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Rev Calid Asist. 2011;26(1):62—66

www.elsevier.es/calasis

ORIGINAL

La educación en bioética, camino para la profesionalidad


K. Martínez Urionabarrenetxea

Servicio de Medicina Intensiva, Hospital de Navarra, Pamplona, Navarra, España

Recibido el 27 de marzo de 2010; aceptado el 4 de noviembre de 2010


Disponible en Internet el 20 de enero de 2011

PALABRAS CLAVE Resumen Uno de los elementos que han definido históricamente las profesiones diferencián-
Medicina; dolas de los oficios es que sus responsabilidades se han definido más en términos morales que
Bioética; jurídicos. Porque no es el obligado respeto a la ley, sino la tendencia a la excelencia moral la
Profesionalidad característica fundamental de las profesiones.
La profesionalidad es la base del contrato de la medicina con la sociedad y exige colocar
los intereses de los pacientes por encima de los del médico, suministrando estándares de
competencia e integridad, y proporcionando asesoría experta a la sociedad en cuestiones de
salud.
Un instrumento adecuado para conseguirla es la educación en bioética en cuanto estudio
interdisciplinario de los problemas creados por los progresos médicos, biológicos y sus corres-
pondientes tecnologías, para encontrar lo que es más humano en su aplicación práctica.
© 2010 SECA. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.

KEYWORDS Education in bioethics, a way for professionalism


Medicine;
Bioethics; Abstract One of the elements that have historically defined professions making them different
Professionalism from mere occupations is the fact that their responsibilities have been defined more in moral
than juridical terms. Because it is not the due respect to the law but the tendency to moral
excellence the fundamental characteristic of professions.
Professionalism is the base of medicine’s contract with society and it obliges to put patients’
interests above the doctors’ ones, supplying competence and integrity standards, and providing
expert help to society in health matters.
Education in bioethics is an appropriate instrument to reach this goal, as it promotes an
interdisciplinary analysis of the problems created by the medical and biological progress and
its correspondent technologies, to find what is most human in its practical application.
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La salud y sus determinantes

La situación de salud de una comunidad tiene múltiples


determinantes: el medio físico y social; la biología, que
Correo electrónico: kmartinu@cfnavarra.es
incluye la dotación genética pero no se restringe a ella; la

1134-282X/$ – see front matter © 2010 SECA. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
doi:10.1016/j.cali.2010.11.007
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La educación en bioética, camino para la profesionalidad 63

