que el delito del narcotráfico es conexo al delito político, ya que no se

prohíbe otorgar indultos o amnistía a los autores del delito del narcotráfico; ya que sólo se

prohíbe de manera taxativa, la conexidad para aquellos delitos considerados como graves

infracciones al derecho internacional humanitario.

El Gobierno Nacional con su tesis de lograr la paz y proteger el interés general, siendo este

uno de los pilares de la Constitución Colombiana podrá otorgar los beneficios de amnistía e

indulto; todo esto apuntando a la resolución del conflicto y procurando la sana convivencia

ciudadana. La Constitución nos indica en el artículo 150:

17. Conceder, por mayoría de los dos tercios de los votos de los miembros de una y otra

Cámara y por graves motivos de conveniencia pública, amnistías o indultos generales por

delitos políticos. En caso de que los favorecidos fueren eximidos de la responsabilidad

civil respecto de particulares, el Estado quedará obligado a las indemnizaciones a que

hubiere lugar.

Aunado a lo anterior el Presidente de la Republica tiene la facultad de conceder estos beneficios

en casos extraordinarios conforme a la Constitución, como lo dicta artículo 201:

2. Conceder indultos por delitos políticos, con arreglo a la ley, e informar al Congreso

sobre el ejercicio de esta facultad. En ningún caso estos indultos podrán comprender la

responsabilidad que tengan los favorecidos respecto de los particulares.


Reiterando que la base de los argumentos del gobierno en turno para todas estas acciones es

lograr la paz en el país y que se cimienta en el artículo 2 de nuestra Constitución que consagra:

La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento.

Desde esta óptica se puede resumir que no hay ningún tipo de prohibición para conceder los

beneficios de indulto u amnistía a los delitos conexos y específicamente al de narcotráfico ya que en el

ámbito internacional solo es prohibido a los crímenes de genocidio, delitos constitutivos de graves

infracciones al Derecho Internacional Humanitario y crímenes de lesa humanidad. Y que el gobierno

podrá legislar sobre tal punto pero observando en qué medida el narcotráfico fue un medio, no un fin.

Manteniéndolo en el status de mecanismo de financiación para la gestión y accionar de los delitos

políticos.

Dentro de esta postura pero con sentido más crítico encontramos en la jurisprudencia colombiana, la

sentencia C-695 del 2002, la cual acepta conexidad en ciertos delitos, pero en muy sabia argumentación

coloca al congreso como determinador de cuáles delitos son conexos a los delitos políticos, bajo los

criterios de razonabilidad e igualdad. Para la anterior postura, solo se prohíbe la conexidad a aquellos

delitos comunes o crímenes internacionales, como lo son: el genocidio, los crímenes de guerra, lesa

humanidad y de agresión. Por tanto, en este orden de ideas, el narcotráfico es un delito conexo al delito

político, ya que no tiene la expresa prohibición normativa interna e internacional.

El segundo enfoque o de oposición centra sus argumentos en razones de ámbito internacional

primero, los tratados internacionales suscritos por Colombia y específicamente en las políticas a seguir y

a los cambios dentro de su sistema jurídico por cada estado que hace parte de ellos. En relación con el

narcotráfico primaria la lucha frontal contra este flagelo, que violenta entre otros la salud pública, la

Convención de Naciones unidas se refiera a la tipificación del narcotráfico y coloca su penalización como
prioridad en sus políticas criminales, dando la extradición como herramienta para controlar a las mafias

que controlan su distribución.

La convención sobre este tema divide el tipo de conductas relacionadas con el narcotráfico así:

i) algunas de ellas están relacionadas en términos generales con la producción y distribución

de las sustancias sicotrópicas y estupefacientes;

ii) ii) otras hacen referencia a la criminalización del desvío de precursores químicos para la

producción de las sustancias ilícitas;

iii) iii) un tercer grupo está referido a la penalización de diversas formas de lavado del producto

y de los dineros provenientes del narcotráfico; y,

iv) iv) finalmente, la Convención también prevé ciertas formas de penalización del consumo de

sustancias ilícitas.

En tal sentido la postura de la oposición aduce que Colombia tiene por obligación tratar al narcotráfico

con mano firme y todos los autores que de una u otra manera están ligadas al narcotráfico deben de ser

penalizadas. Se refieren entonces a colocar tabien el narcotráfico como un delito de lesa humanidad,

argumentando en base al Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional en el artículo 7:

..crímenes de lesa humanidad: “[…] otros actos inhumanos de carácter similar que causen

intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la

salud mental o física”

El jefe del Ministerio Público del año (2015) se refirió al tema de esta manera en declaraciones al

diario el espectador:

El procurador General, Alejandro Ordóñez Maldonado reiteró que el narcotráfico no puede

catalogarse como conexo a los delitos político puesto que por muchas razones no cumple los
requisitos para entrar en esta categoría. Esto tras el discurso del presidente de la Corte Suprema

de Justicia, Leónidas Bustos sobre el tema. “No podrán ser conexos al delito político aquellos

delitos que carezcan de altruismo y de idealismo. El narcotráfico nada tiene que ver con ello, más

bien el narcotráfico es conexo a los delitos de lesa humanidad”, precisó el jefe del Ministerio

Público que considera que este tipo de propuestas busca promover una impunidad para los

máximos responsables de las Farc.

Para el Ministerio Público los guerrilleros que sean condenados por delitos de lesa humanidad no

pueden recibir beneficios jurídicos como la amnistía o el indulto. “Más bien el narcotráfico es

conexo a los delitos de lesa humanidad”, señaló Ordóñez al citar jurisprudencia de la Corte

Constitucional. “Ellos no pueden participar en la actividad política por expresas decisiones de la

Corte Constitucional”, señaló Ordóñez. El Procurador General aseguró que los guerrilleros de las

Farc deben reconocer su condición de victimarios, entregar las armas y reparar a las víctimas.

Son muchas las criticas que recibió el gobierno quien a través de aceleradas actuaciones logro en parte

sus propósitos para implementar decretos y o leyes, Miguel Ceballos columnista de la revista Semana

opina de una manera singular sobre el proceso:

¿Amnistiado el narcotráfico en Colombia?

El 30 de diciembre de 2016 mientras todos los colombianos preparábamos la bienvenida del año

nuevo, el Presidente Santos, junto con la firma de sus ministros de interior, justicia y defensa,

sancionó la Ley 1820,por medio de la cual se dictan disposiciones sobre amnistía, indulto y

tratamientos penales especiales.


El Congreso de la República aprobó en tiempo record los 61 artículos de una ley redactada por el

Gobierno y las FARC, sin cambiar una sola coma y por supuesto, sin que hubiese campo para el

debate democrático, todo como parte del “estreno” de la figura del “fast track”, que terminó

siendo puesta en práctica tras lo que podríamos llamar “una refrendación por la puerta trasera”,

aprobada en el artículo primero de la mencionada ley de amnistía, recurriendo a la “maroma”

que la Corte Constitucional ideó para que fuera el propio Congreso, subsanando su fallido

intento por refrendar el nuevo acuerdo del Teatro Colón a través de una simple resolución,

pudiera corregir el entuerto por medio de una “nueva refrendación”, esta vez sin la participación

de todos los Colombianos.

Desde esta óptica se podría opinar que al observar la Ley de Amnistía (1820 de 2016), no se determina

clara y concisamente el narcotráfico como delito conexo, solo se menciona la financiación de la guerrilla.

El artículo 8 establece lo siguiente:

“también serán amnistiables los delitos conexos con el delito político que describan conductas

relacionadas específicamente con el desarrollo de la rebelión y cometidos con ocasión del

conflicto armado, así como las conductas dirigidas a facilitar, apoyar, financiar u ocultar el

desarrollo de la rebelión. Serán considerados delitos conexos al delito político, aquellos

calificados como comunes cuando cumplan los requisitos anteriores y no se trate de conductas

ilícitas cometidas con ánimo de lucro personal, en beneficio propio o de un tercero.”

Así el enfoque de la oposición pone entre dicho lo actuado por el gobierno actual en procura de lograr

implementar a como de lugar los decretos y leyes que formarían parte del engranaje para el llamado

proceso de paz. Las objeciones jurídicas de tipo nacional por parte de los opositores a la conexidad del

narcotráfico a los delitos políticos, se basan en que se esta vulnerando normas del codig penal , a

continuación se ilustra estas apreciaciones .


Rebelion-
Asonada
Sedicion-
Conspiracion

Seduccion-
Usurpacion

INDULTO- AMNISTIA

Fuente: Elaboración propia.

Tipo
penal:
376- art.375
377-378

381-
382-383

NO INDULTO-NO AMNISTIA

Fuente: Elaboración propia.


Estos gráficos muestran que los delitos relacionados con el narcotráfico no son beneficiados con

indultos o amnistía, ya que están dentro de los delitos comunes que vulneran pilares como la salud

pública y la sana convivencia. Se hace la salvedad que estos gráficos solo ilustran la ´postura de los

opositores de la conexidad del narcotráfico con el delito político.

Un concepto o postura más avanzada y equilibrado seria analizar el vacío legal y jurídico que existe por

la no tipificación de los delitos conexos al delito político. Nos remontaremos a la teoría del derecho

donde se define y se enmarca el delito político dentro de fines absolutamente altruistas, y que se

efectúan contra un estado que requiere cambios en pro de los intereses generales de sus ciudadanos.

Seria esta definición muy estrecha para los tiempos actuales y mas para la doctrina jurídica de avanzada,

en la que encapsulamientos no llegaría a formar conceptos en estados sociales de derecho.

Las situaciones especiales que se deriven de ambientes políticos-sociales atípicos de una sociedad en

paz, tendrían un peso mayor en la determinación de definiciones y en este caso a las relativas con los

delitos conexos a los delitos políticos. No se trata de fijar posturas personales ni de bando, se trata de

obtener apreciaciones argumentadas en derecho, y que estos tengan resonancia favorable y positiva a la

coyuntura, que establezcan soluciones para un equilibrio de todas las instancias.

Este equilibrio apuntara a establecer los beneficios al sistema jurídico y a la sociedad en general, así

cuando se trata de establecer los criterios de conexidad para el narcotráfico, se apunte también a no

infringir nuestra constitución. De tal manera que se utilizara en lo posible a la hermenéutica jurídica, la

cual la entendemos como la actividad dirigida a encontrar la solución al conflicto o al problema jurídico

que se somete a estudio del intérprete. Concordando con lo anterior la Corte Constitucional(C-

1086/08)se pronuncia sobre la amplitud de lo legislativo para hacer cambios en procura de buscar
equilibrios armónicos en lo normado y que puede ser cambiado sustancialmente dependiendo del

momento histórico y que puedan ameritar esos cambios:

La jurisprudencia constitucional ha señalado que el legislador cuenta con un amplio margen de

configuración para el diseño de la política criminal y el derecho penal, dentro del cual puede

optar por diversas alternativas de regulación, que incluyen la potestad de crear los delitos,

establecer los elementos constitutivos de los tipos penales y sus correspondientes sanciones, así

como el procedimiento a seguir para su investigación y juzgamiento, pero tal potestad legislativa

encuentra sus límites en la Constitución Política y en las normas que integran el bloque de

constitucionalidad. Esta circunstancia, permite que el legislador adopte distintas estrategias de

política criminal, siempre que la alternativa aprobada, además de ser legítima en cuanto a la

forma como se configura, respete los valores, preceptos y principios constitucionales. Así las

cosas, es evidente que la política criminal y el derecho penal no se encuentran definidos en el

texto constitucional sino que corresponde al legislador desarrollarlos. Así, mientras en el

cumplimiento de la función legislativa no resulten contrariados los preceptos fundamentales bien

puede el legislador crear o suprimir figuras delictivas, introducir clasificaciones entre ellas,

establecer modalidades punitivas, graduar las penas aplicables, fijar la clase y magnitud de éstas,

y adoptar - entre otras decisiones- las de criminalizar o despenalizar conductas, atenuar, agravar,

minimizar o maximizar sanciones, regular las etapas propias del procedimiento penal, reconocer

o negar beneficios procesales, establecer o no la procedencia de recursos, designar las formas de

vinculación, regular las condiciones de acceso al trámite judicial de los distintos sujetos

procesales, etc.
Se observa que a medida que pasan los años y evoluciona el derecho los cambios en las normas y en la

jurisprudencia se notan, la Corte Constitucional no ajena a esto en sentencia C-577/14 dictamina:.

El delito político ha sido un concepto normativo empleado con tres fines plenamente

diferenciables: (i) Permitir que a los condenados por estas conductas les sea otorgada una

amnistía o les sea concedido un indulto; ejemplo de ello, es la consagración que desde 1991 se

hizo en el numeral 17 del artículo 150 de la Constitución. (ii) Impedir que los perseguidos por

conductas que se consideren delito político sean extraditados, tal y como lo prevé el tercer inciso

del artículo 35 de la Constitución

. (iii) Permitir que los condenados por estas conductas participen en política, específicamente

para que puedan acceder a cargos públicos y ejercer el derecho de sufragio pasivo. Caso de las

previsiones de los artículos 179 numeral 1º, respecto de quienes aspiran a ser elegidos como

congresistas; 197 inciso segundo, para ser elegido Presidente de la República y Vicepresidente;

232 numeral 3º, respecto de los magistrados de la Corte Constitucional, la Corte Suprema de

Justicia y el Consejo de Estado; y 299 inciso tercero, en relación con los diputados de las

asambleas departamentales, todas ellas mencionadas con anterioridad. Al tener en cuenta esta

diferenciación, resulta evidente que en cuerpos internacionales que forman parte del bloque de

constitucionalidad y en diversas sentencias que conforman la jurisprudencia constitucional

relativa a la materia, se consagran límites respecto de i) la concesión de amnistías e indultos, así

como de ii) la prohibición de extradición de delincuentes por parte del Estado colombiano; límites

que a su vez determinan cuáles delitos podrán considerarse como políticos o conexos a delitos

políticos cuando estas categorías sean utilizadas con dichos fines.


En la sentencia CP117-2015 de la Corte Suprema de Justicia se conceptúa sobre la conexidad del

narcotráfico con los delitos políticos:

Si bien en la declaración que se cita se hizo alusión que CARVAJAL ISIDRO fungió

como jefe financiero del Frente Décimo de las FARC y recolectó en nombre de aquellas

pagos conocidos como ‘impuestos’ de productores de cocaína que operaban en áreas

controladas por dicho grupo insurgente, ello lo que evidencia es la conexidad del tráfico

de estupefacientes con la rebelión.