conducta individual y colectiva, y la atención a la salud. en el servicio de los intereses de los pacientes y de la
Con excepción de las características biológicas, el resto se sociedad antes que de los de uno mismo6,7 . Para conse-
determina socialmente y está, por tanto, sujeto a las condi- guirla, se ha recomendado trabajar en tres campos: el
ciones de igualdad de oportunidades o a su falta, condiciones contenido curricular y el proceso de enseñanza, las estruc-
que son, a su vez, manifestaciones de las relaciones de turas internas de las facultades de medicina y la relación
poder dentro de la sociedad, sea entre géneros, grupos étni- entre estas facultades y las organizaciones externas8 . Tam-
cos o económicos. Nuestra comprensión de la salud debe bién se han propuesto cuatro pasos para reafirmar la
ensancharse, pues, desde una focalización estrecha en las profesionalidad: crear comunidad en el hospital, alimentar
enfermedades y los servicios de salud hasta incluir los demás modelos de rol, enseñar profesionalidad médica y eva-
factores (pobreza, educación, capital social, acceso a agua luar la conducta profesional9 . Más recientemente se ha
limpia, dieta salubre, evitación del estrés innecesario, etc.). hecho un nuevo e importante llamamiento10 para cam-
La salud de una población refleja mucho más que la sim- biar tanto el contenido como el contexto de la educación
ple suma del perfil de los llamados factores de riesgo y médica para poder satisfacer mejor las necesidades de la
el estado de salud de sus miembros individuales1 ; consiste sociedad contemporánea y las realidades de la práctica
también en una característica colectiva que refleja la his- médica. En él, 16 bioeticistas de diferentes países defien-
toria social de la población y sus cambiantes circunstancias den encarecidamente que la comunidad médica debe fijar
culturales, materiales y ecológicas, porque, hoy, la violen- sus objetivos de acuerdo con las necesidades y las expec-
cia, el desarrollo capitalista, la industria, la contaminación tativas sociales al tiempo que debe mantener sus valores
atmosférica y los cambios climáticos responsables de muta- médula y su integridad frente a las presiones sociopolíticas y
ciones en los vectores de enfermedades y generadores de económicas.
nuevos patrones de morbilidad constituyen la más grave La ‘‘educación para la virtud’’ debiera ser vista como un
amenaza para la salud mundial, junto al aumento de la inter- complemento necesario a un aprendizaje más tradicional,
dependencia entre países, la mayor influencia de factores ‘‘de libro’’, sobre la ética. Es necesario crear un ambiente
temporales y espaciales, y la presencia de nuevos actores y ético en las facultades de medicina para que la confianza
de nuevas alianzas2 . y el cuidado importen de verdad, sin olvidar que a veces,
según Sulmasy11 , los propios médicos de plantilla son las
barreras más importantes para el desarrollo moral de los
La educación sobre la salud
estudiantes, incluso de formas tan sutiles que las hacen
parecer inconscientes, y que las presiones del nuevo com-
Los centros académicos relacionados con la salud existen
plejo médico-industrial-político, cuyos principales valores
porque es necesario satisfacer tres necesidades humanas
son la eficiencia y la productividad, buscan un cambio de
universales si queremos que la sociedad y sus miembros flo-
conducta en los profesionales apelando al autointerés ilus-
rezcan y desarrollen sus capacidades humanas. Para ello son
trado en vez de al altruismo, lo que añade otra dificultad al
necesarios: a) una fuente de conocimiento médico actuali-
proceso de educación en ética12 .
zado dirigido a la eliminación y, si es posible, a la prevención
La profesionalidad puede ayudar a los médicos a: a)
de la enfermedad y el sufrimiento humanos (la universi-
recapturar algún grado de autonomía (al menos de decisión);
dad); b) una fuente de médicos entrenados para utilizar ese
b) romper el ciclo de desconfianza y falta de respeto públi-
conocimiento sabiamente y bien (las facultades de medi-
cas para con los médicos y la medicina; c) ganar el alto nivel
cina), y c) Un lugar donde el uso óptimo del conocimiento
moral en su permanente lucha con el empleador, y d) contri-
médico pueda ser demostrado e investigado (hospitales
buir a mejorar el proceso y el resultado de la atención a los
universitarios).
pacientes13 . La profesionalidad es la base del contrato de
la medicina con la sociedad y exige colocar los intereses de
La profesionalidad los pacientes por encima de los del médico, suministrando
estándares de competencia e integridad, y proporcionando
Uno de los elementos que han definido históricamente las asesoría experta a la sociedad en cuestiones de salud. Esen-
profesiones diferenciándolas de los oficios es que sus res- cial para este contrato es la confianza pública en los médicos
ponsabilidades se han definido más en términos morales que depende de la integridad tanto de los médicos con-
que jurídicos. En los últimos 50 años, la distinción clásica cretos como de toda la profesión. Todo ello se sustenta en
entre profesión y oficio ha venido haciéndose cada vez más unos principios fundamentales: la primacía del bienestar del
difusa, a costa de que las profesiones clásicas han rebajado paciente, la autonomía del paciente y la justicia social. Y
su identificación con la responsabilidad moral y los antiguos requiere una serie de responsabilidades: compromiso con
oficios han evolucionado en capacidad técnica sin progresar la competencia profesional, la honestidad, la confidencia-
simultáneamente en dicha responsabilidad3 . Y sin embargo, lidad, el mantenimiento de relaciones apropiadas con los
no es el obligado respeto a la ley sino la tendencia a la pacientes, la mejora de la calidad de la atención, la mejora
excelencia moral —–el deber de procurar la excelencia—– la del acceso a la atención sanitaria, la justa distribución
característica fundamental de las profesiones4,5 . Es carac- de los recursos, el compromiso científico, el manteni-
terístico de una profesión que sus miembros busquen la miento de la confianza mediante el manejo de los conflictos
virtud. No hay calidad posible sin búsqueda de la excelencia de intereses y las responsabilidades profesionales14 . Al
y la promoción de la excelencia es el objetivo propio de la enunciar estas cuestiones, el American Board of Internal
ética. Medicine no está dictando un nuevo código ético, sino
La profesionalidad puede ser entendida como un con- reafirmando las responsabilidades contemporáneas de los
junto de valores, actitudes y conductas que se expresa médicos.
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64 K.M. Urionabarrenetxea