De esta manera se amplía la noción de la conexidad particularmente del delito de narcotráfico,

es menester como se subraya en este espacio del trabajo que lo primordial seria buscar equilibrio

para que los vacíos existentes en el tema sean tratados con seriedad y especialmente en derecho

para que a futuro no haya dudas en las interpretaciones legales. La Corte Constitucional al

respecto mantiene la apreciación de clasificar el delito político de 2 maneras, las cuales se

apprecian en la Sentencia C-928 de 2005:

i) Desde una concepción objetiva; y ii) desde un punto de vista subjetivo. Los primeros,

se encuentran definidos y establecidos en las normas sustantivas de manera objetiva -Ley

599 de 2000 (Código Penal colombiano)-. Mientras que los segundos, responden a la

concepción subjetiva que acepta como tales, no sólo los previstos en las normas

enunciadas, sino también aquellos delitos comunes, o los que persiguen intereses

individuales tales como el hurto, la extorsión, entre otros; que por su conexidad con los

ilícitos políticos pueden favorecer su comisión. Clasificándose también como delitos

políticos relativos o concurrentes, que por su naturaleza cambiante no se encuentran

señalados taxativamente en la legislación colombiana


En el entorno del proceso de paz que se desarrolla en el país, y que mantiene en

constante polémica está el clasificar el delito del narcotráfico como conexo al político, se

pensaría que es más por fines políticos que por clasificación real normativa, la

importancia de definir este tema en la actualidad es llegar a los objetivos de la justicia

transicional( que principalmente busca el derecho de las víctimas del conflicto armado)

que a fin de cuenta colocaran las bases para la paz real y duradera. Sin vulnerar ni

infringir las normas internacionales y nacionales que se aprecie como impunidad y que se

dé para la resolución al problema jurídico de clasificación de los delitos conexos con

claridad.

Opiniones de personajes que han estado en instituciones como la Fiscalía

General de la nación emiten opiniones favorables al tratamiento especial del

narcotráfico bajo la óptica de conexos, el ex - fiscal general de la nación Eduardo

Montealegre, consideró su admisibilidad argumentando de esta manera:

El narcotráfico fue por años la fuente de financiación de la lucha armada de las

FARC-EP, contra el gobierno colombiano por lo tanto puede existir conexidad

entre el narcotráfico y el delito político, entre una grave violación de los derechos

humanos y el delito político, entre una extorsión y el delito político. La relación se

debe a que la guerrilla ha utilizado estos delitos comunes para financiar su lucha

insurgente contra el Estado. Las FARC han utilizado este medio ilícito (el

narcotráfico) para financiarse y por lo tanto en términos penales puede entenderse

que existe una conexión entre el narcotráfico y el delito político (…) (Noticias

RCN, 2014).
El actual presidente de Colombia desde que pretendió llevar el proceso de paz a feliz término

y optando por mantener un clima optimo en las conversaciones cedió a muchos puntos que en un

gran porcentaje del pueblo colombiano rechazaba, dentro de estos puntos el narcotráfico como

conexo al delito político, en declaraciones asumió tal posición:

Para que podamos aplicar una justicia de forma efectiva se va a requerir ampliar

ese concepto de delito político sobre todo los delitos conexos. Hoy en día está

demasiado restringido, y si queremos por lo menos indultar o perdonar, o en cierta

forma legalizar, a los miles de combatientes de las Farc, pues vamos a tener que

ser un poquito más flexibles en esa aplicación de ese concepto (El colombiano,

2014).

Resumen grupal

Las diferentes postura suscitadas a raíz de la clasificación del narcotráfico como delito

conexo al delito político, han dado margen para polémicas y discusiones de gran calibre

entre sus expositores, pero lo verdaderamente importante de esto es que el pais logre

llenar los vacíos jurídicos sobre el tema. La tesis de la financiación de los grupos

guerrilleros por medio del narcotráfico para su accionar belico en contra del Estado ha

sido uno de los puntos neurálgicos en todo el proceso de paz adelantado entre el gobierno

y las FARC, de ahí que con esos argumentos tanto la guerrilla como el gobierno actual

colocaron el delito en comento como delito conexo al delito político, alcanzar un

equilibrio para que el proceso de paz culmine favorablemente para los intereses del país y
resolver las inquietudes y vacios jurídicos al respecto tienen dividido a los diferentes

sectores políticos. La Corte Suprema de Justicia le dio un espaldarazo al gobierno al

anotar la existencia de la conexidad entre el tipo penal del narcotráfico y el delito político.

Y el gobierno en busca que los beneficios jurídicos propios del delito político fueran

concedidos a los actores que de alguna manera cometieron el delito del narcotráfico en

medio del conflicto armado apunta a posibilitar un ambiente jurídico acorde con el

acuerdo de paz.
3 REQUISITOS PARA ESTABLECER LOS DELITOS CONEXOS A LOS

DELITOS POLÍTICOS DE REBELIÓN EN EL MARCO DEL PROCESO DE

PAZ EN COLOMBIA Y ACORDE A LAS NORMAS CONSTITUCIONALES.

Para entrar en materia se podría empezar por preguntar: ¿el delito de narcotráfico

puede ser amnistiado?, y seguido por otro interrogante: ¿fue incluido el narcotráfico en la

Ley de amnistía 1820 de 2016?

Analizando el artículo 8 en su segundo párrafo el cual dice:

 En virtud de la naturaleza y desarrollo de los delitos políticos y sus

conexos, para todos los efectos de aplicación e interpretación de esta ley, se

otorgarán tratamientos diferenciados al delito común. Serán considerados

delitos políticos aquellos en los cuales el sujeto pasivo de la conducta

ilícita es el Estado y su régimen constitucional vigente, cuando sean

ejecutados sin ánimo

Se afirmaría entonces que no está dentro de los parámetros para calificarlo como tal.

Tal apreciación con la interpretación que este delito no apunta contra el Estado y la

normatividad constitucional (este como ente pasivo del delito), y se ejecuta con ánimo de

lucro.

Desde otra perspectiva se está considerando que su ejecución perseguía la financiación

del grupo armado para su lucha contra el Estado. De esta manera y citando el artículo

anterior en su párrafos 3 y 4:
 También serán amnistiables los delitos conexos con el delito político que

describan conductas relacionadas específicamente con el desarrollo de la

rebelión y cometidos con ocasión del conflicto armado, así como las

conductas dirigidas a facilitar, apoyar, financiar u ocultar el desarrollo de la

rebelión.

 Serán considerados delitos conexos al delito político, aquellos calificados

como comunes cuando cumplan los requisitos anteriores y no se trate de

conductas ilícitas cometidas con ánimo de lucro personal, en beneficio

propio o de un tercero.

Sin definir exactamente cuáles son los delitos conexos al delito de rebelión esta ley en su

artículo 23 coloca pautas y parámetros para que sean interpretados por la sala de Amnistía

e indulto:

Criterios de conexidad. La Sala de Amnistía e Indulto concederá las amnistías por

los delitos políticos o conexos. En todo caso, se entienden conexos con el delito

político los delitos que reúnan alguno de los siguientes criterios:

Aquellos delitos relacionados específicamente con el desarrollo de la rebelión

cometidos con ocasión del conflicto armado, como las muertes en combate
compatibles con el Derecho Internacional Humanitario y la aprehensión de

combatientes efectuada en operaciones militares, o

Aquellos delitos en los cuales el sujeto pasivo de la conducta es el Estado y su

régimen constitucional vigente, o

Aquellas conductas dirigidas a facilitar, apoyar, financiar u ocultar el desarrollo de

la rebelión.

La Sala de Amnistía e Indulto determinará la conexidad con el delito político caso

a caso.

Parágrafo. En ningún caso serán objeto de amnistía o indulto únicamente los

delitos que correspondan a las conductas siguientes:

Los delitos de lesa humanidad, el genocidio, los graves crímenes de guerra, la

toma de rehenes u otra privación grave de la libertad, la tortura, las ejecuciones

extrajudiciales, la desaparición forzada, el acceso carnal violento y otras formas de

violencia sexual, la sustracción de menores, el desplazamiento forzado, además del

reclutamiento de menores, de conformidad con lo establecido en el Estatuto de


Roma. En el evento de que alguna sentencia penal hubiere utilizado los términos

ferocidad, barbarie u otro equivalente, no se podrá conceder amnistía e indulto

exclusivamente por las conductas delictivas que correspondan a las aquí

enunciadas como no amnistiables;

Los delitos comunes que carecen de relación con la rebelión, es decir aquellos que

no hayan sido cometidos en el contexto y en razón de la rebelión durante el

conflicto armado o cuya motivación haya sido obtener beneficio personal, propio o

de un tercero.

Lo establecido en este artículo no obsta para que se consideren delitos conexos con

los delitos políticos aquellas conductas que hayan sido calificadas de manera

autónoma como delitos comunes, siempre y cuando estas se hubieran cometido en

función del delito político y de la rebelión.

Se entenderá por "grave crimen de guerra" toda infracción del Derecho

Internacional Humanitario cometida de forma sistemática.


Así se contempla la posibilidad, no estrictamente descrita, de la puerta que deja abierta

esta Ley para que el narcotráfico sea considerado conexo. Qué criterios claves tendría el

encargado de decidir sobre la conexidad? En base en lo plasmado en los artículos de

referencia y considerando que el narcotráfico es un delito común que el grupo FARC

ejecuto para fines económicos en la lucha contra el Estado, el criterio principal seria

determinar si fue con ánimo de lucro personal.

Lo anterior aunado por lo que describe el punto 2 del punto 29 del Acuerdo Final de

paz:

Criterios de valoración de la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas.

Podrán ser objeto de las resoluciones mencionadas en este capítulo las personas a

quienes se les atribuyan los delitos que hayan sido cometidos en el contexto y en

razón del conflicto armado, siempre que no constituyan:

2. Delitos comunes que no hayan sido cometidos en el contexto y en relación con

el conflicto armado o cuya motivación haya sido obtener beneficio personal,

propio o de un tercero.

Para efectos de determinar la conexidad la sala de Amnistía e indulto tendrá que mirar cada

caso en particular y decidir si esos dineros ingresados producto del narcotráfico fueron utilizados

como por ejemplo en la compra de armas para robustecer el aparato bélico del grupo armado, de

tal consecuencia que fue sin ánimo de lucro personal. En últimas, se trata de una cuestión fáctica

y probatoria donde puede ser decisiva la distribución de la carga de la prueba.


Dependerá entonces del criterio y análisis de cada caso en particular donde el juez encargado

velara por mantener un orden jurídico que no trasgreda las normas vigentes, se pondría a prueba

los conocimientos y valoraciones del jurista donde en muchos casos basara su decisión en los

criterios de conexidad individual. Como marco teorico de referencia los jueces sustentaran en

base a lo doctrinado, Zarate (1996) divide los delitos políticos de la siguiente manera:

Delitos políticos puros, simples, o específicos.

Delitos políticos relativos o concurrentes.

Cualquiera de estas dos divisiones se originan cuando se vulneran institucionalmente al

Estado o cuando el accionar tenga fin político.

Dicho autor subdivide los delitos políticos relativos o concurrentes en:

 Delitos complejos o mixtos.

 Delitos de derecho común conexos a un delito político (Zarate, 1996, p. 10).

Analizando esta configuración el delito del narcotráfico entraría conexo al delito político como

delito político relativo que siendo autónomo se convierte en articife de logros de financiación de

móviles políticos insurgentes.

Muchos teóricos intervienen con autoridad en el tema entre ellos Pérez (1948), quien indica:

se puede hablar de delito conexo “cuando median varios hechos delictuosos ligados los

unos a los otros por un vínculo más o menos estrecho, violando derechos individuales con

un objeto político” (pp.80- 81).

La argumentaciones más claras al respecto de la conexidad expresan la relación de delitos

comunes que sirven de medios para lograr fines altruistas de los delitos políticos, debe de existir
vínculos directos o para que ese medio transforme su accionar a los fines ideológicos del grupo

subversivo en este caso.

En la sentencia C-695 del 2002 de la Corte Constitucional, afirma:

El Congreso puede extender la amnistía y el indulto a los delitos conexos con los delitos

políticos o subsumibles en estos, pero siempre que respete criterios de razonabilidad e

igualdad.

El criterio de razonabilidad puede resumirse brevemente así: El principio de razonabilidad

propende consolidar los fines de la ley y que estas sean armónicas con el ordenamiento jurídico o

convivencia sana de la comunidad. Los fines esenciales de toda Constitución son las garantías a

los derechos fundamentales y que no podrán ser vulneradas por ninguna ley reglamentaria aun en

estados especiales o excepcionales. Podrán ser de una manera razonable transformadas sin que

pierdan su esencia.

Tendiendo a que no existe una prohibición en la normatividad internacional ni prohibición en

la normatividad nacional el narcotráfico sería considerado conexo al delito político más aun en la

coyuntura de justicia transicional que implemento el actual gobierno, pero subrayando que se

definen los criterios de una forma clara y obligatoria para cada caso en particular.

Aunado a lo anterior Diego Tarapués (2017) escribe en su columna acerca del proceso para

determinar los procesos individuales de cada guerrillero que se someterá a la JEP:

En el marco de la implementación normativa de los Acuerdos suscritos entre el Gobierno

Nacional y las Farc, la primera disposición normativa que se expidió fue justamente la
Ley de Amnistía, Indulto y Tratamientos Penales Especiales (Ley 1820 de 2016). Esta ley

ha contemplado dos formas de definir la conexidad del delito político a efectos de

conceder amnistía e indulto a los miembros de las Farc que hayan culminado

exitosamente el proceso de dejación de armas. Por un lado, se contempla la amnistía de

iure para los delitos de rebelión, sedición, asonada, conspiración y seducción, usurpación

y retención ilegal de mando de conformidad al art. 15 y de los delitos conexos

contemplados taxativamente en el art. 16.

En ninguna de estas dos disposiciones se alude al tráfico de estupefacientes, como

tampoco al lavado de activos. No obstante, la posibilidad jurídica de reconocer al

narcotráfico como delito político conexo, tal como quedó en el Acuerdo Final, tiene

cabida a través del art. 23 de esta ley. Ya que además de la amnistía de iure que opera

mediante acto administrativo, se fijó la posibilidad de conceder judicialmente amnistías

caso a caso por parte de la Sala de Amnistía e Indulto de la Jurisdicción Especial para la

Paz (JEP).