La medicina y los valores Tabla 1 Estratos de la personalidad, objetivos educativos


y metodologías bioéticas para influir en ellos
La medicina —–en realidad, todas las profesiones relaciona-
das con la salud y la enfermedad de los seres humanos, Estratos de la Objetivos Metodologías
por lo que, cuando escribo ‘‘médico’’ o ‘‘medicina’’ a lo personalidad educativos bioéticas
largo de este texto puede leerse ‘‘profesional sanitario’’ o Actos Conocimientos Principios/
‘‘profesión sanitaria’’ con cierta flexibilidad—– es una pro- consecuencias
fesión moral. Las virtudes médicas son las características Hábitos Habilidades Virtudes/vicios
del buen médico —–o del médico bueno—– e incluyen valores Carácter Actitudes Hechos/valores
como competencia técnica, compasión, sabiduría práctica,
integridad, altruismo, fidelidad, coraje y paciencia15 . James
Drane16 , basándose en las distintas dimensiones del acto
médico (médica, espiritual, volitiva, afectiva, social y reli- a la mejora del ejercicio de la profesión20 , tal y como se
giosa), especifica a su vez las virtudes del médico que, representa en la tabla 1.
según él, son la benevolencia, la veracidad, el respeto, la Frente a ello, en los últimos 50 años la educación médica
amistad, la justicia y la religiosidad. También Pellegrino ha hecho excesivo énfasis en los aspectos biológico-técnicos
y Thomasma17 , dos de los representantes contemporáneos de la medicina a expensas de lo psicosocial, provocando un
más importantes de la llamada teoría ética de la virtud, retroceso en las cualidades humanistas. Por lo que parece
profesores ambos en universidades católicas americanas, necesaria la intervención curricular para reforzar los valores
han desarrollado por su parte su particular lista de virtudes humanistas asociados a la profesión, esto es, la profesiona-
propias de las profesiones sanitarias, que podríamos concre- lidad, entendida como proceso permanente, autorreflexivo,
tar en la fidelidad a la promesa, benevolencia, templanza, que implica hábitos de pensamiento, sentimiento y acción.
fortaleza, abnegación, compasión, humildad intelectual, Más que dejada a la esperanza de que los estudiantes se
justicia y prudencia. modelarán a sí mismos o serán de algún modo permeables
El concepto de modelo de profesional ‘‘de cuello a estos u otros elementos de la profesionalidad, pienso que
blanco’’ defiende que una vez los médicos han aprendido esta debe ser alimentada de forma significativa mediante
su rol profesional se comportarán apropiadamente inde- el compromiso de los estudiantes con ciertos tipos de con-
pendientemente de sus sentimientos personales. Pero la tenido: filosofía e historia de la medicina, sociología del
profesionalidad ya no puede darse por sentada como un con- conocimiento médico, cuestiones políticas, económicas y
junto de expectativas de conducta inherentes al hecho de sociales alrededor de la práctica médica, crítica litera-
ser médico o de haber estudiado medicina18 . De hecho, los ria, etc. Porque los estudiantes necesitan instrumentos no
médicos suelen admitir con facilidad que tienen sentimien- sólo para analizar la fisiopatología de una enfermedad,
tos negativos hacia cierto tipo de pacientes y, sin embargo, sino también para tratar astutamente con el lenguaje y la
la mayoría cree tratar a todos los pacientes igualmente bien comunicación, para manejar concienzudamente los sesgos
y con imparcialidad, cuando se puede comprobar con cierta de la toma de decisiones, para actuar políticamente sobre
facilidad que no todos los enfermos son tratados con la la forma de acceso a y los objetivos y los resultados de
misma consideración y respeto. La discrepancia entre los los servicios médicos, para desenvolverse éticamente con
valores personales y la conducta profesional puede deberse las ambigüedades morales de la medicina, y para analizar
a que el médico es inconsciente de que los valores per- empáticamente la experiencia de la enfermedad a través
sonales, quizá inconscientes, pueden influir —–y de hecho de las diferencias de raza, género y clase.
influyen—– en la calidad de la atención sanitaria19 . La com- La iniciación de los estudiantes a la medicina se hace
prensión de cómo los valores personales y los estereotipos primero a través de la maquinaria ideada por los científicos
inconscientes mediatizan la conducta es crucial si queremos básicos con cuya orientación hacia la naturaleza del conoci-
que los actos de una persona sean congruentes con su sis- miento muchos estudiantes se encuentran cómodos, por lo
tema de valores. Sin embargo, tal comprensión no es fácil que la pueden adoptar sin problemas. La educación cientí-
de alcanzar sin la ayuda de los demás o sin alguna experien- fica, el ‘‘verdadero conocimiento’’ científico, se adquiere
cia que haga especialmente evidente la incongruencia entre mediante el análisis racional caracterizado por la objetivi-
los valores y la conducta. dad, la universalidad y la replicabilidad. A pesar de que la
individualidad y la subjetividad tienen mucho que ver con
la experiencia de la enfermedad, estas cualidades no tienen
La bioética y la educación médica sitio en la construcción del conocimiento científico que se
enseña en las facultades. La inmersión inicial de los estu-
La bioética, entendida como un amplísimo conjunto de cono- diantes en la ciencia es tan consumidora y tan extensa que
cimientos, puede enseñarse, pero estos, con ser importantes estos comienzan a pensar que lo que están aprendiendo —
por fundamentales, no son más que el andamiaje básico que –el conocimiento científico y cómo se construye—– es igual
permite realizar el siguiente paso del proceso de aprendi- al conocimiento médico y cómo es o cómo debiera hacerse.
zaje: la adquisición de habilidades que permitan descubrir Estas asunciones influyen en las creencias subsecuentes de
los conflictos éticos que laten en la vida diaria de las pro- los estudiantes sobre el valor del conocimiento y sobre —–y
fesiones sanitarias, y además, analizarlos críticamente para esto es lo más importante—– qué es realmente conocimiento.
tomar decisiones éticamente consistentes. Este proceso de Los estudiantes miran a la ciencia y sus métodos de creación
aprendizaje no puede acabar sin producir un cambio de acti- de conocimiento como si fueran una llave que abre todos
tudes o una adquisición de actitudes duraderas que lleven los secretos del cuerpo y también los de la relación con los
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La educación en bioética, camino para la profesionalidad 65