En efecto, la posibilidad de que delitos vinculados con el narcotráfico sean tomados como

delitos políticos conexos recae en la labor hermenéutica y argumentativa de los

magistrados de esta sala. Solo en el marco de los procesos judiciales que se adelanten en

la JEP se podrá determinar cuando el narcotráfico es una “conducta dirigida a facilitar,

apoyar, financiar u ocultar el desarrollo de la rebelión durante el conflicto armado” y si en

cada caso en concreto ha sido perpetrado sin la motivación de “obtener beneficio


personal, propio o de un tercero”. En todo caso, tal decisión de reconocer al narcotráfico

como delito político conexo solo aplicará para la resolución del caso concreto y a lo sumo

podrá generar un precedente judicial que oriente la discusión dogmática y casuística de

eventuales casos similares.

Ciertamente los primeros casos que serán procesados llenaran los vacios jurídicos en relación

al tema del trabajo, ardua tarea para la justicia implementada en el Sistema Integral de Verdad,

Justicia, Reparación y No Repetición para las Victimas del Conflicto. De parte de las FARC su

abogado y asesor en la mesa de negociaciones se refierio en una entrevista a el periódico El

universal :

El asesor jurídico de las Farc en la mesa de asuntos jurídicos en La Habana, Enrique

Santiago, señaló que determinar si el narcotráfico es un delito conexo, va a ser una labor

difícil de diferenciar, pues hay diferentes tipos de narcotráfico.

"Cuando se habla de narcotráfico es un delito muy grande, aquí se va a amnistiar a los que

cobran el gramaje de la hoja de coca, en ese caso se puede tomar como delito conexo, sin

embargo, para las bandas de tráfico de narcóticos no va a haber conexidad", señaló

Santiago.

Las dudas acerca del tema provenientes del grupo subversivo son apreciadas en sus

declaraciones y es que todavía ningún estamento del gobierno ni ninguno de los integrantes de la

cúpula del grupo guerrillero tiene en claro lo que puede acontecer en los procesos judiciales que

se adelantaran.
Para una mejor comprensión de lo que será el proceso de amnistía en el cual el narcotráfico

tendrá especial vigilancia en cada caso ilustramos las diferentes etapas y clasificación de los

actores que serán o podrán ser amnistiados:

Delitos
conexos(no
secuestro ni
narcotrafico

usurpación
y retención asonada,
ilegal de conspiración
mando
Amnistia
Automatica

No rebelión,
homicidio sedición
Un criterio clave
en este grupo es
que no son
Los que conexos los
cometieron delitos delitos que
que no caben en el generen
listado anterior, "beneficio
tienen que solicitar personal, propio o
su amnistía ante la de un tercero".
AMNISTIA
SOLICITADA Sala de Amnistía e
Indultos de la
Jurisdicción
Especial de Paz.

2) contar la
verdad plena y
detallada que
En el evento de permita satisfacer
que alguien alegue a las víctimas de
si es conexo, las FARC, lo que
tendría que 1) implica revelar
reconocer que sí "socios" y el flujo
incurrió en de la utilidad por
“el narcotráfico
narcotráfico la exportación;
(exportar) es una
actividad con
ánimo de lucro, por
lo cual prima facie
no es conexo
La Sección de
Revisión del
3) cumplir la carga de la Tribunal
prueba para demostrar
que los ingresos se debe analizar
invirtieron
"específicamente en el
los casos
desarrollo de la rebelión",
no para beneficio
difíciles y
personal. fijar criterios
AMNISTIA PERDIDA

delitos que son crímenes de lesa


humanidad en el Estatuto de Roma

graves crímenes de guerra

secuestros producto de
la “ley 002” que sacaron
las Farc en su momento.

“Los delitos de lesa humanidad, el


genocidio, los graves crímenes de guerra, la
toma de rehenes u otra privación grave de
la libertad, la tortura, las ejecuciones
extrajudiciales, la desaparición forzada, el
acceso carnal violento y otras formas de
violencia sexual, la sustracción de menores,
el desplazamiento forzado, además del
reclutamiento de menores, de conformidad
con lo establecido en el Estatuto de Roma.

Fuente: Elaboración propia


En anterior proceso es una de las secuencias de la Jurisdicción Especial para la Paz que

ejercerá funciones judiciales y hará parte del Sistema Integral de Verdad, Justicia,

Reparación y No Repetición (SIVJRNR). Para comprender en que punto del proceso total

describiremos el conjunto del mecanismo que implementara la justicia transicional para

llevar a cabo las metas trazadas sobre el tema (tomado de la Oficina del Alto

Comisionado para la Paz):

Órganos

• La JEP estará compuesta por cinco órganos y una Secretaría Ejecutiva:

- La Sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad y de Determinación de

los Hechos y Conductas

- La Sala de Amnistía e Indulto

- La Sala de Definición de Situaciones Jurídicas

- La Unidad de Investigación y Acusación

- El Tribunal para la Paz, que estará compuesto, a su vez, por cinco secciones: (i)

Sección de primera instancia en los casos de reconocimiento de responsabilidad;

(ii) Sección de primera instancia en los casos de ausencia de reconocimiento de

responsabilidad; (iii) Sección de apelación; (iv) Sección de revisión; y (v) Sección

de estabilidad y eficacia

o La Secretaría Ejecutiva, que se encargará de la administración, gestión y

ejecución de los recursos de la JEP bajo la orientación de la Presidencia de ésta


• Composición: La JEP estará compuesta por Magistrados colombianos, aunque

podrá contar con una minoría de magistrados extranjeros. Los Magistrados serán

altamente calificados y deberá incluirse expertos en distintas ramas del derecho.

Los magistrados serán elegidos mediante un proceso de selección que dé confianza

a la sociedad colombiana.

1. Sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad y de Determinación

de los Hechos y Conductas (SRVR)

La SRVR recibirá toda la información y los reconocimientos de responsabilidad e

identificará los casos más graves y representativos, sin que su competencia se

limite a ellos. La SRVR tendrá las siguientes funciones:

• Recibir informes de todas las investigaciones y sentencias de la justicia ordinaria

por conductas cometidas en el contexto y en razón del conflicto armado, así como

de las organizaciones de víctimas y de derechos humanos colombianas.

• Decidir si los hechos y conductas atribuidas a las distintas personas son

competencia de la JEP por haber sido cometidos en el contexto y en razón del

conflicto armado.

• Una vez recibida la información anterior, recibir los reconocimientos de verdad

y responsabilidad. Estos podrán hacerse de manera individual o colectiva. En caso

de reconocimientos colectivos, una vez las responsabilidades sean

individualizadas, cada persona podrá aceptar responsabilidad o manifestar su

desacuerdo con dicha individualización.


• Contrastar y cotejar los reconocimientos con la información recibida.

• Presentar una Resolución de Conclusiones ante el Tribunal con énfasis en la

identificación de los casos más graves y representativos, la individualización de las

responsabilidades, en particular de quienes tuvieron una participación

determinante, los reconocimientos de verdad y responsabilidad, la calificación

jurídica, y la identificación de las sanciones correspondientes.