pacientes y con el resto de trabajadores de la salud. Estas motivo por el cual en distintas facultades se ha analizado
creencias son perniciosas porque se deslizan hacia áreas la cuestión para buscar posibles soluciones29—32 . Conviene
de la medicina para cuya comprensión y apreciación sir- recordar, de todos modos, que algunos autores no han encon-
ven mucho mejor otros métodos de análisis, otras fuentes trado relación causal directa entre la observada disminución
de entendimiento. Más aún, los estudiantes llegan a ver el en el desarrollo moral y la educación médica33 .
lenguaje científico como un medio carente de problemas Por este motivo algunos autores sugieren seleccionar, en
para transmitir observaciones y teorías, y el lenguaje de los el momento del ingreso en la facultad, a los estudiantes
pacientes como inadecuado o inexacto debido a su obvia con más posibilidades de convertirse en médicos éticos; pro-
subjetividad. porcionar entrenamiento ético en la facultad y durante la
Cuando a los estudiantes de medicina se les enseña, residencia; evaluar el trabajo realizado, y crear un clima de
explícita e implícitamente, que el único conocimiento aprendizaje ético. Esto requiere un cambio cultural: ir al
médico verdadero es fruto del análisis empírico, objetivo, currículum oculto, prestar gran atención a la modelación de
cuantitativo, llegan naturalmente a desconfiar de todo cono- rol en el ambiente de aprendizaje e implementar políticas y
cimiento obtenido a través de otras vías. Factores tales procesos para asegurar un clima de aprendizaje conducente
como el género, la raza, la educación, la clase social, la al desarrollo ético. Al fin y al cabo, la bioética no es más
identidad étnica, el clima político, etc., son vistos a menudo que el estudio interdisciplinario de los problemas creados
como extraños o secundarios al conocimiento médico ade- por los progresos médicos, biológicos y sus correspondien-
cuado, asumiéndose que tanto el producto como el proceso tes tecnologías, para encontrar lo que es más humano en
de la creación del conocimiento médico adecuado existen su aplicación práctica34 . Labor fundamental en este proceso
independientemente de esos factores. educativo tienen también los comités de ética asistencial,
Esta realidad hace necesario un cambio de currículum entre cuyas funciones está, en primer lugar, la formación en
que tenga en cuenta tres aspectos: conciencia socioló- bioética de sus miembros y de todo el personal de sus cen-
gica, pensamiento interdisciplinario y conocimiento de los tros respectivos, para intentar crear en las instituciones un
aspectos económicos y sociopolíticos de la atención a la clima de actividad ética sanitaria, en un proceso dialéctico
salud21 . Y así lo han hecho algunas facultades introduciendo que nunca acaba de realizarse del todo.
estudios de profesionalidad, aunque en la actualidad care- Mucho se ha debatido sobre qué enseñar dentro de ese
cemos de medios fiables y válidos para enseñar y evaluar currículo, quién debe hacerlo, cómo, etc. No entraré hoy
la profesionalidad en los estudiantes22 . Teóricamente, esta en la cuestión, que considero de enorme importancia. Afir-
enseñanza puede hacerse de dos formas distintas: mediante maré únicamente que no considero adecuado explicitar de
el ‘‘enfoque pedagógico’’, centrado en la transmisión de una vez por todas y para todos quién, qué y cómo enseñar.
conocimientos y habilidades, y el ‘‘enfoque socrático o Soy partidario de profesores y currícula diversos y variados,
mayéutico’’, más preocupado por facilitar una transforma- tanto en pregrado y posgrado como en formación conti-