• Remitir a la Unidad de Investigación y Acusación los casos en los que no haya

reconocimiento de responsabilidad para que ésta, de existir mérito, inicie el

procedimiento correspondiente ante el Tribunal.

• Remitir a la Sala de Amnistía e Indulto el listado de recomendaciones de

personas que deberán ser beneficiadas con dichas medidas.

• Remitir a la Sala de Definición de las Situaciones Jurídicas los listados de

quienes no serán objeto de amnistía e indulto, ni serán incluidos en la Resolución

de Conclusiones.

2. Sala de Amnistía e Indulto

De conformidad con lo establecido en la Ley de Amnistía y desde el inicio de los

procedimientos, esta Sala tendrá las siguientes funciones:

• Otorgar amnistía o indulto en casos de personas condenadas o investigadas por

delitos amnistiables e indultables, de oficio o a petición de parte y siempre

conforme a lo establecido en la Ley de Amnistía.


• Decidir sobre la procedencia de amnistías e indultos atendiendo las

recomendaciones de la SRVR.

• Interpretar la Ley de Amnistía e indulto y producir doctrina al respecto.

• En el evento en que la petición verse sobre conductas no indultables o

amnistiables, remitir el caso a la SRVR.

3. Sala de Definición de Situaciones Jurídicas

Esta Sala definirá la situación jurídica de quienes no sean objeto de amnistía o

indulto, ni hayan sido incluidos en la Resolución de Conclusiones de la SRVR.

Para tal efecto esta Sala adoptará las resoluciones necesarias para definir la

situación jurídica de estas personas, incluyendo aplicar mecanismos de cesación de

procedimientos y de renuncia al ejercicio de la acción judicial.

4. Unidad de Investigación y Acusación

Frente a los casos en los que no haya habido reconocimiento de responsabilidad,

esta Unidad tendrá las siguientes funciones:

• Investigar y de existir mérito, acusar ante el Tribunal para la Paz.

• Decidir sobre las medidas de protección a víctimas y testigos y la adopción de

medidas de aseguramiento y cautelares en caso de ser necesario.

• Remitir casos a la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas o a la Sala de

Amnistía e Indulto, cuando considere que no es necesario investigar o acusar.


• Deberá contar con un equipo de investigación técnico forense y con un equipo de

investigación especial para casos de violencia sexual.

5. Tribunal para la Paz

El Tribunal para la Paz será el órgano de cierre de la JEP. El Tribunal tendrá cinco

secciones con las siguientes funciones:

5.1. Sección de primera instancia en los casos de reconocimiento de

responsabilidad

• Evaluar la correspondencia entre las conductas reconocidas, los responsables de

las mismas, las descripciones jurídicas de las conductas y las sanciones propuestas

a partir de la Resolución de Conclusiones de la SRVR.

• Imponer las sanciones correspondientes y fijar las condiciones y modalidades de

ejecución de las mismas.

• Supervisar y certificar el cumplimiento efectivo de sus sentencias con el apoyo

de los órganos y mecanismos de monitoreo y verificación del SIVJRNR que se

designen para tal efecto, los cuales deberán presentar informes periódicos sobre el

cumplimiento.

5.2. Sección de primera instancia en los casos de ausencia de reconocimiento de

responsabilidad

• Conocer de las acusaciones de la Unidad de Investigación y Acusación.


• Someter a juicio contradictorio a quienes no reconozcan responsabilidad y hayan

sido incluidos en la Resolución de Conclusiones.

• Proferir sentencias, y en caso de que sean condenatorias, imponer las sanciones

ordinarias o alternativas correspondientes.

5.3. Sección de apelación

• Decidir sobre los recursos de apelación respecto de las decisiones de las Salas y

Secciones de la JEP.

• Decidir sobre los recursos de las víctimas por vulneración de derechos

fundamentales, contra las sentencias de las secciones.

5.4. Sección de revisión

• Decidir sobre las sanciones correspondientes de quienes ya hubieren sido

condenados por la justicia ordinaria y determinar si se reúnen las condiciones y si

ya hubo cumplimiento efectivo de las mismas.

• Revisar, a petición del condenado y de manera excepcional, las sentencias

ordinarias por conductas cometidas en el contexto y en razón del conflicto armado,

cuando se alegue inexistencia del hecho o error manifiesto en la calificación

jurídica.

• Revisar las resoluciones o sentencias de la JEP cuando haya mérito para ello.

• A solicitud de cualquier Sala o Sección, cuando existan dudas, determinar si las

conductas relativas a la financiación han sido o no conexas con la rebelión.


• Decidir sobre las solicitudes de comparecencia de una persona ante la JEP.

• Resolver los conflictos de competencia entre los órganos de las JEP.

5.5. Sección de estabilidad y eficacia

Después de que el Tribunal para la Paz haya concluido sus funciones, se

establecerá esta sección con el fin de:

• Garantizar la estabilidad y eficacia de las resoluciones y sentencias adoptadas por

la JEP.

• Resolver los casos que surjan con posterioridad a la terminación del

cumplimiento de las funciones del Tribunal, por hechos cometidos con

anterioridad a la firma del Acuerdo Final.


CONCLUSIONES

El proceso de paz en Colombia además de la consigna principal obviamente la consecución

de la tan anhelada paz, abrió la controversia sobre los delitos que pueden ser objeto de amnistías

o indultos para los miembros de la guerrilla y particularmente el debate sobre el delito del

narcotráfico como conexo al delito político. Definir los criterios para tal consideración es la

piedra en ekl zapato por cuando los vacios jurídicos existentes sobre el tema son el principal

obstáculos para su determinación clara y concreta. Ahora, el gobierno sin vulnerar las normas

internacionales sobre el otorgamiento de amnistía en el desarrollo de la justicia transicional tiene

la oportunidad de implementar las herramientas necesarias para normar sobre el tema de

conexidad del narcotráfico con el delito político, todo esto en el marco de su legislación interna.

La paz como derecho fundamental serias la base de los argumentos para que en este proceso

de justicia transicional se materialice la terminación del conflicto armado y los miembros de los

grupos subversivos pasen a la legalidad.

Los miembros de la JEP encargados de definir en cada caso la conexidad del actor del delito de

narcotráfico con el delito político velara para que este reúna los criterios de conexidad

especificados así: Aquellos delitos relacionados específicamente con el desarrollo de la rebelión

cometidos con ocasión del conflicto armado, como las muertes en combate compatibles con el

Derecho Internacional Humanitario y la aprehensión de combatientes efectuada en operaciones

militares, o Aquellos delitos en los cuales el sujeto pasivo de la conducta es el Estado y su

régimen constitucional vigente, o Aquellas conductas dirigidas a facilitar, apoyar, financiar u

ocultar el desarrollo de la rebelión. La Sala de Amnistía e Indulto determinará la conexidad con el

delito político caso a caso.


La jurisprudencia ha sido la emisora de los grandes cambios en las apreciaciones sobre el tema

de conexidad, ejemplo la Corte Suprema de Justicia ha puntualizado la conexidad del

narcotráfico con la del delito político, y sin consagrar que esa relación detente consecuencias

sancionatorias, admite que pueden permitir conceder amnistías, y por efecto asimismo negar la

extradición por esas conductas conexas.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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-Betancourt, S. Para acabar con la guerra una vía: la Amnistía. Diario el Pilón, Bogotá,

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-Posada Maya, Ricardo, “Aproximación al concepto jurídico del delito político (2010).

-Protocolo II adicional a los Convenios de Ginebra de 1949 relativo a la protección de las

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-Ramelli, Alejandro, La Constitución colombiana y el derecho internacional humanitario,

2ª ed. Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2003, p. 448.

- Sala De Casación Penal .Radicación nº 42686/14.Corte Suprema de Justicia.

- Sentencia C-695 del 2002. Corte Constitucional.

-Sentencia C-579/13.Corte Constitucional.

-Sentencia C-577/14.Corte Constitucional.

- Sentencia CP117-2015. . Corte Suprema de Justicia.

- Tarapués, Diego (2017) ¿Puede considerarse al narcotráfico como delito político conexo

en el contexto de pacificación del conflicto armado colombiano? revista El mercurio

legal.
ANEXOS

 JURISPRUDENCIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA CON RELACIÓN AL DELITO DE

NARCOTRAFICO COMO DELITO CONEXO AL DELITO POLITICO.

 Sala De Casación Penal .Radicación nº 42686/14

El alto tribunal entra a resolver el recurso de apelación interpuesto por el defensor del

postulado, contra la decisión de la Sala de Decisión de Justicia y Paz de Medellín, de excluir de los

beneficios de la Ley 975 de 2005, al desmovilizado Francisco Javier Zuluaga Lindo.

CRITERIO DE LA CORTE CON RESPECTO DE LA CONEXIDAD:

En esta ocasión la Corte precisa resolver la incógnita: ? sí la pertenencia indiscutida al grupo de

Autodefensas, con dedicación exclusiva al narcotráfico, impide al postulado acceder al trámite

de Justicia y Paz?

…. () Ya en lo tocante con la materia de solicitud de la fiscalía, el Tribunal comienza por

citar jurisprudencia nacional. Así como los tratados internacionales suscritos por el país

para concluir que los grupos armados en armas al margen de la ley, cual se reputa de las

Autodefensas, ejecutan variadas conductas, y si bien, algunas de ellas no parecen tener

relación directa con el conflicto, si sirven de medio efectivo para la consecución de sus

fines y por ese efecto cuentan con estructuras internas que efectivizan el cumplimiento

de lo ordenado por las cabecillas.

Lo anotado para recabar en que el narcotráfico debe entenderse conexo a la actividad de

los grupos armados ilegales desmovilizados, conocido como es que constituyo su

principal fuente de financiamiento…()

 Sala De Casación Penal Magistrada Ponente .Radicación nº 42534/14


La Corte resuelve los recursos de apelación interpuestos contra la sentencia parcial proferida por

la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá, respecto del postulado Rodrigo Pérez

Álzate. Relación del tráfico de estupefacientes como delito conexo al delito político.

CRITERIO DE LA CORTE CON RESPECTO DE LA CONEXIDAD:

En está ocasión la Sala encuentra que el ámbito de aplicación de la justicia transicional se

concreta a investigar, procesar, sancionar y otorgar el beneficio de pena alternativa a los

miembros de grupos armados organizados al margen de la ley que se hubiesen desmovilizado,

con el objetivo de contribuir a la reconciliación nacional, respecto de los hechos delictivos

cometidos durante y con ocasión de la pertenencia a esas estructuras. Con respecto a los

artículos 10.5 y 11.6 de la Ley 975 de 2005, establecen como requisito de elegibilidad para

acceder a los beneficios de la justicia transicional que el grupo armado organizado al margen de

la ley “no se haya organizado para el tráfico de estupefacientes o el enriquecimiento ilícito” o

que el postulado individualmente considerado no haya tenido dicha finalidad.

Con todo, la anterior condición no comporta la exclusión de los delitos de narcotráfico y lavado

de activos, tal como explicó la Sala en anterior oportunidad, “Para la Corte las normas en cita

tienen un sentido natural y obvio que busca evitar tanto que grupos criminales dedicados al

narcotráfico haciéndose pasar por Autodefensas se desmovilicen colectivamente y obtengan los

beneficios de la ley de Justicia y Paz, como que personas individualmente consideradas, las

cuales nunca integraron las agrupaciones armadas al margen de la ley, se camuflen en ellas para

“lavar” su ocupación exclusiva en el narcotráfico, al margen de cualquier tipo de vinculación con

el ideario de las Autodefensas”29 .

Es así como los artículos 10.5 y 11.6 de la Ley 975 de 2005 lo que buscan es impedir que grupos

o personas dedicadas exclusiva o primordialmente al narcotráfico se beneficien de la pena

alternativa, pero no excluyen dicha actividad del ámbito de esta jurisdicción porque si ese
hubiese sido el propósito del legislador, lo habría indicado de manera expresa en el texto legal

por cuanto el tema fue objeto de álgidos debates. De esta manera, el proceso de Justicia y Paz

fue creado no sólo para enjuiciar autores y partícipes de graves violaciones a los derechos

humanos sino para investigar, procesar, juzgar y sancionar todos los hechos delictivos cometidos

durante y con ocasión de la pertenencia al grupo armado organizado al margen de la ley, sin

perjuicio del criterio de priorización introducido en la Ley 1592 de 2012.

 Sala De Casación Penal Magistrado Ponente .Radicación nº 43713/15

En esta oportunidad la Corte Suprema de Justicia analiza el concepto que en derecho

corresponda en relación con la solicitud de extradición del ciudadano colombiano Juan Vicente

Carvajal Isidro, efectuada por el Gobierno de los Estados Unidos de América, por ser el presunto

director financiero del Frente 10 de las Farc y estar involucrado con el tráfico de estupefacientes

hacía ese país.

CRITERIO DE LA CORTE CON RESPECTO DE LA CONEXIDAD:

La Corte Suprema afirma que analizo que el imputado era el delegado de recaudar los llamados

“tributos” para las FARC y que los que pagaban los fabricantes del narcótico que realizaban

dichos ilícitos en sus dominios. "Ello evidencia la conexidad del tráfico de estupefacientes con la

rebelión" reitero la Corte. Es así como ratificó la conexidad del delito de narcotráfico con el de

rebelión, siempre y cuando esa actividad ilegal haya sido cometida para financiar a las

organizaciones insurgentes. Pese a que dijo que son delitos conexos, para la Sala esto no

representa un obstáculo para que se extradite a los integrantes de grupos al margen de la ley

que sean pedidos por este delito, por esta razón emitió concepto favorable para extraditar al

ciudadano colombiano que presuntamente actuó como director financiero del Frente 10 de las

Farc. La conexión entre estos delitos, dice la Corte: "de ninguna manera puede considerarse
como un factor impediente de una solicitud de extradición, no solo porque el legislador no lo ha

estimado así, sino porque la misma comunidad internacional le niega ese carácter" 35, así ha

sido ratificado, según el alto tribunal, en la Convención de las Naciones Unidas sobre tráfico

ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, que fue aprobada en Viena en diciembre de

1998, "No existe impedimento constitucional ni legal para negar la extradición solicitada por el

Gobierno de los Estados Unidos debido a que los actos presuntamente desplegados por el

requerido, según la acusación de la Corte para el Distrito Sur de Nueva York, traspasaron las

fronteras nacionales y lo podrían comprometer con delitos de tráfico de estupefacientes desde

el 2003 al 2011 y concierto para delinquir desde 2009", dice el alto tribunal.