ción de las actitudes realizada por el propio sujeto23 . Cada nuada, dependiendo de las posibilidades reales de cada
uno de los métodos tiene sus seguidores y detractores, pero facultad y de cada centro asistencial. Lo importante, en
hoy por hoy, y dado que los cursos de ética consiguen, al mi opinión, es avanzar bien, firme y prudentemente en un
menos a corto plazo, un efecto positivo porque conciencian camino que nos lleve a reconocer la importancia de los
a los estudiantes, les enseñan conocimientos y habilidades temas tratados. Por ello hago mías las conclusiones del docu-
relacionados con las cuestiones éticas clínicas, mejoran su mento de la Asociación de Bioética Fundamental y Clínica1 ,
capacidad de razonar moralmente, aumentan su confianza parte de las cuales reproduzco a continuación: La bioética
para analizar cuestiones éticas, e incluso pueden inspirar a es una de las piezas fundamentales del currículo de todo
unos pocos, parece necesario insistir en los dos métodos, profesional sanitario de calidad. Es imprescindible propor-
porque de hecho son complementarios. cionar a dichos profesionales una educación adecuada en
El foco central en el desarrollo de la profesionalidad en pregrado, posgrado y formación continuada. La educación
las facultades de medicina suele comenzar a menudo con debe ser de calidad en cuanto a contenidos y metodología.
la cuestión de cómo instilar mejor o animar los siguientes Las universidades deben buscar la manera más adecuada de
elementos de la profesionalidad: altruismo, responsabili- introducir la bioética en los planes de estudios de las carre-
dad, excelencia, deber, honor e integridad, y respeto por ras biosanitarias. Y no sólo la bioética como ética aplicada
los demás24 . Pero hay estudios que afirman que durante el a la medicina, sino la bioética global, descrita por Potter
proceso de socialización en las facultades los estudiantes de en 1988 como el conocimiento multidisciplinario que hace
medicina que llegan a ellas como jóvenes idealistas salen de de puente entre la ética médica y la ética ecológica, con
las mismas como personas frías y distantes y que su desarro- el fin de lograr una supervivencia humana útil y de gran
llo moral se ve atrofiado o incluso que pueden experimentar alcance, que ofrece una vía para la reforma global de la
una regresión moral25 . Los estudiantes de medicina reciben salud a través de cinco aproximaciones transformativas: el
a menudo mensajes en conflicto entre lo que aprenden en desarrollo de un estado mental global; la promoción del
clase y lo que observan en el medio clínico sobre los valores autointerés a largo plazo; la búsqueda del balance entre
importantes que defender y sobre las conductas apropia- el optimismo y el pesimismo sobre la globalización y la soli-
das que mantener26 . Parece evidente que mucho de lo que daridad; el refuerzo de las capacidades, y el aumento de
se enseña y la mayor parte de lo que se aprende tienen la producción de bienes públicos globales encaminados a la
lugar dentro del currículo oculto, esto es, en el conjunto de salud.
influencias que funcionan en el ámbito de la estructura y de En esta dirección se mueve la ‘‘Declaración de Res-
la cultura de la organización27 . La situación, por lo gene- ponsabilidad Profesional: El Compromiso de la Medicina
ral, no parece mejorar al finalizar la educación médica28 , Social con la Humanidad’’ firmada por la Asociación Médica
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Americana (AMA) en diciembre de 2001 y apoyada por una 13. Siegler M. Training doctors for professionalism: Some les-
gran cantidad de asociaciones médicas. En ella se afirma sons from teaching clinical medical ethics. Mt Sinai J Med.