 Sentencia No. C-214/9

DIALOGOS DE PAZ/PRESIDENTE DE LA REPUBLICA

Es del resorte exclusivo del Presidente y de su entera responsabilidad la definición concreta sobre el

contenido y alcance de las disposiciones llamadas a operar dentro de los límites materiales, temporales y

territoriales derivados de la Constitución Política y del respectivo decreto declaratorio del Estado

excepcional. En el caso específico de los denominados diálogos de paz, que tienen como propósito

básico la reincorporación de los delincuentes políticos a la vida civil y su sometimiento a la legalidad,

ninguna persona pública ni privada goza de competencia para llevarlos a cabo sin orden o autorización

expresa del Presidente de la República, interlocutor por excelencia en la búsqueda de acuerdo, en su

doble condición de Jefe del Estado y de Gobierno. Este puede, sin violar la Constitución, encomendar a

otros funcionarios acciones tendientes al logro de los fines propios de su tarea y, por ello, en materia de

diálogos, le es posible autorizar que se lleven a cabo por conducto de sus agentes, impartiendo las
pertinentes instrucciones y reservándose -desde luego- la fijación de la política que los orienta y los

límites de su gestión, así como la atribución de suscribir los acuerdos definitivos.

CRITERIO DE LA CORTE CON RESPECTO DE LA CONEXIDAD:

DELITO POLITICO-Conexidad

…() Resulta inaceptable que el Decreto aluda al delito de secuestro en forma exclusiva como si fuera el

único que no tiene el carácter de conexo con delitos políticos. La conexidad no depende del tipo delictivo

sino de las características del hecho punible en concreto. Para la Corte es claro que el homicidio que se

comete fuera de combate y aprovechando la indefensión de la víctima, para traer a colación apenas uno

de los muchos casos en los cuales no hay ni puede establecerse conexidad con el delito político, no es

susceptible de ser favorecido con amnistía ni indulto dado su carácter atroz, ni podría por tanto ser

materia de diálogos o acuerdos con los grupos guerrilleros para su eventual exclusión del ordenamiento

jurídico penal ni de las sanciones establecidas en la ley….()

 Sentencia No. C-069/94

CRITERIO DE LA CORTE CON RESPECTO DE LA CONEXIDAD:

"La Constitución distingue los delitos políticos de los delitos comunes para efectos de acordar a

los primeros un tratamiento más benévolo con lo cual mantiene una tradición democrática de

estirpe humanitaria, pero en ningún caso autoriza al legislador, ya sea ordinario o de emergencia

para establecer por vía general un tratamiento más benigno para cierto tipo de delitos comunes,

con exclusión de otros. El Estado no puede caer en el funesto error de confundir la delincuencia
común con la política. El fin que persigue la delincuencia común organizada, particularmente a

través de la violencia narcoterrorista, es el de colocar en situación de indefensión a la sociedad

civil, bajo la amenaza de padecer males irreparables, si se opone a sus proditorios designios.

La acción delictiva de la criminalidad común no se dirige contra el Estado como tal, ni contra el

sistema político vigente, buscando sustituirlo por otro distinto, ni persigue finalidades altruistas,

sino que se dirige contra los asociados, que se constituyen así en víctimas indiscriminadas de esa

delincuencia. Los hechos atroces en que incurre el narcoterrorismo, como son la colocación de

carrobombas en centros urbanos, las masacres, los secuestros, el sistemático asesinato de

agentes del orden, de jueces, de profesionales, de funcionarios gubernamentales, de ciudadanos

corrientes y hasta de niños indefensos, constituyen delito de lesa humanidad, que jamás podrán

encubrirse con el ropaje de delitos políticos.

 Sentencia C-456/97

CRITERIO DE LA CORTE CON RESPECTO DE LA CONEXIDAD:

No puede sostenerse que exista en la Constitución una autorización ilimitada al legislador para

dar un tratamiento privilegiado a los llamados delincuentes políticos. Por el contrario: el trato

favorable a quienes incurren en delitos políticos está señalado taxativamente en la propia

Constitución. Por lo mismo, el legislador quebranta ésta cuando pretende legislar por fuera de

estos límites, ir más allá de ellos. Cabe anotar que ni la Constitución ni la ley definen o enumeran

los delitos políticos. Suelen considerarse delitos políticos en sí, en nuestra legislación, los de

rebelión y sedición.
En conexión con éstos pueden cometerse otros, que aisladamente serían delitos comunes, pero

que por su relación adquieren la condición de delitos conexos, y reciben, o pueden recibir, el

trato favorable reservado a los delitos políticos. En conclusión: el trato favorable a los delitos

políticos, en la Constitución, es excepcional y está limitado por las propias normas de ésta que se

refieren a ellos. Normas que son por su naturaleza excepcional, de interpretación restrictiva.

 Sentencia C-928/05

CRITERIO DE LA CORTE CON RESPECTO DE LA CONEXIDAD:

Conforme a la segunda tesis la regulación aplicable a los delitos políticos se extiende a los delitos

no políticos conexos con aquellos.

La Constitución colombiana prevé expresamente el delito político y le otorga un tratamiento

benévolo, con fundamento en su motivación altruista, respecto del delito común, que tiene

móviles egoístas, así:

i) Al señalar los delitos políticos como merecedores de los beneficios de amnistía e indulto

(Arts. 150, Num. 17, y 201, Num. 2).

ii) Al excluir la condena por sentencia judicial a pena privativa de la libertad por la

comisión de delitos políticos como causal de inhabilidad para ser congresista (Art. 179,

Num 1), magistrado de la Corte Constitucional, de la Corte Suprema de Justicia y del

Consejo de Estado (Art. 232, Num. 3) o diputado (Art. 299).

iii) Al establecer que la extradición no procederá por delitos políticos (Art. 35, modificado

por el Art. 1º del Acto Legislativo 1 de 1997)

Por su parte, el Código Penal Colombiano vigente (Ley 599 de 2000) señala en el Título XVIII los

delitos contra el régimen constitucional y legal y dispone que cometen el delito de rebelión los
que mediante el empleo de las armas pretendan derrocar al Gobierno Nacional, o suprimir o

modificar el régimen constitucional o legal vigente (Art. 467), cometen el delito de sedición los

que mediante el empleo de las armas pretendan impedir transitoriamente el libre

funcionamiento del régimen constitucional o legal vigentes (Art. 468) y cometen el delito de

asonada los que en forma tumultuaria exigieren violentamente a la autoridad la ejecución u

omisión de algún acto propio de sus funciones (Art. 469).

 Sentencia C-577/14

CRITERIO DE LA CORTE CON RESPECTO DE LA CONEXIDAD:

ARTÍCULO 3o. La Constitución Política tendrá un nuevo artículo transitorio que será el 67, así:

Una ley estatutaria regulará cuáles serán los delitos considerados conexos al delito político para

efectos de la posibilidad de participar en política. No podrán ser considerados conexos al delito

político los delitos que adquieran la connotación de crímenes de lesa humanidad y genocidio

cometidos de manera sistemática, y en consecuencia no podrán participar en política ni ser elegidos

quienes hayan sido condenados y seleccionados por estos delitos”.

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