que ‘‘nunca en la historia de la civilización humana ha 2002;69:404—9.
estado tan fuertemente unido el bienestar de cada indivi- 14. Profesionalidad médica en el nuevo milenio: un fuero médico.
duo con los demás’’, motivo por el que es necesaria una Rev Clin Esp. 2002; 202:449—52.
15. Sulmasy DP. Should medical schools be schools for virtue? J Gen
acción concertada y una respuesta global. Y la Declara-
Intern Med. 2000;15:514—6.
ción pretende ser —–es—– la reafirmación del compromiso 16. Drane JF. Becoming a Good Doctor: The Place of Virtue and
de los profesionales de la medicina para combatir los ata- Character in Medical Ethics. Kansas City: Sheed and Ward;
ques naturales y los realizados por la mano del hombre 1988.
contra la salud y el bienestar de la humanidad. Así, los 17. Pellegrino ED, Thomasma DC. The Virtues in Medical Practice.
firmantes, convencidos de que ‘‘la humanidad es nuestro New York: Oxford University Press; 1993.
paciente’’, se comprometen entre otras tareas a: a) res- 18. Stevens RA. Themes in the history of medical professionalism.
petar la vida humana y la dignidad de cada individuo; b) Mt Sinai J Med. 2002;69:357—62.
luchar con el compromiso y el apoyo frente a los crímenes 19. Martínez K. Hacia un nuevo modelo de relación clínica. SEMER-
GEN. 2001;27:291—6.
contra la humanidad y condenar todo este tipo de actos; c)
20. Gracia D. Bioética Clínica. Sante Fé de Bogotá: El Búho; 1998.
educar al público y los políticos sobre el presente y futuro
21. Wear D, Castellani B. The development of professionalism:
de los males para la salud de la humanidad, y d) apoyar Curriculum matters. Acad Med. 2000;75:602—11.
los cambios sociales, económicos, de educación y políticos 22. Kao A, Lim M, Spevick J, Barzansky B. Teaching and evaluating
que atenúen el sufrimiento y contribuyan al bienestar de la students’ professionalism in US medical schools, 2002-2003.
humanidad35 . JAMA. 2003;920:1151—2.
Espero que este breve texto colabore a la apertura de 23. Gracia D. La enseñanza de la bioética en España: un enfoque
reflexiones más profundas al respecto y promueva el necesa- socrático. En: Sarabia J, editor. Asociación de Bioética Funda-
rio análisis de la problemática mencionada en las facultades mental y Clínica: La Bioética, lugar de encuentro. Actas del II
de medicina en nuestro país. Congreso Nacional. Madrid: ABFyC; 1988.
24. Project Professionalism. Professionalism in medicine: issues
and opportunities in the educational environment. Philadelp-
Bibliografía hia, PA: American Board of Internal Medicine; 1995.
25. Branch WT. Supporting the moral development of medical stu-
1. McMichael AJ, Beaglehole R. The changing global context of dents. J Gen Intern Med. 2000;15:503—8.
public health. Lancet. 2000;356:495—9. 26. Inui TS. A flag in the wind: Educating for professionalism in
2. McMichael AJ. Prisoners of the proximate: epidemiology in an medicine. Washington, DC: Association of American Medical
age of change. Am J Epidemiol. 1999;149:887—97. Colleges; 2003.
3. Asociación de Bioética Fundamental y Clínica. La educación en 27. Hafferty FW. Beyond curriculum reform: confronting medi-
Bioética de los profesionales sanitarios en España. Una pro- cine’s hidden curriculum. Acad Med. 1998;73:403—7.
puesta organizativa. Madrid: ABFyC; 1999. 28. Editorial. Doctors and patients: flying apart? BMJ. 2001; 323.
4. Gracia D. El recto ejercicio profesional. ¿Cuestión personal o doi:10.1136/bmj.323.7318.0.
institucional? Quadern Caps. 1995:94—8. 29. Suchman AL, Williamson PR, Litzelman DK, Frankel RM,
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